Completamente de acuerdo con esa definición, pero dejando claro que no soy argentino para desgracia mía.Jordi de Terrassa escribió:Que le parece llamar a su ideología de capitalismo monopolista de estado, versión peronista, que es como usted la defiende con plena conciencia.
Es que yo no denominaría con el despectivo apelativo de "vaselina" a aquellas políticas. Como antes he dicho, y ellos también decían, aquel es el único "socialismo" que en la historia, hasta la fecha, ha existido (y en ese mismo saco admitiría incluir algunos otros regímenes políticos que no pertenecían al Pacto de Varsovia).Jordi de Terrassa escribió:Que la vaselina soviética que prefiere sea la de Jruschov, la de Breznev, la de Andropov, o la de otros representantes del capitalismo monopolista de estado, a la de Gorbachov sigue siendo una cuestión de gustos sobre como prefiere, en su caso, ser explotado.
Lamentablemente también se lo admito. Aún recuerdo el dolor y la rabia que sentí aquel día en que vi arriarse por última vez la bandera roja del Kremlin. Recuerdo que dije que ese día era el día más triste y nefasto de la historia de la humanidad, al menos... en los dos, tres o cuatro últimos siglos (por acotar temporalmente aquello que decía, no por otra cosa). Ahora bien, yo siempre he pensado que llegó a existir alguna mano invisible dirigiendo aquella historia. Quizás la misma mano invisible que organizaba magnicidios y guerras cruentas en bastantes otros sitios). Mi teoría del desplome del mundo socialista no se fundamenta en que la URSS estuviera repleta de funcionarios corruptos entregados al imperialismo capitalista. Como tampoco pienso que fuera casual el ascenso de Thatcher y Reagan a las altas esferas de la política. Unos años antes ya estaban ocurriendo en el mundo otras cosas parecidas. Por ponerle un simple, y quizás estúpido, ejemplo que antes ya le he expuesto... en España, durante los años ochenta, ya se estaban privatizando las empresas estatales del INI con las que los españoles habíamos convivido durante algunos lustros y se estaba modificando la legislación laboral de la época para mayor gloria del neoliberalismo. Es que en esos años ochenta, en todo el mundo (y no solamente en la URSS) estaban ocurriendo demasiadas cosas parecidas. Y yo jamás he creído en las coincidencias.Jordi de Terrassa escribió:Imagínese la envergadura de la utopía de su alegría, en este caso el uso de utopía es como ilusión que no se corresponde con la realidad, pues todo aquello no era suyo, es decir de los trabajadores soviéticos, sino de los capitalistas de estado soviéticos, y aquellos funcionarios “estalinistas” (ídem sobre las comillas) hicieron una reforma neoliberal, no para arrebatarle a usted, es decir a los trabajadores soviéticos, lo que no era de ellos sino para repartírselo individualmente entre los capitalistas monopolistas de estado soviéticos, auténticos propietarios.
Créame que puestos a aceptar eso que usted dice, y yo le subrayo, no me duelen prendas en admitirle que mucho antes preferiría vivir en el capitalismo de estado que existía en la España de mi infancia, juventud y adolescencia.Jordi de Terrassa escribió:La cuestión importante de este párrafo no es lo que subraya, ni tan siquiera lo que ha puesto en negrita, sino lo que no reproduce; “Y el problema para los comunistas en la actualidad es dar una justa, correcta y adecuada respuesta teórica a la continuación de la revolución, bajo condiciones de dictadura del proletariado, es decir desarrollar las fuerzas productivas y evitar la reinstauración del capitalismo, una vez tomado el poder por los trabajadores asalariados, para avanzar hacia el socialismo y el comunismo”. Aunque esto solo es importante para los comunistas, no para los que ya se contentan con el capitalismo monopolista de estado, que, por otra parte, ya existe en España en la actualidad..
Un saludo