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    Circulación de mercancías. Valor objetivo de la mercancía y función subjetiva de utilidad marginal

    Jordi de Terrassa
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    Circulación de mercancías. Valor objetivo de la mercancía y función subjetiva de utilidad marginal Empty Circulación de mercancías. Valor objetivo de la mercancía y función subjetiva de utilidad marginal

    Mensaje por Jordi de Terrassa Vie Mayo 06, 2016 6:56 pm

    Karl Marx en Grundisse, tomo I, Introducción, apartado 2:
    La economía política es la ciencia que estudia las leyes que rigen la producción, la circulación, la distribución y el consumo de los bienes materiales que satisfacen necesidades humanas, ya sea el origen de las necesidades el estómago o la fantasía. Los economistas clásicos llamaban a su ciencia economía política con lo que establecen que de la economía de la que tratan es la del estado y el sistema de alianzas de clases que deben establecer los políticos profesionales para aumentar sus ingresos a través de la tributación y, al mismo tiempo, de la relación de determinación mutua entre la infraestructura económica y la superestructura política e ideológica. La definición clásica de economía es de Friedrich Engels;
    Frederich Engels en La revolución de la ciencia de Eugenio Dühring, \"anti-Dühring" escribió:La economía política es, en su más amplio sentido, la ciencia de las leyes que rigen la producción y el intercambio de los medios materiales de vida en la sociedad humana. Producción e intercambio son dos funciones distintas. La producción puede tener lugar sin intercambio, pero el intercambio —precisamente porque no es sino intercambio de productos— no puede existir sin producción. Cada una de estas dos funciones sociales se encuentra bajo influencias externas en gran parte específicas de ella, y tiene por eso también en gran parte leyes propias específicas. Pero, por otro lado, ambas se condicionan recíprocamente en cada momento y obran de tal modo la una sobre la otra que podría llamárselas abscisa y ordenada de la curva económica.
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    En el régimen de producción capitalista, debido al carácter colectivo de la propiedad sobre la fuerza de trabajo, antes de producir cualquier valor de uso y transformarlo en una mercancía se ha de producir un intercambio comercial; los capitalistas han de comprar, en el mercado, a los trabajadores asalariados el usufructo de su fuerza de trabajo, es decir, el proceso productivo da comienzo con la circulación de una mercancía; la fuerza de trabajo. Pero para poder intercambiar la mercancía fuerza de trabajo antes hay que producir una clase especial de seres humanos; los trabajadores asalariados, caracterizados por ser propietarios del usufructo de un valor de uso; su fuerza de trabajo, pero que carecen de medios de producción, por lo que su propia fuerza de trabajo no tiene valor de uso, para dicha clase de trabajadores, y se ven en la obligación de enajenar su fuerza de trabajo para sobrevivir. El estado al servicio de los capitalistas mediante leyes, consagrando la expropiación de una parte de la población de todo medio de producción y el monopolio de la violencia, es el productor de la mercancía fuerza de trabajo.

    El ciclo del capital dinero se puede formular implícitamente como: D - M ∙∙∙P∙∙∙ M' - D’ aunque su fórmula explícita sería:
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    Donde D es el valor, generalmente dinero, M son los distintos tipos de mercancías compradas con el valor DMt son los medios de trabajo, Op son los objetos de producción y Ft es la fuerza de trabajo⟩, ∙∙∙P∙∙∙ es el proceso de producción, M’ son las nuevas mercancías producidas con el nuevo valor de cambio, D’es el nuevo valor creado, En todos los procesos de producción intervienen recursos naturales que al no tener valor no se tienen en cuenta, la energía aportada por el Sol en forma de luz y calor, el agua de la lluvia, el oxígeno, etc…

    Dado que el valor de los medios de producción (Mt + Op) son los valores de los distintos recursos naturales (Rn) más los diferentes valores de la fuerza de trabajo socialmente necesaria para producir dichos medios de producción, o lo que es lo mismo, son los diferentes valores de la fuerza de trabajo que ha transformado los recursos naturales en valores de uso utilizados como medios de producción. Un valor de cambio puede expresarse como el sumatorio de distintos valores de los recursos naturales más los diferentes valores de la fuerza de trabajo necesaria para producirlos:
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    La ley del valor de cambio de una mercancía, teniendo en cuenta que los recursos naturales carecen de valor de cambio, se puede expresar como el sumatorio de los diferentes valores individuales:
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    Donde s son todos los salarios de la fuerza de trabajo y g son todas las ganancias, y su distribución ⟨i son impuestos del estado, u son intereses de la usura, b son beneficios del capital productivo y r son las rentas de la tierra⟩ El salario es valor de cambio de la fuerza de trabajo y s + g es el valor que el uso de la fuerza de trabajo crea.

    En dicho ciclo, la rotación del capital-dinero, se pueden distinguir diferentes fases;
    · Una fase previa: formación del capital dinero D, junto a la necesaria acumulación original la existencia de fuerza de trabajo libre en doble sentido, que el propietario sea el propio trabajador, y que carezca de propiedad sobre medios de producción.

    · Primera fase: transformación del capital dinero en capital mercancías D → M representa la inversión de una suma de dinero en una suma de mercancías: para el comprador, la conversión de su dinero en mercancías, para el vendedor, la conversión de sus mercancías en dinero. Estas mercancías son los factores materiales y personales de la producción de mercancías, cuyo carácter específico tiene que corresponder, naturalmente, a la clase de artículos que se trata de producir.

    · Segunda fase: el capital productivo M ∙∙∙P∙∙∙ M' el propio proceso de producción, la transformación de los recursos naturales y de las materias primas, por el uso de la fuerza de trabajo en de los nuevos valores de uso.

    · Tercera fase: M' → D' la mercancía se convierte en capital-mercancías como modalidad funcional del valor del capital ya valorizado que brota directamente, del propio proceso de producción. Si la producción de mercancías se efectuase sobre bases capitalistas en toda su extensión social, toda mercancía, lo mismo el hierro que los encajes de Bruselas, lo mismo el ácido sulfúrico que los cigarros, formaría parte, por el solo hecho de serlo, de un gran capital-mercancías. El problema de saber qué clases de cosas, dentro del ejército de las mercancías, están llamadas, por su naturaleza, a ascender al rango de capital y cuáles otras condenadas a no salir de las filas de las mercancías rasas, es una de esas encantadoras torturas a que gusta de someterse la economía escolástica.

    · Cuarta fase: distribución y consumo del valor producido s + gi, u, b, r⟩ Distribución del valor de cambio creado entre los salarios de la fuerza de trabajo y la ganancia del capital, y consumo productivo o final de los valores de uso producidos.

    En la circulación capitalista de las mercancías los diferentes ciclos de los capitales individuales se entremezclan, lo que es la venta de unos es la compra de otros, lo que es capital-mercancía para unos es un valor de uso de consumo final, o de consumo productivo como medios de producción, para otros. Los ciclos del capital y sus fases son observables tanto en el conjunto del régimen de producción capitalista como en cada uno de los capitales individuales. Cada fase en los diferentes ciclos tiene sus propias leyes objetivas de desarrollo, así y como la circulación del capital entre las distintas fases y ciclos. El descubrimiento y estudio de estas leyes es el objeto de la ciencia de la economía política.

    El ciclo financiero del capital-dinero es una convención, debido a que se analiza el proceso de producción capitalista tomando como inicio y fin una rotación del capital-dinero. También es posible analizar el ciclo comercial tomando como inicio y fin una rotación del capital-mercancía, o el ciclo industrial tomando como inicio y fin una rotación del capital-productivo:
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    Circulación de mercancías. Valor objetivo de la mercancía y función subjetiva de utilidad marginal Empty Teoría sobre el dinero

    Mensaje por Jordi de Terrassa Vie Mayo 06, 2016 6:57 pm

    Teoría sobre el dinero
    J.B. Say en Tratado de Economía Política, Tomo II escribió:El cambio de dos valores iguales no aumenta ni disminuye la masa de los valores existentes en la sociedad. El cambio de dos valores desiguales... no altera tampoco la suma de los valores sociales, aunque añada al patrimonio de una persona lo que resta al patrimonio de otra.
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    En el ámbito de la circulación de bienes no se produce valores de uso, no se aumenta la riqueza social y por lo tanto no se produce plusvalía, ni otro tipo de explotación de la fuerza de trabajo. La explotación tiene lugar en la producción. Cualquier trabajador asalariado con el producto de la venta de su fuerza de trabajo, o cualquier capitalista con la plusvalía extraída, puede comprar y consumir lo que quiera que en el intercambio de mercancías no se explota fuerza de trabajo. En el libre mercado los valores de uso se intercambian por su valor de producción. El que compra una mercancía paga todo el valor de la fuerza de trabajo socialmente necesario para producirla, independientemente de lo que el propietario de los medios de producción haya pagado al trabajador. En la circulación de mercancías no se genera riqueza, en consecuencia, tampoco se produce plusvalía y no aumenta el capital social. El comercio y el dinero no son productos del capitalismo, ni tan siquiera de la sociedad de clases.
    Karl Marx y Frederich Engels en El Capital, Libro II, capítulo II escribió:Aunque el oro y la plata no son dinero por naturaleza, el dinero es por naturaleza oro y plata.
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    Se puede definir el dinero como el medio legal para realizar pagos. En economía política, se entiende por dinero cualquier bien que cumpla las siguientes funciones y características:
    1. Ser medio de pago universalmente aceptado para así facilitar los intercambios. Para cumplir la función medio de pago, un bien debe tener las siguientes propiedades:
    · Homogeneidad, es decir, unidades idénticas o muy parecidas;
    · Portabilidad, tamaño y peso pequeños en relación con su valor;
    · Divisibilidad en unidades suficientemente pequeñas para poder intercambiar cualquier bien.

    2. Ser depósito de valor. Para cumplir la función depósito de valor, una mercancía debe tener las siguientes propiedades:
    · Durabilidad, ha de ser duradera en el tiempo para poder ser un medio de mantener riqueza, con el ahorro se pueda atesorar, traspasar consumo presente a consumo futuro;
    · Escasez relativa, para mantener lo más constante posible su valor y que haya suficiente para garantizar la circulación;
    · Dificultad de falsificación, ya que, si cualquiera pudiera producir dinero, la abundancia le haría perder su valor.

    3. Ser unidad de cuenta. Debe ser la unidad de medida en que se expresen los precios de todos los bienes y servicios que haya en la economía; esto se llama ser “bien numerario”.

    En la economía política según la definición dada de dinero los diferentes agregados monetarios son:
    m0. Es la base monetaria, el dinero en manos del público más el encaje bancario, el encaje bancario solo se considera como dinero cuando es retirado por los depositantes y se puede utilizar como medio de pago.
    m1. Incluye el M0 más el resto de los depósitos bancarios a la vista.
    m2. Incluye el M1 más los depósitos a plazo fijo de hasta dos años y los depósitos disponibles con preaviso de hasta tres meses.
    m3. Incluye el M2 más los valores que no sean acciones y tengan una vida no superior a dos años.
    m4. o ALP incluye el M3 más las letras, los bonos y los pagarés del estado.

    Dinero mercancía
    Karl Marx en El Capital, tomo I, capítulo I escribió:Si el oro se enfrenta a las otras mercancías sólo como dinero, ello se debe a que anteriormente se contraponía a ellas como mercancía. Al igual que todas las demás mercancías, el oro funcionó también como equivalente, sea como equivalente singular en actos de intercambio aislados, sea como equivalente particular junto a otras mercancías que también desempeñaban ese papel. Poco a poco, en ámbitos más restringidos o más amplios, comenzó a funcionar como equivalente general. No bien conquista el monopolio de este sitial en la expresión del valor correspondiente al mundo de las mercancías, se transforma en mercancía dineraria, y sólo a partir del momento en que ya se ha convertido en tal mercancía dineraria, la forma IV se distingue de la III, o bien la forma general de valor llega a convertirse en la forma de dinero.
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    En la antigüedad, las transacciones comerciales no se saldaban con dinero. En las sociedades de cazadores recolectores el excedente de producción era muy limitado, las transacciones económicas se efectuaban mediante el intercambio directo de un bien por otro, esta forma de intercambio recibe el nombre de trueque. En este tipo de sociedades se intercambiaban pocos productos, y para todos está claro que su valor de cambio es la cantidad de fuerza de trabajo que se necesitaba para producirlos.

