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    Republica Popular de Polonia

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    Republica Popular de Polonia Empty Republica Popular de Polonia

    Mensaje por GagarinCCCP Jue Mayo 10, 2018 3:27 pm

    Introducción

    El pasado 25 de mayo falleció el general Wojciech Jaruzelski, último líder de la República Popular de Polonia. Posiblemente, la experiencia socialista en Polonia haya sido de las peores tanto dentro del Bloque del Este como de la Historia del Socialismo en general. El carácter pequeño-burgués de algunos de sus líderes provocaron un bajo nivel de vida que desencadenaron en protestas populares y a su vez, estas fueron reprimidas violentamente por el gobierno. En medio de este contexto surgirá una conglomeración de sindicatos conocida como Solidarnosc (Solidaridad) liderada por Lech Walesa, el cual estaba financiado por la CIA a través de la Banca Vaticana. En el presente artículo trataré de explicar las distintas etapas que vivió Polonia hasta el fracaso del gobierno que conlleva la llegada del capitalismo.

    Antecedentes

    Al igual que el resto de las democracias populares que tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo XX en Europa Oriental, los antecedentes de la República Popular de Polonia debemos situarlos en la Segunda Guerra Mundial. La invasión de Polonia por parte de la Alemania nazi desencadenó la Segunda Guerra Mundial. En el exilio se va a formar un gobierno semejante al de la Francia Libre de Charles de Gaulle. En el interior de Polonia, la resistencia va a estar liderada por los comunistas.

    En la ciudad de Lublin, los comunistas van a crear un Comité Polaco de Liberación Nacional en 1944, bajo el apadrinamiento de la Unión Soviética. Este Comité va a ser conocido como “Comité de Lublin”. Siguiendo los postulados del Acuerdo de Yalta, el 28 de junio de 1945 va a crear un gobierno provisional de unidad nacional. Éste estará integrado por 21 ministros, 16 de los cuales eran miembros del Comité de Lublin. Lo liderará Edward Osobka-Morawski con dos vicepresidentes: Wladislaw Gomulka (comunista) y Stanislaw Mikolajozyk (del partido de los Agricultores Polacos).

    La Polonia de posguerra fue uno de los países más afectados por el conflicto: seis millones de polacos muertos, daños a su industria estimada en la tercera parte de su valor de la existente en 1939, su producción agrícola apenas alcanzaba el 38% de la preguerra. El gobierno provisional se va a encargar de llevar a cabo una reforma agraria con nacionalizaciones y distribuyendo tierras, además de la reconstrucción del país y la industrialización, para lo cual contarán con el apoyo y financiamiento de la Unión Soviética.

    Los comunistas van a apostar por un bloque de gobierno donde estuvieran representadas las distintas corrientes políticas, pero no tendrá éxito debido a la negativa de Mikolajozyk, cuyo pensamiento político era liberal. Por otro lado, el 19 de septiembre de 1945 el gobierno ratificará un Tratado de Amistad, asistencia mutua y colaboración firmado el 21 de abril con la URSS. Va a haber intentos de desestabilización armada por parte de los opositores, por lo que el gobierno los detendrá, mientras que otros partirán al exilio.

    En 1947 se va a celebrar un referéndum por el cual los comunistas alcanzan un 85% de los votos, consiguiendo 392 escaños para el Bloque Democrático, mientras que el Partido de los Agricultores Polacos obtuvo sólo un 10,3% y 27 escaños. Mikolajozyk se exiliará en Gran Bretaña, país que no había reconocido los resultados de las elecciones. Por este motivo, su partido será disuelto. De esta forma, comunistas, socialistas y partidos representantes de los agricultores van a crear el POUP (Partido Obrero Unificado de Polonia), el cual seguirá un plan marxista-leninista. Uno de los antiguos militantes comunistas, Gomulka, se va a oponer a las colectivizaciones de la tierra y a la instauración de un régimen socialista, rechazando además la influencia de la URSS. Por ello, será detenido. Las autoridades atribuirán estas ideas a una influencia de la Yugoslavia de Tito, por lo que serán detenidas las personas sospechosas de simpatizar con la vía titista.

