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    "Un partido marxista-leninista que se respete no puede permitir la existencia de dos líneas en su seno" - publicado por Crítica Marxista-Leninista en abril de 2013 - contiene texto de Ndreçi Plasari (PTA): “La lucha de clases en el Partido” - año 1978

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    Mensaje por pedrocasca Mar Abr 16, 2013 1:33 pm

    Un partido marxista-leninista que se respete no puede permitir la existencia de dos líneas en su seno

    publicado en abril de 2013 en el blog "Crítica Marxista-Leninista"

    La vieja teoría de que el oportunismo es un “matiz legítimo” dentro de un partido único y ajeno a los “extremismos” se ha convertido hoy en día en el engaño más grande de la clase obrera, en el mayor obstáculo para el movimiento obrero.” - Lenin, La bancarrota de la II Internacional, año 1915)

    La lucha de clases en el seno del Partido: Una garantía de que el Partido seguirá siendo siempre un partido revolucionario de la clase obrera

    texto de Ndreçi Plasari - Miembro del CC del PTA y Sub-Director del Instituto de Estudios Marxista-Leninistas en el CC del PTA

    Fuente: Albania Today nº 1, año 1978

    Traducido para el blog “Crítica Marxista-Leninista” por Thiago R.

    El texto completo se puede leer en el link:

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    Descargar “La lucha de clases en el Partido” de Ndreçi Plasari desde el link:

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    Enver Hoxha


    Última edición por pedrocasca el Mar Abr 16, 2013 2:42 pm, editado 1 vez
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    Mensaje por pedrocasca Mar Abr 16, 2013 1:43 pm

    Son bastantes los textos relacionados en el blog Crítica Marxista-Leninista que están publicados en el Foro. Se pueden localizar con el buen Buscador del Foro o con el uso del conocido buscador Google (poniendo en la caja de búsquedas, por ejemplo, site:[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] texto a buscar o también: términos de búsqueda espacio en blanco forocomunista.com).

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    NG
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    Mensaje por NG Lun Abr 22, 2013 2:59 pm

    Muchas gracias al blog crítica marxista-leninista por traernos tal lección de marxismo sobre el partido y gracias al camarada pedrocasa por traerlo al foro, aunque no se dice directamente el artículo claramente es una crítica a los postulados maoístas incuvados en el PCC durante años, una crítica parecida a esta es la que realizaron los compañeros de la página francesa Cercle Henri Barbusse [1] (Nota: Relacionado con el marxista-leninista francés: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ver más en scribd) sobre las distorsiones del maoísmo en el partido que os reproduzco a continuación, obviamente también toca el tema de las dos líneas, dejare así mismo la ya conocida breve pero eficaz crítica de Enver Hoxha sobre las teoría de las dos líneas dentro del partido:



    Última edición por NG el Lun Abr 22, 2013 3:37 pm, editado 1 vez
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    NG
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    Mensaje por NG Lun Abr 22, 2013 2:59 pm

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    Reflexiones sobre el maoísmo - Capítulo 4

    El partido maoísta

    La concepción del partido de Mao Tse-tung es presentado por los maoístas como un desarrollo del marxismo-leninismo. Mao se habría basado en el balance tras la toma del poder por los revisionistas en la Unión Soviética y habría generado enseñanzas revolucionarias. Una vez más, con el famoso pretexto del desarrollo del marxismo, adoptó una posición critica sobre las posiciones del camarada Stalin. Tres ideas clave nos son presentadas por Mao:

    - Las clases sociales y la lucha de clases siguen existiendo bajo el socialismo,.

    - La lucha de clases se expresa en el Partido Comunista bajo la "lucha de líneas".

    - Hay una necesidad de "revolución cultural" contra la "burguesía" infiltrada en el estado y el partido.

    pero en cada una de estas ideas asistimos a una distorsión de los principios marxista-leninistas.

    1) Las clases sociales y lucha de clases en el socialismo:

    El PCC demuestra una vez más estas ideas mediante su crítica al camarada Stalin:

    "Stalin se fue retirando de la dialéctica del marxismo-leninismo en su interpretación de las leyes de la lucha de clases en la sociedad socialista, proclamó antes de tiempo después de que el gran logro de la colectivización de la agricultura en la Unión Soviética que "ya no existían clases antagónicas" y que "ella (la sociedad soviética) está libre de conflictos de clase". Al centrarse sólo en la unidad de la sociedad socialista, se olvidó de las contradicciones en su interior, no se basó en la clase obrera y las masas populares en la lucha contra las fuerzas capitalistas y consideró que el posibilidad de la restauración del capitalismo, dependía exclusivamente de la agresión armada del imperialismo internacional. Esto está mal, tanto en la teoría como en la práctica" [1].

    Si les añadimos a esta crítica a todas aquellas que mencionamos anteriormente, se reúnen ciertamente un gran número de críticas similares. Para ellos Stalin se habría equivocado en casi todas las cuestiones del marxismo-leninismo. En esta citación, el P.C.C. hace referencia a los análisis de Stalin a propósito del debate sobre la nueva constitución de 1936. En ellos, Stalin desarrolla en aquella época sus análisis sobre el balance de la edificación del socialismo en la U.R.S.S. Precisa de manera materialista que las clases sociales explotadoras han sido eliminadas, lo que no quiere decir desde luego que la lucha de clases desapareciera. Escuchemos a Stalin:

    "En relación con estos cambios en el terreno de la economía de la U.R.S.S., también ha cambiado la estructura de clase de nuestra sociedad. La clase de los terratenientes, como es sabido, había sido ya liquidada como resultado del término victorioso de la guerra civil. En lo que respecta a las demás clases explotadoras, han compartido la suerte de la clase de los terratenientes. Ya no existe la clase de los capitalistas en la esfera de la industria. Ya no existe la clase de los kulaks en la esfera de la agricultura. Ya no existen los comerciantes y especuladores en la esfera de la circulación de mercancías. Todas las clases explotadoras han sido, pues, liquidadas. Queda la clase obrera. Queda la clase campesina. Quedan los intelectuales. [...]

    En contraste con las Constituciones burguesas el proyecto de la nueva Constitución de la U.R.S.S. parte de la premisa de que en la sociedad no hay ya clases antagónicas; que la sociedad se compone de dos clases amigas: la de los obreros y la de los campesinos; que precisamente estas clases trabajadoras son las que están en el Poder; que la dirección estatal de la sociedad (dictadura) se halla en manos de la clase obrera como la clase de vanguardia de la sociedad". [2]


    Stalin está aquí expresando la realidad del combate y de la victoria del socialismo. Negar esta realidad en la Unión Soviética a partir de 1936 se traduce en negar estas batallas y victorias. Es en definitiva negar como Trotsky la posibilidad de construir el socialismo en un solo país. . ¿Significa esto acaso giro a la derecha como se deduce de la cita del PCC? Stalin responde directamente a este tipo de razonamiento:

    "El cuarto grupo de críticos, al atacar el proyecto de la nueva Constitución, lo caracterizan de «evolución a la derecha», de «abandono de la dictadura del proletariado», de «liquidación del régimen bolchevique». «Los bolcheviques se han desviado hacia la derecha; esto es un hecho, dicen en diferentes tonos. Especialmente celosos en este aspecto son algunos periódicos polacos y norteamericanos. ¿Qué puede decirse de tales, con perdón de la palabra, críticos? Si la extensión de la base de la dictadura de la clase obrera y la conversión de la dictadura en un sistema más flexible y, por lo tanto, más poderoso de dirección estatal de la sociedad lo consideran, no como un fortalecimiento de la dictadura de la clase obrera, sino como su debilitamiento o incluso su abandono, entonces cabe preguntar: ¿es que estos señores saben, en fin de cuentas, lo que es la dictadura de la clase obrera? Si la consolidación legislativa de la victoria del socialismo, la consolidación legislativa de los éxitos de la industrialización, de la colectivización y de la democratización, la llaman «evolución a la derecha», entonces cabe preguntar: ¿pero es que estos señores saben en qué se diferencia la izquierda de la derecha?. No cabe la menor duda de que estos señores se han hecho un lío en su crítica del proyecto de Constitución y, al haberse hecho un lío, han confundido la derecha con la izquierda". [3]

    Efectivamente esta observación sobre la desaparición de las clases explotadoras no significa el final de la "lucha de clases" para el propio Stalin ni el partido. Un año después, en marzo de 1937, dijo:

