Enrique IV el Impotente y el final de una época
José Calvo Poyato
colección Memoria de la Historia - publicado en 1997
varios formatos
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En el centro de la tormenta social y política de uno de los reinados más turbulentos vividos en la vieja corona de Castilla está la figura de un monarca cuya imagen ha sido maltratada en los manuales de Historia: el último Trastámara. Enrique IV, conocido con el infamante apodo de «el Impotente».
Uno de los propósitos de este libro es acercar al lector la personalidad de este rey amante de la naturaleza y respetuoso con la vida humana en una sociedad donde imperaba la barbarie, y el desprecio por la vida era norma de conducta. Melancólico, solitario, débil de carácter y humanitario, hubo de gobernar entre una nobleza que sólo perseguía asentar su poder político y económico o su influencia social, y el influyente clero, algunos de cuyos más significados representantes antepusieron sus ambiciones temporales a las obligaciones de su ministerio.
Su reinado estuvo lleno de dificultades: rebeliones nobiliarias, la farsa de Ávila, el pacto de los Toros de Guisando, traiciones, intrigas. A todo ello hubo de hacer frente Enrique IV, quien no tenía temperamento ni personalidad para ser rey en tiempos de bonanza; menos aún en una época tan agitada como la que le tocó vivir.
José Calvo Poyato
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En el centro de la tormenta social y política de uno de los reinados más turbulentos vividos en la vieja corona de Castilla está la figura de un monarca cuya imagen ha sido maltratada en los manuales de Historia: el último Trastámara. Enrique IV, conocido con el infamante apodo de «el Impotente».
Uno de los propósitos de este libro es acercar al lector la personalidad de este rey amante de la naturaleza y respetuoso con la vida humana en una sociedad donde imperaba la barbarie, y el desprecio por la vida era norma de conducta. Melancólico, solitario, débil de carácter y humanitario, hubo de gobernar entre una nobleza que sólo perseguía asentar su poder político y económico o su influencia social, y el influyente clero, algunos de cuyos más significados representantes antepusieron sus ambiciones temporales a las obligaciones de su ministerio.
Su reinado estuvo lleno de dificultades: rebeliones nobiliarias, la farsa de Ávila, el pacto de los Toros de Guisando, traiciones, intrigas. A todo ello hubo de hacer frente Enrique IV, quien no tenía temperamento ni personalidad para ser rey en tiempos de bonanza; menos aún en una época tan agitada como la que le tocó vivir.