33 tesis sobre el proyecto soviético
Antonio Fernández Ortiz
publicado en El Viejo Topo. nº 160-161, enero de 2002
—2 mensajes—
1 En sus mil años de historia, Rusia se ha configurado como una entidad histórica particular. Una entidad que se caracteriza principalmente por su naturaleza campesina, multiétnica, multinacional, multirreligiosa y multicultural. Ya en el siglo XIX, algunos autores (Danilevskii) trataron de definir a Rusia como Civilización. En los años 20, como consecuencia de la crisis cultural provocada por la Revolución, surgió un importante movimiento filosófico-político-cultural que definió a Rusia con el concepto de Eurasia.
2 La singularidad del proceso histórico ruso viene condicionada:
Por la ubicación geográfica de Rusia entre dos mundos culturalmente diferentes: Asia y Europa.
Por la independencia del mismo con respecto a los procesos históricos de Europa occidental y Asia, lo que ha dado lugar a la formación de una entidad histórica con sus específicos elementos constituyentes (cultura, economía, explotación de recursos, acomodación de la población al territorio y al clima, establecimiento de las formas sociales de explotación de los recursos naturales y de la agricultura, etc.).
Por la presencia de importantes componentes del mundo oriental asiático.
Por el continuado enfrentamiento con la cultura occidental europea.
Por la presencia, a pesar del enfrentamiento, de importantes elementos de la propia cultura europea occidental.
3 Rusia sufre desde el siglo XVIII una crisis de modernización, es decir, está inmersa en un proceso de modernización que presupone la llegada a un punto final, un estado de Modernidad. El proceso de modernización ruso ha estado acompañando de un proceso de eclosión y elaboración cultural que ha dado lugar a la formación y consolidación de la conciencia nacional rusa. Elementos fundamentales que han contribuido a la consolidación de dicha conciencia nacional han sido la literatura rusa y soviética de los siglos XIX y XX, la filosofía rusa de la solidaridad en sus diferentes elaboraciones, la historia, la ciencia y la técnica rusa y soviética.
4 El principal conflicto dentro de esta crisis de modernidad radica en la existencia de diferentes modelos de modernización y diferentes modelos de "objetivo final", es decir de Modernidad. Hay un proyecto de modernidad con claras influencias exógenas que presupone la imitación del modelo de modernización europeo occidental y la renuncia a las particularidades nacionales rusas. Hay otro proyecto de modernización que presupone la continuidad de la trayectoria histórica rusa, es decir un modelo de modernización, en lo fundamental endógeno y nacional que se apoya en el desarrollo de los recursos nacionales (sean estos espirituales, económicos, culturales, etc.).
5 La intensa presión del capitalismo occidental a finales del siglo XIX y principios del XX y los intentos realizados por imitar el modelo de modernización occidental (exógeno) e incorporar a Rusia al ámbito de influencia del capitalismo europeo occidental llevaron al mundo campesino ruso al borde de su desaparición. Esta tensión produjo una situación revolucionaria que eclosionó en la Revolución de 1905-1907. Dicha revolución fue una guerra de nuevo tipo con la participación activa de campesinos y trabajadores. Los trabajadores actuaban como parte de dos mundos y adelantaban lo que posteriormente sería la característica fundamental del sistema soviético. Por un lado actuaban como obreros portadores de los atributos de esta clase social, pero por otra parte actuaban como campesinos. Su reciente "proletarización" les permitía ser todavía portadores de las concepciones del mundo del campesinado y comportarse y actuar como campesinos. Puede hablarse de una dualidad en su conciencia de clase. Por estas y otras características la revolución de 1905-1907 puede ser considerada como el ensayo y la "universidad" de la Revolución de Octubre.
6 La Revolución de Febrero de 1917 (liberal) fue un intento de imponer de forma definitiva el modelo de modernización occidental (exógeno), y por ello un intento de cambiar la trayectoria histórica de Rusia, sacarla de su "corredor" histórico. El aspecto fundamental de aquel intento fueron las resistencias que generó en el mundo campesino ruso.
7 La respuesta de la cultura rusa a las presiones del modelo modernizador representado por la Revolución de Febrero fueron la Revolución de Octubre (socialista) y el bolchevismo. La Revolución de Octubre no fue una revolución desde arriba, sino un proceso natural, popular, en parte espontáneo. Una respuesta desde abajo a la crisis en la que se encontraba Rusia en aquellos momentos. La Revolución de Octubre no fue una revolución obrera en un país capitalista que permitió el paso del capitalismo al socialismo.
Fue una revolución de campesinos y obreros en un país no capitalista donde se daban determinados elementos de un capitalismo periférico incipiente, entre ellos una clase obrera minoritaria con comportamientos y valores de origen campesino. Fue una revolución donde el principal agente revolucionario era el propio campesinado. Mientras que el marxismo clásico partía de la idea de que, bajo la presión disgregadora del capitalismo, el campesinado debía desaparecer y dar lugar a la burguesía rural y al proletariado, la realidad rusa mostró que el campesinado ruso, pese a los elementos disgregadores del capitalismo presentes en Rusia, había conseguido digerir los intentos de los distintos gobiernos de destruir el mundo campesino por decreto y transformar a los campesinos en granjeros acomodados y en obreros. Los intentos de reforma, entre ellas las de Stolipin, chocaron siempre con la encarnizada resistencia de los campesinos, que se negaron a la destrucción de sus estructuras tradicionales de vida articuladas alrededor de la comunidad campesina, de la propiedad y gestión de la tierra de forma colectiva y de las concepciones del mundo que de ellas se desprendían. De aquel conflicto, en sus aspectos fundamentales, la comunidad campesina salió reforzada y con ella el campesinado como "clase en sí".
