Foro Comunista

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    La utopía de la democracia.

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    La utopía  de la democracia. Empty La utopía de la democracia.

    Mensaje por Ereshkigal Miér Dic 01, 2010 10:15 pm

    saludos, camaradas.

    Hace tiempo escribí lo que pensaba de la democracia y publiqué el texto en otra página de internet donde se suelen perder mis palabras escritas. Hoy, pensando en este foro, me pregunté si podría poner este escrito aqui porque me interesa saber lo que pensais sobre el tema. No es gran cosa, escribir sobre política no es lo mío.


    Mi mundo y yo nunca nos hemos llevado bien; intento creerme las grandes mentiras pero no puedo. No me creo el cuento chino de la demokratía (la palabra es más bonita y plena de significado en griego).
    ¿Pero a caso no se cosecha lo que se siembra? Perdonadme, ya estoy yo con mis paranoias…

    ¿Qué era la democracia ateniense? De forma muy resumida y simplificada se podría decir que la estructura social ateniense se hallaba fraccionada en tres grupos fundamentales, los ciudadanos, los metecos y los esclavos.

    Los ciudadanos atenienses eran los hombres libres, hijos de padre y madre atenienses que habían cumplido los diecisiete años. El joven ciudadano era empadronado luego de una detallada investigación sobre su origen, y en caso de notarse falsedad en los datos se le confiscaban los bienes y perdía la libertad.

    Los metecos eran aquellos habitantes del Ática que no tenían derecho a la ciudadanía, en su mayor parte eran extranjeros domiciliados que se dedicaban al comercio y a la artesanía, actividades que no se encontraban bien vistas.

    En Atenas la democracia era directa, es decir, el pueblo participaba directamente en los decretos políticos por medio de la aclamación popular, lo cual era posible porque las polis griegas eran pequeñas y tenían pocos habitantes. Por supuesto, se acataba la voluntad de la mayoría (varones mayores de diecisiete años) La votación se solía hacer a mano alzada (cheirotonia era como una eleccion a “brazo levantado”) y los funcionarios decidían el resultado a simple vista sin complicarse demasiado.

    Los atenienses demostraron que la democracia podía ser puesta en práctica: elegían los cargos públicos mediante un sorteo y se sabe que algunos filósofos y líderes pensaban que no era la forma más adecuada de gobierno. Los hombres libres se reunían en la Ekklesia o asamblea popular, donde discutían toda clase de temas que iban desde los bélicos a los comerciales.

    La ekklesia (por cierto, nuestra palabra de Iglesia viene de este término) tenía cuatro funciones principales: llevaba a cabo las órdenes ejecutivas (decretos, tales como decisión ir a la guerra o la concesión de ciudadanía a un extranjero) elegía a algunos funcionarios, legislaba y juzgaba delitos y crímenes políticos.
    La boulé se hallaba supeditada a la Ekklesia, y su función consistía en supervisar las actividades de otros magistrados que ejecutaban las funciones administrativas de Atenas.
    Para Aristóteles y para Platón la democracia no era el mejor sistema de gobierno posible. Algunos expertos dicen que Aristóteles quedó decepcionado del sistema democrático ateniense porque en su época ya se hallaba muy corrupto y el propio Platón opinaba en la República que la democracia era la antesala de la anarquía.
    Para Pericles, la eleutheria no tenía porque hallarse reñida con la demokratía
    ¿Y la democracia actual?

    La democracia actual es una forma de gobierno e ideológica decadente, las grandes promesas y esperanzas que había puestas en ella no se cumplieron a medida que este sistema político se afianzaba. Al igual que ocurría en Atenas, donde muchas veces los elegidos para los cargos eran los mejores oradores, hoy en día no siempre se elige a los mejores para los cargos que ocupan. La posibilidad de un político se ser electo o no se halla relacionado muchas veces con la cantidad de presupuesto económico que dispone para la campaña electoral. A mí me comentó en cierta ocasión un miembro de un partido minoritario de nuestro país: “Somos conscientes de que nunca podremos ganar unas elecciones porque no podemos invertir las mismas cantidades de dinero en las campañas y si no pones carteles, si no haces mítines, si no estás en todas partes no ganas”

    La tiranía de la mayoría consiste en que un gobierno democrático, reflejando el punto de vista de la mayoría, puede tomar acciones que opriman a una minoría concreta, generalmente los colectivos más desfavorecidos por cuestiones de raza o de nivel económico-social.