    Hace 10.000 años cuando la sociedad se transforma con la revolución neolítica, producto del desarrollo de las fuerzas productivas y el avance tecnológico que significó la agricultura, la ganadería y una más eficiente división del trabajo, el número de bienes y servicios aumenta y el sistema de trueque empieza a fallar. En la realización del trueque se requiere una coincidencia de sucesos difíciles de conseguir, si un cambista quiere obtener un bien B a cambio de su bien A tiene que encontrar a otro cambista que quiera cambiar su bien B por el A. Otro problema que presenta el trueque es el de equivalencias entre los productos que se quieren intercambiar. Un ejemplo que puede ilustrar esta dificultad; se supone que una vaca vale siete cabras, cuando solo se dispone o se quiere intercambiar una cabra, ¿cómo se obtiene la parte proporcional de la vaca? El propietario de la vaca, si la sacrifica para entregar un séptimo por la cabra, pierde todo el valor de los seis séptimos restantes, a no ser que encuentre rápidamente otros cambistas que deseen vaca y que, a su vez, dispongan de una mercancía en la que el propietario de la vaca esté interesado. Para solucionar estos problemas en pueblos alrededor de los ríos Tigris y Éufrates se creó una especie de banco, que funcionaba en los templos, allí las personas depositaban sus productos para recibir otros a cambio, de acuerdo a la cantidad dada, el producto requerido y la equivalencia entre ambos.

    Para solucionar todos los problemas que el trueque representa para el intercambio de valores, se empieza a utilizar una mercancía como medio de pago. A lo largo de la historia muchas mercancías se han utilizado como medio de pago, algunas se han valorado por su utilidad, otras son bienes naturales que con el tiempo se hacen populares como medio de pago, debido a que son duraderos y fáciles de transportar. Se han descubierto aproximadamente 50.000 tipos de dinero-mercancía primitivo en todo el mundo. Ejemplos de mercancías que se han usado como dinero son los collares de conchas marinas, los cocos, que se usaban como dinero en los mares del Sur. En Norteamérica "los cobres", en forma de escudos han sido usados como dinero. El hacha de cobre como dinero Azteca. Las piedras se han usado también como dinero, en Yap en las islas Carolinas en el Pacífico, etc. El té ha sido un medio de intercambio muy aceptado en todo el Oriente, ya que las pastillas de té prensado duran mucho tiempo, como todo dinero bueno, se pueden dividir fácilmente en fracciones más pequeñas para poder comprar cosas de menor valor.

    Los metales se han mostrado, por sus cualidades físico-químicas específicas, que podían actuar mejor de intermediarios como medio de pago y estas mercancías han empezado a funcionar como dinero. Los metales más usados han sido el oro, la plata y el bronce y asociado al cambio de estos metales ha aparecido un nuevo oficio, el de banquero. Esta es la razón de la existencia de cambistas en los recintos de los templos, y como los usureros siempre han obtenido una jugosa comisión por realizar el cambio de moneda. Esta práctica es la que tan poco gustaban a Jesús de Nazaret, según el relato de la Biblia, y la reacción de los usureros ante su expulsión del templo es la causa que desencadena los hechos que llevan a Jesús a la cruz, siendo el origen de la doctrina tradicional de la Iglesia en contra de la usura.

    El oro, la plata y los metales preciosos han sido con frecuencia las mercancías elegidas en los últimos 4.000 años como dinero debido a la facilidad de transporte y a las ventajas de la conservación. Para garantizar o certificar que un trozo de metal o moneda contenía una cierta cantidad de oro, plata o cualquier otro metal, se comenzó a utilizar la acuñación por parte de reinos, gobiernos y bancos, es el llamado dinero metálico. El pueblo lidio, según cuenta Herodoto, fue el primero en introducir el uso de monedas de oro y plata, y también el primero en establecer tiendas de cambio en locales permanentes. Se cree que fueron los primeros en acuñar monedas estampadas, en la segunda mitad del siglo VII a. C. La primera moneda fue hecha de electro, aleación de oro y plata, con un peso de 4,76 gramos, para poder pagar a las tropas de un modo regulado.
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    Ya en el imperio romano, se creó una moneda homogénea en las distintas regiones y unitaria en peso, tamaño y valor, el Denario (raíz latina de la palabra dinero). La regulación se efectuaba por medio de una acuñación central y estatal que prohibía cualquier tipo de acuñación por parte de particulares. Para que la moneda fuera reconocida por el mayor número de personas y dificultar la falsificación se le grababa algo que la identificara. Los antiguos griegos ponían las cabezas de sus dioses en sus monedas y los romanos los bustos o cabezas de sus césares. En algunas monedas griegas se veían espigas de trigo, y las monedas romanas más antiguas llevaban estampadas dibujos de cabezas de ganado. Estas formas habían sido por siglos y siglos los símbolos del dinero y al ponerlas en una moneda, sus acuñadores no hacían sino unir una vez más las monedas con la idea familiar para todos de lo que era el valor de una mercancía. Esto hizo que la gente aceptara y comprendiera más fácilmente el nuevo sistema monetario, ya que las mercancías se pagan en última instancia con otras mercancías.

    A este tipo de dinero se le denomina dinero mercancía y se caracteriza por ser un bien demandado por los individuos para ser consumido y demandado como dinero, lo que implica que su valor final está respaldado por tener valor por sí mismo como bien de uso. Desde el principio de la acuñación de moneda los reyes, políticos profesionales y banqueros han creado dinero extra rebajando la ley de las monedas que acuñaban, si bien fue considerado un delito, con pena de muerte si lo hacían los banqueros.

    Dinero fiduciario
    El denominado dinero fiduciario cuyo valor real es muy inferior a su valor nominal, pero que es impuesto, de forma general por los estados, como medio de pago y depósito de valor. Los billetes y monedas que manejamos en la actualidad pertenecen a esta categoría de dinero fiduciario. El dinero fiduciario no está respaldado por valor de uso alguno, salvo que por imperativo legal sirve como forma de pago de la fuerza de trabajo, es decir, es un porta-valor de fuerza de trabajo. Es creado como privilegio monopolista de los políticos profesionales, es la legalización de la ancestral práctica fraudulenta de devaluar la moneda bajando la ley del metal del que está hecha.

    En el siglo XIII tras su viaje a China Marco Polo hace las primeras referencias que existen en Occidente acerca de la producción y uso del papel moneda, forma de pago incomprensible para las condiciones imperantes en Europa durante aquella época. Es en el siglo VII a.C. en la actual China cuando se tiene constancia del primer papel moneda, aunque su uso oficial no sería hasta el siglo VII d.C. Los chinos llamaron a los billetes “dinero volante”, debido al escaso peso de éstos y a la facilidad con que circulaban en un área relativamente grande.
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    Los primeros billetes que se hicieron en Europa tienen su origen en la península Ibérica emitidos por los Reyes Católicos en el año 1483, para financiar el último episodio de la Reconquista, la guerra contra el Reino de Granada. En el período 1641-1666, el Banco de Estocolmo emitió billetes de la mano del cambista Johan Palmstruch, su fundador, quien los entregaba como recibo para quien depositaba oro u otro metal, frente a una súbita devaluación de la moneda de cobre. Fue en Inglaterra donde los billetes tuvieron mayor aceptación; donde los joyeros los entregaban contra depósitos en metales preciosos en sus bóvedas.

    La evolución por la cual los estados emitían billetes y monedas, que daban derecho a su portador a intercambiarlos por oro o plata de las reservas del país, es el siguiente;
    · En los siglos XVIII y XIX, muchos países tenían un patrón de dos metales, basado en oro y plata.
    · Entre 1870 y la Primera Guerra Mundial se adoptó principalmente el Patrón oro, de forma que cualquier ciudadano podría transformar el papel moneda en una cantidad de oro equivalente.
    · En el periodo entre guerras mundiales se trató de volver al Patrón Oro, si bien la situación económica y la crisis o “crack” del 29 terminó con la convertibilidad de los billetes en oro para particulares.
    · Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, los aliados establecieron un nuevo sistema de usura en los acuerdos de Bretton Woods, en los cuales se establecía que todas las divisas serían convertibles en dólares estadounidenses, el dólar estadounidense sería convertible en lingotes de oro a razón de 35 dólares por onza para los gobiernos extranjeros. El patrón cambio oro es un sistema monetario por el cual se fija el valor de una divisa en términos de una determinada cantidad de oro, o cualquier otro bien. El emisor de la divisa garantiza poder devolver al poseedor de sus billetes la cantidad de oro en ellos representada. Este sistema se reimplantó al final de la Segunda Guerra Mundial, en Bretton Woods, cuando surgió el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las divisas que garantizaban el cambio al oro fueron el dólar y la libra esterlina. Este sistema dio lugar a una estabilidad relativa y duradera, de 1944 a 1971. La mayoría de las economías del mundo se desarrollaron, por lo que esa etapa se conoce en la historia como la "Edad de oro".
    · En 1971, las políticas fiscales expansivas de los EE.UU., motivadas fundamentalmente por el gasto bélico de Vietnam, provocaron la abundancia de dólares, planteándose dudas acerca de su convertibilidad en oro. Esto hizo que los bancos centrales europeos intentasen convertir sus reservas de dólares en oro, creando una situación insostenible para los EE.UU. Ante ello, en diciembre de 1971, el presidente de EE.UU. Richard Nixon suspendió unilateralmente la convertibilidad del dólar en oro, para los gobiernos y bancos centrales extranjeros. Suiza, en 1998, fue el último país en abandonar el patrón oro.

    Ley de creación de dinero bancario y su ciclo económico
    Karl Marx y Frederich Engels en El Capital, Libro III, capítulo XXIX:
    En la zona euro, el monopolio del estado en la emisión de dinero fiduciario impone que los usureros puedan apropiarse del dinero de sus clientes a través del denominado coeficiente de caja, y tengan el privilegio de la creación del llamado dinero bancario.

    En la zona euro el coeficiente de caja legal (c) es el 2 %. El encaje (e) es el dinero físico que está en las cajas del sistema de usura, es la fracción que los usureros guardan como garantía del total de los depósitos de sus clientes, al no poder utilizarse como medio de pago no se considera dinero. El llamado multiplicador de los depósitos bancario es igual a la inversa del coeficiente de caja:
    m = 1/c

    Los depósitos totales (dt) de la usura con reserva fraccionaria, es el producto del encaje legal, o que por prudencia mantiene una entidad bancaria, por el multiplicador bancario
    dt = e ∙ m

    Los préstamos (p) que la usura crea de la nada, el dinero bancario, es igual a los depósitos totales menos el encaje bancario:
    p = dt - e

    En la zona euro por cada euro que se deposita en una cuenta bancaria, los usureros pueden conceder préstamos por valor de 49 € más los intereses. El dinero bancario es dinero que no existe físicamente, solo existe como asiento contable en los ordenadores del sistema de usura y consiste en la promesa de que alguien en algún momento ingresará ese dinero en las cajas fuertes del sistema. Promesa ficticia ya que es imposible de cumplir.

    El dinero bancario (Db) que la banca de reserva fraccionaria puede crear es igual al sumatorio de los préstamos concedidos más el interés aplicado:
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    Existe la creencia que los usureros prestan su dinero y el de sus clientes. Nada más lejos de la realidad los banqueros nunca prestan su dinero, lo que prestan es un dinero que no existe, que solo existe de forma contable, el llamado dinero bancario. Gracias a la existencia legal del coeficiente de caja de 2 % los usureros pueden apropiarse del 98 % de dinero de sus clientes e iniciar el proceso de creación del dinero bancario. La creación del dinero bancario da lugar a una deuda inmensa e impagable y como consecuencia de esta deuda crisis cíclicas y paro. La deuda impagable que la banca de reserva fraccionaria genera es igual a la diferencia entre el dinero bancario y los depósitos totales:
    Deuda impagable que la usura genera = Db - dt

    Supongamos que nos encontramos una cantidad de 1.111 € y decidimos con 1.000 € abrir una cuenta en el banco, el resto lo utilizamos como dinero de bolsillo. El banco guardará 20 € por ley y prestará 980 €, en su balance anotará en el pasivo los 1.000 € de la imposición, en el activo los 20 € del encaje y los 980 € que ha prestado más el interés pactado. Cuando el prestatario paga su compra el vendedor se dirige a su banco e ingresa los 980 €. El segundo banco guarda 19’60 € y presta 960’40 €, en su balance anota en el pasivo 980 € de la imposición, en el activo los 19’60 € del encaje y los 960’40 € que ha prestado más los intereses. Al final del proceso si suponemos un interés medio del 6 % tenemos;
    · Una cantidad indeterminada de clientes de los bancos y cajas de ahorro que creen legítimamente que pueden disponer en cualquier momento de sus 50.000 €, que sus 50.000 € están custodiados en las cajas fuertes del sistema de usura ya que pagan por esta custodia, cuando la realidad es que solo hay 1.000 €.
    · El sistema bancario por la custodia de 1.000 € ha obtenido unos intereses, en el ejemplo, de 2.940 € o lo que es lo mismo una tasa de interés del 294 %.
    · La inevitabilidad de las crisis financieras ante la imposibilidad de pagar la deuda que el sistema de banca de reserva fraccionaria genera, en el ejemplo es de 49.000 € + 2.940 € - 50.000 € = 1.940 €, aunque tengamos en cuenta los 111€ que existen en circulación fuera del sistema bancario la deuda impagable asciende a -1.940 € + 111 € = -1.829 €. Aunque, mediante un corralito, se apropiaran del encaje quedaría una deuda impagable de 829 €.
    · La ley de creación del dinero bancario: Los préstamos (p) que la usura crea de la nada, el dinero bancario, es igual a los depósitos totales menos el encaje bancario:
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    Graham F. Towers, gobernador del banco de Canadá escribió:Cada vez que los bancos realizan un préstamo, se crean nuevos créditos (nuevos depósitos), es decir, nuevo dinero.
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    Este es el motivo por el que hay que rescatar a los bancos en el sistema financiero de banca con reserva fraccionaria, los banqueros hacen creer que en sus cajas fuertes están custodiados los 50.000 € de sus clientes, cuando en realidad solo existen 1.000 €. Los banqueros se apropian del 98 % de los depósitos sin el consentimiento de sus clientes, pero con la aquiescencia de los políticos profesionales.
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    *A estas cantidades hay que sumar los intereses aplicados, con lo que se obtiene el total de dinero bancario creado de la nada, por la usura, y como los intereses aplicados son de imposible devolución, sin la aportación de dinero ajeno al propio sistema financiero, vía rescate bancario o vía deuda pública, por parte del estado.

