Voy a copiar algo de mi propio
Facebook. Si veo que a alguien le interesa puedo agregar los enlaces a las publicaciones originales. La primera es de hoy, pero no las demás:
A la muerte de Fidel Castro, su figura histórica sólo puede ser mesurada en su justa medida por quienes comprendimos, por un lado, el carácter revolucionario y socialista de la Revolución Cubana; pero también, por el otro, que la burocratización del régimen político y su política de colaboración con las burguesías nacionales latinoamericanas (en su última intentona fallida de liberación), e incluso con el propio imperialismo, llevaron a un completo impasse no ya al proceso revolucionario mismo, sino a la figura de Cuba como referencia política de las masas de la región.
En su momento, un sector de la Izquierda había negado este mismo carácter revolucionario de la entrada de Fidel a La Habana. El morenismo latinoamericano, por ejemplo, estaba subordinándose políticamente al nacionalismo burgués, y se vió forzado a suscribir a la tesis del peronismo argentina de una "revolución gorila" (al estilo de la Revolución Libertadora). A su vez, los lazos políticos que tenía Perón con Batista demuestran la traición de las burguesías nacionales a sus propias consignas de liberación nacional. Posteriormente el morenismo evolucionaría hacia el pablismo. Así, varias organizaciones morenistas hoy en día ponen el signo igual entre castrismo-guevarismo y stalinismo, olvidando que si el movimiento de Fidel pudo tomar el poder y expropiar luego al capital fue porque no se ligó con el stalinismo y rompió con sus propias limitaciones pequeñoburguesas, de la misma forma que el PC chino tomó el poder contrariando al stalinismo (en ambos casos la política del PC era de alianza con el gobierno derrocado: entre los ministerios de Batista había funcionarios del PC). Pero del otro lado, también, otro sector de la Izquierda confía en que el fortalecimiento de la burocracia en Cuba abre una perspectiva de resistencia frente a la penetración del capital.
Hoy en día, la restauración del capitalismo en la isla no nace sólo de las presiones del imperialismo, sino también de las tendencias de la misma burocracia castrista a saquear las bases sociales del Estado obrero (burocratizado y en proceso de descomposición y transición). Por eso, las viejas consignas que el Che y Fidel habían levantado en su momento hoy sólo pueden volver a tener vigencia de la mano de la lucha por la organización independiente de los sindicatos, el desarrollo de la autonomía política de la clase obrera y la perspectiva de un gobierno de trabajadores: expulsar a la burocracia en defensa de la gloriosa revolución socialista cubana.
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En las últimas décadas, la Revolución Cubana ha quedado replegada como foco de referencia para las masas de América latina, incluso por la aparición de nuevas experiencias políticas que desataron enormes ilusiones políticas en los explotados.
La razón principal ha sido el impasse completo que ha alcanzado el régimen político de la isla y su política de colaboración con las burguesías nacionales y el propio imperialismo. Existe una tendencia a descalificar su resultado histórico.
Sin embargo sigue representando una referencia para los trabajadores de América Latina, en especial por su capacidad de resistencia al mayor imperialismo de todos los tiempos (¡¡¡a noventa millas de sus costas!!!). Mantuvo, además, su peculiaridad histórica frente a la restauración capitalista en la ex URSS y a la vigorosa penetración del capitalismo en China y Vietnam. La aceptación, por parte de EEUU, de relaciones diplomáticas con Cuba, constituye un recule político del imperialismo, luego de más de medio siglo de bloqueo, con independencia de que tenga la misma finalidad de reanudar la colonización capitalista de la isla. El bloqueo sigue en pie, aunque disminuido, como un arma de extorsión para imponerle al país las pretensiones imperialistas.
Con manifiestos zigzagueos, Cuba ha encarado, una salida a su estancamiento económico por la vía de una colaboración del capital internacional, y por una política de ajuste y de mayor diferenciación social. No tiene la posibilidad, sin embargo, de reproducir las características del camino de China hacia el capitalismo, porque no tiene la posibilidad de ofrecer un mercado interno al capital internacional, sino convertirse en una plataforma de exportación y un paraíso turístico e inmobiliario. En última instancia, convertiría a Cuba en una suerte de Puerto Rico o Haití. El camino chino ha conducido a la propia China a una crisis de potencial monumental y al mismo tiempo a un desarrollo cada vez más impetuoso de la lucha de clases de la clase obrera. La bancarrota capitalista mundial opera, por un lado, como un factor de presión para la apertura completa de Cuba al capital internacional y, por otro lado, como un límite insalvable a sus posibilidades, porque acentuará el impasse del régimen político y la lucha de los trabajadores.
Cuba sigue siendo una sociedad en transición, con la peculiaridad de que está gobernada por una fuerte burocracia estatal y una tendencia interna cada vez más amplia, que favorece la privatización de la propiedad pública. Esta condición le da al planteo de asociación con el capital extranjero una fuerte connotación restauracionista. Si el proceso de China sirve de ejemplo, la perspectiva de una renovación revolucionaria en Cuba pasa por la lucha por la organización independiente de los sindicatos, el desarrollo de la autonomía política de la clase obrera y la perspectiva de un gobierno de trabajadores.
[Tesis de la conferencia sobre América Latina:
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Algo que siempre me llamó la atención de la crisis histórica de la Izquierda es que las posiciones ultra-izquierdistas no sólo no son antagónicas a las centristas, conservadoras o derechizadas, sino que se terminan retroalimentando en una dinámica contradictoria (lamarla "dinámica dialéctica" se me hace muy chanta). Parafraseando un poco al Sr. Presidente: Que en algunos lugares sobre agua provoca que en otros sobre y viceversa.
