CRÍTICA AL PROGRAMA DE TRANSICIÓN
Resumen del trabajo de [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] El texto en cursiva corresponde a citas de este trabajo, y remito al mismo para ver los extractos de Trotsky que ilustran los argumentos, y sobre todo no recomiendo quedarse sólo con el presente resumen, sino leer el original, que consta sólo de unas treinta páginas.
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Qué es el Programa de Transición
Podría describirse como una guía de instrucciones para hacer una revolución, o para generar una situación revolucionaria, a partir de la agitación de consignas transicionales. En el marxismo clásico, estas consignas consisten en las medidas que sólo pueden ser aplicadas por la clase trabajadora en armas, una vez tomado el poder, para destruir el capitalismo y construir el socialismo. En el PT estas consignas deben agitarse ante cualquier conflicto, aún sabiendo que son inaplicables en el capitalismo. Su autoría corresponde a Trotsky, en cuyos escritos se pueden encontrar fragmentos dispersos de esta idea, hasta el año 1938, en que la define como teoría acabada.
El Programa de Transición es el fundamento sobre el que se han basado la táctica y la estrategia de los partidos trotskistas hasta el presente. Ejemplos locales son el PO, el PTS, el MAS, IS, etc. En el mundo son miles o decenas de miles los partidos que comparten esta herencia.
Antes del Programa de Transición: Marx, Engels y Lenin
A menudo parece suponerse que la crítica al PT nos deja sin armas para encarar la tarea revolucionaria. Esto refleja el olvido en que han quedado los métodos de la lucha marxista desde Marx y Engels hasta el mismo Lenin. Estos métodos consisten en participar de la lucha reivindicativa por mejoras salariales, laborales, sociales mínimas, a la par que se hace la propaganda revolucionaria para elevar y generalizar la conciencia clasista. Acumular fuerzas para aprovechar exitosamente la ocasión de una situación revolucionaria. No desgastarse en reiterados intentos de generar situaciones revolucionarias a partir de la nada.
Según Lenin
la agitación es el arte de explicar una o dos ideas a las masas, a partir de sus experiencias y vivencias, para que saquen alguna conclusión política. Por ejemplo, demostrar que con gobiernos imperialistas no podría haber una paz justa y democrática; explicar esta idea, de manera sencilla y accesible, a decenas de miles de obreros y campesinos fue una proeza de agitación llevada a cabo por centenares de «tribunos» bolcheviques. Algo muy distinto que vocear con monocorde insistencia una o dos frases, como se ha acostumbrado a hacer en muchas organizaciones de la CI.
Características del Programa de Transición
La premisa fundamental del PT es una idea común a la época de Lenin y Trotsky: el supuesto de que el capitalismo había sido reemplazado por el imperialismo, como sistema económico en el que la competencia ya no rige, y en cambio, los monopolios dominan los precios a voluntad y por lo tanto ya no opera la presión competitiva que impulsa la innovación tecnológica. En este escenario, las fuerzas productivas ya no pueden desarrollarse, y el sistema no puede salir del estancamiento “senil”.
Las consecuencias de este estancamiento eliminan la estrategia del reformismo como manera de aplacar las luchas proletarias. Ya no se pueden crear los recursos para otorgar las mejoras mínimas laborales y sociales. Por lo tanto, cada lucha por un mejor salario o por mejoras laborales y sociales lleva al choque contra la negativa absoluta del sistema y la represión. Cada lucha, al no poder ser satisfecha siquiera parcialmente, lleva a que se haga carne en los trabajadores, la necesidad de cambiar todo el sistema de raíz. Las revoluciones triunfarán o serán aplastadas por la barbarie del fascismo.
En la medida en que las viejas reivindicaciones parciales, mínimas, de las masas entran en conflicto con las tendencias destructivas y degradantes del capitalismo decadente -y eso ocurre a cada paso- la Cuarta Internacional auspicia un sistema de reivindicaciones transitorias, cuyo sentido es el de dirigirse cada vez más abierta y resueltamente contra las bases del régimen burgués. El viejo «programa mínimo» es superado por el «programa transicional», cuyo objetivo consiste en la movilización sistemática de las masas para la revolución proletaria
Para que estas luchas mínimas desemboquen en luchas revolucionarias, hay otro supuesto central en el PT: la lucha lleva a la revolución porque en ella se forma la conciencia proletaria de modo automático, sin que la falsa conciencia burguesa sea un obstáculo considerable. El esfuerzo propagandístico pasa a segundo plano.
