Por la página "Gran Marcha hacia el comunismo"
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“Ningún partido político puede en modo alguno dirigir un gran movimiento revolucionario a la victoria a menos que posea una teoría revolucionaria y un conocimiento de la historia y cuente con una profunda comprensión del movimiento práctico”.
Mao Tse-tung
Nota – Conocer la historia del movimiento maoísta internacional desde su origen en los años 60 del siglo XX hasta la actualidad, estudiar la labor ideológica y política de los partidos y organizaciones maoístas, de sus experiencias con el fin de poder extraer las lecciones positivas y negativas, nos ayudarán a los comunistas y revolucionarios a seguir avanzando en la gran marcha hacia el comunismo.
En Francia, una de las organizaciones que trabajó por la construcción de un partido de nuevo tipo marxista-leninista-maoísta y llevar a cabo la revolución proletaria en dicho país fue el Grupo para la Fundación de la Unión de los Comunistas de Francia Marxista-Leninista (U.C.F.M.L.)
Surgido en el año 1969 -y desarrollando su labor política hasta 1985-, la U.C.F.M.L. nació, tal y como lo señaló uno de sus dirigentes en el mitin-debate celebrado en la Mutualité de París el 6 de Noviembre de 1976:
“en el punto álgido de los asaltos populares de los sesenta. Nuestra fecha histórica de origen es la tormenta revolucionaria de Mayo del 68”.
Manteniendo una crítica y lucha tanto contra el revisionismo del P.“C”.F. como contra el putschismo y el neorrevisionismo de otros grupos, la U.C.F.M.L. afirmaba en el mencionado mitin-debate que:
“Nuestro objetivo es la revolución proletaria en Francia. Declaramos que la cuestión del poder está en el orden del día; esto no significa que la situación es inmediatamente prerrevolucionaria. Pero significa que las tareas políticas del proletariado revolucionario han quedado suficientemente claras para la propia lucha de clases para dotar de significado y fuerza a su realización
(…) organizar la revolución proletaria es hoy el único significado y la única fuerza.
(…) practicar la cuestión de la organización comunista, necesaria para la victoria popular, significa practicar la política revolucionaria maoísta.
Ser maoísta, y no sólo marxista-leninista, declararse uno mismo maoísta, es una elección política precisa. Nuestra organización, la UCFML, que ahora cuenta con siete años de existencia, es la única que adopta esta elección. (…)
Nuestra base de apoyo ideológica y teórica es la Gran Revolución Cultural Proletaria. MAYO DEL 68 Y LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA: estas son, si queréis, las dos fuentes del maoísmo en Francia, en la forma que vemos su fuerza y duración”. (…)
La U.C.F.M.L. realizó un extenso trabajo de masas entre el proletariado de las fábricas y los barrios, entre los campesinos, con los emigrantes, entre los estudiantes, en el frente del arte y la cultura, en la solidaridad internacional y antiimperialista, etc. Para ello creó organizaciones de masas: como los Comités Populares de Acción Anticapitalista (C.P.A.C.); los Comités Martins Soares (más tarde denominados Comités Portugal Rojo Obrero Campesino Vencerá)
de solidaridad con la lucha revolucionaria del proletariado y el pueblo portugués y su vanguardia política, el Movimiento Reorganizativo del Partido del Proletariado (M.R.P.P.); el grupo Foudre (Relámpago) de intervención en el arte y la cultura, etc.
La U.C.F.M.L. editó a partir de 1973 la revista Le Marxiste-Leniniste.
Ofrecemos a continuación el texto de la U.C.F.M.L. “El alcance universal de la Revolución Cultural” del año 1975, extraído de la web de Les Materialistes La traducción al español es una colaboración del camarada F. González para el blog de Gran Marcha Hacia el Comunismo.
EL ALCANCE UNIVERSAL DE LA REVOLUCIÓN CULTURAL
U.C.F.M.L. – 1975
Sobre la sólida base política que viene de nuestra historia, hay que apropiarse de la cuestión del marxismo, del maoísmo como corriente revolucionaria mundial, como base teórica e ideológica, como sistematización de la mayor experiencia revolucionaria de nuestro tiempo: la Gran Revolución Cultural Proletaria.
