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    La otra cara del urbanismo madrileño

    tartesico
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    Gran camarada
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     La otra cara del urbanismo madrileño  Empty La otra cara del urbanismo madrileño

    Mensaje por tartesico Jue Sep 03, 2015 1:52 pm

    A lo largo de éstos últimos años, pero más especialmente después de los fastos del centenario de la Gran Vía madrileña en el año 2010, la propaganda política del Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid no ha dejado de bombardearnos diariamente acerca de los beneficios, lujos e innovaciones de la más famosa y elegante avenida madrileña.

    Nuestros políticos no han perdido la oportunidad a la hora de vender esta calle de cara a turistas, inversores y empresarios de toda índole, mostrándola como el gran ejemplo de la modernidad, de la innovación, de la vanguardia y del progreso que fue el papel para la que fue creada. Así mismo, la Gran Vía se suele poner como uno de los mejores ejemplos de los grandes avances del urbanismo madrileño y del grado de complejidad que alcanzó a inicios del pasado siglo.

    Una imagen de prosperidad, lujo y vanguardia que nos han presentando especialmente en los últimos años con el objetivo de intentar vendernos la idea de que la urbanidad del siglo XX ha traído beneficios positivos para la ciudad, para el pueblo y obviamente para ellos. Sin embargo, esta realidad lujosa y vanguardista se diluye cuando rascamos un poco la dura y la cruda realidad.

    Ya en el año 2010, cuando se celebraban los fastos del centenario, se podían leer cartas y artículos de lectores y vecinos de la zona centro madrileña, donde se denunciaba la hipocresía de los grandes políticos madrileños que nos venden los lujos, comodidades y bondades de la Gran Vía madrileña, cuando apenas a escasos metros, en las bocacalles que desembocan en la lujosa avenida y calles y zonas aledañas como Valverde, Fuencarral, Barco, Jiménez de Quesada, Concepción Arenal, Luna, Ballesta, Desengaño, sufrían, y aún hoy en día lo hacen, los duros problemas de suciedad, falta de higiene, precariedad de los edificios, miseria, pobreza y exclusión social que se agolpan en su seno.

    Pero esta situación, lógicamente, no se enseña en los estudios de prensa, radio y televisión que éstos últimos años han invadido la zona para vendernos el snobismo madrileño de cara a atraer a grandes masas de turistas nacionales e internacionales. Los focos mediáticos no han perdido ni un solo instante a la hora de fotografiar los escaparates de sus tiendas, de sus modelos, de sus lujos, de sus mansiones y de su cara decoración, pero parece que esos mismos objetivos se pierden siempre a la hora de fotografiar la degradación social y urbanística en los mismos aledaños de la Gran Vía. Es obvio que eso no interesa, no agrada, no gusta y no reconforta a los hasta ahora responsables del consistorio madrileño.

    Sin embargo, esta situación no es, lógicamente, excepcional de esta zona ni de esta ciudad, ni siquiera de este estado. Es una consecuencia lógica de este sistema social y económico capitalista , a lo largo y ancho del mundo, y a través de la historia.

    Y es que esta calle, como tantas otras del centro histórico de Madrid, fue remodelada por los políticos burgueses con el objetivo de mostrar un espejo de modernidad al mundo entero mientras la gente se las apañaba como podía para sobrevivir diariamente en medio de la degradación higiénica y social. Una zona que era humilde antes de la Gran Vía y que lo siguió siendo después de ella, aunque muchas casas fueran derribadas para eliminarlas de la vista pública hacia zonas periféricas donde no pudieran molestar por su precaria situación.

    Ya a finales del siglo XIX en su libro "La situación de la clase obrera en Inglaterra", el ideólogo Federico Engels, nos alertaba de las costumbres de la burguesía de su tiempo, que se repiten en nuestra ciudad, cuando decía en su informe sobre el proletariado inglés que;

    “En las calles principales, se encuentran una serie de negocios pertenecientes a la burguesía, que mantienen con un aspecto decente y limpio, especialmente en el barrio comercial y los aledaños de los barrios burgueses, pero resultan eficaces para esconder a los ojos de los ricos señores y ricas señoras, de los estómagos fuertes y de los nervios débiles la miseria y la inmundicia que constituyen el por qué de su riqueza y de su lujo. Nunca se ha visto una exclusión tan sistemática de la clase obrera de las calles principales, un velo sobre todo aquello que pueda ofender la vista y los nervios de la burguesía”

    Sin duda alguna, unas palabras que escribió de lo que él mismo observó en las capitales industriales inglesas y británicas, y que sabía que era exactamente similar en las demás capitales industriales de Europa y de los principales países industrializados del mundo.

