No soy un negacionista de este derecho, que por otro lado se basa en las líneas a veces difusas que dividen una nación de otra en base a su tradición, lengua y ocupación de un territorio por largo tiempo ya que con esos mismos criterios un mismo Estado podría tener números distintos de naciones reconocidas como tal dependiendo de las interpretaciones que se hagan.
El empleo del Nacionalismo Catalán como ejemplo conductor se debe a que actualmente es el que posee más repercusión mediática y social y me ahorra citar constantemente a las varias sensibilidades identitarias que hay en el Estado.
Reconocer el D. a la autodeterminación podría ser un error táctico en España.
En las elecciones Españolas y teniendo en cuenta los criterios del ciudadano medio del país hacer declaraciones similares a: "Los Catalanes tienen derecho a decidir si se independizan o no" puede costar caro, no solo porque en política las medias tintas son traicioneras sino porque la frase en sí misma no aborda el tema, sencillamente lo deja aparcado a decisión Catalana. Esto choca con las 2 posturas de triunfo electoral habituales, la del rotundo NO con justificación en la Constitución y la del rotundo SÍ con justificación en las características propias del pueblo Catalán o incluso “Pueblos Catalanes” según las ambiciosas posiciones Pancatalanistas.
Buscando agradar a todos se satisface a pocos
Al no estar en contra de la Independencia un buen bloque de ciudadanos no te ven como un defensor del país, pierdes un alto porcentaje de voto de los Unionistas que son muy abundantes en toda España.
Al no declararte a favor de la Independencia pierdes el voto de los Independentistas que son muchos menos que los Unionistas Españoles que hay repartidos por todo el país y que previamente ya has perdido, no obstante son muchos miles de votos, algo a tener en cuenta.
La independencia o no independencia ocupa muy buena parte de todos los telediarios y periódicos, a todo el mundo interesa y todo el mundo opina de ello, se reparte en importancia junto con el paro y el terrorismo, es decir, para nuestros compatriotas ahora mismo esta cuestión está a la misma altura que el desempleo y las bombas.
Con respecto al Paro y al Terrorismo siempre se define uno muy bien, sin medias tintas, como debe ser, entendiendo que no vale quedarse neutral si se quiere ser alguien en política, ¿por qué con la independencia no?
¿Realmente sería neutralidad?
De cara al público sí, se podría dejar la explicación ahí pero para aclararlo todavía más... cuando no te postulas ni a favor ni en contra de algo quedas inevitablemente encajado en el medio, esto es así porque la mayoría de asuntos políticos se construyen y abordan en base a sólo 2 posturas y lo que entre ellas pueda haber.
"¿Cuántos votos puedo ganar con mi neutralidad?"
Efectivamente los votos de los neutrales, no es una broma pesada, es así , que en su neutralidad te voten a tí, en lugar de a otro partido también "indiferente" al asunto va a darle a tu estrategia en favor de la autodeterminación otra dosis extra de humildad.
Por suerte cuentas con otras medidas que si no quedan canceladas por el camino pueden darte un buen empujón, suponiendo que tu programa se encuadre dentro del progresismo captarás la atención del sector joven, de los parados y tal vez inmigrantes... esta combinación de votantes es bastante volátil, la derecha cuenta con fieles parroquianos, tu no tienes ese lujo.
"¿Pero los Independentistas no están ya a favor del derecho a la Autodeterminación?"
De facto los Independentismos buscan ese derecho pero persiguiendo además influenciar en el voto aumentando el número de secesionistas, como lo hacen los Unionistas al intentar aumentar el número de anti-Independentistas.
Tu postura es "dejar que voten y que salga lo que salga", la gente lo verá así.
Más claro, en un asunto de máxima importancia política interpretarán que no tienes postura política. Entenderán que Autodeterminación significa eso.
Dentro del Unionismo hay 2 ramas, la primera no reconoce el Derecho a la Autodeterminación, es la que gana y tiene como representantes principales al Bipartidismo PP-PSOE y luego hay otra, normalmente basada en el Republicanismo de Izquierda a favor de un Estado Federal y demás... en caso de Referéndum Catalán esta postura Unionista se vería en el dilema inevitablemente pues esta izquierda Federal siempre ha contado con el Federalismo precisamente para apaciguar las ansias independentistas con las que no simpatizan realmente, esta postura tiene como principal defensor a IU.
Decisión Maquiavélica
Vas a decepcionar a alguien siempre, los que se decepcionan contigo no te votan, hay que asumirlo como regla universal con excepciones milagrosas.
Por tanto, es cuestión de decidir a quién quieres decepcionar; Mejor aún, a quién te sale más rentable decepcionar en caso de tener que elegir.
El criterio para decidir esto en el campo de las votaciones es simple, decepciona a la minoría. Decepciona a los independentistas, a la izquierda revolucionaria enfrascada en sus libros… no temas, perdiendo ganas, por este camino haces llorar a una minoría frente a una mayoría y la minoría no te hará ganar, además las masas tienden a aglomerarse alrededor de las formaciones de más éxito por lo que puedes iniciar una bola de nieve si las circunstancias son favorables y juegas bien tus cartas.
