Osvaldo Regina
Colaborador OME
En El Aromo Nº 83 "Fràgil, solitario y final"
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte es la experiencia más importante de “integración” de una gran economía latinoamericana con el primer mundo. Fue encarada de manera tal que su dinámica no amenace la estructura de poder y de clases que configuran el Estado que la pergeñó y preservó el retraso productivo, tecnológico y social.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, según las siglas en inglés) es la experiencia más importante de “integración” de una gran economía latinoamericana con el primer mundo. Luego de 21 años del Tratado con EE.UU. y Canadá, en México “las preocupaciones sociales y económicas en curso incluyen bajos salarios reales, subempleo de un amplio segmento de la población, distribución del ingreso inequitativa y pocas oportunidades de progreso para la extensa población indígena de los estados empobrecidos del Sur”, comenta la CIA en su sitio de internet. La “integración” económica fue encarada de manera tal que su dinámica no amenace la estructura de poder y de clases que configuran el Estado que la pergeñó y preservó el retraso productivo, tecnológico y social.
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El Tratado de Libre Comercio de América del Norte es la experiencia más importante de “integración” de una gran economía latinoamericana con el primer mundo. Fue encarada de manera tal que su dinámica no amenace la estructura de poder y de clases que configuran el Estado que la pergeñó y preservó el retraso productivo, tecnológico y social.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN o NAFTA, según las siglas en inglés) es la experiencia más importante de “integración” de una gran economía latinoamericana con el primer mundo. Luego de 21 años del Tratado con EE.UU. y Canadá, en México “las preocupaciones sociales y económicas en curso incluyen bajos salarios reales, subempleo de un amplio segmento de la población, distribución del ingreso inequitativa y pocas oportunidades de progreso para la extensa población indígena de los estados empobrecidos del Sur”, comenta la CIA en su sitio de internet. La “integración” económica fue encarada de manera tal que su dinámica no amenace la estructura de poder y de clases que configuran el Estado que la pergeñó y preservó el retraso productivo, tecnológico y social.
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