El asunto Lin Biao según los seguidores de la "banda de los 4"
publicado en marzo de 2013 en el blog Crítica Marxista-Leninista
Fuente: "Con Mao son cinco: La última batalla de Mao Tsetung" de Raymond Lotta. Cortesía de "Alborada Comunista" del Grupo Revolucionario Comunista de Colombia.
Nota: Para una mejor lectura hemos digitalizado el artículo completo. Ver link de descarga al final del texto.
Se publica en el Foro en dos mensajes
La Revolución Cultural es la fase más importante para entender la revolución china, su etapa democrática y su fallida etapa socialista. En 1969, a pocos meses de realizarse el IX Congreso del PCCh, el "congreso de los vencedores", se agudizaron las contradicciones entre las dos fuerzas de la izquierda del PCCh: la fracción de Mao y la fracción de Lin Biao, llegando a su punto de ruptura en setiembre de 1971, con los sucesos que condujeron a la muerte de Lin Biao.
Lo que sigue es la versión de los seguidores de la "banda de los 4", escrita por el maoísta norteamericano Raymond Lotta del Partido Comunista Revolucionario de los EEUU; fue publicada en 1978 y sigue la versión oficial que se dio poco después del "Incidente del 13 de setiembre". Mucho de lo que el autor atribuye a Lin Biao no tiene base en los hechos y documentos que se han publicado hasta el presente.
Lotta le atribuye los excesos de la GRCP y el uso de las masas con fines políticos a Lin Biao, cuando esa responsabilidad es sin duda compartida con Mao y el grupo de los 4. Asimismo, es Mao quien recurre a Lin Biao y por ende a las fuerzas armadas para hacer frente a los mandos militares que se le oponían. Con la anuencia de Mao los seguidores de Lin Biao fueron promovidos a los más altos cargos de las fuerzas armadas, del Estado y el partido. Fue Mao quien llamó a "aprender el Ejército Popular de Liberación" de Lin Biao, poniéndolo como modelo de organización y de dirección. La importancia del ejército en la vida política y social se vio reforzada con la destrucción del PCCh, con la eliminación de sus comités regionales y locales y del virtual cese de funciones del Comité Central. Sólo quedó activo el Comité Permanente del Buró Político que, a su vez, se encontraba prácticamente subordinado al Grupo Central de la Revolución Cultural (organismo que no era parte del PCCh) que respondía a la dirección personal de Mao. La función de control y organización efectivas de los miembros del partido y las masas quedaron en manos de las unidades militares. Sólo después de la "victoria", Mao decidió reducir la participación de las fuerzas armadas, dado que sus cuadros eran mayoritariamente seguidores de Lin Biao, a quien ya veía como una amenaza
Por otro lado, no existe evidencia de que Lin Biao buscara la reconciliación con los revisionistas soviéticos y con la URSS brezhnevista. La razón del vuelo al norte (la URSS) del avión que lo llevó a la muerte, hay que buscarla en otro lado. No están del todo claras las discrepancias en cuanto a la política exterior entre la fracción de Lin Biao y las fracciones de Mao y los derechistas, particularmente en lo referente al acercamiento a los Estados Unidos.
En el primer párrafo Lotta dice que Lin Biao "había logrado proclamarse como el sucesor oficial de Mao". Lo cierto es que en el XII Pleno del VIII Comité Central, cuando se discutía el proyecto de nuevos estatutos que incorporaba la mención de Lin Biao como sucesor, éste manifestó su desacuerdo con esa enmienda. Fueron los "maoístas" los principales impulsores de esa proclamación.
