[KIMETZ Euskal Herria] SOBRE LAS MANIOBRAS DEL RÉGIMEN EN RELACIÓN CON LA JEFATURA DEL ESTADO

SOBRE LAS MANIOBRAS DEL RÉGIMEN EN RELACIÓN CON LA JEFATURA DEL ESTADO

En las últimas semanas, se ha consumado un hecho de notoria importancia en el Estado español. Hablamos, efectivamente, de la abdicación del Rey Juan Carlos I, heredero de Franco en la jefatura del Estado, a favor de su hijo Felipe. Los acontecimientos se han desarrollado en un ambiente enrarecido por los múltiples problemas que azotan al caduco Estado en plena crisis estructural del capitalismo.

La inestabilidad política que le generan al régimen español tanto el desafío independentista de la burguesía nacional catalana como el auge electoral del reformismo pequeño burgués hace que los cimientos del viejo Estado se tambaleen, y para paliar tal peligro, se realiza un maquillaje en uno de sus pilares fundamentales, la monarquía. El aparato de alienación del régimen nos ha vendido al nuevo Rey como el mejor preparado del mundo, alguien ejemplar, etc. En Kimetz no ponemos en duda la excepcional preparación de este señor; es más, nos sorprendería lo contrario. No dudamos que haya sido estrictamente preparado para defender con rigor y firmeza los intereses de aquellos que viven a base de saquear a la clase obrera y las capas populares; entendemos que es su función.

Del mismo modo, la forma en la que ha sido tramitada la abdicación del monarca fascista refleja muy bien aquello de que el régimen lo tiene todo “atado y bien atado”. De hecho, un pacto entre las fuerzas políticas básicas del régimen, el PP y el PSOE, materializa este lavado de cara de la institución lo más rápido posible, no vaya a ser que el pueblo empiece a plantearse qué pinta esa institución ahí.

Ante el clamor popular que en todo el Estado salió a reclamar la República, el PSOE dejó muy claro que debe ser “responsable” y realizar sus funciones, hacer cumplir la legalidad que emana del 18 de julio. Mientras tanto, ciertos “despistados” pedían una segunda transición, lo que viene a ser una segunda farsa, que haría sino anestesiar todo el descontento popular ante los síntomas de descontento que produce este trasnochado Estado. Otros, como los vende obreros del PCE-IU, se limitaban a pedir un referéndum sobre la jefatura del Estado, ¡cómo si la monarquía fuese algo ajeno al propio Estado y a la legalidad fascista! En todo caso, no sería más que una república burguesa ajena a las aspiraciones de proletariado y las clases populares; pese a que de por sí constituye una reivindicación democrática el hecho de poder elegir la forma de Jefatura del Estado.

El nuevo rey será paseado en el automóvil que Hitler le regalo a su abuelo político, Franco, y los comunistas no podemos ser pasivos ante estas maniobras que únicamente suponen un analgésico para la moral del pueblo trabajador. Nosotros no queremos ni otra farsa orquestada por el régimen ni un mero lavado de cara. Desde Kimetz reivindicamos, como mínimo, el legado de la República del Frente Popular, que suponga, como lo supuso la de 1936, la amnistía a los presos políticos, el derecho a la autodeterminación de las naciones oprimidas por el Estado y apertura de diligencias contra los responsables de las atrocidades que cometió y sigue cometiendo el fascismo. Concretamente, exigimos una ruptura democrática, que en la práctica supone derrotar a la oligarquía financiera y su caduco Estado.

SOCIALISMO Y AUTODETERMINACIÓN