Desde la más tierna infancia he querido montar un partido político en mi localidad natal. Como suele ser habitual, imposible encontrar gente con mis inquietudes (localidad natal=pueblo de castilla la mancha de 40000 habitantes más interesado en salir de fiesta que en la política). Pero ahora, nos hemos juntado unos cuantos con ganas.
El caso, hemos pensado en la tecnocracia como base política y me gustaría conocer vuestra opinión. Estamos construyendo un ideario y lo primero que hemos hecho es un análisis de la tecnocracia (las propuestas luego las pongo). Por favor, echadle un vistazo y contarnos, sed críticos y echarnos una mano.
Entiendo inevitable hacer uso a modo de INTRODUCCIÓN de una breve descripción y reseña histórica de la Tecnocracia. Por lo que sé, surge en EEUU poco después de la Primera Guerra Mundial, impulsada por la necesidad de reconstrucción del país, aunque muy probablemente el origen de esta consecuencia se sitúe en el régimen bolchevique de la Rusia de los años 20, donde el comunismo llevado a uno de sus extremos situó el desarrollo de la nación por encima incluso del individuo mismo (conducta típica de los insectos sociales, por cierto), haciéndose necesaria la existencia de una gerencia para administrar el ingente peso del estado. Aunque se trata de una idea de reciente adquisición desde el punto de vista político, filosóficamente hablando Platón y Grecia ya contaron con un gobierno de sabios, la primera tecnocracia de la humanidad (y sin embargo lleva unida al Homo sapiens sapiens desde los más remoto de su evolución biológica, ya que el desarrollo técnico ha viajado siempre compartiendo asiento con el desarrollo de nuestra inteligencia).
Fue a raíz de los felices años 20, entonces. Las sociedades industrializadas aportaron un cambio en la dinámica de producción de los países, implementando la utilización de un modelo en el que el trabajo estuviese especializado, retirando del mercado a la fabricación tradicional, implicada en todo el proceso, pero menos productiva. Junto con la especialización del trabajo, apareció también la de pensamiento. La ciencia comenzó a serlo allá por el siglo XIX, y la sabiduría hubo que disgregarla en partes para poder ser estudiada (no como en el país de las maravillas de Platón, donde uno podía saber de todo y saber mucho). Así, la existencia de la figura del técnico no sería más que una consecuencia de la evolución de la sociedad, una adaptación de la misma a una nueva necesidad creada (casualmente por ella misma), un experto en ciencias aplicadas del que va a depender a partir de entonces gran parte de las decisiones que sean tomadas.
En 1930, una sociedad llamada Tecnología Inc. le propone a los EEUUAA un proyecto puramente tecnocrático con escasa administración, basado en la aplicación directa de las ciencias físicas al mundo social, reemplazando las clásicas categorías económicas de precio y valor por el concepto de energía.
Resulta de especial interés la asociación que hacemos en España de este término en el entorno del régimen franquista (con minúsculas), puesto que durante esta dictadura se pusieron en práctica (igual que en muchos de los países en vías de desarrollo que campaban por el mundo por aquel entonces) ciertas pautas de lo que la tecnocracia opina.
DEFINICIÓN: En esencia, la tecnocracia (de los vocablos griegos tecnos que viene a hablar de técnica y kratos o fuerza, dominio, poder) teoriza sobre un estado (llamado Tecnato) que siendo dirigido por los expertos en diferentes ramas del gobierno podrían aplicar todos los avances tecnológicos dados en sus respectivos campos. Un sistema que significa literalmente "gobierno de los técnicos" es el gobierno llevado por un técnico o especialista en alguna materia de economía, administración, etcétera; que ejerce su cargo público con tendencia a hallar soluciones apegadas a la técnica o técnicamente eficaces por encima de otras consideraciones ideológicas, políticas o sociales.
