Confirmada la convocatoria del adelanto para celebrar Elecciones en la CCAA de Madrid, cuya cita en las urnas será el 4 de Mayo, la precampaña ha comenzado, pero es difícil que la aspirante a Presidenta, Díaz Ayuso, consiga la mayoría necesaria para formar gobierno en solitario por lo que, en caso de ganar, que no está claro, se verá en la necesidad de entregarse a Vox, como han venido haciendo en otros gobiernos autonómicos y municipales.
Ante la crisis profunda abierta en las Derechas tras el transfuguismo explosivo del Caso Murcia, el PP se encuentra sumido en un grave dilema. Al derrumbarse C’s que era su sostén en su “presunto” flanco más moderado, que ha entrado en descomposición, Pablo Casado y su pandilla se encuentran bastante desorientados en la actual dirección, porque saben que podrían quedar a merced de Vox tras las elecciones que Díaz Ayuso convocó precipitadamente rompiendo con C`s.
Ayuso y sus fieles han lanzado públicamente una Opa Hostil a la militancia de Ciudadanos, para que se integren en el PP, situación que desestabilizará aún más a las derechas durante la campaña electoral, pues algunas encuestas dan como posibilidad que C´s no consiga escaño en el Parlamento madrileño y esa situación alimentaría aún más a ese monstruo de fascismo que su propio partido amamantó en su seno, con prebendas y subvenciones a Abascal y sus partidarios.
Pablo Casado se tendrá que batir en la campaña electoral entre el dilema de desmarcarse de Vox, para captar el voto moderado, o calcar el discurso de Abascal, en un pacto tácito de no agresión entre afines, pues ambas derechas podrían entenderse muy bien de acuerdo con su común trayectoria histórica, ya que ambas fuerzas se han negado siempre y lo siguen negando a condenar al Franquismo y con su orientación fascistas podrían intentar restablecerlo por métodos “pseudodemocráticos”, pues recordemos que la Propia Dictadura se autocalificaba como un modelo de “Democracia Orgánica”, porque la demagogia de las derechas es infinita.
El clásico refrán dice que la “historia se repite, unas veces como tragedia”, como ocurrió en el Golpe Franquista contra la República en 1936, y esperemos que en la actualidad todo queda “como farsa”.
Recordemos la frase del filósofo Santayana que dijo “el pueblo que ignora su historia está condenado a repetirla”, pues remontándonos a los años 30, las derechas se concentraron en la CEDA, con la configuración del bloque de poder entre terratenientes, una burguesía profundamente reaccionaria, que se aliaron con el Clero, parte del Ejército Traidor y el Capital bancario, todos ellos tan reaccionarios que odiaban a la democracia y al pueblo republicano que les había vencido en las urnas, conquistado la república que fue aplastada por ese complot sanguinario que costó cientos de miles de muertos.
Después de aquellos 40 años de represión dictatorial contra el pueblo trabajador, con la eliminación y prohibición de Partidos políticos, Sindicatos y organizaciones sociales, encarcelando e incluso ejecutando a la militancia de las izquierdas, como PCE, PSOE, UGT, CNT y otras muchas organizaciones y familiares, cuando las masas empujaron en los años 70 para restaurar la Democracia y los derechos suprimidos por la Dictadura, aquel pacto del 78 apuntaló una monarquía borbónica que ha resultado como las anteriores, impidiendo la democratización total y restringiendo derechos sociales conquistados por las luchas obreras en la Transición.
En los años 30 la CEDA y sus secuaces se basaban en el caciquismo, el pistolerismo patronal, el somatén, la falange y el fascismo delator para aplastar con una represión contundente los derechos democráticos del movimiento obrero y las nacionalidades históricas, aplastando a toda persona o grupo que defendían Derechos Democráticos, como los de asociación, reunión, libre sindicación, petición, libertad de expresión, manifestación, asociación y Huelga, que quedaron suprimidos y que fueron restablecidos en la C.E. del 78, pero con algunas restricciones y cortapisas que permanecen, conquistas que se están perdiendo por ceder demasiado ante los Poderes Fácticos que insisten en seguir dominando por encima de la Democracia.
Las derechas actuales son herederas de la que gobernó durante la Dictadura con puño de hierro, a la que las izquierdas en la Transición, que se hizo con el chantaje y el miedo del Golpismo, le concedieron un barniz democrático y una aparente careta, intentando homologarla a las demás fuerzas de derechas de Europa, pero todavía no se ha conseguido.
