La realidad de la globalización imperialista
Raymond Lotta
1 de marzo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
tomado del blog 'Odio de clase'
El 19 de febrero, el New York Times Book Review (sección de reseñas de libros) presentó una reseña hecha por Franklin Foer. A mitad de su comentario, Foer declara despreocupadamente: “En general, gracias al avance del capitalismo, nosotros vivimos en un mundo con menos pobreza abyecta, menos enfermedad, menos opresión y mayor prosperidad material”.
Al cual yo sólo puedo responder: ¿en qué mundo vive usted, Sr. Foer… y a quién se refiere, exactamente, con eso de “nosotros”?
El mundo en que de hecho vivimos
Veamos: “gracias al avance del capitalismo” (para retomar esa frase congratulatoria de Foer), el mundo actual en que vivimos es un mundo de pobreza agotadora y generalizada — y una creciente desigualdad grotesca:
Uno de cada 10 personas en el planeta sobrevive a duras penas con menos de $2 al día; y 2.4 mil millones de seres humanos (uno de cada tres) carecen de acceso a una letrina rudimentaria.1
16.000 niños, en su inmensa mayoría en el Tercer Mundo, mueren a diario de desnutrición y enfermedad prevenibles; 168 millones de niños viven atrapados en el trabajo infantil; y 40 por ciento de la población juvenil activa del mundo o bien sufre del desempleo o vive en la pobreza.2
Ocho hombres (siete de ellos en Estados Unidos) poseen un valor neto igual a lo que posee la mitad más pobre de la humanidad — ¡son ocho multimillonarios y 3.7 mil millones de personas! De 1988 a 2011, los ingresos del 10 por ciento más pobre de la población aumentaron en sólo $65 por persona, mientras los ingresos del uno por ciento más rico aumentaron en $11.800 por persona — 182 veces más.3
Por lo que, repito, ¿a quién se refiere Foer con eso de “nosotros” y quién es el beneficiario de su “mayor prosperidad material”?
“Gracias al avance del capitalismo”, el mundo actual en que vivimos es un mundo de guerras asesinas… de dislocación y desposesión sistemática… y de la brutal subyugación y deshumanización de las mujeres:
655.000 iraquíes resultaron muertos en los 40 meses después de la invasión estadounidense en 2003.4
De cuatro a cinco millones de personas resultaron muertos o murieron en El Congo entre 1998 y 2007 como resultado de una guerra civil en un país sangrado y saqueado despiadadamente por el colonialismo y el imperialismo durante 140 años.5
65 millones de personas, casi una de cada 100 personas en el mundo, han sido desplazadas forzosamente de sus hogares y patrias debido a la guerra, la pobreza, la persecución y/o la devastación ambiental. El número actual de refugiados es mayor que en cualquier otro período después de la Segunda Guerra Mundial.6
Una de cada tres mujeres sobre este planeta experimenta la violencia física o sexual en su vida.7
¿Cómo encajan esos seres humanos en el mundo (ficticio) de Foer de “menos opresión”? Están fuera de la vista, o se consideran como daño colateral, desde la perspectiva de quien está sentado en la cabina de primera clase de la globalización imperialista.
“Gracias al avance del capitalismo”… es posible que la humanidad no tenga un mundo sustentable en que vivir. El planeta se aproxima a un peligroso momento crítico ambiental.
2016 fue el año más caluroso en el planeta desde que llevan registros — y 16 de los 17 años más calurosos ocurrieron entre 2001 y 2016.8
El hielo ártico se derrite a una velocidad cada vez mayor, y el nivel del mar ya subió 20 cm — y se predice que subirá 91 cm para 2100— lo que amenaza a las naciones isleñas, comunidades isleñas y regiones y ciudades costeras bajas por todo el mundo.9
El aire contaminado ahora causa la muerte prematura de 5.5 millones de personas al año.10
Sólo 90 corporaciones, principalmente compañías petroleras y de gas natural, son responsables de dos tercios de las emisiones de gases del efecto invernadero generadas desde el comienzo de la edad capitalista-industrial en 1750. La mitad de las emisiones ocurrieron solamente en los últimos 25 años (cuando ya se conocía bien el hecho científico sobre los combustibles fósiles y el calentamiento global).11 Y ahora Donald Trump promete abrir de lleno las llaves de los combustibles fósiles.
Así va el “avance del capitalismo”.
Cómo avanza el capitalismo
El capitalismo-imperialismo envuelve cada vez más de la vida humana y la geografía y los recursos del planeta en su red de relaciones económicos y del poder. Esto es un sistema económico y un orden social organizado en torno a las ganancias, en el cual un pequeño grupúsculo de personas, la clase capitalista-imperialista en el poder, controla la inmensa riqueza y los medios de producir riqueza en el planeta.
