Martes13 escribió: granma escribió:Muchas veces el anticomunismo usa el siguiente argumento a modo de descalificación: en la URSS no estaban permitidas las huelgas porque los sindicatos soviéticos dependen del Estado. ¿Había huelgas en la Unión Soviética? ¿estaban prohibidas? Ambas preguntas tienen respuestas negativas.
La huelga es un instrumento de acción contra la patronal, por ello tras la revolución de octubre la huelga perdía su significado como acción contra la patronal, al haber sido esta expropiada, dispersada y suprimida. Las empresas ya no pertenecían a una casta de oligarcas, pertenecían a los trabajadores y eran gestionadas por estos. ¿para que iban a hacer huelga los trabajadores si ellos mismos gestionaban la empresa?
Existe la creencia de que en la URSS las huelgas estaban prohibidas, jamás hubo tal prohibición. Fueron los sindicatos quienes renunciaron a la huelga como herramienta, pues no tenía ya ningún sentido. Esta renuncia a la huelga no fue fruto de una ley o un decreto o cualquier factor externo, fue resultado de la libre decisión de los trabajadores organizados en los sindicatos.
argumentos como estos espantan a cualquiera.
Para empezar las empresas en la U.R.S.S. eran empresas dirigidas por un director general designado por un consejo de ministros que tenían que competir con otras empresas del sector por acaparar los planes de inversiones aprobados por el politburó.
Jaja, no se que tiene que ver esto con empresas autogestionadas por trabajadores, eso tiene mas que ver con anarquistas y cooperativistas.
Tanto rodeo para acabar admitiendo que las huelgas estaban prohibidas, increible.
Este es el tipo de argumentos que suelo ver por aquí, asi no vais a convencer a la gente chicos
Sinceramente, esta explicación que da la web
"culturabolchevique.blogspot.com.es", y que ha reproducido aquí un camarada, yo tampoco la comparto. Y no puedo compartirla porque hablando de un estado proletario
de tipo transitorio, como fue la URSS, en la que no se había alcanzado la fase final del comunismo, según la teoría marxista, habla como si se diera por sentado que ya hubiera sido alcanzado. Efectivamente, con argumentos como este no convenceremos a nadie, ya que, como tu bien nos recuerdas, las empresas en la U.R.S.S. estaban dirigidas por un director general designado por el Consejo de Ministros (Comisarios del Pueblo), nombrados muchas veces de entre los antiguos propietarios y dirigentes de las antiguas empresas capitalistas anteriores a la Revolución. De modo que, el argumento de que las empresas pertenecían a los trabajadores y eran gestionadas por estos, no es del todo acertado.
Sin dudarlo, yo me quedo más con la explicación que da el propio Lenin sobre este tema:
Mientras existen las clases, la lucha de éstas es inevitable. Durante el período de transición del capitalismo al socialismo es inevitable la existencia de las clases; y el programa del PC de Rusia dice, de una manera absolutamente precisa, que sólo estamos dando los primeros pasos en la transición del capitalismo al socialismo. Por eso, tanto el Partido Comunista como el Poder soviético, lo mismo que los sindicatos, deben reconocer abiertamente la existencia de la lucha económica y su inevitabilidad, en tanto que no se termine, aunque sólo sea en lo fundamental, la electrificación de la industria y de la agricultura, en tanto que con ello no se corten todas las raíces de la pequeña economía y del dominio del mercado.
Por otra parte, es evidente que la meta final de la lucha huelguística dentro del capitalismo es la destrucción del aparato del Estado, el derrocamiento del poder del Estado de determinadas clases. Y en un Estado proletario de tipo transitorio, como es el nuestro, el objetivo final de toda actuación de la clase obrera puede ser solamente el fortalecimiento del Estado proletario y del poder del Estado proletario de clase, mediante la lucha contra las deformaciones burocráticas en este Estado, contra sus defectos y yerros, contra los apetitos de clase de los capitalistas que se esfuerzan por desembarazarse del control de este Estado, etc.
Por lo tanto, ni el Partido Comunista, ni el Poder soviético, ni los 679 sindicatos deben olvidar de ningún modo, y no deben ocultarlo a los obreros y a las masas trabajadoras, que el empleo de la lucha huelguística en un Estado con un poder estatal proletario puede explicarse y justificarse exclusivamente por la deformación burocrática del Estado proletario y por toda clase de reminiscencias del pasado capitalista en sus instituciones, de un lado, y la falta de desarrollo político y el atraso cultural de las masas trabajadoras, de otro lado.
Por eso, en orden a los rozamientos y conflictos entre grupos aislados de la clase obrera y empresas u organismos aislados del Estado obrero, la tarea de los sindicatos estriba en contribuir al arreglo más rápido y menos penoso de los conflictos, con el máximo de ventajas para los grupos obreros que estos sindicatos representan, en la medida que dichas ventajas pueden ser aprovechadas sin perjuicio para otros grupos y sin daño para el desarrollo del Estado obrero y su economía, ya que sólo este desarrollo puede crear las bases para el bienestar material y espiritual de la clase obrera.
El único método acertado, sano y conveniente de liquidar los rozamientos y conflictos entre grupos aislados de la clase obrera y los organismos del Estado obrero es la participación de los sindicatos como intermediarios, los cuales, representados por sus organismos correspondientes, entran en negociaciones con los respectivos organismos económicos interesados en la cuestión, a base de reivindicaciones y proposiciones exactamente formuladas por ambas partes, o bien apelan a instancias superiores del Estado.
En caso en que las acciones desacertadas de los organismos económicos, el atraso de determinados grupos obreros, la obra provocadora de elementos contrarrevolucionarios o, por último, la falta de previsión de las mismas organizaciones sindicales conduzcan a conflictos declarados en forma de huelgas en las empresas del Estado, etc., la tarea de los sindicatos es contribuir a que los conflictos sean liquidados del modo más rápido, tomando medidas derivadas del carácter de la labor sindical: adopción de medidas para liquidar las verdaderas injusticias y las anormalidades y para satisfacer las demandas justas y realizables de las masas, influencia política sobre estas últimas, etc.
Uno de los criterios más importantes e infalibles de la justedad y del éxito del trabajo de los sindicatos es el tener en cuenta en qué grado de eficacia evitan los conflictos de masas en las empresas del Estado mediante una política previsora, encaminada a la verdadera y completa salvaguardia de los intereses de la masa obrera y a la eliminación oportuna de las causas de los conflictos.
Lenin, Acerca del papel y de las tareas de los sindicatos en las condiciones de la Nueva Política Económica
¿A que estos argumentos, los compartas o no los compartas, te espantan bastante menos que los que utilizan en la web culturabolchevique.blogspot.com?. Son bastante más realistas y sinceros... y sobretodo, son propios de alguien que sabe que está dirigiéndose a personas ya adultas, y no a niños que se chupan el dedo
Un saludo