Camarada Navarro escribió:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Estudio que revela la creacion de campos de trabajo y de concentracion en los primeros años del Estado sionista fascista de Israel y las condiciones inhumanas que tuvieron que soportar los prisioneros palestinos.
Israel sometió a los palestinos a trabajos forzados
Yazan al-Saadi
Con el paso del tiempo, poco a poco, se ha ido exponiendo una gran parte de las circunstancias siniestras y oscuras de la limpieza étnica sionista de Palestina a finales de la década de 1940. Un aspecto -poco estudiado ni tratado en profundidad- es el internamiento de miles de civiles palestinos en al menos 22 de los campos de concentración y trabajo, dirigidos por los sionistas, que existieron de 1948 a 1955. Ahora podemos conocer un poco más sobre los contornos de este crimen histórico gracias a la extensa investigación llevada a cabo por el gran historiador palestino Salman Abu Sitta y el miembro del Centro Palestino de recursos Badil, Terry Rempel.
El estudio -que será publicado en el próximo número de la revista Journal of Palestine Studies- se basa en las casi 500 páginas de los informes del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), escritos durante la guerra de 1948, que han sido desclasificados, puestos a disposición pública en 1996 y descubiertos por casualidad por uno de los autores en 1999.
Además, los autores han reunido los testimonios de 22 antiguos presos palestinos de esos campos civiles, a través de entrevistas que han llevado a cabo ellos mismos en 2002, o documentados por otros en otros momentos.
Con estas fuentes de información, los autores, como ellos dicen, han reconstruido una historia más clara de la forma en que Israel capturó y encarceló a "miles de civiles palestinos como trabajadores forzados" y los explotó "para sostener su economía en tiempo de guerra".
A LA BÚSQUEDA DEL CRIMEN
"Me topé con este pedazo de la historia en la década de 1990 cuando estaba reuniendo material y documentos de los palestinos", dijo Abu Sitta Al-Akhbar. "Cuanto más profundizas, más descubres que los crímenes han ocurrido, que no se han registrado y que no son conocidos".
En aquella época Abu Sitta fue a pasar una semana a Ginebra para visitar los archivos del CICR, que se acababan de inaugurar. Según él los archivos se habían puesto a disposición del público tras las acusaciones de que el CICR había tomado partido por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Era una oportunidad que no podía dejar pasar, mostrar que el CICR había registrado los acontecimientos que tuvieron lugar en Palestina en 1948. Fue allí donde cayó sobre el archivo que trataba la cuestión de los cinco campos de concentración dirigidos por los israelíes.
Entonces decidió buscar testigos o antiguos presos y entrevistar a los palestinos en los territorios de la Palestina ocupada, Siria y Jordania. "Todos ellos han descrito la misma historia y su experiencia real en esos campos", dice.
Inmediatamente le asaltó una pregunta: por qué en la historia había tan pocas referencias sobre estos campos, sobre todo cuando se ha aclarado, gracias a sus investigaciones, que estos campos habían existido y que hubo más de cinco.
"Muchos antiguos presos palestinos vieron el concepto de Israel como un enemigo peligroso, por lo que pensaron que su experiencia de trabajo en estos campos de concentración no era nada en comparación con otra tragedia más grande: la Nakba. La Nakba lo eclipsó todo", explicó Abu Sitta.
"Sin embargo, cuando profundicé en el período de 1948-1955, encontré más referencias como Muhammad Nimr al-Jatib, que fue el imán de Haifa, que transcribió entrevistas con alguien de la familia al-Yahya que estuvo en uno de los campos. Pude localizar el rastro de ese hombre en California y pude discutir con él en 2002", añadió.
Lenta pero firmemente Abu Sitta fue encontrando otras referencias, como la información de un judío llamado Janud, que escribió una tesis de doctorado en la Universidad Hebrea sobre el asunto, y los relatos personales del economista Yusif Sayigh, que contribuyeron confeccionar mejor el alcance y la naturaleza de aquellos campos.
Después de más de una década, Abu Sitta y su coautor, Rempel, pudieron finalmente presentar sus hallazgos al público.
DE LA CARGA A LA OPORTUNIDAD: LOS CAMPOS DE CONCENTRACIÓN Y DE TRABAJO
El establecimiento de campos de concentración y de trabajo tuvo lugar después de la proclamación unilateral del Estado de Israel en mayo de 1948.
Antes de aquel suceso, el número de palestinos cautivos en manos de los sionistas era bastante reducido, ya que, como se afirma en el estudio, "los dirigentes sionistas concluyeron rápidamente que la expulsión forzada de la población civil era la única manera de crear un Estado judío en Palestina con una mayoría judía lo suficientemente grande como para que fuese 'viable'". En otras palabras, para los estrategas sionistas, en las fases iniciales de la limpieza étnica, los presos fueron una carga.
Aquellos cálculos cambiaron con la proclamación del Estado de Israel y la participación de las fuerzas armadas de Egipto, Siria, Irak y Transjordania, después de que tuviera lugar el grueso de la limpieza étnica. A partir de aquel momento, "las fuerzas israelíes comenzaron a capturar prisioneros, tanto soldados árabes regulares (para un eventual intercambio), y -de manera selectiva- civiles palestinos no combatientes en buen estado de salud".
