Gazte: insistes en asociar la NEP a la “burocracia stalinista” y no pareces tan desinformado como para no saber que esta fue diseña por Lenin. Al que siguiendo tu lógica tendríamos que acusar de “burócrata.”
Ya antes de las revueltas campesinas contra el poder soviético Lenin insistía con “terminar con el comunismo de guerra” lo que era resistido por los “comunistas de izquierda” (Bujarin) y los “defensores de la revolución mundial” que todavía tenían esperanza en la revolución alemana.
Lean estos extractos del “Informe sobre la sustitución del sistema de
contingentación por el impuesto en especie” del 15 de marzo de 1921 hecho por Lenin para el congresos del PC (b) de Rusia. (Obras escogidas TIII, Progreso, Moscú 1961)
Página 312:
“Por difícil que sea nuestra situación en cuanto a los recursos, debe ser resuelta la tarea de dar satisfacción al campesino medio. Hay muchos más campesinos medios que antes, las contradicciones se han atenuado, la tierra está distribuida en usufructo mucho más igualitario, al kulak se le han cortado las alas y ha sido expropiado en buena parte, en Rusia más que en Ucrania, y en Siberia menos que en Ucrania”.
Página 313:
“¿Cómo satisfacer al campesino y qué significa darle satisfacción? ¿Dónde está la respuesta a la cuestión de cómo darle satisfacción?
Naturalmente, en las propias reivindicaciones del campesinado.”
“En primer lugar, se precisa cierta libertad de intercambio de mercancías, libertad para el pequeño propietario privado, y, en segundo lugar, es menester facilitar mercancías y productos. (…) a las clases no se las satisfacen con papeles”
“¿Se puede hacer esto, se puede, hablando teóricamente, restaurar hasta cierto punto la libertad de comercio, la libertad del capitalismo para los pequeños agricultores, sin socavar las raíces del poder político del proletariado? ¿Es posible esto? Es posible, porque el quid está en hacer las cosas con medida.”
Página 314:
“El campesinado exige que se le demuestre prácticamente que el obrero, que mantiene en sus manos las fábricas, la industria, puede establecer el intercambio mercantil con los campesinos. Y, por otra parte, un inmenso país agrícola con pésimas vías de comunicación, con un inmenso territorio, con diversidad de climas, con distintas condiciones agrícolas, etc., presupone indefectiblemente una cierta libertad de circulación mercantil de la agricultura local y de la industria local en el plano local. En este sentido hemos cometido muchas faltas, yendo demasiado lejos: hemos ido demasiado lejos por el camino de la nacionalización del comercio y de la industria, por el camino de cerrar la circulación local de mercancías. ¿Ha sido un error? Sin duda alguna.
A este respecto hemos incurrido simplemente en muchas equivocaciones, y seria un gravísimo delito no ver y no comprender que no hemos observado la medida, que no hemos sabido cómo observarla. Pero, por otra parte, también nos hemos visto ante una necesidad imperiosa: hemos vivido hasta ahora en medio de una guerra feroz, increíblemente dura, en la que no nos quedaba otra disyuntiva que actuar con arreglo a las leyes de guerra hasta en el terreno económico. Ha sido un milagro que un país en ruinas haya podido resistir una guerra semejante, y este milagro no ha caído del cielo, sino que ha brotado de los intereses económicos de la clase obrera y del campesinado, que han hecho este milagro con su entusiasmo masivo; este milagro ha sido el que ha posibilitado la resistencia a los terratenientes y a los capitalistas. Mas, al propio tiempo, el hecho indudable, que no debemos ocultar en la agitación y la propaganda, es que hemos ido más allá de lo que era necesario desde el punto de vista teórico y político. Podemos permitir en grado considerable el libre intercambio local de mercancías, no destruyendo, sino reforzando el poder político del proletariado. La práctica dirá cómo hacerlo.”
Si Lenin decía en 1921 que al Kulak se le “habían cortado las alas” que “hemos cometido muchas faltas, yendo demasiado lejos” y proponía “el libre intercambio de mercancías” y que esto no destruía sino que reforzaba el poder del proletariado, porque “salvaba” la alianza obrero-campesina… y que:
“Resolver este problema en relación con el pequeño agricultor, sanear, por decirlo así, toda su psicología, únicamente puede hacerlo la base material, la maquinaria, el empleo en gran escala de tractores y otras máquinas en la agricultura, la electrificación en escala masiva. He aquí lo que podría transformar de raíz y con enorme celeridad al pequeño agricultor. Esto es obra de generaciones enteras, pero yo no digo que hagan falta siglos. Comprenderéis bien que, en todo caso, se requiere cuando menos varios decenios para conseguir tractores y máquinas y electrificar un país inmenso. Tal es la situación objetiva.” (Página 313)
¿Por qué decir: “en la mente de stalin y de bujarin durante los años 20 solo estaba cerrar el paso a las propuestas de trotsky, su programa era difuso, y se basaba en un crecimiento lento” ¡Cuando para 1936 el campo ya estaba ganado por los koljoses y los sovjoses!
La mayoría del partido siguió las directivas de Lenin. Ni el “enriqueceos” de Bujarin ni la expropiación de los campesinos de Preobrazhensky y Trostky.
¿Qué pasa Gazte, vas a dar lugar a la propaganda nazi del Holodomor solo para poder difamar a Stalin?
Lindo argumento: el Holodomor existió porque Stalin fomento a los kulaks que luego engordaron y le costo erradicarlos, e hizo esto solo por “cerrar el paso a las propuestas de Trotsky”
Que absurdo.
¿Quien era Trosky? ¿el ombligo del mundo…? estas locuras solo se le pueden ocurrir a alguien que toma en serio los libros de un fanfarrón ego maníaco como Trostky.
Típico de trotskistas usar falacias y argumentos burgueses para atacar a la URSS