En memoria de Soong Ching-ling, luchadora incansable, rompedora de cadenas, tesoro del pueblo chino, hija de la humanidad
texto de Alexandre García, del blog informativo Manos Fuera de China
tomado de La Mancha obrera en agosto de 2014
se publica en el foro en 3 mensajes
Si existe un caso de personalidad histórica ligada a la historia del movimiento revolucionario y comunista internacional, que por un motivo u otro haya sido injustamente olvidada o relegada a un segundo plano, éste sin duda es el caso de Soong Ching-ling (también conocida como Madame Sun Yat-sen), una mujer que, entre otras muchas cosas, fue ni más ni menos que Vicepresidenta de la República Popular China entre 1959 y 1968, Presidenta de la República Popular China entre 1968 y 1972[1], y Presidenta de Honor de la República Popular China entre el 16 de mayo y el 28 de mayo de 1981, fecha de su muerte.
Por regla general, en España todo aquel que tenga cierta simpatía por el comunismo o que tenga un mínimo de cultura general sabe quiénes fueron Mao Zedong, Zhou Enlai, Deng Xiaoping o incluso Sun Yat-sen. Pero cuando uno pregunta acerca de la figura de Soong Ching-ling, uno constata con asombro que prácticamente nadie sabe quién era. Y lo cierto es que cuando uno llega a conocer su vida, uno no puede dejar de pensar que tal desconocimiento de la persona de Soong Ching-ling es sencillamente incomprensible. Más aún es que las organizaciones denominadas feministas de nuestro país nunca hayan hablado de esta mujer, al menos en los últimos años. El relato de la vida de Soong Ching-ling es como una epopeya que resume en la figura de una sola mujer toda la historia de la revolución del pueblo chino por su liberación nacional durante el siglo XX. Es una oda a favor de la lucha de los pueblos oprimidos y la esperanza en un futuro de paz mundial y justicia social en todos los países del mundo. A la tarea de honrar su memoria va dedicado este artículo.[2]
Soong Ching-ling nació el 27 de enero de 1893 en el distrito de Pudong, Shanghái, en el seno de una rica e ilustrada familia burguesa de seis hermanos. Su entorno familiar era muy liberal para la China de aquella época. Al igual que el resto de sus hermanos, hablaba perfectamente inglés, al haber sido educada en ese idioma la mayor parte de su vida. Su padre, Soong Yaoru, natural de la provincia de Hainan, era un predicador cristiano metodista[3] que había estudiado en los Estados Unidos durante su juventud, y un estrecho colaborador de Sun Yat-sen, fundador del Kuomintang y primer Presidente de la República de China (1911-1949), considerado hoy como el padre de la China moderna. Soong Yaoru había conocido a Sun Yat-sen en los Estados Unidos en 1894, convirtiéndose enseguida en seguidor suyo y proveyéndole de un importante apoyo financiero. La madre de Soong Ching-ling, Ni Guizhen, natural de la provincia de Zhejiang, era descendiente de Xu Guangqi, un famoso científico de los tiempos de la dinastía Ming. Así relataba Soong Ching-ling su infancia, en los años previos a la Revolución Democrática de 1911:
“Mi padre instaló una impresora en el sótano de su casa para imprimir libros religiosos así como panfletos secretos para propagar la revolución. Al ser jóvenes en aquella época, aún podemos recordar a nuestros padres diciéndonos que no hablásemos nunca con nadie de ello y prohibiéndonos llevarnos algún panfleto revolucionario. Después, mi padre también ayudó al Dr. Sun Yat-sen financieramente para la revolución.”
Después de hacer sus estudios primarios en la escuela anglófona para niñas McTyeire de Shanghái, en 1907 Soong Ching-ling se fue a los Estados Unidos para estudiar en el Wesleyan College de Macon, Georgia, juntos con sus dos hermanas Soong Mai-ling y Soong Ai-ling y su hermano T.V. Soong. Aquellos cuatro hermanos eran el ejemplo típico de una nueva generación de jóvenes intelectuales chinos que quiso ir más allá de los clásicos del pensamiento ilustrado chino y aprender de culturas foráneas (notablemente del Occidente capitalista) para luego volver a China, una vez finalizados sus estudios en el extranjero, y así ejercer influencia en la sociedad china de manera a contribuir a las tan necesarias reformas que necesitaba la China feudal de la reinante dinastía Qing. Durante su estancia en los Estados Unidos, Soong Ching-ling desarrolla muy pronto una consciencia política, mostrando una gran preocupación por la suerte del pueblo chino, preocupación que nunca dejó de tener durante el resto de su vida.
