Me da mucha tristeza y pena ver como algunas personas siempre buscan atacar a la iglesia, es innegable los atroces y criminales crímenes que en el trascurso de la historia de la iglesia se han cometido, por ello, por nuestra culpa, por nuestra gran culpa muchos decepcionados, enfurecidos, y con justa razon, han atacado a la iglesia.
Pareciera ser que desde que constantino volvió la regilion cristiana la oficial, el cristianismo primitivo se corrompió, con la fama, la riqueza y el poder. Me duele mucho, y tengo muchos sentimiento encontrados, cuando veo los crimenes que ha cometido mi iglesia, madre y maestra de los catolicos. En ningun momento tratare ni trato de minimizarlos o atribuirselos a otros factores, pero es un error injusto e ilogico pensar que todo el pueblo catolico ha apoyado y contribuido a realizar estos actos infames.
Ustedes, comprendo su desprecio por la iglesia, desde el factor racional (materialismo dialectico), pasando por el moral (las palabras convencen, el ejemplo arrasa, como la iglesia predica una moral tan rígida para algunos, si miembros de esa iglesia hacen cosas muchísimas peores) , hasta el historico (el apoyo a franco durante la guerra civil, el apoya al maldito de franco ese miserable fascista).
Pero comprenderán que las leyes del materialismo dialéctico son aplicables al mundo material, las cosas existen independientemente de que las conozcamos, cuantos planetas existen en el universo de los cuales no sabemos nada de ellos, pero a pesar de ello existe, igualmente es con Dios, no es que sea fanatizo, pero que solamente existe el mundo material no es una verdad absoluta, por minúscula y pequeña que sea, existe una probalidad que haya algo mas alla de lo físico. Alguen dira que es cuestion de tiempo para que la ciencia llegue a un nivel de desarrollo para comprobar que la idea de dios es imposible. Pero aqui en la tierra existen señales y signos de dios, en todas partes del mundo, en nuestras vidas. Otro dirá que son autoengañoz masivos. Pero no camaradas lo sobrenatural esta avalado por la ciencia, vease la imagen de la virgen de guadalupe en la tilma de juan diego, el milagro eucaristico de lanciano, la sabana santa etc.
Les deseo a todos una ciencia tan grande que confirme su fe. Y una fe tan grande que los lleve a estudiar los misterios que Dios ha dejado en la naturaleza.
Fe y ciencia son dos vías paralelas que nunca se oponen, sino que se apoyan y acompañan, cuando ambas son verdaderas, pues nos llevan al mismo autor y creador de la ciencia y de la fe, que es Dios.
La verdad quedan mucho mas que decir, pero no tengo tanto tiempo, pero quiere decirles a todos, en especial a kosolapov, si algun catolico en especial, les ha mentido, engañado, o hecho daño les pido perdón, ya que el pueblo catolico somos uno uno solo (catolico = universal) y tenemos que ser responsables de los actos de todos nuestros miembros. Disculpenos si no hemos sido consecuentes con lo que predicamos, lamentamos de todo corazon nuestros errores, estmos dispuestos a enmendarlos, pero Dios tanto amo al hombre que envio a su unico hijo para la salvacion del mundo. Jesus en la cruz con su sangre y su amor por nosotros nos libro del mal y de la muerte. Es cuestion de seguirlo a el....
Alguien dira que no son hechos aislados, si no que es toda la iglesia la que es asi, pues yo les dijo camaradas que no es asi, asi como hemos tenido motivos para avergonzarnos y ser despreciados, tambien tenemos luces y cosas de que ser orgullos, los santos, las obras de caridad, la defensa de la familia base de la sociedad, etc.
Me gustaria quedarme aqui mas tiempo, pero mi tiempo es limitado. Estoy pensando seriamente quedarme un dia fin de semana todo el dia dialogando aqui con ustedes...
Les dejo las frases de monseñor romero, de el salvador, pero es santo y martir de toda america latina, el fue asesinado por la extrema derecha cuando consagraba las hostias en la santa misa. Fue defensor de los campesinos, de los pobres y de la clase trabajadora y desposeida. Les dejo unas cuantas frases. Pero antes unas fotos de el.
