Genes, Ambiente y Cultura
Mattia Maccarone - año 2016
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En los genes aparecen escritas nuestras características, lo que nos hace parecidos y a la vez diferentes de nuestros padres, de nuestros abuelos, de nuestros antepasados. Esto nos lleva a los conceptos de genética que hemos aprendido: nuestro patrimonio genético es una combinación de aquello que nos transmiten nuestros padres. Sin embargo, esto no significa que lo que configura a nuestros padres sea un manual de Instrucciones estático, no modificable, una especie de programación absoluta de cuyos cánones no es posible salir y que determina de forma definitiva nuestras características y las características que transmitiremos a nuestros hijos. De hecho, las leyes de la herencia, formuladas por Gregor Mendel en el siglo XIX, constituyen aún hoy la concepción más difundida de la «genética» en su forma más simplificada: las instrucciones que pasan de una generación a la siguiente y que el heredero está obligado a llevar, incluso aunque no quiera. Sin embargo, nuestros genes no responden de un modo binario; incluso si las informaciones que con-tienen parecen esculpidas en la piedra, la forma en que se expresan puede ser muy variable.