El comunismo a debate
Camarada Víctor- Moderador de Reserva
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- Mensaje n°26
Re: El comunismo a debate
Respecto a la lucha armada... "No se puede hacer una revolución con guantes de seda."
asglo666- Gran camarada
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- Mensaje n°27
Re: El comunismo a debate
Mucha razón Camarada Victor.Por cierto esa frase me ha rekordado una kanción my buena y también antigua,ahí va:
Saludos!!
Saludos!!
Disidente- Novato/a rojo/a
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- Mensaje n°28
Re: El comunismo a debate
Bueno, entonces como suponía, el Estado no desaparece, sino que se renombra. Mismo perro con distinto collar, ¿no?.
Estado, organizaciones, partidos... ¿no viene a ser lo mismo? Alguien tomando decisiones por encima del resto.
Estado, organizaciones, partidos... ¿no viene a ser lo mismo? Alguien tomando decisiones por encima del resto.
Leningrad- Revolucionario/a
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- Mensaje n°29
Re: El comunismo a debate
Disidente escribió:Bueno, entonces como suponía, el Estado no desaparece, sino que se renombra. Mismo perro con distinto collar, ¿no?.
Estado, organizaciones, partidos... ¿no viene a ser lo mismo? Alguien tomando decisiones por encima del resto.
No, ni de lejos. A ver, en cualquier sistema siempre gobierna el sector más concienciado de la clase dominante, esto es, su partido. En el capitalismo, que es el sistema de la burguesía, gobierna el sector más avanzado de ésta. En el proletariado, exactamente lo mismo, pero es evidente que no puede ser lo mismo puesto que quien gobierna es la clase mayoritaria. Y mientras el proletariado tiene como meta última hacer desaparecer las clases sociales, la burguesía tiene como objetivo perpetuarlas beneficiándose así de su posición dominante. Mientras en el capitalismo las decisiones cada vez se restringen más, en el socialismo cada vez el poder está más diluido. De todas formas éste es un tema complejo, y como recomendación te haría que leyeses [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
Edito: evidentemente sigue habiendo estado, o más bien semiestado, en el socialismo. Quien cree que se puede destruir el estado y cambiar la mentalidad social de la noche a la mañana es que no vive en el mismo mundo que nosotros, o lo ve a través de un filtro realmente deformado. El semiestado proletario tiene como objetivo fundamental desaparecer, dejar de ser necesario.
Disidente- Novato/a rojo/a
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- Mensaje n°30
Re: El comunismo a debate
No me he explicado bien. No quiero decir que sea lo mismo con todos. Es evidente que no y resulta una aberración decir lo contrario. Lo que quería decir es que el sistema empleado sí es el mismo pero con distinto nombre. Estado, Oranización..
De todas formas, imprimiré tus documentos y lo leeré puesto que la cultura es una de las partes más importantes de una ideología antes de considerarse nada, y es bastante difícil encontrar lectura comunista. La que tengo la tuve que comprar por internet.
De todas formas, imprimiré tus documentos y lo leeré puesto que la cultura es una de las partes más importantes de una ideología antes de considerarse nada, y es bastante difícil encontrar lectura comunista. La que tengo la tuve que comprar por internet.
Disidente- Novato/a rojo/a
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- Mensaje n°31
Re: El comunismo a debate
Bueno, me he leído medio panfleto que me recomendó el compañero de arriba sobre el Estado y la Revolución de Lenin, y de momento veo las críticas al sistema actual, pero no las soluciones. Es decir:
Entiendo que en el Marxismo el estado no es abolido de un zarpazo como en el anarquismo. Desparece por sí solo al colectivizar y pasar todo a manos del pueblo. El comunismo en cuba no es tal como el marcado por el Marxismo ya que continúa habiendo una clase social que sale del proletariado, pero que está por encima de él, que es Castro y los que le rodean.
Llegados aquí, no entiendo cuál puede ser la forma de gobierno que proclama el marxismo, aunque es claro que al colectivizar y al proceder a la revolución, el Estado y su condición de clase social desparece.
Pongamos el ejemplo de que yo mañana mediante un golpe de estado llego al gobierno e instauro o instauramos un sistema marxista en España. ¿Cómo se haría para que no hubiese una cabeza que sobresalga más que otra? ¿Quién negociaría los repartos, las ventas, las compras, los tratados con otros países? ¿Debería ir a trabajar por las mañanas y por las tardes ocuparme de otros asuntos del país? ¿Cuál sería mi salario?. Perdón por tanta pregunta, pero es un tema básico al que no logro encontrar respuesta. Por cierto; ¿Castro cobra lo mismo que los trabajadores de Cuba?.
Entiendo que en el Marxismo el estado no es abolido de un zarpazo como en el anarquismo. Desparece por sí solo al colectivizar y pasar todo a manos del pueblo. El comunismo en cuba no es tal como el marcado por el Marxismo ya que continúa habiendo una clase social que sale del proletariado, pero que está por encima de él, que es Castro y los que le rodean.
Llegados aquí, no entiendo cuál puede ser la forma de gobierno que proclama el marxismo, aunque es claro que al colectivizar y al proceder a la revolución, el Estado y su condición de clase social desparece.
Pongamos el ejemplo de que yo mañana mediante un golpe de estado llego al gobierno e instauro o instauramos un sistema marxista en España. ¿Cómo se haría para que no hubiese una cabeza que sobresalga más que otra? ¿Quién negociaría los repartos, las ventas, las compras, los tratados con otros países? ¿Debería ir a trabajar por las mañanas y por las tardes ocuparme de otros asuntos del país? ¿Cuál sería mi salario?. Perdón por tanta pregunta, pero es un tema básico al que no logro encontrar respuesta. Por cierto; ¿Castro cobra lo mismo que los trabajadores de Cuba?.
Kex-bolchevike- Camarada
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- Mensaje n°32
Re: El comunismo a debate
Disidente escribió:Buenas, me he registrado al foro porque aunque no estoy tremendamente arraigado con las ideas comunistas, sí considero que su política es justa y positiva, pero en su totalidad la veo inalcanzable.
Bien es cierto que la imposición de un nuevo modelo social y económico da lugar a efectos no deseados, como pasó tanto al imponer el colectivismo como al suprimirlo en los países del este de Europa. No entiendo, por tanto, el empeño de sustituir una política económica de forma radical, cuando sabemos los efectos que va a tener sobretodo de la gente acomodada que se negará a cambiar.
También hay que decir que la gente acomodada lo está porque, valga la redundancia, otros no lo están y en su día, ya sea desde mucho tiempo atrás o de manera reciente, se han lucrado de medios sociales y de un sistema de liberalismo económico que les ha permitido alcanzar esta clase social económicamente aventajada.