JUSTIFICACIÓN: La legitimidad de la intervención de los técnicos radica precisamente en que, éticamente hablando, la técnica no es mala en sí misma porque generalmente consiste en un esfuerzo de racionalidad y eficacia, amén de que estos factores contribuyen, en mayor o menor grado, a la producción de resultados socialmente positivos. Además, la tecnocracia establece límites entre las reinvindicaciones unilaterales de grupos políticos o los arrebatos estridentes de la opinión pública (y las consecuencias políticas que ello conlleva). La ciencia no puede dejar a nadie descontento porque, en primer lugar, es ciencia y se apellida exacta, aunque no lo sea, y, en segundo lugar, tiene por objeto el bien común, no el de unos pocos.
INCONVENIENTES: No sería justo analizar una idea sin hablar de sus errores. Si bien el fin último que persigue la tecnocracia es el desarrollo de la humanidad desde la técnica y la tecnología, se trata de una forma de pensamiento y acción para la cual los derechos políticos y logros sociales suelen verse como obstáculos de la marcha de una sociedad enteramente racional, cayendo entonces del lado del autoritarismo y lo dictatorial.
Además, hoy en día la adquisición de la capacidad de dirigir con base en el saber y la habilidad técnica en régimen democrático constituye no sólo una desviación de sus principios, sino su propia corrupción, porque en democracia participativa el poder emana del sufragio, no de la sabiduría de los técnicos. En principio se supone que no es democrático.
Ni antes ni ahora ha existido un régimen que coincida íntegramente con esta visión, por lo que no existen experiencias previas en las que basarse, sólo teorías y más teorías apenas llevadas a la práctica.
La filosofía, tal y como fue concebida por el consejo de sabios de antes de cristo, Grecia, promulgaba con el amor a la sabiduría. A día de hoy el saber ocupa tanto lugar, que no existe un solo filósofo sobre la tierra. Un técnico no deja de ser una persona que sabe mucho de poco y poco de mucho. Por tanto las decisiones no pueden estar basadas sólo en las decisiones técnicas, aunque sí usarlas de guía. Lo que le falta a la tecnocracia se llama amplitud de miras, sobre todo, hacia un concepto de energía no fundamentado meramente en la física, sino que abarque también la psíquica, buscando el potencial de desarrollo científico, ético y moral más que el propio desarrollo.
El caso, hemos pensado en la tecnocracia como base política y me gustaría conocer vuestra opinión. Estamos construyendo un ideario y lo primero que hemos hecho es un análisis de la tecnocracia (las propuestas luego las pongo). Por favor, echadle un vistazo y contarnos, sed críticos y echarnos una mano.
Entiendo inevitable hacer uso a modo de INTRODUCCIÓN de una breve descripción y reseña histórica de la Tecnocracia. Por lo que sé, surge en EEUU poco después de la Primera Guerra Mundial, impulsada por la necesidad de reconstrucción del país, aunque muy probablemente el origen de esta consecuencia se sitúe en el régimen bolchevique de la Rusia de los años 20, donde el comunismo llevado a uno de sus extremos situó el desarrollo de la nación por encima incluso del individuo mismo (conducta típica de los insectos sociales, por cierto), haciéndose necesaria la existencia de una gerencia para administrar el ingente peso del estado. Aunque se trata de una idea de reciente adquisición desde el punto de vista político, filosóficamente hablando Platón y Grecia ya contaron con un gobierno de sabios, la primera tecnocracia de la humanidad (y sin embargo lleva unida al Homo sapiens sapiens desde los más remoto de su evolución biológica, ya que el desarrollo técnico ha viajado siempre compartiendo asiento con el desarrollo de nuestra inteligencia).
Fue a raíz de los felices años 20, entonces. Las sociedades industrializadas aportaron un cambio en la dinámica de producción de los países, implementando la utilización de un modelo en el que el trabajo estuviese especializado, retirando del mercado a la fabricación tradicional, implicada en todo el proceso, pero menos productiva. Junto con la especialización del trabajo, apareció también la de pensamiento. La ciencia comenzó a serlo allá por el siglo XIX, y la sabiduría hubo que disgregarla en partes para poder ser estudiada (no como en el país de las maravillas de Platón, donde uno podía saber de todo y saber mucho). Así, la existencia de la figura del técnico no sería más que una consecuencia de la evolución de la sociedad, una adaptación de la misma a una nueva necesidad creada (casualmente por ella misma), un experto en ciencias aplicadas del que va a depender a partir de entonces gran parte de las decisiones que sean tomadas.