En octubre de 1911, le llega la noticia del levantamiento de Wuchang, que terminó provocando la caída de Aisin-Gioro Puyi, último emperador de China[4], e instaurando la República de China en enero de 1912. Aquel acontecimiento histórico supuso el fin de 4000 años de dinastías feudales, siendo la dinastía Qing (de origen manchú) la última. Soong Ching-ling siente una tremenda excitación. En abril de 1912 escribe en el periódico del Wesleyan College el artículo “El mayor acontecimiento del siglo XX”, cuyas palabras casi parecen premonitorias:
“Uno de los mayores acontecimientos del siglo XX, el más grande desde Waterloo, en opinión de muchos educadores y políticos de renombre, es la Revolución China. Se trata de un hito de lo más glorioso. Supone la emancipación de 400 millones de almas de la esclavitud de una monarquía absolutista que había existido durante cerca de 4000 años, y bajo la cual “la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad” habían sido negadas. Y puede que a China, la más antigua de todas las naciones, le toque ahora indicar el camino hacia la fraternidad. En otras palabras, China jugará su papel en el esfuerzo por elevar a la humanidad. Napoleón Bonaparte dijo: “Cuando China se mueva, ella moverá el mundo”.
Tras finalizar sus estudios universitarios, Soong Ching-ling decide dejar los Estados Unidos para dedicar su vida a la revolución democrática y la lucha por la igualdad y la libertad en China. En agosto de 1913 llega a Tokyo, Japón, donde coincidían muchos revolucionarios chinos en el exilio debido a la traición de Yuan Shikai.[5] Allí conoce a Sun Yat-sen, con el que decide casarse el 25 de octubre de 1915, convirtiéndose así en su compañera de por vida y en su mayor apoyo para seguir con la labor de defender la joven República de China y llevar a buen término la revolución democrática. Como cristianos devotos, los padres de Soong Ching-ling se opusieron vehementemente a esta unión, debido a que Sun Yat-sen tenía 26 años más que ella, estaba separado desde hacía tiempo de su mujer Lu Muzhen (que se negaba a compartir su vida de activista político), y ya era padre de tres chicos adultos.[6] Por este motivo, rompieron relaciones con ella después de concretarse el matrimonio. Para entonces, la antigua Sociedad para la Regeneración de China, fundada por Sun Yat-sen, ya había pasado a llamarse Partido Nacionalista de China o Kuomintang[7], al fusionarse con otros grupos republicanos.
Así lo relataba ella:
“No me enamoré. Él ya era un héroe que yo había admirado desde la lejanía. Irme a trabajar para él fue una romántica idea de joven mujer, pero una buena idea al fin y al cabo. Quería ayudar a salvar a China y el Dr. Sun Yat-sen era el único hombre que podía hacerlo, así que decidí ayudarle”.
No le faltaban tampoco ciertas dosis de humor:
“Soy feliz, intento hacer lo posible para ayudar a mi marido con su correspondencia en inglés… Así que se puede decir que para mí el matrimonio es como ir a la escuela, sólo que no hay “exámenes” de los que preocuparme.”
