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    El desarrollo de la Informática y su influencia en la sociedad (1995-2004) - Jaime Yanes Guzmán - año 2017

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    RioLena
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    Mensaje por RioLena Jue Ene 02, 2020 12:07 pm

    El desarrollo de la Informática y su influencia en la sociedad (1995-2004) - Jaime Yanes Guzmán

    Jaime Yanes Guzmán


    publicado por El Sudamericano en el año 2017

    ►en el Foro en dos mensajes◄

    Nota: Estos apuntes empezaron a ser construidos y  entregados a mis alumnos de Teoría de la Ciencia y Teoría de la Sociedad de la Facultad  de Economía y Negocios de la Universidad de Chile mientras fui profesor de esa Facultad desde el año 1995 cuando retorné del exilio, hasta el 2004 cuando la dirección de esa facultad entendió que “modernizar” el curriculum implicaba sacar esas asignaturas. Son una selección de textos de varios autores obtenidos fundamentalmente de Temas del Diario La Época hasta antes del momento de su cierre.

    El origen de las citas hay que entenderla de la siguiente manera: primero se hacen varias citas sin señalar el origen hasta que se llega a un numeral donde aparece el origen bibliográfico. Ese origen bibliográfico es válido para las citas anteriores sin origen. Ejemplo: en el número ocho aparece el origen de la cita que es válido para la cita ocho y hacia atrás hasta el número uno. Y así correlativamente. Espero que no existan errores.


    1. En el mundo digital la verdad es siempre más extraña, más interesante y a menudo más evasiva que su análisis;

    2. Ciertos fenómenos más permanentes de nuestra era, sugieren que el vínculo entre las ideologías y las fronteras nacionales, e incluso la identidad lingüística, se han borrado irrevocablemente;

    3. Durante la década pasada ha sido posible ver la manera en que la tecnología digital podrá encerrar el potencial de liberar a la humanidad de sus cadenas de tiempo y de espacio.La historia y la cultura mundiales, que durante un milenio han estado dominadas por el concepto de la identidad nacional, están cambiando sutil pero claramente. Se están trasladando a un mundo digital en que la identidad ya no es estática, y en que el intento de clasificar a la gente según su posición en el espacio tiene tan poco sentido como tratar de encontrar una gota de agua en un rio que fluye. En el reino digital, las líneas alrededor de los grupos de ciudadanos no se pueden trazar claramente, y lo más importante de ese reino es la suporposición de las comunidades;

    4. Hoy en día  500 millones de individuos del mundo entero interactúan en  Internet en un espacio que es absolutamente real, pero en el que los conceptos de lugar y nacionalidad son totalmente arbitrarios y fácilmente fabricados, y en el que las únicas banderas son los boletines de los grupos de usuarios. Los países existen sólo como agrupamientos que facilitan la discusión de ideas comunes, para argüir y protestar o para comerciar. Estos agrupamientos de ideologías crecen y mueren en el ciberdominio . Los países se hacen y se deshacen, se absorven, destruyen y conquistan con una velocidad que ninguna geología ni historia basada en el planeta podría reproducir;

    5. En la tecnología digital no es el desempeño absoluto de una innovación lo que impulsa el cambio, sino el efecto conjunto de los cientos de millones de combinaciones y de cambios híbridos de baja y alta tecnología realizados por las diversas poblaciones de usuarios. Tradicionalmente, la participación impulsa a la política democrática, y en el ciberdominio -la infraestructura digital más allá de la de Internet-  la participación es, simultáneamente, la política, el espacio y el campo de batalla;

    6. Los obsoletos capullos han sido abandonados, a medida que los capitales se están desviando lentamente de la defensa y de la infraestructura militar hacia la infraestructura de la información;

    7. Algún día el mundo podrá aprovechar la eficiencia del comercio y de la política en línea y abandonar el modelo nacionalista, en el que estas actividades siempre se manejan con puestos de control de seguridad, aranceles y otras barreras;

    8. De la misma manera en que no hubo un puesto de inspección capaz de parar los fax de la OLP durante la Intifada, hoy en día es posible dirigirse al mundo sin tener que mostrar un pasaporte que nos defina cultural, étnica o religiosamente. Eso sí que es una revolución. (Diario La Época. Diario Mundial. Mayo 1995. Pág. 2.)

    9. Cuando la compañía norteamericana Walt Disney decidió abrir un parque de atracciones en las afueras de París, Ariane Mnouchkine, una destacada figura literaria francesa, dijo que equivalía a un “Chernobyl cultural”. Hay una actitud general similar hacia los adelantos de la informática, que al unir el esparcimiento y las comunicaciones están cambiando la manera en que se trabaja y se aprovecha el tiempo libre;

    10. Ha estado presente en el debate europeo acerca de los límites a imponerse sobre la importación de programas de televisión, por ejemplo, y fue el tema más importante -después de la agricultura- para Francia durante las conversaciones para crear la Organización del Comercio Mundial. La inquietud es la siguiente: ¿serán norteamericanos todos los vehículos que circulen por la superautopista de la informática?;   ( Idem, pá. 3.)

    11. Los “sin hogar digital” de hoy en día son norteamericanos adinerados y universitarios de 35 a 55 años sin hijos y sin necesidad profesional de “digitalizarse”. Hoy en día la línea divisoria no la marca la división económica normal, sino una fuerte separación entre generaciones. Prácticamente no hay analfabetos digitales entre los norteamericanos de 10 años de edad;

    12. Ningún gobierno es de un tamaño equivocado: necesita ser más grande (léase global) y más pequeño (a nivel de barrio). Lo entremedio estaba bien en un mundo de átomos, no de bits.

    13. En el 2005,  EE.UU. podrá haber desechado 150 millones de computadores usados; (Idem, pás. 4 y 5.)

    14. Gracias a la superautopista de la informática, los ciudadanos de Ecuador y de otros países de América Latina están más cerca que nunca. La velocidad de las redes modernas y su fácil acceso permite que los ecuatorianos que trabajan en el extranjero puedan estar al tanto de lo que ocurre en su país mediante un boletín que la red ecuatoriana, EcuaNet, trasmite diariamente a través de Internet;

    15. En efecto, Internet ha pasado a ser el gran mecanismo integrador: El contacto entre las distintas culturas, la posibilidad de investigar en miles de lugares simultáneamente, la capacidad de intercambiar experiencias con millones de personas sobre diversos temas de interés mútuo, permiten pensar que estamos en las puertas de un cambio profundo en la educación mundial. Un cambio que ayuda a globalizar las perspectivas propias, ampliando las mentalidades y eliminando prejuicios e intolerancia;

    16. El teletrabajo, o sea quedarse en casa a trabajar – cortesía de los PC, los Fax y los Moden- es muy popular en los EE.UU. y está pasando a serlo en Europa. La banca y los seguros, especialmente en Francia y Gran Bretaña, están a la vanguardia. La relación entre los “teletrabajadores” norteamericanos y europeos es 5:1, pero se estima que para el año 2 000 más de 10 millones de europeos trabajarán desde sus hogares; (Idem, p. 6 )

    17. La educación a distancia, la telemedicina, el comercio electrónico y la posibilidad de que la gente trabaje en sus casas son algunos de los beneficios que se espera obtener;

    18. “La capacidad de cada línea de la superautopista de la informática (en Taiwan) es mejor que la de 10 mil líneas convencionales juntas”;

    19. “Con este programa, un médico de Tainan (en el sur) puede ver un negativo tridimensional de una radiografía transmitido electrónicamente desde Taipei. Al conocer la posición exacta de los huesos, el médico puede ayudar a su colega de Taipei a realizar una mejor operación”;   (Idem, pág. 7.)

    20. La infraestructura de la información debe responder a la diversidad de culturas del país (Sudáfrica). En un país con 11 idiomas oficiales, este puede ser uno de los objetivos más difíciles de alcanzar;  (Idem, pág. 8.)

    21. La incorporación de la telemática a la industria cultural ha permitido que todo el mundo se afecte por todo el mundo;

    22. La industria cultural puede definirse como un juego de espejos que permite a cada momento resintetizar nuestras identidades por medio de relaciones dinámicas con las tantas otras identidades que vemos en acción a través de los mass-media, las redes informáticas, los comentarios en la calle y en el trabajo, y las consultas telefónicas;

    23. Pero si la modernidad tiene que ver con esta compenetración global de imágenes y acontecimientos, por otra parte se pierden las jerarquías entre baja y alta cultura que marcaron la sensibilidad ilustrada en la modernidad. El grado de modernidad no se define por una jerarquía en los géneros, sino por la incorporación de tecnología y de valor intelectual agregado en la producción de fenómenos. Este fenómeno, exacerbado por el aumento exponencial de la oferta de la industria cultural, constituye un elemento que redefine la oposición convencional entre cultura tradicional y cultura moderna;

    24. El nivel de modernidad en el mercado cultural se define cada vez más por la perfomance que por el contenido, más por el envase tecnológico que por el mensaje y/o más por el ritmo de innovación que por la “nobleza” del producto. Esta mutación inscribe signos nuevos en el imaginario cultural. Si por un lado mina las jerarquías convencionales de la cultura, por otro lado desestabiliza visiones de mundo y potencia el mestizaje cultural a grados imprevistos: no ya el mestizaje como sincretismo o cruce de dos códigos culturales, sino como vértigo de transfiguración;

    25. El mundo puede recrearse para siempre en un diskette  o en una cinta de video. Ni siquiera hay escasez de espacio para ello, porque los espacios pueden reducirse casi al infinito en los microchips donde tantos mundos circulan. En lugar de una cancha de fútbol, hay miles de juegos dentro del monitor. El Nintendo es la versión infinita del juego: no ocupa lugar, no se agota, siempre está nuevo y a la vez neutraliza incesantemente toda la intensidad de la novedad;

    26. La imagen apocalíptica que hace un par de décadas alertaba sobre la pasividad creciente de los consumidores de mass-media, se ha visto sustituida por la idea de un consumidor activo, descodificante, selectivo y procesador de la información. La vorágine de opciones y la competitividad de la oferta de los mass-media fuerza al consumidor a desarrollarse como consumidor productivo;

    27.  No se requiere ni muchos recursos ni mucho Know-how  para hacer videos caseros, operar juegos de video y computadoras, formar parte activa en la circulación de mensajes a través de redes telemáticas o teleconferencias y, lo más nuevo y sorprendente, cambiar de vida y de personaje por cinco minutos, metiendo cinco monedas en la ranura para entrar en el mundo infinito de las imágenes virtuales. El desplazamiento del profesionalismo a la masividad es evidente cuando observamos, en países industrializados, millones de niños entrando y saliendo de las computadoras con un manejo y facilidad que, hace algunos años, parecía reservado a ingenieros y técnicos en punta;(Tema del Diario La Epoca. “El Extasis Informativo: ¿Utopía o Anti-utopía? “ Martin Hopenhayn. 25/09/94, p. 22).

