PCV ¡¡¡LA FUERZA DEL PUEBLO TRABAJADOR!!!
En todos los escenarios de lucha están las y los comunistas con propuestas revolucionarias
Tribuna Popular.- A lo largo de sus más de 84 años de vida, el Partido Comunista de Venezuela (PCV) ha transitado, resistido y superado las más disímiles y adversas condiciones de lucha; en más de una ocasión, pagando un alto costo en vidas humanas.
La experiencia, la madurez ideológica y la visión autocrítica le ha permitido al PCV reconocer sin tapujos que no es infalible, y que ha cometido errores y fallas. Pero también ha podido afirmar que “Los errores y fallas en nuestra política revolucionaria jamás han empañado nuestra lealtad a los principios, a la clase obrera y al pueblo trabajador.” (Programa del PCV. 6º Congreso, 1980)
Un hombre o mujer patriota, antiimperialista, revolucionario o chavista, puede no estar de acuerdo con algún planteamiento del PCV, pero honestamente y sin visceralidad podrá reconocer que las y los comunistas –como también afirma su Programa– “concebimos la política como una acción fecunda al servicio de los trabajadores y no como una actividad para beneficio propio, individual o de una parcialidad.”
Otra característica de quienes militan en el Partido del Gallo Rojo, es la firmeza y la constancia, que algunos confunden con terquedad. Las y los comunistas asumen seriamente aquel legado de José Martí: “Un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército”; y cuando el PCV se sabe defensor de un principio justo, lo levanta y propugna con todas sus fuerzas, sin amilanarse aunque las condiciones sean desfavorables y la incomprensión le genere injustos ataques.
Alerta temprana
A lo largo de varios años, tanto al presidente Chávez como al presidente Maduro, el PCV ha planteado insistentemente un conjunto importante de propuestas, que no han contado con la receptividad requerida ni con los espacios para debatirlos.
El 10 de marzo de 2013, a cinco días del fallecimiento de Chávez, Nicolás Maduro, ya Presidente Encargado y candidato para las elecciones que se celebrarían el 14 de abril, asistió a la 12ª Conferencia Nacional del PCV, donde se aprobó y se le planteó entre otros aspectos:
“…nuestro convencimiento de la necesidad de trascender el actual Estado, que continúa siendo en esencia un Estado burgués, (…) nuestra convicción de la necesidad de impulsar un nuevo modelo de gestión democrático y participativo en las empresas e instituciones del Estado, (…) la lucha contra la corrupción, el burocratismo y la ineficiencia en el aparato administrativo estatal, es una tarea de primer orden para la defensa y profundización revolucionaria del proceso de cambios en Venezuela. (…) la necesidad impostergable de construir y consolidar verdaderos espacios de debate y articulación entre las fuerzas políticas y sociales del proceso, para hacer de la participación y el protagonismo a lo interno de la alianza una herramienta de acción para las tareas que demanda el proceso. (…) la necesidad de abrir, desde todos los espacios del proceso de cambios, incluyendo al gobierno, un debate nacional profundo sobre el socialismo, para aclarar su concepto, y la naturaleza y carácter de los obstáculos que en la actualidad nos separan de la posibilidad objetiva de su construcción. (…) nuestra preocupación por la actual situación de la economía venezolana y por las decisiones que el gobierno ha anunciado y ha comenzado a aplicar en esta materia, que deben ser complementadas con medidas adicionales que reduzcan el impacto sobre el pueblo trabajador, atiendan los problemas profundos del modelo económico vigente y apunten hacia su transformación revolucionaria.” (http://www.issuu.com/tribuna_popular/docs/tp_218/4)
Propuestas de fondo
Ese mismo año 2013, el 18 de octubre, se reunió el 18º Pleno del Comité Central del PCV aprobando las propuestas para una nueva y revolucionaria política económica, con medidas orientadas a impulsar un plan nacional de industrialización y de estímulo a la economía productiva, con especial atención a la producción manufacturera y agrícola de gran escala, para la sustitución de importaciones, estableciendo grandes empresas de capital estatal o mixto, guiadas por criterios de eficiencia, economía de escala y calidad de producción.
Esta planificación nacional debía garantizar el protagonismo concreto de las y los trabajadores organizados en los procesos de administración, planificación, seguimiento y contraloría; para superar las debilidades estructurales en la economía real del país, que sigue siendo dependiente, rentista, mono-exportadora, multi-importadora, ineficiente e improductiva.
