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    La deuda pública española es imposible de pagar

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    La deuda pública española es imposible de pagar  Empty La deuda pública española es imposible de pagar

    Mensaje por DeGaulle Vie Mar 19, 2021 8:26 pm

    LAS DEUDAS PÚBLICAS SON IMPOSIBLES DE PAGAR.

     
    El desarrollo del mercado mundial en su fase imperialista multinacional, ha entrado en descomposición cayendo brutalmente el PIB mundial y continúa acelerando su tendencia al monopolio, junto al empobrecimiento general de las masas.

    La producción a escala planetaria se ha derrumbado y nos enfrentamos a un estancamiento, pese a que hubo en los decenios anteriores un aumento enorme de la productividad del trabajo, desarrollo de la técnica, la ciencia, la robótica y los nuevos adelantos tecnológicos.

    La economía se encuentra frenada por la concentración de la propiedad privada de los medios de producción, el comercio y el transporte muy globalizados, polarizado en manos del 1% de los Super Ricos que controlan en torno al 90% de las riquezas y la brecha entre Ricos y Pobres es escandalosa.

    La enorme concentración de riquezas cada vez en menos manos junto a las fronteras nacionales, eran frenos relativos al comercio mundial y ahora, en esta recesión,  se han convertido en frenos absolutos que el sistema imperialista/capitalista no podrá resolver si continúan insistiendo con ese modelo caduco del liberalismo, que ha colapsado.  

    Por otra parte, frente a esa enorme maquinaria que solo se mantiene con la acumulación de riquezas y la creación de dinero ficticio que se convierte en Deudas Perpetuas, en el otro polo, vemos las desigualdades y la pobreza en la que se ven afectadas más de 3.600 millones de personas que representan más del 50 % de la población mundial y que reciben menos del 10 % de las rentas totales del planeta.

    Según un “informe de la FAO de julio de 2020, el hambre en el mundo está aumentando desde 2014 y afecta ya a 690 millones de personas

    El capitalismo demostró ya en la crisis económica de 2007/8, que había cumplido su misión histórica, pero a base de expandir los créditos que dispararon las Deudas y déficits públicos y privados, se proporcionó artificialmente un nuevo caudal de recursos monetarios.

    La mayoría de ellos dinero fiduciario sin respaldo real, con la trampa de darle a la maquinita de hacer billetes que más temprano o tarde, se convierte en inflación o Deudas Públicas que son impagables por las masas empobrecidas.

    Aquella crisis se intentó superar con esos mecanismos, pero antes de restaurar las constantes vitales al nivel de la pre/crisis, surgió una nueva desaceleración económica en 2020, que junto con la Pandemia, ha arrastrado al sistema a una profunda recesión.

    El anterior “aparente repunte y salida”, se consiguió cubrir con el falso velo de la apariencia, pues todavía aquel frenazo no representó el colapso absoluto causado en esta recesión, con el derrumbe de los mercados, sino que era relativo, pero esta recesión viene perjudicada también por la guerra de los mercados que desató Trump con su modelo del “naZionalismo económico”.  

    Las crisis son ahora estructurales y tienen sus causas en el subconsumo, pues la demanda global de los productos puestos en el mercado mundial, es inferior a la oferta global de la producción lanzada a los mercados.

    El poder adquisitivo de los consumidores,  que en su inmensa mayoría son trabajadores y pobres, pierden cada vez una relativa capacidad de compras por la extracción de plusvalías que realiza el capitalista, agravada por los ataques y recortes salariales, aplicados por los gobiernos mundiales (aquí iniciado por Rajoy y su pandilla),  para intentar estabilizar la tasa de ganancia,  intentando salir de la crisis, pero esa contradicción no puede ser salvada definitivamente en líneas capitalistas, pues produjo un empobrecimiento de la población preparando otra crisis más profunda, como vemos ahora.

    Las actuales crisis estructurales del modelo Capitalista, se reflejan en el hecho de que las fuerzas productivas no pueden aumentar al mismo ritmo creciente del pasado y al cabo de 8 a 11 años, llega una nueva crisis de onda media y cada 40 a 50 años vienen las crisis de onda larga, donde todo se desestabiliza, con convulsiones bursátiles, no alcanzando el nivel conseguido antes de la crisis anterior, lo que indica la decadencia senil del capitalismo mafioso, que ha perdido su esencia de la “competencia”, estrangulada por los grandes consorcios y multinacionales.

