ACERCA DEL CASO DEL "PREMIO NOBEL" DE LITERATURA, EL RENEGADO SHÓLOJOV
Cuando se es revolucionario, o cuando se aparenta serlo, el trabajo en el campo literario, publicitario o de prensa, es sumamente arduo. Tanto porque requiere mayor estudio, mayor concentración con el marxismo-leninismo, cuanto porque los escritos quedan, son indestructibles y a la corta o la larga sirven de índices para notar el progreso de la persona dedicada a esos menesteres o, en caso contrario, para dejar en claro el grado de retrogradación y descomposición de los tránsfugas y renegados. Además de esto, la ley de la historia es extraordinariamente severa: en los momentos críticos de la lucha, siempre obliga despiadadamente a los oportunistas de toda especie y a los renegados a arrancarse los velos que cubren sus rostros, de tal modo que su verdadera catadura queda al desnudo. Tal es el caso de Mijaíl A. Shólojov, escritor soviético "antidogmático","anti-stalinista","coexistente pacífico" y propiciador del "deshielo" literario en la URSS, además de promotor de la "colaboración" entre los literatos y artistas norteamericanos y soviéticos.
En Octubre de 1965, el "comunista" y "escritor proletario" Shólojov - en un estado de temerosa excitación- aceptó el Premio Nobel de Literatura, premio que ni siquiera el escritor burgués Jean Paul Sartre quiso aceptar. Según Sartre, aceptar el premio sería recibir "una distinción reservada para los escritores de Occidente o para los traidores de Oriente" que implica el compromiso desembozado con la reacción mundial.
Desde la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre la organización encargada de conceder el Premio Nobel de literatura siempre ha buscado en mil y una formas " traidores de Oriente " entre los autores soviéticos. Aunque declaró cuanto valoraba a los "talentos literarios", nunca reconoció calidad a Máximo Gorki a quien Lenin elogió. Esa organización da su aprobación, busca trabajosamente y premia con aparatosa prodigalidad sólo a aquellos "talentos" entre los escritores soviéticos que se oponen decididamente al comunismo y a la Revolución Socialista. En 1933 -es decir 16 años después de la victoria del proletariado ruso- el Comité del Premio Nobel otorgó por primera vez el premio a un escritor ruso. Ese escritor no era, por supuesto, Gorki ni ningún otro autor que apoyara la causa revolucionaria del pueblo; era el contrarrevolucionario ruso blanco Ivan Bunin, que odiaba profundamente a la Revolución de Octubre y fugó, a Paris para vivir en "libertad".
El "caso" Pasternak y la novelística contrarrevolucionaria
Con la misma clase de motivación política, el Comité confirió en 1958 el premio a otro tristemente célebre traidor: Boris Pasternak, autor de la novela anticomunista "El Dr. Zhivago". Y mediante esto, los reaccionarios del mundo entero agitaron una ola antisoviética y anticomunista. La prensa occidental ligada a los monopolios imperialistas expresó su gran aprecio por el papel desempeñado por el Premio Nobel de Literatura y el periódico "Kurrier" de Viena hasta lo llamó "el Premio Nobel contra el Comunismo". En esa época, el pueblo soviético denunció airadamente a dicho premio como "un instrumento de Occidente" y una avanzada del imperialismo yanqui y demás explotadores contra el sistema socialista, y condenó unánimemente la actitud traidora de Pasternak. "Pravda" de Moscú tuvo que decir el 26 de Octubre de ese año: "El hombre a quien la burguesía reaccionaria concedió el Premio Nobel es el que ha calumniado a la revolución socialista y al pueblo soviético". Hasta Shólojov, aunque de mala gana, se sintió obligado a declarar su posición denunciando a Pasternak como "emigrado interno" u hombre que viviendo en el país no participa en la creación y en la vida del mismo.
De allí que resulte sumamente irónico el hecho de que, no muchos años más tarde, el propio Shólojov - agradecido y conmovido hasta las lágrimas- aceptara el Premio Nobel que una vez condenara diciendo que había sido otorgado a un "emigrado interno". Desde luego, el "talento" de Shólojov no lo deja ser tan estúpido como para admitir abiertamente que lo que él aceptó era un premio para los traidores. A partir de ese momento, el pequeño grupo de escritores revisionistas contemporáneos encabezados por Shólojov se esforzaron al máximo para hacer creer al pueblo soviético que la naturaleza del Premio Nobel "ha cambiado" y que "ha llegado a ser extraordinariamente imparcial". Hablando a un corresponsal de la UPI, un dirigente de la Unión de Escritores de la URSS tuvo la desvergüenza de calificar el Nobel como "un gran premio a la Literatura Socialista". El Comité Central del PCUS y el Consejo de Ministros de la URSS también dieron un paso al frente y hablaron del Premio como "otra pruebe, del reconocimiento mundial"..." de los indiscutibles éxitos de la literatura socialista.
Aunque brillantes en sus juegos de manos, la extrema agitación que en los revisionistas tito-jruschovistas había suscitado el inesperado halago concedido a Shólojov les había hecho olvidar algo importante, Anders Osterling -presidente del Comité Nobel de la Academia de Ciencias de Suecia- ya había dado una explicación pública de porqué concedían el premio. Y la razón no era que ellos hubiesen cambiado su posición, sino que "aunque el señor Shólojov es un comunista convencido mantiene los conceptos ideológicos absolutamente fuera de su gran obra en cuatro volúmenes ('El Don Apacible') (subrayado nuestro.- Red.).