    La clase dirigente, especialmente en Madrid, siempre ha mantenido un especial esfuerzo por tratar de ocultar de los lugares centrales y turísticos esta situación social. Zonas como Salamanca, Gran Vía, Chamberí, Chueca, o Atocha han sido históricamente buenos ejemplos de ello. Y ello cuando directamente no se han derribado las casas de la clase obrera para desplazarlos a zonas menos vistosas para la mayoría de la gente, como ya ocurrió en su momento cuando se construyó el proyecto por excelencia de la burguesía madrileña; la Gran Vía.

    Contrasta también el enorme interés de los dirigentes madrileños en redecorar constantemente y durante 100 años su espejo urbano promocional de cara al exterior representado en el escaparate de la Gran Vía, mientras que otras muchas zonas madrileñas han seguido viviendo en la precariedad.

    En este sentido, llama poderosamente la atención de nuestra memoria histórica, como en la época en la que la dirigencia madrileña de la época de Alfonso XIII y del régimen franquista derribaba viviendas para construir las grandes urbanizaciones ubicadas en Moncloa, Retiro, Salamanca, Argüelles, Puerta de Hierro o La Moraleja, en otras zonas de la capital madrileña como el Paseo de la Dirección (y en general el triángulo de Tetuán-Valdezarza-Francos Rodríguez), Almenara-Ventilla, Orcasitas-Usera, Pan Bendito, Carabanchel, Villaverde, Vallecas, Guindalera, Pitis, o las ya mencionadas zonas aledañas entre la Gran Vía-Tribunal, se agolpaban chavolas, casas y barrios obreros construidos en muchas ocasiones con materiales precarios y en condiciones de vida, sanidad e higiene miserables, y que aún hoy en día, más de 100 años después, con sus mejoras y avances, se mantienen y perviven.

    Esta situación de desigualdad urbana en la ciudad ha sido descrita en el artículo "El mapa de la desigualdad en Madrid" por Pablo Rivas, quien afirma que Madrid históricamente ha estado atravesada por una frontera que va de norte a sur, de este a oeste, con un este-sur pobre, con zonas industriales y barrios obreros tradicionales, y con un norte-oeste de la clase media y alta en muchos casos sede de la burguesía local.

    Rivas constata esta diferencia con datos, afirmando que mientras que la tasa media de paro en la ciudad de Madrid es del 14,37%, cinco distritos registran tasas por debajo del 10%: Retiro, Salamanca, Chamartín, Chamberí y Moncloa-Aravaca, y otros cuatro en el polo opuesto, lo superan; Villaverde, Puente de Vallecas, Usera y Villa de Vallecas con más del 20%.

    Y es que, en resumen, las élites dirigentes saben bien cómo venderse de cara al exterior, cómo autojustificarse y autolegitimarse, cómo seguir enriqueciéndose año tras año a costa de las clases trabajadores y el método a seguir para tranquilizar sus conciencias.

    Ésta es, sin duda, la otra cara de la Gran Vía, y del urbanismo madrileño que no interesa, que no es rentable, de la que no se habla y que nadie quiere ver, pero que, a pesar de todo, sigue y seguirá estando ahí no por la buena o mala gestión de los concejales y alcaldes de turno si no por una verdad que ellos saben perfectamente aunque la traten de ocultar con arquitectura; la desigualdad social y de clases es inherente al sistema capitalista y seguirá existiendo, quizá en otras zonas, quizá desplazada, quizá disimulada, mientras exista el sistema económico y social capitalista y burgués.

    http://nnbes.blogspot.com.es/2015/09/la-otra-cara-del-urbanismo-madrileno.html

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