    Años 50: Las crisis recurrentes

    En los años cincuenta los resultados logrados con las colectivizaciones no son los esperados, provocando carestías, por lo que van a surgir manifestaciones lideradas tanto por obreros como por estudiantes. A esta serie de protestas se las va a conocer en la historiografía como crisis recurrentes (1953, 1956 y 1968). Queda claro que el gobierno ha perdido el beneplácito del pueblo e intentará recuperarlo.

    En junio de 1953, en la zona de Gdansk, una protesta obrera será reprimida por el ejército. Como medida de apertura, el Partido estará separado del gobierno, estando el primero bajo liderazgo Boleslaw Beirut y el segundo por Alejandro Zawadki. Por su parte, van a liberar a Gomulka, entre otros prisioneros considerados políticos.

    Pese a ello, en 1956 tiene lugar el XX Congreso del PCUS, donde se va a condenar el supuesto carácter totalitario de la URSS durante el gobierno de Stalin y apostando por un pensamiento revisionista en lugar de marxista-leninista. Las conclusiones de este congreso van a influir en el Bloque del Este.

    Influenciados por el mismo, los polacos van a situar como líder del partido a Edward Ochab como sucesor de Beirut, el cual va a liberalizar el sistema económico. No obstante, la situación va a ser aprovechada por los trabajadores y realizarán nuevas protestas, como en Poznan, donde convocarán una huelga. Al igual que en 1953, estos huelguistas van a ser reprimidos por el gobierno, habiendo muertos, heridos y detenidos.

    A raíz de la huelga de Poznan, el gobierno va a destituir a Ochab por Gomulka, el mismo al que habían detenido a finales de los años cuarenta. Gomulka afirma que las causas del descontento de los huelguistas de Poznan serán los malos resultados de las colectivizaciones:

    “Las causas de la tragedia de Poznan y del profundo descontento de la clase obrera residen en nosotros, la dirección del Partido, en el gobierno”.

    Ante ello, procede a la descolectivizacion de la tierra ante los pésimos resultados obtenidos. Fruto de ello, en los años 70, el 83% de la superficie de la tierra cultivable van a estar en manos privadas, algo incompatible con un sistema comunista. Ante ello, el presidente albanés Enver Hoxha dijo lo siguiente:

    “Gomulka ha atacado el cooperativismo agrícola, pretendiendo que no es rentable. No nos inmiscuimos en sus asuntos, pero debemos afirmar que no estamos de acuerdo con tales puntos de vista. Los errores que hayan podido cometerse en Polonia en el terreno de la colectivización no pueden ser atribuidos a la propia colectivización. (…) Asimismo, en los discursos de Gomulka existe la tendencia a no guardar la debida consideración a los dirigentes de los demás partidos. Se ha atrevido a decir que los primeros secretarios de los demás partidos han sido satélites de Stalin. Sólo las radios reaccionarias hablan con ese lenguaje” (Obras Completas, T. II, p. 640-641)

    Las descolectivizaciones, pese a que supuestamente pretendían aumentar el nivel de vida, provocaron una recesión de la economía, teniendo que recurrir a la reducción presupuestaria de la seguridad social.

    Gomulka, además, liberará al cardenal primado Stefan Wyszynski, el cual se había convertido en un referente de los opositores al sistema socialista. Por otro lado, se va a reconciliar con el PCUS y aceptará el papel de Polonia como parte indispensable del COMECON y el Pacto de Varsovia.

    Años 60: Crisis del 68

    En 1964, un grupo de marxistas escribirán una carta abierta a los líderes del POUP, instándoles a acabar con el malestar social y la corrupción de miembros del partido. Esta carta no será escuchada. Según el filósofo polaco Kokakowski, con este hecho se acaba con la esperanza de renovar el país a través del partido.

    Los acontecimientos de Praga, donde tiene lugar una reforma por parte del presidente Alexander Dubcek y la posterior intervención del Pacto de Varsovia de 1968, influenciarán en los movimientos de protesta polacos.