El PCV expresó que debía golpearse a la burguesía parasitaria comercial-importadora, a través de la nacionalización completa del comercio exterior, constituyendo una central estatal única de importaciones.
Este ente, propuesto por los comunistas, permitiría minimizar la corrupción administrativa en los procesos de adquisición de divisas y maximizar la eficiencia en su utilización; con rigurosidad del control aduanero e impositivo, contra el fraude fiscal y la importación ficticia; además, garantizaría la capacidad estatal de supervisar la estructura de costos de los bienes importados, para el establecimiento riguroso de precios máximos de venta al público.
El Partido del Gallo Rojo resaltó la importancia de una estricta disciplina de las finanzas públicas, simultáneamente a la protección del poder adquisitivo del pueblo mediante, entre otras medidas, la eliminación del IVA, que es un impuesto regresivo, compensando su peso en el presupuesto nacional con una reforma tributaria progresista aplicable a la banca comercial y el sector financiero general, pechando las ganancias anuales brutas y las transacciones financieras, es decir, al gran capital financiero especulador. (http://www.issuu.com/tribuna_popular/docs/tp_228/3)
Amplio y autocrítico
El 11 de julio de 2014 –ante los signos de la agudización de la crisis del modelo de acumulación rentístico del capitalismo dependiente venezolano–, el 21º Pleno del Comité Central expresó claramente que los llamados “procesos progresistas” en Latinoamérica “están llegando a los límites que les permite el sistema capitalista, evidenciándose que el verdadero Poder lo siguen ostentando diversas capas de la burguesía y la pequeña burguesía”, y que “El Poder debe ser conquistado por el pueblo trabajador consciente, organizado y movilizado, (…) para generar una ruptura y quiebre del sistema capitalista, sus instituciones y valores”.
En esa oportunidad el Gallo Rojo volvió a hacer un llamado al Gobierno y a las fuerzas revolucionarias “para iniciar un amplio y autocrítico proceso de debates, para rectificar los errores y deficiencias, a través de espacios colectivos y unitarios para la construcción de políticas”, con miras a la definición de un modelo de desarrollo nacional y de las fuerzas productivas. (http://www.issuu.com/tribuna_popular/docs/tp_240/9)
En los diversos escenarios el PCV sigue demostrando que, como dice su consigna, es ¡La fuerza del pueblo trabajador!
En todos los escenarios de lucha están las y los comunistas con propuestas revolucionarias
Tribuna Popular.- A lo largo de sus más de 84 años de vida, el Partido Comunista de Venezuela (PCV) ha transitado, resistido y superado las más disímiles y adversas condiciones de lucha; en más de una ocasión, pagando un alto costo en vidas humanas.
La experiencia, la madurez ideológica y la visión autocrítica le ha permitido al PCV reconocer sin tapujos que no es infalible, y que ha cometido errores y fallas. Pero también ha podido afirmar que “Los errores y fallas en nuestra política revolucionaria jamás han empañado nuestra lealtad a los principios, a la clase obrera y al pueblo trabajador.” (Programa del PCV. 6º Congreso, 1980)
Un hombre o mujer patriota, antiimperialista, revolucionario o chavista, puede no estar de acuerdo con algún planteamiento del PCV, pero honestamente y sin visceralidad podrá reconocer que las y los comunistas –como también afirma su Programa– “concebimos la política como una acción fecunda al servicio de los trabajadores y no como una actividad para beneficio propio, individual o de una parcialidad.”
Otra característica de quienes militan en el Partido del Gallo Rojo, es la firmeza y la constancia, que algunos confunden con terquedad. Las y los comunistas asumen seriamente aquel legado de José Martí: “Un principio justo, desde el fondo de una cueva, puede más que un ejército”; y cuando el PCV se sabe defensor de un principio justo, lo levanta y propugna con todas sus fuerzas, sin amilanarse aunque las condiciones sean desfavorables y la incomprensión le genere injustos ataques.
Alerta temprana
A lo largo de varios años, tanto al presidente Chávez como al presidente Maduro, el PCV ha planteado insistentemente un conjunto importante de propuestas, que no han contado con la receptividad requerida ni con los espacios para debatirlos.
