Pollo por pescado.

Nadie desconoce que la vida está dura para muchas personas en Cuba, para otras no, otras están muy bien, ganando miles de pesos mensuales en negocios legales o ilegales o como resultado de las bondades que ha traído para algunos la aplicación de la resolución 17 del ministerio de trabajo y seguridad social. Yo creo que nadie desconozca tampoco que cuando el ministerio de finanzas y precios decide subir el precio del tubo de 400 gramos de picadillo de pavo a 1,70 CUC cuando tiene menos del 10 por ciento de grasa, los millones de menos ingresos rogamos porque no desparezca el otro, el de un CUC, aunque nos eleve el colesterol. Pero hay problemas más subjetivos aún por resolver.
 El denominado pollo por pescado, parece una burla al sentido común o será que existe algún convenio con el Centro Promotor del Humor como proveedor de materia prima. Somos muchos los que nos preguntamos. ¿Porque no se le acabará de quitar ese apellido si ya sabemos que el pescado no va a llegar?. ¿Será porque cada envío de pollo que llega a la casilla tiene reglas diferentes?. Si, el que viene por pescado, que son seis onzas, solo tiene 12 horas para buscarlo aunque haya nevera en la casilla. Si en las 12 horas no te enteras, lo pierdes, y cuando se acaba nadie te lo repone, porque la denominada merma nunca aparece. El otro, el que viene por mortadella, ese llega en dos partes. 

Al igual que la propia mortadella o el picadillo de soya cuando aparece, porque la sequía no afectó solo a las vacas. Y uno nunca sabe cuando va a venir, como no sabemos tampoco cuando llegarán los dichosos huevos de 15 centavos a la bodega. Y seguimos preguntando aunque más que respuesta esperemos soluciones. ¿Por qué no llega completo el producto a la casilla, por qué ese picoteo, por qué obligar a los consumidores a buscar el producto en 12 horas aunque haya equipo de congelación, por qué generar ese estrés continuo por los pocos productos que llegan a casillas y bodegas?. Hasta con el combustible que no se echa a perder hay que andar rápido para no perderlo. 

Son demasiados los problemas objetivos que existen para acrecentarlos con cuestiones solubles. Por supuesto que no es difícil imaginar lo que se esconde detrás de todo esto. Con el estrés, los productos a granel, la merma y demás irregularidades, existen beneficiados y perjudicados. Y al final soñamos que al igual que el paquetico de café, llegue un día en un nylon cerrado, el pollo, el aceite, y todos los productos, para que nadie se apodere de lo que nos corresponde.
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