El SVT-38 tuvo su bautismo de fuego durante la Guerra de Invierno. La reacción inicial de la tropa ante el nuevo fusil fue negativa. Les parecía demasiado largo y voluminoso, difícil de mantener y los cargadores solían caerse solos. Algunos de estos problemas pueden atribuirse al poco entrenamiento y a un incorrecto mantenimiento, pero otros eran obviamente fallas de diseño. La producción del SVT-38 cesó en abril de 1940, luego de haberse fabricado unos 150 000 ejemplares. Al mismo tiempo, una versión mejorada denominada SVT-40 entró en producción. Este era un diseño más ligero y refinado, que incorporaba un sistema sujeta-cargadores mejorado. El guardamanos y la culata eran de una sola pieza y la baqueta estaba almacenada bajo el cañón. Otros cambios se hicieron para simplificar su producción. Esta comenzó en julio de 1940 en Tula, siendo más tarde continuada en las fábricas de Ishevsk y Kovrov. Conjuntamente, se descontinuó la producción del fusil Mosin-Nagant M91/30. Como estas fábricas ya tenían experiencia tras fabricar el SVT-38, la producción aumentó rápidamente y se estima que se fabricaron unos 70 000 fusiles SVT-40 ese mismo año.
Un soldado del Ejército Ruso de Liberación, armado con el SVT-40.
Al iniciarse la invasión alemana en 1941, el SVT-40 estaba ampliamente distribuido en el Ejército Rojo. En la Lista de Organización y Pertrechos de una división soviética, supuestamente un tercio de los fusiles eran SVT-40, aunque en la práctica rara vez se alcanzaba semejante estándar. Los primeros meses de guerra fueron desastruosos para la Unión Soviética, perdiéndose cientos de miles de estos fusiles. Para recuperar esta enorme cantidad de armas perdidas, se reintrodujo la producción del fusil Mosin-Nagant M91/30. Al contrario, el SVT-40 era más difícil de producir y las tropas poco entrenadas tenían problemas para darle un adecuado mantenimiento. Además, los subfusiles como el PPSh-41 habían demostrado su valor como armas simples y baratas, pero efectivas a la hora de aumentar el poder de fuego de la infantería. Esto condujo a una reducción gradual de la producción del SVT-40. A pesar de esto, los soldados alemanes preferían usar este fusil semiautomático cuando lo capturaban, en lugar de sus poco fiables fusiles semiautomáticos. En 1941 se produjeron más de un millón de fusiles SVT-40, pero en 1942 se le ordenó al arsenal de Ishevsk que cese la producción del SVT-40 y retome la del Mosin-Nagant M91/30. Solo se fabricaron 246 000 fusiles SVT-40 en 1942 y la producción continuó disminuyendo hasta que se ordenó su cese total en 1945. La producción total del SVT-38/40 fue probablemente de unos 1,6 millones de fusiles, de los cuales 55 000 fueron la versión de francotirador del SVT-40.
En combate, se observó que el SVT-40 padecía de dispersión vertical del disparo. Esto es inaceptable para un fusil de francotirador, motivo por el cual en 1942 fue cancelada la producción de la versión de francotirador del SVT-40. Igualmente, el tallado de rieles para monturas de miras telescópicas fue descontinuado en los fusiles estándar. Otros cambios de producción incluían un freno de boca con diseño más simple. Para cubrir la escasez de ametralladoras en el Ejército Rojo, en 1943 fue producida una versión con opción de fuego automático denominada AVT-40. Exteriormente era similar al SVT, pero su seguro actuaba al mismo tiempo como un selector. Parece que fue diseñado un cargador de 15 o 20 cartuchos para usarse con el AVT, pero es un dato aún sin confirmar debido a la falta de ejemplares. El AVT tenía una culata ligeramente más corta que el SVT, razón por la cual se usaron culatas sobrantes de AVT para hacer fusiles SVT con ellas. El AVT demostró ser una decepción en combate: el fuego automático era casi imposible de controlar y los fusiles solían romperse debido al redoblado esfuerzo que soportaban. Por lo tanto se prohibió el uso del modo automático en el AVT y su producción fue relativamente breve. Una versión carabina (llamada a veces SKT-40) fue diseñada en 1940 y probablemente producida en pequeña cantidad, pero nuevamente es un dato bastante disputado. Como modificación de campo, los fusiles SVT-40 estándar eran a veces transformados en carabinas, con diversos grados de éxito y calidad de mano de obra. Se desarrolló un prototipo recalibrado para el cartucho corto 7,62 x 39 M1943, pero no fue aprobado para producción.
