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La Federación Republicanos siempre ha insistido en la prioridad de unir a la izquierda en la tarea de superar el régimen monárquico, como paso previo y necesario para poder aplicar un plan que permita superar la crisis respetando los derechos y conquistas sociales de la mayoría trabajadora. Este objetivo que constituye de hecho una de las razones fundamentales de la constitución de Republicanos, se va convirtiendo en una meta común a la mayoría de los militantes de las organizaciones de la izquierda. El régimen monárquico, que impuso la transición sin ruptura con el franquismo, se ha convertido en una cárcel institucional y política para las aspiraciones de la mayoría, que impide el desarrollo de sus anhelos de progreso social.
A lo largo de estas semanas, hemos intentado todo para alcanzar la unidad, trabajando para establecer puentes entre las diversas opciones ideológicas de la izquierda: el entorno de IU, los sectores socialdemócratas hartos de la política reaccionaria que practica la dirección del PSOE que usurpa esas siglas históricas, los sectores nacionalistas que comparten el objetivo de conquistar juntos, los pueblos y nacionalidades de España, el ejercicio democrático del derecho a decidir su destino, y los nuevos sectores, mayoritariamente jóvenes, empujados por la movilización social a la lucha política. Y lo seguiremos haciendo en un futuro, porque estamos convencidos de que sin unidad no hay salida a la crisis económica, social y política que vivimos.
Sin embargo, conforme se acercaba la fecha de las Elecciones al Parlamento Europeo, que en España serán la primera cita electoral de un ciclo que debería culminar con el desalojo de la derecha ultrarreaccionaria del Gobierno, hemos podido comprobar que los dirigentes de la mayoría de las fuerzas políticas de izquierda iniciaban una irresponsable carrera en sentido contrario al que marca el sentido común, los sectores más avanzados de las clases populares y el sentir de sus propios afiliados que quieren unir fuerzas frente a la minoría antisocial que controla los resortes del Estado. La consecuencia de esta actitud es que el próximo 25 de mayo, la izquierda se presenta dividida y dispersa en distintas candidaturas que tienen en común el ignorar, por considerarlo innecesario, el objetivo de ruptura con el régimen y aceptar consecuentemente las reglas de juego de un modelo de Estado cuya única razón de ser es la de impedir que la mayoría social coja en sus propias manos las riendas de su futuro, y poner las principales instituciones del Estado al servicio de una minoría corrupta de banqueros, grandes fortunas y especuladores.
En definitiva, ninguna de las opciones representa cabalmente la alternativa que necesitan las clases populares para salir del marasmo en el que viven. Unas, porque rechazan la necesidad de organizar y dar contenido político a las movilizaciones sociales, otras porque han consolidado en los primeros puestos de sus listas a representantes de una forma de hacer política en las instituciones que asume las reglas de juego impuestas por el régimen heredero del franquismo y que han comprometido a lo largo de muchos años a la izquierda institucional en el sostenimiento de un marco político que las clases trabajadoras rechazan.
Cómo extrañarse en estas circunstancias si una parte importante del voto progresista y de izquierda se pierde en la abstención, que probablemente crezca como síntoma del hartazgo de millones de personas cansadas de ver frustradas sus reivindicaciones a pesar de la constante movilización.
Ahora bien, las elecciones al Parlamento Europeo se dan en un momento político muy importante, en el que el Gobierno Rajoy y el resto de la derecha van a intentar recuperarse del desgaste provocado por su brutal política de recortes. Y no podemos consentir que lo logre. Por este motivo, la Federación Republicanos llama a sus afiliados y al conjunto de la ciudadanía a votar por las candidaturas de izquierda.
Por último, nos consta que el sentimiento de unidad sigue creciendo entre las gentes de izquierda, lo mismo que la conciencia de que esa unidad, para ser efectiva, para ilusionar a la mayoría, debe darse frente al corrupto régimen monárquico.
Por ese motivo, a pesar de que las elecciones al Parlamento Europeo han sido una ocasión perdida para la unidad, debemos tener en cuenta que en los próximos meses se celebran nuevas citas electorales en las que nuevamente tendremos oportunidad de avanzar hacia la construcción de un gran Bloque Popular. A esta esperanzadora tarea llamamos a toda la izquierda, a los trabajadores y sectores populares, y en ella comprometemos nuevamente todas nuestras fuerzas y buen hacer.
¡Ni un voto a la derecha!
¡Por la unidad de la izquierda!
¡Por un Frente Popular por la III República!