Al igual que la mayoría de maoístas, Lotta sobreestima el papel de Zhou Enlai, para eximir a Mao Zedong de la responabilidad de muchas decisiones. Por ejemplo, fue Mao el que protegió a Deng Xiaoping, "el seguidor Nº 2 del camino capitalista en el partido", que nunca fue expulsado del partido, y fue Mao el que lo rescató del anonimato para reincorporarlo en 1973 a la dirección del partido y del Estado. También fue Mao personalmente quien protegió a los mariscales involucrados en la "contracorriente de febrero" de 1967, contra la GRCP. Esos mismos mariscales derechistas serían nombrados por Mao como su grupo personal de asesores en lo tocante a asuntos internacionales y militares en los prolegómenos del restablecimiento de relaciones con Estados Unidos. Se puede documentar que las acciones y declaraciones de Zhou Enlai casi siempre tuvieron la aprobación de Mao y actuaba directamente en su nombre y representación. Eso no excluye que Zhou fuera un hombre de derecha. La estrecha relación entre el Presidente y el Primer Ministro -como era conocido en China-, es algo que sólo puede ser explicado por la coexistencia de fracciones con líneas propias en el seno del PCCh a lo largo de su historia.
El asunto Lin Piao, de Raymond Lotta
En 1969, por la época en que Mao habló una vez más sobre la necesidad de continuar la revolución, estaba comenzando a tomar forma una importante lucha contra Lin Piao, Ministro de Defensa y Vicepresidente del Partido, quien había logrado proclamarse como el sucesor oficial de Mao. Liu Shao-chi había encabezado una burocracia incrustada que fue severamente perseguida y combatida mediante el levantamiento político de la Revolución Cultural. Esencialmente, Lin Piao aprovechó esta conmoción para llenar el vacío creado por la crítica y la destitución de muchos cuadros y funcionarios y el desmantelamiento de viejas organizaciones de masas. La base del poder de Lin Piao era principalmente el ejército y él buscaba llenar estos puestos vacantes con sus hombres. El primer choque importante con Lin ocurrió sobre el borrador de un Informe Político que él y sus fuerzas prepararon para el IX Congreso del Partido en 1969 planteando básicamente que la Revolución Cultural había logrado sus objetivos y que ahora era tiempo de impulsar la economía. Lin había animado levantamientos donde había otros que se le atravesaban en el camino y había empujado el revisionismo donde él tenía su gente en posición. Utilizó a las masas como grupo de presión para sus propios fines pero no vaciló en apretarles las clavijas cuando él había logrado esos fines.
Lin fue fuertemente criticado por Mao, y se debió reescribir el Informe para hacer énfasis en la continua importancia y el alcance de la Revolución Cultural. Vale la pena anotar que en el período 1969-71 se lograron tasas récord de aumento de la producción industrial bajo la línea de Mao de “empeñarse en la revolución, promover la producción”. Este principio significa que la política debe estar al mando de la economía y que sólo despertando el activismo consciente de las masas es posible realmente desencadenar las fuerzas productivas y transformar el mundo de acuerdo con los intereses de la clase obrera. Por ejemplo, las normas y regulaciones que confinan a los obreros a un puesto u oficio y que convierte a la innovación técnica o a la administración en prerrogativa de unos pocos selectos pone trabas al desarrollo de las fuerzas productivas porque apagan la iniciativa y el activismo de las masas e incluso promueve el antagonismo entre ellas, por ejemplo conflictos sobre la utilización de la maquinaria. Hay trabas que deben derribarse, pero esto sólo puede hacerse por medio de la movilización de las masas precisamente porque tales trabas representan la continuación de la influencia de la burguesía.
A medida que se desarrolló la lucha, Lin siguió insistiendo en un mayor grado de participación del ejército en dirigir a China. Mao estaba tratando de restarle énfasis al papel del ejército y establecer el papel dirigente del Partido sobre la base de su reconstrucción. Con el aumento de las presiones en la frontera soviética y los serios enfrentamientos que ocurrieron en abril de 1969, Lin promovió la reconciliación con la Unión Soviética y el contar con ella por el armamento pesado. Mao reconoció que la reconciliación con los soviéticos no era más que capitulación. Lin también se opuso a cualquier tipo de rehabilitación de cuadros y funcionarios que habían sido criticados durante la Revolución Cultural ya que era un completo insulto a sus ambiciones de tener al ejército y a su gente en general dominando y monopolizando los sectores vitales.