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[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo][Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Ahora unas frases que aun resuenan en nuestro corazon y en nuestra memoria.
La Iglesia no puede callar ante esas injusticias del orden económico, del orden político,
del orden social. Si callara, la Iglesia sería cómplice con el que se margina y duerme un
conformismo enfermizo, pecaminoso, o con el que se aprovecha de ese adormecimiento del
pueblo para abusar y acaparar económicamente, políticamente, y marginar una inmensa
mayoría del pueblo. Esta es la voz de la Iglesia, hermanos. Y mientras no se le deje libertad
de clamar estas verdades de su Evangelio, hay persecución. Y se trata de cosas sustanciales,
no de cosas de poca importancia. Es cuestión de vida o muerte para el reino de Dios en esta
tierra (Homilía 24 de julio de 1977, I-II p. 142). [21]
Iglesia pobre
Ahora la Iglesia no se apoya en ningún poder, en ningún dinero. Hoy la Iglesia es pobre.
Hoy la Iglesia sabe que los poderosos la rechazan, pero que la aman los que sienten en Dios
su confianza... Esta es la Iglesia que yo quiero. Una Iglesia que no cuente con los
privilegios y las valías de las cosas de la tierra. Una Iglesia cada vez más desligada de las
cosas terrenas, humanas, para poderlas juzgar con mayor libertad desde su perspectiva del
Evangelio, desde su pobreza (Homilía 28 de agosto de 1977, I-II p. 200). [32]
Idolatría de la riqueza
¿Qué otra cosa es la riqueza cuando no se piensa en Dios? Un ídolo de oro, un becerro
de oro. Y lo están adorando, se postran ante él, le ofrecen sacrificios. ¡Qué sacrificios
enormes se hacen ante la idolatría del dinero! No sólo sacrificios, sino iniquidades. Se paga
para matar. Se paga el pecado. Y se vende. Todo se comercializa. Todo es lícito ante el
dinero (Homilía 11 de septiembre de 1977, I-II p. 214). [33]
Consecuencias del pecado
Las masas de miseria, dijeron los obispos en Medellín, son un pecado, una injusticia que
clama al cielo. La marginación, el hambre, el analfabetismo, la desnutrición y tantas otras
cosas miserables que se entran por todos los poros de nuestro ser, son consecuencias del
pecado. Del pecado de aquéllos que lo acumulan todo y no tienen para los demás. Y
también del pecado de los que, no teniendo nada, no luchan por su promoción; son
conformistas, haraganes, no luchan por promoverse. Pero muchas veces no luchan, no por
su culpa; es que hay una serie de condicionamientos, de estructuras, que no los dejan
progresar. Es un conjunto, pues, de pecado mutuo (Homilía 9 de octubre de 1977, I-II p.
