Tres reflexiones de Hoxha sobre China de vital importancia
entrada publicada en el blog Tiempos Rojos
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A estas alturas, sólo los seguidores de Mao pueden afirmar que los acontecimientos ocurridos tras su muerte (el golpe de estado, la persecución de los verdaderos marxistas, el lanzamiento de China como una potencia imperialista, etc.) no están directamente relacionados con las muchas distorsiones de la teoría marxista que ha realizado Mao. Un lugar importante ocupan entre estas distorsiones las referentes al rol de la burguesía en el socialismo y a la lucha entre lineas en el Partido de la clase obrera.
Como hemos tratado anteriormente sobre la postura conciliatoria del PCCh respecto de la burguesía nacional, en esta entrada nos centraremos en las causas y consecuencias de la teoría maoísta de la lucha de líneas en el partido.
Las reflexiones de Hoxha que publicamos a continuación describen -entre otras cosas- de qué manera operaba esa lucha entre líneas durante la vida de Mao, cuáles fueron sus causas, y cuál fue su relación con la despiadada lucha entre fracciones -ninguna de las cuales era marxista- que tuvo lugar, principalmente, durante la llamada “revolución cultural” y tras la muerte de Mao.
La táctica de muchas líneas en China – una práctica elevada a principio
Enver Hoxha (Agosto de 1973)
Todavía no se oye la voz de China en la arena internacional. Cada estado tiene sus períodos vacacionales pero las vacaciones chinas en la política internacional continúan desde hace un largo tiempo, mientras que las otras grandes potencias mundiales continúan con sus intrigas y tramas. Los revisionistas soviéticos y sus satélites atacan a China todos los días, acusándola de colaboración con el imperialismo norteamericano, de ser anti-marxista, y de dividir al llamado campo socialista. China no está respondiendo a estos ataques. La propaganda anti-china de los soviéticos asume formas más concretas y se espera que continúe de esta manera. En la conferencia de los países “no alineados” celebrada en Argel, los soviéticos están preparados para operar a través de Fidel Castro, a quien ellos suministran, al menos, un millón y medio de dólares al día. En los últimos meses, el barbudo Castro atacó a China y Albania, pero sin mencionarlas por su nombre. Según él, la Unión Soviética es un auténtico país socialista y forma parte del “tercer mundo”. Este gramófono de los soviéticos presentará estas tesis también en Argelia.
“¡¡¡Los soviéticos, miembros del tercer mundo!!!” ¿Por qué no? Chou En-lai también ha proclamado esta tesis sobre China. ¡Así que, apresúrense!, ¿quién será el primero en entrar a este “tercer mundo”? ¿Pero quién deberá entrar en el “segundo mundo”? ¿Quién participará en el primero? ¡Ellos pueden crear también un cuarto y un quinto mundo de manera que nadie sepa cuál es su lugar! El objetivo es encontrar la mejor manera de disfrazarse.
A la vista de esta intensa actividad política anti-china, China está en silencio. Un embajador chino le dijo a uno de nuestros embajadores, “Nosotros también estamos preparando una ofensiva política contra los soviéticos sobre la cuestión de las fronteras chino-soviético”. ¿Qué tan cierto es esto? En cualquier caso es deplorable.
Nixon y los Estados Unidos de América están sumidos en un indecoroso escándalo, en una crisis muy grave. Los soviéticos están ayudando a Nixon a salir del fango. ¿Qué hacen los chinos? ¡Permanecen en silencio! Los periódicos chinos no dicen nada sobre lo que ocurre en los Estados Unidos de América. Allí continúan con la típica “delicadeza” china, para evitar romper los huevos que Chou, Kissinger y Nixon están incubando. Los periódicos chinos publican las llegadas y partidas, los almuerzos y cenas que se celebran en honor de las delegaciones estadounidenses en China.
Kissinger había anunciado que el 15 de agosto iría a Pekín para “ordenar” Camboya, pero no fue porque Sihanouk se marchó a Corea con el propósito de evitar discutir este problema con él. Los planes fueron arruinados.
Los chinos nos habían dicho oficialmente que en agosto o a principios de septiembre iban a celebrar el congreso de su partido y convocar la Asamblea Nacional. ¡Quizás lo harán! Pero no hay ningún indicio de que esto suceda. Agosto ha terminado y se acerca el otoño. Entre los diplomáticos se dice que se celebró el pleno del CC del Partido Comunista de China y que no se llegó a un acuerdo sobre la celebración del congreso; “Chiang Ching y Yao Wen-yuan están en oposición a Chou En-lai. El Congreso se ha aplazado”. El embajador de China en Paris le dijo a nuestro embajador allí que Pompidou debe ir a Pekín el 11 de septiembre. Si es así, entonces será difícil para el congreso celebrarse antes de las celebraciones del 1 de octubre.
La AFP informó anoche que en los últimos días Chou En-lai ha tenido una reunión con parlamentarios holandeses y ha dejado implícito que se “coloca a la Unión Soviética y los Estados Unidos de América de igual a igual en cuanto al peligro que representan”. ¿Quién se puede creer esto? Vamos a basamos en nuestro deseo de que este sea el caso, pero si hay una pizca de verdad en ello, ¡entonces algo debe haber ocurrido en las misteriosas reuniones del Comité Central del Partido Comunista de China! Una línea debe de haber conseguido una mejor posición que la otra, ¡por un tiempo! Al parecer, la táctica de las dos líneas, o de muchas líneas, en el Partido Comunista de China es una práctica corriente y se ha elevado a principio. Sin duda, estas diferentes líneas también tienen sus líderes y sus seguidores, que se refugian bajo la bandera de Mao Tsetung. Mao Tsetung “aprueba a medias” a una de ellas y le da un “tiempo para que demuestre su exactitud”. Si el tiempo no la confirma, él se vuelve a la otra línea, dándole también “un tiempo para que demuestre su exactitud”. Y así sucesivamente. En cada cambio de postura Mao pronuncia una “frase”, una “cita”, y el mundo chino gira en torno a ellas, las personas reflexionan y toman un camino: unos toman el del poder, los demás, durante cierto tiempo, el de la “escuela de reeducación”. Lin Piao solitariamente “se suicidó”, porque había conspirado. Los demás son rehabilitados y posteriormente entran en el partido y el Estado para volver a ceder más tarde sus cargos a los demás.
Pero, ¿son correctas estas conclusiones? A partir de los hechos de los que disponemos, es difícil sacar otras conclusiones.
Los camaradas chinos mantienen un gran silencio, sin decir y escribir nada. Uno no observa ningún análisis de los problemas o situaciones que se están realizando, o actividades políticas obvias que puedan conducir a otras conclusiones. Todos los hechos y datos que reunimos con cuidado y que analizamos objetivamente con un espíritu muy amable, no nos permiten llegar a ninguna otra conclusión. Dejemos que el tiempo lo demuestre, tal y como lo hace Mao Tsetung.
Última edición por lolagallego el Sáb Mar 13, 2021 9:59 pm, editado 1 vez