El 10 de marzo de 2013, a cinco días del fallecimiento de Chávez, Nicolás Maduro, ya Presidente Encargado y candidato para las elecciones que se celebrarían el 14 de abril, asistió a la 12ª Conferencia Nacional del PCV, donde se aprobó y se le planteó entre otros aspectos:
“…nuestro convencimiento de la necesidad de trascender el actual Estado, que continúa siendo en esencia un Estado burgués, (…) nuestra convicción de la necesidad de impulsar un nuevo modelo de gestión democrático y participativo en las empresas e instituciones del Estado, (…) la lucha contra la corrupción, el burocratismo y la ineficiencia en el aparato administrativo estatal, es una tarea de primer orden para la defensa y profundización revolucionaria del proceso de cambios en Venezuela. (…) la necesidad impostergable de construir y consolidar verdaderos espacios de debate y articulación entre las fuerzas políticas y sociales del proceso, para hacer de la participación y el protagonismo a lo interno de la alianza una herramienta de acción para las tareas que demanda el proceso. (…) la necesidad de abrir, desde todos los espacios del proceso de cambios, incluyendo al gobierno, un debate nacional profundo sobre el socialismo, para aclarar su concepto, y la naturaleza y carácter de los obstáculos que en la actualidad nos separan de la posibilidad objetiva de su construcción. (…) nuestra preocupación por la actual situación de la economía venezolana y por las decisiones que el gobierno ha anunciado y ha comenzado a aplicar en esta materia, que deben ser complementadas con medidas adicionales que reduzcan el impacto sobre el pueblo trabajador, atiendan los problemas profundos del modelo económico vigente y apunten hacia su transformación revolucionaria.” (http://www.issuu.com/tribuna_popular/docs/tp_218/4)
Propuestas de fondo
Ese mismo año 2013, el 18 de octubre, se reunió el 18º Pleno del Comité Central del PCV aprobando las propuestas para una nueva y revolucionaria política económica, con medidas orientadas a impulsar un plan nacional de industrialización y de estímulo a la economía productiva, con especial atención a la producción manufacturera y agrícola de gran escala, para la sustitución de importaciones, estableciendo grandes empresas de capital estatal o mixto, guiadas por criterios de eficiencia, economía de escala y calidad de producción.
Esta planificación nacional debía garantizar el protagonismo concreto de las y los trabajadores organizados en los procesos de administración, planificación, seguimiento y contraloría; para superar las debilidades estructurales en la economía real del país, que sigue siendo dependiente, rentista, mono-exportadora, multi-importadora, ineficiente e improductiva.
El PCV expresó que debía golpearse a la burguesía parasitaria comercial-importadora, a través de la nacionalización completa del comercio exterior, constituyendo una central estatal única de importaciones.
Este ente, propuesto por los comunistas, permitiría minimizar la corrupción administrativa en los procesos de adquisición de divisas y maximizar la eficiencia en su utilización; con rigurosidad del control aduanero e impositivo, contra el fraude fiscal y la importación ficticia; además, garantizaría la capacidad estatal de supervisar la estructura de costos de los bienes importados, para el establecimiento riguroso de precios máximos de venta al público.
El Partido del Gallo Rojo resaltó la importancia de una estricta disciplina de las finanzas públicas, simultáneamente a la protección del poder adquisitivo del pueblo mediante, entre otras medidas, la eliminación del IVA, que es un impuesto regresivo, compensando su peso en el presupuesto nacional con una reforma tributaria progresista aplicable a la banca comercial y el sector financiero general, pechando las ganancias anuales brutas y las transacciones financieras, es decir, al gran capital financiero especulador. (http://www.issuu.com/tribuna_popular/docs/tp_228/3)
Amplio y autocrítico
El 11 de julio de 2014 –ante los signos de la agudización de la crisis del modelo de acumulación rentístico del capitalismo dependiente venezolano–, el 21º Pleno del Comité Central expresó claramente que los llamados “procesos progresistas” en Latinoamérica “están llegando a los límites que les permite el sistema capitalista, evidenciándose que el verdadero Poder lo siguen ostentando diversas capas de la burguesía y la pequeña burguesía”, y que “El Poder debe ser conquistado por el pueblo trabajador consciente, organizado y movilizado, (…) para generar una ruptura y quiebre del sistema capitalista, sus instituciones y valores”.
En esa oportunidad el Gallo Rojo volvió a hacer un llamado al Gobierno y a las fuerzas revolucionarias “para iniciar un amplio y autocrítico proceso de debates, para rectificar los errores y deficiencias, a través de espacios colectivos y unitarios para la construcción de políticas”, con miras a la definición de un modelo de desarrollo nacional y de las fuerzas productivas. (http://www.issuu.com/tribuna_popular/docs/tp_240/9)
En los diversos escenarios el PCV sigue demostrando que, como dice su consigna, es ¡La fuerza del pueblo trabajador!