La Revolución Cultural no es una simple fase táctica de construcción del socialismo en China. No es un simple movimiento de masas para rectificar y regenerar el Partido. Como los camaradas chinos dicen «no tiene precedentes en la historia». Es LA gran revolución de nuestro tiempo. Significa para la segunda mitad del siglo XX lo que la Comuna de París significo a finales del siglo XIX, lo que significó Octubre a principios del siglo XX. La posición respecto a este punto distingue de forma radical el marxismo-leninismo del moderno revisionismo. Nuestra máxima es la que declara «Dime lo que piensas de la revolución cultural, y yo te diré si eres un revolucionario marxista-leninista».
La Revolución Cultural es una REVOLUCIÓN en el pleno sentido del término: las masas populares se apoderan de la cuestión del Estado, intervienen en los asuntos de Estado. Se trata de desalojar y abatir a los representantes políticos de una clase: la nueva burguesía presente en el Partido Comunista.
La Revolución Cultural es una REVOLUCIÓN PROLETARIA. La clase obrera realiza y ejecuta la consigna: «LA CLASE OBRERA DEBE DIRIGIRLO TODO». A partir de los choques revolucionarios obreros en Shangai en enero de 1967, el proletariado efectúa, a una escala sin precedentes, su entrada masiva en la escena política. Penetra en las universidades, y va a dirigir directamente en la superestructura.
La Revolución Cultural hace surgir a la realidad novedades socialistas anteriormente desconocidas:
– Los COMITÉS REVOLUCIONARIOS DE TRIPLE UNIÓN, que toman en sus manos la gestión de las unidades de producción.
– Las UNIVERSIDADES LIGADAS A LAS FABRICAS, la entrada de campesinos pobres y obreros en las universidades. Todo ello organiza la reducción de la DIFERENCIA ENTRE TRABAJO MANUAL Y TRABAJO INTELECTUAL.
– EL ESTUDIO POR LAS MASAS DEL MARXISMO, y en particular de la FILOSOFÍA, a fin de obstaculizar el monopolio elitista de la concepción cerrada del Partido.
– LA MOVILIZACIÓN POR UN ARTE Y UNA CULTURA REALMENTE PROLETARIOS.
– LA PARTICIPACIÓN GENERALIZADA DE TODOS LOS CUADROS EN EL TRABAJO PRODUCTIVO.
– LA IMPLANTACIÓN ENTRE LOS AMBIENTES DE CAMPESINOS POBRES DE JÓVENES INSTRUIDOS.
Y tantas otras transformaciones revolucionarias, que tienen por objetivo hacer de las masas una muralla invencible contra la restauración del capitalismo.
Sobre la base de la Revolución Cultural, el maoísmo profundiza y transforma todos los grandes conceptos del marxismo. El mismo concepto de clase social se ve sometido a exagente: esta «burguesía en el seno del Partido» de la que habla Mao Tsé Tung no está definida en términos de posesión de medios de producción. Lo que se cuestiona es su proyecto de Estado, su proyecto político. La tarea marcada es poner la política en el puesto de mando, buscar la base social de la nueva burguesía revisionista, de su proyecto político. Para el programa común, eso es una directriz decisiva.
La Revolución Cultural y el maoísmo, de forma esencial, transforman la propia noción de dictadura del proletariado. Ponen de manifiesto que el eje no es la construcción del socialismo. El eje es la lucha de clases. Decía Lenin que «no es marxista quien no extiende el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado». La Revolución Cultural nos enseña que «no es marxista quien no extiende el reconocimiento de la dictadura del proletariado al reconocimiento de la lucha de clases».
En primer término, el socialismo no es una «construcción»; es una lucha de clases. Ese es el motivo por el cual la Revolución Cultural es la revolución de nuestra época.
Y afirmamos:
¡VIVA LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA, VIVA LA LUCHA DE CLASES BAJO LA DICTADURA DEL PROLETARIADO!
