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Por Alekséi
Luego de la caída de la URSS, gran parte de los "comunistas" occidentales decepcionados con la disolución, comenzaron a ver las posiciones de escritores europeos y estadounidenses como "lo nuevo" contra las "viejas narrativas de antaño". Surgieron al compás de la disolución del socialismo soviético "filósofas" como Judith Butler, Silvia Federici, feministas como Griselda Pollock, Tarana Burke hasta Emma Watson y las antirrusas Pussy Riot que precognizan su ideología desde centros de poder hacia las periferias como Argentina y España donde "gran parte" (suponemos, aunque no tenemos datos estadísticos precisos sobre esto) de las mujeres jóvenes adhieren "acríticamente" (de esto sí estamos seguros) sobre la "profundidad" de lo que hablan, cayendo en frases simples y hechas desde allá hacia acá, sobre "el patriarcado", "el micropoder", "las relaciones de poder/saber", "cisheteropatriarcado" etc.
Por otra parte, cuando las "filósofas" quieren justificarse, recurren a las teorías sobre la "esencialidad de la personalidad" de Sigmund Freud, con sus teorías de las pulsiones de vida y muerte
"pulsiones" inherentes a todos los seres humanos per sé y sin demostración alguna; las teorías de Michel Foucault y
Pierre Bourdieu sobre "el poder y el saber",
donde cada uno está arrojado indefenso en una cárcel social con un modesto "poder/saber" medio en serio, medio inevitablemente, medio tautológico y "sin salida" o mejor dicho: ¡ellos cierran la puerta!...
Al mismo tiempo, en las facultades de humanidades se enseña (de acuerdo al Banco Mundial y a la Fundación de Sociedades Abiertas de Soros, la ONU y la CIA) a Lyotard, Foucault, Bourdieu, a las feministas, las teorías sobre la inexistencia de la realidad, "de todo es igual sólo diferente", "biopolítica", "discurso" etc.
En esta confusión ideológica donde están sumergidas las feministas ¡ellas tienen el "don" de "contagiar" a otros "decepcionados"!
Es por ello que las feministas son las ideólogas del "derrumbe", nacieron con esta "marca de nacimiento"
(o la adquirieron al andar) y son las nuevas enemigas liberales del comunismo (al cual no adhieren ni feminismo A ni feminismo B),
Estas liberales no deben estar dentro de los partidos comunistas, y sería hora de echarlas de las filas revolucionarias, comenzando por Argentina y España.
El feminismo es la quinta columna del liberalismo en el comunismo.
No se fundamentan teóricamente en el materialismo dialéctico e histórico sino en Butler y compañía, que precognizan ideas
de idealismo subjetivo de "libertad abstracta": el "patriarcado" o "patriarcado subjetivo de las feministas" no tiene asidero en el capitalismo del siglo 21, ni en ningún capitalismo, ya que ésta es una formación económica pre-capitalista, como sabemos los camaradas; y el capitalismo en Europa, Estados Unidos y América ha barrido con todas las relaciones de dependencia personal del esclavismo y el feudalismo hace ya mucho tiempo. A fin de cuentas, ellas seguirán luchando contra gigantes invisibles y el árbol les seguirá tapando el bosque...
Para nosotros, los marxistas-leninistas, que tomamos la lucha de clases como único principio, y como contradicción secundaria el que se da entre hombres y mujeres en relación al sexo (o "género", sabemos que es indistinto aquí), estas ideas no nos pueden parecer menos que una nueva enfermedad del progresismo "revolucionario",
una enfermedad de la ancianidad del liberalismo y no una infantil del comunismo.
Otro personaje cordobés de los últimos años es Agustín Laje, que en sus críticas al comunismo sólo repite viejas ideas vacías, y, en torno al feminismo repite las ideas de Stephen Hicks, otro "filósofo" de Estados Unidos.
Pero entre Hicks que representa el liberalismo A de Estados Unidos y Butler que "corporiza" el liberalismo B de Estados Unidos
solo hay diferencia de grado.
¿Qué tienen en común Laje y Hicks con Butler y Malala?
Todos se disputan el espacio ideológico dejado atrás por los comunistas soviéticos.
En base a una teoría falsa, desarrollan "estrategias" donde unos "plantean el problema" feminista y otros lo combaten.
Tienen, además, el propósito de despojar a la sociedad de la noción de clase social del marxismo. Butler dice "género" y
Laje con su amigo Márquez combaten el "género" pero ninguno toma a la clase obrera como sujeto histórico, sino a la "mujer
abstracta" y al nerd católico-liberal.
Para que el marxismo regrese del letárgico sueño del '91, debemos terminar primero con la infiltración ideológica liberal
que astutamente nos han inyectado en el partido. Expulsar a las feministas del partido.
El liberalismo está anciano. Tiene achaques propios a la edad. Hoy los liberales A de Estados Unidos hacen política proteccionista con el resto del mundo. Han abandonado el abrigo del librecambio que tanto se les gastó por el uso. Donald Trump contrae y retrae la economía estadounidense. La confusión ideológica del liberalismo toma "de rebote" a los cuadros liberales de los partidos comunistas hasta desgastarlos al mismo tiempo. Una ideología muere y quiere matar antes a su enemigo por envenenamiento.
¿Qué debemos hacer? nos preguntamos otra vez:
Abandonar el liberalismo.
