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    Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn

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    Mensaje por Iniciado Vie Feb 11, 2011 12:14 am

    Quería preguntar si alguien había leído este libro ( y sí es así que de su opinión) o tiene información sobre él y demás.

    No sé si habría un hilo hablando sobre dicho libro, yo al menos no lo he encontrado con el buscador.

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    Mensaje por Ereshkigal Vie Feb 11, 2011 12:38 am

    ¿Pero quién te ha recomendado leer semejante bazofia? Yo lo leí hace años, no vale ni el papel en el que está impreso, lástima de árboles talados.

    Para enterarme de "como eran las cosas",leyendo Archipiélago Gulag Shocked Shocked Shocked, jajajaja. Nunca entenderé cómo es posible que ese libro se siga editando cuando hay tantos libros maravillosos descatalogados desde hace años Sad
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    Mensaje por Ren Vie Feb 11, 2011 12:54 am

    Ereshkigal escribió:¿Pero quién te ha recomendado leer semejante bazofia? Yo lo leí hace años, no vale ni el papel en el que está impreso, lástima de árboles talados.

    Para enterarme de "como eran las cosas",leyendo Archipiélago Gulag Shocked Shocked Shocked, jajajaja. Nunca entenderé cómo es posible que ese libro se siga editando cuando hay tantos libros maravillosos descatalogados desde hace años Sad


    ¿De que iva camarada? Me lo recomendaron hace tiempo (anticomunistas , claro)
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    Mensaje por NSV Liit Vie Feb 11, 2011 7:02 am

    Yo lo he leído una vez, luego intenté releerlo otra, pero es una pérdida de tiempo, así que lo dejé.

    Primero, Solzhenitsi era un escritor. Vamos, que tenía bastante experiencia en cómo inventarse cosas y darles aspecto de realidad. Para eso era escritor.

    En el libro es una mierda. Da una visión brutal del comunismo, del gulag de las torturas que se hacían, etc.

    Pero ojo, no es un libro de historia, se supone que es un libro de "testimonio" o algo así. Sin embargo si uno piensa con la cabeza las cosas no cuadran. Primero porque hay errores o datos que no parecen ser ciertos ni a primera vista. Además hay cosas muy sospechosas. Por ejemplo describe decenas de tipos de torturas (literalmente, no recuerdo si eran unas cincuenta o así)... sin embargo el mismo reconoce que a él no lo torturon nunca. Esas descripciones de torturas son perfectamente detalladas, como si le hubieran pasado a él (pero él reconoce que no, que solo lo sabe de oídas o de conversaciones con otros presos). Pero describe tantas torturas que es sospechoso que realmente haya conseguido los datos conversando con presos. Vamos que yo no me imagino a la gente en el Gulag tomando un café en el bar y hablando, oye, a mí me rociaron con agua fría, y a mí me dieron corriente eléctrica, etc. Y tampoco me imagino al señor Solzhenitsin, vigilado por el KGB, en un café en el centro de Moscú (por ejemplo), quedando con sus "amigos" del Gulag hablando de qué torturas les habían aplicado, y el señor Solzhenitsin tomando notas sin que el KGB hiciera nada. O si no en un café, por ejemplo en la casa de uno de ellos... vamos que se supone que tenían controlado a Solzhenitsin, ¿no iban a encontrar sospechoso que visitara a 50-100-200 expresos del Gulag?). El caso es que Solzhenitsin reconoce que a él no lo torturaron, así que imagino que para conseguir 50 tipos de torturas tuvo que hablar con muchísima gente, porque entre esa gente muchos no habrían sido torturados, y otros muchos habrían sido torturados con los métodos más sencillos. Vamos, que parece salido todo más bien de la imaginación calenturrienta del tipejo ese.

    Además las torturas que cuenta en el libro no tienen mucha lógica, con ellas se pretendía que los presos reconocieran confesiones falsas, pero para eso no hace falta inventarse la cantidad de torturas que se inventa este hombre. Con dos o tres de las más sencillas cualquiera confesaría cualquier cosa. Solzhenitsin en cambio nos presenta una lista detallada de decenas de métodos diferentes. No tiene lógica ni sentido porque no se necesita tanto para que alguien firme una confesión. Y claro, si de lo que se trata es de torturar, se pueden inventar muchísimos métodos. Pero aquí no se trataba de torturar realmente, sino de que los presos firmaran confesiones falsas (bueno, supuestamente).


    La cumbre llega cuando describe que uno de los métodos de tortura era que llegaba la jueza (o la comisaria, ya no recuerdo) y se desnudaba delante del preso, que estaba atado (para torturarlo "sexualmente"). Aquí ya me quedó claro que el libro no valía nada, era simplemente basura y todo lo que está escrito en él es mentira.

    Y ojo, no dijo que no se dieran casos de tortura, seguramente se dieran, igual que se dan hoy en la policía de cualquier país del mundo, incluyendo los que se supone que son democráticos (mucho más democráticos que la URSS). Pero esas torturas no fueron sistemáticas ni fueron organizadas por el gobierno soviético (por cierto el mismo Solzhenitsin reconoce que no hay documentos oficiales que demuestren la tortura).

    Por lo demás, más allá de este libro, Solzhenitsin no era un tipo de fiar, más bien un falsificador. Era partidario de la teoría de los ciento y pico millones de muertos por culpa del comunismo soviético. Teoría que no se sostiene de ninguna manera (se inventa los datos, aplica análisis totalmente estúpidos como elegir el índice de natalidad más alto que encuentra para la Rusia zarista y aplicarlo a todos los años de la URSS, y la diferencia, pues han sido muertos por culpa de Stalin y de otros), también consideraba que el culpable de la Segunda Guerra Mundial era Stalin, y chorradas por el estilo. Sin contar que era prozarista y yo diría filofascista, que no tenía el menor respeto por las minorías étnicas (sobre todo si no eran eslavos), etc. En fin, basura ideológica.

    Y es que además, su relato del Gulag se contradice con lo que otros presos del Gulag cuentan. Por ejemplo el filósofo A. Zinoviev, también preso del Gulag no está nada de acuerdo con la visión que da Solzhenitsin, no habla de esas torturas ni nada. Las condiciones de vida eran muy difíciles, claro, pero no por las torturas, sino por las condiciones de vida tan duras en Siberia, por los efectos de la 2GM, etc.

    En fin... una mierda de libro, tan mierda como el que lo escribió (aunque es cierto que era muy buen escritor, de ahí que pueda "manipular" tan bien al lector).

    Salud

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    Mensaje por Ereshkigal Vie Feb 11, 2011 1:34 pm

    NSV Liit escribió:Yo lo he leído una vez, luego intenté releerlo otra, pero es una pérdida de tiempo, así que lo dejé.

    Primero, Solzhenitsi era un escritor. Vamos, que tenía bastante experiencia en cómo inventarse cosas y darles aspecto de realidad. Para eso era escritor.

    En el libro es una mierda. Da una visión brutal del comunismo, del gulag de las torturas que se hacían, etc.


    Completamente de acuerdo contigo, camarada. Yo lo leí hace más de diez años y tuve claro que no iba a repetir su lectura, en mi caso ya no sólo por las pajas mentales que aparecen plasmadas en el libro sino porque no me gustó el estilo literario. Si no me gusta ni una cosa en un libro no intento volver a leerlo porque la vida es muy corta y hay muchos libros por leer.

    Pero el problema es que mucha gente sigue tomándose ese libro como si fuera un documento histórico veraz y fiable al 100%, lo consideran una muestra del verdadero comunismo porque Solschenizyn se lo montó muy bien y escribió lo que los países capitalistas querían leer sobre la oscura vida en la Rusia Soviética. Pura propaganda antisoviética. A mí me parece basura muy inteligente, estoy segura de que Solschenizyn no tenía ni un pelo de tonto, prueba de ello es que el libro se sigue editando y la gente alienada sigue pensando que cuenta la verdad. Además, el Nobel que le concedieron en 1970 demuestra que en los grandes premios literarios ( y de cualquier tipo) pesa más la política que la calidad literaria de por si.

    Yo, por mi parte no pienso perder ni un minuto más de mi tiempo con ese libro ni con su autor. De todas formas este hilo tendría que estar en biblioteca y no aquí.









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    Mensaje por Estadulho Vie Feb 11, 2011 3:18 pm

    Fue siempre un agitador contrarevolucionario y a sueldo de los servicios secretos occidentales, todo lo que supuestamente él escribió, se lo financiaron y posiblemente hasta se lo redactaron sus amos yanquis.
    Su última aparición pública digna de reseñar fue cuando recién muerto la boñiga de Franco, lo mandaron los yanquis a dar una entrevista en la televisión española (yo la recuerdo, pues la repitieron cuatrocientas mil veces), para decirnos lo afortunados que habíamos sido los españoles con esa tremenda libertad y democracia que gozamos con Franco, y que la única dictadura chunga era la de la URSS.
    Después de tal disparate lo fueron retirando de la circulación porque su chocheo era ya demasiado evidente y lo botaron para la Rusia de Putin hasta que se murió allí de puro asco.
    Además era un racista monumental, siendo él cosaco. :antina: :antina: :antina:


    Última edición por Estadulho el Dom Feb 13, 2011 11:11 pm, editado 1 vez
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    Mensaje por Iniciado Vie Feb 11, 2011 3:45 pm

    Gracias por la información.
    Sí, me he equivocado al colocar el hilo, si alguien lo puede mover...
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    Mensaje por DP9M Vie Feb 11, 2011 4:07 pm

    Alexander Solzhenitsyn.

