Evo, el transformista
Un análisis de las últimas elecciones en Bolivia
En El Aromo Nº 81 - "Se vienen las fiestas"
Las últimas elecciones en Bolivia fueron interpretadas por diferentes sectores como un triunfo de los oprimidos de América Latina. Sin embargo, en esta nota, le mostramos que lo que se oculta detrás del resultado es la consolidación de la derecha boliviana.
Nicolás Grimaldi
LAP CEICS
Las elecciones en Bolivia realizadas el pasado 12 de octubre, terminaron en una victoria de Evo Morales, alcanzando la segunda reelección, así como también los dos tercios en la Asamblea Plurinacional. Esta victoria, sumada a la fecha en la que se conmemora el aniversario del descubrimiento de América, sirvió de excusa para el autonomismo y el posmodernismo para realizar todo tipo de analogías respecto a una reivindicación de los “indígenas” y los pueblos oprimidos de América Latina. No es el objetivo de esta nota ingresar en una discusión acerca de la incumbencia revolucionaria del programa indigenista [1], lo que aquí vamos a observar es cuál es el primer balance que debe hacerse de las elecciones y el 61% de votos alcanzados. Los rivales derrotados fueron el empresario Samuel Doria Medina, de Unidad Demócrata (con el aval de Rubén Costas, Gobernador de Santa Cruz), quien obtuvo el 24% de los votos, mientras que el ex presidente, Jorge Quiroga, del Partido Demócrata Cristiano, conquistó el 9%. Sin embargo, lo más llamativo de estas elecciones fue que Evo Morales se impuso en tres de los cuatro estados que conforman la llamada “Media Luna” de Bolivia, que concentró la principal oposición a Morales durante toda su gestión. Los departamentos que conforman esta zona geográfica de Bolivia son Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. De estos tres departamentos, solo perdió en Beni.
De esta manera, Morales obtuvo el triunfo en ocho de los nueve departamentos del país. Lo que debemos explicar aquí, es como ha hecho Morales para imponerse en regiones controladas históricamente por la derecha.
Por su parte, la izquierda no tuvo participación en estas elecciones. A la ya casi sacralización del voto nulo realizada por el POR, se sumó que el Instrumento Político de los Trabajadores, creado el año pasado, no logró presentarse. Efectivamente, el mismo fue boicoteado por la COB, que decidió apoyar a Evo en su reelección. Igualmente, el Gobierno logró derrotar al sector combativo de los mineros de Huanuni, a través de amenazas y procesamientos [2]. Esto es lo que llevo a los sectores de la izquierda como LOR-CI, Alternativa Socialista Revolucionaria o MST Bolivia, a proclamar el voto nulo. Resignación y un llamado al propio fracaso.
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Un análisis de las últimas elecciones en Bolivia
En El Aromo Nº 81 - "Se vienen las fiestas"
Las últimas elecciones en Bolivia fueron interpretadas por diferentes sectores como un triunfo de los oprimidos de América Latina. Sin embargo, en esta nota, le mostramos que lo que se oculta detrás del resultado es la consolidación de la derecha boliviana.
Nicolás Grimaldi
LAP CEICS
Las elecciones en Bolivia realizadas el pasado 12 de octubre, terminaron en una victoria de Evo Morales, alcanzando la segunda reelección, así como también los dos tercios en la Asamblea Plurinacional. Esta victoria, sumada a la fecha en la que se conmemora el aniversario del descubrimiento de América, sirvió de excusa para el autonomismo y el posmodernismo para realizar todo tipo de analogías respecto a una reivindicación de los “indígenas” y los pueblos oprimidos de América Latina. No es el objetivo de esta nota ingresar en una discusión acerca de la incumbencia revolucionaria del programa indigenista [1], lo que aquí vamos a observar es cuál es el primer balance que debe hacerse de las elecciones y el 61% de votos alcanzados. Los rivales derrotados fueron el empresario Samuel Doria Medina, de Unidad Demócrata (con el aval de Rubén Costas, Gobernador de Santa Cruz), quien obtuvo el 24% de los votos, mientras que el ex presidente, Jorge Quiroga, del Partido Demócrata Cristiano, conquistó el 9%. Sin embargo, lo más llamativo de estas elecciones fue que Evo Morales se impuso en tres de los cuatro estados que conforman la llamada “Media Luna” de Bolivia, que concentró la principal oposición a Morales durante toda su gestión. Los departamentos que conforman esta zona geográfica de Bolivia son Santa Cruz, Beni, Pando y Tarija. De estos tres departamentos, solo perdió en Beni.
De esta manera, Morales obtuvo el triunfo en ocho de los nueve departamentos del país. Lo que debemos explicar aquí, es como ha hecho Morales para imponerse en regiones controladas históricamente por la derecha.
Por su parte, la izquierda no tuvo participación en estas elecciones. A la ya casi sacralización del voto nulo realizada por el POR, se sumó que el Instrumento Político de los Trabajadores, creado el año pasado, no logró presentarse. Efectivamente, el mismo fue boicoteado por la COB, que decidió apoyar a Evo en su reelección. Igualmente, el Gobierno logró derrotar al sector combativo de los mineros de Huanuni, a través de amenazas y procesamientos [2]. Esto es lo que llevo a los sectores de la izquierda como LOR-CI, Alternativa Socialista Revolucionaria o MST Bolivia, a proclamar el voto nulo. Resignación y un llamado al propio fracaso.
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