    Las leyes del mercado, las matemáticas y el sentido común ponen de manifiesto que la creación de dinero bancario tiene límites y el crecimiento exponencial indefinido es imposible. La superabundancia absoluta de dinero como de cualquier bien le priva de su valor de cambio, impide su uso como mercancía al perder su valor de cambio y por lo tanto como medio de circulación. Nadie aceptaría como medio de pago de bienes o servicios el oxígeno, siendo, tal vez, el recurso natural más importante para la vida que existe. La imposibilidad del oxígeno de funcionar como dinero, y como mercancía, se debe a su superabundancia absoluta.

    La superabundancia de dinero presupone que todos los seres humanos disponen del dinero que necesitan, un poder adquisitivo infinito, o su equivalente en medios de producción y bienes de consumo, provoca la desaparición del trabajo asalariado, nadie tiene la capacidad de comprar a otro y nadie tiene la necesidad de venderse, es decir, el fin de las relaciones de producción capitalistas. Este es el verdadero motivo por el cual los gobiernos no producen dinero de forma superabundante, ni permiten un coeficiente de caja del 0 %. Lo que representa una prueba que el verdadero valor de las mercancías no radica en su precio en dinero, ni en la cantidad que pueden intercambiarse por otras mercancías, sino en la cantidad de trabajo humano que es necesario para producirlas, o más exactamente del valor de la fuerza de trabajo.
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    Circulación de mercancías. Valor objetivo de la mercancía y función subjetiva de utilidad marginal Empty Teoría sobre la utilidad, el valor de uso y el valor de cambio

    Mensaje por Jordi de Terrassa Vie Mayo 06, 2016 6:58 pm

    Teoría sobre la utilidad, el valor de uso y el valor de cambio
    En general cuando los ideólogos del utilitarismo marginal critican la teoría del valor objetivo de las mercancías, y del precio de mercado, basado en el valor de la fuerza de trabajo socialmente necesaria para producir dicha mercancía, lo que realmente critican es un batiburrillo de teorías del valor; la de Ricardo, la de Proudhon y en especial la de Rodbertus, aunque a veces lo que critican es la propia concepción subjetivista cuando quien la aplica es el estado, o empresas, especialmente si son de tipo soviético. Obviando la demoledora crítica hecha por la ciencia de la economía política, a dichas teorías por idealistas y utópicas, es decir, teorías en el fondo subjetivas;
    Frederich Engels en Prefacio a la primera edición alemana de Miseria de la filosofía:
    La definición clásica de utilidad, valor de uso y mercancía, o valor de cambio es de Marx;
    Karl Marx en El Capital, tomo I, capítulo I:
    La mercancía para serlo debe reunir una serie de cualidades que son;
    · Toda mercancía es en primer lugar un valor de uso, bien material que tiene utilidad en satisfacer necesidades humanas ya sean reales o imaginarias.
    · Toda mercancía es un gasto de fuerza de trabajo humana sin consideración a la forma en que se gastó la misma. Una mercancía nos hace presente que en su producción se empleó fuerza humana de trabajo, se acumuló trabajo humano. En cuanto cristalización de esa sustancia social común a ellas, el uso de fuerza de trabajo en su producción, es valor de cambio.
    · Un recurso natural, o bien, puede tener utilidad como consumo final, o consumo productivo y no ser valor de uso y, en consecuencia, no tener valor de cambio o valor. Es éste el caso cuando su utilidad para el hombre no ha sido mediada por el trabajo humano. Ocurre ello con el aire, la tierra virgen, las praderas y bosques naturales, etc.
    · Una cosa puede ser útil, y además producto del trabajo humano, y no ser mercancía. Quien, con su producto, satisface su propia necesidad, indudablemente crea un valor de uso, pero no una mercancía. Para producir una mercancía, no sólo debe producir valor de uso, sino valores de uso para otros, valores de uso sociales. {F. E. --Y no sólo, en rigor, para otros. El campesino medieval producía para el señor feudal el trigo del tributo, y para el cura el del diezmo. Pero ni el trigo del tributo ni el del diezmo se convertían en mercancías por el hecho de ser producidos para otros. Para transformarse en mercancía, el producto ha de transferirse a través del intercambio a quien se sirve de él como valor de uso.}
    · Por último, ninguna cosa puede ser valor si no es un objeto para el uso. Si es inútil, también será inútil el trabajo contenido en ella; no se contará como trabajo y no constituirá valor alguno. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

    Cualquier sustancia material (Sm) es un recurso natural (Rn) cuando sus cualidades tienen utilidad en la satisfacción de una necesidad humana. Los recursos naturales pueden satisfacer necesidades consumiéndose directamente de la naturaleza. Cuando un recurso natural necesita trabajo para adquirir utilidad en la satisfacción de necesidades, y una norma o costumbre social no impide el aprovechamiento de las utilidades de dicho recurso, éste se transforma en un valor de uso (Vu), incorporando fuerza de trabajo (Ft) Un valor de uso puede ser utilizado como medio de producción (Mp) ⟨Objeto de producción (Op), y/o Medio de trabajo (Mt)⟩ Cuando el valor de uso, para satisfacer las necesidades humanas, incorpora fuerza de trabajo y no es usado directamente por su productor como medio de producción, o como consumo final, puede intercambiarse por otros valores de uso, con lo que adquiere un valor de cambio (Vc):
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    La utilidad en satisfacer necesidades humanas es concreta y particular, depende de las cualidades físico-químicas de la sustancia objeto de uso. La utilidad de una sustancia es independiente del usuario, debido a que las cualidades de un objeto son independientes del sujeto que lo usa, de su conocimiento y de su voluntad.
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    Entre las cualidades del petróleo está la de ser útil como materia prima para producir gasolina, esto es independiente de la voluntad, del conocimiento y de los consumidores del valor de uso gasolina. Entre otras de las múltiples utilidades del oxígeno está en ser comburente de la gasolina, en la combustión en un motor de explosión interna, esta cualidad le confiere utilidad a la sustancia material oxígeno independientemente de la voluntad, y del conocimiento, de los usuarios de la sustancia gasolina, sin embargo, al contrario que la gasolina, y el petróleo, el oxígeno no tiene valor de cambio. Tanto la gasolina como el oxígeno tienen utilidad en satisfacer necesidades humanas. No obstante, la gasolina se convierte en valor de cambio y el oxígeno no, lo que las diferencia a una y otra sustancia es que la gasolina, para satisfacer necesidades, necesita incorporar trabajo humano y el oxígeno no, el oxígeno es un recurso natural que se consume directamente de la naturaleza, mientras que la gasolina es un valor de uso que la fuerza de trabajo ha producido trasformando un recurso natural el petróleo. Este descubrimiento científico hecho por Adam Smith es lo que ocultan, los ideólogos subjetivos del utilitarismo marginal, con toda la absurda teoría sobre el valor subjetivo sobre la utilidad marginal por parte del consumidor.

    Es esa utilidad en satisfacer necesidades humanas lo que transforma a ciertas sustancias materiales en recursos naturales y, si incorporan trabajo humano, en valores de uso con valor de cambio, que los puede convertir en mercancías. Cabe preguntarse ¿por qué los ideólogos del utilitarismo marginal niegan esta evidencia? Porque en realidad lo que pretenden ocultar es el carácter objetivo del valor de cambio. Cuando los seres humanos consumen directamente de la naturaleza los recursos naturales, estos recursos naturales no tienen valor de cambio alguno, pero no por ello dejan de ser útiles en satisfacer necesidades humanas. De hecho, los seres humanos desconocían la existencia del oxígeno hasta el año 1774, y no por dicho desconocimiento, el oxígeno, dejaba de ser un recurso natural real que satisface necesidades humanas, independientemente de la voluntad, del conocimiento y de los usuarios de dicha sustancia material.

    Función de la utilidad marginal
    J.B. Say en Tratado de Economía Política, tomo I, capítulo escribió:Usted pretende que es en el dinero en lo que está interesado: yo mismo le digo que es en realidad en otros productos. En efecto ¿para qué quiere usted el dinero? ¿No es acaso con el propósito de obtener materias primas para su industria o comestibles para su boca? Ve ahora, que son esos bienes los que le hacen falta y no el dinero.
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    En contra de lo establecido por la ciencia de la economía política, para el subjetivismo marginal el valor de cambio de una mercancía está determinado por la valoración subjetiva de la utilidad marginal que tiene la mercancía para el consumidor. El subjetivismo marginal para justificar que el precio de mercado de una mercancía lo determina la apreciación subjetiva de la utilidad marginal del demandante, ha creado la función matemática de la utilidad en los siguientes términos;

    Dado un consumidor cuyas preferencias sean completas, reflexivas, transitivas y monótonas en sentido fuerte, debe decidir gastar su ingreso disponible entre n bienes con algún criterio de optimización. Existe una función escalar (U) definida para cada consumidor sobre el conjunto de combinaciones de n bienes, que mide la utilidad o satisfacción total (Ut) que obtendrá el demandante después de haber consumido una combinación de bienes dada por las cantidades (q1, ..., qn):
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    Se define la utilidad marginal asociada a un bien como el aumento de la utilidad total al consumir una unidad adicional de dicho bien. La utilidad marginal (u) es igual al incremento de la satisfacción total (∂U) que produce el consumo de n unidades de una mercancía, o combinación de mercancías, dividida por el aumento de unidades consumidas (∂qi):
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    Donde U es siempre, por definición, desconocido.
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    Para el subjetivismo marginal la utilidad de una mercancía está en el demandante, no se halla en el valor de uso, en el objeto, sino que se encuentra en la función de utilidad marginal que posee el demandante, en el sujeto, y sobre esta utilidad no podemos saber nada en cuanto a su naturaleza o intensidad, salvo que, de forma misteriosa, coincide con el costo marginal más el beneficio medio de producir la última unidad del bien referido. Hay que creer en ella por fe praxeológica.

    El valor de uso es explicado por el subjetivismo marginal del siguiente modo; supongamos que disponemos de 7 raciones de 100 gr de arroz, consumir la primera ración proporciona una determinada utilidad, el consumo de la segunda ración aumentará la utilidad en una determinada cantidad, este aumento es la utilidad marginal (Um) de esta ración, que sumada a la utilidad de la primera ración da la utilidad total (Ut), y así sucesivamente:
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    La utilidad promedio de una mercancía es igual a la razón entre la utilidad total y el consumo de n unidades de dicha mercancía:
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    Siendo n la cantidad de unidades consumidas. En el ejemplo, la mayor utilidad total se obtiene consumiendo 5 o 6 unidades. El consumo de una ración es la cantidad de inflexión, a partir de esta cantidad la utilidad marginal comienza a decrecer y el consumo de 6 raciones es la cantidad de saturación, a partir de esta cantidad la utilidad marginal se torna negativa. Pero esto solo es aplicable a un consumidor, en un instante determinado e irrepetible, por lo que la función de utilidad carece de valor de uso y, en consecuencia, no tiene valor científico alguno.