Las ansias de poder y el engaño de Lin no eran resultado de alguna especie de megalomanía. Estos métodos surgieron de una línea política –una línea revisionista– de no confiar en las masas para cambiar el mundo. En el II Pleno de IX Comité Central celebrado en el verano de 1970, las fuerzas de Lin estaban ondeando furiosamente la bandera roja para oponerse a la bandera roja –alabando el “genio” de Mao para convertirlo en un icono inocuo mientras ellos planeaban instalarse en diversos puestos. Lin por entonces había estado atacando abiertamente muchos de los logros y transformaciones de la Revolución Cultural, tachando la participación de los cuadros en el trabajo productivo como “reforma del trabajo forzado” y declarando que la política de enviar jóvenes al campo no era más que “desempleo disfrazado”. Según Lin la economía estaba naufragando sin esperanzas y las masas ya habían sufrido suficiente. Lo que ellas no necesitaban y en lo que no estaban interesadas era en más política, lo único que les interesaba era comida en la mesa y madera para sus chimeneas. Fue un descarado intento de aprovechar y estimular el descontento y el resentimiento entre un sector de los jóvenes, especialmente los de mayor nivel de educación, los cuadros, y gente atrasada de entre las masas, y por atacar estas nuevas cosas debido a que ellas iban contra su programa revisionista.
Cada vez más desenmascarado y aislado, Lin se vio obligado a intentar un golpe [putsch] militar en septiembre de 1971. El asunto Lin Piao fue un asunto traumático para China. Ocurrió en un momento en el que se estaban haciendo intentos por consolidar buena parte de lo que se había ganado mediante la Revolución Cultural, cuando la amenaza soviética había crecido peligrosamente, y cuando el ala derechista que estaba bajo ataque comenzaba a recuperarse de los estremecedores golpes de los años iniciales de la Revolución Cultural y estaba reagrupándose y lanzando un contraataque. Además, el intento de golpe y el hecho de que su principal figura era el hombre que había sido designado sucesor de Mao, causó gran angustia entre las masas populares. Esto desestabilizó las cosas, particularmente dentro del ejército, y también suscitó interrogantes sobre la Revolución Cultural ya que Lin había estado estrechamente asociado con ésta.
Con eso surgió la necesidad de reorganizar el ejército y defender la Revolución Cultural. Sin embargo, la situación le dio una brecha a la Derecha, la que rápidamente aprovechó la oportunidad a nombre de lograr el orden y la estabilidad. Para Mao la tarea era apuntalar al Partido y al ejército y luchar contra la influencia de Lin Piao, y seguir basándose en las transformaciones logradas por la Revolución Cultural. Sin embargo al mismo tiempo mucha gente que anteriormente había estado de acuerdo con la Revolución Cultural, a nombre de oponerse a Lin Piao, combatieron cada vez más a la Revolución Cultural.
La lucha contra Lin Piao en el período que comenzó a fines de 1968 y se intensificó en 1969 reunió temporalmente a dos fuerzas dentro del Partido Comunista de China. Estaba la Izquierda encabezada por Mao, teniendo como su base a dirigentes de la Revolución Cultural. La otra fuerza era la vieja guardia de dentro del centro del Partido, el Consejo de Estado y las jerarquías militares regionales y centrales, que seguían siendo un sector del Partido influyente y numéricamente poderoso. Estos estaban agrupados alrededor de Chou En-lai. La Revolución Cultural había desenmascarado y removido a Liu Shao-chi y los líderes cercanos a él. Miles de cuadros habían sido criticados y derrocados en el curso de la lucha contra Liu. Pero había muchos en el Partido quienes, si bien defendían básicamente las políticas de Liu, no estaban directamente en su campo y habían escapado a algunas de las más severas críticas. Otros estaban de acuerdo con la Revolución Cultural pero lo estuvieron con el fin de salvar su pellejo, si bien nunca aceptaron realmente sus principios básicos.
Muchos que se opusieron o que estaban al menos sin entusiasmo en su apoyo a la Revolución Cultural, particularmente dentro del Consejo de Estado, eran protegidos por Chou En-lai. Esto incluía a gente como Li Sien-nien, Yu Chiu-li (los cuales hacía tiempo estaban involucrados en planificación y finanzas y periódicamente fueron asociados con Liu Shao-chi y sus lugartenientes en estos campos) y otros. Tal “protección” no era errónea en todos los casos, pero en algunos sí definitivamente lo era.