La moral revolucionaria
Aquí entramos en el terreno de las decisiones de carácter filosófico e identitario(indentidad personal), la mayoría en la izquierda se ven a sí mismos como los “buenos”, y son buenos porque sus ideas son buenas, sus ideas son buenas porque están basadas en la justicia social y la justicia social conseguiría una mejora global en la vida de la gente; Esta es la cadena de ideas básicas que tiene una persona de izquierdas en su cabeza respecto a sí mismos. Excepto personas extrañas, nadie defendería un conjunto de ideas que consideren ellos mismos como malas o erróneas, por tanto, es normal que no solo ellos, sino todos, nos veamos como los buenos en política o en la vida en general.
Llegado el momento, para conseguir justicia social, es posible que haya que renunciar a algunas facetas de nuestra moral, esto parece contradictorio, pero si por no saltarnos nuestras propias imposiciones permanecemos estáticos y no avanzamos hacia la justicia social que perseguimos, también nos contradecimos.
Sí, sería avanzar con una contradicción, no hay que sentir pena o decepción por ello.
Además, ¿de qué vale decir “que decidan los pueblos” si cuando tienes la oportunidad de representarlos le dejas hacerlo a otros con intereses totalmente opuestos a la voluntad de los mismos?
Consideración sobre la Autodeterminación que la Izquierda obvia deliberadamente
Una opinión popular en nuestro país, y por tanto algo que nos tiene que interesar es:
“La independencia Catalana la tendremos que votar todos en España, todos somos Españoles”, las únicas respuestas comunistas a esto son decenas de líneas de un libro muy antiguo o un encogerse de hombros, un ciudadano cualquiera, de esos a los que pretendemos liderar, nos cierra la boca con pura lógica, una parte del país no se puede separar sin importarle las consecuencias que le provoque al resto al que previamente pertenecía.
Se puede decir que las consecuencias no existirían, vamos, que dicho territorio independizado ya no tenía relación alguna ni económica ni política con el resto del país antes de independizarse; Algo imposible, y de ser cierto Independizarse no conseguiría nada nuevo.
La preocupación del ciudadano normal es comprensible, su vida ya es bastante inestable como para encima añadir más riesgos, la vida del ciudadano normal es dura, por eso los que apuestan por decir lo que el ciudadano no quiere oír tienen pocas probabilidades de enseñarle algo y menos aún de conseguir su voto. Las elecciones no son un momento didáctico de cara a la gente, no se debe poner en duda sus valores ni criterios.
El porqué de que el Ciudadano común diga esto no es ni alienación ni estupidez, del mismo modo que el Pancatalanista vé a Valencia como parte de su país, el Españolista (que es todo aquel que defienda la existencia de un estado Español) vé a Cataluña como parte del suyo, es lógica, ambos quieren decidir sobre su tierra.
"¿Pero ese comentario será marginal no?", al contrario, es abundante y tiene la misma base lógica que cualquier otra Autodeterminación Secesionista, esa es otra clave, la Autodeterminación puede ser Unionista, pese al Monopolio del término que de él tienen las formaciones en contra de permanecer en el Estado Español.
Conoce tu propio País
Antes de que puedas hablar de lucha de clases abiertamente habrá tenido que pasar mucho tiempo, tu partido habrá tenido que superar todo tipo de cortafuegos y trampas y sobre todo tu partido habrá tenido que demostrar buenas formas, seriedad y posiblemente aparentar ser de centro... un solo error en todo el proceso (que puede durar años) pondrá a tu formación en apuros a no ser que adoptéis un perfil bajo y simuléis ser un partido más.
Un error tremendo sería considerar que tus votantes potenciales poseen una amplia formación política o media, no llevan intercambiando PSOE y PP desde hace décadas por ser eruditos precisamente, no es cuestión de insultar sino de describir los hechos. El Bipartidismo es un modelo recurrente en España, es parte de su tradición, una forma de asegurarte poder cíclico es que tu partido pasase a ser uno de los 2 principales en ese rito endogámico, la otra opción es un escenario más inestable con múltiples fuerzas equiparables, el escenario en el que tu partido queda como principal fuerza dejándo a todas las demás muy lejos es el menos probable.
La recompensa
Esto no es nuevo, es por todos sabido que tras un período de promesas y buenas intenciones llegan las votaciones, si se pierde no hay presión, los perdedores no tienen que cumplir ningún plan de cara al ciudadano obligatoriamente y los ganadores tampoco, con la diferencia de tener 4 años por delante para hacer y deshacer.
La recompensa por 4 renuncias y 8 mentiras puede ser tener un presidente que supere la inteligencia y competencia del actual Mariano Rajoy, no es cosa de broma, además, una vez en el poder se puede (si se quiere) volver a poner en marcha las “renuncias”, las 4 cosas a las que en teoría habías renunciado y que te costaron los llantos informáticos y también taberneros del electorado más contestatario y radical.
La izquierda está empezando a recordar los requisitos de la política real, la que es útil, se empieza a acordar poco a poco de que cuando se tiene mínima relevancia hay que hacer pactos y tener consensos, que las barricadas no existen ahora mismo y no tiene sentido defender lo indefendible.