    "Nosotros debemos demoler y rechazar la teoría podrida según la cual, a cada paso lo que hacemos adelante, la lucha de clase, en nuestra casa, debería, como pretenden, apagarse cada vez más; que a medida que nuestros éxitos sean mayores, el enemigo de clase será cada vez más dócil. Esta no sólo es una teoría podrida, sino que es una teoría peligrosa, porque adormece a nuestros hombres, los hace caer a la trampa y le permite al enemigo de clase volver a empezar en la lucha contra el poder de los soviets. Al contrario, cuanto más avanzaremos, cuanto más nos colmemos de éxito con más furor los restos de las clases explotadoras derrotadas se lanzaran a atacarnos, más rápidamente recurrirán a las formas más agudas de la lucha, más perjudicarán el Estado soviético, más se agarrarán a los procedimientos de lucha más desesperados, como el último recurso de los hombres consagrados a su inminente derrota. No hay que perder de vista a los restos de las clases derrotadas en la U.R.S.S. ya que no están solas. Gozan del apoyo directo de nuestros enemigos de más allá de las fronteras de la U.R.S.S. Sería un error de creer que la esfera de la lucha de clase está limitada a las fronteras de la U.R.S.S. Si una ala de la lucha de clase actúa en el marco de U.R.S.S ., su otra ala se extiende hasta en los límites de los Estados burgueses que nos rodean. Los restos de las clases derrotadas tampoco ignoran esto Y, justamente porque lo saben, todavía continuarán de ahora en adelante sus ataques desesperados". [4]

    Subrayemos por otra parte que el P.C.C. le critica a Stalin una cosa y a la vez su contrario. Vimos en la citación precedente el reproche hecho a Stalin por presuntamente subestimar la lucha de clases. Pero si nos fijamos en otro texto de este partido se le reprocha a Stalin por haberla sobreestimado:

    "Después de la eliminación de las clases explotadoras y el exterminio de la principal de las fuerzas contrarrevolucionarias, todavía era necesario de la dictadura del proletariado para hacer frente a los restos contrarrevolucionarios -estos no podían ser eliminadas por completo, siempre y cuando existiera el imperialismo, pero para entonces su mirada debería haber sido dirigida principalmente contra las fuerzas agresoras del imperialismo extranjero. En estas circunstancias, los procedimientos democráticos en la vida política del país deberían haberse desarrollado gradualmente y se debía haber perfeccionado el sistema legal socialista [...] en lugar de insistir en el agravamiento de la lucha de clases después de la liquidación de esas clases, y por lo tanto impidiendo el sano desarrollo de la democracia socialista como hizo Stalin. El Partido Comunista de la Unión Soviética tenía por ello toda la razón al rectificar enérgicamente los errores de Stalin a este respecto". [5]

    Algunos maoístas para responder sobre esta contradicción entre los dos mimos textos del PCC aluden a que el segundo se puede atribuir a la corriente Liu Shaoqi. En cualquier caso poca importancia tiene, solo pondría en evidencia las mudanzas de posiciones de las que era capaz el PCC. Esta contradicción en las posiciones revela sin embargo un punto de unidad: la oposición a Stalin. Mao Tse-tung en su opinión decía que existirían las existen las clases sociales antagónicas durante "un largo período de la historia" en la sociedad socialista. Cosa que ya no nos sorprendente ya que, como hemos señalado, creía incluso que la "burguesía nacional" podía participar en la construcción del socialismo:

    "La sociedad socialista se extiende durante un período histórico bastante largo, en el curso del cual continúan existiendo las clases, las contradicciones de clases y la lucha de clases, lo mismo que la lucha entre la vía socialista y la vía capitalista, y el peligro de una restauración del capitalismo. Hay que comprender que esta lucha será larga y compleja, donde deberemos redoblar la vigilancia y perseguir la educación socialista". [6]

    Mientras Stalin se basó en hechos materiales objetivos para definir la estructura de clases de la sociedad socialista, Mao a diferencia suya se limitó a afirmar el existencia de clases antagónicas "durante un período histórico bastante largo". Queriendo justamente mostrar la persecución de la lucha de clase (como lo hace Stalin), concluye de manera errónea que se mantienen las clases antagonistas hasta cuando los éxitos de la lucha del proletariado permiten erradicar las bases económicas que le permiten a la burguesía mantenerse y reproducirse. De hecho, Mao se queda en su diseño cíclico de la historia. Para él, la burguesía no puede desaparecer y habrá que en consecuencia llamar sin cesar a nuevas "revoluciones culturales":

    "La lucha contra la ideología burguesa y contra los elementos malvados y sus fechorías será prolongada y durará decenios o hasta centenares de años. En su curso, la clase obrera, los demás trabajadores y los intelectuales revolucionarios irán adquiriendo experiencias y templándose, lo cual será de gran provecho". [7]

    2) El partido y las "líneas de lucha"

    a) La confusión entre el frente y el Partido Comunista:


    Describimos anteriormente como Mao concibe el mantenimiento del Frente entre "cuatro clases amigas" (proletariado; campesinado; pequeña-burguesía; burguesía nacional) incluyendo esta formación en la etapa socialista de la revolución. También subrayamos la vieja deriva del P.C.C. ya criticada por el Komintern en su día respecto a la confusión de las etapas de la revolución. Esto conduce a Mao a considerar, como haría en su tiempo Bujarin en la U.R.S.S. que la burguesía nacional puede participar en la construcción del socialismo. Finalmente mencionamos también las divergencias entre el Komintern Y Mao a propósito de la clase social capaz de dirigir la revolución (el proletariado o el campesinado). La confusión maoísta por tanto prosigue también en cuanto a su diseño respecto al Frente y el partido, es decir en una actitud antimarxista que consiste en considerar al partido como un propio "frente". Es esto además otro punto común entre maoísmo y el trotskismo. Paremosnos sobre este aspecto.

    Los maoístas han desarrollado la teoría del partido de masas que se opone a la concepción marxista-leninista del partido de clase. Esto llevó al PCC a abrir sus puertas a todos los candidatos, independientemente de la composición social del partido. La prioridad marxista-leninista es la de avanzar hacia la clase obrera y sus elementos más avanzados, Mao sustituyo esto por una apertura general del partido, con el pretexto de luchar contra el "fanatismo":

    "Para vencer las dificultades, derrotar al enemigo y construir una nueva China, el Partido Comunista debe ampliar su organización y convertirse en un gran partido con carácter de masas, abriendo sus puertas a un gran número de obreros, campesinos y jóvenes activistas que estén sinceramente dedicados a la revolución, tengan fe en los principios del Partido, apoyen su política y se encuentren dispuestos a observar su disciplina y a trabajar con tesón. En este aspecto, es intolerable la tendencia de "puertas cerradas". [...]

    No debemos cerrar las puertas del Partido por temor a los agentes del enemigo, pues ampliarlo con audacia es nuestra política ya definida. Pero, al hacerlo, no debemos aflojar la vigilancia ante los agentes del enemigo y los arribistas que traten de aprovechar la oportunidad para infiltrarse".
    [8]

    La teoría del "partido de masas" se abandonó formalmente durante los debates con los revisionistas jruschovistas. Esto se hizo porque obviamente recordaba a la otra teoría revisionista del "partido de todo el pueblo" formulada por Jruschov. Este error antimarxista del PCC y de Mao como vimos en la cita anterior volverá a ser atribuido a Liu Shaoqi tiempo después:

    "Los revisionistas modernos -Jruschov, Brezhnev y compañía- revistiendo la ropa vieja de los revisionistas del pasado, se deshacen de su chapucería sobre el "partido del pueblo entero" y pretenden que "el partido de la clase obrera ya se transformó en vanguardia del pueblo soviético, que se hizo un partido del pueblo entero" y "es una organización política del pueblo entero"; (...). En nuestro partido, la lucha sobre la cuestión del carácter del partido también fue muy aguda. El ladrón y traidor a la clase obrera, Liu Shaoqi propagó a los cuatro vientos que "el partido es el partido de las masas, el partido del pueblo" pervirtiendo el carácter del partido". [9]

    Esta ruptura con sus postulados precedentes fueron solo formales. Ya que Mao y el P.C.C. estaban profundamente convencidos de que el conjunto del pueblo chino y en particular el vasto campesinado era capaz de dirigir el proceso revolucionario. En el curso de la revolución cultural, Mao no vacilará en apoyarse en "las masas" en vez de su propio "partido" y a veces hasta contra el "partido". La deriva profunda de esto, debe ser analizado sobre la base de los intereses de las diferentes clases y si debida presencia en el proceso. Para los marxistas-leninistas, sólo el proletariado tiene interés en ir hasta el fin del proceso revolucionario ya que "sólo teme perder sus cadenas". El campesinado comparte el status de aliado en el proceso. Pero para Mao los intereses del proletariado son absolutamente idénticos a los del "pueblo" y en particular a los del vasto campesinado. La incomprensión de las relaciones con campesinado es otro punto común entre el maoísmo y el trotskismo. Los trotskistas consideran que el campesinado no tiene potencialidades revolucionarias y acaban así en una negación de la alianza necesaria entre el proletariado y el campesinado. Mao considera que los intereses de ambas clases "aliadas" (y hasta las cuatro clases amigas) son idénticos. He aquí cómo el P.C.C. argumenta su desestimación de la tesis jruschovista del "partido del pueblo entero":

