Estreno en León del Documental “El tiro en la plaza. La represión franquista en Salamanca”.
El viernes 28 de enero, en la sede del PCE de León (C/ Ramón y Cajal, 29 bajo) a las 19,30 horas, se estrena en León el documental sobre la memoria histórica “El tiro en la plaza. La represión franquista en Salamanca”, que narra el golpe de Estado de 1936, la represión que se llevó a cabo por las fuerzas sublevadas y los intentos de resistencia en la provincia charra. El estreno contará con la presencia de su director, el periodista Javier Laso.
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Esta película, dirigida por el periodista Javier Laso y producida por el Foro de la Memoria de Salamanca, es un relato colectivo que se entreteje con los testimonios individuales y cuyas vivencias transcurren desde la noche del 18 de julio de 1936 hasta "las noches más duras de persecución incesante, detenciones masivas, asesinatos, con cadáveres y desaparecidos en muchos rincones de la provincia". Reúne por primera vez en formato audiovisual los testimonios de supervivientes y familiares de los salmantinos que sufrieron la represión franquista. Laso explica, que, según los datos de la Asociación Memoria y Justicia, están documentadas en Salamanca más de 1.000 muertes durante la Guerra Civil y la posterior represión franquista, de ahí la importancia de “dar voz” a quienes no la tuvieron durante más de 40 años.
"Muchas personas están convencidas de que Salamanca se entregó con los brazos abiertos a los golpistas; sin embargo, nada más lejos de la realidad", señala el Foro de la Memoria antes de explicar que en el documental se aborda la "represión" que hubo en Salamanca así como los intentos de resistencia, "detenciones, torturas, fusilamientos y desaparecidos". "En Salamanca también hubo una dura represión que se manifestó en todas sus formas", afirma el presidente del Foro de la Memoria de Salamanca, Dionisio Alonso.
El relato arranca en la noche del 18 de julio de 1936, en una ciudad, inquieta y expectante, ante los rumores del golpe, y que pasa por los días y las noches más duras de persecución incesante, detenciones masivas y múltiples asesinatos que van dejando cadáveres y desaparecidos en muchos rincones de la provincia charra. La cifra de 1.000 personas muertas es muy alta si se tiene en cuenta que fueron muy pocos los focos de resistencia que se dieron en la provincia y que la capital apoyó de inmediato el golpe de Estado de 1936.
Son las víctimas y sus familiares quienes cuentan esta parte de nuestra historia que, tras una pequeña parada en la proclamación de la República y en sus principales logros, se centra en aquel 19 de julio en que fuerzas del ejército entran en la Plaza Mayor de Salamanca y proclaman el golpe de Estado. En El tiro de la plaza narran su personal y dura experiencia, como familiares de los vencidos que fueron fusilados y encarcelados por los golpistas, unos cuantos ciudadanos a los que ni la edad ni los años transcurridos han podido reducir o acallar la emoción del recuerdo.
Las primeras víctimas mortales se produjeron en la Plaza Mayor de la ciudad, cuando los militares rebeldes dispararon contra la población civil, tras escucharse un tiro -el que da nombre al documental- y una voz entre la gente congregada gritó ¡Viva la República!, ¡Viva la Revolución Social!, tal y como se cuenta en el film. Las balas acabaron con la vida de siete personas -entre ellas una adolescente de catorce años- e hirieron a diez.
El tiro de la Plaza marcó para siempre las vidas de los protagonistas de este relato. Un relato que aún está muy presente, no sólo en las pocas personas que aún viven sino en quienes tenemos la firme convicción de que estos hechos deben formar parte de la memoria colectiva. De ahí que también se hable en él de la memoria, de la necesidad del recuerdo, de la lucha contra el olvido, de esperanzas e ilusiones de una sociedad mejor.
El tiro de la plaza es el primer film que refleja la represión franquista en la provincia de Salamanca. Las primeras víctimas civiles se registraron en la Plaza Mayor de la ciudad, el mismo lugar donde hoy, 74 años después y un trienio más tarde de ser aprobada la Ley de Memoria Histórica, Franco es alcalde de honor y luce su efigie en un medallón de piedra ante la mirada de esos mismos salmantinos cuyo llanto, perenne y vivo como la memoria que guardan, testimonia el documental de Javier Laso.
