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    Organización de lucha contra el fraude científico

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    Organización de lucha contra el fraude científico - Página 2 Empty Re: Organización de lucha contra el fraude científico

    Mensaje por Demofilo Sáb Ago 13, 2011 5:15 pm

    1. Mendel no es el padre de la genética, ni tampoco descubrió las denominadas "leyes" de la herencia

    Las prácticas de hibridación en animales y plantas eran conocidas desde tiempo inmemorial, pero no existía constancia escrita de las leyes que la regulan. Como en cualquier otra ciencia que está en sus comienzos, el conocimiento era exclusivamente una práctica que luego se convirtió en teoría.
    Hacia mediados del siglo XVIII el alemán Joseph Kölreuter ya describió que los híbridos de la primera generación aparecen mezclados y uniformes y que, al cruzar de nuevo estos híbridos, en la segunda generación aparecían numerosas variaciones que, en determinados porcentajes cuantitativos, se asemejaban a sus progenitores.
    El primero en escribir sobre la dominancia, uniformidad y segregación de los caracteres de la descendencia de los híbridos fue el inglés Thomas Andrew Knight a finales del siglo XVIII.
    En 1822 el británico John Goss volvió a describir los fenómenos de dominancia y recesividad de los híbridos.
    Dos años después Alexander Seton confirmó las conclusiones experimentando con guisantes, lo mismo que Mendel.
    En 1826 el francés Augustin Sageret también describió los caracteres de los híbridos, extrayendo conclusiones sobre la independencia de los mismos, su segregación y recombinación. Fue uno de los primeros en hablar de caracteres "dominantes" para designar la preponderancia de algunos de ellos sobre los demás y expuso la posibilidad de combinarlos. Constató de que los híbridos obtenidos no eran intermedios entre los dos progenitores; en cada carácter hay una estrecha semejanza con uno u otro antecesor.
    El primer tratado de genética fue el publicado por el francés Prosper Lucas en 1847. Se titulaba "Traité philosophique et physiologique de l’hérédité naturelle".
    En 1862 se publicó la obra de Charles Naudin, que le valió el premio de ciencias físicas de París, que Mendel conoció. Según Naudin los híbridos de la primera generación presentan un aspecto uniforme intermedio respecto al de los progenitores, es decir, se anticipa a una de las leyes de Mendel. A partir de la segunda generación consideraba que aparecía una variedad abigarrada de formas que se aproximaba más o menos a alguno de los progenitores. Para explicarlo introdujo el concepto de "segregación", es decir, la coexistencia en la descendencia híbrida de factores no mezclados. Es otra de las leyes de Mendel. Antes se creía que las células sexuales no contenían más que un único factor pero, según Naudin, el híbrido era un mosaico de componentes discretos que se combinan de manera aleatoria.

    2. Las denominadas "leyes" de Mendel no existen

    Mendel no habló nunca de la existencia de unas supuestas "leyes de la herencia" (D.Briggs y S.M.Walters: Evolución y variación vegetal, Guadarrama, Madrid, 1969, pg.72).

    Esas "leyes" no son universales. En una carta el botanista suizo Karl Wilhelm von Nägeli le propuso a Mendel que estudiara otras plantas para ver si confirmaban los resultados obtenidos con los guisantes. Mendel dedicó cinco años a la tarea pero los intentos con otro tipo de plantas no coincidieron con los de los guisantes, comprobando así que sus resultados eran de aplicación limitada.

    Carl Correns criticó a Hugo de Vries por haber supuesto la existencia de unas leyes de la herencia, que él prefirió calificar como "reglas" para destacar ese valor limitado. De 1900 hasta 1927 Correns se dedicó a experimentar para probar precisamente el carácter limitado de las reglas de Mendel. Fue el primero en clasificar los fenómenos hereditarios en mendelianos y no mendelianos.

    3. La experimentación científica no ha confirmado las denominadas "leyes" de la herencia de Mendel

    Las supuestas "leyes" de Mendel conciernen exclusivamente a la reproducción sexual, por lo que quedan fuera todas las demás formas de reproducción de los seres vivos. Ni la descendencia de los virus, las bacterias y los hongos, que son la inmensa mayoría de la naturaleza orgánica, se rigen por esas "leyes". Eso conduce a una conclusión evolucionista bastante obvia que desacredita al mendelismo, que está montado sobre dicha concepción errónea: la reproducción sexual no es la causa sino la consecuencia de la evolución.

    Las supuestas "leyes" de Mendel no sólo no se aplican tampoco a la herencia citoplasmática, descubierta por Correns en 1908, sino que ambas se contradicen (C.W.Birky Jr.: Relaxed and stringent genomes: Why cytoplasmic genes don’t obey Mendel’s laws, The Journal of Heredity, vol.85, 1994, pgs.355 y stes.; D.Gilchrist, D.M.Glerum y R.Wevrick: Deconstructing Mendel: new paradigms in genetic mechanisms, Clinical & Investigative Medicine, vol.23, 2000, pgs.188 y stes.; J. Wagstaff: Genetics beyond Mendel. Understanding nontraditional inheritance patterns, Postgraduate Medical Journal, vol.108, 2000).