El primer campamento fue el de Ijlil, en torno a 13 kilómetros al noreste de Jaffa, en la aldea palestina destruida Ijlil al-Qibiliyya, vacía de población, a comienzos de abril. En su mayoría Ijlil se componía de tiendas de campaña, con cientos y cientos de presos, clasificados como prisioneros de guerra por los israelíes, rodeados de alambre de espino, torres de vigilancia y una puerta con los guardias.
Con las sucesivas conquistas de Israel y el consiguiente aumento del número de presos, se crearon otros tres campos. Son los cuatro campos "oficiales" que los israelíes han reconocido y que el CICR visitó activamente.
En el estudio se señala: "Los cuatro campamentos estaban sobre o eran anexos a instalaciones militares puestas en marcha por los británicos durante el Mandato. Se utilizaron durante la Segunda Guerra Mundial para que el internamiento de los prisioneros de guerra, alemanes, italianos u otros. Dos campos -Atlit, creado en julio a unos 20 kilómetros al sur de Haifa, y Sarafand al-Amar, en el centro de Palestina- ya habían sido utilizados en la década de 1930 y 1940 para la detención de inmigrantes ilegales".
Atlit fue el segundo campo más grande después de Ijlil; podía albergar hasta 2.900 presos, mientras que Sarafand tenía una capacidad máxima de 1.800 presos y Tal Letwinksy, cerca de Tel Aviv, a más de 1.000.
Los cuatro campos estaban administrados por "antiguos oficiales británicos que habían desertado de sus filas, cuando las fuerzas británicas se retiraron de Palestina a mediados de mayo de 1948", y los guardias y el personal administrativo de los campos eran antiguos miembros del Irgún y del grupo Stern, dos grupos calificados como organizaciones terroristas por los británicos antes de su marcha. En total, los cuatro campos "oficiales" empleaban 973 soldados.
Un quinto campamento, llamado Umm Jalid, fue instalado en el sitio de otra aldea vaciada de población, cerca de la colonia sionista de Netanya; incluso se le asignó un número oficial en los registros, pero nunca tuvo estatuto "oficial". Podía albergar a unos 1.500 presos. En contraste con los otros cuatro campamentos, Umm Jalid fue "el primer campamento creado exclusivamente como campo de trabajo" y "el primero de los campos 'reconocido' para ser cerrado [...] a finales de 1948".
Además de estos cinco campos "reconocidos", había al menos otros 17 "campos no reconocidos" que no fueron mencionados en las fuentes oficiales, pero que los autores han descubierto a través de muchos testimonios de prisioneros.
"Al parecer, muchos" [campos], dicen los autores, [fueron] "improvisados o ad hoc, a menudo se coponían de una comisaría, una escuela o la casa del notable de la aldea", que podía contener de unas decenas a 200 presos.
La mayoría de los campos, oficiales o no, se situaban dentro de las fronteras del Estado judío propuesto por las Naciones Unidas, "a pesar de que al menos en cuatro [campos no oficiales] -Beersheba, Julis, Bayt Daras y Bayt Nabala- estaban en el Estado árabe asignado por las Naciones Unidas", y otro estaba dentro del "corpus separatum" de Jerusalén.
El número de presos palestinos no combatientes "superó ampliamente" al de soldados árabes las fuerzas armadas regulares o verdaderos prisioneros de guerra. Citando un informe mensual de julio de 1948, escrito por el jefe de la misión del CICR Jacques de Reynier, el estudio indica que de Reynier señaló que "la situación de los internos civiles se había 'confundido totalmente" con los prisioneros de guerra, y que las autoridades judías 'trataban a todos los árabes entre los 16 y los 55 años de edad como combatientes y los encerraban como prisioneros de guerra'". Además, el CICR descubrió que entre los presos de los campos oficiales 90 prisioneros eran hombres mayores y 77 eran jóvenes varones de 15 años de edad o menos.
El estudio destaca las declaraciones del delegado del CICR Emile Moeri en enero de 1949 sobre los prisioneros de los campos: "Es doloroso ver a esas pobres gentes, en particular a los ancianos, que han sido arrancados de sus aldeas y enviados sin motivo a estos campos, obligados a pasar el invierno en tiendas de campaña húmedas, lejos de sus familias; los que no son capaces de sobrevivir en estas condiciones mueren. Niños (de 10-12 años) también están en esa situación. Del mismo modo, algunos enfermos que padecen tuberculosis languidecen en los campos en condiciones que, aunque correctas para personas con buena salud, les conducirán sin duda a la muerte si no encontramos una solución a este problema. Desde hace mucho tiempo hemos exigido a las autoridades judías la liberación de estos civiles enfermos que necesitan tratamiento y que se les ponga al cuidado de sus familias o en un hospital árabe, pero no hemos recibido respuesta".
El informe señalaba que "no existen cifras precisas sobre el número total de civiles palestinos detenidos por Israel durante la guerra de 1948-49" y parece que las estimaciones no tienen en cuenta los campamentos de "no oficiales", ni el traslado frecuente de presos entre los campos en funcionamiento. En los cuatro campos "oficiales", el número de presos palestinos nunca superó los 5.000, según los datos de los archivos israelíes.