8 El protagonismo del campesinado en la Revolución condicionó toda la evolución posterior del proyecto soviético. El bolchevismo, a pesar de su componente marxista, europeo, fue la expresión, la manifestación, la alternativa de la cultura rusa al modelo occidentalista (exógeno) de modernización. La fórmula de Lenin para definir el socialismo (socialismo = poder soviético + electrificación de todo el país) era en definitiva la definición del modelo de modernización del bolchevismo: por un lado la electrificación como expresión de la industrialización, y esta última incorporada al bolchevismo por el industrialismo presente en el marxismo; por otro lado, el Poder soviético, los soviets, como expresión de las formas de organización de autogobierno de la cultura campesina rusa. El Estado soviético fue un Estado de nuevo tipo que incorporó las formas tradicionales de organización campesina del poder. Los soviets (consejos), considerados habitualmente en la bibliografía sobre la historia de la URSS como la manifestación por excelencia de la autogestión obrera y del poder obrero, son en realidad la manifestación de las formas campesinas de organización del poder. Los soviets no fueron un fenómeno de la cultura del proletariado urbano ni fueron "inventados" por el proletariado ruso; son un fenómeno específico de la cultura campesina tradicional de Rusia que, con diferentes nombres (mir, obshina, obschestvo, obchestvo, sjod, sjodka, etc.), están presentes en la cultura de organización social y del poder del campesinado ruso. Esta cultura de lo comunal y colectivo había dado lugar en Rusia al desarrollo del que quizá fue en su momento el movimiento cooperativo (en su sentido moderno) más importante del mundo.
En 1913 había en Rusia más de 30.000 cooperativas y sus miembros superaban los diez millones de personas. Fueron los soldados rusos, en su 99% campesinos, y los obreros todavía con comportamientos campesinos, los que recurrieron, en el ambiente hostil de las grandes ciudades como San Peterburgo y Moscú, y en los frentes y acuartelamientos militares, a los soviets como formas de organización y gestión de un poder que, con la disolución del Estado zarista en febrero de 1917, había quedado sin una representación y concreción efectiva del mismo. La participación de los obreros industriales rusos en los soviets urbanos tenía más que ver con la pervivencia de las formas de entender y aprehender el mundo en su componente campesino que con la expresión de su relativamente nueva cultura proletaria.
9 El objetivo principal de la Revolución de Octubre y del proyecto soviético puede ser resumido con la siguiente frase: "alcanzar al capitalismo para huir de él" (Lenin y Max Weber expresaron esta idea desde posiciones filosóficas diferentes). A finales del siglo XIX y principios del XX estaba claro que la introducción en Rusia de los elementos del capitalismo occidental estaba convirtiendo a ésta en una zona periférica del capitalismo, complementaria y dependiente de la economía occidental. El desarrollo de esta tendencia llevaba implícita la destrucción de la sociedad rusa en la forma como ésta había existido hasta los inicios del siglo XX y la destrucción de la trayectoria histórica de Rusia. Contra esa destrucción se resistía el elemento mejor consolidado de la sociedad rusa: el campesinado. De forma esquemática podemos decir que los dos grandes proyectos de modernización de Rusia existentes a principios del siglo XX no pudieron responder al reto histórico planteado. La opción liberal, representada en su forma ideal por el partido Kadete, llevaba directamente a la transformación de Rusia en una economía periférica, semicolonial, dependiente del capitalismo occidental.
La opción nacional, con un alto componente de socialismo, solidaridad tradicional campesina y mantenimiento de estructuras económicas y políticas propias de la tradición cultural rusa, el Populismo, no pudo conducir a la sociedad rusa por el camino por ellos planteado, incluso a pesar de los desesperados intentos de presión a través del terrorismo. La Revolución debía permitir a Rusia salir del círculo vicioso en el que se encontraba: por un lado, alcanzar al capitalismo, es decir, permitir la transformación de Rusia en una sociedad industrial; por otro lado, huir del capitalismo, es decir, evitar la transformación de Rusia en una economía periférica dependiente y subordinada al capitalismo occidental. Y de esta manera, evitar la destrucción de las estructuras fundamentales de la sociedad rusa, evitar que ésta abandonara su propia trayectoria histórica y evitar el proceso de depauperación de las clases trabajadoras, sobre todo del campesinado, tal y como había ocurrido en Europa occidental.