    En 1909 el belga Frans Janssens descubrió el entrecruzamiento (crossing over) de los cromosomas en la división celular, por lo que la denominada "ley de la segregación" de Mendel no es tal ley. De nuestros ancestros no recibimos su ADN; ni siquiera recibimos sus cromosomas sino fragmentos entremezclados de ellos, es decir, que se produce una mezcla de los procedentes del padre con los de la madre.

    En 1925 Alfred Sturtevant demostró que las secuencias de ADN del genoma no son independientes, como suponen las "leyes" de Mendel, sino que aparecen asociadas entre sí (linkage) en los cromosomas. Se denomina "efecto de posición" y, aunque Sturtevant lo consideró excepcional, los soviéticos Dubinin y Sidorov lo generalizaron en 1934, calificándolo de "vecindad genética". El genoma es sinérgico, cada secuencia de ADN es contextual, no funciona con independencia de las otras y, por consiguiente, su expresión depende de su posición, es decir, de las demás secuencias que la rodean.

    En 1960 Helen V.Crouse descubrió la "impronta", que acabó de derribar el último mito de las "leyes" de la herencia: los alelos dominantes y recesivos. Los organismos diploides tienen dos copias de cada cromosoma y, por lo tanto, secuencias duplicadas de ADN (alelos), siendo uno de ellos de origen materno y el otro paterno. El mendelismo ha venido sosteniendo que el origen materno o paterno era indiferente porque los alelos eran equivalentes y la impronta dependía del azar. Es erróneo. Ambos alelos se trasmiten pero uno de ellos se metila. Por consiguiente, la impronta es una modificación epigenética del genoma, es decir, depende de factores ambientales, del desarrollo del organismo.

    Finalmente los propios mendelistas se han visto obligados a reconocer que "la inmensa mayoría" de las variaciones no se heredan en forma mendeliana (L.L.Cavalli-Sforza y W.F.Bodmer: Genética de las poblaciones humanas, Omega, Barcelona, 1981, pgs.501 y stes.).

    (A los ignorantes les gusta conocer las credenciales de las personas que escriben. A los científicos lo que les gusta conocer son las credenciales de lo escrito)
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    Mensaje por Comunista Libertario Sáb Ago 13, 2011 6:06 pm

    Demofilo escribió:1. Mendel no es el padre de la genética, ni tampoco descubrió las denominadas "leyes" de la herencia

    Las prácticas de hibridación en animales y plantas eran conocidas desde tiempo inmemorial, pero no existía constancia escrita de las leyes que la regulan. Como en cualquier otra ciencia que está en sus comienzos, el conocimiento era exclusivamente una práctica que luego se convirtió en teoría.
    Hacia mediados del siglo XVIII el alemán Joseph Kölreuter ya describió que los híbridos de la primera generación aparecen mezclados y uniformes y que, al cruzar de nuevo estos híbridos, en la segunda generación aparecían numerosas variaciones que, en determinados porcentajes cuantitativos, se asemejaban a sus progenitores.
    El primero en escribir sobre la dominancia, uniformidad y segregación de los caracteres de la descendencia de los híbridos fue el inglés Thomas Andrew Knight a finales del siglo XVIII.
    En 1822 el británico John Goss volvió a describir los fenómenos de dominancia y recesividad de los híbridos.
    Dos años después Alexander Seton confirmó las conclusiones experimentando con guisantes, lo mismo que Mendel.
    En 1826 el francés Augustin Sageret también describió los caracteres de los híbridos, extrayendo conclusiones sobre la independencia de los mismos, su segregación y recombinación. Fue uno de los primeros en hablar de caracteres "dominantes" para designar la preponderancia de algunos de ellos sobre los demás y expuso la posibilidad de combinarlos. Constató de que los híbridos obtenidos no eran intermedios entre los dos progenitores; en cada carácter hay una estrecha semejanza con uno u otro antecesor.
    El primer tratado de genética fue el publicado por el francés Prosper Lucas en 1847. Se titulaba "Traité philosophique et physiologique de l’hérédité naturelle".
    En 1862 se publicó la obra de Charles Naudin, que le valió el premio de ciencias físicas de París, que Mendel conoció. Según Naudin los híbridos de la primera generación presentan un aspecto uniforme intermedio respecto al de los progenitores, es decir, se anticipa a una de las leyes de Mendel. A partir de la segunda generación consideraba que aparecía una variedad abigarrada de formas que se aproximaba más o menos a alguno de los progenitores. Para explicarlo introdujo el concepto de "segregación", es decir, la coexistencia en la descendencia híbrida de factores no mezclados. Es otra de las leyes de Mendel. Antes se creía que las células sexuales no contenían más que un único factor pero, según Naudin, el híbrido era un mosaico de componentes discretos que se combinan de manera aleatoria.

    2. Las denominadas "leyes" de Mendel no existen

    Mendel no habló nunca de la existencia de unas supuestas "leyes de la herencia" (D.Briggs y S.M.Walters: Evolución y variación vegetal, Guadarrama, Madrid, 1969, pg.72).