Basándonos en la capacidad de Umm Jalid y en las estimaciones de los "campamentos no oficiales", el número total de presos palestinos se podría situar en torno a los 7.000, y tal vez mucho más, indica el estudio, si tenemos en cuenta una nota escrita en su diario el 17 de noviembre de 1948 por David Ben-Gurion, uno de los principales dirigentes sionistas y primer ministro de Israel, que habló de "la existencia de 9.000 prisioneros de guerra en campamentos administrados por Israel".
En general, las condiciones de vida en los campamentos "oficiales" estaban muy por debajo de lo que se consideraba adecuado en el derecho internacional de aquella época. Moeri, que visitado constantemente los campos, informó de que en noviembre de 1948 en Ijlil "la mayoría de las tiendas estaban destrozadas", de que el campo "no estaba listo para el invierno", las letrinas no están cubiertas y la cantina no ha funcionado durante dos semanas. Aparentemente, refiriéndose a la situación que existía, declaró que "las fruta siempre es defectuosa, la carne es de mala calidad [y] las legumbres son escasas".
Además, Moeri informó de que él mismo vio "las heridas de la violencia" de la semana anterior, cuando los guardias dispararon a los presos, hiriendo a uno de ellos y moliendo a golpes a otro.
Como muestra el estudio, el estatuto civil de la mayor parte de los presos era claro para los delegados de la CICR en el país, que informaron de que, con toda certeza, los hombres capturados "no habían estado nunca en el ejército regular". Los presos que habían combatido, dice el estudio, fueron "sistemáticamente asesinados por una bala con el pretexto de que habían tratado de escapar".
Cuando no los masacraban, las fuerzas israelíes se centraban siempre en los hombres aptos, dejando atrás a las mujeres, los niños y los ancianos, continuado esa política incluso después de que los niveles de enfrentamiento militar disminuyeran. En su conjunto, como lo muestran los archivos israelíes y cita el estudio, "los civiles palestinos constituían la gran mayoría (el 82 por ciento) de las 5.950 personas clasificadas como internos en los campos de prisioneros de guerra, mientras que los palestinos (civiles y militares) sólo constituían el 85 por ciento".
El secuestro y encarcelamiento a gran escala de civiles palestinos parecen corresponder a campañas militares israelíes. Por ejemplo, una de las primeras redadas importantes tuvo lugar durante la Operación Danj, cuando 60-70.000 palestinos fueron expulsados de las ciudades centrales de Lydda y Ramleh. Al mismo tiempo, entre una cuarta y una quinta parte de la población masculina de esas dos ciudades que tenía más de 15 años de edad, fue enviada a los campos.
La mayor redada de civiles tuvo lugar en las aldeas del centro de Galilea, capturados durante la Operación Hiram, en el otoño de 1948.
Un superviviente palestino, Moussa, describió a los autores lo que vió entonces: "Nos capturaron en todas las aldeas de los alrededores: al-Bina, Deir al-Asad, Nahaf, al-Rama, y Eilabun. Se llevaron a cuatro hombres jóvenes y dispararon contra ellos [...] Nos llevaron a pie. Hacía calor. No podíamos beber. Nos llevaron a al-Maghar [aldea drusa palestina], después a Naalal [colonia judía] y a continuación a Atlit".
Un informe de las Naciones Unidas de 16 de noviembre de 1948 corrobora el testimonio de Moussa; indica que 500 palestinos "fueron llevados a marchas forzadas y en vehículos al campo de concentración judío de Nahlal".
La política de atacar a civiles, especialmente los hombres "aptos", no fue una coincidencia, según el estudio, el cual establece que "con decenas de miles de judíos, hombres y mujeres, llamados al servicio militar, los internos civiles palestinos eran un complemento importante de la mano de obra judía civil empleada en virtud de la legislación de emergencia en apoyo de la economía de Israel", que incluso los delegados del CICR señalaron en sus informes.
Los presos fueron obligados a realizar obras públicas y militares, tales como el drenaje de los humedales, a trabajar como empleados, recolectar y transportar los bienes saqueados a los refugiados, remover las piedras de las casas palestinas demolidas, pavimentar las carreteras, cavar trincheras militares, enterrar a los muertos y muchos más.
Como lo describe en el estudio un antiguo preso palestino llamado Habib Mohamed Alí Jarada: "Nos obligaban a trabajar todo el día a punta de pistola. Por la noche, dormíamos en tiendas de campaña. En el invierno, el agua se filtraba por debajo de nuestras camas, hechas de hojas secas, cartones y pedazos de madera".
Otro preso de Umm Khaled, Marwan Iqab al-Yehiya, declaró en una entrevista con los autores: "Tuvimos que romper y transportar piedras todo el día [en una cantera]. Como alimento cotidiano teníamos una patata por la mañana y la mitad de un pescado seco por la noche. Molían a golpes a quien desobedeciera las órdenes". Ese trabajo se entremezclaba con humillaciones de los guardias israelíes; Yehiya habla de presos "alineados y obligados a desnudarse, como castigo por la fuga de dos presos durante la noche".