Durante sus diez años de matrimonio[8], Soong Ching-ling siempre se mantuvo al lado de Sun Yat-sen, pese a las dificultades y los reveses de la lucha. En ocasiones, esto incluso pudo haberle costado la vida. El 16 de junio de 1922, durante los preparativos de la Expedición del Norte[9] para reunificar a China, el ministro de la guerra Chen Jiongming se alzó en armas contra la República, bombardeando la casa donde se encontraban Sun Yat-sen y Soong Ching-ling en la colina Guanyin, provincia de Guanzhou (Cantón). Después de que Sun Yat-sen, Chiang Kai-shek (que por entonces dirigía la Academia Militar Whampoa, fundada por Sun Yat-sen con ayuda soviética) y otros importantes dirigentes fueran puestos a salvo, trasladándose en barco a Shanghái, Soong Ching-ling comandó ella misma a los guardias que quedaron en la mansión, luchando desesperadamente hasta agotar todas sus municiones. Finalmente logró escapar atravesando las líneas enemigas, bajo fuego intenso. Durante la huida, Soong Ching-ling tiene un parto fallido que la deja estéril de por vida. Después de aquella terrible experiencia, ella declararía:
“No he vuelto a ir allí desde aquel 25 de junio, debido a la terrible experiencia que pasé. Estuve muy nerviosa… Pese a que lo perdimos todo, ganamos una victoria moral, y la opinión pública empezó a apoyar firmemente nuestra causa, como nunca antes.”
El 28 de noviembre de 1924, Soong Ching-ling viaja a Japón para dar un discurso sobre la emancipación de la mujer en la Escuela de Estudios Superiores de Kobe. Nótese que sus posiciones políticas eran muy avanzadas. Ella entendía el lugar que ocupaba la liberación del género femenino dentro de la transformación revolucionaria del mundo:
“¡Mujeres de Oriente y de Occidente, uníos para cambiar el mundo! ¡Uníos para exigir el desarme universal y la abolición de las políticas de discriminación así como los tratados desiguales! Con toda certeza, las mujeres saldremos triunfando.”
Después del fallecimiento de Sun Yat-sen en marzo de 1925, Soong Ching-ling recoge el testigo, dedicándose en cuerpo y alma a continuar con su obra y a defender las famosas “tres políticas principales” que él había propugnado:
Alianza con la Unión Soviética
Cooperación con el Partido Comunista
Ayuda a los campesinos y los obreros
En el II Congreso Nacional del Kuomintang en 1926, Soong Ching-ling es elegida miembro de su Comité Ejecutivo. Desde la provincia de Cantón, donde se encontraba el gobierno revolucionario opuesto a Wu Peifu, el “señor de la guerra” que gobernaba Beijing, Soong Ching-ling se desplaza a la provincia de Wuhan para la reubicación de la capital del gobierno legítimo de la República de China. En aquel momento la revolución nacional-democrática estaba en pleno auge. Sin embargo, en 1927 el ala derecha del Kuomintang dio un golpe sorpresivo, ocupando militarmente las ciudades de Nanjing y Shanghái y rompiendo con el Partido Comunista. En abril de 1927, Chiang Kai-shek, ya abiertamente pasado a la reacción, inició en Shanghái la campaña de “eliminación de los comunistas”, masacrando a decenas de miles de líderes sindicales, militantes del Partido Comunista y simpatizantes. En el mes de julio, el gobierno republicano de Wuhan, liderado por Wang Jingwei, también decidió romper la alianza con los comunistas.
Soong Ching-ling se niega rotundamente a tomar parte en estas maniobras y protesta con energía, alegando que suponen una violación de los principios revolucionarios de Sun Yat-sen. En la famosa “Declaración de Soong Ching-ling sobre la situación actual”, también conocida como “Declaración del 14 de julio” proclama su ruptura con los renegados del Kuomintang y su “retirada temporal” del partido:
“La política de Sun Yat-sen es perfectamente clara. Si los líderes de nuestro partido no pueden llevar esta política a cabo, entonces ya no son auténticos seguidores de Sun Yat-sen, el partido ya no es un partido revolucionario, sino una herramienta en manos de uno u otro señor de la guerra.”
A partir de este momento, el acercamiento de Soong Ching-ling con el Partido Comunista se hace más y más estrecho. Después de la expulsión de los comunistas del gobierno de Wuhan, el 1 de agosto de 1927 el Partido Comunista desencadena la insurrección de Nanchang para contrarrestar la campaña anticomunista del Kuomintang. Para ello se forma el “Comité Revolucionario del Kuomintang”[10]formado por 25 miembros, en el que se encuentra un joven Zhou Enlai, por entonces con 29 años. Aunque se encontraba en Shanghái en ese momento, Soong Ching-ling fue elegida miembro de su Presídium.