    Otra persona que siempre es asociada a los libros y artículos en los periódicos sobre los supuestos millones de muertos y prisioneros en la URSS, es el ruso Alexander Solzhenitsyn.
    Solzhenitsyn es conocido en el mundo capitalista desde fines de los años 60 por su libro titulado: ”El Archipiélago de Gulag” y que trata sobre la situación de los presos en los campos de trabajo en la Unión Soviética. El mismo estuvo preso 8 años, condenado por actividades contrarevolucionarias en 1946 al haber distribuido propaganda en contra del pueblo de la Unión Soviética.
    Según Solzhenitsyn, la lucha contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra mundial había sido una lucha innecesaria y todos los sufrimientos impuestos al pueblo soviético por los nazis pudieron haber sido evitados si el gobierno soviético hubiese hecho un compromiso con Hitler.
    Solzhenitsyn acusaba también al gobierno soviético y a Stalin por los terribles resultados de la guerra para el pueblo de la URSS, diciendo que éstos eran peores que Hitler. Solzhenitsyn no escondía sus simpatías por los nazis y fue condenado como traidor.
    Solzhenitsyn comenzó en 1962 a publicar libros en la URSS con el consentimiento y la ayuda de Nikita Kruchef, siendo el primer libro publicado: ”Un dia en la vida de Ivan Devisovtjs” y que se trataba sobre la vida de un preso.
    Kruchef utilizaba los textos de Solzhenitsyn para combatir la herencia socialista de Stalin. Solzhenitsyn ganó en 1970 el Premio Nobel de literatura por su libro ”El archipiélago de Gulag” y sus libros comenzaron a ser publicados en los países capitalistas en grandes cantidades convirtiéndose el autor, en uno de los instrumentos más importantes del imperialismo en el combate al socialismo y a la Unión Soviética. Los textos suyos sobre los campos de trabajo junto a la otra propaganda sobre los supuestos millones de muertos en la URSS, fueron utilizados como verdades en los medios de comunicación capitalistas.
    En 1974, Solzhenitsyn renunció a su ciudadanía soviética y emigró primero a Suiza y más tarde viajó a los EEUU. A estas alturas, era considerado en la prensa capitalista como el más grande luchador por la libertad y la democracia. Sus simpatías nazistas fueron enterradas para no perturbar la guerra de propaganda contra del socialismo.
    En los EEUU, Solzhenitsyn fue invitado muchas veces para intervenir en reuniones importantes. Por ejemplo: como orador principal en el congreso de los sindicatos AFL-CIO en 1975 y el 15 de julio del mismo año fue invitado para hacer un discurso sobre la situación mundial ¡en el Senado de los Estados Unidos!
    Los discursos de solzhenitsyn eran de una agitación violenta y provocativa, argumentando y haciendo propaganda a las ideas más reaccionarias. Entre otras cosas, se manifestó por nuevos ataques a Vietnam después de la victoria éste sobre los EE UU. Además, después de 40 años de fascismo en Portugal cuando los oficiales de izquierda del ejército tomaron el poder en la revolución popular de 1974, Solzhenitsyn comenzó a hacer propaganda por una intervención militar de los EE UU en Portugal deciéndo que ¡éste pasaría a ser miembro del Pacto de Varsovia si los EEUU no intervenían!
    En sus discursos, Solzhenitsyn lamentaba siempre la liberación de las colonias portuguesas en Africa, pero está claro que lo principal en los discursos de Solzhenitsyn era siempre la guerra sucia contra el socialismo. Desde supuestas ejecuciones de millones y millones de personas en la URSS hasta las supuestas decenas de millares de norteamericanos presos y esclavizados que existían en Vietnam del Norte.
    Esta idea de Solzhenitsyn acerca de los norteamericanos utilizados como esclavos en Vietnam del Norte dió origen a las películas de Rambo sobre la guerra del Vietnam.
    Los periodistas norteamericanos que se habían atrevido a escribir sobre la paz entre los EEUU y la Unión Sovética, eran señalados por Solzhenitsyn como traidores potenciales. Este hacía también propaganda por un aumento de la capacidad militar de Estados Unidos, deciéndo que la URSS era más poderosa en ”tanques y aviones de 5 a 7 veces y en armas atómicas que en ”breve serían 2, 3 y 5 veces más potentes que las de EEUU”.
    Los discursos de Solzhenitsyn en los EEUU eran la voz de la extrema derecha, pero él iba aún más lejos, en apoyo abierto al fascismo.


    Respaldo al Fascismo de Franco

    Después de la muerte de Franco en 1975, el régimen fascista español comenzó a perder el control de la situación política y al comienzo de 1976, los acontecimientos en España tomaron un carácter tal que cautivaron la atención de la opinión pública mundial.
    Huelgas y manifestaciones exigían democracia y libertad. El heredero de Franco -el rey Juan Carlos- fue obligado a iniciar una liberalización muy cautelosa para calmar la agitación social.
    En ese momento importante para la vida política española aparece Alexander Solzhenitsyn en Madrid
    y es entrevistado en el programa ”Directísimo”, el sábado 20 de marzo por la noche en el mejor horario
    televisivo (periódicos ABC y YA del 21 de marzo de 1976).
    Solzhenitsyn, que previamente había recibido las preguntas, aprovechó la oportunidad para hacer todo tipo de declaraciones reaccionarias. La intención suya no fue de dar un amplio apoyo a la llamada liberalización del Rey. Al contrario, Solzhenitsyn prevenía a las personas contra las reformas democráticas!
    En su intervención en la TV declaró que: ”110 millones de rusos murieron víctimas del socialismo” y comparó ”la esclavitud a que estaban sometidos los soviéticos con las libertades que se disfrutaban en España”.
    Solzhenitsyn acusó también de utópicos a los ”círculos progresistas” porque consideraban a España como una dictadura. Los progresistas eran toda la oposión democrática desde liberales hasta socialdemócratas y comunistas. Solzhenitsyn decía: ”En el otoño pasado la opinión pública mundial estaba preocupada por la suerte que corrían los terroristas españoles (los cinco anti-fascistas condenados a muerte y ejecutados por el régimen de Franco. Nota del autor MS). Cada vez más la opinión pública progresista exige reformas políticas inmediatas; al mismo tiempo apoya los actos terroristas”… ” Los que quieren reformas democráticas rápidas: ¿sáben lo que sucederá mañana y pasado mañana? España podrá tener democracia mañana, pero pasado mañana: ¿se puede evitar caer en un totalitarismo después de la democracia?”
    Ante las cautelosas preguntas de los periodistas si acaso estas declaraciones no podían ser vistas como un apoyo a los regímenes en donde no existía la libertad, Solzhenitsyn respondió: ”Conosco solamente un lugar en donde no hay libertad, ese lugar es Rusia”.
    Las declaraciones de Solzhenitsyn en la TV española fueron un apoyo directo al fascismo español (una ideología que él aún mantiene). Esta es una de las causas por las cuales Solzhenitsyn desapareció cada vez más de los discursos públicos durante sus 18 años de exilio en los EEUU y uno de los motivos por los cuales los gobiernos capitalistas no le dieron total apoyo político. Los capitalistas están muy agradecidos por haber podido utilizar a un hombre como Solzhenitsyn en su guerra contra el socialismo. Pero todo tiene sus límites.
    En la nueva Rusia capitalista, el apoyo del mundo occidental a los grupos políticos es determinado pura y simplemente por las posibilidades de hacer negocios con buenas ganancias. El fascismo como alternativa política para Rusia no es considerado como una política que estimule los negocios. Por eso es que el proyecto político de Solzhenitsyn para Rusia no tiene vigencia en lo que respecta al apoyo del mundo occidental. Lo que Solzhenitsyn quiere como futuro político para Rusia es: ¡la vuelta al sistema autoritario de los Zares, ligado a la Iglesia ortodoxa rusa!
    Ni siquiera los imperialistas más arrogantes están interesados en respaldar una estupidez semejante. Para respaldar a Solzhenitsyn en el mundo occidental existe solo la idiotez intelectual de la extrema derecha.
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    Mensaje por DP9M Vie Feb 11, 2011 4:14 pm

    Esto e suna de las principales fuentes que usa la falsimedia occidental y su propaganda. Literatura y novelas d eun escritos victima de los Gulags. Un tipo que decia que mataban a decenas de millones en los gulags, como mapos de exterminio. El, como explica en uno de sus libros , tuvo tumor de estomago en el gulag, y fue OPERADO POR LOS MEDICOS DE ESTE y se le salvo la vida. Aqui algo no cuadra.

    ¿ Que en un gulag habian medicos ? No jodas, para como lo pinta el fascista este... Encima salvan a un disidente del sanginario regimen rojo de mordor.

    Es un frsante que aprovecho como se volcaron con el logicamente los anticomunistas llenandole los bolsillos de dolares y asi es como hizo carrera.

    Primero hablaba de 40 millones de muertos por stalin, despues paso a 60 millones ( los que nombra en el archipielago gulag ) y como ya esto era la fiesta continua , acabo diciendo que habian muerto 110 millones. Un pais que tenia en aquel entonces 120-140 millones de habitantes.

    Esta claro que este fumaba crak y le gustaba mucho el dinerillo.
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    Mensaje por DP9M Vie Feb 11, 2011 4:17 pm

    Aqui el texto entero de lo que postee

    MILLONES DE MUERTOS:
    DE HITLER Y HEARST A CONQUEST Y SOLZJENITSYN

    La historia de los supuestos millones de presos y muertos en los campos de trabajo y los muertos por el hambre en la Unión Soviética en los tiempos de Stalin.

    En el mundo en que vivimos, ¿quién escapa de las terribles historias de muertes y supuestos asesinatos en los Gulag, campos de trabajo de la URSS?
    ¿Quién logra escapar de las historias de millones de muertos por el hambre y de los millones de opositores ejecutados en la Unión Soviética en los tiempos de Stalin?
    En el mundo capitalista se repiten infinitamente estas historias en los libros, en los periódicos, en las radios, la televisión, en el cine y el mito decenas de millones de víctimas que el socialismo habría causado, han crecido ilimitadamente en los últimos 50 años.
    Pero en realidad ¿de dónde provienen estas historias y cifras? ¿Quienes están detrás de todo esto? Y otra pregunta: ¿qué hay de verdad en éstas historias? Por ejemplo: ¿cuál es la información existente en los archivos de la URSS que anteriormente eran secretos y que fueron abiertos en 1989 por Gorbatjov?
    Según los mitómanos, todas esas historias de millones de muertos en la Unión Soviética de Stalin se confirmarían el día en que los archivos fuesen abiertos. ¿Fué lo acontecido? ¿Fueron confirmados tales mitos?
    En el artículo a continuación mostraremos de dónde vienen y quiénes están detrás de estas historias de millones de muertos en campos de trabajo y por el hambre en la Unión Soviética de Stalin.
    El autor del texto, después de haber estudiado el resultado de las investigaciones efectuadas en los archivos de la URSS, nos informa con cifras concretas sobre el verdadero número de presos, años de prisión y verdadero número de muertos y condenados a muerte en la Unión Sovética. ¡La realidad es bien diferente a los mitos!
    El autor del texto, Mario Sousa es militante del Partido Comunista KPML(r) de Suecia y el artículo fue escrito en sueco para el periódico del partido Proletären (El Proletario), donde fue publicado en abril de 1998.

    **************

    En linea recta através de la historia: ¡De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn!

    En 1933, la situación política en Alemania sufrió transformaciones las cuales han dejado huellas en la historia mundial. El 30 de enero de aquel año, Hitler fue nombrado canciller y una nueva forma de gobernar comienza a delinearse con violencia y sin respeto por las leyes.
    Para consolidar el poder, los nazis convocaron a nuevas elecciones para el dia 5 de marzo, utilizando toda la propaganda a su alcance para asegurar un resultado victorioso.
    El 27 de febrero -una semana antes de las elecciones- los nazis incendiaron el parlamento acusando a los comunistas de ser los autores del delito. El partido comunista fue prohibido y muchos militantes comunistas fueron arrestados.
    En las elecciones, los nazis obtubieron 17,3 millones de votos y 288 diputados con un 48% del electorado. En Noviembre de 1932 habían obtenido 11,7 millones de votos y 196 diputados.
    Después de ilegalizar a los comunistas, los nazis comenzaron ha perseguir a los socialdemócratas y al movimiento sindical. Los primeros campos de concentración fueron abiertos llenándose con hombres y mujeres de izquierda.
    Mientras tanto, continuaba aumentando el poder de Hitler en el parlamento con el apoyo de la derecha. El día 24 de marzo, Hitler logra la promulgación de una ley en el parlamento que le confirió poderes absolutos para gobernar Alemania durante 4 años sin necesidad de consulta parlamentaria.
    A partir de ese momento comenzaron las persecusiones abiertas a los judios enviándolos a los campos de concentración en donde ya se encontraban comunistas y socialdemócratas de izquierda.
    Hitler continuó la carrera por el poder total rompiendo con todos los acuerdos internacionales de 1918 que imponían restricciones armamentistas e impedían la militarización de Alemania. El rearmamento de Alemania se acceleró.
    Esta era la situación política internacional cuando el mito de los millones de muertos en la Unión Soviética comenzó a crearse.