    28. El riesgo a futuro, de consolidarse esta brecha desde los primeros años de aprendizaje escolar, es enfrentar a futuro un ejército ampliamente mayoritario de desinformatizados que no sabrán como manejarse en las lógicas del nuevo intercambio simbólico y material;

    29. ¿Puede afirmarse, en la actualidad, que la formación religiosa deja huellas más hondas en la conciencia de un niño que el contacto televisivo con la guerra de Irak o con el último torneo mundial de fútbol?

    30. ¿Quién podría asegurar que un adolescente desarrolla mayores capacidades de pensamiento lógico en el curso de sintaxis o de matemáticas en la enseñanza secundaria, que en los juegos de ingenio que practica en la computadora cuando llega a su casa por las tardes?

    31. También en este consumo cultural tipo-software, la industria cultural borra las fronteras que separa a productores de consumidores. Cuando los aprendizajes se vuelven ligeros y diversos, se requiere poca capacitación para pasar de alumno a profesor, o de consumidor a productor;

    32. A medida que el consumo cultural adquiere la modalidad del software , se hace también más sencillo entrar a la industria cultural en calidad de “ofertante” de bienes o servicios. Protagonismo y provisoriedad conviven en las nuevas culturas integradas a las recientes oleadas de modernidad.

    33. Pero en América Latina esta combinación de protagonismo y provisoriedad del lado de la cultura integrada, se permuta en exclusión y precariedad del lado de los pobres. Allí, la ligereza tiene que ver más con la fragilidad de la supervivencia que con la flexibilidad en el consumo de bienes culturales. La incertidumbre respecto del futuro obedece más al temor que a la diversidad de opciones de vida, a la inseguridad más que al dinamismo;

    34. El software también penetra allí (en latinoamérica), pero se confunde con la cultura de la supervivencia en las grandes urbes, donde la actividad de cada día se reprograma conforme a la posibilidad de generar un ingreso mínimo: estrategia del software como cultura de la precariedad, no de la provisoriedad.

    35. En síntesis, la disipación de límites en el campo cultural constituye un hecho a la vez fuerte y reciente. Se borran las fronteras entre lo liviano y lo pesado en los canales de internacionalización de cultura; se diversifica mucho más el menú personal de uso de bienes y servicios vinculados a la industria cultural; se recomponen las pautas de integración y discriminación en el campo del consumo simbólico por efecto de los cambios acelerados en la industria cultural; y se borran también los límites entre productores y consumidores, o entre activos y pasivos en el campo de la oferta y el consumo de cultura;

    36. Esta disipación de límites impacta en lo más básico de la sensibilidad. Primero, ya no es fácil asociar cotidianeidad y continuidad. Sea por provisoriedad o por precariedad, la materia de lo cotidiano se hace mas aleatoria y dispersa. En segundo lugar, se desperfila la dimensión reiterativa de lo cotidiano, sea por inseguridad laboral, por aceleración del cambio técnico, por volubilidad en los roles tradicionales, o por la propia sensación de “túnel del tiempo” que se experimenta ante la explosiva oferta de industria informativa y comunicacional. Finalmente, el horizonte de corto plazo tiende a imponerse sobre cualquier proyecto de largo plazo en la vida diaria, tanto por el efecto de aceleración en unos, de lo provisorio en otros, como por la aceleración del cambio en todos los ámbitos del quehacer cotidiano;

    37. Quienes dispongan de mayor capacitación en manejo y selección de información, en habilidad lenguística y matemática, y en sistemas de gestión y organización flexibles, estarán siempre en mejores condiciones para capitalizar la oferta del complejo industrial cultural. Por lo mismo, una estrategia integrada en el campo del sistema industrial cultural deberá afrontar las dos caras de esta moneda: movilizar la industria cultural para democratizar los saberes requeridos por la vida moderna; y usarla, también, para enseñar a usar;  (Idem, p. 23

    38. Los escritores actuales latinoamericanos han heredado la experiencia traumática de la represión de los gobiernos militares y de la guerra civil, seguidas por una nueva era de modernización bajo la égida del neoloberalismo, que ha mezclado la extrema pobreza con el rápido desarrollo tecnológico;

    39. Las nuevas tecnologías de las comunicaciones han creado una clase de tecnócratas y nuevos públicos para los cuales la palabra impresa ha perdido su fuerza y ahora compite con -y a menudo es reemplazada por- la cultura visual y aditiva; (Temas del Diario La  Epoca. ¡Qué queda de la intelligentsia? Jean Franco. 20/11/94, pág. 16)

    40. Las guerras mundiales del siglo XX, marcan el paso desde los conjuntos políticos económicos y culturales, estados dominantes y dependientes o bloques caracterizados por idelogias contrapuestas a una nueva realidad mundial en la que “el poder real”  se transfiere a lo que va a empezar a llamarse “civilización transnacional, (C.T.N) dirigida por las grandes empresas económicas transnacionales que ejercen el dominio del mundo. La nueva civilización planetaria coincide con el dominio de la tecnología sobre la ciencia que la creó subordinandola a los intereses propios del capitalismo mundial y a los principios reguladores del mercado. Desde la perspectiva ideológica, desde el liberalismo ilustrado, se avanza al neo-liberalismo, que separa el funcionamiento de la economía de los valores humanos. Desde el estado-nación se avanza a la mundialización del poder. La educación que se consustancia con la convivencia y comunicación humana, enfrenta nuevos desafios y ante la crisis integral nuevas propuestas de cambios… El conocimiento científico se ha revelado muy util para los grandes poderes: el Estado, las empresas, el Poder Militar. Cada vez más, son las grandes organizaciones las que definen las políticas científicas. La racionalidad instrumental ha superado a la ciencia moderna, conforme a paradigmas totalmente diferentes a los que motivaron la ciencia experimental como la forma más excelsa e incluso la única forma de conocimiento racional, en cuyas verdades estaba implícita la ética humana. (pág. 24)

    41. La civilización técnica emerge del desarrollo del conocimiento aplicado a la tecnología, en función de su utilidad para controlar la naturaleza y la sociedad. La tecnología mecanizada es distinta de las técnicas empleadas por el hombre de la CTN en la etapa post industrial y tiene por finalidad el dominio del hombre, no sobre la naturaleza, sino también sobre los otros hombres.( pág. 24)

    42. Los tres grandes sectores en que actúa la tecnología de la CTN son la técnica económica que abarca toda la producción de bienes y servicios y su distribución: la técnica de la organización que se aplica a los grupos humanos pequeños, medianos y a las inmensas organizaciones nacionales y transnacionales; la técnica de la comunicación que amplia la información y la capacidad de implementarla, a través de la informática.

    43. El proceso de transnacionalización del poder no coincide con el establecimiento de un Estado mundial, sino con la conformación de estructuras empresariales anónimas transnacionales, que compiten entre sí por el dominio de los mercados del mundo; y que no obstante, mantienen acuerdos que los regulan y orientan, por encima del poder de los Estados, de la política y de la ideologías imperantes.

    44. El poder CTN incluyen preferentemente a los gigantescos consorcios empresariales del norte; pero también se insertan y/o conectan con ellos, los empresarios que dentro y desde los países pobres se incorporan al mundo VIP (el mundo de las “very important persons”) cuyos consorcios polarizan la riqueza de sus países.

    45. La CTN provoca lo que Steger llama “nacionalismos secundarios” o “provincias consulares”, dependientes de su poder, al que también se subordinan las ideologías que se “intraideologizan” para provocar la estabilidad que requiere el crecimiento económico.

    46. La instrumentación de la ciencia ha generado como norte la búsqueda de la utilidad y un desarrollo tan fuerte de la tecnología, que ésta, que apareciera como subordinada al desarrollo científico, como subproducto de él emerge como orientadora del desarrollo científico que se transforma en subproducto de ella.

    47. Como la tecnología se desarrolla en un mundo preocupado de maximizar lo económico y los beneficios que esto acarrea para el crecimiento de los capitales y su aplicación a la producción de bienes y su consumo, el desarrollo de las ciencias que antes era sustentado por el Estado como administrador del bien común, y las Universidades como centros de la creación de saberes desinteresados, hoy, ha pasado a depender. de los grandes intereses económicos y políticos transnacionales. Se han formado inmensos complejos de tecno-ciencia cuyas inversiones más productivas derivan de una exacerbación de los conflictos bélicos y de una generación constante de nuevas necesidades; necesidades secundarias, que necesariamente requieren de la cultura de los desechos; crear productos, botar otros, aparece como normal en la civilización de la modernidad transnacional.

    48. La tecnología y la ciencia desprendidas de su civilización de origen, la Occidental, y colocadas en la órbita del capitalismo mundial y sus mercados internacionales constituyen el pilar de la civilización transnacional o planetaria en emergencia, cuyo mecanismo básico es el mercado, que en sí mismo se constituye en principio regulador del orden y de solución de los conflictos sociales, sin otra demanda que la libertad para su ejercicio en las sociedades organizadas.

    49. Desde su avanzado dominio de la tecnología científica la CTN penetra y controla cada vez más las culturas regionales, incluso desde posiciones extraterrestres, conforme a la lógica del racionalismo instrumental, cuyo norte es el bienestar material; en contradicción con las lógicas de legitimación del trabajo humano sobre bases éticas, sustentadas por las diferentes culturas dirigidas hacia la búsqueda del bien común: inmanente y/o trascendente. La diferencia de la CTN con la modernidad propia de su civilización de origen es significativa. Ya no se plantea como un proceso integral de inserción racional del  hombre en el mundo iluminado por la ciencia, que ordena y enriquece todos los aspectos de la vida humana para el bien común, sino al dominio del mundo por el hombre, cuya felicidad coincide con la riqueza material. Se trata de la subordinación de la ciencia a la tecnología que ella misma creó, al servicio del dominio del mundo material, cuyo fin es el bienestar material, en su incesante proceso de transformación de la materia.( pág. 25,26)

    50. La avalancha producida por las nuevas tecnologías…, ha llegado a límites increíbles con las redes de información computarizada y transmisión vía satélites artificiales, etc…  La velocidad con que se acumula y procesa la información crece de un modo exponencialmente superior a los conocimientos que el hombre es capaz de retener y procesar sin ayuda de la computadora; lo que ha hecho necesario generar validación de “bases de conocimientos” especializadas y ensayar modelos informáticos… crear una cultura informática. La informática se enlaza con un proceso acelerado de desarrollo de la “inteligencia artificial” que se ha transformado en una rama de las nuevas ciencias de la cognición, en que los estudios acerca del cerebro humano, los sistemas mentales y el aprendizaje humano han experimentado grandes avances con la ayuda de las nuevas tecnologías computacionales… Los computadores están en su inicio; sus sistemas expertos son capaces de almacenar información, de interpretar, analizarla y realizar múltiples operaciones, de resolver problemas que antes sólo dominaba el cerebro humano.