No obstante, pienso que, a diferencia de hormigas o leones incluso (también seres vivos) el ser humano no puede coexistir en un sistema de bienestar social. Si miramos, los mayores problemas que ha tenido esta vertiente ideológica ha sido boicoteada por nosotros mismos, pero de distinta escala social y siempre mirando el interés propio. Los que tenían no querían compartirlo, y los que no tenían querían de los que sí poseían. Dudo que a alguien le interesase el bien colectivo.
También me gustaría que me explicasen cuál sería su postura, de manera llana, sobre la vivienda (derecho, repartición, restricciones, comercialización...) o la situación de un obrero que hoy en día va a trabajar a una fábrica cobrando 1.500 euros en el comunismo.
Muchas gracias y espero sus respuestas, que me ayudarán a seguir entendiendo este modelo.
salud camaradas !
Última edición por Kex-bolchevike el Dom Nov 29, 2009 4:34 pm, editado 1 vez
Gonzo17- Gran camarada
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- Mensaje n°33
Re: El comunismo a debate
Kex-Bolchevike, si no te importa, podrias escribir mas adecuadamente?
no te lo digo por nada, si no porque en este foro cuidamos bastante la expresion y la ortografia
no te lo digo por nada, si no porque en este foro cuidamos bastante la expresion y la ortografia
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- Mensaje n°34
Re: El comunismo a debate
Exacto, aparte de eso, bienvenidoGonzo17 escribió:Kex-Bolchevike, si no te importa, podrias escribir mas adecuadamente?
no te lo digo por nada, si no porque en este foro cuidamos bastante la expresion y la ortografia
Kex-bolchevike- Camarada
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- Mensaje n°35
Re: El comunismo a debate
Gonzo17 escribió:Kex-Bolchevike, si no te importa, podrias escribir mas adecuadamente?
no te lo digo por nada, si no porque en este foro cuidamos bastante la expresion y la ortografia
Entendido.
felicitaciones por el foro me es de gran ayuda.
un saludo
Proletario1917- Gran camarada
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- Mensaje n°36
Re: El comunismo a debate
Sii, si que cuidamos la ortografia, e incluso hay quien llega a ponerse pesao xDKex-bolchevike escribió:Gonzo17 escribió:Kex-Bolchevike, si no te importa, podrias escribir mas adecuadamente?
no te lo digo por nada, si no porque en este foro cuidamos bastante la expresion y la ortografia
Entendido.
felicitaciones por el foro me es de gran ayuda.
un saludo
Ahora en serio, es una norma que está en la mayoría de los foros, y es imprescindible para que nos entendamos correctamente
Bienvenido camarada Kex-bolchevike!!
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- Mensaje n°37
Re: El comunismo a debate
GraciasKex-bolchevike escribió:Gonzo17 escribió:Kex-Bolchevike, si no te importa, podrias escribir mas adecuadamente?
no te lo digo por nada, si no porque en este foro cuidamos bastante la expresion y la ortografia
Entendido.
felicitaciones por el foro me es de gran ayuda.
un saludo
Gonzo17- Gran camarada
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- Mensaje n°38
Re: El comunismo a debate
No es por ponerse pesado ni muchisimo menos, pero como la izquierda que somos, no podemos caer en la ignorancia del fascismo, tanto como en conocimientos como en ortografia...
(Y digo esto porque yo sere el primero en poner alguna burrada ortografica xDD )
(Y digo esto porque yo sere el primero en poner alguna burrada ortografica xDD )
Admin- Administrador
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- Mensaje n°39
Re: El comunismo a debate
Bueno que nos desviamos xD
Gonzo17- Gran camarada
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- Mensaje n°40
Re: El comunismo a debate
Tenemos una mania de acavar hablando de todo menos del tema del post..xDD
Bueno, alo que estamos
Bueno, alo que estamos
Plaza- Gran camarada
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- Mensaje n°41
Re: El comunismo a debate
He estado leyendo esas publicaciones y me parecen muy interesantes y ciertas vuestras posturas (con matices)creo que es el mejor debate que he leído desde que llevo aquí (que dicho sea de paso no es mucho).
Para hablar de Cuba, si que es cierto que tiene un buen sistema sanitario, una buena educación...etc. Creo que se le tienen que reconocer logros a Cuba, pero también fallos. Está claro que lo que mas daño hace a Cuba es vivir en un mundo capitalista hostil.
El compañero había preguntado como son las relaciones comerciales y de competencia dle sistema economico. Pues hay que decirte algo compañero (te digo compañero por si todavía no te consideras comunista jaja), en el sistema comiunista las relaciones de competencia no existen bajo mi punto de vista, existen las relaciones de colaboración.
No se trataría de que dos países se mataran a ver quien produce sandías mas baratas, sinó que cada uno se dedique a lo que su desarrollo y materias primeras le permita (se que suena muy Ricardiano pero creo que el marxismo va por ahí) todo este desarrollo de cada país vendría impuesto por las directrices del partido que indicaría que producir, cuando y como hacerlo de fomra ams adecuada.
Es lo que se llama la economia planificada. Que yo personalmente creo que es lo mejor que se puede hacer a nivel mundial, está claro que si esta economia planificada se hace en un solo país puede ser un desastre (por eso necesitamos la revolución internacional). Esta economía planificada buscaría las necesidades reales del mercado y de la población y pondría los medios para solucionarlas independientemente de la renta de cada uno.
EJEMPLO: que sentido tiene que se dediquen millones a investigar nuevos tratamientos para evitar el envejecimiento de la piel cuando la gente en áfrica muere por diarrea o por desnutrición. El sentido está en que el mercado (el mercado con capacidad de compra) demanda estos productos, la economía capitalista produce buscando el lucro, por eso no se dedican los cientificos a producir mas fármacos o a curar el sida en el mundo de forma definitiva (con esto no digo que muchos lo hagan, digo que se podrían destinar fondos muchisimo mas grandes). Con la economía planificada se acabarían estos disparates del mercado capitalista.
(es mi modesta opinión)
Para hablar de Cuba, si que es cierto que tiene un buen sistema sanitario, una buena educación...etc. Creo que se le tienen que reconocer logros a Cuba, pero también fallos. Está claro que lo que mas daño hace a Cuba es vivir en un mundo capitalista hostil.
El compañero había preguntado como son las relaciones comerciales y de competencia dle sistema economico. Pues hay que decirte algo compañero (te digo compañero por si todavía no te consideras comunista jaja), en el sistema comiunista las relaciones de competencia no existen bajo mi punto de vista, existen las relaciones de colaboración.
