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    El test de Bechdel: aplicación, contexto histórico e introducción de un equivalente masculino

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    Mensaje por nunca Jue Nov 12, 2015 3:33 pm


    El test de Bechdel: aplicación, contexto histórico e introducción de un equivalente masculino

    Publicado el noviembre 11, 2015 por Carlos Rodríguez

    En esta entrada les presento la traducción del artículo “The Bechdel test: Application, historical context and introducing a male equivalent” (El test de Bechdel: aplicación, contexto histórico e introducción de un equivalente masculino), escrito por Eivind Figenschau Skjellum y publicado originalmente en la página Masculinity Movies. La traducción ha corrido a cargo de nuestro comentarista habitual Murphy, autor de la bitácora Si eres hombre, eres culpable.

    Como en toda traducción, he de señalar que su publicación en este espacio no significa necesariamente que nos suscribamos a todo lo que dice el artículo, sino que lo hemos encontrado lo suficientemente interesante como para debatir sus méritos.

    El test de Bechdel: aplicación, contexto histórico e introducción de un equivalente masculino

    Eivind Figenschau Skjellum

    Escribo sobre los hombres en las películas. Escribo sobre cómo pueden servir para inspirarnos en alcanzar la grandeza.

    Afortunadamente, también hay quien escribe sobre las mujeres en las películas. O más bien la falta de mujeres en las películas. Y cuando lo hacen, suelen recurrir al test Bechdel.

    El test de Bechdel fue presentado por Alison Bechdel, dibujante estadounidense, en 1985. Aquí están sus humildes comienzos:

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    Una película, tal y como aparece en el cómic, pasa el test de Bechdel si:

    1Aparecen al menos dos mujeres con nombre propio
    2que hablan entre ellas
    3de algo más que no sea un hombre
    El test se ha vuelto muy popular en los círculos feministas y recientemente cines suecos anunciaron que a partir de ahora van a evaluar todas las películas mediante el test de Bechdel.

    En otras palabras, el test se ha politizado.

    La aplicación del test de Bechdel

    La premisa básica de la prueba Bechdel es que hay muy pocas mujeres en papeles importantes en las películas. Y parece que hay algo de verdad en eso; según la charla de Colin Stokes en TED “Cómo las películas enseñan hombría” (“How movies teach manhood”) sobre la que escribí hace unos días, sólo 11 de las 100 mejores películas de 2011 tenían a mujeres como protagonistas.

    La mayoría de las películas que aparecen en esta página no pasan el test. Aquí hay una lista de las que la pasan (con una puntuación de 3 sobre 3), según Bechdeltest.com:

    American Beauty
    Beowulf
    Eyes Wide Shut
    Revolutionary Road
    Lars y una chica de verdad (Lars and the Real Girl)
    Mrs Doubtfire
    Robin Hood
    Entre copas (Sideways)
    El guerrero nº 13 (The 13th Warrior)
    El rey pescador (The Fisher King)
    El discurso del Rey (The King’s Speech)
    V de Vendetta (V for Vendetta)
    Alguna de ellas lo pasa por los pelos. Apenas 12 de 41 películas reseñadas, que es casi el 30%. Una clara minoría.

    Sin embargo, he aquí algo desconcertante: una película como Tomb Raider (que no he reseñado) no pasa el test de Bechdel. De hecho, fracasa estrepitosamente (0 puntos de 3). En otras palabras, una heroína femenina que con enorme valentía sigue su camino a través de un entorno típicamente dominado por hombres no consigue ningún punto. Entiendo que Lara Croft no es un personaje femenino realista y completo que pueda servir como modelo positivo para las jóvenes del mundo, pero aún así me resulta curioso que una película con una heroína femenina consiga 0 puntos en el test de Bechdel.

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    Otra observación interesante: a pesar de toda una serie de poderosos personajes femeninos, El Señor de los Anillos fracasa (1 de 3 puntos posibles) y la escena en El Retorno del Rey, donde Eowyn posiblemente salva la Tierra Media al derrotar al rey de los Nazgul mientras exclama “¡no soy un hombre!” (ella lo puede matar sólo porque es mujer; ver escena de abajo) no consigue ningún punto en el test de Bechdel.



    Básicamente, una amplia gama de películas, donde aparecen poderosas mujeres que controlan su destino, fallan en el test. Algunos ejemplos:

    X-men (Jean Grey y Tormenta, por mencionar algunas)
    Superman (Lois Lane)
    The Dark Knight rises (Cat Woman)
    Hansel and Gretel (Gretel)
    Tomb Raider (Lara Croft)
    Avatar (Neytiri y Grace)
    Run Lola Run (Lola)
    Todo esto me parece muy raro.