    Los ideales en los que se basa la democracia son los siguientes:

    *La mayoría gobierna con respecto de las minorías:
    En las democracias modernas es importante buscar consensos que concilien los intereses de las mayorías y de las minorías para así dar un paso a la política que apuesta al camino del diálogo para el logro del bienestar general. Ahora bien, ¿nos lo creemos?

    *Pluripartidismo político y pluralismo ideológico:
    Todas las corrientes ideológicas y partidistas cuentan con un espacio de participación en la actividad política y a la vez pueden gobernar a través de los medios que la sociedad democrática les da (elecciones periódicas). De esta manera se asegura la competencia abierta y la alternativa en el ejercicio del poder. ¿Cuánto dinero tiene tu partido político para invertir en la campaña política?

    *Elecciones periódicas, libres e informadas:
    Los ciudadanos eligen sus mandatarios por medio el sufragio universal, ejercen el derecho manifestar su opinión por medio de sus representantes, y a través de las elecciones aprueban o rechazan la gestión de éstos.

    *Uso de métodos pacíficos en la solución de los conflictos:
    El uso de la violencia en cualquiera de sus manifestaciones no es compatible ni aceptable en la democracia. ¿ Nos lo creemos?

    *Alto grado de participación ciudadana:
    La participación de la toma de decisiones que afecta a la sociedad política en su conjunto es un deber y un derecho de todos los ciudadanos.

    *Existencia de un estado de derecho:
    Se refiere a la plena vigencia de una constitución que regule y ordene el funcionamiento de los poderes del estado, delimite las atribuciones de cada. Uno de ellos y asegure el cumplimiento de la ley y los derechos de todos.

    Cada día somos testigos de injusticias por parte de los Estados democráticos. Se ha llegado un punto donde la política en lugar de buscar el mejor beneficio para todos busca el suyo propio porque no se puede basar en las grandes teorías económicas. ¿Cómo es posible que las democracias liberales sean incapaces de resolver el consabido tema de la crisis? Entiendo que cada tiempo se producen crisis, cambios, porque son necesarios e inevitables.

    Vivimos en la llamada era del Bienestar o de la Globalización. Los dos términos me parecen absurdos y alejados de los ideales democráticos porque que yo sepa, nadie habla de globalizar la educación y la sanidad sino de las grandes multinacionales. Resulta que la mayoría de los gobiernos se hallan a merced de estas empresas debido a la importancia capital de la economía.

    A finales de la década de ochenta el término sociedad del bienestar se empleaba para definir a las sociedades de los Estados donde gobernaba la democracia liberal que ofrecían (y ofrece) un desarrollo de la economía de mercado y un conjunto de prestaciones sociales dentro de un régimen de libertades.

    La sociedad del bienestar se basa en el principio de igualdad y pretende conseguir un incremento de la calidad de vida de todos los ciudadanos. La diferencia con otros modelos liberales está en que éstos parten de la idea de que la intervención es una amenaza contra la libertad y de que el gasto público en servicios sociales es un despilfarro económico.