II Asamblea General de la Federación Republicanos
Madrid, 27 de abril de 2014
La Federación Republicanos siempre ha insistido en la prioridad de unir a la izquierda en la tarea de superar el régimen monárquico, como paso previo y necesario para poder aplicar un plan que permita superar la crisis respetando los derechos y conquistas sociales de la mayoría trabajadora. Este objetivo que constituye de hecho una de las razones fundamentales de la constitución de Republicanos, se va convirtiendo en una meta común a la mayoría de los militantes de las organizaciones de la izquierda. El régimen monárquico, que impuso la transición sin ruptura con el franquismo, se ha convertido en una cárcel institucional y política para las aspiraciones de la mayoría, que impide el desarrollo de sus anhelos de progreso social.
A lo largo de estas semanas, hemos intentado todo para alcanzar la unidad, trabajando para establecer puentes entre las diversas opciones ideológicas de la izquierda: el entorno de IU, los sectores socialdemócratas hartos de la política reaccionaria que practica la dirección del PSOE que usurpa esas siglas históricas, los sectores nacionalistas que comparten el objetivo de conquistar juntos, los pueblos y nacionalidades de España, el ejercicio democrático del derecho a decidir su destino, y los nuevos sectores, mayoritariamente jóvenes, empujados por la movilización social a la lucha política. Y lo seguiremos haciendo en un futuro, porque estamos convencidos de que sin unidad no hay salida a la crisis económica, social y política que vivimos.
Sin embargo, conforme se acercaba la fecha de las Elecciones al Parlamento Europeo, que en España serán la primera cita electoral de un ciclo que debería culminar con el desalojo de la derecha ultrarreaccionaria del Gobierno, hemos podido comprobar que los dirigentes de la mayoría de las fuerzas políticas de izquierda iniciaban una irresponsable carrera en sentido contrario al que marca el sentido común, los sectores más avanzados de las clases populares y el sentir de sus propios afiliados que quieren unir fuerzas frente a la minoría antisocial que controla los resortes del Estado. La consecuencia de esta actitud es que el próximo 25 de mayo, la izquierda se presenta dividida y dispersa en distintas candidaturas que tienen en común el ignorar, por considerarlo innecesario, el objetivo de ruptura con el régimen y aceptar consecuentemente las reglas de juego de un modelo de Estado cuya única razón de ser es la de impedir que la mayoría social coja en sus propias manos las riendas de su futuro, y poner las principales instituciones del Estado al servicio de una minoría corrupta de banqueros, grandes fortunas y especuladores.
En definitiva, ninguna de las opciones representa cabalmente la alternativa que necesitan las clases populares para salir del marasmo en el que viven. Unas, porque rechazan la necesidad de organizar y dar contenido político a las movilizaciones sociales, otras porque han consolidado en los primeros puestos de sus listas a representantes de una forma de hacer política en las instituciones que asume las reglas de juego impuestas por el régimen heredero del franquismo y que han comprometido a lo largo de muchos años a la izquierda institucional en el sostenimiento de un marco político que las clases trabajadoras rechazan.
Cómo extrañarse en estas circunstancias si una parte importante del voto progresista y de izquierda se pierde en la abstención, que probablemente crezca como síntoma del hartazgo de millones de personas cansadas de ver frustradas sus reivindicaciones a pesar de la constante movilización.
Ahora bien, las elecciones al Parlamento Europeo se dan en un momento político muy importante, en el que el Gobierno Rajoy y el resto de la derecha van a intentar recuperarse del desgaste provocado por su brutal política de recortes. Y no podemos consentir que lo logre. Por este motivo, la Federación Republicanos llama a sus afiliados y al conjunto de la ciudadanía a votar por las candidaturas de izquierda.
Por último, nos consta que el sentimiento de unidad sigue creciendo entre las gentes de izquierda, lo mismo que la conciencia de que esa unidad, para ser efectiva, para ilusionar a la mayoría, debe darse frente al corrupto régimen monárquico.
Por ese motivo, a pesar de que las elecciones al Parlamento Europeo han sido una ocasión perdida para la unidad, debemos tener en cuenta que en los próximos meses se celebran nuevas citas electorales en las que nuevamente tendremos oportunidad de avanzar hacia la construcción de un gran Bloque Popular. A esta esperanzadora tarea llamamos a toda la izquierda, a los trabajadores y sectores populares, y en ella comprometemos nuevamente todas nuestras fuerzas y buen hacer.
¡Ni un voto a la derecha!
¡Por la unidad de la izquierda!
¡Por un Frente Popular por la III República!
II Asamblea General de la Federación Republicanos
Madrid, 27 de abril de 2014
