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    La Revolución Cultural: Logros en Educación y Cultura

    Lin Piao
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    La Revolución Cultural: Logros en Educación y Cultura Empty La Revolución Cultural: Logros en Educación y Cultura

    Mensaje por Lin Piao Jue Oct 08, 2015 9:09 pm

    La Revolución Cultural, según proclama la “guía de estudio” de la mayoría de los programas occidentales sobre el tema, siguiendo la “historia oficial” del gobierno anti-maoísta de China, sumió al país en una edad de tinieblas.

    Sin embargo, ocurrieron las cosas más extraordinarias.

    Educación: Expansión e innovación



    Empecemos con la educación. Comúnmente acusan a Mao de oponerse al aprendizaje y a la educación. Jung Chang y Jon Halliday en “Mao: The Unknown Story” (Mao: La historia desconocida) sostienen que Mao consignó a la mayoría de la población a ser “trabajadores esclavos analfabetos o semialfabetizados”. Esto es poner la realidad patas arriba.

    Prueba 1: Se multiplicaron los recursos educativos en las zonas rurales.

    De 1965 a 1976, la inscripción en la escuela primaria aumentó de 115 millones a 150 millones de alumnos, y la de escuela secundaria aumentó de 15 millones a 58 millones, o sea, casi cuatro veces más. Los campesinos tenían acceso a una red de primarias en cada aldea, secundarias integradas para varias aldeas y preparatorias para las comunas. En la sierra, tenían “salones ambulantes”, que viajaban de aldea a aldea. De 1973 en adelante, el 90% de los niños de edad escolar estudiaban. En los años 70, la entrada de obreros y campesinos a la universidad aumentó muchísimo.

    Prueba 2: Atacaron el elitismo en la educación universitaria.

    Antes de la Revolución Cultural, las universidades eran exclusivamente para los hijos e hijas de los miembros del partido y de las clases privilegiadas. Los niños competían por medio de pruebas para entrar a una jerarquía de escuelas preparatorias cada vez más selectas. Durante miles de años, el sistema de educación feudal confucionista creó una minoría selecta de gente culta que gozaba de privilegios y vivía alejada de la gente común y del trabajo productivo.

    La Revolución Cultural abolió ese sistema de selección por medio de pruebas competitivas. Al graduarse de la prepa, los alumnos iban al campo a vivir y trabajar, o trabajaban en fábricas. Después de dos o tres años, cualquier estudiante, sin importar su origen, podía solicitar admisión en la universidad. Como parte del proceso de admisión, su unidad de trabajo lo evaluaba y daba una recomendación.

    Cambiaron por completo el plan de estudios con el fin de evitar el elitismo. Combinaban el estudio con el trabajo productivo. Se estudiaba teoría y política revolucionarias. Se criticaban los métodos pedagógicos antiguos que limitaban a los estudiantes a ser recipientes pasivos de información y elevaba a los maestros a la categoría de autoridades absolutas.

    La Revolución Cultural contradijo la idea burguesa arribista de que la educación es una escalera para que el individuo “suba” o para que adquiera capacidades y conocimientos para aventajar a los demás. No era cuestión de antiintelectualismo sino de poner el conocimiento al servicio de una sociedad que batallaba para borrar las desigualdades sociales.

    Prueba 3: Investigación de “puertas abiertas”.

    Un avance muy importante e innovador de la Revolución Cultural fue lo que llamaron la investigación de “puertas abiertas”. En el campo, establecieron estaciones científicas cerca de los sembradíos. Campesinos, junto con científicos de las ciudades, llevaron a cabo experimentos sobre granos híbridos, el ciclo de vida de los insectos y otros aspectos de la ciencia en la agricultura. Esto ayudó a las masas a entender temas científicos y el método científico, y ayudó a los científicos a entender mejor las condiciones sociales, especialmente en el campo.

    En las ciudades, las universidades e instituciones de investigación importantes trabajaban con fábricas, comités de vecindad y otras organizaciones. El pueblo iba a los laboratorios y estos iban al pueblo. Se hacían acuerdos innovadores, como el de las mujeres de un taller de vecindad que producía piezas para computadoras avanzadas, no como mano de obra explotada del tercer mundo sino en una relación cooperativa con un laboratorio o instituto, y estudiando la ciencia relacionada con la producción.