Un soldado del Ejército Ruso de Liberación, armado con el SVT-40.
Al iniciarse la invasión alemana en 1941, el SVT-40 estaba ampliamente distribuido en el Ejército Rojo. En la Lista de Organización y Pertrechos de una división soviética, supuestamente un tercio de los fusiles eran SVT-40, aunque en la práctica rara vez se alcanzaba semejante estándar. Los primeros meses de guerra fueron desastruosos para la Unión Soviética, perdiéndose cientos de miles de estos fusiles. Para recuperar esta enorme cantidad de armas perdidas, se reintrodujo la producción del fusil Mosin-Nagant M91/30. Al contrario, el SVT-40 era más difícil de producir y las tropas poco entrenadas tenían problemas para darle un adecuado mantenimiento. Además, los subfusiles como el PPSh-41 habían demostrado su valor como armas simples y baratas, pero efectivas a la hora de aumentar el poder de fuego de la infantería. Esto condujo a una reducción gradual de la producción del SVT-40. A pesar de esto, los soldados alemanes preferían usar este fusil semiautomático cuando lo capturaban, en lugar de sus poco fiables fusiles semiautomáticos. En 1941 se produjeron más de un millón de fusiles SVT-40, pero en 1942 se le ordenó al arsenal de Ishevsk que cese la producción del SVT-40 y retome la del Mosin-Nagant M91/30. Solo se fabricaron 246 000 fusiles SVT-40 en 1942 y la producción continuó disminuyendo hasta que se ordenó su cese total en 1945. La producción total del SVT-38/40 fue probablemente de unos 1,6 millones de fusiles, de los cuales 55 000 fueron la versión de francotirador del SVT-40.
En combate, se observó que el SVT-40 padecía de dispersión vertical del disparo. Esto es inaceptable para un fusil de francotirador, motivo por el cual en 1942 fue cancelada la producción de la versión de francotirador del SVT-40. Igualmente, el tallado de rieles para monturas de miras telescópicas fue descontinuado en los fusiles estándar. Otros cambios de producción incluían un freno de boca con diseño más simple. Para cubrir la escasez de ametralladoras en el Ejército Rojo, en 1943 fue producida una versión con opción de fuego automático denominada AVT-40. Exteriormente era similar al SVT, pero su seguro actuaba al mismo tiempo como un selector. Parece que fue diseñado un cargador de 15 o 20 cartuchos para usarse con el AVT, pero es un dato aún sin confirmar debido a la falta de ejemplares. El AVT tenía una culata ligeramente más corta que el SVT, razón por la cual se usaron culatas sobrantes de AVT para hacer fusiles SVT con ellas. El AVT demostró ser una decepción en combate: el fuego automático era casi imposible de controlar y los fusiles solían romperse debido al redoblado esfuerzo que soportaban. Por lo tanto se prohibió el uso del modo automático en el AVT y su producción fue relativamente breve. Una versión carabina (llamada a veces SKT-40) fue diseñada en 1940 y probablemente producida en pequeña cantidad, pero nuevamente es un dato bastante disputado. Como modificación de campo, los fusiles SVT-40 estándar eran a veces transformados en carabinas, con diversos grados de éxito y calidad de mano de obra. Se desarrolló un prototipo recalibrado para el cartucho corto 7,62 x 39 M1943, pero no fue aprobado para producción.