No se trataría de que dos países se mataran a ver quien produce sandías mas baratas, sinó que cada uno se dedique a lo que su desarrollo y materias primeras le permita (se que suena muy Ricardiano pero creo que el marxismo va por ahí) todo este desarrollo de cada país vendría impuesto por las directrices del partido que indicaría que producir, cuando y como hacerlo de fomra ams adecuada.
Es lo que se llama la economia planificada. Que yo personalmente creo que es lo mejor que se puede hacer a nivel mundial, está claro que si esta economia planificada se hace en un solo país puede ser un desastre (por eso necesitamos la revolución internacional). Esta economía planificada buscaría las necesidades reales del mercado y de la población y pondría los medios para solucionarlas independientemente de la renta de cada uno.
EJEMPLO: que sentido tiene que se dediquen millones a investigar nuevos tratamientos para evitar el envejecimiento de la piel cuando la gente en áfrica muere por diarrea o por desnutrición. El sentido está en que el mercado (el mercado con capacidad de compra) demanda estos productos, la economía capitalista produce buscando el lucro, por eso no se dedican los cientificos a producir mas fármacos o a curar el sida en el mundo de forma definitiva (con esto no digo que muchos lo hagan, digo que se podrían destinar fondos muchisimo mas grandes). Con la economía planificada se acabarían estos disparates del mercado capitalista.
(es mi modesta opinión)
destruyelcapital- Comunista
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- Mensaje n°42
Re: El comunismo a debate
Plaza escribió:He estado leyendo esas publicaciones y me parecen muy interesantes y ciertas vuestras posturas (con matices)creo que es el mejor debate que he leído desde que llevo aquí (que dicho sea de paso no es mucho).
Para hablar de Cuba, si que es cierto que tiene un buen sistema sanitario, una buena educación...etc. Creo que se le tienen que reconocer logros a Cuba, pero también fallos. Está claro que lo que mas daño hace a Cuba es vivir en un mundo capitalista hostil.
El compañero había preguntado como son las relaciones comerciales y de competencia dle sistema economico. Pues hay que decirte algo compañero (te digo compañero por si todavía no te consideras comunista jaja), en el sistema comiunista las relaciones de competencia no existen bajo mi punto de vista, existen las relaciones de colaboración.
No se trataría de que dos países se mataran a ver quien produce sandías mas baratas, sinó que cada uno se dedique a lo que su desarrollo y materias primeras le permita (se que suena muy Ricardiano pero creo que el marxismo va por ahí) todo este desarrollo de cada país vendría impuesto por las directrices del partido que indicaría que producir, cuando y como hacerlo de fomra ams adecuada.
Es lo que se llama la economia planificada. Que yo personalmente creo que es lo mejor que se puede hacer a nivel mundial, está claro que si esta economia planificada se hace en un solo país puede ser un desastre (por eso necesitamos la revolución internacional). Esta economía planificada buscaría las necesidades reales del mercado y de la población y pondría los medios para solucionarlas independientemente de la renta de cada uno.
EJEMPLO: que sentido tiene que se dediquen millones a investigar nuevos tratamientos para evitar el envejecimiento de la piel cuando la gente en áfrica muere por diarrea o por desnutrición. El sentido está en que el mercado (el mercado con capacidad de compra) demanda estos productos, la economía capitalista produce buscando el lucro, por eso no se dedican los cientificos a producir mas fármacos o a curar el sida en el mundo de forma definitiva (con esto no digo que muchos lo hagan, digo que se podrían destinar fondos muchisimo mas grandes). Con la economía planificada se acabarían estos disparates del mercado capitalista.
(es mi modesta opinión)
sobre tu ejemplo es verdad pero eso se arreglaria poco a poco con la nacionalización no, perdón la internacionalización del trabajo. por ejemplo los médicos cubanos van en solidaridad a venezuela. aqui eso no se exige pero creo que si quitamos el "incentivo" capitalista se haria.
carlos- Miembro del Soviet
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- Mensaje n°43
brutal documento ; ¿ha fracasado el socialismo?
¿HA FRACASADO EL SOCIALISMO?
Es la pregunta que mucha gente se hace en todo el mundo, aunque la burguesía y los imperialistas lo ponen como una aseveración: sí, el socialismo ha fracasado, dicen. Esta afirmación tajante es lo que genera la duda entre los demás.
Nosotros nos hacemos esa misma pregunta, pero además nos hacemos otra: ¿Ha fracasado el capitalismo?, e inmediatamente respondemos con la afirmativa: el capitalismo ha fracasado totalmente y no satisface ninguna de las aspiraciones de los oprimidos de los cinco continentes. Los oprimidos quieren paz y el capitalismo nos conduce a la guerra; los oprimidos tienen hambre y el capitalismo no puede ofrecerles comida; los oprimidos necesitan un trabajo y el capitalismo los conduce al desempleo; los oprimidos quieren aprender y el capitalismo los mantiene en la ignorancia, los oprimidos quieren libertad y el capitalismo los ata con pesadas cadenas de hierro,...
Ese es el terrible panorama que padecen miles de millones de personas en todo el mundo cuando se levantan cada mañana. Por eso, decir que el socialismo ha fracasado cuando el capitalismo nos muestra impúdicamente sus llagas y sus frustraciones es una verdadera aberración.
Si de ahí pasamos a preguntarnos si el socialismo ha fracasado, lo primero que habrá que concretar es en qué han fracasado los países socialistas. ¿Acaso en los países socialistas los trabajadores padecieron el desempleo? ¿Sufrieron hambre? ¿Les faltaron viviendas dignas? ¿Los obreros disponían de escuelas y universidades para que sus hijos estudiaran? ¿Se embarcaron los países socialistas en guerras y agredieron a sus vecinos? ¿Podían reunirse los obreros libremente para discutir y resolver sus problemas?
Nosotros pensamos que la respuesta a todas esas preguntas es que, en esencia, el socialismo resolvió de manera favorable los problemas más acuciantes de las masas explotadas y oprimidas. Y no sólo ellos: toda la humanidad, todo el mundo salió ganando con ello; todos debemos sentirnos partícipes y orgullosos de que, por primera vez, se demostrara que el capitalismo no es el fin de la historia y que es posible construir una nueva sociedad en la que todos seamos dueños de nuestro destino para embarcarnos rumbo a la paz, la libertad y el bienestar de una manera definitiva.
El socialismo es la única alternativa
Eso es lo realmente importante: ahora y sólo ahora está comprobado que el capitalismo es la causa de nuestros problemas y que la solución está en acabar con él y construir el socialismo como paso previo hacia el comunismo, la abolición del Estado, de las clases sociales y de la lucha de clases. El socialismo no es una utopía, no es un sueño: se puede y se debe edificar. La historia demuestra que los pueblos no se suicidan, que siempre han sido capaces de juntarse para buscar soluciones y que, inevitablemente, en todo el mundo se levantarán por millones para aplastar a la burguesía y abrir el camino hacia una sociedad nueva.
