CARTA ABIERTA DE LA LIGA DE LA JUVENTUD CLASISTA A LA COORDINACIÓN Y COOPERACIÓN INTERNACIONAL DE PARTIDOS Y ORGANIZACIONES REVOLUCIONARIOS (ICOR)
El 25 de octubre (7 de noviembre) de 1917 marcó el inicio de una nueva etapa en la historia de la humanidad, el proletariado por primera vez en la historia, había desarrollado una lucha revolucionaria que lo llevo a la toma del poder, este suceso marcaría un viraje decisivo en el movimiento revolucionario de todo el mundo: había demostrado que lo imposible era posible, y que era preciso luchar por ello. De esta manera muchos países siguieron el camino de octubre y emprendieron feroces luchas en contra de la burguesía.
En 1919 el Movimiento Comunista Internacional (MCI) se vio unificado bajo una sola bandera: la bandera comunista, y las fuerzas revolucionarias fueron unificadas en la 3ª Internacional (Internacional Comunista). Fue esta misma la impulsora de la conformación de múltiples Partidos Comunistas en todo el mundo para encabezar la lucha por la toma del poder y la revolución mundial. Durante el tiempo que estuvo activa, la 3ª Internacional, aglutinó como una sola fuerza a todos los partidos, dando un impulso nunca antes visto a la revolución mundial; además, emprendió una lucha tenaz en contra del fascismo caracterizando ese periodo y la lucha que se libraba entre el capital y el movimiento revolucionario, principalmente por uno de sus exponentes más importantes, Jorge Dimitrov.
Sin embargo, tras la disolución de esta en 1943, con la restauración capitalista en la URSS y posteriormente en China, el Movimiento Comunista Internacional sufrió grandes retrocesos. Muchos de los Partidos Comunistas fueron corroídos por el revisionismo y otros mas fueron aniquilados por el Estado. Sólo algunos lograron asimilar esta primera experiencia mundial, sintetizarla y aplicarla a las condiciones concretas de sus países desarrollando Guerra Popular.
Hoy en día, el movimiento comunista en todo el mundo se recupera de la derrota temporal infringida por el capitalismo y se prepara para los nuevos combates que se avecinan, la guerra de rapiña que se vislumbra es inminente, el bloque imperialista de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, afila sus cuchillos para lanzarse a disputar el control de Asía, y por el otro lado el social-imperialismo chino junto con Rusia y la India preparan sus posiciones para el combate. Hoy, como hace 70 años, una sombra se cierne sobre los pueblos del mundo, y los Partidos y organizaciones realmente comunistas deben asumir su papel en la historia. La crisis mundial del capitalismo está generando un momento muy favorable para el desarrollo de esta nueva gran ola de la revolución proletaria mundial.