    "El partido del proletariado es el único partido que puede representar los intereses de más del 90 por ciento de la población. Esto se debe a los intereses del proletariado son idénticos a los de las amplias masas trabajadoras, debido a que es capaz de considerar los problemas de acuerdo al lugar que ocupa el proletariado en la historia, de acuerdo con los intereses presentes y futuros del proletariado y de las masas, y porque es capaz de considerar los problemas sobre la base de principales intereses de la inmensa mayoría de la gente, siendo capaz de garantizar una gestión correcta de acuerdo con el marxismo-leninismo". [10]

    Más allá de la verborrea revolucionaria, lo que nos parece esencial a nosotros es que el PCC considera que el proletariado tiene idénticos intereses a de las "grandes masas de trabajadoras", es decir para el caso de China al del gran número de campesinos. La eliminación de las distinciones entre el proletariado y el campesinado lleva a un diseño de partido de varias clases. Por supuesto, Mao explícitamente no dice esto pero la conclusión lógica de la idea de un interés idéntico es esa. Es precisamente el carácter proletario del partido el que puede ganar la alianza de la clase obrera y el campesinado. Esto es lo que dijo Stalin en cuanto a esta básica cuestión:

    "Ahora bien nosotros no defendemos cualquier alianza de la clase obrera y el campesinado. Nosotros propugnamos una alianza donde el papel dirigente pertenezca a la clase obrera, ¿Por qué? Porque sin el papel dirigente de la clase obrera en el sistema de la alianza de los obreros y los campesinos, es imposible la victoria de las masas trabajadoras y explotadas sobre los terratenientes y los capitalistas. Yo sé que algunos camaradas dicen: la alianza es una cosa buena, pero ¿qué necesidad hay, además de que la clase obrera ejerza la dirección? Esos camaradas se equivocan, porque no comprenden que sólo puede vencer aquella alianza entre los obreros y los campesinos que esté dirigida por la clase más probada y más revolucionaria: la de los obreros". [11]

    b) La partido es un reflejo de las clases y las contradicciones de clase de la sociedad:

    Mao teorizó la inevitable existencia de varias clases en el partido. En primer lugar, sostiene que la "burguesía nacional" es parte del pueblo inclusive en la etapa socialista. En su artículo "Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo", escrito en 1957, desarrolló la idea de que las contradicciones de clase entre la clase obrera y la "burguesía nacional" de la etapa socialista de entraban bajo la categoría de "contradicciones entre el seno del pueblo" como ya citamos en el capítulo anterior. Para él este carácter deriva de "la identidad fundamental" de los intereses de las clases que componen el pueblo. Por ello todas las contradicciones en el seno del pueblo "deberán pues ser resueltas por métodos democráticos". La libertad de palabra y de expresión de esta " burguesía nacional" debe pues, ser facilitada. Los comunistas simplemente tienen que llevar la lucha ideológica para convencer a los "burgueses nacionales". Sólo una minoría de contrarrevolucionarios probados tendrán que ser reprimidos. Esto se resume en el famoso slogan: "que se abran cien flores y que compitan cien escuelas":

    "Hablando en términos generales, las contradicciones en el seno del pueblo son contradicciones que se dan sobre la base de la identidad fundamental de los intereses de éste. En nuestro país, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional hace parte de las contradicciones en el seno del pueblo. [...]

    Las contradicciones entre nosotros y el enemigo y las contradicciones en el seno del pueblo, por ser de distinta naturaleza, deben resolverse con diferentes métodos. En pocas palabras, en el primer caso, se trata de establecer una clara distinción entre nosotros y el enemigo y, en el segundo, entre lo correcto y lo erróneo. Por supuesto, distinguir entre nosotros y el enemigo también implica distinguir entre lo correcto y lo erróneo. [...]

    Los problemas de carácter ideológico y las controversias en el seno del pueblo únicamente pueden resolverse empleando métodos democráticos - discusión, crítica, persuasión y educación -, y en ningún caso recurriendo a métodos coercitivos o represivos. [...]

    La burguesía y la pequeña burguesía exteriorizarán indefectiblemente su ideología. Se expresarán, obstinadamente y por todos los medios posibles, sobre las cuestiones políticas e ideológicas. No se puede esperar que actúen de otra manera. No debemos, recurriendo a la coacción, impedirles que se manifiesten; por el contrario, debemos permitirles que lo hagan y, al mismo tiempo, debatir con ellos y someterlos a una crítica adecuada".
    [12]

    Habiendo querido integrar a la burguesía en el socialismo, Mao desarrolla otra tesis antimarxista: las contradicciones en el seno del partido son las mismas que las en el seno de la sociedad y esto sería inevitable. En su texto "De la contradicción", escrito en 1937, desarrolla la teoría según la cual las contradicciones en el partido son el reflejo simple de las contradicciones de clases en la sociedad. No es en sí erróneo, a condición de buscar las causas materiales y no de presentar este proceso como que es el resultado inevitable de "la universalidad de la contradicción":

    "La oposición y la lucha entre ideas diferentes tienen lugar constantemente dentro del Partido. Este es el reflejo en su seno de las contradicciones entre las clases y entre lo nuevo y lo viejo en la sociedad. Si en el Partido no hubiera contradicciones ni luchas ideológicas para resolverlas, la vida del Partido tocaría a su fin". [13]

    A partir de esta afirmación de un reflejo inevitable y permanente, es construida la teoría de la presencia inevitable de las "dos líneas" en el partido. La lucha entre las líneas existiría independientemente de la voluntad. Sería sólo el reflejo en la conciencia de un proceso objetivo que existiría en la sociedad. Sería permanente en consecuencia mientras subsistan las clases, es decir mientras no llege el comunismo. Encontramos aquí la vieja tendencia de Mao a la dialéctica premarxista y cíclica:

    "La lucha entre dos líneas en el seno del partido, es el reflejo de estas contradicciones, todavía subsistirá mucho tiempo y es posible que se manifieste todavía diez, veinte o treinta veces; (...), esto no depende de la voluntad humana". [14]

    A este diseño cíclico de las contradicciones en el partido, se opone el análisis marxista-leninista que busca para cada contradicción las bases materiales de las ideas erróneas y de las desviaciones. Stalin desde 1926 ha analizado el lazo entre las contradicciones en el seno del partido y la lucha de clase en la sociedad. Desde luego, hay un reflejo inevitable pero éste no es sistemático ni permanente. Este reflejo tiene una base social en ciertas categoría del proletariado. Hay unos contextos de aparición en cada etapa de la lucha de clases. Hay un método de resolución en la lucha desapiadada contra las desviaciones antes de que éstas lleguen a transformarse en un "línea" dentro del partido:

    "Creo que el origen de las contradicciones en el seno de los Partidos proletarios reside en dos circunstancias. ¿Qué circunstancias son ésas? Me refiero, en primer lugar, a la presión de la burguesía y de la ideología burguesa sobre el proletariado y su Partido en el ambiente de la lucha de clases, presión a la que a menudo ceden las capas menos firmes del proletariado y, por tanto, las capas menos firmes del Partido proletario. No puede considerarse que el proletariado esté aislado por completo de la sociedad, que se encuentre al margen de la sociedad. El proletariado es una parte de la sociedad, está ligado por numerosos hilos a las diversas capas de la sociedad. Pero el Partido es una parte del proletariado. Por eso, tampoco puede verse libre del contacto y de la influencia de las diversas capas de la sociedad burguesa. La presión de la burguesía y de su ideología sobre el proletariado y su Partido se manifiesta en que las ideas, las costumbres, los hábitos y el estado de ánimo de los burgueses penetran a menudo en el proletariado y su Partido a través de ciertas capas del proletariado, ligadas de una u otra manera con la sociedad burguesa"

    Me refiero, en segundo lugar, a la heterogeneidad de la clase obrera, a la existencia de diversas capas dentro de la clase obrera. A mi modo de ver, el proletariado, como clase, podría ser dividido en tres capas. Una capa la compone la masa fundamental del proletariado, su núcleo, su parte permanente; es la masa de proletarios «puros», que rompió hace ya mucho los lazos con la clase de los capitalistas. Esta capa del proletariado es el apoyo más seguro del marxismo. La segunda capa la componen gentes salidas hace poco de clases no proletarias, de los campesinos, de las filas pequeñoburguesas, de los intelectuales. Esas gentes proceden de otras clases, hace poco que han pasado a formar parte del proletariado y llevan a la clase obrera sus hábitos, sus costumbres, sus vacilaciones, sus titubeos. Esta capa ofrece el terreno más propicio para el surgimiento de grupos anarquistas, semianarquistas y «ultraizquierdistas» de toda índole. Finalmente, la tercera capa la compone la aristocracia obrera, la élite de la clase obrera, la parte más acomodada del proletariado, con sus tendencias al compromiso con la burguesía, con su aspiración predominante a adaptarse a los poderosos del mundo, con su afán de «hacer carrera». Esta capa ofrece el terreno más propicio para los reformistas y oportunistas declarados".
    [15]

    Las divergencias en el seno del partido no son como vemos eternas. Tienen una base social en la composición social del proletariado al cual es atado el partido. Stalin subraya con razón las tendencias anarquizantes y "ultraizquierdistas" de ciertas capas del proletariado. El trotskismo como el maoísmo reflejan teóricamente estas capas del proletariado. Esta es la razón por la cual la implantación del partido en el "núcleo" de la clase obrera es una de las prioridades para las organizaciones marxistas-leninistas. Hasta es esta implantación la que nos puede hacer considerar que una organización es realmente un partido proletariado. Comprenderemos de manera más claro entonces por qué las organizaciones maoístas, que generalmente reclutaron basándose en el campesinado en el tercer mundo y en la pequeña-burguesía para los países desarrollados fueron corroidos extensas "luchas de líneas" sucesivas entre las que se incluían escisiones. En China la " ultraizquierda" maoísta fue la expresión de la base social campesina del P.C.C. con sus "vacilaciones" y sus "titubeos" como decía Stalin.