    Profesionales al campo

    Durante la Revolución Cultural exhortaron a artistas, médicos, técnicos, científicos y gente de muchos otros sectores a que fueran a vivir con los obreros y campesinos: a aplicar sus conocimientos a las necesidades sociales, convivir con los que hacen el trabajo manual, intercambiar conocimientos y aprender de las masas.

    Nos dicen que mandar los profesionales al campo fue como castigarlos. Bueno, y los campesinos, ¿qué? ¿Quién les preguntó que si ellos querían vivir en el campo? El hecho es que la medida de mandar profesionales al campo era parte de la lucha consciente para eliminar las desigualdades sociales, especialmente para reducir la gran diferencia en cultura y recursos entre la ciudad y el campo.

    ¿Cómo aplicaron esta medida? ¿A punta de fusil? De ninguna manera. Primero, apelaban a los ideales más elevados y a la aspiración de servir a la sociedad. Segundo, libraban una lucha ideológica para que todos discutieran la cuestión: ¿qué vale más, el “derecho” de un médico a tener una vida privilegiada en la ciudad u ofrecer servicios de salud para todos? Tercero, muchas personas respondieron a ese llamamiento con entusiasmo y compromiso, y dieron ejemplo a los demás. Por último, sí hubo cierta coacción e institucionalizaron la medida de ir al campo. Pero no toda la coacción es mala. Por ejemplo, ¿es malo que un gobierno elimine la segregación racial de las escuelas, aunque unos se opongan?

    Como mencioné, muchos profesionales y jóvenes respondieron con gran entusiasmo al llamamiento a ir al campo. Les recomiendo mucho que le echen un vistazo al libro “Some of Us” (Una de nosotras, New Brunswick: Rutgers University Press, 2001). Contiene varios ensayos de chinas que participaron en la Revolución Cultural y ahora viven en el Occidente. Describen que la experiencia de ir al campo les cambió la vida de manera positiva: lo mucho que aprendieron de los campesinos, que hicieron cosas que nunca habían pensado que serían capaces de hacer, que sintieron el poder de la mujer y que la Revolución Cultural promovió un espíritu de pensamiento crítico.

    Profesionales al campo

    Durante la Revolución Cultural exhortaron a artistas, médicos, técnicos, científicos y gente de muchos otros sectores a que fueran a vivir con los obreros y campesinos: a aplicar sus conocimientos a las necesidades sociales, convivir con los que hacen el trabajo manual, intercambiar conocimientos y aprender de las masas.

    Nos dicen que mandar los profesionales al campo fue como castigarlos. Bueno, y los campesinos, ¿qué? ¿Quién les preguntó que si ellos querían vivir en el campo? El hecho es que la medida de mandar profesionales al campo era parte de la lucha consciente para eliminar las desigualdades sociales, especialmente para reducir la gran diferencia en cultura y recursos entre la ciudad y el campo.

    ¿Cómo aplicaron esta medida? ¿A punta de fusil? De ninguna manera. Primero, apelaban a los ideales más elevados y a la aspiración de servir a la sociedad. Segundo, libraban una lucha ideológica para que todos discutieran la cuestión: ¿qué vale más, el “derecho” de un médico a tener una vida privilegiada en la ciudad u ofrecer servicios de salud para todos? Tercero, muchas personas respondieron a ese llamamiento con entusiasmo y compromiso, y dieron ejemplo a los demás. Por último, sí hubo cierta coacción e institucionalizaron la medida de ir al campo. Pero no toda la coacción es mala. Por ejemplo, ¿es malo que un gobierno elimine la segregación racial de las escuelas, aunque unos se opongan?

    Como mencioné, muchos profesionales y jóvenes respondieron con gran entusiasmo al llamamiento a ir al campo. Les recomiendo mucho que le echen un vistazo al libro “Some of Us” (Una de nosotras, New Brunswick: Rutgers University Press, 2001). Contiene varios ensayos de chinas que participaron en la Revolución Cultural y ahora viven en el Occidente. Describen que la experiencia de ir al campo les cambió la vida de manera positiva: lo mucho que aprendieron de los campesinos, que hicieron cosas que nunca habían pensado que serían capaces de hacer, que sintieron el poder de la mujer y que la Revolución Cultural promovió un espíritu de pensamiento crítico.

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    Mensaje por GagarinCCCP Jue Nov 09, 2017 4:56 pm


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