    Para mantener la sociedad del bienestar debe existir cierto grado de prosperidad económica, lo que se traduce en una situación de prerrogativas para los llamados países de primer mundo mientras que los del llamado tercer mundo cada vez están más desfavorecidos. La sociedad del Bienestar ha llevado a que unos pocos se repartan los pedazos grandes de la tarta mientras que otros se quedan con las migajas, si es que tienen un poco de suerte y llegan a ellas.
    Los políticos venden como una gran conquista este gran sistema, este modo de vida en que los ciudadanos disfrutan de libertades y de derechos sin par, pero, ¿a costa de qué? ¿Somos conscientes de la cantidad de personas que cada día son explotadas en África para que nosotros disfrutemos de la última tecnología? ¿De qué fuera de nuestra cómoda vida y de nuestras crisis económicas hay otro mundo donde no se disfruta de esos privilegios? ¿De qué para mantener esta calidad de vida otros tienen que sufrir? ¿Puede aceptarse que nuestra maravillosa riqueza, nuestro altísimo nivel de vida se base en la explotación de los países pobres o de un continente como en el caso de África?
    Pero la Sociedad del Bienestar mantiene las distancias, hay ONG`S y otros organismos que ayudan a esos desfavorecidos y, desde luego, nadie tiene la culpa de haber nacido en un país rico, como nadie la tiene de nacer en una familia de multimillonarios.

    Confieso que soy de esas personas que disfrutan hablando (y a veces hasta discutiendo de temas políticos) y porque me parece que de todos los sistemas políticos es el que mejor se puede seguir su trayectoria desde la Grecia Clásica hasta la época actual. Nuestro mundo está regido por la política y el dinero, como ha sucedido siempre, porque al final es el poder el que hace girar este orbe. Que el poder es sumamente tentador lo demuestra la cantidad de políticos corruptos que hay en los diferentes países democráticos del mundo: pocos son los que no quieren llevarse un buen pedazo del pastel y los que fomentan los ideales democráticos se cuentan por menos todavía. No hay más que ver las campañas electorales que se suceden cada cierto tiempo: se han convertido en lo que se decía antes una merienda de negros pero yo en ellas no encuentro nada de democrático.

    Para mí la democracia es, al mismo tiempo, fascinante y decepcionante aunque pueda parecer un poco contradictorio. Fascinante por los valores que trasmite y fomenta; decepcionante por no saber hacer lo anterior. Creo que durante una época no muy lejana se vendió la democracia como la panacea para todos los males políticos, sociales y económicos… está claro que es mejor vivir en una sociedad democrática que no en una monarquía absolutista o bajo un régimen comunista, ¿verdad? En la democracia, los ciudadanos son libres. Pero yo el cuento hace tiempo que he dejado de creérmelo, supongo que como millones de personas me siento estafada por un sistema que promete pero que no da o que lo hace a cuentagotas.

    Ningún sistema político es perfecto porque nada de lo creado por los humanos lo es, la perfección sólo puede existir en la naturaleza y en el universo. Yo no entiendo qué clase de sociedad ha producido la democracia, no entiendo a la llamada sociedad del Bienestar cuyo nombre ya de por si me parece absurdo, ¿Bienestar? ¿La sociedad que abandona a los ancianos en las gasolineras cuando llegan las vacaciones de verano? ¿La que ha perdido el norte y ya no sabe cómo educar a sus niños? ¿La que sigue siendo xenófoba? ¿La que fomenta la educación y la cultura como los pilares básicos, esa que prima la comprensión lectora y la crítica constructiva por encima de las calificaciones y títulos académicos? Luego voy yo y me sorprendo porque abandonen a los perros por quince días o un mes de vacaciones. Aquí, lo que no tiene un valor inmediato se tira, se arroja a la basura… la mayoría nos conformamos con una existencia mediocre y nos dejamos convencer de que nuestra vida es la mejor. Vivimos libremente en democracia, pero con un poco de suerte podremos vivir en un piso que pertenecerá al banco durante cuarenta años y las grandes empresas intenten convencernos con esa sutileza tan grande que poseen que libros leer, que música escuchar y que películas u obras de teatro ver. Y eso sí, si te sales de la norma eres un bicho raro.

