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Sin embargo lo que es realmente palpable es que Palestina estaba en manos del Imperio Británico y este, a su vez, ya tenía acuerdos más sólidos en el pasado, concretamente décadas atrás a la fundación de Israel. El contacto de numerosos sionistas con los próceres de distintas naciones ya se evidenció oficialmente de 1910 a 1922, con firmas y declaraciones para la futura creación de un Estado judío en Palestina; la más notable, como sabemos, fue la Declaración de Balfour, que con el tiempo sería ratificada indirectamente por las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, como Estados Unidos, el Imperio Británico o la Unión Soviética -por no decir Stalin-.
El artículo de arriba, si bien procede de una fuente de propaganda pro-iraní, pro-chiísmo y anti-sionismo islámico, describe vagamente las similitudes entre el nacionalsocialismo y el sionismo de forma muy cuestionable.
El nacionalsocialismo, de forma deleznable, podría haber expulsado a millones y millones de judíos a otros países al más puro estilo de los Reyes Católicos allí donde ellos pisaran o conquistaran. Sin embargo, no fue así. La principal labor de A. Hítler y el Partido Nazi no fueron segregar a los judíos a un punto donde supuestamente no les molestaran o les hiciese estar alejados de los asuntos de Estado como ya pensaría Stalin y que no cuajó realmente, no. El principal proceder del nacionalsocialismo a una raza considerada simultáneamente como "inferior" y "peligrosa" es el exterminio o "purificación" de la raza aria, Europa y en los sueños húmedos hitlerianos: del mundo de la sangre, o influencia judía.
El exterminio paulatino o gradual de los judíos en términos mecanicistas fue un éxito para la economía nazi: reducía drásticamente la población de muchos países, unos, eran masacrados directamente en los campos de exterminio y otros, eran utilizados como mano de obra baratísima que igualmente, serían masacrados paulatinamente según su nivel de utilidad. La expulsión masiva de judíos no interesaba para mantener una economía racial en beneficio de una minoría supuestamente alemana. Así, otros colectivos fueron masacrados y utilizados como mano de obra barata, como homosexuales, gitanos, y nativos de distintos países tomados como presos de guerra.
El proceder sionista -que no intrínsecamente judío, dejemos de lado el antisemitismo- en realidad fue un juego multipolar. Ellos apostaron y financiaron -forzados o no- a distintos bandos de la Segunda Guerra Mundial para que pudieran llevar a cabo sus deseos de colonizar un territorio entendido como promesa religiosa y un deseo más ferviente de, tras 2000 años, refundar un Estado de confesión judía.
Igualmente, también discrepo sobre las relaciones germano-árabes. Fue justamente al revés: numeras autoridades religiosas y políticas del mundo árabe y musulmán quisieron o hicieron estrechar lazos de cooperación en multitud de cuestiones, uno de ellos se trataba de la cuestión judía. Los árabes no eran tontos, sabían que bajo dominio inglés estaban llegando cientos de miles de judíos que, en poco tiempo empezaron a comprar tierras, grandes dominios y se estaban armando para fundar "de iure" un Estado que contaría con el apoyo de la URSS y otras potencias socialistas, los Estados Unidos y aunque de hecho el Imperio Británico se abstuvo -por ser la potencia que colonizaba aquellas tierras- fue también este quien formó y produjo formación y material de guerra para el recién -por entonces- Estado de Israel.
El sionismo no es un movimiento político que base su linea de acción en la raza. El sionismo, al igual que el islamismo yihadista, basa su centro de acción en la defensa de un Estado configurado y rodeado por la religión y maquina -del verbo maquinar- haciéndose poco a poco con territorio palestino para así, configurar su Tierra Santa, independientemente de si sus ciudadanos son árabes musulmanes, cristianos libaneses residentes en Israel o simplemente ateos.
El sionismo, en mi opinión, no obecede a los principios del fascismo.
El artículo de arriba, si bien procede de una fuente de propaganda pro-iraní, pro-chiísmo y anti-sionismo islámico, describe vagamente las similitudes entre el nacionalsocialismo y el sionismo de forma muy cuestionable.
El nacionalsocialismo, de forma deleznable, podría haber expulsado a millones y millones de judíos a otros países al más puro estilo de los Reyes Católicos allí donde ellos pisaran o conquistaran. Sin embargo, no fue así. La principal labor de A. Hítler y el Partido Nazi no fueron segregar a los judíos a un punto donde supuestamente no les molestaran o les hiciese estar alejados de los asuntos de Estado como ya pensaría Stalin y que no cuajó realmente, no. El principal proceder del nacionalsocialismo a una raza considerada simultáneamente como "inferior" y "peligrosa" es el exterminio o "purificación" de la raza aria, Europa y en los sueños húmedos hitlerianos: del mundo de la sangre, o influencia judía.
El exterminio paulatino o gradual de los judíos en términos mecanicistas fue un éxito para la economía nazi: reducía drásticamente la población de muchos países, unos, eran masacrados directamente en los campos de exterminio y otros, eran utilizados como mano de obra baratísima que igualmente, serían masacrados paulatinamente según su nivel de utilidad. La expulsión masiva de judíos no interesaba para mantener una economía racial en beneficio de una minoría supuestamente alemana. Así, otros colectivos fueron masacrados y utilizados como mano de obra barata, como homosexuales, gitanos, y nativos de distintos países tomados como presos de guerra.
El proceder sionista -que no intrínsecamente judío, dejemos de lado el antisemitismo- en realidad fue un juego multipolar. Ellos apostaron y financiaron -forzados o no- a distintos bandos de la Segunda Guerra Mundial para que pudieran llevar a cabo sus deseos de colonizar un territorio entendido como promesa religiosa y un deseo más ferviente de, tras 2000 años, refundar un Estado de confesión judía.
Igualmente, también discrepo sobre las relaciones germano-árabes. Fue justamente al revés: numeras autoridades religiosas y políticas del mundo árabe y musulmán quisieron o hicieron estrechar lazos de cooperación en multitud de cuestiones, uno de ellos se trataba de la cuestión judía. Los árabes no eran tontos, sabían que bajo dominio inglés estaban llegando cientos de miles de judíos que, en poco tiempo empezaron a comprar tierras, grandes dominios y se estaban armando para fundar "de iure" un Estado que contaría con el apoyo de la URSS y otras potencias socialistas, los Estados Unidos y aunque de hecho el Imperio Británico se abstuvo -por ser la potencia que colonizaba aquellas tierras- fue también este quien formó y produjo formación y material de guerra para el recién -por entonces- Estado de Israel.
El sionismo no es un movimiento político que base su linea de acción en la raza. El sionismo, al igual que el islamismo yihadista, basa su centro de acción en la defensa de un Estado configurado y rodeado por la religión y maquina -del verbo maquinar- haciéndose poco a poco con territorio palestino para así, configurar su Tierra Santa, independientemente de si sus ciudadanos son árabes musulmanes, cristianos libaneses residentes en Israel o simplemente ateos.
El sionismo, en mi opinión, no obecede a los principios del fascismo.