    Stalin continuó su análisis al mostrar la relación entre el oportunismo de derecha y el de la "ultraizquierda":

    "A pesar de su diferencia exterior, estas dos últimas capas de la clase obrera constituyen un medio más o menos común, que nutre al oportunismo en general: al oportunismo declarado, cuando predominan las tendencias de la aristocracia obrera, y al oportunismo encubierto con frases de «izquierda», cuando predominan las tendencias de las capas semipequeñoburguesas de la clase obrera que no han roto aún por completo con el medio pequeñoburgués. El hecho de que las tendencias «ultraizquierdistas» coincidan muy a menudo con las tendencias del oportunismo declarado no tiene nada de asombroso. Lenin dijo en repetidas ocasiones que la oposición «ultraizquierdista» es el reverso de la oposición derechista, menchevique, declaradamente oportunista. Y eso es muy cierto. Si el «ultraizquierdista» defiende la revolución sólo porque espera mañana mismo su triunfo, está claro que deberá caer en la desesperación y desilusionarse de la revolución si ésta se retrasa, si no triunfa mañana mismo". [16]

    Stalin habla aquí de tendencias de ciertas capas del proletariado. Los procesos descritos todavía más ciertos cuando la base del partido es constada por capas no proletarias, ya sea por la pequeña-burguesía o el campesinado. Esto permite alumbrar el proceso de degeneración de los partidos revisionistas que progresivamente dejaron el "núcleo" de la clase obrera para arraigarse la aristocracia obrera. Esto alumbra también las trayectorias de numerosos "maoístas" y "trotskistas" que luego se pusieron al servicio abierto de la burguesía. Por ello tenemos aquí uno de los elementos de explicación del proceso que condujo al P.C.C. de emitir posiciones "ultraizquierdistas" a posiciones abiertamente derechistas y reaccionarias.

    Stalin sigue su razonamiento, mostrando cómo la influencia de estas capas del proletariado traduce vacilantes en las diferencias en el partido:

    "Es lógico que a cada viraje en el desarrollo de la lucha de clases, a cada agudización de la lucha y aumento de las dificultades, la diferencia de opiniones, de hábitos y de estado de ánimo de las distintas capas del proletariado se deje sentir forzosamente en forma de determinadas discrepancias en el Partido; y la presión de la burguesía y su ideología debe acentuar necesariamente esas discrepancias, dándoles salida en forma de lucha dentro del Partido proletario. Tal es el origen de las contradicciones y las discrepancias en el seno del Partido". [17]

    Stalin habló de "contradicciones y discrepancias precisamente porque la tarea del partido es luchar firmemente contra las desviaciones antes de que puedan convertirse en "líneas" desviacionistas que juzguen la una línea monolítica posible dentro del partido:

    "¿Es posible evitar esas contradicciones y discrepancias? No, no lo es. Suponer que puedan ser evitadas significaría engañarse a sí mismo. Engels tenía razón al decir que es imposible velar durante mucho tiempo las contradicciones en el seno del Partido, que esas contradicciones se resuelven mediante la lucha. Eso no significa que el Partido deba convertirse en un club de debates. Al contrario. El Partido proletario es y debe seguir siendo la organización combativa del proletariado. Únicamente quiero decir que es imposible desentenderse de las discrepancias dentro del Partido y cerrar los ojos a ellas si son discrepancias de principio. Únicamente quiero decir que sólo mediante la lucha por una línea basada en los principios marxistas se podrá salvaguardar al Partido proletario de la presión y la influencia de la burguesía.

    Únicamente quiero decir que sólo superando sus contradicciones internas es posible sanear y fortalecer el Partido".
    [18]

    Sobre este aspecto también, no podemos a la vez apelar a Stalin y a Mao. Hay que escoger.

    C) ¿Que hacer con los oportunistas infiltrados en el Partido?

    La desviación de Mao con relación al marxismo-leninismo sobre la cuestión del partido no acaba aquí. Considerando el partido como el reflejo de la sociedad, presenta de la manera siguiente la composición del P.C.C.:

    "Ideológicamente, existen en nuestro Partido tres tipos de gente: aquellos camaradas que son firmes, que nunca han vacilado y tienen un pensamiento marxista-leninista; aquellos otros cuyo pensamiento, siendo marxista-leninista en lo fundamental, se halla entremezclado con ideas no marxista-leninistas, y, en fin, un reducido número de personas que no son buenas, que tienen un pensamiento no marxista-leninista". [19]

    Aquí nos encontramos con la idea de que el partido es el fiel reflejo de la sociedad. De hecho, en otros textos, Mao divide en tres categorías del mismo tipo, ya sean clases intelectuales o sociales. Él describe así la situación de los intelectuales:

    "Respecto a la actitud de los cinco millones de intelectuales hacia el marxismo, se podría decir que más del 10 por ciento -comunistas y simpatizantes- están relativamente familiarizados con el marxismo y, bien plantados sobre sus pies, se sitúan firmemente en la posición del proletariado. [...]

    La mayoría desea estudiar el marxismo y ya ha aprendido algo, pero aún no lo conoce bien. Entre esta mayoría hay algunos que, siendo todavía escépticos y careciendo de una posición firme, vacilan en cuanto se levanta una tormenta. Este sector de intelectuales, que constituyen la gran mayoría de los cinco millones, mantienen una posición intermedia. Aquellos que se oponen obstinadamente al marxismo o le tienen odio representan una mínima proporción. Hay algunos que, si bien no lo declaran abiertamente, de hecho desaprueban el marxismo. Habrá gentes de este tipo durante mucho tiempo y debemos permitirles que lo desaprueben".
    [20]

    La misma división ternaria es acercada en cuanto a la actitud enfrente del socialismo:

    "Esto se debe a que el 90 por ciento de nuestra población no desea ver el país en desorden sino que quiere construir el socialismo y a que, del restante 10 por ciento - gentes que no están por el socialismo o se le oponen -, muchos son vacilantes, mientras los que se le oponen obstinadamente sólo ocupan un 2 por ciento. ¿Cómo es posible que en estas circunstancias se produzca el caos? Es por eso que la consigna de gran competencia y gran apertura y la consiguiente forma o el consiguiente método de gran competencia, gran apertura, gran debate y dazibao van, a la postre, en beneficio de la mayoría y contribuyen a su autotransformación. En una palabra, entre los dos caminos - el socialista y el capitalista - van en favor del primero". [21]

    Se puede ver también la misma división en tres categorías con respecto a "patriotismo":

    "Hay tres tipos de patriotismo: el verdadero, el falso y el vacilante". [22]

    El mundo por tanto se divide pues sin cesar en tres categorías con proporciones variables entre ellas. Encontramos aquí las influencias de la vieja filosofía china según la cual el mundo es guiado por dos principios directivos: el "Yin" y el "Yang". La realidad que es siempre hay un cierto equilibrio de este Yin y este Yang lugar que ocupa en sus escritos la llamada "tercera categoría". Lo cual es en para sus obras un intento de búsqueda del equilibrio que pueda conducir a la armonía. Un exceso de Yin apela de Yang y a la inversa. Este modo de pensamiento conducirá a Mao a su teoría de las " zonas intermediarias " y luego a su teoría de los "tres mundos". Haremos más profundo los análisis sobre estas dos teorías en el último capítulo.