Pero, ¿No habían estado afirmando categóricamente los dirigentes del CC del PCUS, los miembros del Consejo de Ministros de la URSS y los comentaristas de la Unión Soviética que el premio otorgado a Shólojov "demuestra el reconocimiento" de la "literatura socialista-realista y "significa un gran premio a la literatura socialista"? Es perfectamente claro que la muy pregonada "literatura socialista" es el tipo de literatura por la que abogan los reaccionarios, es la literatura "sin tendencia ideológica" que "está por encima de las clases". Los revisionistas tito-jruschovistas profieren juramentos en nombre de Lenin y dicen atenerse prolijamente a los principios marxista-leninistas, pero han olvidado por completo las consignas de Lenin:"¡Abajo los escritores sin partido! ¡Abajo los superhombres literarios!". ¿No resulta esto una gran ironía?
Marxismo-Leninismo y Literatura
En realidad no existe ninguna literatura que se mantenga "absolutamente fuera de conceptos ideológicos”, que "esté por encima de las clases". Estos son simplemente términos literarios que emplean el imperialismo y los revisionistas para engañar a los lectores, para desorientarlos y para encubrir el vil propósito que persiguen con respecto el pueblo: desviarlo de la lucha revolucionaria. En el mundo actual, toda literatura y todo arte pertenecen a una clase determinada y están subordinados a una línea política determinada; por lo tanto necesariamente difunden una ideología política específica y tienen una tendencia política definida. La literatura que según el imperialismo y los revisionistas no tiene relación con la ideología, difunde concretamente en mil y una formas la ideología reaccionaria de la burguesía y posee une tendencia política reaccionaria.
Shólojov – Pasternak: las dos caras de la misma moneda
La novela "El Don apacible" de Shólojov es justamente una "gran obra de tal tipo, lo cual -analizado desde el punto de vista marxista-leninista de clase- representa una de las más importantes razones por las que Shólojov está junto con Pasternak en la lista de "ganadores del Premio Nobel de literatura". Es que la "gran obra en cuatro volúmenes" produce el mismo efecto que "El Dr. Zhivago", aunque por diferentes medios.
En su libro, Pasternak pinta un perverso cuadro de la "ruina" de los intelectuales rusos en la nueva sociedad y lanza toda clase de calumnias sobre el Ejército Rojo y la nueva vida después de la Revolución: de Octubre a través de la descripción de Zhivago, un viejo intelectual burgués que odiaba la revolución proletaria y el sistema socialista. Shólojov, en "El Don apacible", hace una abierta alabanza al contrarrevolucionario cosaco Grigori que había combatido con "frenesí al Ejército Rojo y cometido numerosos y sangrientos crímenes. Mediante estas alabanzas, Shólojov hace un venenoso ataque contra la Revolución Socialista y contra la "inhumanidad" de la lucha de clases -porque ambas no sólo hicieron trizas "el alma hermosa" de Grigori y lo privaron de todo lo que podía "ponerlo en contacto con el mundo en que vivía", sino que también arruinaron la vida pacífica, feliz y tranquila de la familia Melejov- lanzando su desnuda maldición sobre las guerras revolucionarias. ¿No cumplen ambas novelas la misma finalidad?
En el reciente XXIII del PCUS que se inició con gran fanfarria, Shólojov" estigmatizó a algunos escritores soviéticos como "renegados" y dijo: "No hay nada más sucio y ruin que calumniar a su propia madre, insultarla de modo vil y levantar la mano contra ella". ¿No son éstas las palabras adecuadas para el propio Shólojov? Ya hace dos décadas que había utilizado "El Don apacible" para vilipendiar el camino de la Revolución de Octubre: ¡había levantado la mano contra su "propia madre", contra Lenin, contra Stalin, contra la gran revolución proletaria!
"Cuando te elogia el enemigo es que estás haciendo lo que él quiere"
La prensa imperialista norteamericana, con su exclusiva sensibilidad de clase, ha percibido claramente la fuerte ideología anticomunista de "El Don apacible" y, por lo tanto lo han cubierto de elogios. Al serle entregado el premio a Shólojov, el "Saturday Review" escribió con gran entusiasmo que él "representa a aquellos mismos cosacos del Don que han luchado contra el Ejército Rojo" y que "ha expresado a través de sus personajes de ficción ciertas dudas acerca de los dogmas y prácticas comunistas". Eso mismo dicen en nuestro país "críticos" fosilizados tan reaccionarios como Enrique Chirinos Soto y Mario Castro Arenas. Y no es difícil comprender que las clases dominantes de esta parte del mundo miran con simpatía y prefieren a Shólojov justamente por esta importante razón y no por otra.
Vale la pena meditar profundamente porqué hace 21 años -en 1946-cuando Shólojov fue presentado como candidato al Premio Nobel de Literatura el imperialismo y los demás reaccionarios ni siquiera lo tuvieron en cuenta y vinieron a "descubrir su gran talento" 19 años más tarde -en 1965-. ¿Cuál es la clave de ese misterio?
