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La movilización sigue hoy ante la negativa de la empresa de pactar los 330 despidos
La tensión era máxima y ayer se desató la tormenta. Los trabajadores de Seat de los centros de Martorell y de El Prat paralizaron la producción durante todo el día de ayer y de forma indefinida. Es una respuesta contundente sin precedentes, que responde también a la intención de la empresa de despedir a 330 personas "por bajo rendimiento" sin tramitar un expediente de regulación de empleo (ERE) ni negociar con los sindicatos, algo que tampoco había sucedido hasta ahora.
Cada día se fabrican unos 2.000 coches y los costes de paralizar la producción son muy altos. La plantilla forzó así una reunión del presidente, James Muir, con los sindicatos, que terminó tras ocho horas sin ningún resultado.
UGT, CCOO y CGT, que reclaman un plan de bajas voluntarias, aseguraron que los trabajadores abandonaron la actividad de forma espontánea, si bien apoyaron sin fisuras su reacción. La protesta empezó a las cuatro de la madrugada en Martorell, después de que varios empleados recibieron la carta de despido. Los afectados, o bien forman parte del cuerpo de mantenimiento o son oficiales de primera y segunda no ligados a las tareas de producción. Bloquearon la entrada y salida de camiones, y la falta de suministro de material impidió que las líneas de montaje siguieran funcionando.
Los sindicatos aseguraron que posteriormente los trabajadores de la cadena productiva se sumaron a la protesta por propia iniciativa. Por su parte, Seat atribuyó el paro general sólo al bloqueo del suministro.
En la planta de cajas de cambio de Gearbox, en El Prat, sus cerca de 900 empleados pararon en bloque a la una del mediodía, después de que la dirección comunicara el despido a tres trabajadores por "bajo rendimiento". La semana anterior ya tramitó 11 prejubilaciones en el centro.
Repercusiones en Europa
Los efectos del paro de Gearbox van mucho más allá de la fábrica de Seat. Esta planta suministra también tres fábricas de Audi y Volkswagen en Alemania y la de Skoda en Chequia. "Están obligadas a parar también, ya que el suministro se hace just in time", explicó el secretario de la sección de CCOO en Gearbox, Carlos Montias.
Con el paro espontáneo, la plantilla siguió el ejemplo del tercer centro de Seat, en Zona Franca. Sus empleados ya frenaron la producción sin previo aviso el lunes. La empresa readmitió a los cinco despedidos de la planta, después de que el propio presidente, James Muir, se reuniera con los sindicatos. Ayer, ante la nueva reacción imprevista, la dirección paralizó "la entrega de cartas", explicó Francisco Selas, de CGT.
Publico.es
CCOO Y UGT CONTRA LA HUELGA
La movilización de la plantilla desborda la línea marcada por UGT y CCOO
EL PERIÓDICO
Al igual que sucedió el lunes en la factoría de prensas de la Zona Franca, la protesta llevada a cabo ayer por el personal de apoyo de Martorell fue calificada de «espontánea» por parte de los sindicatos. El bloqueo «indefinido» fue acordado por los trabajadores del turno de noche, según CGT, y secundado por los de mañana y tarde.
La medida del personal de mantenimiento supone un endurecimiento de la respuesta oficial de la mayoría del comité de empresa formada por UGT y CCOO de convocar una huelga de forma legal para el lunes. Sin embargo, los dos sindicatos mostraron su apoyo a una decisión que está más en consonancia con la respuesta contundente y rápida que pidió CGT.
Por ahora, los tres sindicatos del comité mantienen una inusual unidad de acción aunque con algunas fricciones. Diego Rejón, de CGT, considera imprescindible unificar la voz de la plantilla para presionar más a la dirección en este pulso, pero manifestó su queja a CCOO y UGT por haber ido por su cuenta en la denuncia de fraude presentada ante la inspección de Treball. En la primera reunión convocada por la inspectora que investiga el caso, CGT no fue convocada porque las denuncias sobre los mismos hechos se presentaron por separado. El tercer sindicato también quedó fuera del encuentro discreto que matuvo la consellera de Treball, Mar Serna, con los dirigentes de CCOO y UGT de Seat y del sector industrial.