Algunos, nos quejamos, y con razón, de la hegemonía del cine norteamericano en todo el mundo. Los motivos de esta supremacía cinematográfica y cultural tiene una explicación y voy a exponerla en varios puntos:
Lo que ante todo debemos preguntarnos es; porque gusta tanto a la gente el cine de Hollywood? La respuesta es tan sencilla como preguntarse a quién van dirigidas las películas de esta industria. Sabemos muy bien en quién piensan los estudios norteamericanos cuando producen un film: en la gente de la calle, en aquellos que las pagan en taquilla. En definitiva, en el cliente final.
En primer lugar, el éxito de las superproducciones de Hollywood se explican por su carácter imaginativo y épico, por su intensidad dramática, por el extremo profesionalismo en la producción y de la distribución, así como por una tecnicidad perfecta... por lo cual es comprensible que esta industria caiga frecuentemente en la mediocridad y los clichés infantiles. Aún así, el público mayoritario prefiere una obra con una fuerte dramática, sin grandes ideas ni excelencia estética, a una aburrida, pero estetizante e intelectualmente sobrecargada.
En segundo lugar, el cine norteamericano domina el mercado mundial porque se conciebe como una industria y no solamente como un “arte”. Una película de Hollywood no solamente es una “obra”, sino el “clip” publicitario de toda una gama de artículos (ET, StarWars, Jurassic Park, Terminator, etc.). El lado industrial de la obra no le quita forzosamente su valor artístico, como se suele creer en Europa.
Aquellas manifestaciones artística que van dirigidas al conjunto de la población, o sea, que están hechas para llegar y agradar a las masas, e introducir en estas unas determinadas ideas, son artes y medios de expresión que precisamente llegan a las masas por tener una fuerte componente comercial, o sea de necesidad de venta masiva. En este contexto entra tanto el cine, la música, la TV, los videojuegos, etc...
El cine, como la música, el cómic, o los videojuegos son arte e industria al mismo tiempo, necesitan del concurso de las masas y ser entendido por estas para sobrevivir económicamente. Por ejemplo, el cine de arte-y-ensayo ha dejado de existir por falta absoluta de público, ante las extravagancias que mostraba. El cine 'comercial' es sin duda el arte de esta era. Por supuesto su "mensaje" y visión del mundo es capitalista, pero sus formas son populares, se basan en las necesidades y deseos de la gente. Las películas de Hollywood son una basura en las ideas que transmiten pero sin duda son brillantes en su composición y formas. Son una "bella" manera de transmitir ideas y valores capitalistas y decadentes. Atraen y son comerciales porque van dirigidas a las masas. El sistema capitalista comprendió hace tiempo que si sus ideas y valores sólo estuvieran en círculos intelectuales restringidos, no lograría nunca llegar a la gente.
¿Por qué ningún cineasta europeo no ha tratado de producir obras cinematográficas al estilo de ET, Jurassic Park, Armaggedon, Deep Impact, Terminator 2, o Titanic? Y porque no realizar superproducciones cinematográficas con un mensaje socialista? ¿Dónde están nuestros Sergei Eisenstein de hoy? ¿Porque no podemos realizar hoy filmes épicos y visualmente espectaculares como El Acorazado Potemkin o Alexander Newsky? ¿Quién nos lo prohibe? En lugar de esto, nuestro cine se dedica a producir obras snob, aburridas, con preocupaciones microscópicas, que no trinfan en taquilla. Habeis probado de ir al cine a ver una peli española? Si es así, entendereis por qué el resto de personas no van a verlas: Son lentas, aburridas, predecibles, pretenciosas, mal dirigidas... en resumen, un tostón.
Para explicar la dominación de la industrian yanqui en el cine, se usa con frecuencia el argumento financiero y aquel del “enorme mercado monolingüístico norteamericano” que prerentabiliza las producciones exportadas. Es un sofisma. Una superproducción cuesta, incluida la promoción, unos 100 millones de dólares como máximo, es decir unos 15.250 millones de pesetas. Se trata de una pequeña inversión industrial perfectamente realizable por cualquier pais europeo, incluido el Estado Español. Es incluso menos costoso que construir la prolongación de una estación de una línea de metro o una autopista. No se puede acusar a los norteamericanos de “aplastar nuestro cine”. En cuento al argumento del mercado monolingüístico norteamericano, es una mentira total. Las nuevas técnicas del doblaje han bajado más de un 100% los costes de este último. Se puede realizar una película en cualquier idioma, porque, al contrario que en los Estados Unidos, las versiones dobladas no asquean al espectador.
En síntesis; culturalmente, tanto políticamente como geopolíticamente, el imperialismo estadounidense únicamente es fuertes a causa de nuestra propia debilidad, de nuestra propia ausencia, de nuestros dogmatismos y de nuestra falta de dinamismo y de voluntad. Dejemos de gemir: El imperialismo cultural yanqui ocupa, de forma natural, el terreno del que hemos desertado.