—fin del mensaje nº 1—
texto de Alexandre García, del blog informativo Manos Fuera de China
tomado de La Mancha obrera en agosto de 2014
se publica en el foro en 3 mensajes
Si existe un caso de personalidad histórica ligada a la historia del movimiento revolucionario y comunista internacional, que por un motivo u otro haya sido injustamente olvidada o relegada a un segundo plano, éste sin duda es el caso de Soong Ching-ling (también conocida como Madame Sun Yat-sen), una mujer que, entre otras muchas cosas, fue ni más ni menos que Vicepresidenta de la República Popular China entre 1959 y 1968, Presidenta de la República Popular China entre 1968 y 1972[1], y Presidenta de Honor de la República Popular China entre el 16 de mayo y el 28 de mayo de 1981, fecha de su muerte.
Por regla general, en España todo aquel que tenga cierta simpatía por el comunismo o que tenga un mínimo de cultura general sabe quiénes fueron Mao Zedong, Zhou Enlai, Deng Xiaoping o incluso Sun Yat-sen. Pero cuando uno pregunta acerca de la figura de Soong Ching-ling, uno constata con asombro que prácticamente nadie sabe quién era. Y lo cierto es que cuando uno llega a conocer su vida, uno no puede dejar de pensar que tal desconocimiento de la persona de Soong Ching-ling es sencillamente incomprensible. Más aún es que las organizaciones denominadas feministas de nuestro país nunca hayan hablado de esta mujer, al menos en los últimos años. El relato de la vida de Soong Ching-ling es como una epopeya que resume en la figura de una sola mujer toda la historia de la revolución del pueblo chino por su liberación nacional durante el siglo XX. Es una oda a favor de la lucha de los pueblos oprimidos y la esperanza en un futuro de paz mundial y justicia social en todos los países del mundo. A la tarea de honrar su memoria va dedicado este artículo.[2]
Soong Ching-ling nació el 27 de enero de 1893 en el distrito de Pudong, Shanghái, en el seno de una rica e ilustrada familia burguesa de seis hermanos. Su entorno familiar era muy liberal para la China de aquella época. Al igual que el resto de sus hermanos, hablaba perfectamente inglés, al haber sido educada en ese idioma la mayor parte de su vida. Su padre, Soong Yaoru, natural de la provincia de Hainan, era un predicador cristiano metodista[3] que había estudiado en los Estados Unidos durante su juventud, y un estrecho colaborador de Sun Yat-sen, fundador del Kuomintang y primer Presidente de la República de China (1911-1949), considerado hoy como el padre de la China moderna. Soong Yaoru había conocido a Sun Yat-sen en los Estados Unidos en 1894, convirtiéndose enseguida en seguidor suyo y proveyéndole de un importante apoyo financiero. La madre de Soong Ching-ling, Ni Guizhen, natural de la provincia de Zhejiang, era descendiente de Xu Guangqi, un famoso científico de los tiempos de la dinastía Ming. Así relataba Soong Ching-ling su infancia, en los años previos a la Revolución Democrática de 1911:
“Mi padre instaló una impresora en el sótano de su casa para imprimir libros religiosos así como panfletos secretos para propagar la revolución. Al ser jóvenes en aquella época, aún podemos recordar a nuestros padres diciéndonos que no hablásemos nunca con nadie de ello y prohibiéndonos llevarnos algún panfleto revolucionario. Después, mi padre también ayudó al Dr. Sun Yat-sen financieramente para la revolución.”
Después de hacer sus estudios primarios en la escuela anglófona para niñas McTyeire de Shanghái, en 1907 Soong Ching-ling se fue a los Estados Unidos para estudiar en el Wesleyan College de Macon, Georgia, juntos con sus dos hermanas Soong Mai-ling y Soong Ai-ling y su hermano T.V. Soong. Aquellos cuatro hermanos eran el ejemplo típico de una nueva generación de jóvenes intelectuales chinos que quiso ir más allá de los clásicos del pensamiento ilustrado chino y aprender de culturas foráneas (notablemente del Occidente capitalista) para luego volver a China, una vez finalizados sus estudios en el extranjero, y así ejercer influencia en la sociedad china de manera a contribuir a las tan necesarias reformas que necesitaba la China feudal de la reinante dinastía Qing. Durante su estancia en los Estados Unidos, Soong Ching-ling desarrolla muy pronto una consciencia política, mostrando una gran preocupación por la suerte del pueblo chino, preocupación que nunca dejó de tener durante el resto de su vida.