Por tanto, el socialismo no es posible, es inevitable, y nada ni nadie puede impedir su advenimiento.
Pero el socialismo tampoco es el paraíso. Los ateos ya sabíamos que el paraíso no existe pero hay algunos que empiezan a descubrir ahora que bajo el socialismo también hubo problemas, y a veces problemas importantes que si no se solucionan correctamente pueden conducirnos marcha atrás. Por tanto es importante hablar de los grandes logros históricos del socialismo, pero no podemos ocultar que también existieron deficiencias y lacras, y que todas esas deficiencias y lacras no las podemos imputar sólo al triste legado del capitalismo sino que provienen de errores cometidos por el propio socialismo.
Cuando estas cuestiones afloran en algunas reuniones, sólo se tienen en cuenta algunas experiencias concretas de algunos países socialistas, sobre todo de la Unión Soviética. Pero se olvidan habitualmente de otras, como la Comuna de París, la más antigua, aquella que Marx y Engels vivieron muy de cerca. Decimos esto porque toda esa costra de pequeño burgueses que proliferan por los diversos movimientos populares, no pretenden otra cosa que desmoralizar, sembrar el desconcierto y la confusión. La caída de la Comuna de París de 1871, que fue una dura derrota de la clase obrera mundial, en modo alguno desmoralizó a Marx y Engels, que sacaron de ella importantes experiencias sin las cuales la Revolución de Octubre hubiera resultado imposible. No existe crisis ni descalabro revolucionario que no se pueda convertir en una victoria. Esa es también la lección que Lenin extrajo de la Revolución rusa de 1905, también fracasada.
Los comunistas no somos nostálgicos; ni podemos vivir del pasado ni tampoco tener en cuenta sólo nuestros aciertos, que, por lo demás, son muchísimos y muy importantes (más que los fracasos, por supuesto). Si hablamos del pasado es para aprender de él y eso constituye la esencia misma de nuestro movimiento. Es lo que diferencia a nuestra revolución de todas las revoluciones pasadas. Recordemos aquel pasaje que Marx escribió hace 150 años en el Dieciocho Brumario de Luis Bonarparte: las revoluciones proletarias, decía, se critican constantemente a sí mismas, sobre lo que parecía terminado, para comenzarlo de nuevo desde el principio, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados fijos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que sólo derriban a su adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la vaga enormidad de sus propios fines.
Los aguafiestas
Sin embargo, a muchos les gustaría que las cosas fueran de otra manera, que todo fuera como un desfile jocoso en línea recta avanzando continuamente, sin paradas, sin retrocesos y acertando en la diana con cada uno de los pasos. Pero las cosas nunca han sido así, no lo son ahora y no lo serán nunca. Quien opine de otra manera debe meditar seriamente acerca de dedicarse a sus asuntos personales porque si se examina a sí mismo se apercibirá de que no contribuye en nada, que es una carga para el movimiento, que transmite a los demás su pesimismo, su confusión y su desmoralización.
Ocurre que, la mayor parte de las veces, ese tipo de personas no tienen el coraje de reconocer su auténtico estado de ánimo y echan la culpa a los demás, especialmente a los trabajadores. Ellos se consideran a sí mismos personas conscientes, comprometidas y abnegadas en la lucha; el problema es que las masas están muy atrasadas, son egoístas y están muy influenciadas por el capitalismo, el consumismo y la buena vida. Según este criterio -tan extendido- el problema no estaría en la vanguardia sino en las masas.
Pues bien, eso no solamente es falso sino que la divulgación de ese tipo de opiniones erróneas es profundamente corrosiva, y por supuesto, es impropio de revolucionarios. Nosotros estamos convencidos de que las masas se levantarán contra el capitalismo, y lo que nos preguntamos a nosotros mismos cada día es lo siguiente: cuando eso suceda, ¿estaremos preparados para cumplir con nuestra obligación de comunistas, de vanguardia revolucionaria? ¿Conseguiremos estar a la cabeza de ese movimiento? ¿Seremos capaces de orientar las luchas y encaminarlas hacia el aplastamiento de la burguesía y su Estado?
Por eso nosotros, los comunistas, con quienes debemos ser críticos no es con las masas sino con nosotros mismos, con lo que decimos y hacemos, y nos convertiremos en un atajo de canallas de la peor especie cuando pretendamos justificarnos con el atraso de los demás, de la inmensa mayoría (por real que pueda ser ese atraso).
¿Quién está realmente atrasado?
Esa postura nuestra explica, además, el mismo atraso del movimiento de masas. Veamos; quizá haya quien piense que ese atraso brota espontáneamente, que las masas son atrasadas por su propia naturaleza o por ignorancia. También hay quien está convencido de que las masas están atrasadas por influencia de la propaganda burguesa y la televisión.
Todo eso no es que sea mentira; es que es sólo un parte de la verdad que tiene que ser complementada con la otra: las masas también están frustradas y desmoralizadas por las múltiples traiciones que han observado a su alrededor durante muchos años. Y éste es el aspecto del que nadie quiere hablar y, por tanto, a nosotros nos corresponde sacar a la luz los trapos sucios. Seamos claros: desde 1939, en condiciones terribles, los obreros españoles han ofrecido un ejemplo inaudito de resistencia abnegada contra el fascismo; lo dieron todo y murieron miles en la lucha. Sólo durante la transición el fascismo asesinó a tiro limpio a más de 500 antifascistas y, sin embargo, ¿qué vieron los obreros a su alrededor? ¿qué actitud tomaron aquellos que se proclamaban como su vanguardia? ¿Se pusieron a la cabeza de la lucha o la escondieron debajo del ala? ¿Acaso esas cicunstancias no influyen sobre el estado de ánimo actual ?
Todo esto nos lleva, otra vez, al punto de partida: el problema no son las masas sino la vanguardia, el cúmulo de derrotismo, de confusión y de desmoralización que los que se consideran a sí mismos como personas conscientes están transmitiendo a su alrededor. A pesar de la inmensa confianza que tenían depositada en los países socialistas y en las organizaciones comunistas, el revisionismo lleva traicionando al movimiento obrero desde 1956. Es lógico que las masas nos miren con desconfianza. ¿Murieron un millón de combatientes en la guerra contra el fascismo para que quince años después los comunistas se reconciliaran con ellos? Bastante heroico fue que a pesar de ello, a pesar de la traición , los obreros siguieran adelante durante muchos años a tientas, de manera espontánea.