    En este contexto aparecen nuevos intentos de desprestigiar las protestas, afirmando que los intelectuales y estudiantes universitarios que las lideraban eran “elementos sionistas” que atentaban contra el sistema comunista. 25.000 polacos de origen judío serán expulsados de Polonia y se procederá a una depuración del partido. Cabe señalar que el año anterior (1967) había tenido lugar la Guerra de los Seis Días que determinó la ruptura del bloque comunista con Israel. El general Mieczyslaw Moczar, Ministro del Interior, no sólo era anti-sionista, sino fuertemente antisemita. Para ampliar sobre el tema, recomiendo mi artículo titulado “¿Antisemitismo soviético?”.

    El gobierno polaco procede en esta crisis a una reestructuración ministerial, accediendo al Ministerio de Defensa el general Wojciech Jaruzelski.

    Años 70: La Segunda Polonia

    En 1970, la República Popular de Polonia inicia unas tímidas aperturas alentadas por las nuevas relaciones de la República Democrática Alemana con la República Federal Alemana. Se trata de la Östpolitik (término aplicado por el presidente Willy Brandt, aludiendo a la amistad y cooperación con países del bloque comunista), la cual permitirá acuerdos fronterizos sobre la línea del Oder-Neisse y a un nuevo entendimiento político. Además, también mantuvo relaciones diplomáticas con Gran Bretaña, Francia, Japón y España a partir de 1977.

    Pese a la reestructuración ministerial y a los intentos de Gomulka de regenerar la economía, el nivel de vida seguía siendo bajo. Desencadenarán unas nuevas protestas en el astillero Lenin, en Gdansk. La represión simplemente hizo radicalizar las protestas. Al día siguiente tienen lugar nuevas protestas en los astilleros de Gdynia. El líder soviético Brezhnev había comentado que “la cuestión polaca había ido demasiado lejos”. Gomulka va a dimitir, siendo sustituido por Edward Gierek.

    Al principio, Gierek va a comprometerse con la mejora de las condiciones de vida y trabajo, afirmando que pensaba ser el arquitecto de “la segunda Polonia”. Para ello, potenciará el consumo aumentando la producción industrial y agrícola, la inversión y la estabilidad de los precios junto al alza salarial.

    Las deficiencias estructurales junto al desigual intercambio con los países capitalistas desarrollados hicieron aumentar la deuda externa, lo cual repercutió en la economía local, haciendo fracasar sus planes de renovación. En esta etapa va a desarrollarse una militancia clandestina que va a aglomerarse en una federación sindical al margen del gobierno con clara influencia de la Iglesia Católica. Entre ellos destaca Lech Walesa, técnico de electricidad del astillero Lenin en Gdansk. Walesa será la cara visible de esta organización.

    Por su parte, Gierek seguirá apostando por esa regeneración de Polonia, pero para conseguirlo tuvo que subir de forma bastante alta los precios de los productos de primera necesidad, originando nuevas olas de protestas en Ursus y Radom. La subida de precios ocasionará largas colas para acceder a los supermercados y un mercado negro paralelo.

    El 16 de octubre de 1978 subirá al papado el cardenal obispo de Cracovia, Karol Wojtyla, conocido como Juan Pablo II. El gobierno polaco le felicitó por ello, siendo recibido con todos los honores un año después en Polonia. Se ha exagerado y manipulado la importancia de Juan Pablo II como artífice de la caída del socialismo en Polonia, algo que ya he analizado en mi artículo “Juan Pablo II y la política”, por lo que no me detendré demasiado en ello. No obstante, sí es de señalarse que la elección de un polaco como nuevo papa no fue casual.

    Años 80: Solidarnosc

    En agosto de 1980, se funda en Gdansk el Comité Interempresarial de Huelga liderado por Lech Walesa, definiendo los objetivos que debían acordar con el gobierno. Tanto este comité como representantes del gobierno firmaron el 31 de agosto el Protocolo de Gdansk, con veintiun puntos que defendía el pluralismo sindical, el derecho a huelga, la libertad de expresión, etc. Se trata del primer caso en que un régimen socialista va a negociar con una organización sindical no afiliada al mismo. El presidente norteamericano James Carter dijo:

    "Quiero que el pueblo polaco sepa que entendemos perfectamente su mensaje, que observamos y que admiramos su coraje".

    En septiembre del mismo año aparecerá una federación de sindicatos independiente y autogestionarios denominada Solidarnosc (Solidaridad), que conseguirá diez millones de afiliados en poco tiempo. La CIA a través del Banco Vaticano financió a la organización Solidarnosc.