Aún con esto, el movimiento está aún desorganizado, débil y dividido; todo ello a pesar de existir diversos intentos de unificación de las fuerzas comunistas, ejemplos de esto son:
1)El Movimiento Revolucionario Internacionalista (RIM)
2)La Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML) (pro-Albanesa)
3)La Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas (CIPOML)
4)Seminario Comunista Internacional (ICS)
5)La Coordinación y Cooperación Internacional de Partidos y Organizaciones Revolucionarios (ICOR)
Sobre nuestra participación en la Coordinación y Cooperación Internacional de Partidos y Organizaciones Revolucionarios (ICOR)
La Liga de la Juventud Clasista entiende a la ICOR como un intento de coordinación entre las fuerzas revolucionarias en el mundo, bajo la “unidad en la practica” de sus integrantes como lo expresan en la Propuesta de Resolución de la coordinación principal a las organizaciones participantes para fundar la ICOR: “La Conferencia de Fundación declara que la ICOR va a perseguir consecuentemente la política de las puertas abiertas con respecto a todas las organizaciones y partidos revolucionarias. Su principio es la organización de la solidaridad práctica” (el subrayado es nuestro)
Consideramos que para poder llegar a una coordinación práctica, es necesario desarrollar antes una intensa lucha ideológica. Para las arduas tareas de la reorganización del MCI esto no puede concebirse de ninguna otra manera. La unidad es un proceso de construcción donde la unidad ideológica y la unidad práctica se encuentran dialécticamente relacionadas. No podemos imaginarnos una unidad práctica sin una unidad ideológica, como tampoco podemos concebir una unidad en declaraciones pero sin práctica. Más adelante en su Propuesta de Resolución se afirma que: “La ICOR se apoya en las ricas experiencias, en los ejemplos históricos de las formas de organización internacionales como la I, II, III Internacional”. Analicemos entonces las palabras de Stalin acerca de la II internacional:
“Sin embargo la labor fundamental de la II Internacional seguía, en la práctica, la línea del oportunismo. Los oportunistas, por su innato espíritu de adaptación y su naturaleza pequeñoburguesa, se amoldaban a la burguesía; los ‘ortodoxos’, a su vez, se adaptaban a los oportunistas, para ‘mantener la unidad’ (el subrayado es nuestro) con ellos, en aras de la ‘paz en el partido’. Resultaba de todo esto el dominio del oportunismo, pues la política de la burguesía y la de los ‘ortodoxos’ eran eslabones de una misma cadena”.1
Sin embargo para poder apoyarse en las ricas experiencias de la I, II, III Internacional es necesario comprenderlas en su conjunto, retomar sus aciertos y criticar sus errores, es lamentable que después de casi 90 años, los mismos errores que llevaron a la II Internacional a la traición y la bancarrota sigan cometiéndose.
Como vemos, al plantearse una unidad a nivel internacional no puede tomársela tan a la ligera como una “coordinación práctica”, sino como una unidad completa que permita la unificación de todos sus integrantes. En eso reside la verdadera enseñanza de la I, II y III Internacionales, como un Partido Mundial que guíe al proletariado internacional a la revolución.
Pero, no es al parecer esa la opinión de la ICOR en torno a la unidad internacional; más adelante en su propuesta de Resolución nos encontramos que “La Conferencia de Fundación acuerda el principio de organización de la coordinación y cooperación en acuerdo común de partidos y organizaciones autónomos, independientes y con responsabilidad propia.
Cada organización decide ella misma que proyecto y que actividad va a apoyar”
De esto entendemos que los términos “coordinación” y “cooperación”, presuponen una unidad a medias, que permita la libre decisión de los participantes en el acatamiento y participación de las decisiones de la Organización, como una suma de organizaciones y Partidos y no como una unidad internacional comunista, Stalin nos dice al respecto:
“Pero el Partido no es solo la suma de sus organizaciones. El Partido es, al mismo tiempo, el sistema único de estas organizaciones, su fusión formal en un todo único, con organismos superiores e inferiores de dirección, con la subordinación de la minoría a la mayoría, con resoluciones prácticas, obligatorias para todos los miembros del partido (el subrayado es de nosotros). Sin estas condiciones, el Partido no podría formar un todo único y organizado, capaz de ejercer la dirección sistemática y organizada de la lucha obrera” 2
Pero obviamente, esta unidad descansa sobre la base del centralismo democrático, y por lo tanto de la disciplina férrea dentro de la organización:
“La conquista y el mantenimiento de la dictadura del proletariado son imposibles sin un partido fuerte por su cohesión y su disciplina férrea. Pero la disciplina férrea del Partido es inconcebible sin la unidad de voluntad, sin la unidad de acción de todos los miembros del Partido. …la disciplina férrea no excluye, sino que presupone la crítica y la lucha de opiniones dentro del partido”3
Esta unidad y férrea disciplina solo pueden alcanzarse mediante una ardua y profunda lucha ideológica que permita la comprensión, aceptación e implementación de los principios básicos de dicha organización.