10 El resultado de la Revolución de Octubre fue un modelo de sociedad industrial diferente al del capitalismo y no una consecuencia del capitalismo (un estadio histórico superior). La sociedad rusa, ya en su forma soviética, dio un salto cualitativo, y de sociedad agraria no capitalista y tampoco precapitalista, se convirtió en una nueva forma de sociedad industrial que no pasó por el capitalismo: el comunismo soviético. Esta sociedad industrial no es sólo consecuencia del industrialismo marxista sino que hunde sus raíces en la historia rusa y en la búsqueda de un camino propio de modernización e industrialización en el que, como ya hemos dicho anteriormente, se encuentra inmersa la cultura rusa desde el siglo XVIII.
11 El bolchevismo fue una manifestación cultural específica, una cultura nueva de la modernización, de la Modernidad. Su rasgo principal fue la permanencia en su seno de elementos y culturas dispares, que en principio, y sobre la base de experiencias históricas anteriores, parecían contradictorias. En el bolchevismo se produjo la convivencia de multitud de elementos y componentes de la cultura campesina tradicional rusa junto con los nuevos elementos y componentes de la industrialización, la filosofía, la ciencia y la técnica contemporánea de vanguardia, es decir, la convivencia de dos conceptos que hasta entonces, sobre la base de la experiencia histórica europea occidental, habían sido considerados irreconciliables: tradición y modernidad. La característica fundamental del proyecto soviético es la síntesis que, de la sociedad tradicional campesina rusa y del industrialismo, se produce en su seno. Muchos de los componentes del sistema soviético continuaron en el marco de la trayectoria cultural rusa e impidieron que el proyecto soviético en su conjunto abandonara la trayectoria cultural y civilizatoria de Rusia.
Sin embargo, el conjunto adquirió una nueva forma, una nueva cualidad que le hacía diferente al sistema social precedente. En su nueva forma, el modelo industrial del sistema soviético evitó que Rusia quedara convertida en una sociedad agraria patriarcal residual, periferia semicolonial del capitalismo occidental. En su nueva condición la Unión Soviética pudo crear y desarrollar un sistema industrial moderno y una ciencia y técnica de vanguardia que le permitió convertirse en una alternativa al capitalismo occidental y en un modelo a imitar por los países dominados por el capitalismo que posteriormente pasaron a denominarse, en la nomenclatura occidental, como los países del Tercer Mundo.
12 Un rasgo importante y fundamental del bolchevismo fue su componente popular. En realidad, el bolchevismo fue la eclosión del mundo popular ruso, principalmente campesino. El escritor ruso Prishvin, que vivió los años previos a la Revolución y todo el periodo revolucionario en su propiedad en el campo, trabajándola con sus propias manos (y por ello respetado por los campesinos), fue testigo de la vida y de la agitación revolucionaria en el campo ruso. Él apuntó un aspecto importante: que la revolución se había producido porque el campesino ruso se había levantado en busca de la verdad. Sólo que el campesino se había levantado ya en un estado embrutecido, al que había sido conducido por las presiones realizadas sobre el mundo campesino. De hecho, en palabras de Prishvin: "el gorila se levantó a la búsqueda de la verdad". Ese componente popular se manifestó con toda su belleza y toda su brutalidad.
El pueblo, idealizado tantas veces, se manifestó en ocasiones con brutalidad y de forma grosera. Aquel comportamiento y los anhelos populares de solidaridad e igualdad no fueron entendidos por importantes sectores de la intelligentsia rusa y soviética y estuvo en la base del rechazo de los intelectuales occidentales al proyecto soviético. Un ejemplo temprano de aquel rechazo de la intelligentsia soviética que puede servir de modelo para la comprensión de aquel conflicto, que en definitiva estuvo en la base de la crisis ideológica del proyecto soviético, lo tenemos en la condena que realizó Bujarin a los poetas y escritores que consiguieron expresar aquel componente campesino y "asiático" de la Revolución y del bolchevismo. La condena realizada por Bujarin fue una de las claves del conflicto que, en su vertiente política, se manifestó como el enfrentamiento entre los proyectos de socialismo de Bujarin y Stalin. Aquel enfrentamiento fue en realidad la expresión de un conflicto más profundo: el choque de dos culturas, de dos concepciones del mundo diferentes.
13 El modelo antropológico tradicional ruso y soviético es la expresión de las formas de vida y de las concepciones del mundo del campesinado ruso y ha sido elaborado, en lo fundamental, por el pensamiento filosófico religioso ruso. Este modelo antropológico es la expresión de la ideología dominante, hegemónica, del campesinado ruso y de las clases populares rusas. Aquí el concepto ideología se aplica no en la acepción marxista de falsa conciencia, sino en la acepción gramsciana de "concepción del mundo de las masas" que permite a los hombres tener una visión determinada del mundo y una praxis determinada. Podemos decir que, a pesar del declarado ateísmo oficial del Estado soviético, su modelo antropológico es mayoritariamente religioso en la medida que la religión es el componente fundamental de la cultura popular y es la expresión de la ideología dominante de las clases populares, a la vez que el componente que da forma a dicha ideología. Prishvin definió al bolchevique como la "unión del camarada y del creyente ortodoxo ruso" (el camarada como la expresión de lo terrenal y material y el creyente como expresión de la sacralidad y la religiosidad). La ideología dominante del proyecto soviético incorpora importantes componentes religiosos en la medida que éste no destruyó la idea de la solidaridad campesina y religiosa (orgánica) y que no destruyó lo que Guardini denominó el "órgano religioso natural del hombre", sino que permitió su transmisión desde la sociedad tradicional campesina rusa a la nueva sociedad industrial (tradicional) soviética.