    Así, del mismo modo que el test muestra cierta validez, aparecen algunos resultados extraños en la práctica.

    Sin embargo, lo que de todas formas es innegable es que hay más protagonistas masculinos en las películas. ¿Por qué esto es así?

    Contexto histórico

    El papel de la mujer ha estado relacionado históricamente con la crianza y la esfera familiar. Hay buenas razones para esto. El cerebro masculino tiene mayor orientación espacial y nuestros cuerpos son mejores para hacer frente a la adrenalina y las condiciones físicas extremas. En efecto, podemos hacer frente a la caza, el trabajo duro y el peligro mejor que las mujeres.

    Las estadísticas de mortalidad en el lugar de trabajo (más del 90% son hombres) reflejan este hecho; los hombres buscan los desafíos y peligros para los que nuestra fisiología está hecha. El cerebro de la mujer, sin embargo, es mucho mejor en el lenguaje, la interacción social, etc. De hecho, las mujeres usan de promedio el triple de palabras por día en comparación con los hombres (20.000 vs 7.000).

    Estas diferencias naturales son el resultado de un proceso evolutivo creado conjuntamente que, entre otras cosas, se ha asegurado de que las mujeres embarazadas fuesen protegidas del duro trabajo físico. (para una feminista que refleja esto, ver la presentación de Lauren Barnett).

    Mientras a las mujeres se las protegía, se ha esperado históricamente que los hombres proporcionasen esa protección. Los ideales de la función tradicional masculina son servir, proveer y proteger. La mitología de todo el mundo está repleta de historias de hombres que a partir de unos humildes comienzos consiguen convertirse en verdaderos héroes después de superar una serie de pruebas. Estos cuentos -y actos de heroísmo- han traído consuelo y protección a personas desamparadas desde hace milenios. El experto en mitología Joseph Campbell llama a este tema mitológico “El viaje del héroe”.

    Hay algo inherentemente emocionante en “El viaje del héroe”. La mayoría de los hombres que conozco sienten una respuesta corporal visceral al observar a otros hombres comprometidos en actos de heroísmo. Es lo que hizo que Braveheart fuera tan impactante cuando lo vi en mi adolescencia. Y las mujeres parecen encontrar a esos hombres muy sexys (cita de una amiga: “no me gusta Mel Gibson, pero William Wallace está superbueno”).

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    El tema arquetípico de “El viaje del héroe” ha llamado a muchos hombres a la grandeza. Pero también tiene un lado oscuro; ha entrenado a los hombres para verse a sí mismos como prescindibles. La idea básica es ésta: mientras los hombres mueran por una causa noble, la suya será una buena muerte*.

    Así que este es el resultado final: mientras se espera que la vida de las mujeres se restrinja a una vida relativamente segura, social y hogareña, a los hombres se les influenció para que aceptaran el sacrificio de sus vidas en un abrir y cerrar de ojos en un espectáculo heróico.

    Estas son las ventajas y desventajas inherentes a los roles de género tradicionales.

    * Añadido el 30 noviembre: El viaje del héroe es en realidad una metáfora de la transformación interior. Como tal, es un arquetipo que existe en todos los niveles de desarrollo. No obstante, sus temas han ejercido influencia sobre los roles de género de la sociedad, y en particular los de la era premoderna.

    Entendiendo el origen mítico de las películas

    Las películas son el principal medio de propagación de temas mitológicos en el mundo actual. En ausencia de historias alrededor de la chimenea y niños reunidos a los pies del abuelo leyendo cuentos de hadas a la luz vacilante de una lámpara de aceite, miramos a la pantalla iluminada para encontrar ese alimento espiritual esencial. Las películas hacen a nuestro espíritu erigirse sobre los mismos temas esenciales a los que la humanidad se ha enfrentado durante milenios: la supervivencia en un mundo peligroso, la verdad, la justicia, la motivación, la fe, el amor.

    Estos mitos siempre implican un “Viaje del héroe” de algún tipo, incluso en los que aparecen mujeres en papeles principales (pocos personajes en la historia del cine son tan heroicos como Ripley en Aliens). Resuenan en alguna parte profunda de nosotros, donde las cosas siguen siendo importantes y hay algo por lo que vale la pena morir.

    Cuando te das cuenta de que la mayoría de la gente está hambrienta de historias épicas en las que se muestra el peligro y su superación, y que para eso es para lo que el cuerpo masculino está diseñado, comienzas a entender por qué tantas películas cuentan con personajes masculinos en lugar de femeninos.

    Los hombres lideran y las mujeres les siguen: ¿han perdido las películas el contacto con la sociedad?

    Al hacer estas observaciones, surge una pregunta apremiante: ¿han quedado estas películas obsoletas?, ¿han perdido el contacto con el mundo en el que vivimos? La respuesta es: posiblemente. Depende de nuestra perspectiva cultural.