Reflexionemos un poco: en ningún país del mundo el socialismo ha sido derrotado por el capitalismo, sino todo lo contrario. Las masas han ganado todas las guerras que han emprendido contra sus opresores porque son invencibles. Sólo hay una cosa para la cual se ha demostrado que las masas no están preparadas: la traición desde sus propias filas, la puñalada por la espalda de todos aquellos que se proclaman como sus mejores defensores, de los que se llenan la boca de frases marxista-leninistas aprendidas de memoria.
Con respecto a esto sólo queremos añadir una cosa a lo mucho que venimos hablando desde nuestros mismos orígenes: hay quien piensa que no se debe ser sectario para evitar que muchos luchadores valiosos se queden fuera del partido comunista. Eso es cierto, pero hay que tener en cuenta que los mayores problemas que viene padeciendo el movimiento obrero no provienen precisamente de ese tipo de errores sectarios sino precisamente de que todos esos sujetos tan valiosos resultan finalmente no ser tales y estarían mejor apartados de las filas revolucionarias. Una larga experiencia histórica demuestra que los auténticos revolucionarios acabamos encontrándonos, por lejanos que estemos. A veces, sin saber unos de la existencia de los otros, el enemigo nos junta en las mismas barricadas. Si no nos encontramos es porque no estamos en la misma lucha y entonces no merece la pena que nos engañemos hablando de una falsa unidad entre nosotros.
Por lo tanto, es claro que eso no es lo más importante. Lo importante es justamente lo contrario, a saber, que en España el fascismo no aplastó al glorioso Partido Comunista y que en la URSS el imperialismo tampoco lo logró. Los problemas vinieron desde dentro, porque estaba dentro quien no debía, no porque estuviera fuera quien debía estar dentro. Esto ya lo sabíamos desde que Lenin estableció aquella frase paradójica tan olvidada: un partido comunista se fortalece depurándose.
Todos hemos leído muchas veces que las famosas depuraciones de Stalin cercenaron a la dirección bolchevique, hasta el punto de que se quedó él solito al frente. Pero si examinamos la experiencia historica de cualquier revolución, sucedió lo mismo en cualquiera de ellas. ¿Acaso en la revolución francesa no rodaron las cabezas de los propios revolucionarios además de las de los marqueses? ¿No sucedió eso mismo en México? ¿Por qué ocurre esto? ¿Es ese drama responsabilidad de los propios revolucionarios?
Son las masas las que hacen la revolución
La respuesta a esas preguntas, a nuestro modo de ver, es la siguiente: la revolución no la hacen los comunistas sino las masas. Como su propio nombre indica, las masas es un conglomerado heterogéneo de millones de personas que se han lanzado a la batalla por la necesidad de su situación. Cada una de esas personas que arriesga su vida en la lucha tiene problemas concretos de la más variada especie para los que reclama una solución. Justamente los problemas provienen cuando se trata de determinar no solamente cuál es la solución de cada problema sino cómo alcanzarla. Entonces todas las revoluciones han visto abrirse múltiples alternativas, cada una de la cuales se presenta como la solución por antonomasia. ¿Por qué esas alternativas no pueden discutirse serenamente y resolverse de manera pacífica? Aunque la burguesía diga lo contrario, los comunistas somos partidarios de resolver todos los problemas de la revolución de forma pacífica. Pero -parece tonto decirlo- hablar de la revolución es sólo hablar de la mitad de la cuestión; la otra mitad es la contrarrevolución. Una revolución desata una feroz contrarrevolución y desde hace siglos los burgueses son maestros en el arte de la mentira, el engaño, la manipulación, la infiltración y el enfrentamiento. Si sabemos que esto lo hacen ahora, cuando tienen todo el poder en sus manos, ¿qué no harán cuando se vean privados de él? Lo harán todo: sacarán a los tanques, lanzarán misiles con cabezas radiactivas y no les importará organizar una carnicería de enormes dimensiones para salirse con la suya.
La contrarrevolución impide que los problemas se solucionen (ahora y luego) de manera pacífica. Así ha sido siempre y -lamentablemente- así seguirá siendo en el futuro. Engañaríamos a los trabajadores si les dijéramos otra cosa y nosotros mismos debemos estar preparados para esa eventualidad porque dialogar es fácil pero para lo otro hay que aprender a disparar los cañones.
Esa es la raíz también del hundimiento de los países socialistas (que no hay que confundir con el hundimiento del socialismo). Hay quien cree que el socialismo es un modo de producción, un punto de llegada cuando, en realidad, el socialismo no es más que una fase de transición hacia el verdadero punto de destino, que es la abolición de las clases, de la lucha de clases y, por tanto, de todos los Estados, de la violencia y de toda forma de poder y de opresión de un hombre sobre otro. Nosotros queremos llegar ahí; el socialismo es sólo el trayecto. Quizá muchos hablen del fracaso del socialismo porque no saben lo que es el socialismo y se imaginen -en su infinita ingenuidad- que tras hacer la revolución en 1917 Rusia era un país socialista en 1918. Obviamente eso no sucedió así porque el socialismo es una etapa de transición que requiere un tiempo para su edificación durante el cual actúan fuerzas -como ya hemos dicho- de muy distinta naturaleza. Unas empujan hacia adelante y otras empujan hacia atrás. En la Crítica del Programa de Gotha, Marx ya decía que el socialismo se crea sobre las ruinas del capitalismo y por lo tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en lo económico, en lo moral y en lo intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede. Como los satélites espaciales, el primer problema del socialismo es despegar, romper con la inercia del pasado y con la ley de la gravedad que nos sujeta a la tierra. Sin eso no podemos alcanzar el cielo.
Pero luego resulta que el cielo al que llegamos no es el que describe la Biblia y que aparecen nuevos problemas y nuevos antagonismos que también hay que saber resolver de manera adecuada porque si nos desviamos sólo un milímetro de la trayectoria precisa, en lugar de ir a la Luna acabamos en Júpiter o, lo que es peor, volvemos a caer en la Tierra. Si no se despega, ni se rompe total y absolutamente con el capitalismo y cada una de sus lacras, si las contradicciones de todo tipo que el socialismo engendra no se solucionan correctamente, si la revolución se adormece, los problemas se irán acumulando hasta hacerse insolubles. El capitalismo no es el fin de la historia y el socialismo tampoco. La historia no se detiene nunca. Cuando los países socialistas no avanzaban en realidad estaban retrocediendo, no sólo por la presión imperialista sino porque a ella se le unieron los errores propios, creando una correlación de fuerzas muy desfavorable que los acabó sepultando.