266). [41]
Amor a Dios al prójimo
Estas desigualdades injustas, estas masas de miseria que claman al cielo, son un
antisigno de nuestro cristianismo. Están diciendo ante Dios que creemos más en las cosas
de la tierra que en la alianza de amor que hemos firmado con Él, y que por alianza con Dios
todos los hombres debemos sentirnos hermanos... El hombre es tanto más hijo de Dios
cuanto más hermano se hace de los hombres, y es menos hijo de Dios cuanto menos
hermano se siente del prójimo (Homilía 18 de septiembre de 1977, I-II p. 225). [36]
Liberación
La palabra que a muchos molesta, la liberación, es una realidad de la redención de
Cristo. La liberación quiere decir la redención de los hombres, no sólo después de la muerte
para decirles «confórmense mientras viven». No. Liberación quiere decir que no exista en
el mundo la explotación del hombre por el hombre. Liberación quiere decir redención que
quiere libertar al hombre de tantas esclavitudes. Esclavitud es el analfabetismo. Esclavitud
es el hambre, por no tener con qué comprar comida. Esclavitud es la carencia de techo, no
tener donde vivir. Esclavitud
Instrumento del poder
Un Evangelio que no tiene en cuenta los derechos de los hombres, un cristianismo que
no construye la historia de la tierra, no es la auténtica doctrina de Cristo, sino simplemente
instrumento del poder. Lamentamos que en algún tiempo nuestra Iglesia también haya
caído en ese pecado; pero queremos revisar la actitud y, de acuerdo con esa espiritualidad
auténticamente evangélica, no queremos ser juguete de los poderes de la tierra, sino que
queremos ser la Iglesia que lleva el evangelio auténtico, valiente, de nuestro Señor
Jesucristo, aun cuando fuera necesario morir como Él, en una cruz (Homilía 27 de
noviembre de 1977, III p. 6). [62
María símbolo del pueblo que sufre opresión
María, hermanos, es el símbolo del pueblo que sufre opresión, injusticia, porque es el
dolor sereno que espera la hora de la resurrección, es el dolor cristiano, el de la Iglesia que
no está de acuerdo con las injusticias actuales, pero sin resentimientos, esperando la hora en
que el Resucitado volverá para darnos la redención que esperamos(Homilía 1 de diciembre
de 1977, III, p. 17). [64]
Religión de misa dominical pero de semanas injustas
Buenas obras, corazones cristianos, verdadera justicia, caridad, eso es lo que busca Dios
en la religión. Una religión de misa dominical pero de semanas injustas, no agrada al Señor.
Una religión de mucho rezo pero con hipocresía en el corazón, no es cristiana. Una Iglesia
que se instalara sólo para estar bien, para tener mucho dinero, mucha comodidad, pero que
olvidara el reclamo de las injusticias, no sería la verdadera Iglesia de nuestro divino
Redentor (Homilía 4 de diciembre de 1977, III pp. 25-26). [68
Ya me duele mucho el alma
Ya me duele mucho el alma de saber cómo se tortura a nuestra gente, de saber cómo se
atropellan los derechos de la imagen de Dios. No debía de haber eso. Es que el hombre sin
Dios es una fiera. El hombre sin Dios es un desierto. Su corazón no tiene flores de amor, su
corazón no es más que el perverso perseguidor de los hermanos (Homilía 5 de diciembre de
1977, III p. 30). [69]
De Dios nadie se ríe. Su ley imperará para siempre. Y este Dios, que es amor para
nosotros, se convierte en justicia cuando no se ha sabido captar la invitación del amor...
Dios espera, pero cuando ya la paciencia de Dios termina en el amor, comienza su justicia.
Hermanos, no es volver a la Edad Media al hablar del infierno. Es poner frente a los ojos la
justicia de Dios, de la cual nadie se ríe. Organicemos a tiempo nuestra patria. Organicemos
los bienes que Dios nos ha dado para la felicidad de todos los salvadoreños. Hagamos de
esta república una bella antesala del paraíso del Señor, y tendremos la dicha de ser
recibidos como el pobre Lázaro (Homilía 25 de septiembre de 1977, I-II pp. 242-243). [39
Los hombres no comprenden su dignidad y no se promueven. Y viven un conformismo
que verdaderamente es opio del pueblo. Esto hay mucho, hermanos. Los ricos que no
piensen que ellos sólo son los culpables del pecado social. También los perezosos, también
los marginados que no luchan por conocer su dignidad y trabajar por ser mejor. Todo aquél
que se adormece y está tranquilo, como que otros le realicen su propio destino, está
pecando también (Homilía 24 de julio de 1977, I-II p. 141). [20]
Dios quiere salvarnos como pueblo
Quiere Dios salvarnos en pueblo. No quiere una salvación aislada. De ahí que la Iglesia
de hoy, más que nunca, está acentuando el sentido de pueblo. Y por eso la Iglesia sufre
conflictos. Porque la Iglesia no quiere masa, quiere pueblo. Masa es el montón de gente
cuanto más adormecidos, mejor; cuanto más conformistas, mejor. La Iglesia quiere
despertar a los hombres el sentido de pueblo. ¿Qué es pueblo? Pueblo es una comunidad de
hombres donde todos conspiran al bien común (I Homilía 5 de enero de 1978, III pp. 151-
152). [74]
En la parábola del buen samaritano tenemos la condenación de todo aquél que piensa
honrar a Dios y se olvida del prójimo: ni el sacerdote, ni el levita, ni ningún hombre que por
ir a Misa, por ir a adorar a Dios, por estar pensando en Dios se olvida de las necesidades del
prójimo (Homilía 10 de julio de 1977, I-II p. 127). [16]
Yo creo que hemos mutilado mucho el evangelio. Hemos tratado de vivir un Evangelio
muy cómodo, sin entregar nuestra vida, solamente de Piedad, únicamente un evangelio que
nos contentaba a nosotros mismos (Homilía 19 de junio de 1977, I-II p. 99). [12]
No hay crimen que se quede sin castigo. El que a espada hiere, a espada muere, ha dicho
la biblia. Todos estos atropellos del poder de la patria no se pueden quedar impunes
(Homilía 7 de agosto de 1977, I-II p. 164).