"Los adultos y los niños [judíos] del kibbutz vecino venían a observarnos, alineados y desnudos, y se reían de nosotros. Para nosotros era terriblemente degradante", agregó.
En los campos los abusos de los guardias israelíes eran sistemáticos y generalizados. El objetivo principal eran los aldeanos, campesinos así como los palestinos de las clases bajas. Lo hicieron así, dice el estudio, porque los presos instruidos "conocían sus derechos, tenían el suficiente coraje para hablar con sus secuestradores y se resistían a ellos".
Lo que también es un apunte interesante del estudio es la manera en que la filiación ideológica entre los presos y sus guardias afectó a sus relaciones mutuas.
Consigna el testimonio de Kamal Ghattas, que fue capturado durante el ataque israelí a Galilea: "Hemos tenido un altercado con nuestros carceleros. 400 de nosotros nos hemos sublevado contra 100 soldados. Trajeron refuerzos. A tres de mis amigos y a mí nos metieron en una celda. Nos amenazaron con disparar contra nosotros. Durante toda la noche cantamos el himno comunista. Nos trasladaron a los cuatro al campo de Umm Khaled. Los israelíes temían por su imagen en Europa. Nuestro contacto con nuestro Comité central y el Mapam [Partido Socialista de Israel] nos salvó... Conocí a un oficial ruso y le dije que nos habían secuestrado de nuesotras casas, aunque no éramos combatientes, lo que constituía una violación de los Convenios de Ginebra. Cuando él supo que yo era comunista, me tomó en sus brazos y me dijo: 'Camarada, tengo dos hermanos en el Ejército Rojo. ¡Viva Stalin!, ¡Viva la Madre Rusia'".
Los palestinos menos afortunados fueron sometidos a actos de violencia, incluidas las ejecuciones arbitrarias y la tortura, sin recurso. Las ejecuciones siempre se perpetraron con el pretexto de "intento de fuga" real o supuesta por los guardias.
Las ejecuciones se hicieron tan corrientes que un antiguo preso palestino de Tel Litwinsky, Tewfik Ahmed Juma Ghanim, dijo: "Los que se negaban a trabajar eran asesinados a tiros. Dijeron que habían intentado escapar. Los que pensamos que íbamos a ser asesinados, reculamos ante de los guardias".
Tras la fuerte presión del CICR y otras organizaciones, a finales de 1949, los presos palestinos fueron liberados progresivamente, pero las liberaciones tuvieron un alcance limitado y se concentraron en casos específicos. Los prisioneros de los ejércitos árabes fueron liberados en un intercambio de prisioneros, pero los presos palestinos fueron expulsados unilateralmente al otro lado de la línea del armisticio sin comida, ni provisiones, ni refugio, y se les obligó a caminar y no volver jamás.
Hasta 1955 la mayoría de los civiles palestinos encarcelados no fueron finalmente liberados.
UN CRIMEN PERMANENTE
La importancia de este estudio tiene multiples facetas. No sólo revela las numerosas violaciones de la ley y los convenios internacionales de la época, tales como el Reglamento de La Haya de 1907 o los Convenios de Ginebra de 1929, sino que también muestra cómo los acontecimientos modelaron al CICR a largo plazo.
Debido a que el CICR se enfrentó con un protagonista israelí agresivo que no quería atender ni respetar el derecho internacional y los convenios, el propio CICR tuvo que adaptarse a lo que consideró como los medios más prácticos para asegurar que se respetaran los más elementales derechos de los presos civiles palestinos.
En el informe final, el estudio cita a Reynier: El CICR "ha protestado muchas veces afirmando el derecho de esos civiles a disfrutar de su libertad, a menos que sean culpables y juzgados por un tribunal. Pero tácitamente tenemos que aceptar su estatuto de prisioneros de guerra porque de esa manera se benefician de los derechos que la Convención les otorga. De lo contrario, si no estuvieran en los campos, serían expulsados [a un país árabe] en el que, de una u otra manera, sin recursos, llevarían una vida miserable de refugiados".
A final de cuentas, simplemente el CICR y otras organizaciones fueron ineficaces, mientras que impunemente Israel ignoró las condenas, con la cobertura diplomática de las principales potencias occidentales.
Y lo que es más importante aún, el estudio arroja luz sobre la magnitud de los crímenes de Israel tras su nacimiento brutal y sangriento. Y "todavía tenemos mucho que decir", como dice la última línea del estudio.
"Es increíble para mí y para muchos europeos que han visto mis pruebas", dijo Abu Sitta, "que en Palestina se abrieran campos de trabajos forzosos, tres años después de haber sido cerrados en Alemania, y que fueran gestionados por guardias judíos que habían sido prisioneros de los alemanes".
"Que mala imagen para el espíritu humano, cuando el oprimido copia al opresor contra la vida de los inocentes", agregó.
Esencialmente el estudio muestra los fundamentos y principios de la política israelí hacia los civiles palestinos, que se presenta en forma de secuestros, capturas y detenciones. Ese crimen continúa a día de hoy. Basta leer los informes de centenares de palestinos detenidos antes, durante y después de la última guerra de Israel en la franja de Gaza este verano.
"Gaza es hoy un campo de concentración, en nada diferente de los del pasado", concluye Abu Sitta.