    51. La revolución del conocimiento provocada por la informática implica grandes cambios en la educación formal, en la medida de la incorporación progresiva de las nuevas teorías de las ciencias de la cognición y del computador en las aulas lo que a su vez genera cambios en las funciones del profesor quien más que nunca, debe tener dominio teórico y práctico de su profesión. Para qué educar por qué educar, son aspectos importantísimos de un proceso en que el cómo educar adquiere una inmensa capacidad instrumental.

    52. La CTN se apoya en la producción de conocimiento útil para los fines productivos. Estos se aplican a la producción artificial de formas diversas de instrumentar situaciones en que pueden controlarse las variables para lograr objetivos determinados, comportamientos preplaneados en una proceso dinámico de aplicación de las informaciones crecientes a la creación de nuevas formas de mejorar la producción de riqueza material. Todo ha sido invadido por la tecnología y la mecanización. Los “chips” transforman las posibilidades de conocer, empleados por las empresas alteran las comunicaciones y las relaciones económicas entre los países cuya principal acción avanza desde la industria hacia la comercialización y transferencia de tecnología. Estos almacenadores de memoria y los bio nuevo chips, generan un proceso asombroso de simulación del procesamiento mental humano realizado por las neuronas, producen un efecto sin precedentes  sobre el accionar cognitivo más poderoso, cuanto más rápidamente se ha extendido el uso de computadores… El aumente de la computarización y el “avance hacia la inteligencia artificial”, generan cambios trascendentes de la organización social y laboral de los seres humanos y muy especialmente trastorna los límites del conocimiento; exigen nuevas capacidades cognitivas al hombre, para mejorar su racionalidad instrumental. De acuerdo a las teorías económicas, se recontextualiza la teoría de la educación.

    53. La información se transforma en recurso primario de la acción propia de la CTN y en el factor de producción más importante. Pero requiere una competencia distinta dirigida a la producción de los recursos humanos que requiere el desarrollo económico y su incremento… Esto implica una educación dirigida a la formación humana distinta en la que se inserte esa “educación para los recursos humanos”, que es sólo capacitación, y que necesariamente tendrá que formar parte del proceso educativo en miras a la inserción laboral de las personas y a su participación en el proceso productivo.

    54. El dominio de las comunicaciones vía orbital espacial se concentra en cuatro corporaciones que “encadenan la tecnología”, al servicio de la CTN o “civilización espectáculo para la totalidad de la población del planeta. Las empresas dominates pertenecen a consorcios del mundo del norte con mínima participación del mundo del sur.

    55. La informática y su revolución del conocimiento esta ejerciendo un enorme impacto en la educación en la medida de la extensión de su empleo, y ha hecho surgir propuestas educacionales dirigidas al know-how, es decir, a la búsqueda del conocimiento útil, que produzca resultados visibles. La maneras de “ver el mundo”, es decir, el mundo a través de la simbología del lenguaje, se hace más y más diferente y distante entre los sectores modernos transnacionalizados y los sectores no modernos de la población, con los consiguientes problemas para el educador, que debe introducir a la modernidad a seres humanos que construyen su manera de ver el mundo, en medios y formas de comunicación totalmente diferentes, y que, el conocerlo, se afirman en ese mundo o se desestabilizan con las consiguientes repercusiones en la auto-imagen que cada quién tiene de si mismo, en la que confirma su presencia en el mundo. (pág. 26,27).

    56. La modernidad transnacional aparece así como una modernidad distinta de la modernidad ilustrada, conforme a paradigmas diferentes. Es una nueva mirada de lo que se debe ser moderno, que conlleva a nuevos desafío a y problemáticas para la educación, especialmente en los países como el nuestro en que hay una minoría de la población incorporada a la modernidad y una mayoria no moderna.(pág. 27) (Teorías y enfoques del Curriculum. Viola Soto. Directora del Programa de Magister de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación).

    57. Quien no maneja un computador será un completo analfabeto. “El que no habla ingles y no se maneja en las redes computacionales, es un tipo aislado del mundo y analfabeto, además”.( Universidad de Las Artes UNIACC. Alfonso Gómez. “La Tecnología”).

    Los cambios de las últimas décadas han producido una crisis de identidad.“Identifiquemos algunos de los cambios que hoy afectan y producen una crisis de identidad en la sociedad y en el mundo del trabajo en particular. Se observa en primera instancia,  “un ritmo creciente y la rapidez del cambio. Nuevas formas de organización y nuevas tecnologías surgen en lapsos cada vez más breves, incrementándose así la obsolescencia de productos, ideas, procesos laborales, modas y toda suerte de prácticas” ( pág. 10)
    59. (Los) “cambios con su rapidez y su impacto global afectan la identidad personal. Categorías como nación y clase han perdido importancia. (“Por otro lado, es también cierto que mientras más rápido es el ritmo de cambio en toda suerte de relaciones, más difícil es que el sujeto descubra el sentido de lo que está sucediendo, que vea la continuidad entre el pasado y el presente, y, por lo tanto, más difícil que se forme una visión unitaria de sí mismo y sepa como actuar” *) (pág. 11).. (“Modernidad y Post Modernidad”. Fredy Parra. Apuntes para charla sobre modernidad, dictada por el autor en el Colegio Teresiano Enrique de Osó. Julio de 1997).

    60. “Existen al menos tres concepciones alternativas de la identidad cultural nacional; una contructivista, de carácter plural y totalmente abierta a cualquier cambio; otra esencialista, estrecha y cerrada a todo cambio: y otra intermedia, incluyente y abierta a ciertos cambios materialmente condicionados que, a falta de mejor nombre, podríamos denominar histórico estructural. La alternativa constructivista deriva de posiciones postestructuralistas, que conceden una importancia clave del discurso como un elemento central que organiza toda la vida social”.(pág. 214)

    61. Toda cultura tiene un doble aspecto por una parte están los significados presentes en las expresiones más articuladas de la esfera pública por otra, están los significados sostenidos o sedimentados en los modos de vida correctos de la gente. Por esta razón Johnson sostiene que: la identidad nacional no puede reducirse a un discurso o narrativa. Cualquier producto cultural adquiere peso y una larga vida sólo en la medida que activa un tejido complejo y cambiante de discursos y narrativos que ya se encuentran en proceso en diferentes espacios públicos y privados. En estos espacios las combinaciones de significados, estan siempre intimamente conectadas con las historias, las memorias y las inversiones psíquicas y de otra clase de los individuos y grupos sociales. Estas asociaciones ocurren en conjuntos “biográficos” difíciles de predecir con anticipación y dependen de sus propias convenciones lingüísticas y de otro tipo (no están fuera del discurso en este sentido); pero están también ancladas en prácticas repetidas que constriñen la fluidez formal de símbolos y signos.(215).

    62. “En el encuentro entre culturas el poder esta siempre involucrado, especialmente si una de ellas posee una base económica y militar más desarrollada. Siempre que hay un encuentro conflictivo y asimétrico entre diferentes culturas, sea por invasión, colonización o extensas formas de comunicación, surge la pregunta por la identidad cultural; esta no suelo plantearse en situaciones de relativo aislamiento, próspera y estables. Para que la identidad se convierta en problema se requiere de un período de inestabilidad y crisis. Como lo ha dicho Mercer, “la identidad sólo es un tema cuando esta en crisis, cuando algo que se supone fijo, coherente y estable es desplazado por una experiencia de incertidumbre y duda”.(93) (“Modernidad. Razón e identidad en América Latina” Jorge Larraín Ibañez Editorial Andrés Bello )

    63. En el nivel más simple, la reconversión se refiere a la reubicación de la cultura en la era de la alta tecnología, de manera que un alto nivel de alfabetismo no es ya la escalera de mano inevitable hacia la modernidad. La música y las imágenes de televisión, en vez de la palabra escrita, se han transformado en vehículos privilegiados para la exploración de la identidad latinoamericana y la naturaleza de la modernidad;

    64. Los postmodernistas afirman que la televisión, el marketing de masas y las nuevas tecnologías han democratizado la cultura, rompiendo las fronteras entre “alto” y “bajo” y haciendo posible  las combinaciones híbridas (la salsa, por ejemplo) que enriquecen la cultura latinoamericana. La cultura latinoamericana, argumentan, ha sido heterogénea y siempre ha transitado por toda clase de repertorios, debido a lo cual puede proclamarse como postmoderna avant-la-lettre;

    65. De un modo igualmente promisorio, las cámaras de video, el correo electrónico y las grabadoras han hecho crecientemente difícil el control absoluto de la información. Uno de los rasgos más significativos de la rebelión de Chiapas fue el modo en que los rebeldes se apropiaron de la tecnología moderna -particularmente el correo electrónico, el fax y los mensajes grabados en video- para dar a conocer sus demandas;

    66. La modernización del siglo XlX, que metió a una población racialmente heterogénea dentro de las grandes ciudades, no sólo estimuló el modernismo en las artes, sino que ayudó a producir lo que ahora son considerados como los estilos distintivos “latinos”, una mezcla de influencias indígenas, africanas y europeas. El tango, el bolero y la samba fueron inventados en barrios urbanos, pero luego fueron apropiados por la alta cultura como epítomes de la “latinidad”;   (Idem, p. 17

    67.”El medio es una invitación para diseminar en forma verdaderamente masiva las ideas de uno, y debe ser usado. Estoy absolutamente seguro de que en las telenovelas puedo manejar los mismos signos que manejo en la literatura, tal como estoy tratando de hacerlo en el cine”. (Gabriel García Márquez);

    68. Así como la cultura impresa estuvo una vez asociada a la modernidad y la formación de la conciencia nacional, la televisión se ha transformado en el índice de la cultura contemporánea globalizada. Como afirma el cientista político argentino Oscar Landi, la televisión tiene un efecto ambiguo sobre la cultura. Ella “coloniza y destruye nuestros modos de vida anteriores”, pero también “nos pone en contacto con el mundo y nos estimula a buscar lo que, sin la televisión, nunca conoceríamos”;

    69. Lo que se solía atribuir a la literatura -que ofrecía visiones profundas de las tendencias ocultas de la historia y de la naturaleza del lenguaje- es ahora el dominio de la televisión. Para Landi, “la televisión podría ayudarnos a vivir con las limitaciones de la razón porque podría mostrarnos constantemente la naturaleza convencional, ambigua y resbaladiza del lenguaje en todas sus formas: oral, escrito, impreso o combinado con la pantalla y con los objetos cotidianos que tenemos en nuestras casas”;   ( Idem, pág. 18.)