    Pongamos el ejemplo del IBEX-35 que poco antes de la crisis de 2008 el índice estaba en torno a los 16.000 puntos y ahora, al cierre del 18-3-21 estaba en 8.624,50 puntos,  lo que indica que está todavía situado en torno al 53 % por debajo del límite máximo alcanzado en la fecha mencionada de 2008, pese a los trucos, las mentiras y la demagogia que utilizan los banqueros y los inversores bursátiles.

    Analizando la Deuda Pública del Estado vemos que al cierre del ejercicio económico de 2007 la Deuda del Estado era de 384.000 millones de euros. La Deuda Pública creció en el cuarto trimestre de 2020, en 3.213 millones de euros y se sitúa en 1 BILLON 311.298 MILLONES, lo que supone que la Deuda alcanzó el 117,08 % del P.I.B.

    El ciclo de producción capitalista actual, con la grave recesión en la que hemos entrado, está tomando ahora una nueva curva descendente, aunque digan lo contrario esos “insignes” defensores de la burguesía capitalista, para no alarmar a los inversores.  

    Se han terminado los largos auges del pasado, donde cada boom era más elevado que el anterior, pero en la actualidad ocurre todo lo contrario.

    Ahora veremos repuntes más bien raquíticos seguidos por recesiones y estancamientos largos con un claro peligro de que la economía se enfrente en el horizonte a una depresión.

    Pero una recesión no puede continuar indefinidamente descomponiendo y deteriorando las condiciones de vida y de trabajo de las masas sin dar soluciones a los problemas del paro, la desigualdad y las tensiones de los conflictos territoriales nacionalistas sin que se produzcan luchas sociales y cambios bruscos y repentinos en la toma de conciencia de las masas.

    La recesión actual es muy complicada pues es Económico-Sanitaria, Política, Social, Cultura, e incluso Medioambiental, con una brutal caída de la producción en 2020, en torno al 11 % y en líneas capitalistas no podrá recuperarse, por lo que es imprescindible que las fuerzas de las izquierdas exploren una salida favorable a las clases menos favorecidas o nos podrían llevar al caos.

    El paro será crónico y creciente, por lo que el modelo actual es inviable, agravado por la introducción de la robótica y demás adelantos técnicos, sustituyendo mano de obra por máquinas, que modifican las crisis anteriores donde los auges posteriores absorbían la mano de obra cesante, pero ahora, el paro se agudizará y caerán los beneficios empresariales.

    En momentos como los actuales opera de forma negativa y  más visible la “Ley de la Tendencia decreciente de la cuota de ganancia del capital”, que aunque con cierta controversia por parte de los liberales, tendremos que seguir debatiendo en otro momento por su complejidad, para demostrar sus perversos efectos.

    Marx denomina “composición orgánica del capital” a la relación entre el “capital constante” y “capital variable”, el primero representado por la masa de capital invertido en medios de producción y el segundo lo que invierte el capitalista en fuerza de trabajo.

    La cuestión de las crisis cíclicas del sistema capitalista está vinculada a esta Ley formulada por Marx y expuesta en el tomo 3º de “El Capital”, sección 3º, para los interesados en estudiarla y comprender si opera o no, que es el permanente debate.

    En la medida que las inversiones en “capital constante” aumentan mucho más que el “capital variable”, por la introducción de nuevas tecnologías y otros factores, pero una vez alcanzado el equilibrio por la competencia, la tasa de beneficio tiende a caer, aunque en los auges aparece tan ralentizada que algunos economistas burgueses la niegan.

    En las recesiones, y sobre todo en las depresiones, la aceleración puede convertirse en vertiginosa y desestabilizadora del sistema.

    Esta tendencia a la disminución perpetua de la tasa de beneficio del capitalismo, unida a las otras tendencias, permitirá comprender la afirmación de Marx, de que “el capitalismo está infectado por el germen de su propia destrucción”, pero que nunca caerá solo, porque “la emancipación de la clase trabajadora, será obra de la propia clase trabajadora, o no será”.

    Por tanto requerirá el concurso de la lucha de la clase trabajadora organizada y unida pero con una dirección potente que represente la vanguardia del factor subjetivo para producir los cambios necesarios que eviten la catástrofe, porque al final, como señaló Rosa Luxemburgo “o socialismo o barbarie” y no las barbaridades de Díaz Ayuso de “Comunismo o Libertad”.