    Por el momento; estudiemos las consecuencias de este raciocinio sobre las resoluciones de las contradicciones en el seno del partido. Mao considera en efecto que a excepción de la extrema minoría de abiertos contrarrevolucionarios (la tercera categoría), debe prevalecer la educación y la persuasión (para la segunda categoría). En el momento de la "campaña para la consolidación del Partido" de 1951, Mao propone una división del partido en cuatro categorías:

    "1) los que cumplen los requisitos del militante; 2) los que no llenan del todo los requisitos o adolecen de defectos más o menos graves y que deben elevar su conciencia política a través de la reeducación; 3) los elementos pasivos y atrasados, que no alcanzan a llenar los requisitos, y 4) los elementos ajenos a la clase, los renegados, los arribistas y los degenerados, que anidan en el Partido". [23]

    Mao propuso excluir sólo al cuarto grupo:

    "Durante la consolidación se debe, en primer lugar, depurar al Partido de las "personas del cuarto tipo". Luego, hacer una distinción entre las del "segundo tipo" y las del "tercer tipo", y persuadir a las que de entre ellas realmente no cumplan los requisitos del militante del Partido aun después de habérseles impartido educación, para que se retiren, procurando que su salida sea voluntaria y que sus sentimientos no sean heridos y cuidándose de no repetir la práctica de 1948 de "remover las piedras". [24]

    Estamos en las antípodas de la teoría leninista del partido como vanguardia de la clase obrera, como la agrupación de la parte más consciente del proletariado. Es necesario llegados a este punto recordar de nuevo lo que dijo Stalin en cuanto a estas fundamentales cuestiones:

    "El Partido como destacamento de vanguardia de la clase obrera. El Partido tiene que ser, ante todo, el destacamento de vanguardia de la clase obrera. El Partido tiene que incorporar a sus filas a todos los mejores elementos de la clase obrera, asimilar su experiencia, su espíritu revolucionario, su devoción infinita a la causa del proletariado. Ahora bien, para ser un verdadero destacamento de vanguardia, el Partido tiene que estar pertrechado con una teoría revolucionaria, con el conocimiento de las leyes del movimiento, con el conocimiento de las leyes de la revolución. De otra manera, no puede dirigir la lucha del proletariado, no puede llevar al proletariado tras de sí. El Partido no puede ser un verdadero partido si se limita simplemente a registrar lo que siente y piensa la masa de la clase obrera, si se arrastra a la zaga del movimiento espontáneo de ésta, si no sabe vencer la inercia y la indiferencia política del movimiento espontáneo, si no sabe situarse por encima de los intereses momentáneos del proletariado, si no sabe elevar a las masas hasta la comprensión de los intereses de clase del proletariado". [25]

    El Partido Comunista no puede tener solamente una clase de miembros. Por supuesto, garantiza elevar el nivel político de cada uno y ayudar a los compañeros que tienen dificultades en esta tarea, pero elimina sus filas oportunista o elementos vacilantes. Escuchar de nuevo Stalin en este punto:

    "El Partido se fortalece depurándose de los elementos oportunistas. El fraccionalismo dentro del Partido nace de sus elementos oportunistas. El proletariado no es una clase cerrada. A él afluyen continuamente elementos de origen campesino, pequeñoburgués e intelectual, proletarizados por el desarrollo del capitalismo. [...]

    Todos estos grupos pequeñoburgueses penetran de un modo o de otro en el Partido, llevando a éste el espíritu de vacilación y de oportunismo, el espíritu de desmoralización y de incertidumbre. Son ellos, principalmente, quienes constituyen la fuente del fraccionalismo y de la disgregación, la fuente de la desorganización y de la labor de destrucción del Partido desde dentro. Hacer la guerra al imperialismo teniendo en la retaguardia tales "aliados", es verse en la situación de gente que se halla entre dos fuegos, tiroteada por el frente y por la retaguardia. Por eso, la lucha implacable contra estos elementos, su expulsión del Partido es la condición previa para luchar con éxito contra el imperialismo".
    [26]

    Stalin habla aquí del Partido comunista antes de la toma del poder, pero la cuestión queda idéntica después de la victoria de la revolución. La depuración del partido es una necesidad que se mantiene también en las situaciones de éxito y de victoria. He aquí lo que le declara Stalin al XVIII congreso del PC (b):

    "En el XVII congreso fueron representados 1.874.488. miembros del Partido. Si se le compara esta cifra al de los miembros del Partido representados en el XVI congreso, resulta que en el período comprendido entre el XVI y el XVII congreso, 600.000 nuevos miembros vinieron al partido. El Partido no pude dejar de sentir que semejante afluencias de masas a sus filas, en las condiciones del 1930 al 1933, era un crecimiento malsano e indeseable de sus efectivos. El Partido sabía que en sus filas acuden no sólo gente honrada y adicta, sino que también los individuos casuales, los arribistas que querían utilizar la bandera del Partido para fin personal. El partido necsariamente tenía que saber que es poderoso, no sólo por el número de sus afiliados sino ante todo por su calidad. [...]

    Como resultado de todas estas medidas, el partido logro limpiar sus filas de los elementos casuales, pasivos, arribistas y directamente hostiles, seleccionado a las personas más firmes y fieles".
    [27]

    Como se observa claramente, para Stalin la depuración no se limita a los contrarrevolucionarios declarados. Para desempeñar su papel de vanguardia, el partido debe también eliminar a los "arribistas, los elementos pasivos," etc. Mao a diferencia suya, considera que no sólo los oportunistas no tienen que ser excluidos del partido sino que que además se les tiene que permitir expresarse. Conforme a la lógica del "Yin" y del "Yang ", considera que la "línea justa" implica que las "líneas" erróneas se expresen. La línea justa se encuentra en definitiva reequilibrando los excesos de Yin (derecha) o de Yang (izquierda). Exagerando como lo mostramos en nuestro primer capítulo el papel de la "superstructura y de la conciencia", cree en la toda potencia de la misma para la reeducación de los reaccionarios probados. Así considera que la "burguesía nacional "puede integrarse en el socialismo por la reeducación". Así también piensa que reaccionarios como Deng Xiaoping pueden "corregirse" por la reeducación. Concedamosle la palabra sobre este aspecto:

    "¿Hay que llevar la lucha en el seno del Partido? Claro que sí. Al igual que los campesinos también cada año arrancan las malas hierbas. Hay que saber convencer a los autores de sus errores. No podemos recurrir a los medios de opresión y de represión. No basta tampoco con publicar algunos artículos en la prensa. Tenemos que convencer a través de la razón, y no confiar en nuestra clasificación". [28]

    Permitirles a los enemigos expresarse y desarrollar su línea es una constante del discurso de Mao. Según él dejándoles la libertad de expresión, se desenmascararían y permitirían así a la línea justa desarrollarse:

    "Hay que convocar grandes reuniones de derechistas. En el curso de estas reuniones, comenzaremos por agradecerlos. Luego marcaremos nuestra intención de ayudarles. Los agradeceremos por haber atacado a los obreros y al Partido, dándonos lecciones como maestros de escuela. Pero les ayudaremos. Porque querríamos repescar los cinco o siete décimas de su interior, que se transformarán en un aumento poco a poco después de cinco o diez años hasta que puedan ponerse al servicio del pueblo. Habrá también unos incorregibles. Esta gente nos será útil también por su obstinación, en el sentido que su existencia demuestra nuestro espíritu de tolerancia. Debemos llevar críticas severas y hechas más profundo contra los derechistas. Pero las medidas contra ellos deben ser tomadas con gran generosidad -no obstante no es bueno practicar una generosidad sin límite-. Si hay que imponerles una limitación, hay que también dejarles una salida. Tales disposiciones animarán no sólo los elementos neutros, sino que también los derechistas a tomar un día su sitio en las filas del pueblo". [29]

    Estas intenciones tenidas con respecto a los intelectuales son similares al diseño que tiene Mao del Partido y de su unidad:

    " A ellos les parece que, una vez dentro del Partido Comunista, todos han de ser marxistas en el 100 por ciento. En realidad, hay diversos tipos de marxistas: marxistas en un 100 por ciento, marxistas en un 90 por ciento, marxistas en un 80 por ciento, marxistas en un 70 por ciento, marxistas en un 60 por ciento, marxistas en un 50 por ciento, y algunos son marxistas sólo en un 10 ó 20 por ciento. ¿No podemos conversar entre dos o varias personas en un pequeño cuarto? ¿No podemos celebrar negociaciones partiendo del deseo de unidad y con un espíritu de ayuda? Claro que no se trata de negociaciones con el imperialismo (con éste también necesitamos celebrar negociaciones), sino de negociaciones internas entre comunistas. Pongamos un ejemplo: ¿Acaso no es sostener negociaciones lo que están haciendo aquí los doce países reunidos? ¿No es negociar lo que están haciendo los sesenta y tantos Partidos? Efectivamente, eso es lo que hacemos. En otras palabras, a condición de no menoscabar los principios marxista-leninistas, aceptamos las opiniones aceptables de otros y desechamos aquellas nuestras que pueden ser desechadas. Así, actuamos con dos manos: una para la lucha con los camaradas que incurren en errores y la otra para la unidad con ellos. El propósito de la lucha es perseverar en los principios marxistas, lo cual supone la fidelidad a los principios. Esta es una mano; la otra es para velar por la unidad. El propósito de la unidad es dar una salida a esos camaradas, contrayendo compromisos con ellos, lo que significa flexibilidad. La integración de la fidelidad a los principios con la flexibilidad constituye un principio marxista-leninista y es una unidad de contrarios". [30]

    Concebida la unidad como compromiso, tal es en realidad el diseño maoísta del partido. Esto emana de la búsqueda permanente de equilibrio entre lo "contrario", conforme a la vieja mística idealista del Yin y de Yang. No nos asombremos pues cuando Mao se une a Trotsky a propósito del consentimiento de "fracciones" en el partido. La diferencia es que TrotstkY reclama su legalización mientras que Mao considera las fracciones como inevitables y hasta necesarios para que emerja la "línea justa":

    "El presidente Mao dijo: "aparte de un partido, existen otros partidos, y en el seno del mismo partido, hay unas fracciones, siempre fue así". Llevar correctamente la lucha dentro del Partido es una condición para reforzarlo". [31]

    Stalin ha destacado siempre el peligro del "compromiso" y la ilusión de convencer oportunista mediante la mera discusión. En este aspecto también, no es posible ser maoísta y estalinista por no existir nexos entre ellos en esta cuestión:

    "La teoría de "vencer" a los elementos oportunistas mediante la lucha ideológica dentro del Partido, la teoría de "acabar" con estos elementos dentro del marco de un partido único es una teoría podrida y peligrosa, que amenaza con condenar al Partido a la parálisis y a una dolencia crónica, que amenaza con entregar el Partido a merced del oportunismo, que amenaza con dejar al proletariado sin Partido revolucionario, que amenaza con despojar al proletariado de su arma principal en la lucha contra el imperialismo". [32]

    3) ¿Quién debe liderar: el partido y las masas?