    En algunas partes del mundo, principalmente el Occidente liberal, los roles de género están cambiando. Los hombres se han sensibilizado y también han sido domesticados un poco. Las mujeres, por otra parte, son cada vez más autónomas y toman la iniciativa. Claramente, las mujeres lideran este proceso; es como si los hombres fuesen más sensibles porque las mujeres lo han demandado, no porque los hombres lo quisieran.

    Estos cambios han sido posibles gracias a las enormes transformaciones que ha sufrido la infraestructura tecno-económica de la sociedad; en una economía basada en la información y los servicios, el éxito profesional ya no implica arriesgar la vida en el trabajo.

    Sin embargo, en el mundo occidental conservador y la mayor parte del resto del mundo, los roles de género tradicionales aún prevalecen.

    Dejemos esto claro: yo preferiría vivir en el Occidente liberal antes que en cualquier otro lugar. Y creo que es formidable que se nos anime a ser más emocionales como individuos en esta era posmoderna (Spiral Dynamics green meme). Pero, ¿ha notado, como yo, que la mayoría de las personas que viven en este contexto cultural parecen un poco aburridas? Es casi como si ya nada estuviese en juego: todo es seguro y cómodo. La vida funciona en piloto automático. A pesar de todo este énfasis en la expresión individual, las cosas parecen terriblemente planas.

    Las cualidades que afirman la vida como la vitalidad, la pasión y la creatividad han sido prácticamente borradas por la cruzada posmoderna en los últimos decenios. Basta con mirar el arte posmoderno; a menudo poco más que objetos feos con alguna descripción conceptual resultona en una placa. Perdón por decirlo, pero la mayor parte parece una mierda pretenciosa. La belleza parece ya no tener un valor inherente. Enarbolando la bandera del relativismo, el humanismo y el multiculturalismo, el posmodernismo ha acabado exitosamente con todas las verdades y los absolutos. Sin puntos de referencia para navegar por la vida, ésta se ha convertido en algo sin sentido. Parece que en estos días no importa si lo que decimos es cierto o significativo, siempre y cuando estamos expresando algo. No hay más que ver los “realities” de TV para saber de lo que estoy hablando.

    Es como si el Occidente liberal fuese rehén de esta falta de sentido omnipresente. Y los hombres, en particular, parecen estar afectados. Se están convirtiendo en apáticos e impotentes, en ambos sentidos de la palabra. Están abandonando la escuela, convirtiéndose en unos perdedores en el mundo del trabajo. Es tal la epidemia que la periodista Hanna Rosin habla de “El fin de los hombres“.

    Así que para aquellos de nosotros que vivimos en el Occidente liberal, la temática de estas películas puede de hecho estar obsoleta. Y sin embargo, su éxito en la taquilla muestra que incluso en esta era posmoderna de género neutro, la necesidad de historias míticas de hombres y mujeres arquetípicos aún persiste. Creo que el hecho de que son “anticuadas” es exactamente la razón por la que son populares. Una vez que la policía de lo políticamente correcto ha entrado en casa, las personas anhelan un mundo diferente, donde importan las cosas, donde la gente es leal, tiene sustancia, integridad y se atreve a posicionarse por algo.

    Presentando un nuevo test

    Si bien el test de Bechdel es estupendo para señalar lo habitual que se ha convertido ver a las mujeres en las películas constreñidas a roles de género tradicionales, no aporta un contexto multifactorial e inteligente en el que interpretar los resultados. En consecuencia, las personas que lo utilizan a menudo concluyen que la marginación de las mujeres equivale a discriminación, sin darse cuenta de que los temas que están criticando son los mismos temas que han contribuido a hacer posible su cómoda vida moderna.

    Para ser más explícito, he decidido diseñar un equivalente masculino del test de Bechdel. Se centra en dos hechos principales del rol masculino:

    Hay el doble de mujeres que de hombres en nuestra ascendencia genética. Muchos hombres a lo largo de la historia vivieron vidas solitarias sin una mujer que les diera un hijo.
    Las vidas de los hombres son prescindibles.
    Una película suspende este nuevo “test de Masculinity-Movies.com” si tiene un papel masculino principal que:

    Arriesga su vida para servir/proteger
    Arriesga su vida al servicio de la verdad y/o la justicia
    Arriesga su vida/bienestar para triunfar en el mundo o “tener éxito”
    “Pasa por el aro” [hace malabarismos] para conseguir a la chica
    Ahora, aportando este test, podemos participar con las mujeres, señalar con el dedo a las películas y decir “¡ooooh, roles tradicionales de género!”