Dios no camina por allí, sobre charcos de sangre y de torturas. Dios camina sobre
caminos limpios de esperanza y de amor (Homilía 7 de agosto de 1977, I-II p. 165).
Seremos firmes, sí, en defender nuestros derechos, pero con un gran amor en el corazón.
Porque el defender así, con amor, estamos buscando también la conversión de los
pecadores. Esa es la venganza del cristiano (Homilía 19 de junio de 1977, I-II p. 101). [14]
Si uno vive un cristianismo que es muy bueno, pero que no encaja con nuestro tiempo,
que no denuncia las injusticias, que no proclama el reino de Dios con valentía, que no
rechaza el pecado de los hombres, que consiente, por estar bien con ciertas clases, los
pecados de esas clases, no está cumpliendo su deber, está pecando, está traicionando su
misión. La Iglesia está puesta para convertir a los hombres, no para decirles que está bien
todo lo que hacen; y por eso, naturalmente, cae mal. Todo aquél que nos corrige, nos cae
mal. Yo sé que he caído mal a mucha gente, pero sé que he caído muy bien a todos aquéllos
que buscan sinceramente la conversión de la Iglesia (Homilía 21 de agosto de 1977, I-II p.
190). [29]
Vivimos muy afuera de nosotros mismos. Son pocos los hombres que de veras entran
dentro de sí, y por eso hay tantos problemas... En el corazón de cada hombre hay como una
pequeña celda íntima, donde Dios baja a platicar a solas con el hombre. Y es allí donde el
hombre decide su propio destino, su propio papel en el mundo. Si cada hombre de los que
estamos tan emproblemados, en este momento entráramos en esta pequeña celda y, desde
allí, escucháramos la voz del Señor, que nos habla en nuestra propia conciencia, cuánto
podríamos hacer cada uno de nosotros por mejorar el ambiente, la sociedad, la familia en
que vivimos (Homilía 10 de julio de 1977, 111 pp. 122-123). [15]
Queremos ser la voz de los que no tienen voz para gritar contra tanto atropello contra los
derechos humanos. Que se haga justicia, que no se queden tantos crímenes manchando a la
patria, al ejército. Que se reconozca quiénes son los criminales y que se dé justa
indemnización a las familias que quedan desamparadas (Homilía 28 de agosto de 1977, I-II
p. 192). [30]
Los mártires catequistas
Yo quiero recordar aquí a nuestros queridos hermanos catequistas. Sería imposible
enumerarlos; pero recordemos por ejemplo a Filomena Puertas, a Miguel Martínez, a tantos
otros, queridos hermanos, que han trabajado, que han muerto, y que en la hora de su dolor,
de su agonía dolorosa, mientras los despellejaban, mientras los torturaban y daban su vida,
mientras eran ametrallados, subieron al cielo. ¡Y están allá victoriosos! ¿Quién ha vencido?
Como la biblia, podemos preguntar a los que los mataron y a los que siguen persiguiendo a
los cristianos: ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? La victoria es la de la fe. Han salido
victoriosos los matados por la justicia (Homilía 30 de octubre de 1977, I-II pp. 300-301).