En el caso concreto de la ICOR, analizamos que sucede algo muy distinto, pues fuera de la “coordinación” y “cooperación” de la que ya hemos hablado, durante su congreso hemos podido observar una política por un lado hostil de partidos con tendencias abiertamente anti maoístas como el Partido Marxista-Leninista de Turquía y norte de Kurdistán (MLKP), el Partido Comunista (Acción Proletaria) de Chile [PC (AP)], entre otros, los cuales mediante chantajes tales como supuestas “camisas de fuerza” y amenazas de retirarse, dirigieron múltiples ataques contra el maestro del proletariado Mao Tse-Tung. Por otro lado observamos una posición “neutra” que de manera “incomprensible” (o al menos para nosotros) trató, durante todo el evento, de conciliar estos ataques con la posición “Maoísta”. Para nosotros resulta incomprensible que quienes se asumen como Maoísta o pensamiento Mao Tse-Tung pueden tratar de conciliar con ataques a su línea ideológica, en otras palabras, ¿cómo puede alguien permitir que taladren su columna vertebral y por el contrario trate de tener buenas migas con él? Estos ataques se ven reflejados claramente en la moción 30 acerca de la Resolución de Fundación propuesta por el MLKP, donde proponen cambiar las líneas 128 y 129 que dicen: “El rechazo al anticomunismo y ataques hostiles (es decir, cuando las diferencias ideológicas políticas ya no se tratan de manera objetiva) contra las experiencias y los símbolos revolucionarios y los grandes revolucionarios Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tse-Tung (el subrayado es nuestro)” por lo siguiente: “…ataques hostiles a la experiencias, símbolos y líderes revolucionarios”. De hecho esta discusión fue retomada durante el congreso de fundación, por el [PC (AP)] proponiendo sin más preámbulo que se retirara el nombre de Mao Tse-Tung, argumentando que con ello se sentían con una “camisa de fuerza” y que no podían proseguir en el proyecto de esa manera, ¿Qué no es eso, de hecho, un ataque hostil contra los grandes revolucionarios?
La Liga de la Juventud Clasista, asume como línea ideológica al Marxismo-Leninismo-Maoísmo, defendiendo esta tercera etapa por sus aportes al desarrollo de la Revolución Proletaria Mundial. Aunque no es nuestra intención enumerarlos en este documento, sin embargo consideramos que el hecho de asumirse Maoísta implica más que un membrete, implica toda una posición ideológica, política, orgánica, teórica, etc.
Debe abrirse la discusión abierta, franca y fraterna entre organizaciones y partidos revolucionarios que nos permitan llegar a una verdadera unidad ideológica y práctica, y no pretender una unidad a toda costa. Esta falta de discusión y análisis de puntos tan vitales en una organización como lo es la línea ideológica, impiden que al interior de la ICOR pueda existir centralismo democrático que es imprescindible para cualquier organización, para la disciplina y para una verdadera unidad en la acción. Por ende, es imposible que emane de este esfuerzo una real alternativa que sirva como faro para la revolución mundial.
Por ello la Liga de la Juventud Clasista no participará en la Coordinación y Cooperación Internacional de Partidos y Organizaciones Revolucionarios (ICOR). Sin embargo nos mantenemos atentos al desarrollo de esta importante iniciativa a nivel internacional, así como de los esfuerzos individuales de cada uno de los partidos participantes y en general todos los movimientos revolucionarios consecuentes que se desarrollan al calor de la lucha de clases a nivel mundial, esperando que en el futuro por medio de una intensa lucha ideológica pueda forjarse una real alternativa internacional que frene el ascenso y destruya al capital financiero y la ofensiva contra el proletariado mundial.
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!