No voy a discutir nada de lo que has posteado porque no tengo datos ni a favor ni en contra de la creación de campos de trabajo por parte de los judíos y con los árabes como victimas.
Lo doy por sentado y lo lamento profundamente, como cualquier otra consecuencia de los conflictos bélicos Te voy a dar un punto de vista alternativo en cuanto a la teoría de la limpieza étnica por parte de los judios para con los árabes, y luego te explico porqué la mentira "palestina" lo es.
¿ALGUNA VEZ LOS HECHOS PREVALECERAN SOBRE LA FICCION ANTI-ISRAELI?
Esto es una traducción de un artículo de un tal Dennis Mceoin a principios de mes. Yo comparto esta visión. Ahí va.
“La propaganda anti-israelí lleva desde el principio distorsionando y haciendo una re-escritura masiva de la historia.
La culpa de todo se amontona sobre los judíos, mientras que los crímenes de los árabes, palestinos incluidos, se exoneran. Un ejemplo, la supuesta “limpieza étnica” durante la guerra de la independencia de Israel en 1947-48.
El vice-consul americano, junto con oficiales británicos y el alto comisionado británico, Sir Alan Cuninngham, clarificó en aquel entonces que los líderes árabes estaban promoviendo la salida del pueblo árabe de las tierras palestinas, mientras que los judíos estaban haciendo todo lo posible para evitar que sus vecinos árabes se marcharan. El comportamiento de la Haganá (embrión del actual ejercito israelí) fue exactamente opuesto a una limpieza étnica. Una vez restablecido el orden, muchos árabes fueron llamados a ocupar puestos clave en la región, y muchos de los suministros remitidos a judíos fueron dados a ciudadanos árabes que se quedaron.
Yo soy Europeo. Europa es totalmente hostil hacia Israel y cada día adopta una postura más radical. La retórica anti-israelí es algo común y la prensa imprime panfletos regularmente contra el estado judío.
Un ejemplo particularmente exasperante de esto es un artículo de una tal Victoria White en un periódico irlandés. El mencionado artículo se llama: “Nos estamos lavando las manos ante la limpieza étnica de los palestinos”. Este panfleto es una diatriba falaz y un ataque mezquino sin fundamento contra Israel, y que clama con falsos llamamientos de limpieza étnica” durante la guerra de la independencia de 1947-48. Los autores que apoyan la teoría de la limpieza étnica de israelíes contra árabes en ese tiempo, se desacreditan a sí mismos cuando se los confronta con los hechos reales. Distorsionan la realidad de forma sistemática y tenaz.
La información se “tuerce” a voluntad, datos relevantes se omiten y sólo se cuenta un lado de la historia. Y esta es la información que reciben los pobremente informados (en general) activistas pro-palestinos, los cuales no se molestan en chequear y confrontar información. Para mi es obvio que estas personas han leído sólo un lado de la narrativa. A veces tenemos el defecto de pensar que lo sabemos todo… y no es así.
Se tienden a hacer asunciones apresuradas y a usar argumentos “enlatados” y preparados sacados de un par de libros poco rigurosos, panfletos o comentarios procedentes de la campaña de solidaridad palestina, mientras alegremente se desprecia a historiadores y cronistas profesionales que trabajan con material oficial de archivo y montañas de referencias de todo tipo.
La demonización de Israel a través de imágenes falsas o simplistas de la lucha del pueblo judío por la independencia ha calado dentro del alma pro-palestina. Como la mayoría de ingenuos o tendenciosos, es fácil no chequear y comparar las fuentes de información. Se toma partido sin un conocimiento serio y profundo de los hechos, y el victimismo palestino se convierte en el fetiche y rasero deslumbrante por el que medir todos los asuntos relativos. Pero todo esto merece ser rebatido mediante la razón y los hechos históricos.
Por ejemplo, la supuesta limpieza étnica de Haifa de 1947-48.
No hubo tal limpieza étnica en Haifa. Lo que ocurrió es íntimamente recordado por árabes, israelíes, ingleses y americanos; y las fuentes citadas en el libro “Palestina traicionada” de Efraim Karsh, pintan un escenario totalmente opuesto a la ficción que circula.
No se entiende o no se quiere entender el contexto mediante el cual Naciones Unidas decidió dividir el estado (Mandato palestino) en dos, una parte para judíos, otra para árabes. Los judíos aceptaron, los árabes no. Y en vez de aceptarlo y vivir en paz se embarcaron en una guerra civil. Cuando los judíos finalmente establecieron su estado, siete ejércitos de varias naciones árabes invadieron Israel, provocando una guerra que duró hasta la firma del armisticio del 20 de Julio de 1949, y después de una increíble victoria israelí, lo cual provocó una tremenda angustia de los líderes árabes determinados a acabar con los judíos en una guerra religiosa.
En esos tiempos, Haifa era la segunda ciudad más importante del mandato palestino y el puerto mejor situado. Estaba habitado a partes casi iguales por judíos y árabes, cuya relación era normalmente cordial. Sin embargo se creó el falso mito de la expulsión de los árabes por parte de los judíos de la ciudad. Sólo hay que mirar los archivos históricos fiables y verdaderos, que cuentan otra historia.