[46]
El cristianismo no es un conjunto de verdades que hay que creer, de leyes que hay que
cumplir, de prohibiciones. Así resulta muy repugnante. El cristianismo es una persona que
me amó tanto que reclama mi amor. El cristianismo es Cristo (Homilía 6 de noviembre de
1977, I-II p. 312). [51]
El lenguaje de la esperanza
Ayer supe allá, por Santiago de María, que ya, según algunos amigos míos, yo he
cambiado, que yo ahora predico la revolución, el odio, la lucha de clases, que soy
comunista. A ustedes les consta cuál es el lenguaje de mi predicación. Un lenguaje que
quiere sembrar esperanza, que denuncia, sí, las injusticias de la tierra, los abusos del poder,
pero no con odio, sino con amor, llamando a conversión (Homilía 6 de noviembre de 1977,
I-II p. 313). [52]
Existen, pues dos violencias. La que está oprimiendo de arriba, políticamente,
económicamente, y la que reacciona contra esa violencia. «Los dos aspectos -continua el
Vaticano diciendo- pueden ser difíciles de separar, y la injusticia puede ser recíproca». En
las dos puede haber injusticia. Evidentemente, -son palabras del Vaticano- hay injusticia en
la primera violencia». O sea, que aquí el documento de la Santa Sede llama injusta a esa
situación de opresión, de represión, de querer tener más, de querer ser poderosos aún
reprimiendo a los débiles. «Evidentemente en el primer caso vale, pero también con
frecuencia en el segundo». Nunca voy a defender yo, ni nadie católico puede defender, la
injusta violencia, aunque proceda del más oprimido. Siempre sera una injusticia si traspasa
los límites de la ley de Dios (Homilía 13 de noviembre de 1977, I-II p. 316). [53]
Me da mucho gusto pertenecer a esta Iglesia que está despertando la conciencia del
campesino, del obrero, no para hacerlo subversivo -ya hemos dicho que la violencia
pecadora no es buena-, sino para que sepa ser sujeto de su propio destino, que no sea más
una masa dormida, que sean hombres que sepan pensar, que sepan exigir. Esta es gloria de
la Iglesia, y de ninguna manera se avergüenza cuando se la quiere confundir con otras
ideologías, porque ya se ve que es calumnia, que es querer echar humo para confundir y
para desprestigiar este papel promotor de la Iglesia (Homilía 13 de noviembre de 1977, I-II
pp. 317-318). [54]
Hermanos, ¿quieren saber si su cristianismo es auténtico? Aquí está la piedra de toque.
¿Con quiénes estás bien? ¿Quiénes te critican? ¿Quiénes no te admiten? ¿Quiénes te
halagan? Conoce allí que Cristo dijo un día: No he venido a traer la paz sino la división, y
habrá división hasta en la misma familia, porque unos quieren vivir más cómodamente,
según los principios del mundo, del poder y del dinero, y otros, en cambio, han
comprendido el llamamiento de Cristo y tienen que rechazar todo lo que no puede ser justo
en el mundo (Homilía 13 de noviembre de 1977, I-II p. 323). [55]
Hermanos, el diálogo no se debe caracterizar por ir a defender lo que uno lleva. El
diálogo se caracteriza por la pobreza: ir pobre para encontrar entre los dos la verdad, la
solución. Si las dos partes de un conflicto van a defender sus posiciones, solamente saldrán
como han entrado (Homilía 20 de noviembre de 1977, I-II p. 330). [56]
Los halagos del perseguidor
Primero la persecución trata de halagar, de domesticar; y cuando uno se doblega ante
estos halagos, pues no hay necesidad de perseguirlo, ya está vencido. Por eso, mucho
cuidado, queridos hermanos, no se dejen halagar. Cuando el halago viene del pecado, y
cuando se trata de no molestarse, de no sacrificarse, de estar bien, de instalarse
cómodamente en la tierra, eso es malo, porque entonces ya uno se hizo también perseguidor
(Homilía 25 de noviembre de 1977, I-II p, 340). [58]