    Los nuevos inventos como la robótica, nuevas tecnologías, internet, ordenadores, inteligencia artificial (IA) y otros términos son usados para describir lo que se ha dado en llamar la nueva revolución industrial 5.0 que tiende a ser un nuevo modelo de producción en el que el foco está puesto en la interacción entre humanos y máquinas, pero que bajo el capitalismo es imposible completarla.

    Los propagandistas del capitalismo nos quieren hacer creer que en el futuro,  la humanidad vivirá pacíficamente y liberados de la mayoría de trabajos pesados, sucios y agobiantes, pero eso es una falacia “liberal burguesa”, manteniendo su sistema explotador, porque es solamente de la mano de obra donde el capitalista extrae plusvalías del asalariado y ni del robot y ni del resto de la composición técnica del capital representada por el capital constante sacan plusvalías.

    La burguesía está “robotizando al trabajador asalariado” con ritmos infernales y jornadas prolongadas tendente a la esclavización,  que junto con la robotización que sustituye a miles que obreros, aumenta el paro forzoso al producirse un excedente que provoca un paro estructural crónico.

    Esa situación de desigualdad creciente, más temprano o más tarde, producirá un aumento de la indignación de las masas ociosas con el consiguiente proceso molecular de toma de conciencia que dará lugar a convulsiones sociales como vimos en procesos históricos cuando se produjo la rebelión de los esclavos luchando por su supervivencia y emancipación, hechos convulsivos que se siguen produciendo a un nivel superior.

    Las guerras terribles, las migraciones causadas por los conflictos bélicos, con la consecuencia de terribles hambrunas que afectan a pueblos y continentes de todo el planeta, están acelerando la desorganización y decadencia de este belicoso modelo imperialista,  afectando también a la vieja Europa, provocando la descomposición del modelo capitalista.

    Esa situación, si se profundiza la depresión, podría llevar a la desorganización del capitalismo y a la necesidad de reorganización de la producción en bases a la planificación científica de los recursos productivos a una escala europea e internacional, necesitando acometer una salida en base a la Democracia Participativa y Ética y el Socialismo Científico(*),  para  avanzar conjuntamente hacia una nueva sociedad.

    Si esa posibilidad no se aprovecha, será a causa de la desunión, la división y la debilidad de las direcciones de los partidos de izquierdas y los sindicatos de clase,  debido a la pusilanimidad y capitulación de sus líderes, porque la clase trabajadora y los sectores oprimidos de la pequeña burguesía arruinada se verán obligados, en un momento dado, a lanzarse a la lucha de forma desesperada y acumularían la fuerza necesaria para cambiar la sociedad no una vez sino cien veces si hiciese falta.

    La dialéctica marxista explica que la teoría del colapso espontáneo del capitalismo y su autodestrucción es incorrecta y si los trabajadores no conseguimos encontrar una salida a la barbarie y al infierno al que nos podrían llevar  esos capitalistas mafiosos y sus partidos reaccionarios, como PP y VOX, que se están repartiendo los despojos de C´s, comprando en almoneda con dinero podrido a los “tránsfugas” con todo desparpajo, lo cual es corrupciòn.

    Este capitalismo mafioso, en manos de esos elementos que nos quieren retrotraer al antiguo régimen franquista, produciría terribles sufrimientos si las fuerzas reaccionarias toman el camino del neo-nazi-fascismo, que asoma sus orejas en toda Europa, pues como afirmó  Díaz Ayuso (PP) hace unos días en Telecinco, si te llaman fascista estás en el lado bueno de la historia, reconociendo con sus palabras que lo son y se niegan a condenar el Golpe de Franco y ese horrible drama se podría repetir si no lo evitamos con  una firme batalla del movimiento socialista internacionalista.

    La lucha de clases no ha desaparecido como los voceros y voceras del capitalismo nos quieren hacer creer, por lo que,  para acabar con el modelo de explotación capitalista y superarlo, (pues de lo contrario el capitalismo siempre encontrará una salida), debemos continuar reorganizándonos,  marchando hacia la unidad. Solamente con la intervención consciente de los trabajadores bajo la bandera unitaria de un  Frente Social de partidos de izquierdas, junto con  sindicatos y organizaciones sociales, de forma solidaria, podremos encontrar una salida digna para la Humanidad.

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    La deuda pública española es imposible de pagar  Empty Re: La deuda pública española es imposible de pagar

    Mensaje por Volk_kult Mar Mar 30, 2021 8:26 pm

    Muy bueno!

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