Se va de tema, pero voy a poner a Mariategui porque lo explica un poco mejor que yo...
EN EL DIA DE LA RAZA1
COLON es uno de los grandes protagonistas de la civilización occidental. Hace más de cinco años, reporteado por Variedades, para una de sus Instantáneas, lo indiqué como el héroe histórico o pretérito de mi predilección. Pienso en él cada vez que me visita la idea de escribir una apología del aventurero. Porque hay que reivindicar al aventurero, al gran aventurero. Las crónicas policiales, el léxico burgués, han desacreditado esta pa-labra. Colón es el tipo del gran aventurero: pionner de pionners. América es una creación suya. Recientemente, en el libro de un pequeño burgués de Francia, se ha pretendido disminuir su empresa, rebajar su figura. ¡Como si pudiese importar que antes que Colón otros navegantes hubiesen ya conocido el Continente! América ingresó en la historia mundial, cuando Colón la reveló a Europa. Es imposible decir exactamente en qué medida, la civilización capitalista—anglo-sajona y protestante— es obra de este navegante mediterráneo y católico. ¿Católico?
El descubrimiento de América es el principio de la modernidad: la más grande y fructuosa de las cruzadas. Todo el pensamiento de la modernidad está influido por este acontecimiento. ¡Imposible enjuiciarlo en un acápite, por apretado y denso que sea! La Reforma, el Renacimiento, la Revolución liberal ¡de cuántas cosas habría que hablar! Hasta la última gran especulación intelectual del Medioevo, La Ciudad del Sol, la utopía comunista de Tomás Campanella, aparece influida por el descubrimiento de América. Algunos de sus biógrafos, pretenden que Campanella conoció y admiró, por las primeras crónicas, la civilización incaica. En todo caso, el Nuevo Mundo actuó evidentemente sobre su imaginación.
Hispano-América, Latino-América, como se pretiera, no encontrará su unidad en el orden burgués. Este orden nos divide, forzosamente, en pequeños nacionalismos. Los únicos que trabajamos por la comunidad de estos pueblos, somos, en verdad, los socialistas, los revolucionarios. ¿Qué puede acercarnos a la España de Primo de Rivera? En cambio, ¡qué cerca estaremos siempre de la España de Unamuno, de la España revolucionaria, agónica, eternamente joven y nueva! A Norte América sajona le toca coronar y cerrar la civilización capitalista. El porvenir de la América Latina es socialista.
Que conste, que no hablo en homenaje a la Fiesta de la Raza. No me adhiero a celebraciones municipales ni al concepto mismo de nuestra latinidad. Latinos, nosotros!
JOSE CARLOS MARIATEGUI