    Para el subjetivismo marginal el valor de cambio está determinado por la utilidad marginal, por lo que en el subjetivo mercado de utilitarismo marginal el valor de cambio de 7 raciones de arroz debería ser menor que el de 5 o 6 raciones, y tener el mismo valor de cambio que el de 4 raciones. Como en el mercado real esto no sucede, todas las unidades se pagan al mismo precio independientemente de la utilidad marginal decreciente, los teóricos del utilitarismo marginal han inventado una noción; el excedente del consumidor, es decir, el comprador paga más baratas, en este ejemplo las cuatro primeras unidades, ya que solo paga la utilidad marginal que le proporciona la quinta unidad.

    Ante esta noción cabría preguntarse si se adquiere una sexta unidad, por la cual el comprador no obtiene utilidad marginal alguna, ¿no le costarían nada las seis unidades?, y por una séptima unidad, donde la utilidad marginal es negativa, ¿debe entonces percibir alguna retribución el comprador por parte del vendedor?

    Si consideramos muchos bienes en lugar de uno, el argumento sigue siendo el mismo porque la utilidad marginal de todos los bienes consumidos tiende a igualarse.

    Para la economía política la mercancía, para serlo, debe ser un valor de uso. Los valores de uso contienen sustancias objetivas que tienen utilidad en satisfacer necesidades humanas reales, y lo hacen en un grado determinado, en el caso de 100 gr arroz, las describe la biología:
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    Consumir 200 gr aporta el doble de estas sustancias y satisface el doble de necesidades, 300 gr el triple, etc… Estas necesidades y su satisfacción son objetivas e independientes de las utilidades marginales que cada cual pueda tener ¿Cómo percibe cada individuo, en una determinada mercancía, las propiedades físico-químicas que estimulan sus sentidos?, ¿cómo su cerebro interpreta estos estímulos? y ¿cómo el consumir arroz sacia su sensación de hambre? es tarea de la neurología y la biología. Si es mejor una paella que un arroz tres delicias, o arrojarlo a los novios en una boda, depende en primer lugar de una cuestión cultural y luego del cocinero. Los hábitos culturales de una sociedad pueden determinar qué valores de uso que se producen, pero en nada influyen en su valor de cambio.

    La función de utilidad no es directamente medible, depende de la forma subjetiva de los gustos y deseos de cada demandante, ni indirectamente ya que no existe unidad (¿X?) de medida de la utilidad, es decir, no se puede comprobar de forma objetiva si los precios de mercado de los valores de cambio se forman en base a esta función. Con lo cual, la función matemática escalar U no tiene utilidad, ni marginal ni total. Si no existe unidad de medida de la utilidad marginal es, tal vez, porque no hay nada que medir y la utilidad total y la utilidad marginal no son conceptos científicos, no interpretan de forma objetiva la realidad, son nociones y categorías ideológico-filosóficas.

    Sobre estas bases las grandes escuelas subjetivas del utilitarismo marginal, tanto keynesianos, monetaristas como austríacos, pretenden haber construido una ciencia.

    Los "economistas" de la escuela austríaca, ante la evidencia de la imposibilidad de explicación matemática de la función de utilidad, postularon la imposibilidad de hacer cálculos matemáticos en economía, es decir, que las matemáticas, el lenguaje de la ciencia, no se pueden utilizar en la ciencia de la economía. La escuela austríaca explica su concepción con el siguiente ejemplo imaginario, siguiendo la subjetiva tradición del utilitarismo marginal como, por otra parte, no podía ser de otra forma. El razonamiento es;
    Si alguien posee un bien, lo usará para satisfacer alguna necesidad o deseo. ¿Cuál? La que tenga más prioridad. Eugen von Böhm-Bawerk ilustró esto con el ejemplo de un granjero que tiene cinco sacos de grano. Con el primero, hará pan para sobrevivir. Con el segundo, hará más pan, suficiente para trabajar. Con el próximo, alimentará a sus animales de la granja. El próximo se usará para hacer el whisky, y el último lo dará a las palomas. Si roban una de esas bolsas, él no reducirá cada una de sus actividades en un quinto; en cambio él dejará de alimentar a las palomas. Así el valor de una bolsa de grano es igual a la satisfacción que él recibe de alimentar las palomas. Si él vende esa bolsa y olvida las palomas, el uso menos prioritario del grano restante es hacer el whisky, y así el valor de una bolsa más de grano es el valor de su whisky. Solo si pierde cuatro bolsas de grano comenzará a comer menos; ése es el uso más productivo del grano. La última bolsa valdría su vida.
    En el ejemplo, de Eugen von Böhm-Bawerk, los sacos de grano son un valor de uso que tienen distintas utilidades, pero no son mercancías, no son valores de cambio, ya que el granjero no los ha producido para venderlos en el mercado. Se supone que el granjero es el propietario de los medios de producción con los que ha cosechado los sacos de grano, ya que si ha comprado los sacos de grano en el mercado cada saco le ha costado lo mismo, independientemente del uso subjetivo que después les quiera dar, justo lo contrario que el ejemplo pretende ilustrar. Es exactamente lo mismo si son de producción propia para vender, cada saco tendrá al mismo precio en el mercado, no regalará el primero e irá subiendo el precio de los sacos conforme los venda. Todas las mercancías producidas para la venta tienen el mismo valor de uso para su productor, que es nulo. El valor de cambio de cada saco es igual al valor de producción total, el valor del trabajo socialmente necesario en la producción del grano dividido por la cantidad de sacos producidos, en este caso X/5. Si el año hubiera sido peor el valor de cambio sería X/4 o X/3, de la misma forma si el año hubiera sido mejor el valor de cambio sería X/6 o X/7. En los años de buena cosecha los sacos valen menos no por la mayor cantidad de grano, sino porque cada saco contiene menor cantidad de fuerza de trabajo, de forma directa y de forma indirecta.

    Por más veces que se intercambien los sacos de grano por diferentes cantidades de dinero, no aumenta la cantidad de grano ni la cantidad de dinero que existen en la sociedad, y en consecuencia no puede aumentar el capital social, aunque a base de intercambiar las mercancías un cambista se haga con todo el grano y todo el dinero. Esto es un hecho objetivo e independiente de la información que pueda transmitir el mercado, o del nivel de conciencia sobre la naturaleza del intercambio que tengan los cambistas.

    Francamente, sostener que la ganancia del capital proviene del intercambio es considerar a los capitalistas poco más que unos cambistas “trileros”. La realidad es que en el modo de producción capitalista se multiplica la riqueza social, salvó los períodos de crisis, como en ningún otro modo de producción hasta ahora.
    Es en la producción de valores de uso y en su distribución es donde el capitalista obtiene la ganancia, no engañando en el intercambio de mercancías, aunque al engaño se le llame; diferente valoración subjetiva de la utilidad marginal.

    Cuando los teóricos del utilitarismo marginal tratan de explicar la formación de los distintos precios en el mercado, por las distintas funciones individuales de utilidad, acaban explicando las diferentes funciones de utilidad por los diferentes precios de mercado.

    Jesús Huerta de Soto en Escuela austríaca y función empresarial escribió:La productividad del uso menos productivo de un bien es su utilidad marginal. De lo que se deduce que la ganancia capitalista proviene del intercambio en el mercado de valores subjetivamente desiguales, de la compra de insumos más baratos y su posterior venta más caros.
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    Para los teóricos de la utilidad marginal es en la circulación de las mercancías donde el capitalista obtiene la ganancia, aunque para explicarlo recurren a ficciones y mitos como; la función empresarial, de la subjetiva escuela austríaca de utilidad marginal. Para explicar el beneficio empresarial el profesor Huerta de Soto utiliza una ilustración naíf, ilustración que omite una circunstancia; una vez que la función empresarial del cambista C ha descubierto el beneficio en comprar el recurso al productor B y venderlo al productor o consumidor A, y el libre mercado ha generado la información, que impide a la función empresarial tanto de A como de B ponerse en contacto directamente, y vender B más caro en 3’5 u. m., comprar A más barato en 3’5 u. m., repartiéndose el beneficio empresarial que obtiene C.

    Los subjetivos ideólogos de la utilidad marginal analizan la circulación de las mercancías al margen de su producción, olvidando que para intercambiar mercancías antes hay que producirlas.

    Ley general sobre el valor de cambio
    Todo valor de cambio es un valor de uso producto del trabajo humano. Si se analiza una serie de sustancias y compuestos; oxígeno, agua, arroz, harina, molino, vestido, tela, telar, libro, papel, imprenta, el sol, desde el punto de vista de sus utilidades, propiedades físicas y químicas, todas estas sustancias son bienes que satisfacen sensaciones y emociones, necesidades humanas, unas lo hacen de una forma directa como bienes de consumo, otros lo hacen de una forma indirecta como medios de producción, es decir, son valores de uso. Los valores de uso los crea la naturaleza, o lo que es lo mismo, son recursos naturales (Rn), para transformar algunos recursos naturales en valores de uso es necesaria la fuerza de trabajo humana, lo que les confiere un valor de cambio. Por lo que se puede afirmar que todo valor de cambio (Vc) es:
    Vc = Rn + Ft

    El valor de cambio es igual al valor de los recursos naturales más el valor de la fuerza de trabajo (Ft), empleados en su producción. Por otro lado, también podemos afirmar que:
    x arroz = y vestidos = z libros

    Esto significa que algunos valores de uso se pueden intercambiar en determinadas proporciones entre ellos, es decir, tienen un valor de cambio, son bienes económicos, son mercancías que por definición son producto del trabajo humano. Lo que tienen en común todos estos valores, lo que hacen posible esta igualdad, que se puedan intercambiar entre ellos en distintas proporciones, es la fuerza de trabajo humano usada en producirlos. Todas las mercancías son valores de uso, pero no todos los valores de uso se transforman en mercancías. No todos los valores de uso son valores de cambio y no todos los valores de cambio, en las sociedades de clase, son producto de trabajo humano, la fuerza de trabajo entre ellos.

    Los recursos naturales no tienen valor de cambio. Hay sustancias que tiene utilidad en la satisfacción de necesidades humanas, utilidad que es de vital importancia para la vida humana, pero carecen de valor de cambio, esto se debe a que son superabundantes y para su uso no incorporan fuerza de trabajo humana, son consumidos directamente de la naturaleza, por lo que no se pueden transforman en mercancías y, como consecuencia, carecen de valor de cambio. El oxígeno que respiramos tiene una gran utilidad, sin embargo, no tiene valor de cambio porque no ha incorporado fuerza de trabajo. Un diamante no tiene una gran utilidad en satisfacer necesidades humanas, sin embargo, hace falta mucha fuerza de trabajo para transformarlo en un valor de uso. El utilitarismo marginal justifica la ausencia de valor de cambio, de estos recursos naturales, en que son de libre uso debido a la superabundante cantidad en la que existen en la naturaleza. Un ejemplo es el oxígeno en la Tierra, carece de valor de cambio por su superabundancia y es un recurso natural libre, pero en Marte, para el utilitarismo marginal, al no ser superabundante tendría valor de cambio. No obstante, en la Tierra el oxígeno goza de la misma “libertad” de uso y existe en la misma cantidad cuando un trabajador lo coloca dentro de una botella, y es utilizado como comburente del acetileno en el oxicorte, o para respirar bajo el nivel del mar, ese oxígeno ha adquirido valor de cambio sin que, por ello, haya variado su grado de “libertad” y su cantidad en la Tierra. Tenemos que la cantidad de oxígeno permanece constante, mientras que el trabajo humano se ha hecho necesario para usar el recurso natural, y con dicho trabajo, el recurso natural oxígeno, ha adquirido valor de cambio.

    No todo lo que tiene precio de mercado es un producto del trabajo humano. Existen valores de cambio que son recursos naturales, no son superabundantes y no son reproducibles por el trabajo humano, un ejemplo puede ser los derechos de pesca en unas aguas determinadas. El valor de cambio de los recursos naturales escasos que no son producto del trabajo humano, es impuesto por el estado mediante el uso de la fuerza de las armas, otorgando la propiedad sobre los recursos naturales a unos pocos, y privando a la mayoría de la propiedad sobre dichos recursos naturales. La propiedad sobre los recursos naturales es la base del modo de producción feudal. La economía oficial los denomina insumos de oferta inelástica de primer orden.