En octubre de 1911, le llega la noticia del levantamiento de Wuchang, que terminó provocando la caída de Aisin-Gioro Puyi, último emperador de China[4], e instaurando la República de China en enero de 1912. Aquel acontecimiento histórico supuso el fin de 4000 años de dinastías feudales, siendo la dinastía Qing (de origen manchú) la última. Soong Ching-ling siente una tremenda excitación. En abril de 1912 escribe en el periódico del Wesleyan College el artículo “El mayor acontecimiento del siglo XX”, cuyas palabras casi parecen premonitorias:
“Uno de los mayores acontecimientos del siglo XX, el más grande desde Waterloo, en opinión de muchos educadores y políticos de renombre, es la Revolución China. Se trata de un hito de lo más glorioso. Supone la emancipación de 400 millones de almas de la esclavitud de una monarquía absolutista que había existido durante cerca de 4000 años, y bajo la cual “la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad” habían sido negadas. Y puede que a China, la más antigua de todas las naciones, le toque ahora indicar el camino hacia la fraternidad. En otras palabras, China jugará su papel en el esfuerzo por elevar a la humanidad. Napoleón Bonaparte dijo: “Cuando China se mueva, ella moverá el mundo”.
Tras finalizar sus estudios universitarios, Soong Ching-ling decide dejar los Estados Unidos para dedicar su vida a la revolución democrática y la lucha por la igualdad y la libertad en China. En agosto de 1913 llega a Tokyo, Japón, donde coincidían muchos revolucionarios chinos en el exilio debido a la traición de Yuan Shikai.[5] Allí conoce a Sun Yat-sen, con el que decide casarse el 25 de octubre de 1915, convirtiéndose así en su compañera de por vida y en su mayor apoyo para seguir con la labor de defender la joven República de China y llevar a buen término la revolución democrática. Como cristianos devotos, los padres de Soong Ching-ling se opusieron vehementemente a esta unión, debido a que Sun Yat-sen tenía 26 años más que ella, estaba separado desde hacía tiempo de su mujer Lu Muzhen (que se negaba a compartir su vida de activista político), y ya era padre de tres chicos adultos.[6] Por este motivo, rompieron relaciones con ella después de concretarse el matrimonio. Para entonces, la antigua Sociedad para la Regeneración de China, fundada por Sun Yat-sen, ya había pasado a llamarse Partido Nacionalista de China o Kuomintang[7], al fusionarse con otros grupos republicanos.
Así lo relataba ella:
“No me enamoré. Él ya era un héroe que yo había admirado desde la lejanía. Irme a trabajar para él fue una romántica idea de joven mujer, pero una buena idea al fin y al cabo. Quería ayudar a salvar a China y el Dr. Sun Yat-sen era el único hombre que podía hacerlo, así que decidí ayudarle”.
No le faltaban tampoco ciertas dosis de humor:
“Soy feliz, intento hacer lo posible para ayudar a mi marido con su correspondencia en inglés… Así que se puede decir que para mí el matrimonio es como ir a la escuela, sólo que no hay “exámenes” de los que preocuparme.”
Durante sus diez años de matrimonio[8], Soong Ching-ling siempre se mantuvo al lado de Sun Yat-sen, pese a las dificultades y los reveses de la lucha. En ocasiones, esto incluso pudo haberle costado la vida. El 16 de junio de 1922, durante los preparativos de la Expedición del Norte[9] para reunificar a China, el ministro de la guerra Chen Jiongming se alzó en armas contra la República, bombardeando la casa donde se encontraban Sun Yat-sen y Soong Ching-ling en la colina Guanyin, provincia de Guanzhou (Cantón). Después de que Sun Yat-sen, Chiang Kai-shek (que por entonces dirigía la Academia Militar Whampoa, fundada por Sun Yat-sen con ayuda soviética) y otros importantes dirigentes fueran puestos a salvo, trasladándose en barco a Shanghái, Soong Ching-ling comandó ella misma a los guardias que quedaron en la mansión, luchando desesperadamente hasta agotar todas sus municiones. Finalmente logró escapar atravesando las líneas enemigas, bajo fuego intenso. Durante la huida, Soong Ching-ling tiene un parto fallido que la deja estéril de por vida. Después de aquella terrible experiencia, ella declararía:
“No he vuelto a ir allí desde aquel 25 de junio, debido a la terrible experiencia que pasé. Estuve muy nerviosa… Pese a que lo perdimos todo, ganamos una victoria moral, y la opinión pública empezó a apoyar firmemente nuestra causa, como nunca antes.”