Liga de la Juventud Clasista
Enero 2011
[url=http://www.lijuc.org/index.php?option=com_content&view=article&id=59 ]http://www.lijuc.org/index.php?option=com_content&view=article&id=59 [/url]
El 25 de octubre (7 de noviembre) de 1917 marcó el inicio de una nueva etapa en la historia de la humanidad, el proletariado por primera vez en la historia, había desarrollado una lucha revolucionaria que lo llevo a la toma del poder, este suceso marcaría un viraje decisivo en el movimiento revolucionario de todo el mundo: había demostrado que lo imposible era posible, y que era preciso luchar por ello. De esta manera muchos países siguieron el camino de octubre y emprendieron feroces luchas en contra de la burguesía.
En 1919 el Movimiento Comunista Internacional (MCI) se vio unificado bajo una sola bandera: la bandera comunista, y las fuerzas revolucionarias fueron unificadas en la 3ª Internacional (Internacional Comunista). Fue esta misma la impulsora de la conformación de múltiples Partidos Comunistas en todo el mundo para encabezar la lucha por la toma del poder y la revolución mundial. Durante el tiempo que estuvo activa, la 3ª Internacional, aglutinó como una sola fuerza a todos los partidos, dando un impulso nunca antes visto a la revolución mundial; además, emprendió una lucha tenaz en contra del fascismo caracterizando ese periodo y la lucha que se libraba entre el capital y el movimiento revolucionario, principalmente por uno de sus exponentes más importantes, Jorge Dimitrov.
Sin embargo, tras la disolución de esta en 1943, con la restauración capitalista en la URSS y posteriormente en China, el Movimiento Comunista Internacional sufrió grandes retrocesos. Muchos de los Partidos Comunistas fueron corroídos por el revisionismo y otros mas fueron aniquilados por el Estado. Sólo algunos lograron asimilar esta primera experiencia mundial, sintetizarla y aplicarla a las condiciones concretas de sus países desarrollando Guerra Popular.
Hoy en día, el movimiento comunista en todo el mundo se recupera de la derrota temporal infringida por el capitalismo y se prepara para los nuevos combates que se avecinan, la guerra de rapiña que se vislumbra es inminente, el bloque imperialista de Estados Unidos, Canadá, Inglaterra, afila sus cuchillos para lanzarse a disputar el control de Asía, y por el otro lado el social-imperialismo chino junto con Rusia y la India preparan sus posiciones para el combate. Hoy, como hace 70 años, una sombra se cierne sobre los pueblos del mundo, y los Partidos y organizaciones realmente comunistas deben asumir su papel en la historia. La crisis mundial del capitalismo está generando un momento muy favorable para el desarrollo de esta nueva gran ola de la revolución proletaria mundial.
Aún con esto, el movimiento está aún desorganizado, débil y dividido; todo ello a pesar de existir diversos intentos de unificación de las fuerzas comunistas, ejemplos de esto son:
1)El Movimiento Revolucionario Internacionalista (RIM)
2)La Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxista-Leninistas (CIPOML) (pro-Albanesa)
3)La Conferencia Internacional de Partidos y Organizaciones Marxistas-Leninistas (CIPOML)
4)Seminario Comunista Internacional (ICS)
5)La Coordinación y Cooperación Internacional de Partidos y Organizaciones Revolucionarios (ICOR)
Sobre nuestra participación en la Coordinación y Cooperación Internacional de Partidos y Organizaciones Revolucionarios (ICOR)
La Liga de la Juventud Clasista entiende a la ICOR como un intento de coordinación entre las fuerzas revolucionarias en el mundo, bajo la “unidad en la practica” de sus integrantes como lo expresan en la Propuesta de Resolución de la coordinación principal a las organizaciones participantes para fundar la ICOR: “La Conferencia de Fundación declara que la ICOR va a perseguir consecuentemente la política de las puertas abiertas con respecto a todas las organizaciones y partidos revolucionarias. Su principio es la organización de la solidaridad práctica” (el subrayado es nuestro)