    En la democracia la mayoría tiene razón y la minoría se tiene que resignar. Parece justo que sea así porque si diez personas ven un objeto y dicen que es una pelota, por poner un ejemplo, probablemente lo sea. ¿Pero qué sucede cuando esas personas están equivocadas? Como leí hace mucho tiempo en alguna parte: “Aunque ellos sean cien y yo sólo uno no significa que ellos tengan razón y yo esté equivocado”

    Por lo demás la democracia directa ateniense me parece increíblemente atractiva como sistema político. Mucho más que la representativa que tenemos hoy día. Eso es porque a mí me gustan las comunidades pequeñas como eran las ciudades griegas de la época clásica, creo que las grandes urbes y megalópolis están completamente deshumanizadas y que en ellas ya no hay democracia ni nada que se le parezca remotamente. La esencia de la democracia se halla en el voto directo, en la toma de decisiones políticas mediante la aclamación popular… en el ágora, el corazón de la polis griega; no esto que tenemos ahora. La verdad es que me siento casi como debía sentirse un hereje en la época en que la Inquisición tenía tanto trabajo escribiendo esto: la democracia es un buen sistema político pero no tiene porque ser el mejor y puede haber otros que sean tan buenos y válidos como éste. Quiero decir que la democracia por si sola es completamente inútil, que las grandes ideas si no se llevan a la práctica se quedan en agua de borrajas.

    Desde la demokratía ateniense hasta la que tenemos hoy día este modelo político ha tenido una larga trayectoria; la conquista de la democracia parecía la conquista de la libertad para los que creyeron en ella y los que creen actualmente (de nuevo me muestro descreída en este punto porque yo creo lo contrario, que la libertad no existe)

    Creo que la verdadera democracia es una utopía que nunca alcanzaremos, en el fondo encuentro tan utópica una sociedad verdaderamente democrática como una anarquista. ¿Somos libres e iguales? Desde la infancia nos venden la creencia de que vivimos en una sociedad libre, en la que todos somos iguales y tenemos nuestros derechos. Todas las grandes ideas quedan estupendamente en el papel, el problema reside en llevarlas a la práctica porque las diferencias existen. Una persona que vive en un barrio residencial y otra en un barrio más humilde de la misma urbe, no tienen las mismas oportunidades ante la vida. Si dos niños de la misma edad, con las mismas aptitudes y capacidades para el estudio nacen en diferentes clases sociales (o extractos, que hoy en día parece que no se puede decir clases porque te acusan de racista, igual que no puedes llamar a nadie cojo ni ciego sin que te vengan a censurar los de la secta de la integración- ¿Y digo, yo que tendrá que ver la integración con los eufemismos en el lenguaje? Me recuerda a un libro que leí hace muchos años en que la protagonista quería entrar en un establecimiento y ponía “Prohibida la entrada a las mujeres con chal” y ella sin saber que así era como se llamaba a las prostitutas. Oh, bueno siempre me pasa lo mismo cuando escribo, las palabras forman un laberinto en mi mente… Lo que pretendía decir es que hace mucho tiempo que dejé de creer en el discursito que nos venden los políticos sobre la libertad, porque la verdadera libertad no existe ya que siempre estamos predeterminados… ¿No dicen que en nuestros genes llevamos inscritos las enfermedades que vamos padecer y los años que vamos a vivir ( si no morimos antes por causas no naturales). Está claro que la libertad es una utopía porque los humanos siempre estamos sometidos a las leyes sean estas naturales o jurídicas.

    Cuando alguien me pregunta sobre mi ideología política yo suelo responder que soy una anarquista de espíritu y una republicana en la práctica. La mayoría, tras unos segundos casi siempre me dice un sorprendido: “¡entonces eres comunista! Nadie lo diría al verte”. Ya se sabe que las apariencias engañan. Creo que la anarquía debería de ser el ideal de nuestra especie, porque al fin y al cabo todas las leyes, códigos y sistemas de gobiernos son y serán siempre imperfectos. Sé que soy de izquierdas pero nunca he pensado en mí como comunistas, si lo soy para mí es un cumplido.