    No todas las actividades humanas producen nuevos valores de uso social. Al mismo tiempo, existen valores de uso escasos que no son recursos naturales y pueden ser reproducidos por el trabajo humano, pero son una concesión monopolista y su valor de cambio es impuesto por el estado mediante el uso de la fuerza de las armas, a este grupo también pertenecen la producción de dinero fiduciario, el dinero bancario, así como las bulas y dispensas eclesiástica, etc. Esta es la base del primitivo capitalismo comercial basado en el gremio y la manufactura, y el origen del capital bancario. Tampoco crean nuevos valores de uso social las actividades opresivas, y represivas, de los aparatos del estado de las clases explotadoras, así y como las actividades destinadas a apropiarse por la fuerza de trabajo ajena propias del lumpen-proletariado como el robo, la mendicidad, la prostitución, etc…, estas actividades redistribuyen los valores de uso mediante la fuerza, el engaño o voluntariamente por sus productores, pero dichas actividades no crean nuevos valores de uso.

    Existen valores de uso no reproducibles legalmente por el trabajo humano, un ejemplo de este grupo lo constituyen las obras de arte, un vino de tal cosecha, etc. En esta clase de valores de uso, solo la imposición monopolista del estado es capaz de impedir su reproducción, mediante leyes contra el plagio, la copia ilegal, etc. Su valor de cambio está determinado por el poder adquisitivo del demandante, es decir por las leyes objetivas de circulación y distribución de bienes, y no por consideraciones subjetivas acerca de la utilidad de dichos bienes. Cualquier obra de arte es producto de la fuerza de trabajo humana, en consecuencia, tiene unos costes de producción, regidos por leyes objetivas de producción de bienes, y no por consideraciones subjetivas acerca de la utilidad de dichos bienes. El vino añejo es usado por el utilitarismo marginal, de forma recurrente, como ejemplo de aumento de valor de cambio sin aumento de fuerza de trabajo en su producción, por lo que pretenden demostrar que el valor de cambio no depende del valor de la fuerza de trabajo. Pero el subjetivismo utilitarista marginal “olvida” la fuerza de trabajo contenida en los medios de trabajo, bodegas más toneles, estantes, etc., más la fuerza de trabajo contenida en el correcto envejecido del caldo y, por último, la fuerza de trabajo contenida en la merma de la cantidad obtenida de dicho caldo, producto de errores en el proceso de envejecido o por acción de agentes atmosféricos o biológicos. Si se supone que una botella de vino joven tarda un año en producirse, se vende por 1 €, de los cuales 0’2 € es fuerza de trabajo bajo la forma de ganancia capitalista, 0’2 € es fuerza de trabajo bajo la forma de capital variable y 0’6 € es fuerza de trabajo bajo la forma de capital constante, con lo que el capitalista por una inversión 0’8 € obtiene una ganancia de 0’2 €, o lo que es lo mismo un 25 % de ganancia anual. Por otro lado, a un vino añejado 3 años le suponemos un coste en fuerza de trabajo adicional en capital constante y capital variable del 10 % anual, con lo que se obtiene un valor de la botella de 0’8 € por 1’1 por 3 años igual a 2’64 €, si le añadimos una merma del 10 % obtenemos unos costos de producción de 2’90 € por botella, si el capitalista por la inversión de 2’90 € obtiene un 25 % de beneficio anual, el precio de la botella es de 5'08 €, o 5'67 € si se aplica en el cálculo interés compuesto. Pero aun suponiendo que el añejado del vino no necesite un aumento en medios de producción, ni en fuerza de trabajo y sin merma del producto, se obtiene un precio por botella de vino añejo de 0’8 por 3 años es igual a 2’4 € de inversión, que con una ganancia del capital del 25 % anual el precio de la botella es 4’2 €, o 4'35 € si se aplica en el cálculo interés compuesto. También forman parte de este grupo los valores de uso que el estado prohíbe, el mercado es satisfecho tradicionalmente mediante la producción clandestina y el contrabando, aumentando el valor de cambio de dichas mercancías y empeorando su calidad, aunque esto último es una tendencia de la producción capitalista en general, siendo un ejemplo la obsolescencia programada.

    El valor de uso por ser producto del trabajo humano tiene valor de cambio. El valor de cambio de un bien escaso y que puede ser reproducido por el trabajo humano, es igual al valor de la fuerza de trabajo socialmente necesaria para producirlo. Esta es la base del capitalismo, como la de todos los modos de producción con intercambio de mercancías.

    Como demostró Piero Sraffa cuando se produce un excedente las mercancías de lujo no afectan al establecimiento general de precios;
    Piero Sraffa en Produciendo mercancías por medio de mercancías escribió:6 Es preciso advertir un efecto de la aparición de un excedente. Anteriormente, todas las mercancías estaban en pie de igualdad, puesto que cada una de ellas aparecía tanto entre los productos como entre los medios de producción, - como consecuencia, cada una de ellas entraba directa o indirectamente en la producción de todas las demás, y cada una jugaba un papel en la determinación de los precios. Pero ahora cabe la existencia de una nueva clase de bienes de «lujo» que no son utilizados ni como instrumentos de producción ni como artículos de subsistencia en la producción de las demás mercancías.

    Estos productos no tienen papel alguno en la determinación del sistema. Su papel es puramente pasivo. Si una innovación viniera a reducir a la mitad la cantidad de cada uno de los medios de producción que son necesarios para producir una unidad de un bien de «lujo» de este tipo, el precio de esta mercancía descendería a la mitad, pero no se registrarían consecuencias ulteriores; las relaciones de precios de los otros productos y el tipo de beneficio permanecerían inalterados. Pero si tal ocurriera en la producción de una mercancía del tipo opuesto, que entra en los medios de producción, todos los precios resultarían afectados y el tipo de beneficio variaría. Esto puede verse si eliminamos del sistema la ecuación que representa la producción de un bien de «lujo». Puesto que al hacer esto eliminamos una incógnita (el precio de este bien), que sólo aparece en esa ecuación, las restantes ecuaciones continuarán formando un sistema determinado que será satisfecha por las soluciones del sistema más amplio. Por otra parte, si elimináramos una de las otras ecuaciones correspondientes a bienes que no son de «lujo», el número de incógnitas no resultaría reducido puesto que la mercancía en cuestión aparece como medio de producción en las otras ecuaciones, y el sistema se haría indeterminado. Lo que acabamos de decir sobre el papel pasivo de los bienes de lujo puede fácilmente extenderse a aquellas otras «superfluidades» que son solamente utilizadas en su propia reproducción, bien directamente (por ejemplo, los caballos de carreras), o indirectamente (por ejemplo, los avestruces y los huevos de avestruz), o simplemente para la producción de otras «superfluidades» (por ejemplo, seda bruta)

    El criterio consiste en si una mercancía entra (directa o indirectamente) en la producción de todas las mercancías. Las que lo hacen serán denominadas productos básicos, y las que no lo hacen serán denominadas productos no básicos.
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    Las mercancías se pueden intercambiar directamente entre ellas, lo que se conoce como trueque, utilizando otra mercancía como patrón de cambio, las más utilizadas han sido el oro, la plata y el bronce, pero puede utilizarse cualquier otra mercancía, es lo que se conoce como dinero-mercancía. En la actualidad se utiliza el papel moneda, que por lo general no es convertible en mercancía alguna y su valor viene determinado por imperativo legal, es el llamado dinero-fiduciario.

    Desde el punto de vista del valor de uso:
    x kg de arroz ≠ y vestidos ≠ z libros

    Y desde el punto de vista del valor de cambio:
    x arroz = y vestidos = z libros

    En las mercancías que contienen una cantidad de energía aportada por la fuerza de trabajo, la magnitud del valor de cambio varía en proporción directa a la cantidad de fuerza de trabajo socialmente necesaria para producirlo y de forma inversa al desarrollo de la fuerza productiva que emplea dicha fuerza de trabajo. Cuanto más desarrolladas están las fuerzas productivas, menos fuerza de trabajo es necesaria para producir una mercancía, por lo que disminuye su valor de cambio, aunque los trabajadores asalariados que las producen estén mejor retribuidos.

    La ecuación que expresa el valor de cambio de un bien es:
    M = Mt + Op+ Ft

    Dónde; M es el valor de producción del bien, Mt son los medios de trabajo, herramientas y maquinaria que utiliza el trabajador que no se consumen en un único proceso de producción y transmiten una parte de su valor al bien producido, Op son los objetos de producción, materias primeras y secundarias que se consumen íntegramente en un proceso productivo y transmiten todo su valor al bien producido y Ft es la fuerza de trabajo. En la producción de un bien también participan los recursos naturales y en las sociedades de clase tienen valor. En situaciones de libre mercado el valor de cambio y el valor de producción tienden a igualarse. En el proceso de producción de mercancías la fuerza de trabajo es el trabajo vivo y los medios de producción son fuerza de trabajo muerta, en el proceso de circulación toda la fuerza de trabajo es trabajo muerto.

    Bajo el régimen capitalista de producción cualquier aumento del valor de la fuerza de trabajo usada indirectamente, como medio de trabajo, en la producción de una mercancía, implica una disminución mayor de fuerza de trabajo empleada directamente en la producción de dicha mercancía. El valor de cambio de una mercancía viene determinado por el valor de la fuerza de trabajo socialmente necesaria para producirlo. Si un capitalista para producir una mercancía, por usar tecnología atrasada u obsoleta, necesita emplear más fuerza de trabajo que la socialmente necesaria, verá reducida o perdida su ganancia. Para que un capitalista le salga rentable invertir en la compra y el uso de una máquina, tiene que representarle un ahorro en el valor de la fuerza de trabajo que emplea. De lo contrario vería reducida de su tasa de ganancia, ya que:
    g’ = g / Mt + Op + Ft)

    Donde g’ es la tasa de ganancia y g es la ganancia. Un capitalista, si aumenta el valor de su inversión en capital fijo (Mt) para aumentar su tasa de ganancia, permaneciendo fijo el precio de mercado y en consecuencia la ganancia, ha de disminuir su inversión en capital variable (Ft) y en capital circulante (Mt) en mayor proporción, para obtener un aumento en su tasa de ganancia.
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    Circulación de mercancías. Valor objetivo de la mercancía y función subjetiva de utilidad marginal Empty Evolución histórica del intercambio de mercancías

    Mensaje por Jordi de Terrassa Vie Mayo 06, 2016 6:59 pm

    Evolución histórica del intercambio de mercancías
    El desarrollo de las fuerzas productivas es la causa de todo aumento de la riqueza de las sociedades humanas, también es la causa del desarrollo de las sociedades humanas, y de la aparición del homo sapiens sobre la faz de la Tierra. El desarrollo de las fuerzas productivas, a lo largo de 1.500.000 años, ha producido un excedente de producción con que poder comerciar y, por lo tanto, la existencia de un mercado a partir del paleolítico superior, hace entre 40.000 y 60.000 años. Es en este período histórico donde ha existido el verdadero libre mercado, ya que la condición necesaria para la existencia del mercado libre es la ausencia del estado. Con la aparición del estado en Sumer hace 6.000 años se pone fin al libre mercado. El estado mediante el monopolio de la fuerza regula el comercio e impide el libre mercado, en primer lugar, para cobrar impuestos con los que financiarse, probablemente la primera forma de explotación, la primera forma organizada de apropiarse del trabajo ajeno. No es el libre mercado la causa de la aparición del capitalismo, la humanidad estuvo comerciando libremente durante más de 30.000 años sin lucha de clases ni clases sociales, y por supuesto sin capitalismo ni función empresarial. En el intercambio de mercancías en la época del trueque, se intercambiaban de forma directa diferentes mercancías con el mismo valor de producción, el trueque se define mediante la ecuación:
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    Donde ∙∙∙P∙∙∙ es el proceso de producción, donde la fuerza de trabajo Ft transforma en valores de uso los recursos naturales Rn, con lo que adquieren un valor de cambio, por el que se dispone de un excedente de mercancías M, que se intercambian por mercancías M’ que no se producen.
    Karl Marx en El Capital, tomo I, capítulo I escribió:El proceso de intercambio de la mercancía, pues, se lleva a cabo a través de dos metamorfosis contrapuestas que a la vez se complementan entre sí: transformación de la mercancía en dinero y su reconversión de dinero en mercancía. Las fases en la metamorfosis de las mercancías son, a la vez, transacciones del poseedor de éstas: venta, o intercambio de la mercancía por dinero; compra, intercambio de dinero por mercancía, y unidad de ambos actos: vender para comprar.
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    Con la utilización del dinero como medio de pago la ecuación se convierte en:
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    Se venden los valores de uso de los que se dispone un excedente, para conseguir dinero, y comprar los valores de uso de los que se carece, cuando se necesitan. Puede pasar un período de tiempo largo hasta que surja la necesidad de algo de lo que se carece, o hasta que se disponga del dinero suficiente para intercambiarlo por lo que se necesita, por lo que se ahorra y el dinero se transforma en tesoro:
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    Dónde:
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    Karl Marx Ibíd. escribió:El afán de atesoramiento es ilimitado por naturaleza. Cualitativamente, o por su forma, el dinero carece de límites, vale decir, es el representante general de la riqueza social porque se lo puede convertir de manera directa en cualquier mercancía. Pero, a la vez, toda suma real de dinero está limitada cuantitativamente, y por consiguiente no es más que un medio de compra de eficacia limitada. Esta contradicción entre los límites cuantitativos y la condición cualitativamente ilimitada del dinero, incita una y otra vez al atesorador a reemprender ese trabajo de Sísifo que es la acumulación. Le ocurre como al conquistador del mundo, que con cada nuevo país no hace más que conquistar una nueva frontera.
    Con la transformación del dinero en capital, dinero pacientemente atesorado o violentamente apropiado, el intercambio se transforma en; con un valor comprar mercancías para con su venta obtener un valor superior, aparece el capital comercial. La ecuación implícita del capital es:
    D → M → D′
    Karl Marx Ibíd. escribió:La forma directa de la circulación mercantil es M - D - M, conversión de mercancía en dinero y reconversión de éste en aquélla, vender para comprar. Paralelamente a esta forma nos encontramos, empero, con una segunda, específicamente distinta de ella: la forma D - M - D, conversión de dinero en mercancía y reconversión de mercancía en dinero, comprar para vender. El dinero que en su movimiento se ajusta a ese último tipo de circulación, se transforma en capital, deviene capital y es ya, conforme a su determinación, capital.
    Esta forma de intercambio es la idealizada por los capitalistas, es una forma de justificar que la ganancia del capital proviene de la circulación de las mercancías. Esta formulación empieza y termina en la circulación, ocultando que para que exista circulación tiene que existir previamente producción. Esta forma de intercambio es exclusiva del capital, es la que crea el fetichismo del dinero, en primer lugar, porque en apariencia se produce la formulación absurda de; dos cantidades diferentes de dinero son iguales:
    D = M = D′ → D = D′