    70. Las comunicaciones en el campo político se trata de un problema teórico general, que tiene hoy una pertinencia histórica particular, dada la multiplicación de tecnología de comunicación y el crecimiento exponencial de la masa de información que circula en el mundo industrial;

    71. Las teorías “neo-utilitarias” del sistema democrático plantean la cuestión central del conocimiento, en términos de la información de que dispone el actor social como base de sus comportamientos políticos;

    72. El campo político aparece así como un mercado de oferta de procedimientos y decisiones (programas), entre los cuales el actor elegirá libremente en función de su interés. En este contexto, se comprende fácilmente la importancia de la información. Un actor cuyo comportamiento resulta de una decisión tomada sin disponer de todas las informaciones necesarias para determinar si ella corresponde a los objetivos definidos por sus intereses, no puede ser considerado racional; (Temas del Diario La Epoca. “Política, democracia y comunicación” Eliseo Verón. 30/04/94. Pág. 16.)

    73. El individuo debe afrontar una incertidumbre sobre su identidad futura;

    74. Las “soluciones ” de Pizzorno pertenecen al mismo “horizonte ideológico” del que forman parte las posiciones que él combate: la teoría de la acción social orientada por objetivos. La estructura de todos los argumentos críticos de Pizzorno están fundados en el modelo de un actor individual movido por sus intereses. (una teoría sociológica de la acción orientada por objetivos);

    75. Pizzorno: el sistema democrático funciona sobre el postulado de armonización de los intereses particulares en el futuro;

    76. En el campo político, es esa referencia al futuro la que hace posible que, en el presente, la negociación reemplace la violencia. La violencia política aparece así como la negación del futuro; Idem, pág. 18.

    77. Que la gestión de la incertidumbre del futuro sea una de las dimensiones centrales del sistema democrático, subraya la importancia de la reflexión sobre la evolución sociocultural de las sociedades industriales;

    78. La diferencia es grande con respecto a la época en que se hablaba, a propósito de la prensa, del “cuarto poder”: este “cuarto poder” se definía, precisamente, en relación con otros tres poderes. En la medida en que estos últimos aparecen en crisis, no es absurdo pensar que los medios se están transformando en el único lugar en que opera la construcción-reconstrucción de los colectivos, ni tampoco es absurdo inquietarse por ello;

    79. La inquietud se justifica en la medida en que el sistema de los medios responde, de manera cada vez más completa y exclusiva (aún en los países europeos que tuvieron una historia larga de televisión “pública”), a la lógica económica del mercado. Estrechamente articulados, a través de los productos discursivos como soporte publicitario, al mercado general del consumo, los medios absorben  los diferentes sectores de la producción de discursos sociales (informativos, estéticos, políticos, religiosos, lúdicos, literarios, de vulgarización científica, etc.) y los incorporan al conjunto de una oferta discursiva puramente determinada por el cálculo costo/beneficio;

    80. Este diagnóstico puede conducir a una profecía tan inquietante como paradójica: el racionalismo instrumental tendería a instalarse en el lugar de la producción de los interpretantes socialmente pertinentes,  mientras que el colectivo de los ciudadanos se reduce a un colectivo de receptores-consumidores “trabajado”, entre otros por el marketing político,

    81. Se trata, probablemente de una profecía excesiva. Para ponderarla, debemos introducir la problemática del individualismo. Porque si el individualismo es un “producto” de la modernidad, la mediatización de las sociedades modernas no ha hecho mas que acelerar su evolución;

    82. El individualismo, generado por la propia sociedad industrial, ha sido hasta ahora la principal fuente endógena de complejidad del tejido social.  (Idem, p. 19

    83. Pensar en términos globales, supone creer en la homogeneización de las necesidades bajo la presión de las nuevas tecnologías, de los mercados y de la estandarización de los productos. Esto no prohíbe que haya una gama de posiciones en cuanto al ritmo y a las modalidades de esta unificación por vías de mercado ;

    84. Una de las vías obligadas a esta nueva fase de la expansión de las empresas con vocación mundial, consistió en el gigantesco redespliegue de que atestiguan las ofertas públicas de adquisición, las alianzas transnacionales y las megafusiones;

    85. A la distribución jerárquica de las tareas y de los poderes en la empresa taylorista, correspondían una sedimentación de los espacios. Lo local, lo nacional y lo internacional se representaban como peldaños, impermeables uno a otro. El nuevo esquema de representación de la empresa-red-mundo propone un modelo de interacción entre estos tres niveles;

    86. En la corporación-mundo, la cultura de empresa tiene como misión realizar la imposible alianza entre lo local y lo global. Dicha cultura no sería situable en un territorio. Es una mentalidad. Lo esencial, es no dejar a la identidad nacional tomar la delantera sobre la identidad global;

    87. La descentralización del centro, se realiza gracias a la descentralización del poder de decidir sobre cuestiones tácticas como el mercadeo, el embalaje y la publicidad. Los consumidores constituyen sus propias redes paralelas de intercambios de información sobre dos referencias de base: “Tan bueno” y “Mucho más barato”;

    88. El consumidor representa en la visión neoliberal de la edificación de la economía y de la sociedad global, una pieza central de un dispositivo de legitimación. No se trata de un consumidor cualquiera, sino de un consumidor soberano en su poder de elegir en un mercado libre. En su combate en contra de toda forma de control del mercadeo y de sus actores por el Estado o la sociedad civil organizada, el neo-liberal manifiesta ser un neo-populismo. No deja de apelar a la representatividad de los consumidores en la democratic market-place;

    89. El riesgo es pasar de una concepción determinista de un consumidor abstracto, sin voz propia, sometido al imperativo de una estructura, a un receptor tan concreto que se olvida en que sociedad y cultura vive. Querámoslo o no, la era de la industria y de la sociedad de la información es también la producción de estados mentales, la colonización de lo mental. Lo que obliga a reformular la cuestión de la libertad y de la democracia; (Temas del Diario La Época. “Nuevos horizontes de la comunicación: el retorno de la cultura”.  Armand Mattelart. 07/Xl/93, pág. 19.)

    90. A la vez que se asiste a una privatización del Estado, se presencia una mercantilización del gobierno: el cliente es rey, se gobierna en función de la demanda social, con medidas que se adoptan sobre la marcha. La lógica de la demanda destruye la lógica de la oferta. La “célula de comunicación” maneja los ministerios;

    91. La técnica, es cierto, obliga a uniformar los vectores y, por ende, en parte los mensajes. Pero las diferencias de mentalidad y de memoria se rebelan contra esa situación. Cada desequilibrio causado por un progreso técnico provoca un reequilibrio étnico. De ahí la contradicción entre la construcción comunitaria y una cierta balcanización, entre los progresos de la ciencia y los de la superstición, entre el imperativo étnico y la aspiración territorial. Nuestra aldea, cada ves más planetaria y patriotera  -lo uno a causa de lo otro- vive la era de los nacionalismos, separatismos, irredentismos, tribalismos, cuya cara sombría se denomina segregación, guerra, xenofobia. El prurito de fragmentación, que amenaza en primer lugar a los grandes estados multinacionales, también se hace sentir en los estados “civilizados” y centralizados más antiguos de Europa;

    92. ¿Se quiere convertir al planeta en supermercado a fin de que los pueblos sólo puedan optar entre el ayatolah local y la Coca-Cola? Autóctonos contra yuppies: en todos los países se manifiesta esta división. ¡Ay de nosotros si el alma de las culturas minoritarias, ahogadas en las olas de la imagen-sonido única, al no encontrar donde expresarse, va a buscar una salida en las peores regresiones indigenistas e integristas!; (Temas del Diario La Época. “Técnicas y cultura en Régis Debray”. Daniel Bougnoux. 20/08/95, pág. 15).

    93. Edelman sostiene que son el contexto y la historia del desarrollo celular de un individuo los que determinan en gran parte la estructura de su cerebro y no la mera información genética. No hay dos cerebros idénticos, ni siquiera los de los gemelos.

    94. A la mencionada selección estructural de neuronas, según Edelman, se yuxtapone otra que ira adquiriendo una importancia decisiva en el desarrollo de las funciones mentales: el establecimiento y reforzamiento de las interconecciones sinápticas. El número de combinaciones posibles de unas neuronas con otras a través de sinapsis es astronómico: del orden de un 10 seguido de un millón de ceros. El potencial de variabilidad pues, es inmenso.

    95. El contexto que afecta a un grupo neuronal cualquiera está sometido perpetuamente -según Edelman- a variaciones.

    96. Después del nacimiento -sostiene Edelman- se organizan en el cerebro los estímulos en esquemas más complejos que los simples grupos neuronales, para ayudar al organismo a enfrentar el medio ambiente y sus cambios: los mapas. “La estructuración de mapas”, nos señala, “constituye un principio de organización importante en los cerebros complejos. Los mapas establecen una correspondencia entre puntos situados sobre las diversas capas receptoras bidimensionales del cuerpo (como la piel o la retina del ojo), con puntos situados sobre las capas que componen el cerebro”.

    97. Dichas conexiones no están especificadas de antemano en forma precisa por los genes, ellas se van estableciendo y renovando constantemente, en mayor o menor grado, en función de la experiencia.

    98. Los mapas surgen en el curso de las competencia de unos grupos neuronales con otros. Cuando un grupo neuronal responde más activamente que otros, que recibieran el mismo influjo del medio, se reforzarán las conexiones sinápticas en ese grupo. La competencia entre diversos grupos neuronales entre sí, se expresa en el reforzamiento de los más eficaces. Son dichos grupos con conexiones reforzadas los que pueden atraer e integrar a otros grupos neuronales, generando así mapas operacionales más complejos.

    99. En el caso de la selección de los grupos neuronales, las diferencias al nivel de la conectividad de la estructura sináptica y de la morfología de las neuronas … conducen, después de confrontarse con diferentes series correlacionadas de señales provenientes del medio externo, a diferencias al nivel de la probabilidad de ver esas neuronas reaccionar como grupos. Eso refleja modificaciones en la estructura de sus fuerzas sinápticas. (Temas del Diario La Epoca. “Gerald Edelmam (Premio Novel de Fisiología y Medicina en 1972): Biología de la conciencia”.  Jorge Palacios C. 23/03/97. Pág. 18).


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    El desarrollo de la Informática y su influencia en la sociedad (1995-2004) - Jaime Yanes Guzmán - año 2017 Empty Re: El desarrollo de la Informática y su influencia en la sociedad (1995-2004) - Jaime Yanes Guzmán - año 2017

    Mensaje por RioLena Jue Ene 02, 2020 12:08 pm

    100. “La red cerebral fue engendrada en el curso del desarrollo. Es un sistema capaz de autoorganizarse. A fin de sobrevivir en su nicho ecológico, un organismo debe crear criterios que le permitan recortar el mundo en categorías perceptivas, de acuerdo a sus necesidades adaptativas.