Las razones de una pérfida traición
Cuando se devela el misterio, las razones resultan ser muy simples. Antes de que los revisionistas tito-jruschovistas usurparan la dirección de la Unión Soviética, Shólojov después de todo no era tan atrevido como para mostrarse totalmente en sus verdaderos colores. Por lo tanto, aunque la reacción internacional valoraba altamente "El Don apacible" no podía confiar en él totalmente. En consecuencia, tomó la actitud de "ver y esperar". En esa época, aunque Shólojov ya había atacado en su novela la guerra revolucionaria y la Revolución de Octubre, todavía se sentía obligado a decir en algunas ocasiones algo hipócrita en elogio de la Revolución y de Stalin. Al igual que Jruschov, solía llamar al gran marxista revolucionario "su padre". Al morir desafortunadamente Stalin en 1953, Shólojov soltó lágrimas de cocodrilo: "¡Padre, adiós, adiós para siempre querido padre al que amé cálidamente duran te toda mi vida!", y juró guardar "siempre en mi corazón condolencias sagradas" por el dirigente muerto.
Sin embargo, después de un lapso sumamente corto, en el XX Congreso del PCUS de 1956, abrazó públicamente a Jruschov que estaba atacando enloquecidamente a Stalin y se coludió con el cacique revisionista en sus desenfrenados ataques a Fadeyev, uno de los principales dirigentes del PCUS en la esfera de la literatura en la época en que Stalin estaba en la dirección. Entonces, escribió el relato corto "El destino de un hombre" que puede ser llamado espécimen de la literatura revisionista contemporánea, y se convirtió en la oveja madrina de Jruschov en la difusión del revisionismo en el campo de la literatura y el arte soviéticos. Desde entonces, adonde quiera que Jruschov voló Shólojov estuvo siempre donde lo había prometido: "junto" a él "ideológicamente". Más repugnante todavía fue verlo anunciando con todo descaro en el XXII Congreso del PCUS que él sentía una especie de "inexpresable... admiración de hombre" por Jruschov. Ahora. Que el máximo exponente del revisionismo en este siglo ha sido repudiado por la gente de su propia pandilla, ¿qué dirá el proteiforme Shólojov?
Antes de la caída de Jruschov y luego de su debacle, el ex-cacique revisionista y sus cómplices mostraban y muestran un extraordinario aprecio por este fiel portavoz que tiene un papel especial que desempeñar. Debido a que no sólo tiene el título de "escritor miembro del Partido" sino que también es un ganador del Premio Stalin, además de haber sido elegido como Diputado del Soviet Supremo, puede –al menos transitoriamente- engañar a parte del pueblo soviético y algunas personalidades en los círculos culturales internacionales, desconocedores de los hechos reales, y puede desempeñar cierto papel engañoso entre ellos.
Las "tareas" del renegado Shólojov
La colaboración soviético norteamericana para la dominación del mundo es el alma de la línea revisionista tito-jruschovista. Eso explica por qué Shólojov ha hecho grandes esfuerzos para pregonar la cooperación cultural entre EU y la URSS, entre los lectores soviéticos y los círculos culturales internacionales, convirtiéndose en un ansioso adalid cooperación revisionista-imperialista.
Por un lado, ha estado difundiendo activamente en la Unión Soviética el pensamiento burgués, la teoría burguesa de la inmutable naturaleza humana que conserva "riesgos esenciales" al margen de los sistemas sociales y los conceptos burgueses de libertad, igualdad y fraternidad, e inculcando en los lectores soviéticos ideas corrompidas de individualismo, humanitarismo y pacifismo reaccionarios. Por otro lado, ha cambiado totalmente su modo de vida de "ermitaño" y ha viajado repetidas veces al extranjero a cumplir misiones de propaganda por todas partes, con el objeto de acicatear a los escritores de las naciones oprimidas y las clases oprimidas a realizar "una acción conjunta" y "expresar sus opiniones colectivamente" con los escritores imperialistas y burgueses.
Sacrificios al moloch imperialista
Con este propósito ha rogado al imperialismo yanqui:"¡Visitémonos mutuamente! ¡No tenemos nada sobre qué disputar ni razón alguna para pelear!". Así en una conferencia europea de escritores, enronqueció llamando a los escritores a llegar a un acuerdo" y "encontrar un lenguaje común”... "Al igual que los grandes estadistas y diplomáticos de EU, la Unión Soviética e Inglaterra. ¿Cuál es el motivo de la febril actividad de esto plumífero revisionista?
Shólojov trata de proteger los interesas de las camarillas dominantes en E.U. y la URSS, y quiere impedir que el pueblo se levante en revolución. Él está indiscriminadamente contra toda clase de guerras ya se trate de una guerra revolucionaria emprendida por los pueblos oprimidos o una guerra de liberación librada por una nación invadida. El "gran escritor" pro-imperialista desea que los escritores del mundo sean los primeros en salir a decir "no" y se adelanten a hablar antes que aquellos que dicen "si" a la revolución. Shólojov no sólo ha traicionado la revolución, sino que no permite que otros se levanten en revolución. Y no sólo no permite que otros hagan revoluciones, sino que anhela que todos los escritores del mundo "se unan" para prohibir "colectivamente" hacer la revolución a los demás. Estas son las razones por las cuales se convirtió en regalón de la "crica" revisionista soviética y esos son los motivos por los que el imperialismo lo premió.