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“Ningún partido político puede en modo alguno dirigir un gran movimiento revolucionario a la victoria a menos que posea una teoría revolucionaria y un conocimiento de la historia y cuente con una profunda comprensión del movimiento práctico”.
Mao Tse-tung
Nota – Conocer la historia del movimiento maoísta internacional desde su origen en los años 60 del siglo XX hasta la actualidad, estudiar la labor ideológica y política de los partidos y organizaciones maoístas, de sus experiencias con el fin de poder extraer las lecciones positivas y negativas, nos ayudarán a los comunistas y revolucionarios a seguir avanzando en la gran marcha hacia el comunismo.
En Francia, una de las organizaciones que trabajó por la construcción de un partido de nuevo tipo marxista-leninista-maoísta y llevar a cabo la revolución proletaria en dicho país fue el Grupo para la Fundación de la Unión de los Comunistas de Francia Marxista-Leninista (U.C.F.M.L.)
Surgido en el año 1969 -y desarrollando su labor política hasta 1985-, la U.C.F.M.L. nació, tal y como lo señaló uno de sus dirigentes en el mitin-debate celebrado en la Mutualité de París el 6 de Noviembre de 1976:
“en el punto álgido de los asaltos populares de los sesenta. Nuestra fecha histórica de origen es la tormenta revolucionaria de Mayo del 68”.
Manteniendo una crítica y lucha tanto contra el revisionismo del P.“C”.F. como contra el putschismo y el neorrevisionismo de otros grupos, la U.C.F.M.L. afirmaba en el mencionado mitin-debate que:
“Nuestro objetivo es la revolución proletaria en Francia. Declaramos que la cuestión del poder está en el orden del día; esto no significa que la situación es inmediatamente prerrevolucionaria. Pero significa que las tareas políticas del proletariado revolucionario han quedado suficientemente claras para la propia lucha de clases para dotar de significado y fuerza a su realización
(…) organizar la revolución proletaria es hoy el único significado y la única fuerza.
(…) practicar la cuestión de la organización comunista, necesaria para la victoria popular, significa practicar la política revolucionaria maoísta.
Ser maoísta, y no sólo marxista-leninista, declararse uno mismo maoísta, es una elección política precisa. Nuestra organización, la UCFML, que ahora cuenta con siete años de existencia, es la única que adopta esta elección. (…)
Nuestra base de apoyo ideológica y teórica es la Gran Revolución Cultural Proletaria. MAYO DEL 68 Y LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA: estas son, si queréis, las dos fuentes del maoísmo en Francia, en la forma que vemos su fuerza y duración”. (…)
La U.C.F.M.L. realizó un extenso trabajo de masas entre el proletariado de las fábricas y los barrios, entre los campesinos, con los emigrantes, entre los estudiantes, en el frente del arte y la cultura, en la solidaridad internacional y antiimperialista, etc. Para ello creó organizaciones de masas: como los Comités Populares de Acción Anticapitalista (C.P.A.C.); los Comités Martins Soares (más tarde denominados Comités Portugal Rojo Obrero Campesino Vencerá)
de solidaridad con la lucha revolucionaria del proletariado y el pueblo portugués y su vanguardia política, el Movimiento Reorganizativo del Partido del Proletariado (M.R.P.P.); el grupo Foudre (Relámpago) de intervención en el arte y la cultura, etc.
La U.C.F.M.L. editó a partir de 1973 la revista Le Marxiste-Leniniste.
Ofrecemos a continuación el texto de la U.C.F.M.L. “El alcance universal de la Revolución Cultural” del año 1975, extraído de la web de Les Materialistes La traducción al español es una colaboración del camarada F. González para el blog de Gran Marcha Hacia el Comunismo.
EL ALCANCE UNIVERSAL DE LA REVOLUCIÓN CULTURAL
U.C.F.M.L. – 1975
Sobre la sólida base política que viene de nuestra historia, hay que apropiarse de la cuestión del marxismo, del maoísmo como corriente revolucionaria mundial, como base teórica e ideológica, como sistematización de la mayor experiencia revolucionaria de nuestro tiempo: la Gran Revolución Cultural Proletaria.