    101. La teoría de la selección de grupos neuronales sostiene que la capacidad de un organismo a categorizar un mundo sin etiquetas y a comportarse de manera adaptativa no provienen ni de instrucciones, ni de una transferencia de información, sino de un proceso de selección, a partir de variaciones. Es un “darwinismo neuronal”.

    102. La teoría de Gerald Edelman ha permitido fabricar algunas generaciones de “robots” inteligentes. Lo interesante es que no se trata de robots tradicionales, a los que se inocula programas de actividades inteligentes bajo la forma de instrucciones del fabricante, sino que de máquinas capaces de aprender a través de sus experiencias. Lo único que se ha programado en ellos son algunos “valores”, cuya satisfacción implica cierta “recompensa” en estímulos eléctricos.

    103. “La construcción de una máquina capaz de percibir, cuyo sistema nervioso será simulado por medio de un supercalculador, pero en que los “verdaderos” ojos y el aparato motor se encontrarán en una “criatura” que “vivirá” en otra pieza, está actualmente en curso. Este objeto llamado Nomad (…) en francés (Máquina con estructura neuronal y adaptabilidad múltiple), está ligada a su cerebro por televisión y por radio. Este cerebro  (…) es siempre concebido como un sistema selectivo. Las tareas que Nomad deberá realizar asocian la categorización y el aprendizaje; por ejemplo, él deberá elegir entre objetos de formas diversas, los que considere como valiosos. Contrariamente a lo que ocurre con los robots habituales, esas elecciones no serán programadas: ellas serán el resultado de un entrenamiento”.

    104. No podemos menos que impresionarnos con los datos fósiles que reflejan un aumento rápido de la talla del cerebro en los hominídos en menos de un millón de años de evolución. ¿Es posible proseguir la obra de Darwin y reinstalar el espíritu en la naturaleza? Sí. Para responder a su pregunta yo creo firmemente que la especie humana va a construir un objeto pensante. Después de todo, eso ya ha sido hecho, al menos una vez, por la naturaleza. ¿Será dicho objeto un ser humano? Por supuesto que no. Pero él significará una revolución, una extensión de la sensibilidad humana. Estará dotado de sensores que dividirán nuestro mundo de una manera diferente a como lo hace nuestro cerebro y nos permitirá superar nuestras limitaciones.  (Idem, p. 19

    105. Se mejoran los sistemas de información, se amplían las responsabilidades de cada puesto, se delega en los empleados y se refuerza la responsabilidad.  La velocidad de respuesta, es la nueva arma competitiva de la empresa. Pero actuar rápidamente requiere contar con equipos interdisciplinarios con una base común de información. (El Diario Financial Times. Cap´10, pág. 9. “Sistemas de Alto Rendimiento”. Michael Hammer y James Champy).

    106. Lo que hemos llamado civilización global emergente está viéndose impulsada por la convergencia de las telecomunicaciones de larga distancia y una reducción sustancial de los costos de procesos electrónicos de datos. Se trata de un mundo cada vez mas simultáneo próximo y funcionalmente interdependiente, en el que coexisten conflictos culturales de todo tipo, tanto violentos como benéficos que no son fáciles de resolver. (…) El desarrollo de las telecomunicaciones y la informática no sólo contribuyen a una mayor interconexión de todo el planeta, sino que actúa como testigo de un cambio de valores a escala mundial. ( El Diario Financial Times. Cap. 6, pág. 18. “Hacia la Civilización Global”. Howard V. Parismutter).

    107. Las empresas succionan datos como una gigantesca aspiradora, los proceso y los disemina a otras empresas de manera cada vez más compleja. Al convertirse la información en esencial para la producción y a medida que proliferan “directores de información” en la industria, la corporación ejerce nocesariamente un impacto en el entorno informacional, del mismo modo que lo ejerce en el entorno físico y social. (Alvin Toffler. “La Tercera Ola”. Pág. 304).

    108. La desmasificación de la sociedad significa que es necesario intercambiar mucha más información entre las instituciones sociales -incluida la empresa- para mantener relaciones entre ellos. (Idem, pág. 305).

    109. Una bomba de información está estallando entre nosotros, lanzándonos una metralleta de imágenes y cambiando drásticamente la forma que cada uno de nosotros percibe y actúa sobre nuestro mundo privado. (idem, pág. 203).

    110. A medida que el cambio se acelera en la sociedad, fuerza dentro de nosotros una aceleración paralela. Nueva información llega a nosotros y nos vemos obligados contínuamente a un ritmo cada vez más rápido de nuestro archivo de imágenes. (idem, pág. 205).

    111. Al alterar tan profundamente la infósfera, estamos destinados a transformar también nuestras propias mentes, la forma en que pensamos sobre problemas, la forma en que sintetizamos la información, la forma en que preveemos las consecuencias de nuestras propias acciones. (idem, pág. 224).

    112. Si consideramos estos diversos desarrollos no como independientes unos a otros sino como entrelazados y mutuamente reforzados, cada avance tecnológico o científico acelerando a los demás, resulta claro que no estamos tratando ya con el mismo nivel de tecnología. Nos hallamos camino de un sistema tecnológico radicalmente nuevo. (idem, pág. 190).

    113. La actividad económica del país puede verse sustancialmente alterada por la explosión electrónica. De hecho es probable que la realidad supere a la ficción en el ritmo de introducción de nuevas y, a menudo, inesperadas aplicaciones de la electrónica. Sin embargo, la explosión de la electrónica, constituye sólo un paso hacia una tecnología completamente nueva. (idem, pág. 185).

    114. Un entorno inteligente podría hacer personas más inteligentes. (idem, pág. 228).

    115. Debido a que puede recordar e interrelacionar gran número de fuerza causales, el ordenador puede ayudarnos a abordar problemas a un nivel más profundo que el habitual. (idem, pág. 227).

    116. Conectados con bancos, tiendas, oficinas públicas, con las casas y con el lugar de trabajo, estos ordenadores están destinados a remoldear no sólo toda la actividad comercial desde la producción hasta la venta al por menor, sino también la naturaleza del trabajo, e incluso la estructura de la familia. (idem, pág. 184).

    117. Mi primera reflexión es que se ha producido una separación absoluta entre los que tienen el conocimiento, los que usan el conocimiento y los que sufren las consecuencias de los artefactos producidos por el conocimiento. (Igor Saavedra. Temas de la Época. pág. 16.).

    118.Es evidente que este país (Chile) va a tener que comprar la mayor parte de la tecnología que consume, pero la gente que dirige un país no puede olvidar que la tecnología refleja en alguna medida la cultura de la sociedad que la produce. (idem, pág. 16).

    119. Creo que se necesita una autocrítica de la sociedad, la gente que tiene poder en la sociedad debe darse cuenta que esta cosa de poder competir, que está de moda, no tiene sentido si no hay un país con identidad que se reconoce a sí mismo, que es moderno con M propia y no con M de Mc Donald´s. (idem, pág. 17).

    120. Todos los que están conectados a la red tienen algo que compartir. (ahora muchos tienen algo que vender) pero otros siguen vigentes, como la comunicación horizontal, libre y democrática que permite el correo electrónico o el intercambio de toda información que servirá para incrementar el conocimiento científico y académico en general, o la convicción de que todos los estándares (tan importante en este mundo virtual) se adopten, no se decretan, o por último, la realidad de que nadie se encuentra tan lejos como para estar fuera del alcance de Internet. (El Mercurio. 03/03/97, pág. E30).

    121. Existe una distancia creciente entre el desarrollo de la tecnología y la capacidad de utilizarla. (Revista Que Pasa N° 1232 de Noviembre de 1994, pág. 93).

    122. Buscar las tecnologías modernas y contar con el RR.PP. plenamente capacitado que haga posible la calidad total del producto. (Fernando Monckeberg. “Jaque al Subdesarrollo” AHORA. Pág. 156).

    123. Para mejorar nuestra competitividad y crecer con equidad, deberemos invertir no sólo en la obstención de recursos tecnológicos, sino muy especialmente en el principal activo de las empresas, que son sus trabajadores. (idem, pág. 163).

    124. El avance tecnológico está llevando a situaciones en que sus innovaciones son más importantes que cualquier otro factor del sistema productivo. El éxito de la gran empresa depende hoy de la capacidad de innovación que haya sido capaz de estructurar y para ello, en ocasiones, se hace indispensable buscar asociarse para enfrentar juntos un determinado problema. (idem, 56).

    125. Alcanzar el desarrollo depende inexorablenmente del acerbo científico tecnológico que la sociedad haya podido acumular. Si se alcanza un nivel adecuado, éste se refleja inmediatamente en el nivel educacional de la comunidad, en las eficiencias de sus estructuras y de su organización y, por último en la productividad por hombre ocupado (idem, pág. 109).

    126. Internet nos conecta y, a su vez,  nos desvincula de una forma histórica de lo real; aquella que se define (o se definía) por su territorialidad y la proximidad de los cuerpos (…) Las redes, las nuevas tecnologías mediáticas así como la lógica actual del capital nos enejenan de toda referencia local, nos descentran en un proceso de globalización incesante,  donde nada resiste esta virtualización del mundo que lo hace posible. Lo social, lo económico, lo político o son reconvertidos a su nueva expresión codificada o simplemente no sobreviven a la racionalidad de la red. (Temas del Diario La Época del 13/04/97. Max Colodro. “Globalización y Determinismo”. Pág. 20).

    127. El capital o es flotante o no volverá jamás a ser cuantificado y acumulado. No hay centro ni territorio que permita precisar los contornos de lo social, de lo económico y de lo político. Todo está, a partir de ahora, liberado y obligado a navegar y a flotar, sin estar nunca en ningún lugar. Todo está dispuesto, desde este instante, a recorrer este verdadero vía crucis  postmoderno, donde lo que no es desconstruído desde lo virtual, pareciera condenado a no sobrevivir. (idem).

    128. El final de la centralidad (Foucault) posee dos dimensiones distinguibles:

    a) Pérdida de referencilidad. Una tendencia al desbordamiento que elimina toda posibilidad de ubicar en un contexto espacio-temporal los procesos en curso. Nada ocurre ya en algún lugar, en la medida en que la red y los medios de comunicación lo disponen instanténeamente en el campo de una socialización unificada y sintética. Los contornos de lo que definíamos como realidad se diluyen en una tendencia irrefrenable a la expansión y al desbordamiento que provoca la mundialización de los efectos, de los efectos sin causa local precisable;

    b) El descentramiento opera como ausencia de control; como imposibilidad de gestionar el sentido o la naturaleza de los acontecimientos. Se está produciendo una distinción radical entre la objetividad ajena del mundo virtual, y la reclusión de la conciencia subjetiva en un ámbito de parálisis. (idem)

    129. La verdad es que la realidad se nos escapa en todas direcciones a una velocidad que transforma todo objeto o acontecimiento en algo instantáneo. Los límites del sistema no son conocidos ni reconocibles, pero se expanden en una lógica y a una velocidad similares a la del universo. Su forma dominante de existencia consiste en avanzar sobre sí mismo fagocitando toda posibilidad de realidad exterior. (idem).