La ausencia de los elementos disgregadores de la sociedad liberal en Rusia y la URSS permitió no sólo la conservación de este modelo antropológico, sino que permitió, además, el desarrollo del mismo en las nuevas condiciones de la sociedad industrial soviética. Al contrario que en Europa Occidental, en la URSS "Dios no murió".
14 Este modelo antropológico tradicional ruso fue asumido, y posteriormente desarrollado, por el bolchevismo y por el proyecto soviético. Es absurdo pensar y pretender que los campesinos que apoyaron la Revolución de Octubre, el Poder soviético y el bolchevismo conocían las obras de Marx o Engels. Sus ideas de la solidaridad tenían otros orígenes: las tradiciones solidarias de la cultura rusa. Ellos identificaron en su imaginario personal y colectivo que aquellas representaciones y concepciones de la solidaridad que ellos tenían eran las mismas de las que hablaban los líderes y cuadros de la revolución. La incorporación del campesinado a la revolución, su ascenso a través de las estructuras del partido, del komsomol y de los sindicatos al nivel de los cuadros medios y superiores de dirección, impregnó el proyecto soviético de aquel modelo solidario campesino, produciéndose un sincretismo particular entre aquellas representaciones y concepciones de la solidaridad tradicional y la solidaridad de naturaleza racionalista aportada por el marxismo que estos cuadros comenzaron a conocer posteriormente en las escuelas de formación de cuadros y más tarde a través del sistema educativo soviético.
15 Precisamente el sistema educativo soviético y los ámbitos científicos y tecnológicos que, en teoría, debieron contribuir a la difusión del pensamiento racionalista europeo entre el pensamiento bolchevique y desalojar de este último las representaciones y concepciones de la solidaridad de la tradición cultural rusa, contribuyeron en realidad a otro proceso diferente: a la afirmación de ambas tradiciones culturales en el seno del bolchevismo. Este proceso se había producido con anterioridad en la ciencia rusa, la cual había asumido las categorías de pensamiento de la Revolución científica europea sin desprenderse de sus categorías tradicionales de pensamiento. Esta particularidad de la ciencia rusa no sólo fue heredada por la ciencia soviética, sino que además tuvo en esta última un particular desarrollo. Un ejemplo destacado lo tenemos en la influencia del cosmismo ruso en la configuración de los soportes éticos de la ciencia soviética y en como influyó de forma determinante en todas las esferas del conocimiento en la URSS.
16 El bolchevismo llevaba implícito un componente mesiánico y milenarista. Con ellos, el bolchevismo incluía el mito del eterno retorno y superaba la linealidad del tiempo newtoniano. A través de estos componentes el comunismo se veía como la vuelta a una Arcadia feliz, al paraíso de la hermandad de los seres humanos. La Revolución de Octubre se convirtió en un hecho moral en la medida que en el imaginario popular se convirtió en el medio para el establecimiento del "paraíso de la justicia". Estuvo vinculada a la moralidad del medio en el que se produjo; es más, asumió como suya la moral dominante, llamémosla hegemónica, del contexto social en el que se produjo, es decir, la moral popular tradicional rusa. Los paradigmas morales tradicionales se convirtieron en los paradigmas morales del bolchevismo.
17 A pesar de todos estos componentes, la Revolución de Octubre y el proyecto soviético fue un proceso "racional". El propio campesinado se expresaba en gran medida en una categoría racional. La filosofía y la ciencia rusas habían conseguido elaborar y expresar de una forma racional los elementos y componentes míticos de las concepciones del mundo del campesinado ruso y de la cultura rusa en general. El marxismo jugó también un papel fundamental en este proceso de racionalización. Fue parte inseparable de la cultura rusa con anterioridad a la Revolución de Octubre desde que en 1872 se publicó por primera vez el Tomo I de El Capital en ruso. Desde aquel momento el marxismo se convirtió en el principal instrumento teórico de la intelligentsia rusa, dominando prácticamente la conciencia social en Rusia.
Casi todos los economistas rusos eran marxistas, aunque muchos de ellos odiaban o renegaban del marxismo. En su momento fueron marxistas importantes líderes del partido Kadete como P.B. Struve o A.S. Izgoev, economistas como M.I. Tugan-Baranovskii, filósofos religiosos como N. Berdiaev, S.N. Bulgakov o S. Frank. Todo el pensamiento que pretendía ser moderno tuvo que expresarse en el ámbito del marxismo, utilizando el lenguaje del marxismo. Quizá el ejemplo más brillante fue Lenin. No en vano, Plejanov, el BUND, los mencheviques, los socialdemócratas occidentales, etc., gritaban escandalizados que los planteamientos de Lenin, su estrategia, era contraria al marxismo, que sus ideas eran eslavofilismo y populismo enmascarados con el marxismo. Los obreros y los campesinos no hicieron caso a aquellas opiniones y se mantuvieron fieles a los bolcheviques.