Los hechos no demuestran que haya cambiado la naturaleza del Premio Nobel denominado "instrumento de Occidente" por el pueblo soviético. Lo que realmente ocurre es que Shólojov y sus acólitos ya han descartado definitivamente la hoja de parra con que cubrían sus desnudeces y han quedado expuestos cono "instrumentos occidentales", como agentes del imperialismo yanqui y la reacción mundial en el plano literario.
El "deshielo" literario y la reacción
Toda revolución popular que modifica profundamente las estructuras sociales, tiene ante sí el gran problema de modificar "el alma de las gentes", como dice Mao Tse-tung. Es decir, el nuevo orden y la nueva vida en la nueva sociedad no pueden ser convenientemente estructurados, sin la abolición de los viejos hábitos, costumbres e ideas y su correspondiente substitución por ideas, costumbres y hábitos acordes con el nuevo sistema. La lucha de clases aún perdura en el socialismo y las fuerzas revolucionarias del pueblo no pueden permitirse ceder un milímetro en ella a riesgo de que los usurpe un metro la reacción embozada que todavía ocupa determinadas posiciones de importancia. De allí que la dictadura del proletariado sea, al mismo tiempo, democracia plena para el pueblo y dictadura rigurosa del Estado de obreros y campesinos contra la burguesía y todos los reaccionarios. En este sentido, no puede permitirse el libertinaje propio del sistema capitalista en lo que se refiere a la "libertad de crítica" anhelada por la reacción para poder enfilar mejor sus disparos contra la causa popular. A la inversa del capitalismo, el pueblo tiene derecho a hablar y la burguesía tiene derecho a ser aplastada y aniquilada.
Sin embargo, el primer Estado Obrero del mundo -cronológicamente hablando- la URSS, en el proceso de retroceso que viene experimentando hacia el capitalismo, ha sido también el primero en contemplar cómo una caduca y retrógrada camarilla revisionista fomenta el "deshielo" no sólo en el campo del arte y la literatura, sino también en el sector de la economía, de la política, de la filosofía, de la ciencia, etc. Este "deshielo" no es otra cosa que el permitir que los sectores de clase enriquecidos y fortalecidos en un lapso de casi 50 años, los sectores de clase burgueses y hasta plutocráticos que sirven de sostén social al revisionismo" tengan el mismo derecho que el pueblo para realizar actividades en todos estos campos de actividad del hombre. Es decir los reaccionarios quieren tener más libertad para difundir sus pútridas teorías, para acelerar más y más el proceso de descomposición de la economía socialista, para envenenar la mentalidad de las gentes con trampas como la ganancia y el enriquecimiento personal, para difundir el viciado hálito del individualismo y el egoísmo a ultranza, para volver a ocupar plenamente las posiciones que les fueran arrebatadas por Lenin, Stalin y los bolcheviques en la grandiosa Revolución de Octubre.
Prueba de esa libertad para oprimir al pueblo buscada por los burgueses soviéticos y sus lacayos revisionistas, es la carta dirigida por más de 80 escritores de la URSS a la Unión de Escritores Soviéticos exigiendo "que se les permita realizar una discusión abierta sobre la situación imposible existente"(se refieren al control-débil control -que aún ejerce el Partido revisionista en el terreno literario) y planteando la supresión de todo tipo de censura "para poder, publicar con entera libertad". En otras palabras, los escritores revisionistas y pro-imperialistas que firman la carta -Shólojov, Evtushenko, Tvarvski Paustovski, Actinov, Solzanitzin y muchos otros- se desesperan por la "falta de libertad" y hasta las facilidades revisionistas les resultan estrechas. Por eso claman por la continuación acelerada del deshielo".
Más aún, a los casos de abierta colaboración con el imperialismo (Sinyavski, Daniel, Tarsis) hay que sumar dos cartas que abogan por el "deshielo" remitidas por los escritores revisionistas Spolecchnitzin y Solzanitzin. Esta, cuya carta ha publicado íntegramente "Le Monde" de Paris, dice: "La mejor parte de nuestra literatura viene a nosotros mutilada... Muchos de los asistentes a este Congreso (de Escritores Soviéticos.- Red.) saben que ellos mismos estaban bajo la amenaza de censura...Propongo que este Congreso demande y obtenga la supresión de toda censura -abierta o disimulada- sobre la producción artística y que libere a las imprentas de -recabar permiso antes de publicar cualquier cosa". Y expresando los anhelos de la burguesía soviética, que está dispuesta a morir antes que a permitir su aplastamiento por el pueblo, finaliza: "En el servicio de la verdad, estoy listo para aceptar la muerte". A ese extremo han llegado los renegados revisionistas que ahora se mantienen en el poder en la URSS y se esfuerzan por restaurar el capitalismo y todas sus aberraciones en la patria de Lenin.