El viernes 28 de enero, en la sede del PCE de León (C/ Ramón y Cajal, 29 bajo) a las 19,30 horas, se estrena en León el documental sobre la memoria histórica “El tiro en la plaza. La represión franquista en Salamanca”, que narra el golpe de Estado de 1936, la represión que se llevó a cabo por las fuerzas sublevadas y los intentos de resistencia en la provincia charra. El estreno contará con la presencia de su director, el periodista Javier Laso.
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Esta película, dirigida por el periodista Javier Laso y producida por el Foro de la Memoria de Salamanca, es un relato colectivo que se entreteje con los testimonios individuales y cuyas vivencias transcurren desde la noche del 18 de julio de 1936 hasta "las noches más duras de persecución incesante, detenciones masivas, asesinatos, con cadáveres y desaparecidos en muchos rincones de la provincia". Reúne por primera vez en formato audiovisual los testimonios de supervivientes y familiares de los salmantinos que sufrieron la represión franquista. Laso explica, que, según los datos de la Asociación Memoria y Justicia, están documentadas en Salamanca más de 1.000 muertes durante la Guerra Civil y la posterior represión franquista, de ahí la importancia de “dar voz” a quienes no la tuvieron durante más de 40 años.
"Muchas personas están convencidas de que Salamanca se entregó con los brazos abiertos a los golpistas; sin embargo, nada más lejos de la realidad", señala el Foro de la Memoria antes de explicar que en el documental se aborda la "represión" que hubo en Salamanca así como los intentos de resistencia, "detenciones, torturas, fusilamientos y desaparecidos". "En Salamanca también hubo una dura represión que se manifestó en todas sus formas", afirma el presidente del Foro de la Memoria de Salamanca, Dionisio Alonso.
El relato arranca en la noche del 18 de julio de 1936, en una ciudad, inquieta y expectante, ante los rumores del golpe, y que pasa por los días y las noches más duras de persecución incesante, detenciones masivas y múltiples asesinatos que van dejando cadáveres y desaparecidos en muchos rincones de la provincia charra. La cifra de 1.000 personas muertas es muy alta si se tiene en cuenta que fueron muy pocos los focos de resistencia que se dieron en la provincia y que la capital apoyó de inmediato el golpe de Estado de 1936.
Son las víctimas y sus familiares quienes cuentan esta parte de nuestra historia que, tras una pequeña parada en la proclamación de la República y en sus principales logros, se centra en aquel 19 de julio en que fuerzas del ejército entran en la Plaza Mayor de Salamanca y proclaman el golpe de Estado. En El tiro de la plaza narran su personal y dura experiencia, como familiares de los vencidos que fueron fusilados y encarcelados por los golpistas, unos cuantos ciudadanos a los que ni la edad ni los años transcurridos han podido reducir o acallar la emoción del recuerdo.
Las primeras víctimas mortales se produjeron en la Plaza Mayor de la ciudad, cuando los militares rebeldes dispararon contra la población civil, tras escucharse un tiro -el que da nombre al documental- y una voz entre la gente congregada gritó ¡Viva la República!, ¡Viva la Revolución Social!, tal y como se cuenta en el film. Las balas acabaron con la vida de siete personas -entre ellas una adolescente de catorce años- e hirieron a diez.
El tiro de la Plaza marcó para siempre las vidas de los protagonistas de este relato. Un relato que aún está muy presente, no sólo en las pocas personas que aún viven sino en quienes tenemos la firme convicción de que estos hechos deben formar parte de la memoria colectiva. De ahí que también se hable en él de la memoria, de la necesidad del recuerdo, de la lucha contra el olvido, de esperanzas e ilusiones de una sociedad mejor.
El tiro de la plaza es el primer film que refleja la represión franquista en la provincia de Salamanca. Las primeras víctimas civiles se registraron en la Plaza Mayor de la ciudad, el mismo lugar donde hoy, 74 años después y un trienio más tarde de ser aprobada la Ley de Memoria Histórica, Franco es alcalde de honor y luce su efigie en un medallón de piedra ante la mirada de esos mismos salmantinos cuyo llanto, perenne y vivo como la memoria que guardan, testimonia el documental de Javier Laso.