Antonio Fernández Ortiz
publicado en El Viejo Topo. nº 160-161, enero de 2002
—2 mensajes—
1 En sus mil años de historia, Rusia se ha configurado como una entidad histórica particular. Una entidad que se caracteriza principalmente por su naturaleza campesina, multiétnica, multinacional, multirreligiosa y multicultural. Ya en el siglo XIX, algunos autores (Danilevskii) trataron de definir a Rusia como Civilización. En los años 20, como consecuencia de la crisis cultural provocada por la Revolución, surgió un importante movimiento filosófico-político-cultural que definió a Rusia con el concepto de Eurasia.
2 La singularidad del proceso histórico ruso viene condicionada:
Por la ubicación geográfica de Rusia entre dos mundos culturalmente diferentes: Asia y Europa.
Por la independencia del mismo con respecto a los procesos históricos de Europa occidental y Asia, lo que ha dado lugar a la formación de una entidad histórica con sus específicos elementos constituyentes (cultura, economía, explotación de recursos, acomodación de la población al territorio y al clima, establecimiento de las formas sociales de explotación de los recursos naturales y de la agricultura, etc.).
Por la presencia de importantes componentes del mundo oriental asiático.
Por el continuado enfrentamiento con la cultura occidental europea.
Por la presencia, a pesar del enfrentamiento, de importantes elementos de la propia cultura europea occidental.
3 Rusia sufre desde el siglo XVIII una crisis de modernización, es decir, está inmersa en un proceso de modernización que presupone la llegada a un punto final, un estado de Modernidad. El proceso de modernización ruso ha estado acompañando de un proceso de eclosión y elaboración cultural que ha dado lugar a la formación y consolidación de la conciencia nacional rusa. Elementos fundamentales que han contribuido a la consolidación de dicha conciencia nacional han sido la literatura rusa y soviética de los siglos XIX y XX, la filosofía rusa de la solidaridad en sus diferentes elaboraciones, la historia, la ciencia y la técnica rusa y soviética.
4 El principal conflicto dentro de esta crisis de modernidad radica en la existencia de diferentes modelos de modernización y diferentes modelos de "objetivo final", es decir de Modernidad. Hay un proyecto de modernidad con claras influencias exógenas que presupone la imitación del modelo de modernización europeo occidental y la renuncia a las particularidades nacionales rusas. Hay otro proyecto de modernización que presupone la continuidad de la trayectoria histórica rusa, es decir un modelo de modernización, en lo fundamental endógeno y nacional que se apoya en el desarrollo de los recursos nacionales (sean estos espirituales, económicos, culturales, etc.).
5 La intensa presión del capitalismo occidental a finales del siglo XIX y principios del XX y los intentos realizados por imitar el modelo de modernización occidental (exógeno) e incorporar a Rusia al ámbito de influencia del capitalismo europeo occidental llevaron al mundo campesino ruso al borde de su desaparición. Esta tensión produjo una situación revolucionaria que eclosionó en la Revolución de 1905-1907. Dicha revolución fue una guerra de nuevo tipo con la participación activa de campesinos y trabajadores. Los trabajadores actuaban como parte de dos mundos y adelantaban lo que posteriormente sería la característica fundamental del sistema soviético. Por un lado actuaban como obreros portadores de los atributos de esta clase social, pero por otra parte actuaban como campesinos. Su reciente "proletarización" les permitía ser todavía portadores de las concepciones del mundo del campesinado y comportarse y actuar como campesinos. Puede hablarse de una dualidad en su conciencia de clase. Por estas y otras características la revolución de 1905-1907 puede ser considerada como el ensayo y la "universidad" de la Revolución de Octubre.
6 La Revolución de Febrero de 1917 (liberal) fue un intento de imponer de forma definitiva el modelo de modernización occidental (exógeno), y por ello un intento de cambiar la trayectoria histórica de Rusia, sacarla de su "corredor" histórico. El aspecto fundamental de aquel intento fueron las resistencias que generó en el mundo campesino ruso.
7 La respuesta de la cultura rusa a las presiones del modelo modernizador representado por la Revolución de Febrero fueron la Revolución de Octubre (socialista) y el bolchevismo. La Revolución de Octubre no fue una revolución desde arriba, sino un proceso natural, popular, en parte espontáneo. Una respuesta desde abajo a la crisis en la que se encontraba Rusia en aquellos momentos. La Revolución de Octubre no fue una revolución obrera en un país capitalista que permitió el paso del capitalismo al socialismo.
Fue una revolución de campesinos y obreros en un país no capitalista donde se daban determinados elementos de un capitalismo periférico incipiente, entre ellos una clase obrera minoritaria con comportamientos y valores de origen campesino. Fue una revolución donde el principal agente revolucionario era el propio campesinado. Mientras que el marxismo clásico partía de la idea de que, bajo la presión disgregadora del capitalismo, el campesinado debía desaparecer y dar lugar a la burguesía rural y al proletariado, la realidad rusa mostró que el campesinado ruso, pese a los elementos disgregadores del capitalismo presentes en Rusia, había conseguido digerir los intentos de los distintos gobiernos de destruir el mundo campesino por decreto y transformar a los campesinos en granjeros acomodados y en obreros. Los intentos de reforma, entre ellas las de Stolipin, chocaron siempre con la encarnizada resistencia de los campesinos, que se negaron a la destrucción de sus estructuras tradicionales de vida articuladas alrededor de la comunidad campesina, de la propiedad y gestión de la tierra de forma colectiva y de las concepciones del mundo que de ellas se desprendían. De aquel conflicto, en sus aspectos fundamentales, la comunidad campesina salió reforzada y con ella el campesinado como "clase en sí".