    Ucrania: ¡Espacio vital de Alemania!

    Junto a Hitler en el gobierno alemán se encontraba Jossef Goebbels, Ministro de Propaganda y máximo responsable de inculcar en el pueblo alemán el sueño del nazismo: un pueblo de raza pura viviendo en la Gran Alemania y un país con un gran espacio vital. Una parte de este espacio -un territorio mucho mayor que Alemanía- sería conquistado en el Este e incorporados a la nación alemana.
    En 1925, en el libro”Mein Kampf”, Hitler había señalado ya que Ucrania era parte del territorio alemán. Ucrania y otras regiones del Este de Europa pertenecerían a la nación alemana para ser utilizadas en forma ”correcta”.
    Según la propaganda nazi, la espada alemana ”liberaría” esas tierras para luego ¡undir el arado alemán!
    Con las técnicas y las empresas alemanas, Ucrania se transformaría en una tierra productora de cereales para Alemania. Pero primero los alemanes tenían que liberar a Ucraina de los ”seres humanos inferiores” que allí habitaban, los cuales -según la propaganda nazi- serían utilizados como fuerza de trabajo esclava en los hogares, en las fábricas, en la agricultura y en todos los lugares donde la economía alemana lo necesitase.
    La conquista de Ucrania y otras regiones de la Unión Soviética implicaba necesariamente la guerra en contra de la URSS y era necesario prepararla a largo plazo. Para estos efectos el Ministerio de Propaganda nazi diriguido por Goebbels inició en 1934 una campaña de supuesto genocidio hecho por los bolcheviques en Ucrania. Esta se trataba de una terrible catástrofe de hambre que habría sido provocada por Stalin para someter y obligar a los campesinos a aceptar una política socialista. El objetivo de la campaña nazi era la de preparar a la opinión pública mundial para la ”liberación” de Ucrania por las tropas alemanas.
    A pesar de grandes esfuerzos y que los textos de la propaganda alemana fueron publicados en la prensa inglesa, la campaña nazi sobre el ”genocidio” en Ucrania no fue un gran susceso a nivel mundial. Era evidente que Hitler y Goebbels necesitaban ayuda para respaldar las calumnias sobre la Unión Soviética. !La ayuda la encontraron en los EEUU de Norteamérica!

    William Hearst, un amigo de Hitler.

    William Randholph Hearst era un multi-millonario norteamericano que ayudó a los nazis en la guerra psicológica contra la URSS. Hearst era un redactor norteamericano conocido como ”el padre” de la prensa amarilla y sensacionalista.
    William Hearst comenzó la carrera de redactor en 1885 cuando su padre, George Hearst (millonario de la industria minera, senador y redactor), le regaló la dirección del periódico San Francisco Daily Examiner. Así comenzó también el imperio periodístico de Hearst que de una manera definitiva dejaría huellas profundas en la vida diaria y en los conceptos de los norteamericanos.
    Después de la muerte de su padre, William Hearst vendió todas las acciones de la industria minera que heredó y comenzó a invertir el capital en los medios de comunicación. La primera compra que hizo fue el New York Morning Journal, un periódico de tipo tradicional que Hearst transformó totalmente en un diario sensacionalista.
    Las noticias eran compradas a cualquier precio y cuando no había crueldades o crímenes violentos para contar, los periodistas y fotógrafos debían de ”arreglar” el asunto y justamente esta es una de las carecterística de la ”prensa amarilla” escribir mentiras y crueldades arregladas como verdades.
    Las mentiras de Hearst lo hicieron millonario y una de las personas más importantes del mundo del periodismo, siendo en 1935 uno de los hombres más ricos del mundo con una fortuna avaluada en 200 millones de dólares.
    Después de la compra del Morning Journal, Hearst continuó comprando y fundando periódicos y semanarios por todos los EE UU. En la década de los años cuarenta, William Hearst era propietario de 25 periódicos, 24 semanarios, 12 emisoras de radio, 2 agencias de noticias, un servicio informativo para el cine, la empresa cinematográfica Cosmopolitan y mucho más. En 1948 compró una de las primeras estaciones de televisión de los EEUU, la WBAL-TV en Baltimore. La prensa de Hearst vendía ¡13 millones de ejemplares! y tenía cerca de ¡40 millones de lectores al día! ¡Casi un tercio de la población adulta de USA leía diariamente la prensa de Hearst! Y aún más, millones de personas en el mundo recibían la información de la prensa de Hearst através de las agencias de noticias, películas y una serie de revistas que eran traducidas y editadas en grandes cantidades en todo el mundo.
    Las cifras anteriormente mencionadas muestran muy bien de que manera el imperio de Hearst influenció la vida política norteamericana y la vida política del mundo en general durante muchos años. Entre otras cosas por ejemplo: en contra de la participación de EE UU al lado de la URSS en la Segunda Guerra mundial y las campañas anti-comunistas de McCarty en la década de los años cincuenta.
    Las ideas de William Hearst eran extremadamente conservativas, nacionalistas y anti-comunistas. Su política era una política de extrema derecha. En 1934 hizo un viaje a Alemania donde fue recibido por Hitler como invitado y amigo.
    Después de este viaje, los periódicos de Hearst se volvieron aún más reaccionarios y siempre con artículos en contra del socialismo, en contra de la Unión Soviética y en especial en contra de Stalin.
    Hearst intentó tambien utilizar abiertamente sus periódicos para hacer propaganda nazi através de una serie de artículos de Herman Göring, la mano derecha de Hitler. Pero producto de las protestas de muchos lectores fue obligado a suspender la publicación y retiró los artículos de Göring.
    Después de visitar a Hitler, los periódicos sensacionalistas de Hearst salían llenos de ”revelaciones” sobre acontecimientos terribles en la Unión Soviética. Asesinatos, genocidios, trabajo esclavo, lujo de los gobernantes y muerte para el pueblo eran a diario las grandes ”noticias”. El material era entregado a Hearst por la Gestapo, la policía política de la Alemania nazi.
    En las primeras páginas de los periódicos había muchas veces caricaturas con imágenes falsas de la Unión Soviética donde Stalin era retratado como un asesino cuchillo en mano. No debemos olvidar que estos artículos eran leidos por ¡40 millones de personas en los EE UU y millones en otras partes del mundo!


    El mito del hambre en Ucrania.

    Una de las primeras campañas de la prensa de Hearst en contra de la URSS fue los supuestos
    millones de muertos, víctimas del hambre en Ucrania. La campaña se inició el 18 de febrero de 1935 en el periódico Chicago American con un titular en la primera página: ”Seis millones de muertos por el hambre en la Unión Soviética”.
    Utilizando material llegado desde Alemania nazi, el magnate de la prensa y simpatizante del nazismo William Hearst, comenzó a publicar historias fantásticas sobre un genocidio provocado por los bolcheviques con el resultado de millones de muertos por el hambre en Ucrania.
    La realidad era bien diferente. Lo que había sucedido en la Unión Soviética al comienzo de la década de los años treinta era una gran lucha de clases en que los campesinos pobres y sin tierras se levantaron en contra de los grandes terratenientes ricos -los Kulakos- e iniciaron la lucha por los colectivos agrícolas, Koljozes. Esta gran lucha de clases que envolvió directa o indirectamente a 120 millones de campesinos, causó inestabilidad en la producción agrícola y en algunas regiones la falta de productos alimenticios.
    La falta de comida debilitaba a las personas y contribuía a aumentar las víctimas de epidemias infecciosas. Este tipo de epidemias era un acontecimiento tristemente común en el mundo por aquella época.
    Entre 1918 y 1920 una epidemia conocida como la gripe española produjo millones de muertos en los EE UU y 20 millones murieron en Europa, pero nadie acusó a esos gobiernos de matar a sus ciudadanos. El hecho es que los gobiernos nada podían hacer en contra de epidemias de esa índole.
    Durante la Segunda Guerra mundial apareció la penicilina y las infecciones pudieron ser combatidas con éxito a fines de la década de los años cuarenta.
    Los artículos de la prensa de Hearst sobre los millones de muertos por el hambre en Ucrania que había sido ”provocada por los comunistas” eran detallados y terribles. La prensa de Hearst utilizó todo a su alcance para hacer de las mentiras una realidad haciendo que la opinión pública en los países capitalistas se volviese fuertemente en contra de la Unión Soviética. Así se originó el primer mito de los millones de muertos en la URSS.
    Una ola de protestas contra el hambre ”provocada por los comunistas” continuó en la prensa Occidental y nadie quizo escuchar los desmentidos de la Unión Soviética. ¡Las mentiras de la prensa de Hearst en 1934 tuvieron que esperar hasta 1987 para ser completamente desenmascaradas!
    Durante más de 50 años y basados en estas calumnias varias generaciones en todo el mundo fueron influenciadas para tener una visión negativa del socialismo y de la URSS.

    El imperio de Hearst en 1998.

    William Hearst murió en 1951 en su casa de Beverly Hills, en California. Hearst dejó un imperio de las comunicaciones de masa que aún hoy continúa repartiendo por el mundo sus mensajes reaccionarios.
    La empresa The Hearst Corporation es una de las más grandes del mundo y cuenta con más de 100 compañias donde trabajan 15.000 personas. El imperio hoy día cuenta con periódicos, revistas, libros, radio, televisión, TV-Cable, agencias noticiosas y multimedia.


    !52 años para desemascarar una mentira!