Pongo por caso la caracterización del PTS [uno de los principales partidos de la Izquierda de mi país, Argentina] sobre la Revolución Cubana. Es un partido con errores que de fondo son democratizantes. Entre ellos, el "fetiche soviético": La participación independiente de los trabajadores toma la estricta forma de soviets, o no es participación independiente de los trabajadores; abstrayendo en el camino el papel del partido.
Un detalle extraño de la Revolución Cubana es precisamente que la clase obrera intervino con una huelga general insurreccional, pero su intervención activa no adopta esa forma "soviética pura". El PTS diagnostica, por lo tanto, que fue una revolución encabezada por la burocracia; habría alumbrado desde un Estado obrero degenerado (burocratizado) desde su propio comienzo.
¡Un error en toda línea! Justamente, la revolución social en nuestros días es la destrucción del aparato estatal de la burguesía y la toma del poder por parte de la clase obrera. La dinámica revolucionaria es antagónica a cualquier burocracia, la destruye necesariamente como consecuencia de su propio desarrollo. Si el Stalinismo actuó con un rol contra-revolucionario fue precisamente porque fue la expresión política consciente (¡consciente!) de la burocracia soviética, en defensa de sus intereses (¡incluyendo su propia supervivencia!). Asfixiaron la revolución por no poder (¡no poder!) dejar al movimiento obrero desenvolverse con independencia. ¡No se entendería el papel histórico contra-revolucionario del Stalinismo si olvidamos esto!
Comienzan con un error democratizante, terminan con un error filo-stalinista.
(Tomo como fuente un artículo del PTS, sin mediación alguna:
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Agrego algo más, de fondo:
Los historiadores tanto stalinistas como pro-imperialistas plantean que el carácter sustancial del bolchevismo está dado por su alto grado de centralización organizativa y política. Se trata de una falsificación histórica al servicio de un interés social anti-obrero, anti-popular.
La Socialdemocracia europea era igual o el doble de centralizada. La organización bolchevique se formó inspirada en ella.
Lo que diferenció al bolchevismo fue su posición de clase, su postura de cara a la guerra mundial ('no dejarse llevar' por la burguesía nacional), desplegar la intervención parlamentaria sujetada a una estrategia revolucionaria (en lugar de subordinar la acción directa al parlamentarismo reformista).
[La fuente es
Broué, Pierre. "El Partido Bolchevique", Ediciones Alternativa, Buenos Aires, 2007]
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Hoy es el natalicio (parece ser que así se le dice al cumpleaños cuando ya estás muerto) número no sé cuánto de Simón Bolívar. Una buena excusa para recordar que, aunque usted no lo crea, Marx logró dejarnos una caracterización sobre él.
¿Y qué dijo? Que no expresó las tendencias más revolucionarias de la burguesía industrial, sino las más conservadoras de la burguesía comercial (adaptada contradictoriamente al régimen pre-capitalista) y de la propia clase en su conjunto.
La burguesía está dispuesta a proclamar un régimen jurídico-político moderno y republicano, pero la "democratización" (entendida como la intervención popular en la política, incluyendo el voto universal) ha sido históricamente una conquista de las masas a costa de la misma burguesía.
Bolívar lo expresó a un punto tal que terminó estableciendo su propia dictadura personal, de carácter bonapartista. Siempre arbitró para evitar lo que él llamaba una "guerra de colores" (el antagonismo social). Llegó a fusilar a uno de sus mejores oficiales por el temor a que pudiera ser un factor de agitación popular. Los esclavos de Venezuela no alcanzaron la libertad sino hasta... ¡1854!
¿Por qué el chavismo reivindica tanto a Bolívar, entonces? Porque es el líder bonapartista, que concentra todo el poder en torno suyo y de su camarilla (privando a las masas), en el que mejor se ve expresada la decadente burguesía latinoamericana: incapaz de llevar hasta el final su propia revolución de independencia, e incapaz de hacerlo ahora. No es posible luchar por esa independencia nacional sin romper el régimen de la propiedad burguesa (expropiar al capital imperialista) y sin la movilización de masas. Por eso todos los movimientos nacionales de contenido burgués (desde Chávez hasta Perón) capitulan ante el imperialismo cuando pierden o están por perder el control de los trabajadores, su capacidad para contenerlos.
Para "pensar al marxismo en clave latinoamericana" no hay que ser chavista, hay que ser trotskista, querido.
[Comentario de un historiador, Daniel Gaido de la Universidad Nacional de Córdoba: "Según Lynch, la burguesía o, como él dice, la élite urbana no era una fuerza poderosa en las nuevas naciones. La retirada de los españoles, el dominio comercial de los empresarios extranjeros y la importancia política de la nueva base de poder -la hacienda-, todo se combinó para reducir el poder y la riqueza de la élite urbana y disminuir el papel de las ciudades. El poder político ahora sería ejercido por aquéllos que tenían el poder económico, y éste estaba basado en la tierra, un activo que se mantuvo firmemente en las manos de un grupo relativamente pequeño de criollos que comenzó a movilizar a la mano de obra aún más eficazmente que sus predecesores coloniales. En efecto, Bolívar presidió sobre una ruralización del poder en la que sus colaboradores inmediatos jugaron un papel de liderazgo (Lynch, 2007, p. 147)."]