8 El protagonismo del campesinado en la Revolución condicionó toda la evolución posterior del proyecto soviético. El bolchevismo, a pesar de su componente marxista, europeo, fue la expresión, la manifestación, la alternativa de la cultura rusa al modelo occidentalista (exógeno) de modernización. La fórmula de Lenin para definir el socialismo (socialismo = poder soviético + electrificación de todo el país) era en definitiva la definición del modelo de modernización del bolchevismo: por un lado la electrificación como expresión de la industrialización, y esta última incorporada al bolchevismo por el industrialismo presente en el marxismo; por otro lado, el Poder soviético, los soviets, como expresión de las formas de organización de autogobierno de la cultura campesina rusa. El Estado soviético fue un Estado de nuevo tipo que incorporó las formas tradicionales de organización campesina del poder. Los soviets (consejos), considerados habitualmente en la bibliografía sobre la historia de la URSS como la manifestación por excelencia de la autogestión obrera y del poder obrero, son en realidad la manifestación de las formas campesinas de organización del poder. Los soviets no fueron un fenómeno de la cultura del proletariado urbano ni fueron "inventados" por el proletariado ruso; son un fenómeno específico de la cultura campesina tradicional de Rusia que, con diferentes nombres (mir, obshina, obschestvo, obchestvo, sjod, sjodka, etc.), están presentes en la cultura de organización social y del poder del campesinado ruso. Esta cultura de lo comunal y colectivo había dado lugar en Rusia al desarrollo del que quizá fue en su momento el movimiento cooperativo (en su sentido moderno) más importante del mundo.
En 1913 había en Rusia más de 30.000 cooperativas y sus miembros superaban los diez millones de personas. Fueron los soldados rusos, en su 99% campesinos, y los obreros todavía con comportamientos campesinos, los que recurrieron, en el ambiente hostil de las grandes ciudades como San Peterburgo y Moscú, y en los frentes y acuartelamientos militares, a los soviets como formas de organización y gestión de un poder que, con la disolución del Estado zarista en febrero de 1917, había quedado sin una representación y concreción efectiva del mismo. La participación de los obreros industriales rusos en los soviets urbanos tenía más que ver con la pervivencia de las formas de entender y aprehender el mundo en su componente campesino que con la expresión de su relativamente nueva cultura proletaria.
9 El objetivo principal de la Revolución de Octubre y del proyecto soviético puede ser resumido con la siguiente frase: "alcanzar al capitalismo para huir de él" (Lenin y Max Weber expresaron esta idea desde posiciones filosóficas diferentes). A finales del siglo XIX y principios del XX estaba claro que la introducción en Rusia de los elementos del capitalismo occidental estaba convirtiendo a ésta en una zona periférica del capitalismo, complementaria y dependiente de la economía occidental. El desarrollo de esta tendencia llevaba implícita la destrucción de la sociedad rusa en la forma como ésta había existido hasta los inicios del siglo XX y la destrucción de la trayectoria histórica de Rusia. Contra esa destrucción se resistía el elemento mejor consolidado de la sociedad rusa: el campesinado. De forma esquemática podemos decir que los dos grandes proyectos de modernización de Rusia existentes a principios del siglo XX no pudieron responder al reto histórico planteado. La opción liberal, representada en su forma ideal por el partido Kadete, llevaba directamente a la transformación de Rusia en una economía periférica, semicolonial, dependiente del capitalismo occidental.
La opción nacional, con un alto componente de socialismo, solidaridad tradicional campesina y mantenimiento de estructuras económicas y políticas propias de la tradición cultural rusa, el Populismo, no pudo conducir a la sociedad rusa por el camino por ellos planteado, incluso a pesar de los desesperados intentos de presión a través del terrorismo. La Revolución debía permitir a Rusia salir del círculo vicioso en el que se encontraba: por un lado, alcanzar al capitalismo, es decir, permitir la transformación de Rusia en una sociedad industrial; por otro lado, huir del capitalismo, es decir, evitar la transformación de Rusia en una economía periférica dependiente y subordinada al capitalismo occidental. Y de esta manera, evitar la destrucción de las estructuras fundamentales de la sociedad rusa, evitar que ésta abandonara su propia trayectoria histórica y evitar el proceso de depauperación de las clases trabajadoras, sobre todo del campesinado, tal y como había ocurrido en Europa occidental.