Consideramos que para poder llegar a una coordinación práctica, es necesario desarrollar antes una intensa lucha ideológica. Para las arduas tareas de la reorganización del MCI esto no puede concebirse de ninguna otra manera. La unidad es un proceso de construcción donde la unidad ideológica y la unidad práctica se encuentran dialécticamente relacionadas. No podemos imaginarnos una unidad práctica sin una unidad ideológica, como tampoco podemos concebir una unidad en declaraciones pero sin práctica. Más adelante en su Propuesta de Resolución se afirma que: “La ICOR se apoya en las ricas experiencias, en los ejemplos históricos de las formas de organización internacionales como la I, II, III Internacional”. Analicemos entonces las palabras de Stalin acerca de la II internacional:
“Sin embargo la labor fundamental de la II Internacional seguía, en la práctica, la línea del oportunismo. Los oportunistas, por su innato espíritu de adaptación y su naturaleza pequeñoburguesa, se amoldaban a la burguesía; los ‘ortodoxos’, a su vez, se adaptaban a los oportunistas, para ‘mantener la unidad’ (el subrayado es nuestro) con ellos, en aras de la ‘paz en el partido’. Resultaba de todo esto el dominio del oportunismo, pues la política de la burguesía y la de los ‘ortodoxos’ eran eslabones de una misma cadena”.1
Sin embargo para poder apoyarse en las ricas experiencias de la I, II, III Internacional es necesario comprenderlas en su conjunto, retomar sus aciertos y criticar sus errores, es lamentable que después de casi 90 años, los mismos errores que llevaron a la II Internacional a la traición y la bancarrota sigan cometiéndose.
Como vemos, al plantearse una unidad a nivel internacional no puede tomársela tan a la ligera como una “coordinación práctica”, sino como una unidad completa que permita la unificación de todos sus integrantes. En eso reside la verdadera enseñanza de la I, II y III Internacionales, como un Partido Mundial que guíe al proletariado internacional a la revolución.
Pero, no es al parecer esa la opinión de la ICOR en torno a la unidad internacional; más adelante en su propuesta de Resolución nos encontramos que “La Conferencia de Fundación acuerda el principio de organización de la coordinación y cooperación en acuerdo común de partidos y organizaciones autónomos, independientes y con responsabilidad propia.
Cada organización decide ella misma que proyecto y que actividad va a apoyar”
De esto entendemos que los términos “coordinación” y “cooperación”, presuponen una unidad a medias, que permita la libre decisión de los participantes en el acatamiento y participación de las decisiones de la Organización, como una suma de organizaciones y Partidos y no como una unidad internacional comunista, Stalin nos dice al respecto:
“Pero el Partido no es solo la suma de sus organizaciones. El Partido es, al mismo tiempo, el sistema único de estas organizaciones, su fusión formal en un todo único, con organismos superiores e inferiores de dirección, con la subordinación de la minoría a la mayoría, con resoluciones prácticas, obligatorias para todos los miembros del partido (el subrayado es de nosotros). Sin estas condiciones, el Partido no podría formar un todo único y organizado, capaz de ejercer la dirección sistemática y organizada de la lucha obrera” 2
Pero obviamente, esta unidad descansa sobre la base del centralismo democrático, y por lo tanto de la disciplina férrea dentro de la organización:
“La conquista y el mantenimiento de la dictadura del proletariado son imposibles sin un partido fuerte por su cohesión y su disciplina férrea. Pero la disciplina férrea del Partido es inconcebible sin la unidad de voluntad, sin la unidad de acción de todos los miembros del Partido. …la disciplina férrea no excluye, sino que presupone la crítica y la lucha de opiniones dentro del partido”3
Esta unidad y férrea disciplina solo pueden alcanzarse mediante una ardua y profunda lucha ideológica que permita la comprensión, aceptación e implementación de los principios básicos de dicha organización.