El capitalismo “avanza” de la única manera en que puede: explotando la mano de obra humana, introduciendo tecnología a una escala cada vez más amplia para poder explotar con más eficiencia y más efectividad en costos — y convirtiendo la naturaleza en puros insumos para insertarlos en la producción y sacar ganancias… y más ganancias. Este es un mundo dominado por enormes bancos y corporaciones trasnacionales en contienda que financian y organizan la extracción de minerales y recursos con la correspondiente destrucción de sustentos y ecosistemas y que coordinan las cadenas de suministro de la producción manufacturera de bajo costo basada en la sobreexplotación y el empobrecimiento de las mayorías.
El sistema capitalista de propiedad y control, y sus estructuras financieras, concentran cada vez más riqueza en las capas sociales cada vez más superiores en manos de poquitas personas. Pero Foer nos dice que: hay “menos pobreza abyecta”. Ya hágame un maldito favor. Hubo períodos en que aumentaron las raciones de alimentos para los esclavos en la economía de plantaciones. El desempleo disminuyó bajo Hitler. Y en Bangla Desh hoy, las jóvenes pueden dejar el campo y mejorar sus ingresos del umbral de la pobreza extrema, al trabajar en maquiladoras de la costura… donde son sumamente vulnerables al abuso sexual y a perder la vida en derrumbes de edificios e incendios industriales… en un país donde hasta 50 millones de personas posiblemente tendrán que huir antes de 2050, si el nivel del mar sube según se anticipa.12
El capitalismo-imperialismo es un sistema de potencias imperiales que contienden por el control y dominio global. Se mantiene por medio de un aparato colosal de poderío militar y represión para llevar a cabo guerras y ocupaciones genocidas por el imperio… para desplegar aviones no tripulados y escuadrones de la muerte… para deportar… y para encarcelar y encarcelar en masa a los jóvenes negros y latinos en Estados Unidos.
El capitalismo-imperialismo ha producido un mundo de horrores y devastación ambiental sin precedentes. Es un mundo profundamente dividido en clases; con unos pocos países ricos hegemónicos; con enclaves de opulencia y privilegio que se ceban de los miles de millones de las masas mientras se fortifican en contra de ellos.
Así es el estado de la humanidad y del planeta que Franklin Foer celebra tan entusiasta y obscenamente —envuelto en una sola fase: “En general, gracias al avance del capitalismo, nosotros vivimos en un mundo con menos pobreza abyecta, menos enfermedad, menos opresión y mayor prosperidad material”.
Raymond Lotta
1 de marzo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us
tomado del blog 'Odio de clase'
El 19 de febrero, el New York Times Book Review (sección de reseñas de libros) presentó una reseña hecha por Franklin Foer. A mitad de su comentario, Foer declara despreocupadamente: “En general, gracias al avance del capitalismo, nosotros vivimos en un mundo con menos pobreza abyecta, menos enfermedad, menos opresión y mayor prosperidad material”.
Al cual yo sólo puedo responder: ¿en qué mundo vive usted, Sr. Foer… y a quién se refiere, exactamente, con eso de “nosotros”?
El mundo en que de hecho vivimos
Veamos: “gracias al avance del capitalismo” (para retomar esa frase congratulatoria de Foer), el mundo actual en que vivimos es un mundo de pobreza agotadora y generalizada — y una creciente desigualdad grotesca:
Uno de cada 10 personas en el planeta sobrevive a duras penas con menos de $2 al día; y 2.4 mil millones de seres humanos (uno de cada tres) carecen de acceso a una letrina rudimentaria.1
16.000 niños, en su inmensa mayoría en el Tercer Mundo, mueren a diario de desnutrición y enfermedad prevenibles; 168 millones de niños viven atrapados en el trabajo infantil; y 40 por ciento de la población juvenil activa del mundo o bien sufre del desempleo o vive en la pobreza.2
Ocho hombres (siete de ellos en Estados Unidos) poseen un valor neto igual a lo que posee la mitad más pobre de la humanidad — ¡son ocho multimillonarios y 3.7 mil millones de personas! De 1988 a 2011, los ingresos del 10 por ciento más pobre de la población aumentaron en sólo $65 por persona, mientras los ingresos del uno por ciento más rico aumentaron en $11.800 por persona — 182 veces más.3
Por lo que, repito, ¿a quién se refiere Foer con eso de “nosotros” y quién es el beneficiario de su “mayor prosperidad material”?