    En segundo lugar, la creencia generalizada que el mercado es la causa del capitalismo y de la explotación capitalista, que en condiciones de capitalismo puede existir libre mercado y, como consecuencia, que poniendo fin al libre mercado se acaba con el capitalismo y con la explotación capitalista.

    En las sociedades de clases con la usura, el capital bancario, aparece una nueva forma de intercambio; el intercambio de dinero. Si hasta ahora se intercambiaban valores de uso diferentes con un valor de cambio semejante, ahora se intercambia cantidades diferentes del mismo valor de uso, intercambio diferido en el tiempo:
    D + ···t··· = D′

    Con interés compuesto la ecuación se transforma en:
    D′ = D ∙ (1 + r)n

    Donde r es el interés al tanto por uno y n es el número de períodos de tiempo para la amortización.

    Adam Smith en La Riqueza de las Naciones en el primer libro; que trata de las causas del progreso en la capacidad productiva del trabajo y de la forma en que su producto se distribuye naturalmente entre las distintas clases del pueblo. En el inicio del primer capítulo se puede leer;
    El mayor progreso de la capacidad productiva del trabajo, [...], parece ser producto de la división del trabajo.
    El título del segundo capítulo es; El Principio que da Lugar a la División del Trabajo […] es el comercio, el mercado. Adam Smith aboga por el libre mercado en contra de los monopolios y en contra del colonialismo comercial de la época. Adam Smith entiende que el capital ha existido siempre y que es el mercado la causa de la división del trabajo, tanto de la división técnica del proceso productivo como de la división social de la humanidad en clases sociales. Este error ha sido aceptado comúnmente por los economistas posteriores, sin embargo, la realidad histórica es la contraria, es el desarrollo del conocimiento y sus aplicaciones tecnológicas, el desarrollo de los medios de producción y de la habilidad media del trabajador, lo que permite una mayor y más eficiente división del trabajo. Primero hay que producir un excedente para poder comerciar con él, segundo para que alguien esté interesado en el producto de otro no lo debe producir o producirlo con un mayor valor de producción, lo que implica una división técnica del trabajo, tercero es en la distribución de este excedente donde aparece la lucha de clases que dará lugar a la división social del trabajo.

    En el mercado libre se intercambian valores iguales, las mercancías se venden por su valor de producción. Las oscilaciones constantes de los precios de mercado, su alza y su baja, se compensan y nivelan mutuamente, reduciéndose por sí mismas al valor de mercado, estas oscilaciones son la manifestación de las leyes que rigen el mercado. El comerciante sabe de forma empírica que, en un período un poco largo de tiempo, las mercancías no se venden realmente por encima ni por debajo de su precio medio, sino a este precio.
    Karl Marx en El Capital, tomo 1, capítulo IV:
    Cabe señalar que el engaño ha sido un componente del comercio a lo largo de la historia de la humanidad, pero, sin la actuación de un estado que conceda privilegios monopolistas, las leyes que rigen la circulación de mercancías, en el mercado, consiguen que las mercancías se acaben vendiendo por su valor de producción. Si en el intercambio de mercancías se produjera plusvalía, y aumentará el capital social, sería realidad la absurda ecuación de que dos cantidades de dinero diferentes son iguales:
    D = M = D' → ¡¡¡D = D'!!!
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    Circulación de mercancías. Valor objetivo de la mercancía y función subjetiva de utilidad marginal Empty El ciclo económico comercial capitalista

    Mensaje por Jordi de Terrassa Vie Mayo 06, 2016 7:00 pm

    El ciclo económico comercial capitalista
    Adam Smith en La Riqueza de las naciones escribió:Todo individuo trata de emplear su capital de tal forma que su producto tenga el mayor valor posible. Generalmente no pretende promover el interés público ni sabe cuánto lo está fomentando. Lo único que busca es su propia seguridad, sólo su propio beneficio, y al hacerlo, una mano invisible lo lleva a promover un fin que no estaba en sus intenciones. Cuando busca su propio interés, a menudo, promueve el de la sociedad más eficientemente que si realmente pretendiera promoverlo.
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    Teoría sobre el mercado
    David Ricardo en Principios de Economía Política y Tributación escribió:Cuando los precios de las mercancías bajan en un mercado debido a una oferta abundante, a una disminución de la demanda o a un alza del valor del dinero, un industrial acumula naturalmente una extraordinaria cantidad de artículos manufacturados, y no está dispuesto a venderlos a precios depreciados. Para hacer frente a sus pagos ordinarios, a los cuales atendía con la venta de sus mercancías, trata ahora de tomar el dinero en préstamo, y a menudo se ve obligado a pagar por él un interés elevado. Pero esto sólo es temporal, pues o bien las esperanzas del industrial estaban bien fundadas, o bien descubre que la demanda ha disminuido de modo permanente y no se resiste más al curso de las cosas: los precios bajan y el dinero y el interés recobran su valor real.
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    La forma más democrática de asignar recursos a la producción es el libre mercado, siempre y cuando el voto de los demandantes tenga el mismo valor, es decir, partan con el mismo poder adquisitivo. Aunque el libre mercado no siempre es la más eficiente forma de asignar dichos recursos, ya que la eficiencia depende que las decisiones se adopten de forma planificada y consciente, basadas en el conocimiento científico de las necesidades sociales y los recursos disponibles.

    Se define como libre mercado aquel en el que existe un gran número de compradores y vendedores de una mercancía, además de que se ofrecen productos similares. Igualmente existe libertad absoluta para los compradores y vendedores y no hay control sobre los precios ni reglamento para fijarlos. Lo que implica necesariamente una formación social con ausencia de estado y un limitado desarrollo de las fuerzas productivas, es decir, una sociedad con escasez de recursos, de “comunismo” primitivo o en la primera fase de desarrollo del comunismo. Las condiciones con las que debe cumplir son;
    · Homogeneidad del producto. Las mercancías ofertadas deben ser iguales o muy parecidas
    · Movilidad de recursos sin restricciones; los recursos deben poder movilizarse sin ningún problema entre usos alternativos, y los bienes y servicios deben ser vendibles donde quiera que el precio sea más alto.
    · Información de los agentes económicos; los cambistas conocen los precios de todos los productos, sus características y la existencia de posibles sustitutos.
    · Libre concurrencia; para que haya libre concurrencia es imprescindible la libertad de entrada y salida en las industrias, es decir, que no haya barreras que impidan a cualquier ser humano dedicarse a producir cualquier cosa.

    El perfecto libre mercado, en general, es democrático y eficiente en la asignación de recursos, siempre y cuando los demandantes de mercancías tengan los mismos votos, es decir recursos, y estén perfectamente informados, cuestiones éstas que no han ocurrido, ocurren, ni pueden ocurrir. Los ideólogos subjetivos del capitalismo dedican una gran cantidad de energías a explicar cómo funciona teóricamente algo que ni ha existido, ni existe ni puede existir en una sociedad dividida en clases sociales; el perfecto libre mercado, lo que les convierte en filósofos perfectamente idealistas.
    Karl Marx en Prólogo a la Contribución a la crítica de la economía política:
    Todo intercambio en el mercado se puede dar porque se encuentran en él dos cambistas, que a la vez son oferentes y demandantes de mercancías. Por otro lado, en el mercado, todo cambista busca obtener el máximo beneficio en el intercambio de mercancías. El demandante de mercancías obtiene el máximo beneficio si el valor de cambio de la mercancía es cero, por el contrario, el oferente de mercancías obtiene el máximo beneficio si el valor de cambio de la mercancía es igual al total del poder adquisitivo del demandante. Un cambista ofrece una mercancía y demanda otra, que otro cambista ofrece demandando la mercancía del primer cambista. El beneficio en el intercambio de mercancías no proviene de un recargo, si un cambista tiene la capacidad de aumentar el 10 % el precio de su mercancía ¿qué motivo impide al otro cambista aumentar su mercancía en otro 10 % o más? Todo cambista compra la mercancía del otro cambista con la suya, el primer cambista con su dinero compra el arroz del segundo y el segundo cambista con su arroz compra el dinero del primero. Solo el fetichismo del dinero, del economista vulgar, le impide comprender que el dinero es una mercancía cuyo valor de mercado está regido por las mismas leyes de producción y circulación que el resto de mercancías. En la compraventa de mercancías se traspasa la propiedad sobre el valor de uso, el valor se intercambia, cada cambista conserva el valor de cambio bajo otra forma de valor de uso.

    Existe otra condición para que exista intercambio en el mercado; que el bien para el oferente no tenga valor de uso, ya que si se usa no se puede cambiar, o si se cambia, no se puede usar. Si se come el arroz ya no se puede cambiar, de igual modo si se intercambia el libro ya no se puede leer. En el mercado se intercambian valores de uso diferentes con un valor de cambio equivalente. Por lo usual nadie intercambia 1 Kg de arroz por 1 kg de arroz, ni un billete de 5 € por un billete de 5 €, pero si se cambia un billete de 5 € por 5 Kg de arroz o un billete de 5 € por cinco monedas de 1 €, para utilizar una máquina expendedora, valgan como ejemplo de valor de cambio equivalente con valor de uso diferente.

    Todos los cambistas de mercancías conocen este hecho fundamental, que para el oferente sus mercancías tienen el mismo valor de uso, y este valor de uso es igual a cero. Independientemente del valor de uso que tiene para los oferentes sus mercancías, tienen un valor de cambio equivalente al de una tercera mercancía, que ya no podrán intercambiar por la suya, los teóricos del utilitarismo marginal lo llaman costo de oportunidad, 5 € pongamos por caso, con lo que el valor de cambio resulta ser también igual, para ambos cambistas. Resumiendo, desde el punto de vista del valor el cambio el valor es idéntico para los cambistas, desde el punto de vista del valor de uso, para los cambistas, como oferentes es igualmente idéntico ya que carecen de valor de uso alguno y por eso lo enajena, y como demandantes, puede ser igual o diferente, un mismo bien puede satisfacer diferentes necesidades usándose de forma diferente, no se puede comparar.