Ir contra la historias suicidarse
Los revisionistas tito-jruschovistas así como sus asalariados en el terreno literario, se muestran en forma arrogante y cantan victoria antes de tiempo. Pero tarde o temprano serán repudiados por el pueblo soviético y por todos los pueblos del mundo debido a su traición a la causa de la revolución. Todo lo que obstaculice el avance de los pueblos hacia su liberación y su progreso, será barrido sin piedad. La causa revolucionaria del proletariado y de todos los pueblos oprimidos del mundo entero, llenas de vigor juvenil, limpiarán el mundo con el ímpetu de una avalancha y la fuerza de un rayo. La literatura y el arte revolucionarios del proletariado y del pueblo se desarrollarán con vitalidad en el curso de la lucha y siempre servirán para estimular a las fuerzas populares en su lucha contra la traición y la reacción oculta o desembozada.
En Octubre de 1965, el "comunista" y "escritor proletario" Shólojov - en un estado de temerosa excitación- aceptó el Premio Nobel de Literatura, premio que ni siquiera el escritor burgués Jean Paul Sartre quiso aceptar. Según Sartre, aceptar el premio sería recibir "una distinción reservada para los escritores de Occidente o para los traidores de Oriente" que implica el compromiso desembozado con la reacción mundial.
Desde la victoria de la Gran Revolución Socialista de Octubre la organización encargada de conceder el Premio Nobel de literatura siempre ha buscado en mil y una formas " traidores de Oriente " entre los autores soviéticos. Aunque declaró cuanto valoraba a los "talentos literarios", nunca reconoció calidad a Máximo Gorki a quien Lenin elogió. Esa organización da su aprobación, busca trabajosamente y premia con aparatosa prodigalidad sólo a aquellos "talentos" entre los escritores soviéticos que se oponen decididamente al comunismo y a la Revolución Socialista. En 1933 -es decir 16 años después de la victoria del proletariado ruso- el Comité del Premio Nobel otorgó por primera vez el premio a un escritor ruso. Ese escritor no era, por supuesto, Gorki ni ningún otro autor que apoyara la causa revolucionaria del pueblo; era el contrarrevolucionario ruso blanco Ivan Bunin, que odiaba profundamente a la Revolución de Octubre y fugó, a Paris para vivir en "libertad".
El "caso" Pasternak y la novelística contrarrevolucionaria
Con la misma clase de motivación política, el Comité confirió en 1958 el premio a otro tristemente célebre traidor: Boris Pasternak, autor de la novela anticomunista "El Dr. Zhivago". Y mediante esto, los reaccionarios del mundo entero agitaron una ola antisoviética y anticomunista. La prensa occidental ligada a los monopolios imperialistas expresó su gran aprecio por el papel desempeñado por el Premio Nobel de Literatura y el periódico "Kurrier" de Viena hasta lo llamó "el Premio Nobel contra el Comunismo". En esa época, el pueblo soviético denunció airadamente a dicho premio como "un instrumento de Occidente" y una avanzada del imperialismo yanqui y demás explotadores contra el sistema socialista, y condenó unánimemente la actitud traidora de Pasternak. "Pravda" de Moscú tuvo que decir el 26 de Octubre de ese año: "El hombre a quien la burguesía reaccionaria concedió el Premio Nobel es el que ha calumniado a la revolución socialista y al pueblo soviético". Hasta Shólojov, aunque de mala gana, se sintió obligado a declarar su posición denunciando a Pasternak como "emigrado interno" u hombre que viviendo en el país no participa en la creación y en la vida del mismo.
De allí que resulte sumamente irónico el hecho de que, no muchos años más tarde, el propio Shólojov - agradecido y conmovido hasta las lágrimas- aceptara el Premio Nobel que una vez condenara diciendo que había sido otorgado a un "emigrado interno". Desde luego, el "talento" de Shólojov no lo deja ser tan estúpido como para admitir abiertamente que lo que él aceptó era un premio para los traidores. A partir de ese momento, el pequeño grupo de escritores revisionistas contemporáneos encabezados por Shólojov se esforzaron al máximo para hacer creer al pueblo soviético que la naturaleza del Premio Nobel "ha cambiado" y que "ha llegado a ser extraordinariamente imparcial". Hablando a un corresponsal de la UPI, un dirigente de la Unión de Escritores de la URSS tuvo la desvergüenza de calificar el Nobel como "un gran premio a la Literatura Socialista". El Comité Central del PCUS y el Consejo de Ministros de la URSS también dieron un paso al frente y hablaron del Premio como "otra pruebe, del reconocimiento mundial"..." de los indiscutibles éxitos de la literatura socialista.
Aunque brillantes en sus juegos de manos, la extrema agitación que en los revisionistas tito-jruschovistas había suscitado el inesperado halago concedido a Shólojov les había hecho olvidar algo importante, Anders Osterling -presidente del Comité Nobel de la Academia de Ciencias de Suecia- ya había dado una explicación pública de porqué concedían el premio. Y la razón no era que ellos hubiesen cambiado su posición, sino que "aunque el señor Shólojov es un comunista convencido mantiene los conceptos ideológicos absolutamente fuera de su gran obra en cuatro volúmenes ('El Don Apacible') (subrayado nuestro.- Red.).
Pero, ¿No habían estado afirmando categóricamente los dirigentes del CC del PCUS, los miembros del Consejo de Ministros de la URSS y los comentaristas de la Unión Soviética que el premio otorgado a Shólojov "demuestra el reconocimiento" de la "literatura socialista-realista y "significa un gran premio a la literatura socialista"? Es perfectamente claro que la muy pregonada "literatura socialista" es el tipo de literatura por la que abogan los reaccionarios, es la literatura "sin tendencia ideológica" que "está por encima de las clases". Los revisionistas tito-jruschovistas profieren juramentos en nombre de Lenin y dicen atenerse prolijamente a los principios marxista-leninistas, pero han olvidado por completo las consignas de Lenin:"¡Abajo los escritores sin partido! ¡Abajo los superhombres literarios!". ¿No resulta esto una gran ironía?