En 1930, una sociedad llamada Tecnología Inc. le propone a los EEUUAA un proyecto puramente tecnocrático con escasa administración, basado en la aplicación directa de las ciencias físicas al mundo social, reemplazando las clásicas categorías económicas de precio y valor por el concepto de energía.
Resulta de especial interés la asociación que hacemos en España de este término en el entorno del régimen franquista (con minúsculas), puesto que durante esta dictadura se pusieron en práctica (igual que en muchos de los países en vías de desarrollo que campaban por el mundo por aquel entonces) ciertas pautas de lo que la tecnocracia opina.
DEFINICIÓN: En esencia, la tecnocracia (de los vocablos griegos tecnos que viene a hablar de técnica y kratos o fuerza, dominio, poder) teoriza sobre un estado (llamado Tecnato) que siendo dirigido por los expertos en diferentes ramas del gobierno podrían aplicar todos los avances tecnológicos dados en sus respectivos campos. Un sistema que significa literalmente "gobierno de los técnicos" es el gobierno llevado por un técnico o especialista en alguna materia de economía, administración, etcétera; que ejerce su cargo público con tendencia a hallar soluciones apegadas a la técnica o técnicamente eficaces por encima de otras consideraciones ideológicas, políticas o sociales.
JUSTIFICACIÓN: La legitimidad de la intervención de los técnicos radica precisamente en que, éticamente hablando, la técnica no es mala en sí misma porque generalmente consiste en un esfuerzo de racionalidad y eficacia, amén de que estos factores contribuyen, en mayor o menor grado, a la producción de resultados socialmente positivos. Además, la tecnocracia establece límites entre las reinvindicaciones unilaterales de grupos políticos o los arrebatos estridentes de la opinión pública (y las consecuencias políticas que ello conlleva). La ciencia no puede dejar a nadie descontento porque, en primer lugar, es ciencia y se apellida exacta, aunque no lo sea, y, en segundo lugar, tiene por objeto el bien común, no el de unos pocos.
INCONVENIENTES: No sería justo analizar una idea sin hablar de sus errores. Si bien el fin último que persigue la tecnocracia es el desarrollo de la humanidad desde la técnica y la tecnología, se trata de una forma de pensamiento y acción para la cual los derechos políticos y logros sociales suelen verse como obstáculos de la marcha de una sociedad enteramente racional, cayendo entonces del lado del autoritarismo y lo dictatorial.
Además, hoy en día la adquisición de la capacidad de dirigir con base en el saber y la habilidad técnica en régimen democrático constituye no sólo una desviación de sus principios, sino su propia corrupción, porque en democracia participativa el poder emana del sufragio, no de la sabiduría de los técnicos. En principio se supone que no es democrático.
Ni antes ni ahora ha existido un régimen que coincida íntegramente con esta visión, por lo que no existen experiencias previas en las que basarse, sólo teorías y más teorías apenas llevadas a la práctica.
La filosofía, tal y como fue concebida por el consejo de sabios de antes de cristo, Grecia, promulgaba con el amor a la sabiduría. A día de hoy el saber ocupa tanto lugar, que no existe un solo filósofo sobre la tierra. Un técnico no deja de ser una persona que sabe mucho de poco y poco de mucho. Por tanto las decisiones no pueden estar basadas sólo en las decisiones técnicas, aunque sí usarlas de guía. Lo que le falta a la tecnocracia se llama amplitud de miras, sobre todo, hacia un concepto de energía no fundamentado meramente en la física, sino que abarque también la psíquica, buscando el potencial de desarrollo científico, ético y moral más que el propio desarrollo.