    130. La lógica de la imagen es por definición una lógica de superficies, una lógica que no puede proyectar identidades móviles y flotantes como las del consumo o el capital financiero. Las diferencias son así rápidamente procesables y digeribles, precisamente porque ya no remiten a contenidos, significados o referentes trascendentes. (idem).

    131. La red, como sistema de sobreproducción de diferencias sólo proyecta formas espectrales, vacías de contenido. (…) Del mismo modo, la red sólo pondría en movimiento objetos espectrales sin existencia fuera del espacio virtual creado por su propia proyección simbólica. (idem).

    132. El ámbito de referencia territorial que se constituyó en uno de los elementos decisivos en la configuración de la sociabilidad moderna, va diluyéndose en este proceso de globalización donde las nuevas formas de institucionalidad se definen por carecer de un espacio preciso de elaboración. Las dimensiones micro y locales -incluído el propio individuo- son así permanentemente centrifugadas desde lo macro y lo global. (idem).

    133. La fuerza de dispersión que reconfigura el orden social como un universo en permanente descentramiento, genera espacios subjetivos de alta inestabilidad, donde la red de relaciones que los articula es demasiado frágil y precaria como para generar grados importantes de seguridad. Esta inestabilidad incluiría también el campo de las afectividades, de aquellos lazos que el individuo construye con su entorno humanizado y en donde la duración y proximidad de los vínculos es una condición para su desarrollo. (idem).(Temas del Diario La Época del 13/04/97. Max Colodro. “Globalización y Determinismo”).

    134. ¿Y de qué sirve darles a los jóvenes los medios para adquirir conciencia de su situación, sufrirla más que antes y criticarla si ahora la aceptan tan tranquilos? Es mejor atraparlos más, hundirlos más que nunca en su condición de “buscadores de empleo”, ocupación que los mantendrá tranquilos y juiciosos por mucho tiempo.(“El horror económico”, Viviane Forrester. Pág. 90)

    135. No obstante, “ciudadana” o invitada a convertirse en ello, supuestamente inclinada hacia el bien, la empresa recibe ofertas de miles de subvenciones, exenciones, posibilidades de contratos ventajosos a fin de que emplee más trabajadores. Y no se traslade a otro país. Condescendiente, todo lo acepta. No contrata. Se traslada o amenaza con hacerlo, si no se hace todo como ella quiere. Aumenta el desempleo. Se vuelve a empezar.( pág. 91)

    136. Lo repetimos: la caridad no es vocación de las empresas. La perversidad consiste en presentarla como “fuerzas vivas” movidas ante todo por imperativos morales, sociales, abiertos al bienestar general, cuando en realidad se rigen por un deber, una ética, sí, pero que les ordena obtener ganancias, lo cual es perfectamente lícito, jurídicamente inobjetable. Sí, pero hoy por hoy, con razón o sin ella, el trabajo representa un factor negativo, carísimo, inutilizable, perjudicial para las ganancias. Nefasto.(96)

    137. Mientras las naciones y sus clases políticas se muestran tan apesadumbradas por la existencia del desempleo y proclaman feroces campañas para terminar con esa obsesión que las acosa noche y día, la OCDE publica en un informe una posición más … moderado: “Para obtener un determinado ajuste de los salarios, hará falta un mayor nivel de desempleo coyuntural”, declara.(101)

    138. ¿Pero realmente se los “estimula” a buscar trabajos imposibles de hallar? ¿Es eso lo que está en juego? ¿No se trata más bien de pagar por los pocos puestos de trabajo aún necesarios el salario más bajo posible, casi rayano en cero? ¿Y con ello satisfacer la insaciable sed de ganancias? Y no dejemos de mencionar al paso la culpa de las víctimas que jamás han mendigado con tanta asiduidad aquello que se les niega y que, por otra parte, ya no existe.(105)

    139. En realidad, no se trata de incitar a nadie a buscar trabajo sino a dejarse explotar, a estar dispuesto a todo para no morir de hambre, para no dejar de ser un excluido … pero porque se lo habrá expulsado definitivamente de la vida.

    Se trata asimismo de debilitar, anular moral y físicamente a quienes de otro modo podrían poner en peligro la “cohesión social”.

    Se trata sobre todo de preparar a los pueblos a din de que cuando deban afrontar lo peor, justamente no lo afronten sino que se sometan, ya anestesiados.(106)

    140. Como hemos visto, el aumento galopante del desempleo tiende a equiparar gradualmente a los países desarrollados con los del Tercer Mundo en cuanto se refiere a su pobreza. Al contrario de la esperada propagación de la prosperidad, se observa la mundialización de la miseria, su extensión a las regiones hasta ahora favorecidas, con una equidad que hace honor a los partidarios de este término tan en boga.

    Cualesquiera que sean su poder, margen de acción y capacidad de ser responsable, hoy en día un gobierno opera en contextos económicos, de circulación de monedas y campos de explotación que no son de su competencia, pero determinan sus políticas. Es decir, los contextos no dependen del gobierno, pero éste depende de aquéllos.(115)

    141. Vivimos un tiempo clave de la Historia. Estamos en peligro, a merced de una economía despótica que al menos deberíamos situar, analizar, descifrar sus poderes y envergadura. Por mundializada que sea, por más que el mundo esté sometido a su poder, resta comprender, quizá decidir, qué lugar ha de ocupar la vida en ese esquema. Por lo menos debemos vislumbrar de qué participamos, descubrir en la medida que se nos permita hasta dónde llegarán, hasta dónde se arriesgarán a avanzar las usurpaciones, las expoliaciones, la conquista.(119)

    142. Las potencias económicas privadas, internacionales, multinacionales, trasnacionales, no cargan con la necesidad de agradar a la opinión pública, obsesión de los poderes políticos. No necesitan seducir ni echarle miradas al electorado. Nada de cháchara ni estados de ánimo; nada de maquillaje. Entre ellos juegan con las cartas sobre la mesa. Van a lo esencial. ¿Cómo administrar las ganancias? ¿Cómo obtenerlas? ¿Cómo manejar la empresa planetaria en beneficio del frente único de las “fuerzas vivas”?(101)

    143. A la gran mayoría le queda una última función importante que cumplir: la de consumidores. Ahora, para cumplir esa función y alcanzar esa categoría es necesario poseer los medios.

    Siendo así, ¿a qué se debe esta pauperización metódica, organizada, calificada de racional, incluso necesaria y prometedora, y que se agrava sin cesar? ¿Por qué se podan casi con rabia, de a decenas de miles, las filas de consumidores en potencia que supuestamente representan a las “gallinas de los huevos de oro”.(138)

    144. ¿Por qué ni siquiera se visualiza la posibilidad de adaptarse a las exigencias de la mundialización, no para someterse sino para liberarse de ella? ¿Por qué no se busca ante todo un modo de reparto y de supervivencia que no fuera en función de la remuneración del trabajo? ¿Por qué no se explota, por qué no exigir para el “empleo” de la vida -la del conjunto humano- un sentido distinto que el “empleo” de la abrumadora mayoría de los individuos por unos pocos, tanto más por cuanto esto se volvería imposible en lo sucesivo?

    145.     Y estamos en democracia, somos libres y numerosos. Nadie hace nada, salvo cerrar el diario o apagar el televisor, obedecer sumisamente la orden de mostrarse siempre confiado, sonriente y satisfecho (si uno no pertenece a las filas de los derrotados, humillados y ofendidos), mientras los problemas se agravan, subterráneos y funestos, en medio de un mutismo generalizado apenas interrumpido por frases huecas que prometen curar lo que ya está muerto.

    146. ¿Qué poder se opone a ello? Ninguno. Los caminos se allanan ante la barbarie zalamera, el saqueo con guantes blancos. Es sólo el comienzo. Hay que estar muy atento a esta clase de comienzos: al principio no parecen criminales, ni siquiera peligrosos. Se desarrollan con el acuerdo de personas encantadoras, de buenos modales y sentimientos, que no matarían una mosca y por otra parte -si se toman el tiempo de pensar en ello- consideran lamentables, pero ¡ay!, inevitables, ciertas situaciones, o no saben aún que es en ese momento, en ese preciso instante, cuando se escribe la Historia, esa que no advirtieron cuando se estaba tramando, cuando sucedían las primicias de esos sucesos que más adelante considerarán “inenarrables”.(153-4)

    147. Éste hoy hace estragos en todos los niveles de todas las clases sociales, provocando desamparo, inseguridad y sentimientos de vergüenza debidos esencialmente a los errores de una sociedad que lo considera una excepción a una regla general establecida de una vez y para siempre. Una sociedad que pretende seguir su camino por una vía que ha dejado de existir en lugar de buscar otras.

    148. Contradicción flagrante entre la precariedad instituida en todas las direcciones y la expresión pregonada de un crecimiento supuestamente anhelado, presentado como la panacea universal. ¿Es cierto que el verdadero objetivo sea este crecimiento para paliar estos males? ¿No se buscará más bien el crecimiento de las especulaciones financieras y los mercados más o menos virtuales -del capitalismo electrónico-, tan disociados del crecimiento en cuestión.?

    Pero en semejante contexto cabe preguntarse qué sucede con la publicidad que parece tan importante, y que al embellecerlo todo nos hace vivir en un mundo no cosificado sino etiquetado.