    Por la misma fecha, Gierek será sustituido por Stanislaw Kania. En febrero de 1981, el general Wojciech Jaruzelski será designado Primer Ministro. La alarma se dispara cuando Solidarnosc se dirige a los trabajadores de los demás países socialistas y les animan a seguir su ejemplo formando organizaciones no gubernamentales. Willy Brandt, ex-presidente de la República Federal Alemana y líder del Partido Socialdemócrata Alemán criticará esta actitud de Solidarnosc al considerarla poco oportuna. Por este motivo, en octubre de 1981 el Politburó va a entregarle todo el poder al general Jaruzelski (Jefatura del Partido, del gobierno y Ministerio de Defensa). Poco después, el 13 de diciembre de 1981, proclamará una Ley Marcial, pasando el poder a un Comité de Salvación Nacional, a la vez que ilegalizó y encarceló a militantes de Solidarnosc, conduciendo a sus militantes a la clandestinidad. Lech Walesa será encarcelado.

    Con esta Ley Marcial cortaron la influencia de Solidarnosc y evitó una invasión por parte del Pacto de Varsovia (como ocurrió años atrás en Checoslovaquia). No obstante, no van a poder mejorar la economía al ser las reformas insuficientes, por lo que acaba fracasando. Incluso la URSS enviará créditos para solventar los problemas de su economía.

    En diciembre de 1982 se suspende la ley Marcial. El Comité de Salvación Nacional va a ser disuelto y en julio de 1984 el gobierno concederá una amplia amnistía a los presos políticos. Solidarnosc va a volver a endurecerse con la entrega del Premio Nobel de la Paz a Lech Walesa en 1983. Personajes dispares como Ronald Reagan y Margaret Thatcher, así como Santiago Carrillo, Enrico Berlinguer y la CNT a través de boicots y manifestaciones junto al PSOE y la UGT ante la embajada polaca, van a apoyarles.

    El referéndum defendido en noviembre de 1987 por el primer ministro Zbigniew Messner sobre “la democratización de las instituciones políticas y la reforma económica” fracasará. Se van a ver obligados a negociar de nuevo con Solidarnosc en 1989, otorgando parte del poder a los no-comunistas. Se va a legalizar Solidarnosc y se les permite el acceso a los medios de comunicación. Además, se defiende una reforma del sistema educativo, la restauración del Senado como Cámara Alta, el multipartidismo, etc.

    Jaruzelski va a encargar a Tadeusz Mazowiecki (militante de Solidarnosc) la formación de un nuevo gobierno, encargando una nueva constitución y planes para hacer frente a la crisis: una deuda de 40.000 millones de dólares y una inflación del 1000%. La Comunidad Europea aportará ayuda a la reconstrucción del país a través de un plan de choque el 1 de enero de 1990. Esta terapia de choque, pese a lo que se podría pensar, empeoró aún más las condiciones de vida de los polacos: aumento del desempleo, disminución de los salarios, caída de la producción industrial, etc. Esta situación sería peor tras la llegada a la presidencia del país de Lech Walesa en 1990 tras haber ganado las elecciones en 1989.

    Evolución de Lech Walesa

    Con Lech Walesa como presidente, Polonia ingresaría en el Consejo de Europa en 1991. Por diferencias con los demás militantes de Solidarnosc, que no aceptaba sus fracasos económicos, se desvinculó de ella en 1993. Pese a su popularidad durante el sistema comunista, durante su presidencia comenzó a perder prestigio, perdiendo las elecciones de 1995. En el año 2013, como diputado del Parlamento, hizo unas polémicas declaraciones contra los homosexuales:

    “Los diputados homosexuales deberían sentarse en la última fila de los escaños parlamentarios, e incluso fuera del parlamento, porque sólo representan a una minoría (…) Soy de la vieja escuela y no pienso cambiar. Entiendo que hay gente diferente, diferentes orientaciones y que tienen derecho a su identidad. Pero que no cambien el orden establecido desde hace siglos. No quiero ni oír hablar de eso. Que lo hagan entre ellos y que nos dejen en paz a mí y a mis nietos”.

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