por lolagallego Sáb Ene 30, 2021 12:56 pm
De la Introducción:
La existencia cotidiana de millones de seres humanos, signada por la sujeción, parece desmentir el proyecto moderno de mejoramiento incesante en las condiciones materiales de existencia al que se le dio el nombre de progreso. Hoy en día, el trabajo genera altísimos niveles de producción de mercancías sobre la base del uso intensivo de sofisticadas tecnologías, pero ello no ha significado la extensión del bienestar de las personas. La mayor acumulación del capital es también incremento del dominio al que están sometidos los sujetos o, para decirlo con Marx, aumento de la enajenación del ser genérico. Ese dominio se manifiesta como despojo en un sentido cada vez más generalizado. No sólo hay despojo de tierras, materias primas y derechos laborales, sino también y sobre todo, despojo de saberes y capacidades de creación y, más aún, de certidumbres vitales. Un ser humano así despojado tiende a la angustia y a la desesperación, pues su vida corre un peligro permanente, aunque el capital ha hecho grandes negocios con estos afectos. Incrementar la angustia es aumentar las necesidades de consumo de objetos que prometen rebajarla. El consumo de drogas legales e ilegales se ha generalizado y es el indicador más patente de que los hombres de nuestra época requieren con urgencia crearse un mundo artificial que eluda la crudeza de aquel en el que han nacido y en el que han de morir.