El mismo Chou estaba de acuerdo con la Revolución Cultural –después de un punto y hasta cierto punto. Hubo un rasgo democrático-burgués en toda su carrera que explica el hecho de que su papel general en la revolución Cultural fue negativo. Chou era una fuerza principal entre los cuadros veteranos para quienes el supremo logro de la lucha del pueblo chino sería la construcción del país en un Estado moderno. Cuando los terratenientes feudales y los imperialistas extranjeros obstruyeron esto ellos los combatieron, y algunas veces valientemente. Pero una vez tomado el Poder ellos tendieron a considerar la lucha política como ya realizada y finalizada y buscaron poner el desarrollo económico por encima de todo lo demás. Esto sólo podría significar desarrollo económico burgués ya que sus esquemas se basaban en tecnología extranjera, los expertos al mando, y en mantener a los obreros y campesinos en su lugar como bueyes agradecidos. Para mediados de los 60 Chou había concluido que la defensa y la construcción económica de China dependían de la reconciliación y la alianza con Occidente. Esto no lo veía él como maniobras tácticas y explotación de las divisiones dentro del campo enemigo, sino como una orientación estratégica mediante la cual se aseguraría una China “próspera”.
Chou había apoyado con vacilación y de mala gana los movimientos de masas de los 50 y los 60 pero nunca se unió realmente a ellos ni les dio liderato, al igual que otros demócratas burgueses, él vio tales movimientos como algo que perturbaba el hacer una China poderosa y moderna. Si Chou era ambivalente al comienzo de la Revolución Cultural, a medida que ésta se desarrolló más él se le opuso activamente. Su protección a muchos derechistas cuando Liu cayó contribuyó al desarrollo del cuartel general de la nueva burguesía que tenía cada vez más a Chou, el consumado político burgués, como su primer patrocinador. El que los revisionistas que gobiernan China exaltan a Chou mientras fustigan la línea de Mao indican exactamente lo que Chou era desde hacía tiempo, quizás incluso en 1949 –promotor y protector de los intereses de la Derecha.
publicado en marzo de 2013 en el blog Crítica Marxista-Leninista
Fuente: "Con Mao son cinco: La última batalla de Mao Tsetung" de Raymond Lotta. Cortesía de "Alborada Comunista" del Grupo Revolucionario Comunista de Colombia.
Nota: Para una mejor lectura hemos digitalizado el artículo completo. Ver link de descarga al final del texto.
Se publica en el Foro en dos mensajes
La Revolución Cultural es la fase más importante para entender la revolución china, su etapa democrática y su fallida etapa socialista. En 1969, a pocos meses de realizarse el IX Congreso del PCCh, el "congreso de los vencedores", se agudizaron las contradicciones entre las dos fuerzas de la izquierda del PCCh: la fracción de Mao y la fracción de Lin Biao, llegando a su punto de ruptura en setiembre de 1971, con los sucesos que condujeron a la muerte de Lin Biao.
Lo que sigue es la versión de los seguidores de la "banda de los 4", escrita por el maoísta norteamericano Raymond Lotta del Partido Comunista Revolucionario de los EEUU; fue publicada en 1978 y sigue la versión oficial que se dio poco después del "Incidente del 13 de setiembre". Mucho de lo que el autor atribuye a Lin Biao no tiene base en los hechos y documentos que se han publicado hasta el presente.