Marxismo-Leninismo y Literatura
En realidad no existe ninguna literatura que se mantenga "absolutamente fuera de conceptos ideológicos”, que "esté por encima de las clases". Estos son simplemente términos literarios que emplean el imperialismo y los revisionistas para engañar a los lectores, para desorientarlos y para encubrir el vil propósito que persiguen con respecto el pueblo: desviarlo de la lucha revolucionaria. En el mundo actual, toda literatura y todo arte pertenecen a una clase determinada y están subordinados a una línea política determinada; por lo tanto necesariamente difunden una ideología política específica y tienen una tendencia política definida. La literatura que según el imperialismo y los revisionistas no tiene relación con la ideología, difunde concretamente en mil y una formas la ideología reaccionaria de la burguesía y posee une tendencia política reaccionaria.
Shólojov – Pasternak: las dos caras de la misma moneda
La novela "El Don apacible" de Shólojov es justamente una "gran obra de tal tipo, lo cual -analizado desde el punto de vista marxista-leninista de clase- representa una de las más importantes razones por las que Shólojov está junto con Pasternak en la lista de "ganadores del Premio Nobel de literatura". Es que la "gran obra en cuatro volúmenes" produce el mismo efecto que "El Dr. Zhivago", aunque por diferentes medios.
En su libro, Pasternak pinta un perverso cuadro de la "ruina" de los intelectuales rusos en la nueva sociedad y lanza toda clase de calumnias sobre el Ejército Rojo y la nueva vida después de la Revolución: de Octubre a través de la descripción de Zhivago, un viejo intelectual burgués que odiaba la revolución proletaria y el sistema socialista. Shólojov, en "El Don apacible", hace una abierta alabanza al contrarrevolucionario cosaco Grigori que había combatido con "frenesí al Ejército Rojo y cometido numerosos y sangrientos crímenes. Mediante estas alabanzas, Shólojov hace un venenoso ataque contra la Revolución Socialista y contra la "inhumanidad" de la lucha de clases -porque ambas no sólo hicieron trizas "el alma hermosa" de Grigori y lo privaron de todo lo que podía "ponerlo en contacto con el mundo en que vivía", sino que también arruinaron la vida pacífica, feliz y tranquila de la familia Melejov- lanzando su desnuda maldición sobre las guerras revolucionarias. ¿No cumplen ambas novelas la misma finalidad?
En el reciente XXIII del PCUS que se inició con gran fanfarria, Shólojov" estigmatizó a algunos escritores soviéticos como "renegados" y dijo: "No hay nada más sucio y ruin que calumniar a su propia madre, insultarla de modo vil y levantar la mano contra ella". ¿No son éstas las palabras adecuadas para el propio Shólojov? Ya hace dos décadas que había utilizado "El Don apacible" para vilipendiar el camino de la Revolución de Octubre: ¡había levantado la mano contra su "propia madre", contra Lenin, contra Stalin, contra la gran revolución proletaria!
"Cuando te elogia el enemigo es que estás haciendo lo que él quiere"
La prensa imperialista norteamericana, con su exclusiva sensibilidad de clase, ha percibido claramente la fuerte ideología anticomunista de "El Don apacible" y, por lo tanto lo han cubierto de elogios. Al serle entregado el premio a Shólojov, el "Saturday Review" escribió con gran entusiasmo que él "representa a aquellos mismos cosacos del Don que han luchado contra el Ejército Rojo" y que "ha expresado a través de sus personajes de ficción ciertas dudas acerca de los dogmas y prácticas comunistas". Eso mismo dicen en nuestro país "críticos" fosilizados tan reaccionarios como Enrique Chirinos Soto y Mario Castro Arenas. Y no es difícil comprender que las clases dominantes de esta parte del mundo miran con simpatía y prefieren a Shólojov justamente por esta importante razón y no por otra.
Vale la pena meditar profundamente porqué hace 21 años -en 1946-cuando Shólojov fue presentado como candidato al Premio Nobel de Literatura el imperialismo y los demás reaccionarios ni siquiera lo tuvieron en cuenta y vinieron a "descubrir su gran talento" 19 años más tarde -en 1965-. ¿Cuál es la clave de ese misterio?
Las razones de una pérfida traición
Cuando se devela el misterio, las razones resultan ser muy simples. Antes de que los revisionistas tito-jruschovistas usurparan la dirección de la Unión Soviética, Shólojov después de todo no era tan atrevido como para mostrarse totalmente en sus verdaderos colores. Por lo tanto, aunque la reacción internacional valoraba altamente "El Don apacible" no podía confiar en él totalmente. En consecuencia, tomó la actitud de "ver y esperar". En esa época, aunque Shólojov ya había atacado en su novela la guerra revolucionaria y la Revolución de Octubre, todavía se sentía obligado a decir en algunas ocasiones algo hipócrita en elogio de la Revolución y de Stalin. Al igual que Jruschov, solía llamar al gran marxista revolucionario "su padre". Al morir desafortunadamente Stalin en 1953, Shólojov soltó lágrimas de cocodrilo: "¡Padre, adiós, adiós para siempre querido padre al que amé cálidamente duran te toda mi vida!", y juró guardar "siempre en mi corazón condolencias sagradas" por el dirigente muerto.