    La campaña de desinformación de los nazis referente a Ucrania no terminó con la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra mundial. Las mentiras nazis fueron retomadas por la CIA y el MI 5 británico y tuvieron siempre garantizado un lugar en la guerra de propaganda en contra de la Unión Soviética.
    Las campañas anti-comunistas de Mc Carthy en los EEUU después de la Segunda Guerra mundial,
    también sobrevivieron a costa de ”los millones de muertos por el hambre en Ucrania”.
    En 1953, fue publicado en los EEUU un libro sobre este tema bajo el título:”Black deeds of the Kremlin” (Los Sucesos Negros del Kremlin). La publicación fue pagada por refugiados ucranianos en los Estados Unidos. Gente que había colaborado con los nazis durante la Segunda Guerra mundial y que el gobierno de los Estados Unidos había otorgado asilo político presentándolos al mundo como demócratas.
    Cuando Reagan fue elegido presidente de los EEUU e inició su campaña anti-comunista en la década de los años 80, se reanudó la propaganda de los ”millones de muertos en Ucrania”.
    En 1984, un profesor de la Universidad de Harvard editó un libro con el título: ”The Human life in Russia” (”La vida humana en Rusia”) en el cual estaba incluido el material falso de la prensa nazi de Hearst de 1934. Así fueron reeditadas en 1984 las mentiras y falsificaciones nazistas de los años 30, pero ahora con la fachada respetable de una Universidad norteamericana.
    La historia no termina aquí. En 1986 se publicó otro libro sobre el tema con el título: ”Haverst of sorrow”, escrito por el ex agente de la policía británica Robert Conquest que es hoy día profesor de la Universidad de Stanford en California. Por el ”trabajo” con este libro recibió 80.000 dólares de la Asociación Nacional Ucraniana. Esta misma asociación pagó también una película cinematocráfica en 1986 con el nombre: ”The Harvest of Despair” que entre otras cosas utilizó el material de Conquest. A estas alturas, las cifras presentadas en los EEUU acerca de los ”muertos por el hambre en Ucrania” eran ¡ya 15 millones! No obstante, el material presentado en la prensa, libros y películas norteamericanas era completamente falso.
    El periodista canadiense Douglas Tottle, demostró con rigor esa falsificación en su libro ”Fraud, Famine and Fascism; The Ucrainian Genocide Myth From Hitler to Harvard ”, editado en Toronto en 1987. Entre otras cosas, Tottle demostró que el material fotográfico presentado (fotografías horribles de niños desnutridos), fue sacado de publicaciones del año 1922 cuando millones de personas murieron en la guerra y por el hambre cuando 14 ejércitos extranjeros invadieron la URSS durante la guerra civil de 1918 a 1921.
    Douglas Tottle nos lleva también a las fuentes periodísticas de 1934. Los reportajes sobre el hambre y las reseñas de viajes de los periodistas nos muestran la mezcla de mentiras publicadas en la prensa de Hearst. El periodista que durante mucho tiempo había enviado reportajes y fotografías de las llamadas zonas de hambre, un cierto Thomas Walker, nunca había estado en Ucrania. El había visitado Moscú durante cinco días.
    Este hecho fue revelado por el periodista Louis Fisher por aquel tiempo corresponsal en Moscú del periódico norteamericano The Nation. Fisher reveló también que el periodista M. Parrott, un verdadero corresponsal en Moscú de la prensa de Hearst, había enviado reportajes que nunca fueron publicados sobre las cosechas con muy buenos resultados en 1933 en la URSS y sobre una Ucrania soviética en desarrollo.
    Tottle nos muestra también que el periodista que hacía los reportajes sobre el hambre para Hearst, el tal Thomas Walker, en realidad se llamaba Robert Greeen y era un condenado, ¡fugado de una prisión estatal de Colorado!
    Este Walker alias Green, fue recapturado cuando regresó a los EEUU y confesó ante un tribunal que él jamás había estado en Ucrania. Todas esas mentiras sobre los millones de muertos de hambre en Ucrania en los años treinta ”provocada por Stalin” ¡solo vinieron a ser conocidas y comprobadas en 1987!
    El nazista Hearst, el agente de la policia Conquest y otros, han engañado a millones de personas con sus mentiras y falsos reportajes. Aún hoy día aparecen las historias del nazista Hearst en libros recién editados por escritores pagados por la derecha.
    La prensa de Hearst con una posición monopolista en muchas ciudades de los EEUU y con agencias de noticias en todo el mundo fue un gran megáfono de la Gestapo en el mundo. En un mundo dominado por el capital monopolista fue posible a la prensa de Hearst transformar las mentiras de la Gestapo en verdades en muchos periódicos, estaciones de radio y, más tarde, en la televisión de todo el mundo.
    Cuando la Gestapo desapareció, continuó la guerra sucia de propaganda contra del socialismo en la Unión Soviética, ahora patrocinado por la CIA.
    Las campañas anti-comunistas en la prensa norteamericana continuaron al mismo nivel. Negocios como siempre; primero la Gestapo, después la CIA.


    Robert Conquest: La fuente de los mitos

    Este hombre ampliamente citado en la prensa burguesa -un verdadero oráculo para la burguesía- merece aquí una presentación muy concreta.
    Robert Conquest es uno de los autores que más han escrito sobre los ”millones de muertos” en la Unión Soviética. En realidad, el verdadero ”padre” de casi todos los mitos y mentiras sobre la URSS difundidas después de la Segunda Guerra mundial. Conquest es conocido principalmente por sus libros: ”El gran terror” de 1969 y ”Harvest of sorrow” (Colección de amarguras) de 1986.
    Conquest escribe sobre millones de muertos por el hambre en Ucrania y en los campos de trabajo (Gulag) y durante los procesos de 1937 a 1938, utilizando como fuentes de información a los exiliados ucranianos en los EEUU pertenecientes a los partidos de derecha que colaboraban con los nazis en la Segunda Guerra mundial.
    Muchos de los héroes de Conquest son conocidos como criminales de guerra que dirigieron y participaron en los genocidios de los judios en Ucrania. Uno de estos es Mykola Lebed, condenado como criminal de guerra después de la Segunda Guerra mundial. Lebed era jefe de seguridad en Lvov durante la ocupación nazi y cuando se realizaron las terribles persecusiones a los judíos en 1942. La CIA llevó a Lebed a los EEUU en 1949 donde a trabajado como desinformador.
    El estilo en los libros de Conquest es de un anti-comunismo violento y fanático. En el libro de 1969 nos dice Conquest que el número de muertos por el hambre en la URSS entre los años 1932 y 33 fue de 5 a 6 millones de personas, la mitad de estas en Ucrania. Pero durante la campaña anti-comunista de Reagan en 1983, Conquest extendió los años del hambre hasta 1937 y los muertos a ¡14 millones! Tales declaraciones le valieron un trabajo bien pagado cuando en 1986 fue escogido por Reagan para escribir el material del libro de la campaña que preparaba al pueblo norteamericano en caso de una invasión soviética. El libro se llama: ”¿Qué hacer cuando los rusos vengan? !Un manual de sobrevivencia!” Un trabajo extraño para un profesor de historia.
    En realidad, esto no es extraño para un hombre que toda su vida a vivdo a costa de las mentiras e historias inventadas sobre la Unión soviética y Stalin. Primero como agente de la policía y después como escritor y profesor de la Universidad de Stanford en California.
    El pasado de Conquest fue expuesto en el periódico The Guardian, el 27 de enero de 1978, en un artículo que lo señalaba como un ex agente del Departamento de desinformación IRD (Information Research Departament) de la policía secreta Inglesa.
    El IRD fue una sección creada en 1947 teniendo inicialmente el nombre de Comunist Information Departament. La tarea principal era combatir la influencia de los comunistas en todo el mundo através de ”plantar” adecuadas historias en los políticos, periodistas y todos los que influenciaban a la opinión pública.
    Las actividades del IRD eran muy amplias, tanto en Inglaterra como en el exterior. Cuando el IRD tuvo que ser formalmente disuelto en 1977 a causa de los contactos con la extrema derecha, se comprobó que en Inglaterra más de 100 de los periodistas más conocidos tenían contacto personal con un agente del IRD que regularmente proporcionaba a ”sus periodistas” material para los artículos a escribir. Esto era rutina en los grandes periódicos ingleses tales como el Financial Times, Times, Observer, Sunday Times, Telegraph, Economist, Daily Mail, Mirror, Express, Guardian y otros.
    Los hechos aquí presentados del periódico The Guardian de enero de 1978 nos da una indicación de como la policía política dirige las noticias que llegan al gran público.
    Robert Conquest fue agente del IRD desde los comienzos de esta sección de la policía secreta y hasta 1956. El ”trabajo” de Conquest era escribir las así llamadas ”historias negras” de la URSS, historias falsas consideradas como hechos verídicos para ser distribuidas a los periodistas y a otras personas con influencia en la opinión pública.
    Después que él formalmente dejó el IRD, continuó escribiendo textos propuestos por el IRD y con el respaldo de esa policía.
    En su libro ”El gran terror” -libro básico de la derecha y que trata sobre los ”millones de muertos” durante la lucha partidaria en la Unión Soviética en 1937- es en realidad una recopilación de textos que él escribió durante su vida como agente de la IRD. El libro fue acabado y publicado con el apoyo de la IRD. Un tercio de los libros impresos fueron comprados por la Editorial Praeger que normalmente es conocida por publicar literatura de orígen en la policía política norteamericana, la CIA.
    El libro de Conquest ha sido utilizado como obsequios a los llamados ”tontos útiles”, para profesores universitarios y gente que trabaja en la prensa, la radio y la televisión para así garantizar que las

    mentiras de Conquest y de la extrema derecha sean apoyadas en bastos sectores de la población.
    Conquest es aún una de las fuentes más importantes donde los historiadores de la derecha van a buscar material sobre la URSS.


    Alexander Solzhenitsyn.