Si la situación ya es revolucionaria, entonces todo lo que se necesita es empujar a las masas a la lucha- consignas transicionales- por eso no importa (y no se recomienda) explicitar la relación de estas consignas con su condición necesaria: la toma del poder. De hecho, si la consigna es irrealizable en el capitalismo o en la coyuntura, no importa, la misma lucha por ella hará que el proletariado supere al capitalismo.
Por otro lado, si la situación no es revolucionaria, de todos modos se supone que la agitación de una o dos consignas creará tal situación, dentro de una lógica de "escalera transicional". Como la situación no es revolucionaria, estas consignas se agitan sin conectarlas con la necesidad de la toma del poder, algo que conviene disimular hasta que la lucha lleve a los obreros a hacer la revolución como paso final de la "escalera", sin habérselo propuesto. Este tipo de agitación lleva a los revolucionarios a presentar tales consignas como soluciones a las crisis, como soluciones para el “aquí y ahora” dado que no se formulan articuladas a un programa general de medidas revolucionarias. Se presentan como fines en sí mismos, y resulta que, mientras el programa trotskista afirma que el capitalismo no puede otorgar reivindicaciones mínimas, se proponen agitar entre las masas objetivos de lucha descomunales, que por supuesto no pueden cumplirse, y que generan la ilusión de que el capitalismo puede convivir con reformas propias del programa máximo, que el capitalismo puede ser "controlado", reformado y llevado hacia el socialismo desde el propio estado capitalista “copado” por trabajadores. Tal es el efecto reformista del Programa de Transición aplicado indiscriminadamente en situaciones no revolucionarias.
Si obviáramos las contradicciones expuestas, de lo anterior se deriva que no puede haber impedimentos objetivos a la revolución. La única causa de que no triunfe la revolución tiene que ser la traición de la cúpula burocrática. Pero esto no se entiende si a su vez la clase no está enajenada y por lo tanto no está en cuestión su carácter de sujeto revolucionario. Esto nos devuelve al problema del factor subjetivo.
Preguntas
Ante estos problemas, quienes comparten la tradición trotskista deberían preguntarse (y nos interesarían las respuestas a las que arriben), lo siguiente:
-Si es verdad que las fuerzas productivas no pueden desarrollarse más en el capitalismo, y si desde 1914 o 1938 las FFPP no se han desarrollado y el capitalismo no ha podido ni podrá otorgar concesiones.
-Si aún suponiendo la vigencia de la premisa anterior y suponiendo una situación revolucionaria, el PT funciona. Porqué en 1917 Lenin rechazó esa estrategia. Cuándo el PT llevó a una revolución.
-Si en cambio la premisa del estancamiento secular no rige, entonces, cómo puede ser válida la estrategia del PT.
-Qué efecto produce sobre la conciencia deprimida y reformista de la clase trabajadora derrotada de nuestros tiempos, el recibir consignas transicionales en las que escuchan que debe lucharse por estatizaciones, por el control del estado, de la banca, de las empresas, contra el imperialismo yanqui, todo esto sin conexión con la necesidad previa de la revolución.
-Cómo afecta la subestimación del factor subjetivo y de la tarea propagandística y formativa, a la educación de los cuadros por un lado, y de los militantes de base, por otro, y cómo esto afecta el nivel y la posibilidad de las discusiones internas, y de una efectiva democracia, y finalmente, cómo esto minimiza el papel de la teoría en general y cierra el debate hacia el exterior de los partidos trotskistas.
Ver también:
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Aclaración necesaria:
Este post no pretende "mearle el asado" a nadie. Aquí se presenta una crítica bajo la convicción de que con una teoría equivocada no se puede operar de modo eficiente sobre la realidad. El primer deber revolucionario es la crítica. Quienes se abstengan de dar la discusión (ésta o cualquier otra) sólo contribuyen a mantener el actual estado de cosas. En el caso que nos ocupa, este estado de cosas es la derrota de la clase obrera y la marginalidad de la izquierda revolucionaria.
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Pueden ser útiles las discusiones que se dieron en T: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]