Lotta le atribuye los excesos de la GRCP y el uso de las masas con fines políticos a Lin Biao, cuando esa responsabilidad es sin duda compartida con Mao y el grupo de los 4. Asimismo, es Mao quien recurre a Lin Biao y por ende a las fuerzas armadas para hacer frente a los mandos militares que se le oponían. Con la anuencia de Mao los seguidores de Lin Biao fueron promovidos a los más altos cargos de las fuerzas armadas, del Estado y el partido. Fue Mao quien llamó a "aprender el Ejército Popular de Liberación" de Lin Biao, poniéndolo como modelo de organización y de dirección. La importancia del ejército en la vida política y social se vio reforzada con la destrucción del PCCh, con la eliminación de sus comités regionales y locales y del virtual cese de funciones del Comité Central. Sólo quedó activo el Comité Permanente del Buró Político que, a su vez, se encontraba prácticamente subordinado al Grupo Central de la Revolución Cultural (organismo que no era parte del PCCh) que respondía a la dirección personal de Mao. La función de control y organización efectivas de los miembros del partido y las masas quedaron en manos de las unidades militares. Sólo después de la "victoria", Mao decidió reducir la participación de las fuerzas armadas, dado que sus cuadros eran mayoritariamente seguidores de Lin Biao, a quien ya veía como una amenaza
Por otro lado, no existe evidencia de que Lin Biao buscara la reconciliación con los revisionistas soviéticos y con la URSS brezhnevista. La razón del vuelo al norte (la URSS) del avión que lo llevó a la muerte, hay que buscarla en otro lado. No están del todo claras las discrepancias en cuanto a la política exterior entre la fracción de Lin Biao y las fracciones de Mao y los derechistas, particularmente en lo referente al acercamiento a los Estados Unidos.
En el primer párrafo Lotta dice que Lin Biao "había logrado proclamarse como el sucesor oficial de Mao". Lo cierto es que en el XII Pleno del VIII Comité Central, cuando se discutía el proyecto de nuevos estatutos que incorporaba la mención de Lin Biao como sucesor, éste manifestó su desacuerdo con esa enmienda. Fueron los "maoístas" los principales impulsores de esa proclamación.
Al igual que la mayoría de maoístas, Lotta sobreestima el papel de Zhou Enlai, para eximir a Mao Zedong de la responabilidad de muchas decisiones. Por ejemplo, fue Mao el que protegió a Deng Xiaoping, "el seguidor Nº 2 del camino capitalista en el partido", que nunca fue expulsado del partido, y fue Mao el que lo rescató del anonimato para reincorporarlo en 1973 a la dirección del partido y del Estado. También fue Mao personalmente quien protegió a los mariscales involucrados en la "contracorriente de febrero" de 1967, contra la GRCP. Esos mismos mariscales derechistas serían nombrados por Mao como su grupo personal de asesores en lo tocante a asuntos internacionales y militares en los prolegómenos del restablecimiento de relaciones con Estados Unidos. Se puede documentar que las acciones y declaraciones de Zhou Enlai casi siempre tuvieron la aprobación de Mao y actuaba directamente en su nombre y representación. Eso no excluye que Zhou fuera un hombre de derecha. La estrecha relación entre el Presidente y el Primer Ministro -como era conocido en China-, es algo que sólo puede ser explicado por la coexistencia de fracciones con líneas propias en el seno del PCCh a lo largo de su historia.
El asunto Lin Piao, de Raymond Lotta
En 1969, por la época en que Mao habló una vez más sobre la necesidad de continuar la revolución, estaba comenzando a tomar forma una importante lucha contra Lin Piao, Ministro de Defensa y Vicepresidente del Partido, quien había logrado proclamarse como el sucesor oficial de Mao. Liu Shao-chi había encabezado una burocracia incrustada que fue severamente perseguida y combatida mediante el levantamiento político de la Revolución Cultural. Esencialmente, Lin Piao aprovechó esta conmoción para llenar el vacío creado por la crítica y la destitución de muchos cuadros y funcionarios y el desmantelamiento de viejas organizaciones de masas. La base del poder de Lin Piao era principalmente el ejército y él buscaba llenar estos puestos vacantes con sus hombres. El primer choque importante con Lin ocurrió sobre el borrador de un Informe Político que él y sus fuerzas prepararon para el IX Congreso del Partido en 1969 planteando básicamente que la Revolución Cultural había logrado sus objetivos y que ahora era tiempo de impulsar la economía. Lin había animado levantamientos donde había otros que se le atravesaban en el camino y había empujado el revisionismo donde él tenía su gente en posición. Utilizó a las masas como grupo de presión para sus propios fines pero no vaciló en apretarles las clavijas cuando él había logrado esos fines.