    En la compraventa de la fuerza de trabajo el capitalista no usa la fuerza de trabajo en el mercado. En el ámbito de la circulación la fuerza de trabajo no tiene valor de uso alguno ni para el trabajador ni para el capitalista. Al carecer de medios de producción la propia fuerza de trabajo no tiene valor de uso para el trabajador asalariado, motivo por el cual el trabajador se ve en la necesidad de alquilarla, y el capitalista la puede comprar por debajo del valor que por el uso de dicha fuerza de trabajo espera obtener. El capitalista puede usar la fuerza de trabajo del trabajador una vez ha sido intercambiada, en el ámbito de la producción. Cuando se formula que la ley de la plusvalía es igual al valor de uso de la fuerza de trabajo menos su valor de cambio hay que entender el proceso; el trabajador alquila su fuerza de trabajo en el mercado, aquí la fuerza de trabajo es un valor de cambio y no un valor de uso, el capitalista usa la fuerza de trabajo del obrero en la producción de una mercancía, aquí se transforma en un valor de uso y deja de ser un valor de cambio, el capitalista vende la mercancía, a la que el trabajador ha incorporado su fuerza de trabajo, aquí la fuerza de trabajo vuelve a ser valor de cambio y deja de ser valor de uso. La extracción de plusvalía por parte del capitalista no se produce en un acto instantáneo de intercambio sino en distintos actos diferenciados en el tiempo y en el espacio. El capitalista invierte su capital en fuerza de trabajo con el objetivo de obtener una plusvalía y aumentar su capital. El trabajador vende su fuerza de trabajo con lo que obtiene el dinero necesario con el que comprar los valores de uso necesarios para poder reproducir su fuerza de trabajo. El capitalista alquila fuerza de trabajo ajena en el mercado y su uso en la producción le reporta un beneficio subjetivo que no se puede medir, pero también con la venta en el mercado de lo producido le reporta un beneficio objetivo; la ganancia o plusvalía que se puede calcular y contar, entre otros sitios, en sus cuentas bancarias.

    En el mercado existen leyes, la oferta y la demanda, que regulan las oscilaciones de los precios de mercado en torno a su valor de cambio y las leyes del mercado son independientes de la voluntad subjetiva de nadie. La mano invisible del Adam Smith se transforma en Marx en el conocimiento objetivo de las leyes que rigen el libre mercado y que en el intercambio de valores no se produce plusvalía ni se aumenta el capital social.

    En el mercado no solo aparecen cambistas con preferencias subjetivas sobre el precio que están dispuestos a pagar por una mercancía, sino que los cambistas tienen un poder adquisitivo y unos costes de producción reales, regidos por leyes objetivas. De lo que podemos deducir que, en condiciones de libre mercado, el precio máximo al que tiende una mercancía es igual al menor poder adquisitivo que tiene uno de los demandantes, hasta completar la oferta de dicha mercancía, y se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que esta ley objetiva del mercado se corresponderá con el valor subjetivo que los cambistas percibirán con el paso del tiempo. De igual modo, desde el punto de vista de la oferta, el valor mínimo de una mercancía vendrá determinado por el valor de producción de la mercancía que, en el capitalismo, es igual al precio de coste más la ganancia media. Pero, independientemente de la función empresarial o de lo que subjetivamente piense cada cambista, la realidad objetiva es que con el intercambio de bienes en el mercado no se crea nueva riqueza, no se produce plusvalía y por tanto no se aumenta el capital social.

    Los teóricos de la utilidad marginal caen en una contradicción teórica, al tratar de explicar la formación de los precios de mercado, por la valoración subjetiva de la utilidad marginal que tiene el demandante sobre la mercancía. El valor de cambio de la fuerza de trabajo equivale al valor de los artículos socialmente necesarios que el trabajador asalariado necesita para mantenerse y reproducirse, teniendo en cuenta que el que usa y demanda fuerza de trabajo es el capital, en consecuencia lógica; es la voluntad subjetiva del capitalista la que determina el poder adquisitivo de la fuerza de trabajo, he aquí el verdadero propósito de los subjetivos teóricos de la utilidad marginal, pero, al determinar de forma directa el poder adquisitivo de los trabajadores asalariados determina de forma indirecta los precios de los artículos de consumo para trabajadores asalariados, por lo que resulta que es la voluntad subjetiva de los capitalistas la que determina la ganancia del capital, ya que en las sociedades modernas son los capitalistas los que ofrecen esos productos en el mercado. En consecuencia, es la voluntad subjetiva de los capitalistas la que determina el valor de cambio de las mercancías actuando unas veces como demandantes de fuerza de trabajo, otras como oferentes de las mercancías que consume la fuerza de trabajo, al mismo tiempo que determina la ganancia del capital. Por el contrario, si es la voluntad subjetiva de los trabajadores asalariados actuando como demandantes de las mercancías que consumen, los que determinan su valor de cambio, teniendo en cuenta que la fuerza de trabajo es un factor de producción, es el valor de producción quien subjetivamente determina el valor de cambio de las mercancías que produce, por lo menos el valor de las mercancías que consumen los trabajadores asalariados. Situación a la que se oponen los subjetivos teóricos de la utilidad marginal.

    Las leyes de la oferta y de la demanda son explicadas por los subjetivos teóricos de la utilidad marginal como sigue;
    · Ley de la oferta; todo aumento o disminución en la oferta de una mercancía, manteniéndose constante el resto de factores, hace que aumente o disminuya su valor de cambio.
    · Ley de la demanda; todo aumento o disminución en la demanda de una mercancía, manteniéndose constante el resto de factores, hace que aumente o disminuya su valor de cambio. Los subjetivos teóricos de la utilidad marginal hacen prevalecer de forma determinante la demanda sobre la oferta.

    Leyes de la oferta y de la demanda, tendencia a la igualación de la tasa de ganancia
    Karl Marx y Frederich Engels en El Capital, tomo III, capítulo X:
    En economía política el valor de cambio de una mercancía está determinado por el valor de la fuerza de trabajo socialmente necesaria para producir la mercancía. En condiciones de libre mercado el precio de venta de las mercancías acaba por coincidir con su valor de producción, valor que es la suma del precio del coste de producción más la ganancia media. La ley de la oferta y la demanda opera este proceso y es independiente de la voluntad subjetiva de los cambistas;
    · Si en la producción y venta de una mercancía la ganancia está por encima de la media, los capitales afluirán a la producción de dicha mercancía, aumentará la oferta de la mercancía lo que provoca la bajada del precio de mercado, haciendo descender la ganancia hacia su tasa media.
    · De igual forma, si en la producción y venta de una mercancía la ganancia es menor que la ganancia media los capitales emigrarán, la oferta de la mercancía disminuirá subiendo el precio de mercado de la mercancía, haciendo subir la ganancia hacia su tasa media.


    La tasa de ganancia capitalista es lo que determina, en última instancia, la oferta de una determinada mercancía. El poder adquisitivo de los demandantes de una mercancía determina, en última instancia, la demanda de dicha mercancía. En el corto plazo la variación en la relación entre la oferta y la demanda, sobre una mercancía, tiende a aumentar o disminuir su precio en el mercado, en el largo plazo aumenta o disminuye la cantidad producida de dicha mercancía.

    Este comportamiento, de las leyes de la oferta y la demanda, fue “descubierta” para la economía oficial por Alfred Marshall. Como las leyes de la oferta y la demanda hacen oscilar el precio de mercado entre el pecio de producción y la capacidad adquisitiva de los demandantes, ha sido estudiado por Paul Samuelson bajo el concepto de elasticidad-precio de la demanda:
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    Donde ED es la elasticidad de la demanda, ∆Q y ∆P son las variaciones en las cantidades vendidas y los precios de venta respectivamente, P1 y Q1 representan el precio y la cantidad originales y P2 y Q2 el precio y la cantidad nuevos.

    Y con el concepto de elasticidad-precio de la oferta:
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    Determinando que el precio de las mercancías no varía las necesidades de los usuarios, en consecuencia no altera la demanda, por el contrario, las necesidades no cubiertas de los demandantes, al bajar los precios, y convertirse en asequibles, aumentan las ventas, y demostrando, de paso, con el descubrimiento de la existencia de mercancías con escasa elasticidad de demanda, o con gran elasticidad de oferta, en las cuales el precio de mercado no es función de la demanda, es decir, que la utilidad marginal del consumidor no afecta al precio de la mercancía.
    Paul Samuelson y Willlam D. Nordhaus en Economía, capítulo 4 escribió:La paradoja de la cosecha abundante tiene aquí una aplicación interesante. Algunos estados intentan ayudar a los agricultores reduciendo su producción. ¿Cómo podría esta medida beneficiar a los agricultores? Si el Departamento de Agricultura obliga a todos los agricultores a reducir su producción, la curva de oferta se desplaza hacia arriba y hacia la izquierda. Como la demanda de alimentos es inelástica, las restricciones a las cosechas no solamente elevan los precios de los cultivos sino que también tienden a aumentar los ingresos y las ganancias totales de los agricultores. De la misma manera en que las cosechas abundantes dañan a los agricultores, las restricciones a la producción tienden a aumentar los ingresos agrícolas. Por supuesto que dichas restricciones y precios mayores afectan negativamente a los consumidores, de la misma manera en que lo haría una inundación o una sequía que ocasionara escasez de alimento…

    …Alguna vez la agricultura fue la industria estadounidense más grande. Hace cien años, la mitad de la población de ese país vivía y trabajaba en granjas, pero ese número se ha reducido a menos de 3% de la fuerza laboral en la actualidad. Al mismo tiempo, los precios de los productos agrícolas se han reducido en relación con los ingresos y otros precios de la economía.
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    Se mantienen los ingresos de las empresas agrícolas sobre la base de desabastecer el mercado, eliminando el libre mercado.

    Samuelson demuestra que el libre mercado tiende a destruir la producción capitalista, por otro lado, también demuestra como el descenso de la fuerza de trabajo socialmente necesaria para producir una mercancía, reduce el valor de cambio de dicha mercancía. Lo que viene a corroborar lo expuesto por Marx en El Capital.

    Algunos teóricos de la utilidad marginal niegan que sea la concurrencia entre capitalistas, en el mercado, la que tiende a igualar la tasa de ganancia capitalista y, como consecuencia a reducir el precio de las mercancías. Establecen que es la percepción subjetiva de los consumidores sobre la utilidad marginal de las mercancías, y por lo tanto, del precio que están dispuestos a pagar, la que tiende a igualar el precio de las mercancías y, como consecuencia, la tasa de ganancia del capital. El precio de mercado lo establece la voluntad subjetiva del demandante, salvo en los mercados reales donde los oferentes de mercancías desconocen las categorías de la subjetiva utilidad marginal, o las ignoran para desventura de los demandantes. El aumento en la oferta de mercancías es función de la tasa de ganancia y el aumento en la demanda de valores de uso está en función del poder adquisitivo de la demanda.

    Teoría de la tendencia a la concentración del capital
    Karl Marx y Frederich Engels en El Capital, tomo III, capítulo X:

    Con un ejemplo se puede ilustrar de forma empírica como la concurrencia capitalista actúa en el mercado, igualando la tasa de ganancia de los diferentes capitales, concentrando los capitales cada vez en menos manos y reduciendo los precios de mercado. Un capitalista ha desarrollado un proyecto industrial sobre la base de aplicar nuevos descubrimientos tecnológicos y una nueva organización empresarial.

    Se definen las siguientes variables:
    · Capital fijo (Cf); es el precio de mercado de los medios de trabajo bajo relaciones de producción capitalistas, herramientas y maquinaria que utiliza el trabajador y que no se consumen en un único proceso de producción.
    · Capital circulante (Cc); es el precio de mercado de los objetos de producción bajo relaciones de producción capitalistas, materias primeras y secundarias que se consumen íntegramente en un proceso productivo.
    · Capital variable (Cv); es el precio de mercado de la fuerza de trabajo.
    · Ganancia o plusvalía (g); es la diferencia entre el precio de mercado y el precio de costo, que sumado al capital variable es el valor del uso de la fuerza de trabajo.
    · Precio de costo (Pc); es la suma del precio del capital fijo más el capital circulante más el capital variable.
    · Precio de mercado (Pm); es la cantidad de dinero por la que se vende-compra la mercancía.
    · Precio de producción (Pp); es la suma del precio de costo más la ganancia media.
    · Tasa de ganancia (g’); es la razón entre la ganancia y el precio de coste.
    · Tasa de plusvalía (p’); es la razón entre la ganancia y el capital variable.
    · Valor de producción (Vp); es el valor de la cantidad de fuerza de trabajo socialmente necesaria para producir una mercancía.
    · Valor de cambio (Vc); es la proporción en que una mercancía se intercambia por otras. El valor de cambio de una mercancía puede variar permaneciendo fijo su precio de mercado.

    El capitalista calcula obtener una tasa de ganancia del 175 % mayor que la media. En la rama de producción donde producirá su mercancía, se caracteriza por una composición orgánica media del capital y los siguientes resultados medios:
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    Debido al desarrollo desigual del capital no todos los capitales son iguales, no tienen la misma composición orgánica, la misma organización, los mismos precios de coste ni los mismos resultados, a modo de ejemplo, se pueden definir cuatro tipos diferentes de capitales a, b, c y d que se desglosan de la siguiente forma:
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    El capitalista después de estudiar el mercado, prevé una demanda creciente de esta mercancía, y comprueba que la mitad de los capitales empiezan a estar técnicamente obsoletos, ya que, aunque tienen ganancias contables, tienen perdidas empresariales y, lo que es más importante para el capitalista, no podrán hacer frente a la creciente demanda, lo que indica una clara oportunidad de negocio.