    Éstas son las películas en mi sitio que pasan este test:

    El club de los poetas muertos (Dead Poets Society)
    El indomable Will Hunting (Good Will Hunting)
    Mrs. Doubtfire
    Revolutionary Road
    El discurso del Rey (The King’s speech)
    Son 5 de 41 películas -alrededor del 12%- y la mayoría de ellas son discutibles. En otras palabras: mi test, usado contra las reseñas archivadas, da peores resultados que el test de Bechdel.

    Lo que nos lleva a la pregunta: Hombres, ¿por qué no se quejan?

    Por qué los hombres no se quejan

    Así que las mujeres están atrapadas en los roles tradicionales de género en la mayoría de las películas… ¡Comprobado! Y usando el nuevo test que acabo de crear, podemos ver fácilmente que en la mayoría de las películas se muestra a los hombres en roles de género tradicionales. ¿Sorprendente?

    Si vemos las películas a través del test de Bechdel y el feminismo, podemos enfadarnos cuando una película como Salvar al soldado Ryan suspende el test. Mientras nos quejamos de la falta de mujeres, podemos estar prestando poca atención al extraordinario sufrimiento de los hombres que pasan por la película al servicio de las mujeres y los niños que están en casa. Es un signo elocuente de lo cegados que podemos estar por el pensamiento posmoderno.

    Cuando en los cines de Suecia adoptan el test de Bechdel es porque dan por hecho que ahora las mujeres deben ser retratadas a la luz del posmodernismo -libres de hacer lo que quieran, expresando su personalidad y sin la limitación del papel tradicional de género-. En otras palabras, las mujeres de Suecia deben pasar del tradicional rol de género al posmoderno y lo mismo para las películas que ven.

    Y puesto que apenas se está proponiendo algo similar para los hombres, sólo puedo suponer que es porque no hay mayor problema en que los hombres estén atrapados en sus roles de género tradicionales. En efecto, las mujeres están invitadas al proceso evolutivo, mientras que en la práctica una gran parte de los hombres no se incorporan a este proceso. Si lo hicieran, podrían cambiar de opinión acerca de la muerte en el trabajo y entonces la civilización comenzaría a desmoronarse con torres de comunicación sin mantenimiento, recursos que dejarían de ser extraídos, plantas nucleares colapsadas por falta de atención, etc. [CR: El autor parece referirse a algo como esto]

    La sociedad necesita hombres que estén dispuestos a pagar el más alto precio. Y si empezamos a hablar de hombres sin esa predisposición, tal vez haciendo películas que pasen el test que propongo más arriba (oops), la civilización tal y como la conocemos se derrumbaría. No es bonito, pero es la verdad.

    Conclusión

    Aún a riesgo de repetirme, el test de Bechdel hace un gran trabajo para la identificación de películas protagonizadas por mujeres en roles de género tradicionales. Sin embargo, hace un trabajo horrible al tratar de identificar películas donde las mujeres estén siendo discriminadas. Hace falta cierto pensamiento posmoderno para suponer que las dos cosas son sinónimas según he explicado aquí, espero que de manera adecuada.

    Si las personas que se quejan de las películas usando el test de Bechdel se dedicasen en su lugar a contribuir proactivamente para hacer las películas posmodernas que quieren, tal vez las cosas serían de otra manera. Pero no creo que lo hagan pronto. Porque, francamente, el mundo parece mucho más aburrido desde esta perspectiva neutral de género. No hay historias épicas que se puedan escuchar en un contexto posmoderno. El imperativo posmoderno es, dicho crudamente, quejarse, no hacer arte. Y eso no se puede vender en taquilla.

    La belleza surge en el baile de los contrarios. Surge en el anhelo de la fusión con algo que se siente “otro” y la fascinante promesa de que ese Otro es nuestro portal perdido hace mucho tiempo a la Unidad. Éste es el anhelo que ha inspirado a poetas desde los albores del tiempo, ya sea por una idea, una mujer o Dios. Cuando se deconstruye esa polaridad, le siguen la belleza, el significado, el propósito. Y los hombres sin propósito se marchitan y mueren.

    Utiliza el test de Bechdel todo lo que quieras. Sirve para un propósito. Pero date cuenta de que su propósito será siempre apuntar hacia los roles de género más posmodernos, y sólo para las mujeres. Si eso es lo que quieres, entonces que así sea.

    Pero si, como yo, estás aburrido de eso y en cambio anhelas un mundo en el que nos atrevamos a sintetizar lo viejo con lo nuevo, lo masculino con lo femenino, en una expresión de vida genuina y libre tanto de estereotipos tradicionales como de ideología postmoderna, entonces volverás sobre tus pasos y tal vez encontrarás, a medida que te giras, que en el lugar donde no te atrevías a mirar, el verdadero arte está esperando.

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