“Gracias al avance del capitalismo”, el mundo actual en que vivimos es un mundo de guerras asesinas… de dislocación y desposesión sistemática… y de la brutal subyugación y deshumanización de las mujeres:
655.000 iraquíes resultaron muertos en los 40 meses después de la invasión estadounidense en 2003.4
De cuatro a cinco millones de personas resultaron muertos o murieron en El Congo entre 1998 y 2007 como resultado de una guerra civil en un país sangrado y saqueado despiadadamente por el colonialismo y el imperialismo durante 140 años.5
65 millones de personas, casi una de cada 100 personas en el mundo, han sido desplazadas forzosamente de sus hogares y patrias debido a la guerra, la pobreza, la persecución y/o la devastación ambiental. El número actual de refugiados es mayor que en cualquier otro período después de la Segunda Guerra Mundial.6
Una de cada tres mujeres sobre este planeta experimenta la violencia física o sexual en su vida.7
¿Cómo encajan esos seres humanos en el mundo (ficticio) de Foer de “menos opresión”? Están fuera de la vista, o se consideran como daño colateral, desde la perspectiva de quien está sentado en la cabina de primera clase de la globalización imperialista.
“Gracias al avance del capitalismo”… es posible que la humanidad no tenga un mundo sustentable en que vivir. El planeta se aproxima a un peligroso momento crítico ambiental.
2016 fue el año más caluroso en el planeta desde que llevan registros — y 16 de los 17 años más calurosos ocurrieron entre 2001 y 2016.8
El hielo ártico se derrite a una velocidad cada vez mayor, y el nivel del mar ya subió 20 cm — y se predice que subirá 91 cm para 2100— lo que amenaza a las naciones isleñas, comunidades isleñas y regiones y ciudades costeras bajas por todo el mundo.9
El aire contaminado ahora causa la muerte prematura de 5.5 millones de personas al año.10
Sólo 90 corporaciones, principalmente compañías petroleras y de gas natural, son responsables de dos tercios de las emisiones de gases del efecto invernadero generadas desde el comienzo de la edad capitalista-industrial en 1750. La mitad de las emisiones ocurrieron solamente en los últimos 25 años (cuando ya se conocía bien el hecho científico sobre los combustibles fósiles y el calentamiento global).11 Y ahora Donald Trump promete abrir de lleno las llaves de los combustibles fósiles.
Así va el “avance del capitalismo”.
Cómo avanza el capitalismo
El capitalismo-imperialismo envuelve cada vez más de la vida humana y la geografía y los recursos del planeta en su red de relaciones económicos y del poder. Esto es un sistema económico y un orden social organizado en torno a las ganancias, en el cual un pequeño grupúsculo de personas, la clase capitalista-imperialista en el poder, controla la inmensa riqueza y los medios de producir riqueza en el planeta.
El capitalismo “avanza” de la única manera en que puede: explotando la mano de obra humana, introduciendo tecnología a una escala cada vez más amplia para poder explotar con más eficiencia y más efectividad en costos — y convirtiendo la naturaleza en puros insumos para insertarlos en la producción y sacar ganancias… y más ganancias. Este es un mundo dominado por enormes bancos y corporaciones trasnacionales en contienda que financian y organizan la extracción de minerales y recursos con la correspondiente destrucción de sustentos y ecosistemas y que coordinan las cadenas de suministro de la producción manufacturera de bajo costo basada en la sobreexplotación y el empobrecimiento de las mayorías.
El sistema capitalista de propiedad y control, y sus estructuras financieras, concentran cada vez más riqueza en las capas sociales cada vez más superiores en manos de poquitas personas. Pero Foer nos dice que: hay “menos pobreza abyecta”. Ya hágame un maldito favor. Hubo períodos en que aumentaron las raciones de alimentos para los esclavos en la economía de plantaciones. El desempleo disminuyó bajo Hitler. Y en Bangla Desh hoy, las jóvenes pueden dejar el campo y mejorar sus ingresos del umbral de la pobreza extrema, al trabajar en maquiladoras de la costura… donde son sumamente vulnerables al abuso sexual y a perder la vida en derrumbes de edificios e incendios industriales… en un país donde hasta 50 millones de personas posiblemente tendrán que huir antes de 2050, si el nivel del mar sube según se anticipa.12
El capitalismo-imperialismo es un sistema de potencias imperiales que contienden por el control y dominio global. Se mantiene por medio de un aparato colosal de poderío militar y represión para llevar a cabo guerras y ocupaciones genocidas por el imperio… para desplegar aviones no tripulados y escuadrones de la muerte… para deportar… y para encarcelar y encarcelar en masa a los jóvenes negros y latinos en Estados Unidos.
El capitalismo-imperialismo ha producido un mundo de horrores y devastación ambiental sin precedentes. Es un mundo profundamente dividido en clases; con unos pocos países ricos hegemónicos; con enclaves de opulencia y privilegio que se ceban de los miles de millones de las masas mientras se fortifican en contra de ellos.
Así es el estado de la humanidad y del planeta que Franklin Foer celebra tan entusiasta y obscenamente —envuelto en una sola fase: “En general, gracias al avance del capitalismo, nosotros vivimos en un mundo con menos pobreza abyecta, menos enfermedad, menos opresión y mayor prosperidad material”.