Es un hecho probado que el PP interpreta la realidad con una radicalidad y presión en los acontecimientos de manera brutal, pero también acusa y está sufriendo una escisión en su propias estructuras, pues hay radicales fascistas que empujan hacia posiciones de conjunción con Vox, mientras que otros dirigentes del PP, como el Presidente de Andalucía, el de Galicia y algunos otros, un poco más sensatos, se oponen porque jugárselo todo a una carta podrían hacerles perder en vez de ganar.
Abascal y las escuadras de VOX están ofreciendo una bandera de combate, de lucha violenta, de llamadas al levantamiento, sin miramiento alguno, en ese discurso reaccionario que han declarado siempre, pero que ahora alientan a sus leales a la ofensiva altamente inflamable y peligrosa para combatir a las izquierdas.
Eso indica que en estos momentos de crisis social, económica, política, sanitaria e incluso Medio Ambiental, nos tienen que hacer reflexionar a todas las izquierdas, porque existe una especie de deslegitimación del Gobierno de Coalición, del régimen del 78 por parte de la reacción.
Pero igualmente empieza a crecer una apatía popular contra ese modelo de la Transición hacia ninguna parte, por su lentitud e incapacidad de resolver los problemas sociales, que en vez de disminuir, crecen sin cesar aumentando la brecha entre Ricos y Pobres. Cada vez sigue mostrando sus propias carencias, como haber dejado en el mismo plano para la acción y el discurso políticos de las fuerzas defensoras de la Democracia y las Libertades, junto a los que quieren eliminarlas e implantar un Estado que suprima las CCAA y prohíba los Derechos Civiles, haciendo peligrosamente constantes llamamientos a la apología del fascismo, lo cual no ocurre en ningún país verdaderamente democrático.
Las Direcciones del PSOE y U.P. que Gobiernan en Coalición tienen que dejar atrás sus políticas pusilánimes frente a las derechas del PP y Vox. Precisan actuar con más decisión, audacia y contundencia, para sintonizar con la juventud, la clase trabajadora y los sectores más empobrecidos, llamando a la organización y a la lucha pacífica, pero firme y contundente, para frenar a esos energúmenos violentos de la reacción.
Antes de que “sigan creciendo esos enanos” es preciso construir un Frente de Izquierda Combativo contra las derechas neofascistas, que anime a la clase trabajadora a plantarle cara a los reaccionarios que quieren acabar con la incipiente democracia, que es preciso desarrollar mucho más y no disolverla como pretende la reacción.
Las izquierdas tienen que hacer frente común con los sindicatos de clase, que se apoye en las masivas movilizaciones en defensa de un Programa basado en el Socialismo Científico, con el método de la más amplia Democracia Participativa y Ética (*), batallando con “honradez y firmeza”, como nos enseñó el Abuelo Pablo Iglesias Posse, planteando la nacionalización de la Banca y de las palancas fundamentales de la economía, sobre todo los sectores estratégicos, para garantizar inversiones potentes en Sanidad, Educación y demás servicios esenciales que tienen que ser Públicos.
Es urgente un Plan de Inversiones públicas para llevar a cabo una verdadera política de Vivienda que garantice un techo a las familias que carezcan de ello, prohibiéndose los desahucios y ofreciendo una alternativa ocupacional, expropiando el uso de la propiedad de los grandes especuladores de viviendas en manos de la banca y fondos buitres, a la vez que se garantice una Renta Básica Mínima de verdad, enmendando ese intento de I.M.V. que es insuficiente y que deben ser financiados cargando los impuestos de forma equitativa a los ricos, banqueros y Multinacionales que apenas contribuyen comparativamente con el insoportable peso de las Rentas del Trabajo.
El Gobierno tiene que movilizar a la ciudadanía en una batalla implacable contra la corrupción, con el fin de ofrecer soluciones urgentes al paro, a la miseria y al hambre que está apareciendo de forma creciente en los barrios más empobrecidos, para poder garantizar una vida digna a cada persona, garantizando el prometido Estado de Bienestar.
Por todo ello, debemos prepararnos para derrotar a las derechas en las Urnas y en las Calles, marchando hacia la Unidad, la Organización y la Lucha, que es como encontraremos el camino para derrotar a la burguesía y su colapsado modelo capitalista o nos podrían llevar al caos.
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