    Subrayamos anteriormente los análisis de Stalin sobre el informe entre el partido y las masas del proletariado. Mao invierte el informe y considera que las masas generalmente se adelantan sobre el partido. Esto lo conduce a acudir a "movimientos de masas" para ajustar los asuntos y las divergencias del partido. Esta es una vieja tendencia anarquista en Mao, aunque es en la revolución cultural donde conocerá su expresión más desarrollada.

    La Revolución Cultural es la sistematización de dos viejas ideas de Mao: "No tengan miedo de los problemas" y "la denuncia hecha por las masas". Escuchemos a Mao, antes de la Revolución Cultural:

    En 1958, él dijo:

    "Deberíamos dirigir las masas, pero actualmente las masas se adelantan más que nosotros. Se atreven a reflejar carteles grandes carácteres para criticarnos". [33]

    En abril de 1957, Mao les responde esto a los que tienen miedo a que la campaña de las "cientas flores " desemboque en disturbios:

    "Absolutamente no animo el pueblo a crear disturbios ni a organizar asociaciones que siembren el desorden. Castigaremos toda irrupción ilegal en las oficinas. Sin embargo habrá inevitablemente unas perturbaciones y las tendencias al sectarismo se manifestarán. Actualmente es la gente que no es del Partido la que calientan las mentes. Pero dentro de poco el Partido será ganado por el mismo entusiasmo que progresivamente acabará en la efervescencia. Temer y no temer, estar contento y no estar contento, resolver los problemas y no resolverlos; son allí fenómenos dialécticos". [34]

    La revolución cultural sistematiza estos dos principios que marginan el partido comunista. Las "masas" son llamadas a "no temer los disturbios" y a dirigir la "revolución cultural". El punto cuarto de la "decisión del comité central del P.C.C. sobre la gran revolución cultural proletaria" del 8 de agosto de 1966 declaraba:

    "En la gran revolución cultural proletaria, las masas mismas pueden liberarse solas, y no podemos de ningún modo actuar en su sitio. Hay que tener confianza en las masas, apoyarse en ellas y respetar su espíritu de iniciativa. Hay que rechazar el temor y no tener miedo a los disturbios. El presidente Mao siempre nos enseñó que una revolución no podía cumplirse con tanta elegancia y delicadeza, o con tanta dulzura, amabilidad, cortesía, deducción y generosidad de alma. ¡Qué las masas se eduquen en este gran movimiento revolucionario y operen la distinción entre aquello que es justo y aquel que no lo es, entre los modos de actuar correctos e incorrectos! Plenamente hay que utilizar el método de los periódicos murales de un modo mayor, así como permitir los grandes debates para exponer las francas opiniones con el fin de que las masas puedan exprimir sus puntos de vistas justos, critique los puntos de vista erróneos y denunciar todos los espíritus maléficos".

    Esta movilización de las masas tiene un objetivo preciso que es resolver las contradicciones internas del partido y realizar una depuración de los "que se comprometen en la vía capitalista". Las "masas" en general son convocadas así para resolver las contradicciones de "la vanguardia del proletariado". Así el punto tercero de la declaración declina cuatro actitudes de "organizaciones del Partido en los diferentes escalones" y precisa a las que deben ser el blanco de la "revolución" y en particular señala a la cuarta categoría:

    "Para otros ciertos organismos, la dirección es controlada por elementos que se infiltraron en el Partido, detienen cargos ejecutivos pero se comprometen en la vía capitalista. Estos elementos en el poder tienen extremadamente miedo de ser denunciados por las masas; buscan por consiguiente, todos los pretextos para reprimir el movimiento de masa. Recurren a las maniobras tales como las que consisten en desviar los objetivos o en hacer pasar por blanco lo que es negro, con la esperanza de conducir el movimiento en una mala vía".

    El punto quinto también precisa que uno de los blancos es el interior del partido:

    "El corriente movimiento principalmente se refiere a los que en el partido detienen cargos ejecutivos y se comprometen en la vía del capitalismo".

    Subrayamos anteriormente la necesidad para un partido comunista de fortificarse depurándose de elementos oportunistas e inestables. Simplemente para los marxistas-leninistas, esta depuración es un asunto vital de los comunistas y su partido. He aquí los bolcheviques soviéticos y Stalin procedieron en la lucha contra el contrarrevolucionario Trotstky:

    "Aprovechando primero la enfermedad y luego la muerte de Lenin, los enemigos del socialismo trataron de hacer derivar el Partido de la vía de Lenin para preparar así las condiciones favorables para el restablecimiento del capitalismo en nuestro país. Los ataques fueron particularmente furiosos por parte de los enemigos mortales del leninismo: Trotsky y sus agentes. Los trotskistas le impusieron al partido una nueva discusión. La batalla revistió un carácter encarnizado. Stalin denunció el fondo político de la acción trotskista y mostró lo que significaba para el partido ese tema señalándola de cuestión de vida o muerte. Se consolidaron los cuadros del Partido y se organizó la derrota del trotskismo. En enero de 1924 se reúne la XIII conferencia del Partido. Se escucho el informe de Stalin, que mostraba las enseñanzas de la discusión en el partido. La conferencia resueltamente condenó a los trotskistas. Sus decisiones fueron confirmadas por el XIII Congreso del Partido (realizado en mayo de 1924) y el Vº Congreso de Internacional Comunista (realizado en verano de 1924). [...]

    En las batallas libradas frente al trotskismo, Stalin reunió el partido alrededor de su comité central y lo movilizó con vistas a una lucha nueva por la victoria del socialismo en nuestro país".


    Aquí en la lucha de Stalin por lo tanto no hay rastro en la actitud del partido o de Stalin de la menor "llamada a las masas" para ajustar cuentas en un combate que concernía primeramente a la vanguardia del proletariado de la U.R.S.S. y del mundo. Es sólo después de estas convicciones que Trotsky fue expulsado del partido. El aspecto público de la controversia era una explicación de las posiciones de los opositores y los peligros que corrían el partido y el socialismo. El mismo paso leninista también se efectuó de calcado modo a propósito de la "desviación de derecha" tiempo después. Los textos de Stalin en el curso de estas polémicos les permitieron primero a los miembros del partido y luego a los pueblos de Unión Soviética comprender las problemas de los combates que se habían efectuado en el seno del partido. Estos textos son los siguientes: "Los fundamentos del leninismo" (1924); "La revolución de octubre y la táctica de los comunistas rusos" (1924); "Cuestiones del leninismo" (1926); "Sobre el peligro de derecha en el P.C.(b) de la U.R.S.S." (1928); "La desviación de derecha en el P.C. (B) del U.R.S.S" (1929). Todavía buscamos hoy los textos de Mao donde muestren muestren los desafíos de la lucha desencadenada durante la "revolución cultural". Ya que sólo encontramos slogans generales sobre que la "burguesía se ha infiltraro en el partido".

    El método que en su día utilizó Stalin es el del marxismo-leninismo que se apoya en la vanguardia que constituye el propio partido. Los métodos de Mao en cambio prefiere utilizar el anarquismo bajo la "rebelión de estudiantes la cual forma nuevas organizaciones (los guardias rojos) sin contar para nada con el partido. En la lucha contra los enemigos de la revolución, la elección entre Stalin y Mao es también ineludible. No podemos apelar a dos sobre esta cuestión.

    CONCLUSIÓN:

    En el dominio del diseño del partido del proletariado, Mao pretendió desarrollar también el marxismo-leninismo. Sobre este aspecto también, contribuyó reforzando esta idea de desarrollo bajo las críticas enviadas a la propia figura de Stalin. Así pretende de forma penosa dar a entender que Stalin subestimó la intensificación de la lucha de clases bajo el socialismo y los maoístas difundirán el mito de un Mao que habrá desarrollado la teoría y la práctica de la lucha de clases bajo el socialismo. Mao confunde aquí la teoría de Stalin sobre la desaparición de las clases antagónicas después de la eliminación de la última clase explotadora que son los kulaks, con la afirmación de la desaparición de la lucha de clases. De hecho, Mao no cree en la posibilidad de eliminar las clases antagónicas. Fiel al viejo diseño idealista de la filosofía china antigua, considera que lo bueno y el mal, el justo y el injusto, la burguesía y el proletariado, etc., estarán siempre en oposición en el marco de una historia cíclica.

