por pedrocasca Dom Ago 14, 2011 10:22 pm
La obra de Félix Rodríguez de la Fuente fue importante (e impactante) desde un punto de vista divulgador y concienciador porque por primera vez mucha gente se acercó a la naturaleza como si estuviera dentro de ella gracias a los teleobjetivos de las cámaras y a esa especial manera de narrar con una voz atractiva y sugerente. Los animales empezaron a ser considerados como seres vivos a los que había que respetar. Hasta entonces lo más ecológico que ponían en TV española (la 1 o la 2, no había más) eran programas de caza y corridas de toros. No se nos olvide que probablemente hoy en día un programa similar tendría muchos problemas éticos y legales, sin ir más lejos, con ecologistas y defensores de los animales, dado que cada capítulo tenía un guión y se hacían y preparaban todo tipo de actuaciones tendentes a forzar a los animales a "seguir el guión previsto". Eran otros tiempos y distintas maneras de entender la ecología o el proteccionismo animal, supongo.
En la Casa de Campo de Madrid, en unas instalaciones del ICONA del Ministerio de Agricultura, justo en la zona en la que durante años se celebraba, a mediados de septiembre, la Fiesta del PCE, Rodríguez de la Fuente tenía ocho o diez lobos que participaron en algunos de los rodajes televisivos. Fuera de las jaulas no se, pero allí parecían perrillos más que otra cosa que hasta se dejaban acariciar y dar de comer. Ni idea de que pudo ocurrir con ellos tras la muerte en accidente de Rodríguez de la Fuente.