    Otra persona que siempre es asociada a los libros y artículos en los periódicos sobre los supuestos millones de muertos y prisioneros en la URSS, es el ruso Alexander Solzhenitsyn.
    Solzhenitsyn es conocido en el mundo capitalista desde fines de los años 60 por su libro titulado: ”El Archipiélago de Gulag” y que trata sobre la situación de los presos en los campos de trabajo en la Unión Soviética. El mismo estuvo preso 8 años, condenado por actividades contrarevolucionarias en 1946 al haber distribuido propaganda en contra del pueblo de la Unión Soviética.
    Según Solzhenitsyn, la lucha contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra mundial había sido una lucha innecesaria y todos los sufrimientos impuestos al pueblo soviético por los nazis pudieron haber sido evitados si el gobierno soviético hubiese hecho un compromiso con Hitler.
    Solzhenitsyn acusaba también al gobierno soviético y a Stalin por los terribles resultados de la guerra para el pueblo de la URSS, diciendo que éstos eran peores que Hitler. Solzhenitsyn no escondía sus simpatías por los nazis y fue condenado como traidor.
    Solzhenitsyn comenzó en 1962 a publicar libros en la URSS con el consentimiento y la ayuda de Nikita Kruchef, siendo el primer libro publicado: ”Un dia en la vida de Ivan Devisovtjs” y que se trataba sobre la vida de un preso.
    Kruchef utilizaba los textos de Solzhenitsyn para combatir la herencia socialista de Stalin. Solzhenitsyn ganó en 1970 el Premio Nobel de literatura por su libro ”El archipiélago de Gulag” y sus libros comenzaron a ser publicados en los países capitalistas en grandes cantidades convirtiéndose el autor, en uno de los instrumentos más importantes del imperialismo en el combate al socialismo y a la Unión Soviética. Los textos suyos sobre los campos de trabajo junto a la otra propaganda sobre los supuestos millones de muertos en la URSS, fueron utilizados como verdades en los medios de comunicación capitalistas.
    En 1974, Solzhenitsyn renunció a su ciudadanía soviética y emigró primero a Suiza y más tarde viajó a los EEUU. A estas alturas, era considerado en la prensa capitalista como el más grande luchador por la libertad y la democracia. Sus simpatías nazistas fueron enterradas para no perturbar la guerra de propaganda contra del socialismo.
    En los EEUU, Solzhenitsyn fue invitado muchas veces para intervenir en reuniones importantes. Por ejemplo: como orador principal en el congreso de los sindicatos AFL-CIO en 1975 y el 15 de julio del mismo año fue invitado para hacer un discurso sobre la situación mundial ¡en el Senado de los Estados Unidos!
    Los discursos de solzhenitsyn eran de una agitación violenta y provocativa, argumentando y haciendo propaganda a las ideas más reaccionarias. Entre otras cosas, se manifestó por nuevos ataques a Vietnam después de la victoria éste sobre los EE UU. Además, después de 40 años de fascismo en Portugal cuando los oficiales de izquierda del ejército tomaron el poder en la revolución popular de 1974, Solzhenitsyn comenzó a hacer propaganda por una intervención militar de los EE UU en Portugal deciéndo que ¡éste pasaría a ser miembro del Pacto de Varsovia si los EEUU no intervenían!
    En sus discursos, Solzhenitsyn lamentaba siempre la liberación de las colonias portuguesas en Africa, pero está claro que lo principal en los discursos de Solzhenitsyn era siempre la guerra sucia contra el socialismo. Desde supuestas ejecuciones de millones y millones de personas en la URSS hasta las supuestas decenas de millares de norteamericanos presos y esclavizados que existían en Vietnam del Norte.
    Esta idea de Solzhenitsyn acerca de los norteamericanos utilizados como esclavos en Vietnam del Norte dió origen a las películas de Rambo sobre la guerra del Vietnam.
    Los periodistas norteamericanos que se habían atrevido a escribir sobre la paz entre los EEUU y la Unión Sovética, eran señalados por Solzhenitsyn como traidores potenciales. Este hacía también propaganda por un aumento de la capacidad militar de Estados Unidos, deciéndo que la URSS era más poderosa en ”tanques y aviones de 5 a 7 veces y en armas atómicas que en ”breve serían 2, 3 y 5 veces más potentes que las de EEUU”.
    Los discursos de Solzhenitsyn en los EEUU eran la voz de la extrema derecha, pero él iba aún más lejos, en apoyo abierto al fascismo.


    Respaldo al Fascismo de Franco

    Después de la muerte de Franco en 1975, el régimen fascista español comenzó a perder el control de la situación política y al comienzo de 1976, los acontecimientos en España tomaron un carácter tal que cautivaron la atención de la opinión pública mundial.
    Huelgas y manifestaciones exigían democracia y libertad. El heredero de Franco -el rey Juan Carlos- fue obligado a iniciar una liberalización muy cautelosa para calmar la agitación social.
    En ese momento importante para la vida política española aparece Alexander Solzhenitsyn en Madrid
    y es entrevistado en el programa ”Directísimo”, el sábado 20 de marzo por la noche en el mejor horario
    televisivo (periódicos ABC y YA del 21 de marzo de 1976).
    Solzhenitsyn, que previamente había recibido las preguntas, aprovechó la oportunidad para hacer todo tipo de declaraciones reaccionarias. La intención suya no fue de dar un amplio apoyo a la llamada liberalización del Rey. Al contrario, Solzhenitsyn prevenía a las personas contra las reformas democráticas!
    En su intervención en la TV declaró que: ”110 millones de rusos murieron víctimas del socialismo” y comparó ”la esclavitud a que estaban sometidos los soviéticos con las libertades que se disfrutaban en España”.
    Solzhenitsyn acusó también de utópicos a los ”círculos progresistas” porque consideraban a España como una dictadura. Los progresistas eran toda la oposión democrática desde liberales hasta socialdemócratas y comunistas. Solzhenitsyn decía: ”En el otoño pasado la opinión pública mundial estaba preocupada por la suerte que corrían los terroristas españoles (los cinco anti-fascistas condenados a muerte y ejecutados por el régimen de Franco. Nota del autor MS). Cada vez más la opinión pública progresista exige reformas políticas inmediatas; al mismo tiempo apoya los actos terroristas”… ” Los que quieren reformas democráticas rápidas: ¿sáben lo que sucederá mañana y pasado mañana? España podrá tener democracia mañana, pero pasado mañana: ¿se puede evitar caer en un totalitarismo después de la democracia?”
    Ante las cautelosas preguntas de los periodistas si acaso estas declaraciones no podían ser vistas como un apoyo a los regímenes en donde no existía la libertad, Solzhenitsyn respondió: ”Conosco solamente un lugar en donde no hay libertad, ese lugar es Rusia”.
    Las declaraciones de Solzhenitsyn en la TV española fueron un apoyo directo al fascismo español (una ideología que él aún mantiene). Esta es una de las causas por las cuales Solzhenitsyn desapareció cada vez más de los discursos públicos durante sus 18 años de exilio en los EEUU y uno de los motivos por los cuales los gobiernos capitalistas no le dieron total apoyo político. Los capitalistas están muy agradecidos por haber podido utilizar a un hombre como Solzhenitsyn en su guerra contra el socialismo. Pero todo tiene sus límites.
    En la nueva Rusia capitalista, el apoyo del mundo occidental a los grupos políticos es determinado pura y simplemente por las posibilidades de hacer negocios con buenas ganancias. El fascismo como alternativa política para Rusia no es considerado como una política que estimule los negocios. Por eso es que el proyecto político de Solzhenitsyn para Rusia no tiene vigencia en lo que respecta al apoyo del mundo occidental. Lo que Solzhenitsyn quiere como futuro político para Rusia es: ¡la vuelta al sistema autoritario de los Zares, ligado a la Iglesia ortodoxa rusa!
    Ni siquiera los imperialistas más arrogantes están interesados en respaldar una estupidez semejante. Para respaldar a Solzhenitsyn en el mundo occidental existe solo la idiotez intelectual de la extrema derecha.


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    Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn Empty Re: Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn

    Mensaje por DP9M Vie Feb 11, 2011 4:18 pm


    !Nazistas, policías y fascistas!

    Así son aquellos, los más dignos representantes de los mitos burgueses de los ”millones de muertos y presos en la Unión Soviética”. El nazista Hearst, el agente de la policía Conquest y el fascista Alexander Solzhenitsyn.
    Conquest ha tenido el papel principal, siendo sus informaciones utilizadas por los medios de comunicación capitalistas en todo el mundo y formando incluso una escuela dentro de ciertas Universidades. El trabajo de Conquest es sin duda un trabajo de desinformación policial de primera clase.
    En la década de 1970, Conquest otorga una gran ayuda a Solzhenitsyn y a una serie de figuras de segunda categoría como por ejemplo: Andrei Sakharov y Roy Medvedev. Todos ellos aparecen esporádicamente por todo el mundo como especuladores en muertos y presos a quienes la prensa burguesa siempre pagó el precio en oro.
    Pero, la realidad de los hechos fue por fin presentada y muestra la verdadera cara de todos estos falsificadores de la historia. La órden de Gorbatchov de abrir los archivos secretos del partido a las investigaciones históricas tuvo consecuencias que nadie pudo prever.


    Los archivos muestran las mentiras de la propaganda.

    Las especulaciones sobre los millones de muertos era una parte de la guerra sucia de propaganda en contra de la URSS y es por esto que los desmentidos y esclarecimientos oficiales de los soviéticos nunca fueron tomados en serio y jamás tuvieron espacio en la prensa capitalista. Los desmentidos soviéticos eran motivo de burla debido a que los ”especialistas” comprados por el capital tenían todo el espacio necesario para difundir sus fantasías puesto que ¡fantasías eran en realidad!
    Lo que todos los millones de muertos y prisioneros mencionados por Conquest y otros ”críticos” tenían en común, es que son productos de aproximaciones y métodos de tipo casero.


    Métodos falsos

    Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y otros utilizaban la estadística publicada por la URSS como por ejemplo: los censos nacionales de población a los que sumaban un supuesto aumento de la población sin tener en cuenta la situación real existente en el pais. Así llegaron a la conclusión de cuantas personas debían de haber en el pais al final de ciertos años. Las personas que faltaban eran presentadas como muertos y presos a cuenta del socialismo. Un método simple, pero totalmente falso.
    Este tipo de ”revelaciones” de acontecimientos políticos tan importantes nunca sería aceptada si las revelaciones fuesen sobre el mundo occidental. En ese caso, hubiese habido con toda certeza, profesores e historiadores que se alzarían en contra de tales engaños. Pero como la que estaba en cuestión era la Unión Soviética, entonces la falsificación podía dejarse pasar.
    Uno de los motivos es, ciertamente, que los profesores e historiadores anteponen las posibilidades de avanzar en sus carreras profesionales a su honradez profesional.
    En cifras: ¿cuáles fueron al final las conclusiones de los ”críticos”? Según Robert Conquest (en una evaluación hecha en 1961) murieron de hambre 6 millones de personas en la URSS a pricipios de la década de los años 30. Esta cifra fue aumentada por Conquest a 14 millones en 1986.
    Según Conquest, en lo que respecta a los campos de trabajo (Gulag), estaban allí detenidos 5 millones de prisioneros antes del comienzo de las depuraciones en el partido, en el ejército y en el Estado (en 1937). Después de comenzadas las depuraciones llegaron más de 7 millones de prisioneros durante 1937 y 38, haciendo un resultado total de ¡12 millones de presos en estos campos de trabajo en 1939!
    El lector debe tener en claro que los 12 millones de Conquest ¡son solamente presos políticos! Según Conquest, en los Gulag habían también delincuentes comunes los cuales eran una cantidad mayor que los presos políticos. Esto significa que habían de 25 a 30 millones de presos en los campos de trabajo de la URSS. También según Conquest, fueron ejecutados entre 1937 y 39 un millón de presos políticos mientras que 2 millones se morían de hambre. Según Conquest, el resultado final de las depuraciones de 1937 al 39: ¡9 millones de presos políticos y 3 millones de muertos!
    Estas cifras fueron inmediatamente sometidas a ”apreciaciones estadisticas” por Conquest para llegar a la conclusión de que los bolcheviques habían matado nada menos que 12 millones de presos políticos desde 1930 al 1953. Sumando estas cifras a los muertos por el hambre en los años 30, Conquest llega a la conclusión de que los bolcheviques habían matado 26 millones de personas. En una última apreciación estadística dice Conquest: ”¡En 1950 habían 12 millones de presos políticos en la URSS!
    Alexander Solzhenitsyn utilizó más o menos las mismas apreciaciones estadísticas de Conquest, pero esta vez usando los métodos pseudo-científicos con nuevas suposiciones. Con otras premisas llega a conclusiones aún más extremas.
    Solzhenitsyn acepta las cifras de Conquest de 6 millones de muertos de hambre en 1932 y 1933. Mientras tanto, con respecto a las depuraciones de 1936 al 39, Solzhenitsyn considera que murieron un mínimo de ¡un millón por año!
    Haciendo un resumen, nos dice que desde las colectivizaciones en la agricultura hasta la muerte de Stalin en 1953, los comunistas habían matado 66 millones de personas en la Unión Soviética. Además de esto, acusa como culpable al gobierno soviético por la muerte de 44 millones de rusos que según sus afirmaciones murieron en la Segunda Guerra mundial.
    La conclusión de Solzhenitsyn es que ”110 millones de rusos murieron víctimas del socialismo”. En lo que respecta a los presos, Solzhenitsyn nos dice que el número de personas en los campos de trabajo en 1953 era de ¡25 millones!