La tarea no es nada fácil. Pero es más fácil para nosotros de lo que fue para los parisinos en 1871 o los soviéticos en 1917. Ahora sabemos mucho más y podemos seguir aprendiendo de su experiencia, podemos seguir discutiendo y llegaremos a una comprensión mucho mejor, no para ser unos eruditos sino para mejorar lo que ellos hicieron, evitar sus errores y multiplicar sus gigantescos éxitos.
La Comuna de París sólo duró unas semanas; la Unión Soviética duró cuarenta años; el siguiente durará cuarenta siglos. El socialismo no solamente no ha fracasado sino ha puesto a toda la humanidad en las más altas cumbres jamás alcanzadas. Tenemos motivos para ser muy optimistas.
Es la pregunta que mucha gente se hace en todo el mundo, aunque la burguesía y los imperialistas lo ponen como una aseveración: sí, el socialismo ha fracasado, dicen. Esta afirmación tajante es lo que genera la duda entre los demás.
Nosotros nos hacemos esa misma pregunta, pero además nos hacemos otra: ¿Ha fracasado el capitalismo?, e inmediatamente respondemos con la afirmativa: el capitalismo ha fracasado totalmente y no satisface ninguna de las aspiraciones de los oprimidos de los cinco continentes. Los oprimidos quieren paz y el capitalismo nos conduce a la guerra; los oprimidos tienen hambre y el capitalismo no puede ofrecerles comida; los oprimidos necesitan un trabajo y el capitalismo los conduce al desempleo; los oprimidos quieren aprender y el capitalismo los mantiene en la ignorancia, los oprimidos quieren libertad y el capitalismo los ata con pesadas cadenas de hierro,...
Ese es el terrible panorama que padecen miles de millones de personas en todo el mundo cuando se levantan cada mañana. Por eso, decir que el socialismo ha fracasado cuando el capitalismo nos muestra impúdicamente sus llagas y sus frustraciones es una verdadera aberración.
Si de ahí pasamos a preguntarnos si el socialismo ha fracasado, lo primero que habrá que concretar es en qué han fracasado los países socialistas. ¿Acaso en los países socialistas los trabajadores padecieron el desempleo? ¿Sufrieron hambre? ¿Les faltaron viviendas dignas? ¿Los obreros disponían de escuelas y universidades para que sus hijos estudiaran? ¿Se embarcaron los países socialistas en guerras y agredieron a sus vecinos? ¿Podían reunirse los obreros libremente para discutir y resolver sus problemas?
Nosotros pensamos que la respuesta a todas esas preguntas es que, en esencia, el socialismo resolvió de manera favorable los problemas más acuciantes de las masas explotadas y oprimidas. Y no sólo ellos: toda la humanidad, todo el mundo salió ganando con ello; todos debemos sentirnos partícipes y orgullosos de que, por primera vez, se demostrara que el capitalismo no es el fin de la historia y que es posible construir una nueva sociedad en la que todos seamos dueños de nuestro destino para embarcarnos rumbo a la paz, la libertad y el bienestar de una manera definitiva.
El socialismo es la única alternativa
Eso es lo realmente importante: ahora y sólo ahora está comprobado que el capitalismo es la causa de nuestros problemas y que la solución está en acabar con él y construir el socialismo como paso previo hacia el comunismo, la abolición del Estado, de las clases sociales y de la lucha de clases. El socialismo no es una utopía, no es un sueño: se puede y se debe edificar. La historia demuestra que los pueblos no se suicidan, que siempre han sido capaces de juntarse para buscar soluciones y que, inevitablemente, en todo el mundo se levantarán por millones para aplastar a la burguesía y abrir el camino hacia una sociedad nueva.
Por tanto, el socialismo no es posible, es inevitable, y nada ni nadie puede impedir su advenimiento.
Pero el socialismo tampoco es el paraíso. Los ateos ya sabíamos que el paraíso no existe pero hay algunos que empiezan a descubrir ahora que bajo el socialismo también hubo problemas, y a veces problemas importantes que si no se solucionan correctamente pueden conducirnos marcha atrás. Por tanto es importante hablar de los grandes logros históricos del socialismo, pero no podemos ocultar que también existieron deficiencias y lacras, y que todas esas deficiencias y lacras no las podemos imputar sólo al triste legado del capitalismo sino que provienen de errores cometidos por el propio socialismo.
Cuando estas cuestiones afloran en algunas reuniones, sólo se tienen en cuenta algunas experiencias concretas de algunos países socialistas, sobre todo de la Unión Soviética. Pero se olvidan habitualmente de otras, como la Comuna de París, la más antigua, aquella que Marx y Engels vivieron muy de cerca. Decimos esto porque toda esa costra de pequeño burgueses que proliferan por los diversos movimientos populares, no pretenden otra cosa que desmoralizar, sembrar el desconcierto y la confusión. La caída de la Comuna de París de 1871, que fue una dura derrota de la clase obrera mundial, en modo alguno desmoralizó a Marx y Engels, que sacaron de ella importantes experiencias sin las cuales la Revolución de Octubre hubiera resultado imposible. No existe crisis ni descalabro revolucionario que no se pueda convertir en una victoria. Esa es también la lección que Lenin extrajo de la Revolución rusa de 1905, también fracasada.
Los comunistas no somos nostálgicos; ni podemos vivir del pasado ni tampoco tener en cuenta sólo nuestros aciertos, que, por lo demás, son muchísimos y muy importantes (más que los fracasos, por supuesto). Si hablamos del pasado es para aprender de él y eso constituye la esencia misma de nuestro movimiento. Es lo que diferencia a nuestra revolución de todas las revoluciones pasadas. Recordemos aquel pasaje que Marx escribió hace 150 años en el Dieciocho Brumario de Luis Bonarparte: las revoluciones proletarias, decía, se critican constantemente a sí mismas, sobre lo que parecía terminado, para comenzarlo de nuevo desde el principio, se burlan concienzuda y cruelmente de las indecisiones, de los lados fijos y de la mezquindad de sus primeros intentos, parece que sólo derriban a su adversario para que éste saque de la tierra nuevas fuerzas y vuelva a levantarse más gigantesco frente a ellas, retroceden constantemente aterradas ante la vaga enormidad de sus propios fines.
Los aguafiestas
Sin embargo, a muchos les gustaría que las cosas fueran de otra manera, que todo fuera como un desfile jocoso en línea recta avanzando continuamente, sin paradas, sin retrocesos y acertando en la diana con cada uno de los pasos. Pero las cosas nunca han sido así, no lo son ahora y no lo serán nunca. Quien opine de otra manera debe meditar seriamente acerca de dedicarse a sus asuntos personales porque si se examina a sí mismo se apercibirá de que no contribuye en nada, que es una carga para el movimiento, que transmite a los demás su pesimismo, su confusión y su desmoralización.