10 El resultado de la Revolución de Octubre fue un modelo de sociedad industrial diferente al del capitalismo y no una consecuencia del capitalismo (un estadio histórico superior). La sociedad rusa, ya en su forma soviética, dio un salto cualitativo, y de sociedad agraria no capitalista y tampoco precapitalista, se convirtió en una nueva forma de sociedad industrial que no pasó por el capitalismo: el comunismo soviético. Esta sociedad industrial no es sólo consecuencia del industrialismo marxista sino que hunde sus raíces en la historia rusa y en la búsqueda de un camino propio de modernización e industrialización en el que, como ya hemos dicho anteriormente, se encuentra inmersa la cultura rusa desde el siglo XVIII.
11 El bolchevismo fue una manifestación cultural específica, una cultura nueva de la modernización, de la Modernidad. Su rasgo principal fue la permanencia en su seno de elementos y culturas dispares, que en principio, y sobre la base de experiencias históricas anteriores, parecían contradictorias. En el bolchevismo se produjo la convivencia de multitud de elementos y componentes de la cultura campesina tradicional rusa junto con los nuevos elementos y componentes de la industrialización, la filosofía, la ciencia y la técnica contemporánea de vanguardia, es decir, la convivencia de dos conceptos que hasta entonces, sobre la base de la experiencia histórica europea occidental, habían sido considerados irreconciliables: tradición y modernidad. La característica fundamental del proyecto soviético es la síntesis que, de la sociedad tradicional campesina rusa y del industrialismo, se produce en su seno. Muchos de los componentes del sistema soviético continuaron en el marco de la trayectoria cultural rusa e impidieron que el proyecto soviético en su conjunto abandonara la trayectoria cultural y civilizatoria de Rusia.
Sin embargo, el conjunto adquirió una nueva forma, una nueva cualidad que le hacía diferente al sistema social precedente. En su nueva forma, el modelo industrial del sistema soviético evitó que Rusia quedara convertida en una sociedad agraria patriarcal residual, periferia semicolonial del capitalismo occidental. En su nueva condición la Unión Soviética pudo crear y desarrollar un sistema industrial moderno y una ciencia y técnica de vanguardia que le permitió convertirse en una alternativa al capitalismo occidental y en un modelo a imitar por los países dominados por el capitalismo que posteriormente pasaron a denominarse, en la nomenclatura occidental, como los países del Tercer Mundo.
12 Un rasgo importante y fundamental del bolchevismo fue su componente popular. En realidad, el bolchevismo fue la eclosión del mundo popular ruso, principalmente campesino. El escritor ruso Prishvin, que vivió los años previos a la Revolución y todo el periodo revolucionario en su propiedad en el campo, trabajándola con sus propias manos (y por ello respetado por los campesinos), fue testigo de la vida y de la agitación revolucionaria en el campo ruso. Él apuntó un aspecto importante: que la revolución se había producido porque el campesino ruso se había levantado en busca de la verdad. Sólo que el campesino se había levantado ya en un estado embrutecido, al que había sido conducido por las presiones realizadas sobre el mundo campesino. De hecho, en palabras de Prishvin: "el gorila se levantó a la búsqueda de la verdad". Ese componente popular se manifestó con toda su belleza y toda su brutalidad.
El pueblo, idealizado tantas veces, se manifestó en ocasiones con brutalidad y de forma grosera. Aquel comportamiento y los anhelos populares de solidaridad e igualdad no fueron entendidos por importantes sectores de la intelligentsia rusa y soviética y estuvo en la base del rechazo de los intelectuales occidentales al proyecto soviético. Un ejemplo temprano de aquel rechazo de la intelligentsia soviética que puede servir de modelo para la comprensión de aquel conflicto, que en definitiva estuvo en la base de la crisis ideológica del proyecto soviético, lo tenemos en la condena que realizó Bujarin a los poetas y escritores que consiguieron expresar aquel componente campesino y "asiático" de la Revolución y del bolchevismo. La condena realizada por Bujarin fue una de las claves del conflicto que, en su vertiente política, se manifestó como el enfrentamiento entre los proyectos de socialismo de Bujarin y Stalin. Aquel enfrentamiento fue en realidad la expresión de un conflicto más profundo: el choque de dos culturas, de dos concepciones del mundo diferentes.
13 El modelo antropológico tradicional ruso y soviético es la expresión de las formas de vida y de las concepciones del mundo del campesinado ruso y ha sido elaborado, en lo fundamental, por el pensamiento filosófico religioso ruso. Este modelo antropológico es la expresión de la ideología dominante, hegemónica, del campesinado ruso y de las clases populares rusas. Aquí el concepto ideología se aplica no en la acepción marxista de falsa conciencia, sino en la acepción gramsciana de "concepción del mundo de las masas" que permite a los hombres tener una visión determinada del mundo y una praxis determinada. Podemos decir que, a pesar del declarado ateísmo oficial del Estado soviético, su modelo antropológico es mayoritariamente religioso en la medida que la religión es el componente fundamental de la cultura popular y es la expresión de la ideología dominante de las clases populares, a la vez que el componente que da forma a dicha ideología. Prishvin definió al bolchevique como la "unión del camarada y del creyente ortodoxo ruso" (el camarada como la expresión de lo terrenal y material y el creyente como expresión de la sacralidad y la religiosidad). La ideología dominante del proyecto soviético incorpora importantes componentes religiosos en la medida que éste no destruyó la idea de la solidaridad campesina y religiosa (orgánica) y que no destruyó lo que Guardini denominó el "órgano religioso natural del hombre", sino que permitió su transmisión desde la sociedad tradicional campesina rusa a la nueva sociedad industrial (tradicional) soviética.
