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TRABAJADORES FRENAN UN ATAQUE MACRISTA
24/07
A partir de enero, agentes del Ministerio de Modernización irrumpieron durante meses en consultorios y dormitorios del Hospital Moyano perturbando la labor de los trabajadores y la salud de las pacientes con el argumento de realizar un auditoría sobre “control de presentismo”. Rápidamente, con el bloqueo de salarios de 69 trabajadores, quedó en evidencia que su objetivo era intentar justificar, a como diera lugar, descuentos salariales masivos y hasta cesantías sin sumario previo de gran parte del personal, como parte de su plan de desguace de la Salud Pública de la Ciudad.
Esta ofensiva provocó una gran reacción del personal, en particular de los profesionales, quienes, organizados en la Asamblea de Profesionales, realizaron numerosos actos, movilizaciones a la legislatura, campañas de difusión y presentaciones judiciales y administrativas.
Lograron así obligar a las autoridades a dejar sin efecto aquel bloqueo. Sin embargo, hace dos meses, el macrismo volvió a la carga con un intento aun mas audaz, imputando de miles de presuntas “ausencias injustificadas” a más de 800 trabajadores del Hospital, en cantidades tales que jusitificarían el despido. Todo en base a una información que el propio Ministerio de Modernización reconoce que está viciada de irregularidades, desde el momento en que no se relevaron las planillas de asistencia, ni los comprobantes de licencias, ni ninguna otra documentación del área de recursos humanos. Si las ausencias hubieran sido tales, el hospital habría funcionado días enteros sin un solo enfermero, psicólogo, trabajador social, ni otro profesional.
La auditoría sí pudo documentar un profundo problema de gestión del hospital. Es evidente que, al menos, nos encontramos ante una ineficiencia extrema y un estado de caos administrativo, que podría ser incluso el encubrimiento deliberado de una actividad ilícita.
La resistencia de los trabajadores frenó, por el momento, el intento de hacer responsables de esta situación a quienes sostienen cotidianamente el funcionamiento del Hospital, pero el gobierno de la ciudad insiste en desconocer la responsabilidad directa del Ministerio de Salud y de las autoridades del propio hospital: no sólo eso, sino que “premian” a la ex sub-directora, ascendiéndola al cargo de dirección.
El hostigamiento y la persecución del gobierno han planteado a los trabajadores a la necesidad de organizarse. Su reacción ha demostrado que es posible torcerle el brazo, defendiendo las condiciones de trabajo. Queda planteado el desafío de consolidar la organización lograda, para estar mejor preparados ante otros ataques, y seguir luchando por una salud mental pública de calidad: no al cierre de los hospitales psiquiátricos, como prevé la Ley Nacional de Salud Mental; no a la privatización de la atención sanitaria y asistencial; por la reorganización del Hospital Moyano, bajo una gestión en salud con proyectos no manicomiales, adecuados a las necesidades de los pacientes, con financiamiento adecuado y con derechos laborales para sus trabajadores.
Fuente: Prensa Obrera.
24/07
A partir de enero, agentes del Ministerio de Modernización irrumpieron durante meses en consultorios y dormitorios del Hospital Moyano perturbando la labor de los trabajadores y la salud de las pacientes con el argumento de realizar un auditoría sobre “control de presentismo”. Rápidamente, con el bloqueo de salarios de 69 trabajadores, quedó en evidencia que su objetivo era intentar justificar, a como diera lugar, descuentos salariales masivos y hasta cesantías sin sumario previo de gran parte del personal, como parte de su plan de desguace de la Salud Pública de la Ciudad.
Esta ofensiva provocó una gran reacción del personal, en particular de los profesionales, quienes, organizados en la Asamblea de Profesionales, realizaron numerosos actos, movilizaciones a la legislatura, campañas de difusión y presentaciones judiciales y administrativas.
Lograron así obligar a las autoridades a dejar sin efecto aquel bloqueo. Sin embargo, hace dos meses, el macrismo volvió a la carga con un intento aun mas audaz, imputando de miles de presuntas “ausencias injustificadas” a más de 800 trabajadores del Hospital, en cantidades tales que jusitificarían el despido. Todo en base a una información que el propio Ministerio de Modernización reconoce que está viciada de irregularidades, desde el momento en que no se relevaron las planillas de asistencia, ni los comprobantes de licencias, ni ninguna otra documentación del área de recursos humanos. Si las ausencias hubieran sido tales, el hospital habría funcionado días enteros sin un solo enfermero, psicólogo, trabajador social, ni otro profesional.
La auditoría sí pudo documentar un profundo problema de gestión del hospital. Es evidente que, al menos, nos encontramos ante una ineficiencia extrema y un estado de caos administrativo, que podría ser incluso el encubrimiento deliberado de una actividad ilícita.
La resistencia de los trabajadores frenó, por el momento, el intento de hacer responsables de esta situación a quienes sostienen cotidianamente el funcionamiento del Hospital, pero el gobierno de la ciudad insiste en desconocer la responsabilidad directa del Ministerio de Salud y de las autoridades del propio hospital: no sólo eso, sino que “premian” a la ex sub-directora, ascendiéndola al cargo de dirección.
El hostigamiento y la persecución del gobierno han planteado a los trabajadores a la necesidad de organizarse. Su reacción ha demostrado que es posible torcerle el brazo, defendiendo las condiciones de trabajo. Queda planteado el desafío de consolidar la organización lograda, para estar mejor preparados ante otros ataques, y seguir luchando por una salud mental pública de calidad: no al cierre de los hospitales psiquiátricos, como prevé la Ley Nacional de Salud Mental; no a la privatización de la atención sanitaria y asistencial; por la reorganización del Hospital Moyano, bajo una gestión en salud con proyectos no manicomiales, adecuados a las necesidades de los pacientes, con financiamiento adecuado y con derechos laborales para sus trabajadores.
Fuente: Prensa Obrera.