    Esas "leyes" no son universales. En una carta el botanista suizo Karl Wilhelm von Nägeli le propuso a Mendel que estudiara otras plantas para ver si confirmaban los resultados obtenidos con los guisantes. Mendel dedicó cinco años a la tarea pero los intentos con otro tipo de plantas no coincidieron con los de los guisantes, comprobando así que sus resultados eran de aplicación limitada.

    Carl Correns criticó a Hugo de Vries por haber supuesto la existencia de unas leyes de la herencia, que él prefirió calificar como "reglas" para destacar ese valor limitado. De 1900 hasta 1927 Correns se dedicó a experimentar para probar precisamente el carácter limitado de las reglas de Mendel. Fue el primero en clasificar los fenómenos hereditarios en mendelianos y no mendelianos.

    3. La experimentación científica no ha confirmado las denominadas "leyes" de la herencia de Mendel

    Las supuestas "leyes" de Mendel conciernen exclusivamente a la reproducción sexual, por lo que quedan fuera todas las demás formas de reproducción de los seres vivos. Ni la descendencia de los virus, las bacterias y los hongos, que son la inmensa mayoría de la naturaleza orgánica, se rigen por esas "leyes". Eso conduce a una conclusión evolucionista bastante obvia que desacredita al mendelismo, que está montado sobre dicha concepción errónea: la reproducción sexual no es la causa sino la consecuencia de la evolución.

    Las supuestas "leyes" de Mendel no sólo no se aplican tampoco a la herencia citoplasmática, descubierta por Correns en 1908, sino que ambas se contradicen (C.W.Birky Jr.: Relaxed and stringent genomes: Why cytoplasmic genes don’t obey Mendel’s laws, The Journal of Heredity, vol.85, 1994, pgs.355 y stes.; D.Gilchrist, D.M.Glerum y R.Wevrick: Deconstructing Mendel: new paradigms in genetic mechanisms, Clinical & Investigative Medicine, vol.23, 2000, pgs.188 y stes.; J. Wagstaff: Genetics beyond Mendel. Understanding nontraditional inheritance patterns, Postgraduate Medical Journal, vol.108, 2000).

    En 1909 el belga Frans Janssens descubrió el entrecruzamiento (crossing over) de los cromosomas en la división celular, por lo que la denominada "ley de la segregación" de Mendel no es tal ley. De nuestros ancestros no recibimos su ADN; ni siquiera recibimos sus cromosomas sino fragmentos entremezclados de ellos, es decir, que se produce una mezcla de los procedentes del padre con los de la madre.

    En 1925 Alfred Sturtevant demostró que las secuencias de ADN del genoma no son independientes, como suponen las "leyes" de Mendel, sino que aparecen asociadas entre sí (linkage) en los cromosomas. Se denomina "efecto de posición" y, aunque Sturtevant lo consideró excepcional, los soviéticos Dubinin y Sidorov lo generalizaron en 1934, calificándolo de "vecindad genética". El genoma es sinérgico, cada secuencia de ADN es contextual, no funciona con independencia de las otras y, por consiguiente, su expresión depende de su posición, es decir, de las demás secuencias que la rodean.

    En 1960 Helen V.Crouse descubrió la "impronta", que acabó de derribar el último mito de las "leyes" de la herencia: los alelos dominantes y recesivos. Los organismos diploides tienen dos copias de cada cromosoma y, por lo tanto, secuencias duplicadas de ADN (alelos), siendo uno de ellos de origen materno y el otro paterno. El mendelismo ha venido sosteniendo que el origen materno o paterno era indiferente porque los alelos eran equivalentes y la impronta dependía del azar. Es erróneo. Ambos alelos se trasmiten pero uno de ellos se metila. Por consiguiente, la impronta es una modificación epigenética del genoma, es decir, depende de factores ambientales, del desarrollo del organismo.

    Finalmente los propios mendelistas se han visto obligados a reconocer que "la inmensa mayoría" de las variaciones no se heredan en forma mendeliana (L.L.Cavalli-Sforza y W.F.Bodmer: Genética de las poblaciones humanas, Omega, Barcelona, 1981, pgs.501 y stes.).

    (A los ignorantes les gusta conocer las credenciales de las personas que escriben. A los científicos lo que les gusta conocer son las credenciales de lo escrito)

    Por supuesto, Mendel nunca habló de leyes de la herencia, simplemente hizo su descubrimiento y lo publicó. Lo mismo podemos decir de Newton.

    Las leyes de la herencia mendelianas fueron reconocidas póstumas a Mendel. Con Newton ocurrió igual.

    Aquí lo que pasa es que usted habla desde la ignorancia y desde el fanatismo político. No es extraño que una persona sin ningún conocimiento en la biología venga a desacreditar conceptos que ni siquiera entiende.

    Sepa usted que los mismos científicos comunistas que todavía viven hoy día en Rusia reconocen algo tan fundamental como las leyes mendelianas de la herencia. Ignorante.
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    Mensaje por Comunista Libertario Sáb Ago 13, 2011 6:10 pm

    Esa intransigencia de eliminar todo lo que no sea oficialmente ideológico es fascismo.

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