    Gorbatchov abre los archivos

    La colección de cifras fantásticas anteriormente presentadas (producto de fantasías muy bien pagadas), han salido en la prensa burguesa desde la década de los años 60, siendo siempre presentadas como hechos verídicos obtenidos en base a métodos científicos.
    Detrás de estas falsificaciones estan las policías políticas occidentales principalmente la CIA de los Estados Unidos y el MI 5 de Inglaterra.
    La influencia de los medios de comunicación es tan grande que hoy las cifras son consideradas como auténticas en grandes sectores de la población de los países occidentales.
    Esta situación lamentablemente ha empeorado. En la propia URSS, donde Solzhenitsyn y otros ”críticos” como por ejemplo, Andrei Sakharov y Roy Medvedev no encontraban un respaldo a esas cifras fantásticas, hubo un cambio significativo en 1990.
    En la nueva ”prensa libre” durante el período de Gorbatchov todo lo que se le imputaba al socialismo era presentado como positivo. Esto tuvo consecuencias desastrosas. Una inflación sin igual aumentó la cantidad de muertos y prisioneros durante el socialismo que ahora se mezclaban con un solo grupo de decenas de millones de ”víctimas” de los comunistas.
    La histeria en la nueva prensa libre de Gorbatchov realzó las mentiras de Conquest y Solzhenitsyn. Al mismo tiempo fueron abiertos por Gorbatchov los archivos del Comité Central a las investigaciones históricas lo cual era exigido por la prensa libre.
    La apertura de los archivos del Comité Central del partido comunista es en realidad la cuestión central de esta historia confusa. Esto por dos razones: por una parte, porque en los archivos se encontraban los datos que podían esclarecer la verdad y por otra parte, aún más importante, porque todos los especuladores en muertos y presos de la URSS han dicho durante años y años que el día que los archivos fuesen abiertos, las cifras por ellos presentadas serían confirmadas. Todos ellos afirmaron que así sería. Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y los demás, pero cuando los archivos fueron abiertos y los estudios de los documentos existentes comenzaron a ser publicados, aconteció algo muy extraño. ¡Ni la prensa libre de Gorbatchov ni los especuladores en presos y muertos estaban interesados en los achivos!
    Los resultados de las investigaciones hechas en los archivos del Comité Central por los historiadores rusos Zemskov, Dougin y Xlevnjuk y que comenzaron a publicarse en 1990 en revistas científicas, ¡pasaron totalmente desapercibidos!
    Los informes con los resultados de las investigaciones históricas iban en contra de la corriente inflacionaria de muertos y presos de la prensa libre. Estos resultados permanecen desconocidos. Los informes fueron publicados en revistas científicas de poco tiraje, prácticamente desconocidas para el gran público. Por lo tanto los informes científicos no podían concurrir con la histeria de la prensa, ganando las mentiras Conquest y Solzhenitsyn apoyo en muchos sectores de la población de la URSS, la actual Rusia.
    También en Occidente pasaron desapercibidos los informes de los investigadores rusos sobre el sistema correccional durante la época de Stalin, sin noticias en primera plana o reportajes en la televisión. ¿Porqué?


    ¿Qué dicen los informes de los investigadores rusos?

    Los informes de los investigadores del sistema correccional soviético son expuestos en un trabajo de alrededor de 9.000 páginas. Son varios los investigadores que escribieron estos informes, siendo los historiadores más conocidos los rusos V.M.Zemskov, A.M. Dougin y O.V.Xlevnjuk. Sus trabajos comenzaron a publicarse en 1990, estando practicamente acabados y publicados en Rusia en 1993.
    Los informes de los investigadores llegaron a conocimiento de Occidente. Los trabajos conocidos por el autor de este texto son: Un trabajo presentado en Francia en la revista L´Histoire (septiembre de 1993) por Nicolas Werth, jefe investigador del instituto francés de investigaciones científicas CNRS (Centre National de la Researche Scientifique) y el trabajo publicado en los EEUU en la revista The American Historial Review por J.Arch Getty, profesor de historia de la Universidad River Side de California en conjunto con G.T.Rettersporn, investigador del instituto francés CNRS y el investigador ruso V.N.Zemskov del Instituto de Historia Rusa de la Academia de las Ciencias de Rusia.
    También existen hoy en día libros sobre el tema, escritos por los investigadores arriba mencionados o bien, por otros investigadores de los mismos grupos de investigaciones.
    Antes de entrar en el tema quiero dejar en claro, para que no haya confusiones a futuro, que ninguno de los científicos que participaron en estos trabajos tienen una visión socialista del mundo. Muchas veces son bastante reaccionarios.
    Esto lo digo para que el lector no piense que todo esto es producto de una ”conspiración comunista”. Lo que sucede es que los investigadores anteriormente mencionados deshacen completamente las mentiras de Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y otros, poniendo de hecho, simplemente, la honradez profesional en primer lugar y no dejándose comprar para los efectos de la propaganda.
    Los informes de las investigaciones rusas dan respuesta a una gran cantidad de preguntas sobre el sistema correccional soviético.
    Para nosotros es la época de Stalin la más interesante para estudiar. Es allí donde está la razón de la discusión.
    Algunas preguntas concretas procuramos responder del material de las revistas L´Histoire (LH) y de The American Historical Review (AHR). Esta será la mejor manera de poner al debate alguna de las partes más importantes del sistema correccional soviético. Las preguntas son las siguientes:

    1.-¿Qué es lo que era el sistema correccional soviético?

    2.-¿Cuál era el número de presos ”políticos” y delincuentes comunes?

    3.-¿Cuántos muertos hubieron en los campos de trabajo?

    4.-¿Cuántos fueron los condenados a muerte hasta el año 1953 y en especial

    durante las depuraciones de 1937 y 38?

    5.-¿Cuál era generalmente el tiempo de reclusión?

    Después de haber respondido a estas 5 preguntas ponemos en discusión las penas impuestas a los dos grupos más debatidos cuando se trata de los presos y muertos en la URSS, siendo esos los Kulakos, condenados en 1930 y los contrarevolucionarios de 1936 al 38.


    Los campos de trabajo en el sistema correccional.

    Comenzamos con la primera pregunta sobre el sistema correccional soviético. Después de 1930, el sistema correccional soviético contaba con prisiones, campos y colonias de trabajo de los Gulag, zonas especiales abiertas y pago de multas.
    Las personas que eran arrestadas generalmente eran enviadas a las cárceles comunes en tanto se hacían las investigaciones que podían demostrar su inocensia recuperando la libertad, o bien, eran llevadas al tribunal de justicia. En caso de ser pasado al tribunal, el acusado podía ser declarado inocente y quedar en libertad o, en caso de que fuera declarado culpable podía ser condenado a una pena de multa, de prisión o, en casos más exepcionales, a la pena de muerte.
    Las multas podían ser un cierto porcentaje del salario durante un cierto tiempo. Los condenados a prisión podían ser enviados a diferentes tipos de cárceles dependiendo del tipo de delito cometido.
    A los campos de trabajo Gulag iban los criminales por delitos graves (homicidios, robos, violaciones, delitos economicos, etc) y una gran parte de los condenados por actividades contrarevolucionarias. Otros delincuentes con penas superiores a 3 años podían ser también recluidos en esos campos.
    Después de un tiempo en un campo de trabajo, el preso podía ser traladado a una colonia de trabajo, o bien, a una zona especial abierta.
    Los campos de trabajo eran zonas muy extensas donde los condenados vivían y trabajaban bajo gran control.
    Trabajar y no ser un peso para la sociedad era otra cosa evidente. Ninguna persona se lo pasaba sin trabajar. Puede ser que alguien hoy en día piense que esto es terrible, pero la realidad era así.
    Existían 53 campos de trabajo y 425 colonias de trabajo Gulag en 1940. Estas últimas eran unidades más pequeñas que los campos de trabajo, con un régimen más liberal y con menos control. Allí iban los presos con penas de prisión más cortas. Tanto delincuentes comunes como políticos trabajaban en libertad en las fábricas y en la agricultura que era una parte de la economía de la sociedad civil. En la mayoría de los casos el salario de esos trabajos transformaba por entero a los condenados igualándolos a los otros trabajadores.
    Las zonas especiales abiertas eran generalmente zonas agrícolas donde se exiliaba a los Kulakos que habían sido expropiados durante la colectivización de las tierras. Otros condenados por penas menores o actividades contrarevolucionarias podían también cumplir las penas en estas zonas.


    ¡450 mil y no 9 millones!

    Segunda pregunta. ¿Cuál era el número de presos políticos y por delitos comunes? Esta pregunta incluye a los presos en los campos y colonias de trabajo, Gulag y en las cárceles aunque teniendo en cuenta que la privación de libertad en las colonias de trabajo era en la mayoría de los casos de reducida duración.
    Veamos las cifras de AHR en el cuadro de abajo respecto al período de 20 años a partir de 1934 cuando el sistema correccional fue centralizado en una sola administración y hasta 1953 cuando Stalin falleció.


    Tabla de The American Historical Review




    De la tabla de estadisticas se puede sacar una serie de conclusiones. Para comenzar podemos comparar las cifras del gráfico con las cifras de Conquest.
    En 1939 -dice Conquest- habían 9 millones de presos políticos en los campos de trabajo y otros 3 millones habían muerto durante el período de 1937 al 39. No olvide el lector que estas cifras se refieren solamente a los presos políticos
    Además de esos -nos dice Conquest- que los presos por delitos comunes eran mucho mayor que las cifras de presos ”políticos”. En el año 1950 decía Conquest que habían ¡12 millones de presos políticos!
    Con los datos en la mano podemos ver ahora a Conquest como el falsificador que es en la realidad. No hay ninguna cifra que corresponda a la realidad.
    En 1939 habían en todos los campos, colonias y prisiones cerca de 2 millones de presos. De esos eran 454 mil condenados por delitos políticos y no 9 millones como Conquest afirma. Los muertos en los campos de trabajo desde 1937 a 1939 fueron cerca de 160.000 y no 3 millones como dice Conquest.
    En el año 1950 había en los campos de trabajo 578 mil presos por delitos políticos y no 12 millones. El lector no debe olvidar que Robert Conquest es aún una de las fuentes más importantes de la propaganda de derecha en contra del comunismo.
    Para los pseudo-intelectuales de derecha, Conquest es como un dios. En lo que respecta a las cifras de Alexander Solzhenitsyn (60 millones de muertos en los campos de trabajo), no hay necesidad de comentarios. Lo ridículo de esta afirmacion es evidente. Solo una mente enferma puede afirmar tales fantasías.
    Dejemos ahora a los falsificadores y hagamos un análisis concreto de las estadísticas de los Gulag.
    La primera cuestión que se puede hacer es pensar en la cantidad de personas en el sistema correccional. ¿Qué significado tiene una cifra tan elevada de 2,5 millones? Cada persona encarcelada es testimonio de que la sociedad aún no se ha desarrollado para dar a cada persona lo necesario para una vida positiva.Viendo las cosas de esta manera son los 2,5 millones una muestra negativa de la sociedad.