El 28 de noviembre de 1924, Soong Ching-ling viaja a Japón para dar un discurso sobre la emancipación de la mujer en la Escuela de Estudios Superiores de Kobe. Nótese que sus posiciones políticas eran muy avanzadas. Ella entendía el lugar que ocupaba la liberación del género femenino dentro de la transformación revolucionaria del mundo:
“¡Mujeres de Oriente y de Occidente, uníos para cambiar el mundo! ¡Uníos para exigir el desarme universal y la abolición de las políticas de discriminación así como los tratados desiguales! Con toda certeza, las mujeres saldremos triunfando.”
Después del fallecimiento de Sun Yat-sen en marzo de 1925, Soong Ching-ling recoge el testigo, dedicándose en cuerpo y alma a continuar con su obra y a defender las famosas “tres políticas principales” que él había propugnado:
Alianza con la Unión Soviética
Cooperación con el Partido Comunista
Ayuda a los campesinos y los obreros
En el II Congreso Nacional del Kuomintang en 1926, Soong Ching-ling es elegida miembro de su Comité Ejecutivo. Desde la provincia de Cantón, donde se encontraba el gobierno revolucionario opuesto a Wu Peifu, el “señor de la guerra” que gobernaba Beijing, Soong Ching-ling se desplaza a la provincia de Wuhan para la reubicación de la capital del gobierno legítimo de la República de China. En aquel momento la revolución nacional-democrática estaba en pleno auge. Sin embargo, en 1927 el ala derecha del Kuomintang dio un golpe sorpresivo, ocupando militarmente las ciudades de Nanjing y Shanghái y rompiendo con el Partido Comunista. En abril de 1927, Chiang Kai-shek, ya abiertamente pasado a la reacción, inició en Shanghái la campaña de “eliminación de los comunistas”, masacrando a decenas de miles de líderes sindicales, militantes del Partido Comunista y simpatizantes. En el mes de julio, el gobierno republicano de Wuhan, liderado por Wang Jingwei, también decidió romper la alianza con los comunistas.
Soong Ching-ling se niega rotundamente a tomar parte en estas maniobras y protesta con energía, alegando que suponen una violación de los principios revolucionarios de Sun Yat-sen. En la famosa “Declaración de Soong Ching-ling sobre la situación actual”, también conocida como “Declaración del 14 de julio” proclama su ruptura con los renegados del Kuomintang y su “retirada temporal” del partido:
“La política de Sun Yat-sen es perfectamente clara. Si los líderes de nuestro partido no pueden llevar esta política a cabo, entonces ya no son auténticos seguidores de Sun Yat-sen, el partido ya no es un partido revolucionario, sino una herramienta en manos de uno u otro señor de la guerra.”
A partir de este momento, el acercamiento de Soong Ching-ling con el Partido Comunista se hace más y más estrecho. Después de la expulsión de los comunistas del gobierno de Wuhan, el 1 de agosto de 1927 el Partido Comunista desencadena la insurrección de Nanchang para contrarrestar la campaña anticomunista del Kuomintang. Para ello se forma el “Comité Revolucionario del Kuomintang”[10]formado por 25 miembros, en el que se encuentra un joven Zhou Enlai, por entonces con 29 años. Aunque se encontraba en Shanghái en ese momento, Soong Ching-ling fue elegida miembro de su Presídium.
—fin del mensaje nº 1—
Última edición por RioLena el Lun Ago 25, 2014 7:16 pm, editado 1 vez