Se sabe ahora que los árabes comenzaron a huir de Haifa incluso antes de la partición de 1947, cuando los árabes más influyentes de Haifa se enteraron de que la guerra era inevitable, y se marcharon hacia lugares más seguros.
En octubre de 1947, un informe de la inteligencia británica decía: “Los más destacados entre los árabes están actuando ante la asunción de que se acercan disturbios, y de hecho , han empezado a evacuar a sus familias a países árabes vecinos”.
En noviembre hubo más evacuaciones, incluso sin ninguna amenaza por parte de la población judía. Las cosas empeoraron en diciembre, cuando entre 15000 y 20000 árabes, de una población de 71000, se había marchado.
En esos momentos, voluntarios sirios, libaneses e iraquíes entraron en Haifa con el objetivo de expulsar a los judíos. Había caos generalizado y miedo creciente, un miedo exarcerbado por la propaganda alarmista de la radio y prensa árabes. En enero, el principal cuerpo de liderazgo árabe, el comité nacional comenzó a recomendar el éxodo masivo, y en marzo reiteraron la orden de que mujeres y niños abandonaran la ciudad. A mediados de abril la población había caído a la mitad de la original. A finales de abril la haganá entró en combate con tropas irregulares árabes. El comandante judión de zona emitió un comunicado garantizando a aquellos árabes que se quisieran quedar, paz y seguridad. El alcalde judío de la ciudad, el anciano Shabtai Levy, rogó a los líderes árabes para que el pueblo árabe permaneciera en la ciudad, pero se le dio la espalda.
Y esos mismos líderes árabes recibieron una buena oferta de firmar una tregua ventajosa, pero respondieron declarando:”No firmaremos. Todo está perdido y ya no importa que mueran todos”. En unos pocos días, sólo 3000 árabes permanecían en la ciudad.
El 27 de abril, los judíos emitieron un comunicado que urgía a los árabes a regresar: “La paz y el orden reinan en la ciudad y todos los residentes pueden volver a su vida, libres y continuar su habitual trabajo en paz y seguridad”.
El comportamiento de la haganá es lo opuesto a una limpieza étnica.
¿Es propaganda sionista? Bueno, los documentos históricos están al alcance de cualquiera. Los judíos intentaron lo imposible para evitar un éxodo de residentes árabes, mientras que los líderes árabes hicieron lo contrario.
El 25 de abril, el vicecónsul americano Lipincott mandó un mensaje a Washington: “Los judíos esperan que la necesidad haga regresar a los residentes árabes a sus trabajos como muchos ya están haciendo, a pesar de los intentos de los líderes árabes para que no lo hagan”. Al día siguiente el superintendente de policía británico apuntó: “Los judíos están haciendo todos los esfuerzos para persuadir al pueblo árabe de que se quede y reanuden sus vidas normales, mantener sus negocios abiertos y asegurarles que sus vidas y sus bienes están seguros”.
El 28 de abril, el cónsul americano envía otro cable: “ El comité árabe ordena a todos los árabes que se marchen”, y el mismo día , el alto comisionado británico reporta: “Las autidades británicas de Haifa tienen la impresión de que un éxodo masivo de árabes está siendo implementado por parte de los líderes árabes, y estos mismos ciudadanos están en contra”.
Karsh resume la situación con el siguiente comentario: “En Haifa, uno de los centros neurálgicos del éxodo árabe, no solo ha desaparecido la mitad de dicha población antes de las ultimas revueltas del proceso de independencia, sino que entre 15000 y 20000 arabes fueron “aconsejados” u obligados a irse contra sus deseos. Ciertamente ante las ordenes de la autoridad árabe.
Se cometió un crimen de desplazamiento masivo, si, pero cometido por los árabes. No había una conjura judía para forzar esa salida, asi como no había presión psicológica, mas bien al contrario.
Tanto los líderes judíos como la haganá se tomaron muchas molestias para intentar convencer a los árabes de que se quedaran. Lo que ocurrió en Haifa reflejaba una postura adoptada por la mayoría de judíos. Todas la deliberaciones relativas a la transición hacia un estado estaban basadas en asumir que en el estado judío que emergiera, los árabes de palestina permanecerían como ciudadanos de pleno derecho.
Quizá sea suficiente para demostrar y dar argumentos en contra de la teoría de la limpieza étnica de 1947-48, que es una mentira. Ahí están documentos y archivos públicos que cuentan la historia real. Y es un problema de historia y no de especulaciones de gente pobremente informada.
La narrativa de la ausencia de limpieza étnica en Haifa es solo una parte de la más amplia narrativa de esa guerra en conjunto, durante la cual los líderes árabes y sus comandantes militares ordenaron a los árabes palestinos que se marcharan simplemente para facilitar la otra “limpieza étnica” distinta: la de árabes contra judíos. En otros lugares como en Haifa, los habitantes árabes huyeron debido a los duros combates entre judíos y árabes. Y Lod y Ramia si se produjo una expulsión de árabes por parte del ejército israelí, debido a que la mayoría de ciudadanos combatía activamente.
En todos los sitios donde los árabes rehusaron luchar contra Israel, todo el mundo se quedo, y después de la guerra se asentaron como respetados ciudadanos árabes de Israel.