    La amenaza interna y externa.

    A las cifras de personas recluidas en el sistema correccional hay que darle una explicación más concreta.
    La Unión Soviética era un país que recientemente había dejado el feudalismo y la herencia social en lo que respecta a los valores humanos eran muchas veces un peso para la sociedad. En el sistema anterior con los Zares, los trabajadores eran obligados a vivir en una profunda miseria y la vida humana no tenía mucho valor. Robos y crímenes violentos eran penados con una violencia sin límites. Las insurrecciones en contra de la monarquía terminaban habitualmente en masacres, con condenados a muerte y penas largas de prisión.
    Estas relaciones sociales y la manera de pensar relacionadas con ellas, llevan mucho tiempo para combatirlas lo cual influenció en el desarrollo de la sociedad y también en la criminalidad del país.
    Otro factor a tener en cuenta es que la URSS, un país que en los años 30 tenía una población de 160/170 millones de habitantes, estaba fuertemente amenazada por potencias extranjeras.
    En base a los grandes cambios políticos en Europa en la década de 1930, la principal amenaza de guerra provenía de la Alemania nazi (amenaza contra la sobrevivencia de los pueblos eslavos), constituyendo también las democracias occidentales un bloque con inteciones intervencionistas.
    Esta situación muy seria fue resumida por Stalin en 1931 con las siguientes palabras: ”Estamos atrasados de 50 a 100 años en relación con los países avanzados. Tenemos que recorrer esta distancia en 10 años. O bien, lo hacemos o sino seremos arrasados”. Diez años después, el 22 de junio de 1941 la URSS fue invadida por la Alemania nazi y sus aliados. La sociedad soviética fue obligada a grandes esfuerzos durante el decenio de 1930 y 40, siendo la mayor parte de los recursos utilizados en los preparativos de defensa para la guerra contra los nazistas.
    Esto hace que las personas tuviesen una vida de trabajo sin grandes compensaciones a nivel personal. La reforma de 7 horas de trabajo diario tuvo que ser derogada en 1937 y, en 1939 eran casi todos los domingos día de trabajo.
    En un período difícil como este en que una gran guerra determinó el desarrollo social durante 2 decenios (1930 y 40), una guerra que costo a la URSS 25 millones de vidas perdidas y la mitad del país

    en ruinas, se originó delincuencia cuando las personas se tentaban con aquello que la vida no les
    podía dar.
    Durante este tiempo muy difícil en la URSS, había como máximo 2,5 millones de personas en el sistema correccional, osea, 2,4% de la población adulta. ¿Cómo avaluar estas cifras? ¿Son cifras elevadas? Hagamos una comparación.


    Mas presos en los EEUU

    Por ejemplo: en los Estados Unidos de Norteamerica -país con 252 millones de habitantes en 1996- el pais más rico del planeta y que consume el 60% de los recursos mundiales, ¿cuántas personas hay en el sistema correccional? ¿Cuál es la situación en este país que no está amenazado por ninguna guerra y donde no existen cambios sociales que pudieran amenazar la estabilidad económica?
    En una noticia muy pequeña en los periódicos (agosto de 1997), la agencia de noticias FLT-AP decía que en los EEUU ”nunca anteriormente habían existido tantas personas en el sistema correccional, 5,5 millones en 1996”. Esto representa un aumento de 200.000 personas desde 1995 y hace que el número de delincuentes en los EE UU ”sea el 2,8% de la población adulta”. Estos datos vienen del
    Departamento de Justicia norteamericano. El número de personas condenadas por delinquir en los EEUU es hoy superior a los 3 millones que fue el ¡máximo en la URSS! Ahí hubo un máximo de 2,4% de la población adulta condenada por crímenes. ¡En los EEUU hay 2,8% y esa cantidad continúa cresciendo!
    Según el comunicado del Departamento de Justicia de los EEUU aparecido en la prensa del 18 de enero de 1998, aumentó en 96.100 personas el número de presos en 1997.
    En lo que respecta a los campos de trabajo soviéticos, es verdad que era un régimen duro y difícil para los presos, pero debemos ver cómo es hoy la situación en las cárceles de los EEUU donde existe violencia, drogas, prostitución y esclavitud sexual (290.000 violacionesal año entre los presos). ¡Nadie se siente seguro en las prisiones de los EEUU! ¡Esto en la actualidad en la sociedad mas rica jamás vista!


    Un factor importante: la falta de medicinas.

    Respondamos ahora a la tercera pregunta. ¿Cuántos fueron los muertos en los campos de trabajo?
    Los casos de muerte en los campos varían mucho de año a año, de 5,2% en 1934 a 0,3% en 1953. Estas muertes en los campos eran causadas por la falta de recursos en la sociedad. En primer lugar, por la falta de medicinas para combatir las epidemias.
    Este problema no era específico de estos campos sino que existía igualmente en la sociedad en general como también en la mayoría de los países del mundo.
    Después que los antibióticos fueron descubiertos y comenzaron a utilizarse después de la Segunda Guerra mundial, la situación se modificó radicalmente. En realidad, los años más difíciles fueron los años de guerra cuando la barbarie del nazismo obligó a todos los ciudadanos soviéticos a vivir una vida muy difícil.
    Durante esos 4 años murieron en los campos de trabajo más de medio millón de presos lo que es más de la mitad de todos los muertos durante 20 años. No olvidemos que en el mismo período de la guerra murieron 25 millones de personas en la sociedad libre.
    Cuando las condiciones en la URSS mejoraron en el decenio de los años 50 y con el uso de los antibióticos disminuyó el número de muertos a un 0,3% entre los presos.
    Veamos ahora la cuarta pregunta. ¿Cuántos fueron los condenados a muerte hasta 1953 y en especial, durante las depuraciones de 1937 y 38?
    Ya hemos visto las cifras de Robert Conquest de 12 millones de presos políticos que los bolcheviques habrían matado en los campos de trabajo, desde 1930 a 1953, de los cuales un millón entre 1937 y 1938.
    Las cifras de Solzhenitsyn son de decenas de millones de muertos en estos campos y de los cuales 3 millones fueron muertos en 1937 y 1938. Pero, han habido cifras más elevadas citadas en la propaganda suya en contra de la URSS.
    La rusa Olga Shatunovskaja por ejemplo, nos da una cifra de ¡7 millones de muertos en las depuraciones de 1937 y 38! Pero los documentos que ahora son publicados sacados de los archivos soviéticos nos dan una información diferente.
    En primer lugar, es preciso decir que las cifras de los condenados a muerte se encontraron en varios archivos y los investigadores se vieron obligados a recoger datos con un cierto riesgo de contar doble y darnos una cifra mayor de lo que fue en la realidad.
    Según Dimitri Volkogonov, nombrado por Jeltsin como jefe de los antiguos archivos soviéticos, fueron condenados a muerte 30 514 personas por los tribunales militares desde el primero de octubre de 1936 al 30 de septiembre de 1938.
    Otra información que ahora existe viene de la KGB. Según una información en la prensa (en febrero de 1990), habían sido condenadas a muerte 786.000 personas por delitos contra la revolución durante los 23 años del período que comprende desde 1930 hasta 1953. De esos habían sido condenados 681.692 en 1937 y 38.
    No hay posibilidades de hacer un control de las informaciones que la KGB nos entrega, pero esta última afirmación es dudosa. Sería muy extraño tantos condenados en 2 años. ¿No será que la actual KGB pro-capitalista nos da una información correcta de la KGB pro-socialista? En todo caso viene a verificar que las estadísticas que son la base de las informaciones de la KGB nos muestran que las cifras mencionadas sobre los condenados a muerte durante esos 23 años se refieren a delincuentes comunes y contrarevolucionarios y no solamente a contrarevolucionarios como la KGB pro-capitalista se refirió en la informacion de febrero de 1990.
    De los archivos se saca también la conclusión de que las cifras de delincuentes condenados a muerte era apróximadamente igual al número de delincuentes comunes y contrarevolucionarios. La conclusión a que podemos llegar es que el número de condenados a muerte entre 1936 y 1938 fue alrededor de 100.000 y no de varios millones como han sido presentados en la propaganda occidental.
    Es preciso también tener en cuenta que no todos los condenados a muerte en la URSS eran ejecutados. Una gran parte de ellos pasaban a penas de prisión en los campos de trabajo. También es importante hacer una diferencia entre los delincuentes comunes y los contrarevolucionarios. Muchos de los condenados a muerte eran delincuentes condenados por delitos de violencia como son: asaltos y violaciones. Estos tipos de delitos hace 60 años atrás eran penados con sentencias de muerte en la mayoría de los países del mundo.
    La quinta pregunta. ¿Cuál fue en general el tiempo de reclusión? El tiempo de prisión de los condenados es una de las cuestiones en que los rumores de la propaganda occidental han sido
    peores. La descripción general es que estar preso en la Unión Soviética significaba que el que entraba en prisión ya no salía más. !Esto es completamente falso!
    En realidad, la gran mayoría de los presos en el tiempo de Stalin fueron condenados al máximo de ¡5 años de prisión!
    La estadística de AHR nos entrega datos concretos. Los delincuentes comunes en la Federación Rusa en 1936 recibieron las siguientes penas de prisión:

    Hasta 5 años: 82,4 porciento.
    De 5 a 10 años: 17,6% (10 años, pena máxima de prisión hasta 1937)

    Los delincuentes políticos condenados en los tribunales civiles en 1936 recibieron las siguientes penas de prisión:

    Hasta 5 años: 44,2 pociento
    De 5 a 10 años: 50,7 porciento

    En lo que respecta a los condenados en los Gulag donde las penas mayores eran cumplidas, la estadística de enero de 1940 era la siguiente:

    Hasta 5 años: 56,8 %.
    De 5 a 10 años: 42, 2 %
    Más de 10 años: 1,0 %

    Para el año 1939 tenemos estadísticas de los tribunales de la Unión Soviética. La distribución de las penas de prisión es la siguiente:

    Hasta 5 añös: 95,9 %
    De 5 a 10 años: 4,0 %
    Más de 10 años: 0,1 %

    Como vemos es la supuesta perpetuidad del tiempo de prisión en la URSS es un mito respaldado en Occidente para combatir el socialismo.


    Las mentiras sobre la URSS: Un breve debate sobre los informes de los investigadores.