En el caso concreto de la ICOR, analizamos que sucede algo muy distinto, pues fuera de la “coordinación” y “cooperación” de la que ya hemos hablado, durante su congreso hemos podido observar una política por un lado hostil de partidos con tendencias abiertamente anti maoístas como el Partido Marxista-Leninista de Turquía y norte de Kurdistán (MLKP), el Partido Comunista (Acción Proletaria) de Chile [PC (AP)], entre otros, los cuales mediante chantajes tales como supuestas “camisas de fuerza” y amenazas de retirarse, dirigieron múltiples ataques contra el maestro del proletariado Mao Tse-Tung. Por otro lado observamos una posición “neutra” que de manera “incomprensible” (o al menos para nosotros) trató, durante todo el evento, de conciliar estos ataques con la posición “Maoísta”. Para nosotros resulta incomprensible que quienes se asumen como Maoísta o pensamiento Mao Tse-Tung pueden tratar de conciliar con ataques a su línea ideológica, en otras palabras, ¿cómo puede alguien permitir que taladren su columna vertebral y por el contrario trate de tener buenas migas con él? Estos ataques se ven reflejados claramente en la moción 30 acerca de la Resolución de Fundación propuesta por el MLKP, donde proponen cambiar las líneas 128 y 129 que dicen: “El rechazo al anticomunismo y ataques hostiles (es decir, cuando las diferencias ideológicas políticas ya no se tratan de manera objetiva) contra las experiencias y los símbolos revolucionarios y los grandes revolucionarios Marx, Engels, Lenin, Stalin y Mao Tse-Tung (el subrayado es nuestro)” por lo siguiente: “…ataques hostiles a la experiencias, símbolos y líderes revolucionarios”. De hecho esta discusión fue retomada durante el congreso de fundación, por el [PC (AP)] proponiendo sin más preámbulo que se retirara el nombre de Mao Tse-Tung, argumentando que con ello se sentían con una “camisa de fuerza” y que no podían proseguir en el proyecto de esa manera, ¿Qué no es eso, de hecho, un ataque hostil contra los grandes revolucionarios?
La Liga de la Juventud Clasista, asume como línea ideológica al Marxismo-Leninismo-Maoísmo, defendiendo esta tercera etapa por sus aportes al desarrollo de la Revolución Proletaria Mundial. Aunque no es nuestra intención enumerarlos en este documento, sin embargo consideramos que el hecho de asumirse Maoísta implica más que un membrete, implica toda una posición ideológica, política, orgánica, teórica, etc.
Debe abrirse la discusión abierta, franca y fraterna entre organizaciones y partidos revolucionarios que nos permitan llegar a una verdadera unidad ideológica y práctica, y no pretender una unidad a toda costa. Esta falta de discusión y análisis de puntos tan vitales en una organización como lo es la línea ideológica, impiden que al interior de la ICOR pueda existir centralismo democrático que es imprescindible para cualquier organización, para la disciplina y para una verdadera unidad en la acción. Por ende, es imposible que emane de este esfuerzo una real alternativa que sirva como faro para la revolución mundial.
Por ello la Liga de la Juventud Clasista no participará en la Coordinación y Cooperación Internacional de Partidos y Organizaciones Revolucionarios (ICOR). Sin embargo nos mantenemos atentos al desarrollo de esta importante iniciativa a nivel internacional, así como de los esfuerzos individuales de cada uno de los partidos participantes y en general todos los movimientos revolucionarios consecuentes que se desarrollan al calor de la lucha de clases a nivel mundial, esperando que en el futuro por medio de una intensa lucha ideológica pueda forjarse una real alternativa internacional que frene el ascenso y destruya al capital financiero y la ofensiva contra el proletariado mundial.
¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!
Liga de la Juventud Clasista
Enero 2011
[url=http://www.lijuc.org/index.php?option=com_content&view=article&id=59 ]http://www.lijuc.org/index.php?option=com_content&view=article&id=59 [/url]