La Revolución Cultural no es una simple fase táctica de construcción del socialismo en China. No es un simple movimiento de masas para rectificar y regenerar el Partido. Como los camaradas chinos dicen «no tiene precedentes en la historia». Es LA gran revolución de nuestro tiempo. Significa para la segunda mitad del siglo XX lo que la Comuna de París significo a finales del siglo XIX, lo que significó Octubre a principios del siglo XX. La posición respecto a este punto distingue de forma radical el marxismo-leninismo del moderno revisionismo. Nuestra máxima es la que declara «Dime lo que piensas de la revolución cultural, y yo te diré si eres un revolucionario marxista-leninista».
La Revolución Cultural es una REVOLUCIÓN en el pleno sentido del término: las masas populares se apoderan de la cuestión del Estado, intervienen en los asuntos de Estado. Se trata de desalojar y abatir a los representantes políticos de una clase: la nueva burguesía presente en el Partido Comunista.
La Revolución Cultural es una REVOLUCIÓN PROLETARIA. La clase obrera realiza y ejecuta la consigna: «LA CLASE OBRERA DEBE DIRIGIRLO TODO». A partir de los choques revolucionarios obreros en Shangai en enero de 1967, el proletariado efectúa, a una escala sin precedentes, su entrada masiva en la escena política. Penetra en las universidades, y va a dirigir directamente en la superestructura.
La Revolución Cultural hace surgir a la realidad novedades socialistas anteriormente desconocidas:
– Los COMITÉS REVOLUCIONARIOS DE TRIPLE UNIÓN, que toman en sus manos la gestión de las unidades de producción.
– Las UNIVERSIDADES LIGADAS A LAS FABRICAS, la entrada de campesinos pobres y obreros en las universidades. Todo ello organiza la reducción de la DIFERENCIA ENTRE TRABAJO MANUAL Y TRABAJO INTELECTUAL.
– EL ESTUDIO POR LAS MASAS DEL MARXISMO, y en particular de la FILOSOFÍA, a fin de obstaculizar el monopolio elitista de la concepción cerrada del Partido.
– LA MOVILIZACIÓN POR UN ARTE Y UNA CULTURA REALMENTE PROLETARIOS.
– LA PARTICIPACIÓN GENERALIZADA DE TODOS LOS CUADROS EN EL TRABAJO PRODUCTIVO.
– LA IMPLANTACIÓN ENTRE LOS AMBIENTES DE CAMPESINOS POBRES DE JÓVENES INSTRUIDOS.
Y tantas otras transformaciones revolucionarias, que tienen por objetivo hacer de las masas una muralla invencible contra la restauración del capitalismo.
Sobre la base de la Revolución Cultural, el maoísmo profundiza y transforma todos los grandes conceptos del marxismo. El mismo concepto de clase social se ve sometido a exagente: esta «burguesía en el seno del Partido» de la que habla Mao Tsé Tung no está definida en términos de posesión de medios de producción. Lo que se cuestiona es su proyecto de Estado, su proyecto político. La tarea marcada es poner la política en el puesto de mando, buscar la base social de la nueva burguesía revisionista, de su proyecto político. Para el programa común, eso es una directriz decisiva.
La Revolución Cultural y el maoísmo, de forma esencial, transforman la propia noción de dictadura del proletariado. Ponen de manifiesto que el eje no es la construcción del socialismo. El eje es la lucha de clases. Decía Lenin que «no es marxista quien no extiende el reconocimiento de la lucha de clases al reconocimiento de la dictadura del proletariado». La Revolución Cultural nos enseña que «no es marxista quien no extiende el reconocimiento de la dictadura del proletariado al reconocimiento de la lucha de clases».
En primer término, el socialismo no es una «construcción»; es una lucha de clases. Ese es el motivo por el cual la Revolución Cultural es la revolución de nuestra época.
Y afirmamos:
¡VIVA LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL PROLETARIA, VIVA LA LUCHA DE CLASES BAJO LA DICTADURA DEL PROLETARIADO!
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