    Del mismo modo, considera que las contradicciones de clases se reflejan como tales en el partido del proletariado. Emana de eso la afirmación de la inevitabilidad de la presencia de la burguesía en el partido. Stalin siempre llamó a la vigilancia y a buscar las razones de la aparición y del desarrollo de la idea burguesa que surgiese en cualquier momento de la lucha de clases con el fin de erradicarla y de inmunizar al partido contra una nueva aparición. Mao pretende que de manera sistemática la burguesía siempre estará presente. Se trataría para él de una ley ineludible. Aquí también, percibimos las influencias del "eterno retorno" de la doctrina idealista del filosofo chino Confucio.

    Mientras exista el cerco capitalista (hasta después de la desaparición sobre la escena nacional de las clases antagonistas) existe siempre la posibilidad de desarrollo del revisionismo. Pero el partido del proletariado no es impotente frente a estas tendencias. Cuanto sus miembros más sean educados en el marxismo-leninismo, más sean anclados en la clase obrera, más sacaran lecciones de las desviaciones del pasado, y por lo tanto el porcentaje de que la ideología burguesa se infiltre dentro del partido sera menor.

    Para que este combate contra el revisionismo sea posible, todavía hace falta que el partido reagrupe sólo la vanguardia de la clase obrera. Es lo que siempre desarrollaron Lenin y Stalin en la fórmula siempre de actualidad de que: "el partido se refuerza depurándose de sus elementos oportunistas". Mao desarrolla otro punto de vista. Considera que la "reeducación" de los oportunistas siempre es posible de la misma manera que la conversión de la "burguesía nacional" al socialismo es según él posible. La teoría del partido de masas desarrollada por Mao se opone a la de Lenin y Stalin y su partido de vanguardia. De hecho, el partido de Mao se parece de manera extraña a una frente en la cual se oponen y se unen las diferentes clases sociales y sus ideologías. El partido no sería así como la sociedad en miniatura. En este diseño el partido y su rol es minimizado en la sociedad.

    La teoría de la "lucha entre las líneas" es la sistematización teórica de este enfoque maoísta del partido como reflejo de la sociedad. Conviene pues para Mao dejar las contradicciones que se desarrollen en el seno del partido, así como se debe dejar expresar las ideas políticas erróneas para que puedan ser combatidas. Sobre este aspecto también, estamos en oposición del marxismo-leninismo que apela a un combate desapiadado contra las desviaciones desde sus apariciones.

    Con tal diseño de partido, es lógico que Mao le prefiera las "masas" al partido, desembocando así en prácticas de tipo anarquista como sucedieron efecitamente durante la revolución cultural por ejemplo. En el curso de ésta, Mao rodeó y liquidó las organizaciones del partido llamando directamente a las "masas", es decir en este caso a la juventud. El proletariado como la fuerza dirigente de entonces y de siempre, fue reemplazado por los "guardias rojos" como fuerza dirigente. No es para nada un azar si se pueden encontrar paralelismos en la rebelión de la pequeña burguesía de mayo de 68 frente a la revolución cultural china.

    Mientras quedemos atrapados e impresionado por este espíritu revolucionario pequeño burgués, no vamos a aplicar jamás los métodos correctos para conquistar la vanguardia obrera de los grandes centros industriales sin la cual ningún partido comunista ni ninguna revolución es posible. Evaluando todo esto pues, los daños del maoísmo son enormes en este aspecto.

    [1] El artículo "La pseudo-comunismo de Jruschov y lecciones históricas al mundo, sobre la carta abierta del Comité Central del PCUS (IX)" en el debate sobre la línea del movimiento comunista internacional , en ediciones Lenguas Extranjeras, Beijing, 1965, p. 440-441.

    [2] Stalin, "La nueva Constitución - Informe sobre el proyecto de Constitución de la URSS de 25 de noviembre 1936", en Stalin, Doctrina de la URSS , Flammarion, París, 1938, p. 341-347.

    [3] Idem, p. 353.

    [4] Stalin, "Por una formación bolchevique", un informe al Comité Central del 03 de marzo 1937 Editions Naim Frasheri, Tirana, 1968, p. 52-53.

    [5] "Una vez más acerca de la experiencia histórica de la dictadura del proletariado" en Mao Tse-tung, 1949-1958 Los textos, edición completa, Editions du Cerf, París, 1975, pp.245-246.

    [6] Mao Tse-tung, la intervención del comité central del VIII º Congreso en septiembre de 1962 Conocimientos básicos del PCC, op. cit., p.7.

    [7] Mao Tse-tung, "Discurso en la conferencia de secretarios de los comités del Partido en las provincias, municipios y regiones autónomas en enero de 1957," Obras escogidas , tomo V, publicado en lenguas extranjeras, Pekín, 1977, p.408 .

    [8] Mao Tse-tung, "El papel del PCC en la guerra nacional", informe al Comité Central en octubre de 1938 Selected Writings , Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekín, 1972, p. 153-154.

    [9] Conocimientos básicos del PCC, op. cit., p. 26-27.

    [10] "El pseudo-comunista de Jruschov y las lecciones históricas al mundo", 14 de julio de 1964, en el debate sobre la línea general del movimiento comunista internacional , op. cit., p. 465-466.

    [11] Stalin, la situación económica de la Unión Soviética y los partidos políticos , 13 de abril de 1926, las ediciones en lenguas extranjeras, Moscú, 1953, p. 27.

    [12] Mao Zedong, "Sobre el tratamiento correcto de las contradicciones en el seno del pueblo", 27 de febrero de 1957, en Selected Writings , op. cit, p. 470-505.

    [13] Mao Tse-Tung, "Sobre la contradicción", en Selected Writings , op. cit., p. 98.

    [14] Conocimientos básicos del PCC, op. cit., p. 63.

    [15] Stalin, "Una vez más sobre la desviación socialdemócrata en nuestro partido", informe al Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista de 7 de diciembre de 1926, en Obras Completas , op. cit., p. 229-230.

    [16] Stalin, ibid, p. 230.

    [17] Idem, p. 230.

    [18] Idem, p. 230-231.

    [19] Mao Tse-tung, Obras Escogidas , tomo V, publicado en lenguas extranjeras, Pekín, 1977, p. 110.

    [20] Mao Tse-tung, "Discurso en la Conferencia Nacional de trabajo de propaganda del PCCh," 12 de marzo de 1957 en los textos de 1949 a 1958 , edición completa, Editions du Cerf, París, 1975, p. 347.

    [21] Mao Tse-tung, "Discurso en la Conferencia Suprema de Estado", 13 de octubre de 1957, en Textos 1949-1958 , op. cit., p. 404.

    [22] Mao Tse-tung, "criticar las ideas reaccionarias de Liang Ming Chou", Obras escogidas, tomo V, p.133.

    [23] Mao Tse-tung, "Fundamentos de la resolución adoptada en la oficina de política general de la reunión del Comité Central del PCCh," 18 de febrero 1951, Obras Completas , Tomo V, publicado en lenguas extranjeras, Pekín, 1977, p. 48-49.

    [24] Idem, p. 47.

    [25] Stalin, "Los fundamentos del leninismo", en Obras escogidas , op. cit., p. 91.

    [26] Idem, p. 101.

    [27] Stalin, "Informe de la XVIII ª Congreso ", en Obras escogidas , op. cit., p. 524-525.

    [28] Mao Tse-tung, "Discurso en la Oficina conferencia Hangzhou Shanghai", de abril de 1957, en los textos 1949-1958 , op. cit., p. 363.

    [29] Mao Tse-tung, "Discurso en la Conferencia Suprema de Estado", 28-30 de enero de 1958, en los textos de 1949 a 1958 , op. cit., p. 453.

    [30] Mao Tse-tung, "El método dialéctico para garantizar la unidad del partido", en Obras Completas, Volumen V, op. cit., p.558.

    [31] Conocimientos básicos del PCC, op. cit., p. 77.

    [32] Stalin, los principios del leninismo , op. cit., p. 101.