Sin embargo, después de un lapso sumamente corto, en el XX Congreso del PCUS de 1956, abrazó públicamente a Jruschov que estaba atacando enloquecidamente a Stalin y se coludió con el cacique revisionista en sus desenfrenados ataques a Fadeyev, uno de los principales dirigentes del PCUS en la esfera de la literatura en la época en que Stalin estaba en la dirección. Entonces, escribió el relato corto "El destino de un hombre" que puede ser llamado espécimen de la literatura revisionista contemporánea, y se convirtió en la oveja madrina de Jruschov en la difusión del revisionismo en el campo de la literatura y el arte soviéticos. Desde entonces, adonde quiera que Jruschov voló Shólojov estuvo siempre donde lo había prometido: "junto" a él "ideológicamente". Más repugnante todavía fue verlo anunciando con todo descaro en el XXII Congreso del PCUS que él sentía una especie de "inexpresable... admiración de hombre" por Jruschov. Ahora. Que el máximo exponente del revisionismo en este siglo ha sido repudiado por la gente de su propia pandilla, ¿qué dirá el proteiforme Shólojov?
Antes de la caída de Jruschov y luego de su debacle, el ex-cacique revisionista y sus cómplices mostraban y muestran un extraordinario aprecio por este fiel portavoz que tiene un papel especial que desempeñar. Debido a que no sólo tiene el título de "escritor miembro del Partido" sino que también es un ganador del Premio Stalin, además de haber sido elegido como Diputado del Soviet Supremo, puede –al menos transitoriamente- engañar a parte del pueblo soviético y algunas personalidades en los círculos culturales internacionales, desconocedores de los hechos reales, y puede desempeñar cierto papel engañoso entre ellos.
Las "tareas" del renegado Shólojov
La colaboración soviético norteamericana para la dominación del mundo es el alma de la línea revisionista tito-jruschovista. Eso explica por qué Shólojov ha hecho grandes esfuerzos para pregonar la cooperación cultural entre EU y la URSS, entre los lectores soviéticos y los círculos culturales internacionales, convirtiéndose en un ansioso adalid cooperación revisionista-imperialista.
Por un lado, ha estado difundiendo activamente en la Unión Soviética el pensamiento burgués, la teoría burguesa de la inmutable naturaleza humana que conserva "riesgos esenciales" al margen de los sistemas sociales y los conceptos burgueses de libertad, igualdad y fraternidad, e inculcando en los lectores soviéticos ideas corrompidas de individualismo, humanitarismo y pacifismo reaccionarios. Por otro lado, ha cambiado totalmente su modo de vida de "ermitaño" y ha viajado repetidas veces al extranjero a cumplir misiones de propaganda por todas partes, con el objeto de acicatear a los escritores de las naciones oprimidas y las clases oprimidas a realizar "una acción conjunta" y "expresar sus opiniones colectivamente" con los escritores imperialistas y burgueses.
Sacrificios al moloch imperialista
Con este propósito ha rogado al imperialismo yanqui:"¡Visitémonos mutuamente! ¡No tenemos nada sobre qué disputar ni razón alguna para pelear!". Así en una conferencia europea de escritores, enronqueció llamando a los escritores a llegar a un acuerdo" y "encontrar un lenguaje común”... "Al igual que los grandes estadistas y diplomáticos de EU, la Unión Soviética e Inglaterra. ¿Cuál es el motivo de la febril actividad de esto plumífero revisionista?
Shólojov trata de proteger los interesas de las camarillas dominantes en E.U. y la URSS, y quiere impedir que el pueblo se levante en revolución. Él está indiscriminadamente contra toda clase de guerras ya se trate de una guerra revolucionaria emprendida por los pueblos oprimidos o una guerra de liberación librada por una nación invadida. El "gran escritor" pro-imperialista desea que los escritores del mundo sean los primeros en salir a decir "no" y se adelanten a hablar antes que aquellos que dicen "si" a la revolución. Shólojov no sólo ha traicionado la revolución, sino que no permite que otros se levanten en revolución. Y no sólo no permite que otros hagan revoluciones, sino que anhela que todos los escritores del mundo "se unan" para prohibir "colectivamente" hacer la revolución a los demás. Estas son las razones por las cuales se convirtió en regalón de la "crica" revisionista soviética y esos son los motivos por los que el imperialismo lo premió.
Los hechos no demuestran que haya cambiado la naturaleza del Premio Nobel denominado "instrumento de Occidente" por el pueblo soviético. Lo que realmente ocurre es que Shólojov y sus acólitos ya han descartado definitivamente la hoja de parra con que cubrían sus desnudeces y han quedado expuestos cono "instrumentos occidentales", como agentes del imperialismo yanqui y la reacción mundial en el plano literario.