Ocurre que, la mayor parte de las veces, ese tipo de personas no tienen el coraje de reconocer su auténtico estado de ánimo y echan la culpa a los demás, especialmente a los trabajadores. Ellos se consideran a sí mismos personas conscientes, comprometidas y abnegadas en la lucha; el problema es que las masas están muy atrasadas, son egoístas y están muy influenciadas por el capitalismo, el consumismo y la buena vida. Según este criterio -tan extendido- el problema no estaría en la vanguardia sino en las masas.
Pues bien, eso no solamente es falso sino que la divulgación de ese tipo de opiniones erróneas es profundamente corrosiva, y por supuesto, es impropio de revolucionarios. Nosotros estamos convencidos de que las masas se levantarán contra el capitalismo, y lo que nos preguntamos a nosotros mismos cada día es lo siguiente: cuando eso suceda, ¿estaremos preparados para cumplir con nuestra obligación de comunistas, de vanguardia revolucionaria? ¿Conseguiremos estar a la cabeza de ese movimiento? ¿Seremos capaces de orientar las luchas y encaminarlas hacia el aplastamiento de la burguesía y su Estado?
Por eso nosotros, los comunistas, con quienes debemos ser críticos no es con las masas sino con nosotros mismos, con lo que decimos y hacemos, y nos convertiremos en un atajo de canallas de la peor especie cuando pretendamos justificarnos con el atraso de los demás, de la inmensa mayoría (por real que pueda ser ese atraso).
¿Quién está realmente atrasado?
Esa postura nuestra explica, además, el mismo atraso del movimiento de masas. Veamos; quizá haya quien piense que ese atraso brota espontáneamente, que las masas son atrasadas por su propia naturaleza o por ignorancia. También hay quien está convencido de que las masas están atrasadas por influencia de la propaganda burguesa y la televisión.
Todo eso no es que sea mentira; es que es sólo un parte de la verdad que tiene que ser complementada con la otra: las masas también están frustradas y desmoralizadas por las múltiples traiciones que han observado a su alrededor durante muchos años. Y éste es el aspecto del que nadie quiere hablar y, por tanto, a nosotros nos corresponde sacar a la luz los trapos sucios. Seamos claros: desde 1939, en condiciones terribles, los obreros españoles han ofrecido un ejemplo inaudito de resistencia abnegada contra el fascismo; lo dieron todo y murieron miles en la lucha. Sólo durante la transición el fascismo asesinó a tiro limpio a más de 500 antifascistas y, sin embargo, ¿qué vieron los obreros a su alrededor? ¿qué actitud tomaron aquellos que se proclamaban como su vanguardia? ¿Se pusieron a la cabeza de la lucha o la escondieron debajo del ala? ¿Acaso esas cicunstancias no influyen sobre el estado de ánimo actual ?
Todo esto nos lleva, otra vez, al punto de partida: el problema no son las masas sino la vanguardia, el cúmulo de derrotismo, de confusión y de desmoralización que los que se consideran a sí mismos como personas conscientes están transmitiendo a su alrededor. A pesar de la inmensa confianza que tenían depositada en los países socialistas y en las organizaciones comunistas, el revisionismo lleva traicionando al movimiento obrero desde 1956. Es lógico que las masas nos miren con desconfianza. ¿Murieron un millón de combatientes en la guerra contra el fascismo para que quince años después los comunistas se reconciliaran con ellos? Bastante heroico fue que a pesar de ello, a pesar de la traición , los obreros siguieran adelante durante muchos años a tientas, de manera espontánea.
Reflexionemos un poco: en ningún país del mundo el socialismo ha sido derrotado por el capitalismo, sino todo lo contrario. Las masas han ganado todas las guerras que han emprendido contra sus opresores porque son invencibles. Sólo hay una cosa para la cual se ha demostrado que las masas no están preparadas: la traición desde sus propias filas, la puñalada por la espalda de todos aquellos que se proclaman como sus mejores defensores, de los que se llenan la boca de frases marxista-leninistas aprendidas de memoria.
Con respecto a esto sólo queremos añadir una cosa a lo mucho que venimos hablando desde nuestros mismos orígenes: hay quien piensa que no se debe ser sectario para evitar que muchos luchadores valiosos se queden fuera del partido comunista. Eso es cierto, pero hay que tener en cuenta que los mayores problemas que viene padeciendo el movimiento obrero no provienen precisamente de ese tipo de errores sectarios sino precisamente de que todos esos sujetos tan valiosos resultan finalmente no ser tales y estarían mejor apartados de las filas revolucionarias. Una larga experiencia histórica demuestra que los auténticos revolucionarios acabamos encontrándonos, por lejanos que estemos. A veces, sin saber unos de la existencia de los otros, el enemigo nos junta en las mismas barricadas. Si no nos encontramos es porque no estamos en la misma lucha y entonces no merece la pena que nos engañemos hablando de una falsa unidad entre nosotros.
Por lo tanto, es claro que eso no es lo más importante. Lo importante es justamente lo contrario, a saber, que en España el fascismo no aplastó al glorioso Partido Comunista y que en la URSS el imperialismo tampoco lo logró. Los problemas vinieron desde dentro, porque estaba dentro quien no debía, no porque estuviera fuera quien debía estar dentro. Esto ya lo sabíamos desde que Lenin estableció aquella frase paradójica tan olvidada: un partido comunista se fortalece depurándose.
Todos hemos leído muchas veces que las famosas depuraciones de Stalin cercenaron a la dirección bolchevique, hasta el punto de que se quedó él solito al frente. Pero si examinamos la experiencia historica de cualquier revolución, sucedió lo mismo en cualquiera de ellas. ¿Acaso en la revolución francesa no rodaron las cabezas de los propios revolucionarios además de las de los marqueses? ¿No sucedió eso mismo en México? ¿Por qué ocurre esto? ¿Es ese drama responsabilidad de los propios revolucionarios?
