Academicismo trotskista
Sobre Los orígenes de la clase obrera argentina. Huelgas, sociedades de resistencia y militancia política en Buenos Aires, 1888-1896, de Lucas Poy (Imago Mundi 2014)
El principal déficit del libro de Lucas Poy es privilegiar la diplomacia de los claustros por sobre la creación de conocimiento colectivo, es decir, por sobre el desarrollo de la ciencia. Esta reproducción del modus operandi académico muestra los límites de la política intelectual del PO y de sus investigadores profesionales.
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Marina Kabat
Grupo de Investigación de la historia de la clase obrera argentina
uando criticamos algunas obras poco fundamentadas de miembros del PO nos acusaron de academicistas. Los compañeros no entendieron que nuestro cuestionamiento se dirigía hacia el contenido de las obras y no a las credenciales profesionales de sus autores. De hecho, públicamente hemos elogiado La historia del Movimiento piquetero de Luis Oviedo o Las fábricas ocupadas de Pablo Heller. En Razón y Revolución n° 9, otoño de 2002, publicamos fragmentos del libro de Oviedo y dijimos: “… Se trata de un libro partisano surgido al calor de las mismas luchas. Esta obra al superar las producciones ‘académicas’ prueba que la militancia política o partidaria no impide sino que, por el contrario, favorece el desarrollo del conocimiento social”. Hoy el libro de Oviedo sigue siendo bibliografía obligatoria de la cátedra Historia Argentina IIIB, simplemente porque a RyR no le importa la academia, sino el conocimiento científico necesario para la acción política.
Pero la producción teórica del PO ha decaído en los últimos años, convirtiéndose en un ensayismo vacío de fundamentación. En paralelo, como otra cara de la misma moneda, dentro del PO se ha desarrollado una camarilla académica que busca escribir sobre temas simpáticos a la izquierda y encontrar a la vez un nicho académico relativamente seguro en el ámbito universitario. Ambos extremos muestran lo mismo: la negativa a desarrollar el conocimiento científico como arma de lucha. Un ejemplo es que los universitarios ligados al PO, se negaron en la Asamblea de Intelectuales del FIT a desarrollar una revista de la asamblea que fuera una herramienta de lucha teórica de la izquierda y, a la vez, un espacio para que distintas fracciones debatieran en el camino de la unificación partidaria. Pero, a la vista del público potencial que el FIT ofrecía, se lanzaron a la construcción de una revista académica de manera de explotar ese nicho de mercado en favor de su prestigio personal. Así nace Archivos de Izquierda.
El libro recién publicado de Lucas Poy responde al mismo fenómeno. Todos los vicios de la producción académica (incluyendo el chupamediaje a los referentes consagrados del mundillo universitario y el macartismo a la izquierda) al servicio de la acumulación personal. Si bien su obra presenta aportes empíricos valiosos, gran parte de ellos se malogran encadenados a una interpretación construida mediante la constante pleitesía a la academia y por el ciego seguimiento de los prejuicios dependentistas del PO.
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Sobre Los orígenes de la clase obrera argentina. Huelgas, sociedades de resistencia y militancia política en Buenos Aires, 1888-1896, de Lucas Poy (Imago Mundi 2014)
El principal déficit del libro de Lucas Poy es privilegiar la diplomacia de los claustros por sobre la creación de conocimiento colectivo, es decir, por sobre el desarrollo de la ciencia. Esta reproducción del modus operandi académico muestra los límites de la política intelectual del PO y de sus investigadores profesionales.
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Grupo de Investigación de la historia de la clase obrera argentina
uando criticamos algunas obras poco fundamentadas de miembros del PO nos acusaron de academicistas. Los compañeros no entendieron que nuestro cuestionamiento se dirigía hacia el contenido de las obras y no a las credenciales profesionales de sus autores. De hecho, públicamente hemos elogiado La historia del Movimiento piquetero de Luis Oviedo o Las fábricas ocupadas de Pablo Heller. En Razón y Revolución n° 9, otoño de 2002, publicamos fragmentos del libro de Oviedo y dijimos: “… Se trata de un libro partisano surgido al calor de las mismas luchas. Esta obra al superar las producciones ‘académicas’ prueba que la militancia política o partidaria no impide sino que, por el contrario, favorece el desarrollo del conocimiento social”. Hoy el libro de Oviedo sigue siendo bibliografía obligatoria de la cátedra Historia Argentina IIIB, simplemente porque a RyR no le importa la academia, sino el conocimiento científico necesario para la acción política.
Pero la producción teórica del PO ha decaído en los últimos años, convirtiéndose en un ensayismo vacío de fundamentación. En paralelo, como otra cara de la misma moneda, dentro del PO se ha desarrollado una camarilla académica que busca escribir sobre temas simpáticos a la izquierda y encontrar a la vez un nicho académico relativamente seguro en el ámbito universitario. Ambos extremos muestran lo mismo: la negativa a desarrollar el conocimiento científico como arma de lucha. Un ejemplo es que los universitarios ligados al PO, se negaron en la Asamblea de Intelectuales del FIT a desarrollar una revista de la asamblea que fuera una herramienta de lucha teórica de la izquierda y, a la vez, un espacio para que distintas fracciones debatieran en el camino de la unificación partidaria. Pero, a la vista del público potencial que el FIT ofrecía, se lanzaron a la construcción de una revista académica de manera de explotar ese nicho de mercado en favor de su prestigio personal. Así nace Archivos de Izquierda.
El libro recién publicado de Lucas Poy responde al mismo fenómeno. Todos los vicios de la producción académica (incluyendo el chupamediaje a los referentes consagrados del mundillo universitario y el macartismo a la izquierda) al servicio de la acumulación personal. Si bien su obra presenta aportes empíricos valiosos, gran parte de ellos se malogran encadenados a una interpretación construida mediante la constante pleitesía a la academia y por el ciego seguimiento de los prejuicios dependentistas del PO.
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