    [33] Mao Tse-tung, "Discurso en la conferencia celebrada en Chengdu," Marzo 1958


    Última edición por NG el Mar Abr 23, 2013 8:21 pm, editado 1 vez
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    "Un partido marxista-leninista que se respete no puede permitir la existencia de dos líneas en su seno" - publicado por Crítica Marxista-Leninista en abril de 2013 - contiene texto de Ndreçi Plasari (PTA): “La lucha de clases en el Partido” - año 1978 Empty Re: "Un partido marxista-leninista que se respete no puede permitir la existencia de dos líneas en su seno" - publicado por Crítica Marxista-Leninista en abril de 2013 - contiene texto de Ndreçi Plasari (PTA): “La lucha de clases en el Partido” - año 1978

    Mensaje por NG Lun Abr 22, 2013 3:31 pm

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    Enver Hoxha

    REFLEXIONES SOBRE LA REVOLUCION CULTURAL.
    LA ANARQUÍA NO SE COMBATE CON LA ANARQUÍA

    28 de abril de 1967
    Instituto de estudios marxista-leninistas adjunto al CC del PTA
    Obras Escogidas. Tomo IV Páginas 264 a 273. Casa editora «8 Nëntori»
    Tirana 1979


    «El partido está en la confusión y se le mantiene en la confusión y se justifica esto diciendo que «se está haciendo la revolución». Sin el partido no hay verdadera revolución, sin el partido la revolución cojeará, chocará con serios imprevistos.

    ¿Por qué no se comienza por fortalecer el partido a nivel de base, si es difícil hacerlo a nivel de dirección? ¿Por qué se pretende arreglar los asuntos sólo por arriba? Es evidente que los camaradas no se apoyan en el partido en tanto que partido organizado, o en vías de reorganización después de la conmoción sufrida. Se limitan, a nombrar comités como el de Pekín (que ha sido cambiado tres veces, y sin embargo han bautizado esto de acontecimiento de gran importancia internacional).

    A mi entender (y puede ser que no tenga razón, ya que continuamos estando a oscuras respecto a numerosos hechos de la vida interna de su partido) en las acciones de los camaradas chinos existe una acentuada dosis de liberalismo y de oportunismo. Naturalmente esto es muy nocivo. Estas tendencias no deben ser nuevas ni fortuitas. El hecho de que a lo largo de 17 años se hayan afirmado en su partido dos líneas, que han coexistido sin muchas fricciones entre sí (hasta ahora que se reconoce la supuesta existencia de fracciones, estas líneas parecían incluso tan ajustadas entre sí, que semejaban una sola), confirma el oportunismo socialdemócrata existente en la línea.

    No se puede justificar un error o mejor dicho dejar de aplicar de manera correcta línea marxista-leninista, invocando las condiciones específicas de China. Es indispensable que en China, ti igual que en todas partes, el marxismo-leninismo sea aplicado de manera no dogmática. Las leyes de la revolución, de la lucha de clases, de la naturaleza y del papel del partido marxista-leninista no pueden ser manipuladas a tu antojo, so pretexto de aplicar una «política flexible», o por la necesidad de «compromisos justos» dictados por las circunstancias. Si no se preservan los principios, las alianzas y los compromisos toman un camino erróneo y ponen en peligro la línea, el partido, la buena marcha de la revolución.

    El hecho es que el Partido Comunista de China ha vivido durante decenas de años tolerando dos líneas en su seno. Si se parte del principio de que se precisan dos líneas activas en el partido, entonces éste no puede ser marxista-leninista. En el seno del partido debe desarrollarse también una lucha de clases, incluso encarnizada, “para liquidar cuanto antes y definitivamente la fracción antipartido, la fracción antimarxista. No hemos visto una lucha de este tipo en el Partido Comunista de China, incluso cuando algunos dirigentes (que no han estado solos) han sido condenados como fraccionalistas. Por el contrarío, no sólo han permanecido en el partido, sino también en la dirección central».

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    Enver Hoxha

    EL IMPERIALISMO Y LA REVOLUCIÓN

    1978
    Instituto de estudios marxista-leninistas adjunto al CC del PTA
    Obras Escogidas. Tomo V Páginas 357 a 708. Casa editora «8 Nëntori»
    Tirana 1979

    «Tomemos en un comienzo la cuestión de la organización del partido y de su papel dirigente. Mao pretendía hacer creer que estaba por la aplicación de los principios leninistas acerca del partido, pero si se analiza en concreto sus ideas sobre el partido y especialmente la práctica diaria de éste, se ve a todas luces que ha substituido los principios y las normas leninistas con tesis revisionistas.

    Mao Tse-tung no ha organizado el Partido Comunista de China sobre la base de los principios de Marx, Engels, Lenin y Stalin. No ha trabajado para hacer de él un partido de tipo leninista, un partido bolchevique. Mao Tse-tung no estaba por un partido de clase proletario, sino por un partido sin fronteras de clase. Ha utilizado la consigna de hacer masivo el partido para borrar la línea de demarcación entre el partido y la clase. Por consiguiente, en este partido podía entrar y salir cualquiera y cuando quisiera. En este aspecto las concepciones del "pensamiento Mao Tse-tung” son idénticas a las de los revisionistas yugoslavos y de los "eurocomunistas".

    Paralelamente a esto, Mao Tse-tung siempre ha subordinado la construcción, los principios y las normas del partido a sus posiciones y a sus intereses políticos, a su política oportunista, unas veces de derecha y otras de izquierda, aventurera, a la lucha entre las fracciones, etc.

    En el Partido Comunista de China no ha existido ni existe la verdadera unidad marxista-leninista de pensamiento y de acción. La lucha entre las fracciones, que ha existido desde la fundación del Partido Comunista de China, ha hecho que en este partido no se instaurara una correcta línea marxistaleninista, que no se guiara por el pensamiento marxista-leninista. Las diversas tendencias que se manifestaban en los principales dirigentes del partido, unas veces eran de izquierda, otras oportunistas de derecha, algunas veces centristas e incluso llegaban a ser puntos de vista abiertamente anarquistas, chovinistas y racistas. Mientras Mao Tse-tung y su grupo estuvieron a la cabeza del partido, estas tendencias fueron una de las características distintivas del Partido Comunista de China. El propio Mao Tse-tung ha predicado la necesidad de la existencia de las "dos líneas" en el partido. Según él, la existencia de ambas líneas y la lucha entre ellas es algo natural, es una expresión de la unidad de los contrarios, es una política elástica que conjuga en sí misma el espíritu de principios y el compromiso. "Así”, escribe él, “con un camarada que se equivoca pueden utilizarse las dos manos: con una será combatido, con la otra se hará la unidad con él. El propósito de esta lucha es preservar los principios del marxismo, lo cual supone perseverar en los principios; éste es un aspecto del problema. El otro aspecto es unirnos a él. La unión tiene por objetivo ofrecerle una salida, concertar un compromiso con él". (Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed. francesa, Pekín, 19ií, t. 5, pág. 560. Los chinos editaron este tomo por primera vez en este año).

    Estos puntos de vista son diametralmente opuestos a las enseñanzas leninistas sobre el partido comunista como destacamento organizado y de vanguardia, que debe tener una sola línea y una férrea unidad de pensamiento y de acción. La lucha de clases en el seno del partido, como reflejo de la lucha de clases que se desarrolla fuera del mismo, no tiene nada en común con las concepciones de Mao Tse-tung sobre las "dos líneas" en el partido. El partido no es arena de las diversas clases y de la lucha de las clases antagónicas, no es una reunión de personas con objetivos opuestos. El verdadero partido marxista-leninista es únicamente partido de la clase obrera y se basa en los intereses de esta clase. Este es el factor decisivo para el triunfo de la revolución y la edificación del socialismo. J. V. Stalin, defendiendo los principios leninistas acerca del partido, que no permiten la existencia de muchas líneas, de corrientes opuestas en el seno del partido comunista, señalaba que "...el partido comunista es el partido monolítico del proletariado y no partido de un bloque de elementos de las diversas clases", (J. V. Stalin, Obras, ed. albanesa, t. 11, pág. 280).

    En tanto que Mao Tse-tung concibe el partido como una unión de clases con intereses opuestos, como una organización en que están enfrentadas y luchan dos fuerzas, el proletariado y la burguesía, el "cuartel general proletario" y el "cuartel general burgués", los cuales deben tener sus representantes en todo el partido, desde la base hasta los órganos dirigentes más altos, Así, en 1956 exigía que fueran elegidos al Comité Central los dirigentes de las fracciones de izquierda y de derecha, presentando a este efecto argumentos tan ingenuos como ridículos: "Todo el país, el mundo entero, dice él, saben bien que ellos han cometido errores de línea. La razón por la que los elegimos estriba precisamente en que ellos son famosos. ¡Qué otro remedio hay si gozan de fama y la fama de los que no han cometido errores o sólo han cometido pequeños errores no puede compararse con la suya! En nuestro país, que tiene una gran masa de pequeño-burgueses; ellos son dos banderas". (Mao Tse-tung, Obras Escogidas, oo. francesa, Pekín, 1977, t. 5, pág. 348.)

    Renunciando a la lucha de principios en las filas del partido, Mao Tse-tung hacía el juego a las fracciones, buscaba concertar compromisos con algunas de ellas para oponerse a otras y reforzar así sus posiciones. Con tal plataforma organizativa, el Partido Comunista de China nunca ha sido ni podía ser un partido marxista-leninista. En él no se respetaban los principios y las normas leninistas».

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