La ausencia de los elementos disgregadores de la sociedad liberal en Rusia y la URSS permitió no sólo la conservación de este modelo antropológico, sino que permitió, además, el desarrollo del mismo en las nuevas condiciones de la sociedad industrial soviética. Al contrario que en Europa Occidental, en la URSS "Dios no murió".
14 Este modelo antropológico tradicional ruso fue asumido, y posteriormente desarrollado, por el bolchevismo y por el proyecto soviético. Es absurdo pensar y pretender que los campesinos que apoyaron la Revolución de Octubre, el Poder soviético y el bolchevismo conocían las obras de Marx o Engels. Sus ideas de la solidaridad tenían otros orígenes: las tradiciones solidarias de la cultura rusa. Ellos identificaron en su imaginario personal y colectivo que aquellas representaciones y concepciones de la solidaridad que ellos tenían eran las mismas de las que hablaban los líderes y cuadros de la revolución. La incorporación del campesinado a la revolución, su ascenso a través de las estructuras del partido, del komsomol y de los sindicatos al nivel de los cuadros medios y superiores de dirección, impregnó el proyecto soviético de aquel modelo solidario campesino, produciéndose un sincretismo particular entre aquellas representaciones y concepciones de la solidaridad tradicional y la solidaridad de naturaleza racionalista aportada por el marxismo que estos cuadros comenzaron a conocer posteriormente en las escuelas de formación de cuadros y más tarde a través del sistema educativo soviético.
15 Precisamente el sistema educativo soviético y los ámbitos científicos y tecnológicos que, en teoría, debieron contribuir a la difusión del pensamiento racionalista europeo entre el pensamiento bolchevique y desalojar de este último las representaciones y concepciones de la solidaridad de la tradición cultural rusa, contribuyeron en realidad a otro proceso diferente: a la afirmación de ambas tradiciones culturales en el seno del bolchevismo. Este proceso se había producido con anterioridad en la ciencia rusa, la cual había asumido las categorías de pensamiento de la Revolución científica europea sin desprenderse de sus categorías tradicionales de pensamiento. Esta particularidad de la ciencia rusa no sólo fue heredada por la ciencia soviética, sino que además tuvo en esta última un particular desarrollo. Un ejemplo destacado lo tenemos en la influencia del cosmismo ruso en la configuración de los soportes éticos de la ciencia soviética y en como influyó de forma determinante en todas las esferas del conocimiento en la URSS.
16 El bolchevismo llevaba implícito un componente mesiánico y milenarista. Con ellos, el bolchevismo incluía el mito del eterno retorno y superaba la linealidad del tiempo newtoniano. A través de estos componentes el comunismo se veía como la vuelta a una Arcadia feliz, al paraíso de la hermandad de los seres humanos. La Revolución de Octubre se convirtió en un hecho moral en la medida que en el imaginario popular se convirtió en el medio para el establecimiento del "paraíso de la justicia". Estuvo vinculada a la moralidad del medio en el que se produjo; es más, asumió como suya la moral dominante, llamémosla hegemónica, del contexto social en el que se produjo, es decir, la moral popular tradicional rusa. Los paradigmas morales tradicionales se convirtieron en los paradigmas morales del bolchevismo.
17 A pesar de todos estos componentes, la Revolución de Octubre y el proyecto soviético fue un proceso "racional". El propio campesinado se expresaba en gran medida en una categoría racional. La filosofía y la ciencia rusas habían conseguido elaborar y expresar de una forma racional los elementos y componentes míticos de las concepciones del mundo del campesinado ruso y de la cultura rusa en general. El marxismo jugó también un papel fundamental en este proceso de racionalización. Fue parte inseparable de la cultura rusa con anterioridad a la Revolución de Octubre desde que en 1872 se publicó por primera vez el Tomo I de El Capital en ruso. Desde aquel momento el marxismo se convirtió en el principal instrumento teórico de la intelligentsia rusa, dominando prácticamente la conciencia social en Rusia.
Casi todos los economistas rusos eran marxistas, aunque muchos de ellos odiaban o renegaban del marxismo. En su momento fueron marxistas importantes líderes del partido Kadete como P.B. Struve o A.S. Izgoev, economistas como M.I. Tugan-Baranovskii, filósofos religiosos como N. Berdiaev, S.N. Bulgakov o S. Frank. Todo el pensamiento que pretendía ser moderno tuvo que expresarse en el ámbito del marxismo, utilizando el lenguaje del marxismo. Quizá el ejemplo más brillante fue Lenin. No en vano, Plejanov, el BUND, los mencheviques, los socialdemócratas occidentales, etc., gritaban escandalizados que los planteamientos de Lenin, su estrategia, era contraria al marxismo, que sus ideas eran eslavofilismo y populismo enmascarados con el marxismo. Los obreros y los campesinos no hicieron caso a aquellas opiniones y se mantuvieron fieles a los bolcheviques.