    Cuando la nueva empresa empieza a producir al cien por cien de su capacidad, la composición de los capitales queda como sigue:
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    El rendimiento obtenido es del 30’22 %, un 174 % de la tasa de ganancia media del sector, un 1 % menos de lo estimado.

    Cuando la empresa funciona a pleno rendimiento la demanda no puede absorber toda la producción, se da una situación de superproducción relativa. Al aumentar la oferta por encima de la demanda los precios bajan un 10 %, con lo que algunos capitales entran en pérdidas reales, sus costos de producción son mayores que los precios de mercado:
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    Los capitales obsoletos entran en crisis y son expulsadas del mercado, aunque el sector en general obtiene beneficios. Debido al permanente exceso de la oferta sobre de la demanda se declara una guerra comercial y los precios bajan otro 10 % con lo que nuevas empresas van a la quiebra:
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    El sector entra en crisis, aunque algunas empresas continúan obteniendo beneficios, debido a la diferente composición orgánica de los distintos capitales. Debido a la crisis del sector, se reduce la demanda de medios de producción y de fuerza de trabajo y, como consecuencia, los precios de costo han bajado un 2 %. La quiebra y cierre de empresas ha reducido la oferta por debajo de la demanda y los precios se recuperan el 12 %:
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    En la nueva situación los capitales han quedado reducidos a tres tipos de capitales en cuanto a su composición y resultados. La tasa de ganancia que obtiene el capitalista es del 15’35 %, un 101 % de la tasa de ganancia media del sector. Algunos capitales empiezan a estar técnicamente obsoletos ya que al precio de mercado sus tasas de ganancia están por debajo de la media, es decir, aunque tienen ganancias contables tienen pérdidas empresariales…

    Debido al desarrollo de las fuerzas productivas que desencadenó la búsqueda del máximo beneficio, ha provocado el abaratamiento tanto de los costes de producción como los valores de mercado, un aumento del capital fijo con respecto al variable, ha disminuido la tasa general de ganancia y aumentado la tasa general de plusvalía. Después de la superproducción relativa de capital y superada la crisis la situación general de la rama de producción ha quedado en la misma situación que antes de empezar el ciclo comercial, con la salvedad que ha aumentado la concentración del capital. La lógica del capital es; de crisis de superproducción relativa de capital en crisis de superproducción relativa de capital hasta la crisis de superproducción absoluta, que pondrá fin al modo de producción capitalista.

    La economía política establece que en el libre mercado no se produce plusvalía, que se intercambian valores iguales, que los precios y valores de mercado acaban coincidiendo con su precio y valor de producción. Debe ser por estas causas que los políticos profesionales, de la revolución o no, están en contra del libre mercado y quieren regularlo.
    Friedrich Engels en Prefacio a la primera edición alemana de Miseria de la filosofía :

    Saludos.
    Jordi de Terrassa
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    Circulación de mercancías. Valor objetivo de la mercancía y función subjetiva de utilidad marginal Empty Re: Circulación de mercancías. Valor objetivo de la mercancía y función subjetiva de utilidad marginal

    Mensaje por Jordi de Terrassa Miér Mayo 11, 2016 8:25 pm

    Este hilo forma parte de un conjunto que pueden titularse Apuntes de economía, más que una investigación, es un estudio sobre las investigaciones de otros autores, de ahí la utilización de gran cantidad de citas y de la extensión de algunas de ellas. El estudio es sobre algunas leyes de las llamadas ciencias sociales y los conceptos que utilizan. El estudio está dividido en cuatro secciones, teoría del conocimiento, materialismo histórico, economía política y lucha de clases en España.

    El folclorismo izquierdista es revisionismo subjetivista. Un análisis de la actualidad de Movimiento comunista en lucha contra el subjetivismo como el principal error teórico del Movimiento Comunista Internacional. El folclorismo izquierdista, en sus proclamas, continuamente utiliza términos como marxismo, materialismo, ciencia, …, como los jóvenes "marxistas" en tiempos de Engels, sin embargo, tanto los unos como los otros son flojos en el estudio y prefieren adherirse a una doctrina teológica a la que llaman "marxismo-…". Si el “marxismo” es la doctrina que predica el folclorismo izquierdista, hay que proclamar; “tout ce que je sais, c'est que je ne suis pas marxiste”;
    Friedrich Engels en Carta a Konrad Schmidt escribió:Marx había dicho a fines de la década del 70, refiriéndose a los «marxistas» franceses, que «tout ce que je sais, c'est que je ne suis pas marxiste*»…

    …Usted, que ha hecho realmente algo, habrá notado por fuerza qué pocos de los literatos jóvenes que se cuelgan al partido se toman la molestia de estudiar Economía política, historia de la Economía política, historia del comercio, de la industria, de la agricultura, de las formaciones sociales. ¡Cuántos conocen a Maurer sólo de nombre! La suficiencia del periodista tiene que suplirlo todo, y así anda ello. A veces, parece como si estos caballeros creyesen que para los obreros cualquier cosa es buena. ¡Si supiesen que Marx no creía nunca que incluso sus mejores cosas eran bastante buenas para los obreros y que consideraba un crimen ofrecer a los obreros algo que no fuese lo mejor de lo mejor!...
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    *Todo lo que yo sé, es que yo no soy marxista

    Teoría del conocimiento. Sobre los principios ideológicos y el punto de vista filosófico
    Ideología comunista. Violencia, dictadura y democracia. Trata sobre la ideología comunista como ideología opuesta a todo tipo de estado, se definen las nociones de dictadura y democracia, el papel histórico de la violencia y su relación con el estado en la ideología comunista, así como las dos fases de la sociedad comunista y el período de transición desde el capitalismo. Se define el revisionismo, o folclorismo de izquierdas "marxista", y el anarco-capitalismo como folclorismo de derechas, se estudia el libre mercado y la planificación económica a la luz de la ideología comunista.

    Lucha de clases en la URSS, en la R. P. de China, y revisionismo. Se esboza un análisis de la lucha de clases en la extinta URSS, y en la República Popular China, de los errores de principios ideológicos y de las concepciones subjetivistas en el Movimiento Comunista Internacional, lo que algunos han dado en llamar el ciclo de octubre.

    Materialismo dialéctico, ¿la filosofía comunista?. Se estudia una concepción filosófica materialista, la relación entre materia e ideas, se define las concepciones de sensación, emoción y percepción, así como la relación entre idolología filosofía y ciencia y se propone un criterio de verdad. Se estudia concepciones y tesis filosóficas con apariencia materialista pero que realmente son subjetivismo ideológico, revisionismo folclórico de izquierdas "marxista", junto a concepciones filosóficas sobre la sociedad propias del folclorismo de derechas, declaradamente de subjetivismo idealista.

    Dialéctica de la materia. Ciencia y subjetivismo filosófico. Se estudia como solo las leyes científicas, no las tesis filosóficas que solo sirven para extraviar a la ciencia, dan conocimiento objetivo sobre la realidad material, cómo, dicho conocimiento, puede servir para transformar la realidad conforme a las leyes objetivas del movimiento material, y la relación que guardan entre sí las diferentes leyes científicas.

    Materialismo histórico. Sobre el desarrollo de las fuerzas productivas y relaciones de producción
    Materialismo histórico. Sucesión de formaciones sociales y filosofía subjetiva de la historia. Se estudia el desarrollo histórico de las sociedades humanas, el desarrollo de las fuerzas productivas, los modos de producción, la sucesión de las formaciones sociales, la aparición del mercado y de la lucha de clases. Se definen diferentes modos de producción y conceptos como formación social, clase social, lucha de clases, etc…

    Desarrollo histórico de las relaciones capitalistas de producción. Se esboza la aparición del modo de producción capitalista, la necesaria acumulación primitiva de capital y la imprescindible producción de la mercancía fuerza de trabajo, y diferentes fases de su desarrollo el gremio, la manufactura, la industria y la gran industria. Al igual que diferentes clases de capital, el capital comercial, el agrario, el industrial y el bancario. De igual modo se esbozan las líneas generales de algunas escuelas de pensamiento económico, como la escuela de Salamanca, el mercantilismo, la fisiocracia hasta la conversión de la economía en ciencia con Adam Smith.

    Usura, capital financiero e imperialismo. Se analiza el ciclo económico del capital bancario, la forma en que con el capital bancario aparece una nueva clase social los gerentes profesionales del capital, la evolución histórica del capital bancario y como éste se convirtió en hegemónico sobre el capital comercial, el agrario y el industrial a finales del siglo XIX. También se apunta cómo el capital comercial y el agrario desarrollan el colonialismo, el capital industrial el librecambismo, el capital bancario conduce de forma inexorable, por la ley de la tendencia al monopolio del capitalismo financiero, al imperialismo como fase ulterior del capitalismo y, finalmente como el imperialismo se redujo a dos superpotencias hegemonistas, los cambios en la lucha por la hegemonía mundial y como la lucha hegemonista conduce a la extinción del capitalismo.

    Economía política. Sobre la producción, circulación, distribución y consumo de mercancías
    Circulación de mercancías. Valor objetivo de la mercancía y función subjetiva de utilidad marginal. Se estudia la circulación capitalista y el ciclo económico comercial del capital, diferentes conceptos de la economía política; el dinero y como sustituyó al trueque en el intercambio de mercancías, diferentes tipos de dinero como el dinero mercancía, el fiduciario, el dinero bancario y la evolución histórica de las diferentes leyes del intercambio de mercancías. Así y como los conceptos de mercancía y libre mercado, los conceptos de recurso natural, de utilidad, de valor de uso y de valor de cambio. Al igual que se estudia la ley general del valor de cambio de una mercancía, como la ley de la oferta y la demanda tiende a igualar la tasa de ganancia capitalista y a la concentración del capital. También se definen los conceptos de precio de mercado, capital fijo, capital circulante, capital variable, precio de costo, precio de producción, valor de producción, la ganancia capitalista o plusvalía, la tasa de ganancia y la tasa de plusvalía.

    Producción de mercancías en el capitalismo. Teoría sobre el valor y el precio de las mercancías. Se estudia las leyes de producción capitalista de mercancías, se define los conceptos de trabajo, fuerza de trabajo, como la fuerza de trabajo genera un plus-trabajo, mediante el desarrollo de las fuerzas productivas y la división técnica del trabajo o ley de asociación de Ricardo. El ciclo económico industrial, la ley del valor y de la ganancia capitalista, la ley de la tasa de ganancia y de la tasa de plusvalía.

    Distribución capitalista de mercancías, consumo y ánimo de lucro . Se estudia la distribución de la plusvalía entre diferentes clases sociales, así y como el subjetivismo acientífico de la preferencia temporal por el consumo en la escuela austríaca, del multiplicador keynesiano del ingreso y el monetarismo neoliberal. También se estudia el límite demográfico a la expansión capitalista, el estancamiento sistémico del capitalismo y las alternativas para el desarrollo de las fuerzas productivas.

    Lucha de clases en España. Sobre la producción y distribución de plusvalía y la crisis económica española
    Las clases sociales en España. Límites de la democracia española. Es una aplicación de los conceptos y leyes estudiados en las anteriores secciones a la formación social española. Se estudian las diferentes clases sociales y su desarrollo histórico. También se estudia las carencias democráticas del estado español, estado al servicio de los intereses económicos y políticos de oligarquías financieras, de igual modo se estudia la cuestión nacional en España, las diferentes nacionalidades su evolución histórica y las relaciones de dominación del estado con las minorías nacionales.

    La plusvalía en España, su producción y distribución. Se estudia la producción de plusvalía en España, su evolución durante la crisis económica y su distribución entre diferentes clases sociales, así como las exigencias del imperialismo sobre la oligarquía española.

    La crisis económica española. Causas y consecuencias. Se estudia la crisis económica en España, sus causas y consecuencias, entre otras; la enorme e impagable deuda. También se estudian los privilegios económicos de los oligarcas y financieros en España.

    Programa mínimo de transformaciones económicas y políticas para España

    Aunque se pueden leer de forma aleatoria es aconsejable leerlos en el orden indicado.

    Todos los hilos se pueden descargar en formato .pdf del siguiente enlace;
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    Apuntes de economía
    Subjetivismo filosófico y ciencia

    Saludos.

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