    Yo creo que nos ha tocado vivir en la época de las grandes mentiras y, lo que es peor, nos las creemos porque los sistemas políticos pueden cambiar pero las personas en el fondo seguimos siendo las mismas: la política es un juego de poder que se lleva jugando desde que alguien, tal vez en la prehistoria, tuvo cierto poder sobre el resto de los miembros de su comunidad; tal vez fuera un chamán con poder sobre el mundo de los espíritus o un cazador con lengua de plata… quizá porque en el Gran Teatro ( como decía Calderón) el papel a interpretar siempre es el mismo, sólo cambian los decorados y los nombres de los personajes.

    Parece que hoy hemos alcanzado una democracia casi ideal. No deja de resultar curioso como en los últimos tiempos nos permitimos abandonar ciertas libertades en nombre de la seguridad que a mí me parece que es la nueva palabra clave. Seguridad, por ella nos dejamos grabar por circuitos de cámaras que coartan nuestra intimidad y nos alegramos cuando en nuestra calle la seguridad está representada por las fuerzas del orden. Las cosas, decimos, ya no son como antes. “Antes”, la maravillosa Edad de Oro que todos recordamos…

    Sin duda, hoy como ayer, los que ostentan el poder se alimentan de nuestros sueños y de nuestros miedos porque la política no es más que el arte de mentir bien. Lo confieso, me encanta seguir las campañas políticas de los diferentes estados democráticos del mundo y analizar las barajas de promesas electorales de los diferentes partidos. Y la gente, bueno la gente no es que tenga un espíritu muy democrático, claro que aceptamos al partido que gobierna en cada legislatura ( ¿ se dice así?) pero siempre pensamos, si hemos votado al de la oposición o a uno minoritario que el nuestro lo habría hecho mejor.

    La democracia no es la panacea universal, no porque la mayoría de los gobiernos democráticos se dejan tentar demasiado por el dinero y el poder; detrás de los partidos políticos y de sus carismáticos lideres se hallan las grandes empresas: desde las grandes farmacéuticas hasta la gran industria armamentística pasando por otras de las que seguramente no oiré hablar en toda mi vida. Esos son los que realmente dominan el mundo, los que deciden que todo un país se muera de hambre, si hay que bombardear Afganistán, los que miran para otro lado ante el problema kurdo y los que dicen palabras llenas de compasión pero huecas ante las masacres, hambrunas, enfermedades. Y así se podrían enumerar cien ejemplos.

    Si esto es la democracia, yo tengo mis serias dudas de que funcione porque mientras no haya verdadera igualdad social no puede existir una verdadera democracia. Está claro que la democracia tiene que ser representativa porque no hay otra vía; la democracia ateniense sólo fue viable (dicen los historiadores) mientras los griegos no se expandieron y vivían en sus pequeñas polis. Pero no todos tenemos las mismas oportunidades ni la misma igualdad de condiciones.
    No sé, nuestra democracia se halla, en apariencia, muy lejana de la primera democracia de la polis ateniense y, por regla general, tendemos a pensar que la nuestra es la mejor; al fin y al cabo nosotros no vivimos en una sociedad esclavista… en teoría, porque en la práctica esclavos siempre los hubo y siempre los habrá, incluso en los países democráticos de occidente. Quizá cuando algo se aleja tanto del modelo original pierde calidad, se difumina y se desenfoca.


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    La utopía  de la democracia. Empty Re: La utopía de la democracia.

    Mensaje por Dimitri Kalashnikov Jue Dic 02, 2010 12:53 am

    La democracia absoluta no existe.

    Mientras exista Estado alguno existiran dictaduras , el Estado es una herrmienta de una clase para dominar a otras.

    La democracia no se establece en unas eleciones , aunque sea parte de una democracia sino que las democracais solo existen dentro de las clases sociales , las relaciones entre las clases sociales no pueden ser de consensos por su propio caracter antagonicos de clases donde cada clase tiene unos intereses opuestos a otra.

    Por eso los comunistas decimos que es necesario una dictadura del proletariado , ya que esta no es una democracia para todo el mundo , solo es una democracia para la clase obrera.

    La úncia democracia que pueda ser es cuando la sociedad sin clases exista ya que al no haber clases no habría necesidad de un Estado para oprimir a la clase antagonica.

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