El "deshielo" literario y la reacción
Toda revolución popular que modifica profundamente las estructuras sociales, tiene ante sí el gran problema de modificar "el alma de las gentes", como dice Mao Tse-tung. Es decir, el nuevo orden y la nueva vida en la nueva sociedad no pueden ser convenientemente estructurados, sin la abolición de los viejos hábitos, costumbres e ideas y su correspondiente substitución por ideas, costumbres y hábitos acordes con el nuevo sistema. La lucha de clases aún perdura en el socialismo y las fuerzas revolucionarias del pueblo no pueden permitirse ceder un milímetro en ella a riesgo de que los usurpe un metro la reacción embozada que todavía ocupa determinadas posiciones de importancia. De allí que la dictadura del proletariado sea, al mismo tiempo, democracia plena para el pueblo y dictadura rigurosa del Estado de obreros y campesinos contra la burguesía y todos los reaccionarios. En este sentido, no puede permitirse el libertinaje propio del sistema capitalista en lo que se refiere a la "libertad de crítica" anhelada por la reacción para poder enfilar mejor sus disparos contra la causa popular. A la inversa del capitalismo, el pueblo tiene derecho a hablar y la burguesía tiene derecho a ser aplastada y aniquilada.
Sin embargo, el primer Estado Obrero del mundo -cronológicamente hablando- la URSS, en el proceso de retroceso que viene experimentando hacia el capitalismo, ha sido también el primero en contemplar cómo una caduca y retrógrada camarilla revisionista fomenta el "deshielo" no sólo en el campo del arte y la literatura, sino también en el sector de la economía, de la política, de la filosofía, de la ciencia, etc. Este "deshielo" no es otra cosa que el permitir que los sectores de clase enriquecidos y fortalecidos en un lapso de casi 50 años, los sectores de clase burgueses y hasta plutocráticos que sirven de sostén social al revisionismo" tengan el mismo derecho que el pueblo para realizar actividades en todos estos campos de actividad del hombre. Es decir los reaccionarios quieren tener más libertad para difundir sus pútridas teorías, para acelerar más y más el proceso de descomposición de la economía socialista, para envenenar la mentalidad de las gentes con trampas como la ganancia y el enriquecimiento personal, para difundir el viciado hálito del individualismo y el egoísmo a ultranza, para volver a ocupar plenamente las posiciones que les fueran arrebatadas por Lenin, Stalin y los bolcheviques en la grandiosa Revolución de Octubre.
Prueba de esa libertad para oprimir al pueblo buscada por los burgueses soviéticos y sus lacayos revisionistas, es la carta dirigida por más de 80 escritores de la URSS a la Unión de Escritores Soviéticos exigiendo "que se les permita realizar una discusión abierta sobre la situación imposible existente"(se refieren al control-débil control -que aún ejerce el Partido revisionista en el terreno literario) y planteando la supresión de todo tipo de censura "para poder, publicar con entera libertad". En otras palabras, los escritores revisionistas y pro-imperialistas que firman la carta -Shólojov, Evtushenko, Tvarvski Paustovski, Actinov, Solzanitzin y muchos otros- se desesperan por la "falta de libertad" y hasta las facilidades revisionistas les resultan estrechas. Por eso claman por la continuación acelerada del deshielo".
Más aún, a los casos de abierta colaboración con el imperialismo (Sinyavski, Daniel, Tarsis) hay que sumar dos cartas que abogan por el "deshielo" remitidas por los escritores revisionistas Spolecchnitzin y Solzanitzin. Esta, cuya carta ha publicado íntegramente "Le Monde" de Paris, dice: "La mejor parte de nuestra literatura viene a nosotros mutilada... Muchos de los asistentes a este Congreso (de Escritores Soviéticos.- Red.) saben que ellos mismos estaban bajo la amenaza de censura...Propongo que este Congreso demande y obtenga la supresión de toda censura -abierta o disimulada- sobre la producción artística y que libere a las imprentas de -recabar permiso antes de publicar cualquier cosa". Y expresando los anhelos de la burguesía soviética, que está dispuesta a morir antes que a permitir su aplastamiento por el pueblo, finaliza: "En el servicio de la verdad, estoy listo para aceptar la muerte". A ese extremo han llegado los renegados revisionistas que ahora se mantienen en el poder en la URSS y se esfuerzan por restaurar el capitalismo y todas sus aberraciones en la patria de Lenin.
Ir contra la historias suicidarse
Los revisionistas tito-jruschovistas así como sus asalariados en el terreno literario, se muestran en forma arrogante y cantan victoria antes de tiempo. Pero tarde o temprano serán repudiados por el pueblo soviético y por todos los pueblos del mundo debido a su traición a la causa de la revolución. Todo lo que obstaculice el avance de los pueblos hacia su liberación y su progreso, será barrido sin piedad. La causa revolucionaria del proletariado y de todos los pueblos oprimidos del mundo entero, llenas de vigor juvenil, limpiarán el mundo con el ímpetu de una avalancha y la fuerza de un rayo. La literatura y el arte revolucionarios del proletariado y del pueblo se desarrollarán con vitalidad en el curso de la lucha y siempre servirán para estimular a las fuerzas populares en su lucha contra la traición y la reacción oculta o desembozada.
Fuente: F.E.R. Medicina UNMSM. (1967). La verdadera cara de renegado del " Premio Nobel " SHÓLOJOV. Tareas ideológicas, 1, 22-28.