Son las masas las que hacen la revolución
La respuesta a esas preguntas, a nuestro modo de ver, es la siguiente: la revolución no la hacen los comunistas sino las masas. Como su propio nombre indica, las masas es un conglomerado heterogéneo de millones de personas que se han lanzado a la batalla por la necesidad de su situación. Cada una de esas personas que arriesga su vida en la lucha tiene problemas concretos de la más variada especie para los que reclama una solución. Justamente los problemas provienen cuando se trata de determinar no solamente cuál es la solución de cada problema sino cómo alcanzarla. Entonces todas las revoluciones han visto abrirse múltiples alternativas, cada una de la cuales se presenta como la solución por antonomasia. ¿Por qué esas alternativas no pueden discutirse serenamente y resolverse de manera pacífica? Aunque la burguesía diga lo contrario, los comunistas somos partidarios de resolver todos los problemas de la revolución de forma pacífica. Pero -parece tonto decirlo- hablar de la revolución es sólo hablar de la mitad de la cuestión; la otra mitad es la contrarrevolución. Una revolución desata una feroz contrarrevolución y desde hace siglos los burgueses son maestros en el arte de la mentira, el engaño, la manipulación, la infiltración y el enfrentamiento. Si sabemos que esto lo hacen ahora, cuando tienen todo el poder en sus manos, ¿qué no harán cuando se vean privados de él? Lo harán todo: sacarán a los tanques, lanzarán misiles con cabezas radiactivas y no les importará organizar una carnicería de enormes dimensiones para salirse con la suya.
La contrarrevolución impide que los problemas se solucionen (ahora y luego) de manera pacífica. Así ha sido siempre y -lamentablemente- así seguirá siendo en el futuro. Engañaríamos a los trabajadores si les dijéramos otra cosa y nosotros mismos debemos estar preparados para esa eventualidad porque dialogar es fácil pero para lo otro hay que aprender a disparar los cañones.
Esa es la raíz también del hundimiento de los países socialistas (que no hay que confundir con el hundimiento del socialismo). Hay quien cree que el socialismo es un modo de producción, un punto de llegada cuando, en realidad, el socialismo no es más que una fase de transición hacia el verdadero punto de destino, que es la abolición de las clases, de la lucha de clases y, por tanto, de todos los Estados, de la violencia y de toda forma de poder y de opresión de un hombre sobre otro. Nosotros queremos llegar ahí; el socialismo es sólo el trayecto. Quizá muchos hablen del fracaso del socialismo porque no saben lo que es el socialismo y se imaginen -en su infinita ingenuidad- que tras hacer la revolución en 1917 Rusia era un país socialista en 1918. Obviamente eso no sucedió así porque el socialismo es una etapa de transición que requiere un tiempo para su edificación durante el cual actúan fuerzas -como ya hemos dicho- de muy distinta naturaleza. Unas empujan hacia adelante y otras empujan hacia atrás. En la Crítica del Programa de Gotha, Marx ya decía que el socialismo se crea sobre las ruinas del capitalismo y por lo tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en lo económico, en lo moral y en lo intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede. Como los satélites espaciales, el primer problema del socialismo es despegar, romper con la inercia del pasado y con la ley de la gravedad que nos sujeta a la tierra. Sin eso no podemos alcanzar el cielo.
Pero luego resulta que el cielo al que llegamos no es el que describe la Biblia y que aparecen nuevos problemas y nuevos antagonismos que también hay que saber resolver de manera adecuada porque si nos desviamos sólo un milímetro de la trayectoria precisa, en lugar de ir a la Luna acabamos en Júpiter o, lo que es peor, volvemos a caer en la Tierra. Si no se despega, ni se rompe total y absolutamente con el capitalismo y cada una de sus lacras, si las contradicciones de todo tipo que el socialismo engendra no se solucionan correctamente, si la revolución se adormece, los problemas se irán acumulando hasta hacerse insolubles. El capitalismo no es el fin de la historia y el socialismo tampoco. La historia no se detiene nunca. Cuando los países socialistas no avanzaban en realidad estaban retrocediendo, no sólo por la presión imperialista sino porque a ella se le unieron los errores propios, creando una correlación de fuerzas muy desfavorable que los acabó sepultando.
La tarea no es nada fácil. Pero es más fácil para nosotros de lo que fue para los parisinos en 1871 o los soviéticos en 1917. Ahora sabemos mucho más y podemos seguir aprendiendo de su experiencia, podemos seguir discutiendo y llegaremos a una comprensión mucho mejor, no para ser unos eruditos sino para mejorar lo que ellos hicieron, evitar sus errores y multiplicar sus gigantescos éxitos.
La Comuna de París sólo duró unas semanas; la Unión Soviética duró cuarenta años; el siguiente durará cuarenta siglos. El socialismo no solamente no ha fracasado sino ha puesto a toda la humanidad en las más altas cumbres jamás alcanzadas. Tenemos motivos para ser muy optimistas.
Javier777- Camarada
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- Mensaje n°44
Re: El comunismo a debate
Seguimos en pie camarada!! Seguimos en pie!!. Aprendiendo de nuestros errores para no repetirlos, pero con ilusion y ganas de luchar por un futuro mejor.Nos han enterrado tanta veces!! Pese a quien pese, somos el futuro y si no lo somos. Por que tanto interes en destruirnos? Buen trabajo camarada!!
Invitado- Invitado
- Mensaje n°45
Re: El comunismo a debate
Muy bueno, muchas gracias Carlos!
javier, me gusta mucho tu avatar, podrias indicar la procedencia o colgarlo en material grafico en propaganda comunista?
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Javier777- Camarada
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Fecha de inscripción : 25/03/2010
- Mensaje n°46
Re: El comunismo a debate
Lo consegui en Google imagenes. Pero enla version inglesa. Solo busca communism, y hay un monton.SS-18 escribió:Muy bueno, muchas gracias Carlos!
javier, me gusta mucho tu avatar, podrias indicar la procedencia o colgarlo en material grafico en propaganda comunista?
Gagarín- Revolucionario/a
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- Mensaje n°47
Re: El comunismo a debate
Sencilla y llanamante demoledor el texto,lo cierto es que el socialismo se torna como única salida viable para el ser humano frente a cualquier otro sistema.
verdadyreconciliacion- Revolucionario/a
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Fecha de inscripción : 31/01/2010
- Mensaje n°48
Re: El comunismo a debate
El partido se fortalece depurandose, Viva Marx, Engels,LENIN Stalin y El presidente Mao Tse Tung! Revolucion socialista, sinfin de Revoluciones culturales y marcha ininterrumpida hacia nuestra unica meta, EL COMUNISMO!.
Me emociono...
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Comunista- Gran camarada
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Fecha de inscripción : 02/04/2010
Localización : Argentina
- Mensaje n°49
El comunismo es una utopia
De seguro mas de una vez te han dicho esta frase (El comunismo es una utopia) o otras similares tales como eso nunca puede pasar, va contra la naturaleza del hombre, etc.
¿Tu de que manera respondes a una afirmaciones como estas?
Saludos
¿Tu de que manera respondes a una afirmaciones como estas?
Saludos
Invitado- Invitado
- Mensaje n°50
Re: El comunismo a debate
Fusiono.
Respecto a tu pregunta bsuca un poco mas donde meter las cosas camarada.
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y aqui una explicacion tambien muy buena pro neustra camarada antropologa
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