Lin fue fuertemente criticado por Mao, y se debió reescribir el Informe para hacer énfasis en la continua importancia y el alcance de la Revolución Cultural. Vale la pena anotar que en el período 1969-71 se lograron tasas récord de aumento de la producción industrial bajo la línea de Mao de “empeñarse en la revolución, promover la producción”. Este principio significa que la política debe estar al mando de la economía y que sólo despertando el activismo consciente de las masas es posible realmente desencadenar las fuerzas productivas y transformar el mundo de acuerdo con los intereses de la clase obrera. Por ejemplo, las normas y regulaciones que confinan a los obreros a un puesto u oficio y que convierte a la innovación técnica o a la administración en prerrogativa de unos pocos selectos pone trabas al desarrollo de las fuerzas productivas porque apagan la iniciativa y el activismo de las masas e incluso promueve el antagonismo entre ellas, por ejemplo conflictos sobre la utilización de la maquinaria. Hay trabas que deben derribarse, pero esto sólo puede hacerse por medio de la movilización de las masas precisamente porque tales trabas representan la continuación de la influencia de la burguesía.
A medida que se desarrolló la lucha, Lin siguió insistiendo en un mayor grado de participación del ejército en dirigir a China. Mao estaba tratando de restarle énfasis al papel del ejército y establecer el papel dirigente del Partido sobre la base de su reconstrucción. Con el aumento de las presiones en la frontera soviética y los serios enfrentamientos que ocurrieron en abril de 1969, Lin promovió la reconciliación con la Unión Soviética y el contar con ella por el armamento pesado. Mao reconoció que la reconciliación con los soviéticos no era más que capitulación. Lin también se opuso a cualquier tipo de rehabilitación de cuadros y funcionarios que habían sido criticados durante la Revolución Cultural ya que era un completo insulto a sus ambiciones de tener al ejército y a su gente en general dominando y monopolizando los sectores vitales.
Las ansias de poder y el engaño de Lin no eran resultado de alguna especie de megalomanía. Estos métodos surgieron de una línea política –una línea revisionista– de no confiar en las masas para cambiar el mundo. En el II Pleno de IX Comité Central celebrado en el verano de 1970, las fuerzas de Lin estaban ondeando furiosamente la bandera roja para oponerse a la bandera roja –alabando el “genio” de Mao para convertirlo en un icono inocuo mientras ellos planeaban instalarse en diversos puestos. Lin por entonces había estado atacando abiertamente muchos de los logros y transformaciones de la Revolución Cultural, tachando la participación de los cuadros en el trabajo productivo como “reforma del trabajo forzado” y declarando que la política de enviar jóvenes al campo no era más que “desempleo disfrazado”. Según Lin la economía estaba naufragando sin esperanzas y las masas ya habían sufrido suficiente. Lo que ellas no necesitaban y en lo que no estaban interesadas era en más política, lo único que les interesaba era comida en la mesa y madera para sus chimeneas. Fue un descarado intento de aprovechar y estimular el descontento y el resentimiento entre un sector de los jóvenes, especialmente los de mayor nivel de educación, los cuadros, y gente atrasada de entre las masas, y por atacar estas nuevas cosas debido a que ellas iban contra su programa revisionista.
Cada vez más desenmascarado y aislado, Lin se vio obligado a intentar un golpe [putsch] militar en septiembre de 1971. El asunto Lin Piao fue un asunto traumático para China. Ocurrió en un momento en el que se estaban haciendo intentos por consolidar buena parte de lo que se había ganado mediante la Revolución Cultural, cuando la amenaza soviética había crecido peligrosamente, y cuando el ala derechista que estaba bajo ataque comenzaba a recuperarse de los estremecedores golpes de los años iniciales de la Revolución Cultural y estaba reagrupándose y lanzando un contraataque. Además, el intento de golpe y el hecho de que su principal figura era el hombre que había sido designado sucesor de Mao, causó gran angustia entre las masas populares. Esto desestabilizó las cosas, particularmente dentro del ejército, y también suscitó interrogantes sobre la Revolución Cultural ya que Lin había estado estrechamente asociado con ésta.