No hubo ninguna limpieza étnica.
Cuando las tropas israelíes tomaron Nazareth en Junio, hubo estrictas ordenes de no tocar los sitios considerados sagrados y Ben Gurion dijo taxativamente que no sacara a nadie de la zona.
Benny Morris aclara lo siguiente:” Ni Ben Gurion ni el movimiento sionista planeó desplazamiento alguno de los 700000 arabes que se marcharon o fueron expulsados de sus casas en 1948. No existía ese plan político. El movimiento de transferencia de asentamientos nunca fue adoptado por el movimiento sionista como parte de su plataforma, al contrario, el movimiento siempre aceptó que el estado judío que naciera contendría población árabe”.
La mayoría de personas que odian a israel se basan el llamamientos sin fundamento o información no válida. Se refieren a incidentes como la supuesta masacre israelí de Deir Yassin y Sasa. No hay duda de que las fuerzas israelíes se comportaron mal y se reconoce, pero era una guerra ante agresivos combatientes árabes. La realidad es que la historia de una masacre tremenda allí se exageró hasta la saciedad por la propaganda árabe. Murieron entre 100 y 120 personas, la mayoría combatientes. Estos números se inflaron hasta los 254 por casi todo el mundo.
En Sasa 60 murieron. En Tantura fueron 70, no 230, y fue en combate, no masacrando a nadie.
La verdad es que los crímenes de guerra israelíes de 1948 palidecen en comparación con los crímenes de los aliados durante la segunda guerra mundial, lo que incluyó la matanza de prisioneros de guerra alemanes e italianos. Pero tales crímenes, aunque despreciables, eran solo el resultado directo de luchar contra un enemigo que cometía atrocidades.
Colocado en su contexto, el pequeño número de crímenes israelies no dejan de ser inmorales, pero adquieren otra lectura más allá de genocidios planificados.
Solo se habla de lo malos que son los judíos, pero se omite hablar, por ejemplo, de la matanza de 240 judios en el periodo de tres días en mayo del 48 en Etzion Bloc por parte de soldados árabes. Ciudadanos que se habían rendido y luego fueron masacrados. La masacre de Hebron de 1929, donde 67 judios fueron asesinados o la infame emboscada de un convoy de académicos, estudiantes, enfermeras y médicos viajando hacia el hospital Hadassa de Jerusalem donde 78 judios fueron asesinados, algunos quemados vivos.
¿No se merece todo esto ser contado? ¿Lo escondemos? ¿No son crímenes?.
Parece ser que los judíos comenten atrocidades o se manipula la información para que parezca eso. La propaganda anti-israeli se ha conducido desde siempre a través de mentiras, distorsiones y una reescritura masiva de la historia. La culpa de todo la tienen los judíos.
Israel era y es un estado legalmente establecido y la guerra de 1948 fue iniciada, sostenida y vista como una jihad de los árabes en un intento de matar el mayor numero de judíos.
Las acusaciones contra Israel, incluyendo las actuales mentiras sobre Gaza, deben ser refutadas una por una mediante el uso juicioso de hechos objetivos históricos, el énfasis en la moralidad de la lucha de Israel por sobrevivir y sobre la inmoralidad de aquellos que buscan eliminar Israel de la faz de la tierra. En definitiva, un rechazo de las acusaciones hechas por ignorantes e ingenuos”.
Bueno. Como aquí me tachan de racista por no seguir la corriente anti-israelí, pues asumo que:
Es racista criticar a los ·palestinos" como la gente más cansina y llorona por una causa inventada y unos problemas auto-infligidos por sus "hermanos"?
Apuesto a que lo es, visto lo visto, pero me arriesgo a que me "baneen" como ha pedido otro usuario en el hilo del Islam. Incluso no me sorprendería estar infringiendo alguna ley de los países liberales.
Pero lo hago de todos modos, porque alguien tiene que poner una nota discordante entre tanta serenata siguiendo el guión establecido por la nomenclatura.
y me doy perfecta cuenta de los pocos amigos que hago mediante mi opinión, pero está bien, si alguien se enfada porque otro piensa distinto es su problema.
Todo lo que podemos hacer es decir la verdad según la vemos, como realmente la percibimos, y no como pensamos que se supone que debemos pensar. Creo que la peor cosa que se puede hacer es ver una verdad y decir una mentira. Y la causa "palestina" es una mentira.
Una mentira diseñada para explotar la culpa liberal oocidental, como la mentira de la islamofobia o sobre la supuesta "religión de paz", la cual nadie ha podido ver en acción.
Yo solía ser un crítico furibundo de Israel, creedme, y pensaba que era justo acelerar como mínimo la solución de dos estados, porque pensaba que los árabes actuaban de buena fe.
todavía quiero creer eso, pero la evidencia me dice que sería gilipollas en pensar eso, porque he visto que cada concesión que los israelíes han hecho se encuentra con más demandas y más excusas para no negociar.
Podrían haber tenido paz diez veces desde hace años si quisieran, pero no quieren paz. Quieren la victoria y no serán felices hasta que israel sea borrado del mapa. Los miembros de hamas y fatah dicen este tipo de cosas en la tele a menudo, nadie escucha el mensaje? Soy yo el único que sintoniza ese canal? No lo entiendo, bueno si lo entiendo pero me da pena.