Luego de la caída de la URSS, gran parte de los "comunistas" occidentales decepcionados con la disolución, comenzaron a ver las posiciones de escritores europeos y estadounidenses como "lo nuevo" contra las "viejas narrativas de antaño". Surgieron al compás de la disolución del socialismo soviético "filósofas" como Judith Butler, Silvia Federici, feministas como Griselda Pollock, Tarana Burke hasta Emma Watson y las antirrusas Pussy Riot que precognizan su ideología desde centros de poder hacia las periferias como Argentina y España donde "gran parte" (suponemos, aunque no tenemos datos estadísticos precisos sobre esto) de las mujeres jóvenes adhieren "acríticamente" (de esto sí estamos seguros) sobre la "profundidad" de lo que hablan, cayendo en frases simples y hechas desde allá hacia acá, sobre "el patriarcado", "el micropoder", "las relaciones de poder/saber", "cisheteropatriarcado" etc.
Por otra parte, cuando las "filósofas" quieren justificarse, recurren a las teorías sobre la "esencialidad de la personalidad" de Sigmund Freud, con sus teorías de las pulsiones de vida y muerte
"pulsiones" inherentes a todos los seres humanos per sé y sin demostración alguna; las teorías de Michel Foucault y
Pierre Bourdieu sobre "el poder y el saber",
donde cada uno está arrojado indefenso en una cárcel social con un modesto "poder/saber" medio en serio, medio inevitablemente, medio tautológico y "sin salida" o mejor dicho: ¡ellos cierran la puerta!...
Al mismo tiempo, en las facultades de humanidades se enseña (de acuerdo al Banco Mundial y a la Fundación de Sociedades Abiertas de Soros, la ONU y la CIA) a Lyotard, Foucault, Bourdieu, a las feministas, las teorías sobre la inexistencia de la realidad, "de todo es igual sólo diferente", "biopolítica", "discurso" etc.
En esta confusión ideológica donde están sumergidas las feministas ¡ellas tienen el "don" de "contagiar" a otros "decepcionados"!
Es por ello que las feministas son las ideólogas del "derrumbe", nacieron con esta "marca de nacimiento"
(o la adquirieron al andar) y son las nuevas enemigas liberales del comunismo (al cual no adhieren ni feminismo A ni feminismo B),
Estas liberales no deben estar dentro de los partidos comunistas, y sería hora de echarlas de las filas revolucionarias, comenzando por Argentina y España.
El feminismo es la quinta columna del liberalismo en el comunismo.
No se fundamentan teóricamente en el materialismo dialéctico e histórico sino en Butler y compañía, que precognizan ideas
de idealismo subjetivo de "libertad abstracta": el "patriarcado" o "patriarcado subjetivo de las feministas" no tiene asidero en el capitalismo del siglo 21, ni en ningún capitalismo, ya que ésta es una formación económica pre-capitalista, como sabemos los camaradas; y el capitalismo en Europa, Estados Unidos y América ha barrido con todas las relaciones de dependencia personal del esclavismo y el feudalismo hace ya mucho tiempo. A fin de cuentas, ellas seguirán luchando contra gigantes invisibles y el árbol les seguirá tapando el bosque...
Para nosotros, los marxistas-leninistas, que tomamos la lucha de clases como único principio, y como contradicción secundaria el que se da entre hombres y mujeres en relación al sexo (o "género", sabemos que es indistinto aquí), estas ideas no nos pueden parecer menos que una nueva enfermedad del progresismo "revolucionario",
una enfermedad de la ancianidad del liberalismo y no una infantil del comunismo.
Otro personaje cordobés de los últimos años es Agustín Laje, que en sus críticas al comunismo sólo repite viejas ideas vacías, y, en torno al feminismo repite las ideas de Stephen Hicks, otro "filósofo" de Estados Unidos.
Pero entre Hicks que representa el liberalismo A de Estados Unidos y Butler que "corporiza" el liberalismo B de Estados Unidos
solo hay diferencia de grado.
¿Qué tienen en común Laje y Hicks con Butler y Malala?
Todos se disputan el espacio ideológico dejado atrás por los comunistas soviéticos.
En base a una teoría falsa, desarrollan "estrategias" donde unos "plantean el problema" feminista y otros lo combaten.
Tienen, además, el propósito de despojar a la sociedad de la noción de clase social del marxismo. Butler dice "género" y
Laje con su amigo Márquez combaten el "género" pero ninguno toma a la clase obrera como sujeto histórico, sino a la "mujer
abstracta" y al nerd católico-liberal.
Para que el marxismo regrese del letárgico sueño del '91, debemos terminar primero con la infiltración ideológica liberal
que astutamente nos han inyectado en el partido. Expulsar a las feministas del partido.
El liberalismo está anciano. Tiene achaques propios a la edad. Hoy los liberales A de Estados Unidos hacen política proteccionista con el resto del mundo. Han abandonado el abrigo del librecambio que tanto se les gastó por el uso. Donald Trump contrae y retrae la economía estadounidense. La confusión ideológica del liberalismo toma "de rebote" a los cuadros liberales de los partidos comunistas hasta desgastarlos al mismo tiempo. Una ideología muere y quiere matar antes a su enemigo por envenenamiento.
¿Qué debemos hacer? nos preguntamos otra vez:
Abandonar el liberalismo.