Con eso surgió la necesidad de reorganizar el ejército y defender la Revolución Cultural. Sin embargo, la situación le dio una brecha a la Derecha, la que rápidamente aprovechó la oportunidad a nombre de lograr el orden y la estabilidad. Para Mao la tarea era apuntalar al Partido y al ejército y luchar contra la influencia de Lin Piao, y seguir basándose en las transformaciones logradas por la Revolución Cultural. Sin embargo al mismo tiempo mucha gente que anteriormente había estado de acuerdo con la Revolución Cultural, a nombre de oponerse a Lin Piao, combatieron cada vez más a la Revolución Cultural.
La lucha contra Lin Piao en el período que comenzó a fines de 1968 y se intensificó en 1969 reunió temporalmente a dos fuerzas dentro del Partido Comunista de China. Estaba la Izquierda encabezada por Mao, teniendo como su base a dirigentes de la Revolución Cultural. La otra fuerza era la vieja guardia de dentro del centro del Partido, el Consejo de Estado y las jerarquías militares regionales y centrales, que seguían siendo un sector del Partido influyente y numéricamente poderoso. Estos estaban agrupados alrededor de Chou En-lai. La Revolución Cultural había desenmascarado y removido a Liu Shao-chi y los líderes cercanos a él. Miles de cuadros habían sido criticados y derrocados en el curso de la lucha contra Liu. Pero había muchos en el Partido quienes, si bien defendían básicamente las políticas de Liu, no estaban directamente en su campo y habían escapado a algunas de las más severas críticas. Otros estaban de acuerdo con la Revolución Cultural pero lo estuvieron con el fin de salvar su pellejo, si bien nunca aceptaron realmente sus principios básicos.
Muchos que se opusieron o que estaban al menos sin entusiasmo en su apoyo a la Revolución Cultural, particularmente dentro del Consejo de Estado, eran protegidos por Chou En-lai. Esto incluía a gente como Li Sien-nien, Yu Chiu-li (los cuales hacía tiempo estaban involucrados en planificación y finanzas y periódicamente fueron asociados con Liu Shao-chi y sus lugartenientes en estos campos) y otros. Tal “protección” no era errónea en todos los casos, pero en algunos sí definitivamente lo era.
El mismo Chou estaba de acuerdo con la Revolución Cultural –después de un punto y hasta cierto punto. Hubo un rasgo democrático-burgués en toda su carrera que explica el hecho de que su papel general en la revolución Cultural fue negativo. Chou era una fuerza principal entre los cuadros veteranos para quienes el supremo logro de la lucha del pueblo chino sería la construcción del país en un Estado moderno. Cuando los terratenientes feudales y los imperialistas extranjeros obstruyeron esto ellos los combatieron, y algunas veces valientemente. Pero una vez tomado el Poder ellos tendieron a considerar la lucha política como ya realizada y finalizada y buscaron poner el desarrollo económico por encima de todo lo demás. Esto sólo podría significar desarrollo económico burgués ya que sus esquemas se basaban en tecnología extranjera, los expertos al mando, y en mantener a los obreros y campesinos en su lugar como bueyes agradecidos. Para mediados de los 60 Chou había concluido que la defensa y la construcción económica de China dependían de la reconciliación y la alianza con Occidente. Esto no lo veía él como maniobras tácticas y explotación de las divisiones dentro del campo enemigo, sino como una orientación estratégica mediante la cual se aseguraría una China “próspera”.
Chou había apoyado con vacilación y de mala gana los movimientos de masas de los 50 y los 60 pero nunca se unió realmente a ellos ni les dio liderato, al igual que otros demócratas burgueses, él vio tales movimientos como algo que perturbaba el hacer una China poderosa y moderna. Si Chou era ambivalente al comienzo de la Revolución Cultural, a medida que ésta se desarrolló más él se le opuso activamente. Su protección a muchos derechistas cuando Liu cayó contribuyó al desarrollo del cuartel general de la nueva burguesía que tenía cada vez más a Chou, el consumado político burgués, como su primer patrocinador. El que los revisionistas que gobiernan China exaltan a Chou mientras fustigan la línea de Mao indican exactamente lo que Chou era desde hacía tiempo, quizás incluso en 1949 –promotor y protector de los intereses de la Derecha.
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Última edición por pedrocasca el Vie Mar 15, 2013 1:42 pm, editado 3 veces