    Por medio de seducciones y artimañas como jamás cortesana o prosélito alguno, a golpe de evocaciones y asociaciones libidinales, nos hacen desfallecer por las marcas. (141)

    149. ¿Podemos aún ejercer opciones que no estén relacionadas con los epifenómenos tomadas en el seno de un sistema único, ya instaurado, del cual empezamos a adquirir (apenas) conciencia? ¿Sería concebible proponer -sólo proponer- algo que se opusiera apenas mínimamente a los intereses de los mercados privados (o que no pareciera favorecerlos), sin que inmediatamente se objetara a coro, si es que uno tuvo la oportunidad de expresarse: “¡Dios mío! ¡Con solo escuchar eso van a huir, mandarse a mudar, borrarse, correr, escapar por la tangente, poner pies en pólvora, pirarse con todo lo que tiene! El lector ya habrá adivinado que se trata de nuestras estimadas “fuerzas vivas”, tan veleidosas, veloces y volátiles, siempre dispuestas a mudarse con sus empresas, sus escasos puestos de trabajo, sus desechos amenazados, mejor dicho, amenazantes (en verdad con las amenazas y extorsiones vinculadas con el empleo) hacia donde los aguardan esos pueblos juiciosos, esas poblaciones sumisas de las naciones “adaptadas”.(144)

    150. La competencia y la competitividad no agitan a las empresas y los mercados en la medida que se dice y sobre todo como se dice. Las redes mundiales, transnacionales están demasiadas entrelazadas, enredadas, vinculadas entre sí para que ello suceda. Se trata  más bien de pretextos que disimulan un interés común a toda la economía privada, interés que radica precisamente en esas ventajas, privilegios, exigencias, permisividades a las cuales ella dice estar sometida debido a las rivalidades temibles, amenazantes. Se trata de un conjunto de alianzas dentro de un mismo programa, una voluntad común magistralmente administrada. (236)

    151. La supresión de puestos de trabajo se vuelve una forma cada vez más frecuente de gerenciamiento, una fuente prioritaria de reducción de costos, un agente esencial de la ganancia.

    ¿Cuando advertiremos, por ejemplo, que las “riquezas” ya no se crean a partir de la generación de bienes materiales sino a partir de especulaciones abstractas, con escaso o ningún vínculo con las inversiones productivas? Las “riquezas” exhibidas en gran medida no son sino entidades vagas que sirven de pretexto al desarrollo de “derivados” que no tienen gran relación con aquéllas. (94)

    152. Son transacciones de compra y venta de lo que no existe, en las que no se intercambian activos reales, ni siquiera símbolos de estos activos, sino, por ejemplo, los riesgos asumidos por los contratos a mediano o largo plazo, que aún no han sido firmados o sólo existen en la imaginación de alguien; se ceden deudas que a su vez serán negociadas, revendidas y recompradas sin límite; se celebran contratos en el aire, a menudo de común acuerdo, sobre valores virtuales aún no creados pero ya garantizados, que suscitarán otros contratos, siempre de común acuerdo, referidos a las negociaciones de aquéllos. El mercado de riesgos y deudas permite a los participantes entregarse con toda falsa seguridad a esas pequeñas locuras. (95)

    153. Esos mercados no conducen a la “creación de riqueza”, a la producción real. Ni siquiera necesitan sedes inmuebles. Casi no emplean personal, porque en última instancia para manejar los mercados virtuales bastan uno o varios teléfonos y computadoras. En esos mercados, que no implican el trabajo de otrora ni producen bienes reales, las empresas (entre otras) invierten con frecuencia creciente una parte cada vez mayor de sus ganancias, ya que sus beneficios son más inmediatos y abultados que las otras operaciones. (96)

    154. Nadie había imaginado jamás que la liberación de la carga del trabajo significaría una catástrofe en el mal sentido del término. Ni con ello sucedería de manera repentina, como un fenómeno en principio clandestino. Nadie hubiera concebido que un mundo capaz de funcionar sin el sudor de tantas frentes sería apropiado rápidamente (incluso de antemano) por unos pocos, los que se dedicarían ante todo a acorralar a los trabajadores, ahora superfluos, para mejor marginarlos. Era inimaginable que ello se traduciría no en una mayor capacidad de todos para emplear, apreciar y asumir su estado de seres vivientes, sino en una coerción acrecentada, cargada de privaciones, humillaciones, carencias y sobre todo de mayor servidumbre. En la instauración cada vez más manifiesta de una oligarquía. Pero también en la improbabilidad proclamada de cualquier alternativa. En la institución de un conformismo generalizado, un consenso de dimensiones cósmicas. (125)

    155. Se trata de que el asalariado esté dispuesto a consentir todos los cambios, los caprichos del destino, léase de los empleadores. Deberá estar dispuesto a cambiar constantemente de trabajo (como quien se muda de camisón, dirían las abuelas). Pero contra la certeza de bambolearse “de un empleo a otro” habrá una “garantía razonable” -es decir, ninguna garantía- “de conseguir un trabajo distinto del anterior perdido pero que pague el mismo salario”. (129)

    156. Según Edmund S. Phelps, en los Estados Unidos se alienta el empleo en detrimento del salario, mientras que en Europa se favorece el salario en detrimento del puesto de trabajo. Puede ser. ¡Pero nada en ninguna parte va en detrimento de las ganancias!

    Todo tiene su lugar en un mercado floreciente, con tal de que crezca sin cesar. Se nos dirá que su prosperidad es indispensable para que haya trabajo y bienestar general. Salvo que se considere más útil no darnos explicaciones. (131)

    157. Ahora bien, si los amos de esta economía insisten en arruinar lo que ya está en ruinas, explotar los vestigios de una era desaparecida, administrar la vida desde su microcosmos en el amanecer de una nueva era a la que sus contemporáneos no tiene acceso, y sobre todo si insisten en dar como únicas claves de la vida ese trabajo que desahucian (no sin velar para que aparente conservar sus valores), acabarán por encontrar una respuesta a la pregunta aún no formulada a propósito de sus congéneres: “¿Cómo deshacerse de ello?” Pero se trata de una historia de la que sin duda ellos mismos no tienen conciencia, como no la tiene del peligro que hacen recaer sobre nosotros sin encontrar la menor resistencia. Esta pasividad es lo más insólito de todo. La falta de interés, la resignación, la apatía mundializada podrían permitir que se instaure lo peor. Y lo peor está  a nuestras puertas. (147)

    158. No se trata de llorar por lo que ya no existe ni de negar y renegar del presente. No se trata de negar o rechazar la mundialización y el auge de las tecnologías que podrían haber favorecido a otros además de las “fuerzas vivas”. Por el contrario, hay que tenerlos en cuenta. Se trata de dejar de ser colonizado. Vivir con conocimiento de causa, no aceptar más al pie de la letra los análisis económicos y políticos que soslayan los problemas, que sólo los mencionan como elementos amenazantes que obligan a tomar medidas crueles, las que no harán mas que empeorar las cosas si se las acepta dócilmente. (157)

    159. Los gobiernos que susurran sus tímidas sugerencias no desconocen que al responder favorablemente traicionarían sus propios intereses, que son su razón de ser y la base de su deontología.

    Por qué no asumir esta realidad: las empresas no toman mano de obra por la excelente razón que no la necesitan. (92)

    160. No olvidemos que los inmigrantes que van a las naciones mas prósperas como Francia han visto cómo estos países han ido y aún van a los suyos, y no sólo por la mano de obra barata. Explotan sus materias primas y recurso naturales, a veces hasta agotarlos. Otro de sus motivos para ir allá es que no necesitan dar ni distribuir nada, pueden robar bienes, apropiarse de ellos con el pretexto de que están más capacitados para explotarlos (en beneficio de otras regiones).

    Nuestras “fuerzas vivas” vinculadas con nuestros Estados siempre colonizan económicamente a los países que los han enriquecido. (110)

    161. Todos se esfuerzan por creer en esos ritos a fin de autoconvencerse (aunque con dificultad creciente) de que se trata apenas de un período de crisis, no de una mutación, una nueva forma de civilización ya organizada, cuya racionalidad supone la anulación del empleo, la extinción de la vida asalariada, la marginación de la mayoría de los seres humanos. ¿Y de ahí…? (117)

    162. Todos se aferran a estos ritos, al menos para escuchar que se trata de una decadencia pasajera y no de un régimen nuevo, dominador, que en poco tiempo no se apoyará sobre sistema de cambio real alguno ni de otro punto de apoyo, porque su economía sólo adhiere y apunta a sí misma. ¡Sin duda es una de las utopías más raras jamás realizadas! Es el único ejemplo de anarquía en el poder (pero con pretensiones de orden), reinando sobre todo el globo y cada día más consolidada. (118)

    163. Lejos de traer la liberación a todos, casi como una quimera paradisíaca, la desaparición del trabajo se vuelve una amenaza. Su escasez y precariedad son siniestros, porque el trabajo sigue siendo irracional, cruel y fatalmente necesario no para la sociedad ni la producción, sino precisamente para la supervivencia de aquellos que no lo tienen, no lo pueden tener y para quienes trabajar sería la única salvación.(122)

    164. ¡Hace mucho que permanecemos ciegos a las señales evidentes! Las nuevas tecnologías tales como la automatización son previsibles desde hace tiempo, pero nadie las tuvo  en cuenta sino a partir de que las empresas empezaron a incorporarlas. Al principio las usaron pragmáticamente y luego, sin que nadie reflexionara demasiado sobre ello, las incorporaron hasta hacerlas suyas, organizarse en torno a ellas y utilizarlas a nuestra costa.

    Las cosas habrían resultado distintas si a partir de 1948 los pensadores políticos hubieran leído los primeros trabajos de Norbert Wiener, quién además de inventar la cibernética vaticinó con lucidez sus consecuencias.

    Allí se anticipaba todo: la extinción del trabajo, el poder tecnológico y la metamorfosis que ello suponía, así como la redistribución de la energía y las nuevas definiciones del espacio, el tiempo, los cuerpos y la inteligencia. Se podía anticipar los trastornos de todas las economías, ante todo las basadas en el trabajo. (220)

    165. Descuidada por la política, la cibernética se introdujo casi subrepticiamente en la economía, sin reflexión ni segundas intenciones estratégicas o maquiavélicas, de manera “inocente”, con miras prácticas y sin teorías, como una simple herramienta en principio útil y rápidamente indispensable. Demostró ser un factor de alcance inconmensurable, preponderante, responsable -como era previsible, pero nadie previó- de una revolución de magnitud planetaria. Sus consecuencias, inscritas en nuestras costumbres, hubieran debido ser beneficiosas, casi milagrosas. Fueron desastrosas.