Y luego salen diciendo a los medios occidentales próximos otra cosa distinta, y eso lo oye todo el mundo. Lo que se llama percepción selectiva. Algo muy desarrollado en los países del primer mundo.
Y todo parece sostenerse sobre una mera disputa territorial a dirimir por naciones unidas... vermos como termina. Mientras tanto, lo importante es que esto no va de disputas territoriales y no tiene que ver con justicia o derechos humanos, más que nada porque los países árabes de la zona desconocen estos términos.
Va sobre odio a los judíos según reglamenta el corán y enseñado en muchas mezquitas, enseñado a los niños día si y día también, generación tras generación.
Los árabes no odian a los judíos por Israel, odian a Israel porque contiene judíos en mayoría.
La situación en samaria, judea y gaza existe porque hace 45 años varios paises arabes atacaron a israel sin provocación con todo lo que tenían porque era un estado judío. Si no hubiera sido un estado judío no lo hubiesen atacado. y lo hicieron con la intención publicitada de barrer el estado de israel y cometer genocidio, eso de lo que acusan a israel precisamente. Si se es honesto, no se debería criticar aquello que tu has intentado hacer y como te ha salido mal, ahora te lo hacen a ti. Ser consecuente se llama. Pero este razonamiento ofende a los árabes y a sus defensores.
Pero fallaron porque los judios venian muy bien aleccionados de su "excursión" por Europa de mano de los alemanes y tenian acero en las venas. Pura realidad.
Que podían hacer? dejarse matar? Muchos judios podrían haber escapado de los nazis si los paises que ahora los atacan los hubieran acogido. Estaban en su país y les atacaron. Punto.
El mufti de jerusalem en aquellos tiempos era amiguete de Hitler, y tenía su solución final preparada en la zona esperando que los alemanes ganaran la guerra, pero no!!.
Entonces quien puede culpar a nadie por defenderse cuando tratan con gente que los quiere muertos, en los que no pueden confiar y que les odian a muerte.
Si me dices que ese mismo derecho de defensa es el que ampara a los árabes de Gaza, vale. están peleando sobre el papel por lo mismo. ¿Porquè unos se llevan la culpa por matar y los otros no?
La doble moral no se puede aplicar si se es honesto.
alguien en el sitio de los israelies se comportaría de forma distinta?
Yo sé lo que yo haría sabiendo con quien trato y no pediria perdon por ello.
Israel está rodeado de enemigos. La paz es lo mejor que le podría pasar y por ello sigue estupidamente haciendo concesiones. Como por ejemplo saber que ahora que hay paz Hamas se está rearmando y no los borran de la faz de la tierra, que es lo que se merecen por hacer sufrir a su pueblo sobre todo. Eso es una concesión que nadie se permitiría.
Es como en España cuando ha habido "tregua" con ETA. Lo que han hecho los servicios correspondientes es seguir machacando y deteniendo terroristas. Ahora vemos lo mismo fuera y no echamos las manos a la cabeza. Claro, con protestar formalmente porque los israelies nos han roto un aeropuerto "made in Spain" en gaza tenemos bastante.
Pero no es del interes de los líderes árabes que haya paz. Les interesa que eso siga hirviendo. La paz es lo último que quieren. Necesitan que la gente esté mal, enfadada e incomoda, odiando a los judíos. La paz lo arruinaría todo. Porque no serán felices hasta que los judíos sean eliminados e israel con ellos.
La realidad es que pensar que eso va a pasar es estar loco, y si no lo piensan pero siguen con esa actitud entonces están más locos todavía,no?.
Todas las personas bien intencionadas que siguen levantando la voz por los "palestinos" lo hacen por una causa justa pero culpando a quien no deben. Y son explotados, igual que esos "palestinos" por gente que no tiene la menor intención de negociar la paz porque están envenenados de odio irracional y religioso.
Cuando se protesta por "palestina" sabes que lo haces en compañia de gente que pide que los judios sean gaseados. Piensas que es un accidente?.
Se está lidiando con algo que va más allá de conceptos políticos o territoriales y más allá de la razón. Algo realmente feo que traspasa el ser de derechas, de izquierdas, del madrid o del alcoyano.
Y nuestra ingenuidad (espero que sea eso) está avivando ese odio.
El mundo necesita dejar de pretender que esto va de derechos humanos y justicia, y tener el coraje moral de llamar a las cosas por su nombre, poner punto y final a este teatro, este baile infinito alrededor de una mesa de negociaciones inexistente.
Necesitamos hacer un gran favor a los árabes diciendoles la verdad que tanto necesitan, que su odio es la causa de su angustia y miseria. Se han convertido en prisioneros de él.
Ha llegado a definirles como grupo. Y hasta que no encuentren la forma de extirparlo de su corazón, estarán encadenados a él. Ellos, sus hijos y sus nietos no serán libres si no se liberan ellos mismos.
Con primavera arabe o sin ella. Da igual.
Quita el odio y empieza a vivir.
Cuantas generaciones de odio pensais que llevara?. Paz.