    En lugar de abrir camino hacia una disminución e incluso una abolición deseada y planificada del trabajo, provoca su escasez y poco después su supresión sin haber eliminado o siquiera modificado la obligación de trabajar ni la cadena de transacciones cuyo único eslabón se supone que es el trabajo. (121)

    166. La preocupación ética es siempre una preocupación de las consecuencias que la conducta de uno tiene sobre otro; se funda en la aceptación del otro como legítimo otro. No hay otra ética. Lo que yo pienso es que la emoción desde la cual surge la preocupación ética es el amor. Si a uno el otro no le preocupa, no hay preocupación ética. Nunca. En el momento en el que otro tiene presencia para usted, hay ética, y por eso la preocupación ética nunca va más allá del dominio social en que surge, el dominio en el cual el otro tiene presencia. Mientras los indios no fueron considerados seres humanos, no hubo preocupación ética por ellos. Entonces, no es que haya muchas éticas; hay una sola, aquella en la cual lo que le pasa al otro con lo que yo hago a mí me importa. .(“La ética del respeto mutuo”. Reflexiones de Humberto Maturana. Artículo de Carlos Aldunate. Temas de La Época. 13/Xl/94)

    167. Algo ha estado pasando entonces para que el escenario de lo público viera resurgir este interés tan manifiesto por más ética (haciendo la salvedad de que, muchas veces, especialmente en nuestro país, pero puede que también en otros, ese interés no es tanto un esfuerzo por indagar los signos de los tiempos, o aquello que no camina en el proyecto de mundo en plaza, sino más bien una demanda de complemento de alma, de conductas, para mejor situarse frente a los cambios actuales, que se viven y sufren, pero no se controlan). Podemos enunciar esta suerte de diagnóstico de nuestro tiempo como una expresión de malestar con la modernidad. O, como le he llamado en otra oportunidad, como el síntoma, los reflejos, signos de las resultantes que va generando una mundial dialéctica de modernidad/modernización… la aparente automatización propia del subsistema económico (y sus instituciones), parecen hacer un llamado especial al ámbito ético/moral. Esto significa, entre otras cosas, que los resultados de esa dialéctica ponen en cuestión las maneras, las conductas prácticas, las costumbres habituales, o las morales prevalecientes como respuestas configuradas para hacer frente a la permanente vulnerabilidad y fragilidad de los humanos. Ninguna de las grandes respuestas modernas, en sus matices y variedades ha estado en condiciones de llenar el espacio que media entre lo que es, los hechos, lo dado, y el poder ser, deber ser, o el horizonte de sentido o finalidad.  (“La necesidad de ética: una respuesta a los tiempos.”Salvat, Pablo “Razón, Etica y Modernidad”. Temas de la Época. 12 de enero, 1997)

    168. Más allá o acá de las posiciones que puedan tomarse en este debate, sí parece claro que en la actualidad no basta con una ética a nivel de la microesfera (familia, vida privada), o de la mesoesfera (política nacional), sino que necesitamos de una macroética capaz de responsabilizarse por las consecuencias planetarias de las acciones y decisiones en curso. Para esto, cualquier ética que quiera estar a la altura de los actuales desafíos requiere poder articular, reflexiva y argumentadamente, los principios de autonomía moral, autodeterminación y solidaridad.

    Quizá de esta manera estemos en mejores condiciones para hacer conciencia sobre la manera cómo se ha construido históricamente este continente y, al mismo tiempo, ayudar a prevenir, si cabe, la no repetición de experiencias societales que han hecho de la violación sistemática de los derechos humanos – esto es, de la negación del otro -, una de sus vigas maestras. (“La necesidad de una MACROETICA.” Salvat, Pablo. “Razón, Etica y Modernidad”. Temas de la Época. 12 de enero, 1997)

    169. Contextualismo, neocomunitarismo y ética del discurso, representan tres esfuerzos reflexivos que intentan dar cuenta y posicionarse respecto a la dialéctica modernidad/modernización. Frente a los desafíos de una ética mundial – que necisitamos – y al predominio de lo que Mac Intyre llama un “emotivismo moral” (esto es, que por intermedio del lenguaje moral solo expresamos sentimientos personales), nos parece que una perspectiva como la que abre la ética dialógica está mejor situada, y ofrece posibilidades para afrontar estos desafíos. En lo central, porque le reconoce a cada cual su cualidad de persona y sujeto con capacidad de participar en las discusiones que tienen que ver con decisiones y normas que le afectan hoy o mañana. En ello le va su dignidad. Le reconoce entonces, a cada cual, la competencia comunicativa para contribuir a los consensos racionales, y no al mero consensualismo basado en el exitismo, los poderes fácticos, o el predominio de las costumbres dadas. Este consenso racional puede reflejarse en una suerte de nuevo contrato social, que no venga mediado por un mero individualismo que responde a intereses egoístas, sino que es factible abogar por un consensualismo solidario basado en la comunicabilidad de la razón y la intuición de nuestra propia vulnerabilidad y fragilidad en tanto humanos. (“Ética dialéctica: una posible respuesta.” Salvat, Pablo. “Razón, Ética y Modernidad.” Temas de la Época.12 de enero, 1997

    170. Con esto puede Apel sostener la necesidad de reconocer en todos los humanos, en cuanto seres dotados de competencia comunicativa, el derecho a ser considerados como interlocutores actuales o potenciales de cualquier argumentación, decisión o norma, a través de las cuales se decida algo que puede afectarles directa o indirectamente hoy o mañana. Porque, explica, “en la comunidad de argumentación se presupone que todos los miembros se reconocen recíprocamente como interlocutores con los mismos derechos”.

    Es precisamente el reconocimiento de los humanos como seres dotados de competencia comunicativa y de derechos lo que hará posible el reconocerlos como “personas”. La exclusión o marginación significará aquí la negación del otro, su no reconocimiento. “Todos los seres capaces de comunicación lingüística deben ser reconocidos como personas, puesto que en todas sus acciones y expresiones son interlocutores virtuales y la justificación ilimitada del pensamiento no puede renunciar o ningún interlocutor y o ninguno de sus aportaciones virtuales”.

    De este modo, los miembros de la comunidad de comunicación están obligados a tener en cuenta todas las exigencias virtuales de todos los miembros virtuales; es decir, todas las “necesidades” humanas, en la medida en que podrían plantear “exigencias” a los demás hombres.  (“Apel: La ética del discurso.” Salvat Bologna, Pablo. “Ética para tiempos de desencanto.”Temas de la Época. 28 de mayo, 1995)

    171. La mutua obligación de entenderse.

    A partir de la idea apeliana de que todo diálogo o discurso exige, desde la partida, haber aceptado ciertas normas morales, para que las argumentaciones tengan sentido, puede formularse una suerte de principio normativo de la ética del discurso. Dice ese principio: todo aquel que pretenda una argumentación con sentido, precisa o requiere haber aceptado una norma central (que actúa como un imperativo categórico y no puramente hipotético): reconocer para todos los miembros de la comunidad de comunicación (“todos los seres en cuanto pensantes”, dice Apel) su carácter de posibles o reales interlocutores y/o pares con los mismos derechos, lo cual los obliga mutuamente a exponer sus argumentos, a intentar ser entendidos por los otros, a escucharse; es decir, a cumplir con las normas básicas de la lógica argumentativa.

    El problema al que desea responder la ética en Apel tiene que ver con un diagnóstico de nuestro tiempo: el desfase cada vez mayor entre los avances tecnológicos y la capacidad de los sujetos para procesar y orientar el llamado progreso científico-técnico.

    Hoy, según Apel, no basta con una ética a nivel de la microesfera (relaciones familiares y vecinales), ni tampoco a nivel de la mesoesfera (la política nacional), sino que se requiere una ética para la macroesfera, esto es, que pueda hacerse cargo del destino de la humanidad en su conjunto.

    ¿Por qué es de la mayor relevancia la elaboración de una macroética? Porque, para decirlo en palabras del mismo Apel, “por primera vez en la historia del género humano los hombres de encuentran emplazados prácticamente frente a la tarea de asumir la responsabilidad solidaria para los efectos de sus acciones o escala planetaria”. ¿Cuáles son esos efectos? Los irresueltos problemas planteados por el desastre ecológico, el armamentismo o la pobreza en el mundo. (“Apel: La ética del discurso.” Salvat Bologna, Pablo. “Ética para tiempos de desencanto.” Temas de la Epoca. 28 de mayo, 1995).

    172. En la actualidad, una de las posiciones mas relevantes en la discusión ético-moral, viene dada por la llamada ética del discurso, del filósofo alemán Karl Otto Apel, profesor emérito de la Universidad de Francfurt, nacido en 1922 en Dusseldorf. La ética del discurso (también conocida como ética de la comunicación, de Jürgen Habermas, el otro forjador de esta postura y colega de Apel) se plantea como desafío responder al gran problema actual: la necesidad de fundamentar la ética ante una humanidad que, a pesar de su desarrollo científico y técnico – o tal vez por su causa -, vive la amenaza de su propia desaparición; una humanidad que ha sido incapaz de superar el hambre, el armamentismo, las guerras o la depredación del medio ambiente, y que en virtud del desencanto reinante no encuentra salidas precisas.

    A partir de la crítica a lo moderno (hecha desde la posmodernidad o desde actitudes premodernas), para muchos es ya difícil hablar de que lo moral constituya el objeto de la reflexión ética. ¿Por qué? Porque en esa crítica el orden moral es puesto como producto de “ficciones” necesarias para la vida práctica; en otras palabras, de una ética sin metafísica, pasando por una ética sin religión, estaríamos transitando a una ética sin moral, toda vez que los postulados que la configuran (libertad, autonomía, racionalidad, voluntad, deber) se han mostrado como entelequias inventadas para darle sentido y fijación a un mundo de sin sentidos.

    Sabemos que la resultante de la modernización occidental ha tenido resultados paradojales en el ámbito ético/moral. Una de aquellas consecuencias no buscadas fue, por ejemplo, la conversión de la ética comunitario/fraternal en ética racionalizada y desencantada.

    173. Sabemos que este tránsito a la sociedad moderna ha sido leído críticamente en cuanto ha generado fenómenos como el individualismo egoísta, la desintegración de los vínculos culturales, la soledad o la alienación. Lo que nos interesa es hacer notar las conexiones de esta temática con la propuesta apeliana de una ética del discurso basada en una “comunidad ideal de comunicación”; esto es, aquella que aún no es, pero a la que aspiramos como horizonte de posibilidad y donde ya no tengan preponderancia fenómenos como el dominio, la manipulación, el engaño o el particularismo, todos ellos presentes en la “comunidad real de comunicación”.

    La ética del discurso (o de la comunicación) podría  quizá leerse entonces, como un esfuerzo por recuperar la modernamente negada intersubjetividad, la solidaridad entre sujetos, ambas dañadas por el proceso de racionalización ascendente de la vida social en Occidente. Pero, claro, no se trata de recuperar comunidad o intersubjetividad mediante una vuelta al pasado, es decir, sustentándola en alguna fe fundamentalista o en un conjunto de tradiciones particulares como lo piensan algunos filosofías del presente. Apel es en esto claramente moderno: reconoce el pluralismo axiológico y la libertad moral del sujeto.

    Esa posibilidad de rehacer los lazos intersubjetivos radicará en el descubrimiento de la intrínseca capacidad discursiva de los hablantes que somos los humanos, basada en el lenguaje y la comunicación, entendida ésta no como producida desde cada yo particular, sino como proceso de intercomunicación en el cual la presencia del otro es primordial desde la partida. Dicho en otros términos – que no son míos -, el hombre es un diálogo. (“Apel: La ética del discurso.” Salvat Bologna, Pablo. “Ética para tiempos de desencanto”. Temas de la Epoca. 28 de mayo, 1995)



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