    Las investigaciones de los historiadores rusos revelan una realidad totalmente diferente de la que ha sido enseñada en las escuelas y Universidades del mundo capitalista durante los últimos 50 años.
    Durante esos años de guerra fría fueron varias las generaciones que aprendieron mentiras sobre la Unión Soviética y esto ha dejado huellas profundas en muchas personas. Este hecho constatado también se verifica en los informes de los investigadores franceses y norteamericanos.
    Estos informes nos entregan cifras y tablas con estadísticas sobre presos y muertos, discutiéndose esas cifras en un trabajo de gran amplitud, pero lo principal y más importante, los crímenes cometidos por los presos ¡nunca es tema de discusión seria!
    La propaganda política de los capitalistas siempre se ha referido a los presos en la URSS como víctimas y los investigadores utilizan este término sin poner en cuestión su veracidad.
    Cuando los investigadores pasan de las estadísticas a los comentarios sobre los acontecimientos, salen a relucir las concepciones burguesas y el resultado es a veces macabro. Los condenados en el sistema correccional soviético son asesinos, violadores, etc. Delincuentes de este tipo nunca serían tratados como víctimas en la prensa si los crímenes hubiesen sido cometidos en Europa o en los EEUU, pero como los crímenes fueron cometidos en la URSS todo es posible.
    Llamar víctima a un asesino o violador reincidente en estos delitos es muy sucio. Tomar posición por la justicia soviética en lo que respecta a los delincuentes comunes condenados por crímenes violentos debería ser evidente, si no en el tipo de pena, por lo menos en lo referente a condenar el crímen.


    Los Kulakos y la contrarevolución.

    En lo que respecta a los contrarevolucionarios es también importante discutir acerca de los crímenes por los cuales fueron acusados. Tomemos dos ejemplos para mostrar el fondo de la cuestión.
    En primer lugar los Kulakos condenados a comienzos de la década de los años 30 y después los conjurados y contrarevolucionarios condenados en 1936 a 1938.
    Según los informes publicados sobre los Kulakos (campesinos ricos), fueron 381.000 familias, osea, cerca de 1,8 millones de personas condenadas al exilio. Una pequeña parte de estas fueron personas condenadas a penas en los campos y colonias de trabajo. Pero ¿Cuál fue la causa de las condenas de esos Kulakos?
    El campesino rico sometió a los campesinos pobres durante centenas de años a una opresión sin límites y a una explotación sin consideraciones. De los 120 millones de campesinos en 1927, vivían 10 millones de Kulakos en la abundancia y 110 millones en la pobreza, en la más completa miseria antes de la revolución.
    La riqueza de los Kulakos venía del trabajo mal pagado a los campesinos pobres. Cuando los campesinos pobres comenzaron a organizarse en colectivos agrícolas desapareció así la principal fuente de riqueza de los Kulakos. Pero los Kulakos no desistieron en sus intentos de retomar la explotación através del hambre. Grupos de Kulakos armados atacaban los colectivos agrícolas, mataban campesinos pobres y funcionarios del partido, prendían fuego a los sembrados mataban los animales de trabajo y provocando el hambre entre los campesinos pobres, intentaban asegurar la continuación de la pobreza y de sus posiciones de poder.
    Los acontecimientos que se sucedieron no fueron los que los asesinos habían pensado. Esta vez los campesinos pobres eran apoyados por la revolución y eran más fuertes que los Kulakos que fueron derrotados, presos y condenados al exilio o a penas en los campos de trabajo.
    De los 10 millones de Kulakos, 1,8 millones fueron condenados. Hubo talvés injusticias en esta enorme lucha de clases que incluyó a 120 millones de personas en el campo soviético. Pero ¿podemos acusar a los pobres y oprimidos en su lucha por una vida que valga la pena de vivir? ¿Podemos acusarlos de no ser civilizados o no tener clemencia en sus juicios durante su lucha para que sus hijos no fuesen analfabetos con hambre? ¿Acaso se puede acusar de ser no ser civilizados a los que durante centenas de años nunca tuvieron acceso a los avances de la civilización?
    Y digamos ¿Cuándo fue la clase explotadora de los Kulakos civilizada o clemente para con los campesinos pobres durante los años de la explotación?


    Las depuraciones de 1937.

    Nuestro segundo ejemplo, sobre los contrarevolucionarios condenados en los juicios de 1936 al 38 después de las depuraciones en el partido, en el ejército y en el aparato estatal, tiene raices en la historia del movimiento revolucionario en Rusia.
    Millones de personas participaron en la lucha victoriosa en contra del Zar y la burguesía rusa, ingresando muchos de ellos al partido comunista. Entre todas esas personas estaban desgraciadamente los que habían ingresado al partido por razones que no eran la lucha por el poder proletario y por el socialismo. Pero la lucha de clases era tal que muchas veces no había tiempo ni posibilidades para poner a prueba los militantes. Hasta los mismos militantes de otros partidos que se decían socialistas y que habían combatido al partido bolchevique fueron aceptados en el partido comunista.
    A una parte de esos nuevos militantes fueron otorgados puestos importantes en el partido bolchevique, en el Estado y en el Ejército, dependiendo todo de sus capacidades individuales para conducir la lucha de clases.
    Eran tiempos muy difíciles para el jóven Estado soviético y la gran falta de cuadros o simplemente de personas que supiesen leer, obligaba al partido a no poner grandes exigencias en lo que respecta a las cualidades de los nuevos militantes y cuadros.
    De todos estos problemas se creó con el tiempo una contradicción que dividió al partido en dos campos. Por un lado los que querían avanzar en la lucha por la sociedad socialista y por otro lado, los que consideraban que aún no habían condiciones para realizar el socialismo y que propugnaban una politica socialdemócrata.
    El orígen de estas últimas ideas venía de Trotsky que había entrado al partido comunista en julio de 1917. Trotsky fue con el tiempo obteniendo apoyo de algunos de los bolcheviques más conocidos.
    Esta Oposición Unida en contra de los ideales bolcheviques originales, era una de las oposiciones en las votaciones partidarias sobre la politica a seguir por el partido y realizada el 27 de diciembre de 1927.
    Antes de esta votación se había llevado a cabo durante varios años una gran discusión partidaria y no hay duda sobre el resultado. De los 725.000 votos, la oposición solo consiguió 6.000, osea, menos del 1% de los militantes del partido apoyaron a la Oposición Unida.
    A consecuencia de la votación y una vez que la oposición trabajaba por una política diferente en el partido, el Comité Central del partido comunista decidió expulsar del partido a los principales dirigentes de la oposición. La persona principal de esta oposición -Trotsky- fue expulsado de la URSS.
    Pero la historia de la oposición no terminó aquí. Sinoviev, Kamanjev y Edokinov hicieron poco después una autocrítica al igual que varios de los principales trotskistas como por ejemplo: Pjatakov, Radek, Preobrajenski y Smirnof. Todos ellos fueron nuevamente aceptados como militantes del partido y recuperaron sus trabajos en el partido y el el Estado.
    Con el tiempo se descubrió que la autocrítica de la oposición no era una expresión sincera, estando los principales miembros de la Oposición Unida al lado de la contrarevolución cada vez que la lucha de clases se agudizaba en la URSS.
    La mayoría de los opositores fueron expulsados y readmitidos más de una vez antes que la decisión final fue tomada en 1937 y 1938.


    Sabotaje industrial.

    El asesinato de Kirov, presidente del partido en Leningrado y una de las personas más importantes del Comité Central (en diciembre de 1934), dió orígen al descubrimiento de una organización secreta que preparaba una conspiración para tomar cargos de dirección en el partido y el gobierno del país através de acciones violentas.
    La lucha política que habían perdido en 1927 querían ahora ganar por medio de la violencia organizada en contra del Estado. La organización tenía una red de apoyo en el partido, en el ejército y en el aparato estatal en todo el país, siendo las actividades más importantes el sabotaje industrial, el terrorismo y la corrupción. Trotsky, el principal inspirador de la oposición dirigía las actividades desde el extranjero.
    El sabotaje industrial causaba una pérdida terrible para el Estado soviético con un costo económico enorme como por ejemplo, para las máquinas importadas que se estropeaban sin posibilidades de reparación y una enorme baja de la productividad de las minas y las fábricas.
    Una de las personas que en 1939 descubrieron el problema fue el ingeniero norteamericano John Littlepage, uno de los especialistas extranjeros contratados por la URSS.
    Littlepage trabajó 10 años (1927 a 1937) en la industria minera soviética, principalmente en las minas de oro. En su libro ”In search of soviet gold” (En la búsqueda del oro soviético) escribe: ”Yo nunca tuve interés por las subtilidades y las maniobras políticas en Rusia en cuanto podía evitarlas, pero yo tuve que estudiar lo que acontecía en la industria soviética para poder hacer un buen trabajo. Yo estoy completamente convencido de que a Stalin y sus colaboradores les llevó mucho tiempo descubrir que comunistas revolucionarios descontentos eran sus enemigos mas peligrosos”.
    Littlepage escribió también que su propia experiencia confirmaba las declaraciones oficiales de que una conspiración conducida desde el exterior usaba el sabotage industrial a gran escala como parte de un proceso para hacer caer al gobierno. Ya en 1931 Littlepage había sido obligado a constatar eso durante un trabajo en las minas de cobre y plomo en los Urales y en Kazakstán. Las minas eran una parte del gran complejo de Cobre-Plomo cuyo jefe máximo era Pjatakov, el Vice-Comisario del Pueblo para la industria pesada.
    El estado de las minas era catastrófico en lo que respecta a la producción y el bienestar de los trabajadores. La conclusión de Littlepage fue de que había un sabotage organizado proveniente de la dirección superior del complejo de Cobre-Plomo.
    El libro de John Littlepage nos da también la llave del conocimiento de dónde la oposición trotskista
    el recibía dinero necesario para pagar la actividad contrarevolucionaria. Varios miembros de la oposición secreta utilizaban sus puestos en la URSS para aprobar la compra de máquinas de ciertas fábricas en el extranjero. Los productos aprobados eran de baja calidad, pero eran pagdos por el gobierno soviético a precios más altos. La diferencia económica que estas transacciones dejaban eran enviadas por las fábricas extranjeras a las organizaciones trotskistas en el extranjero a cambio de que Trotsky y sus acólitos conjurados en la URSS continuaran haciendo más compras en esas mismas fábricas.


    Robo y corrupción.

    Este procedimiento constató Littlepage en Berlin en la primavera de 1931 cuando la compra de ascensores industriales para las minas. La delegación soviética era dirigida por Pjatakov, siendo
    Littlepage el especialista encargado de verificar y aprobar la compra. Littlepage descubrió el fraude con los ascensores de mala calidad, inútiles en la URSS, pero cuando comunicó el hecho a Pjatakov y a los otros miembros de la delegación soviética fue recibido de una manera fría y con exigencias de que aprobase la compra de los ascensores. Littlepage no la aprobó y pensó de que se trataba de una corrupción personal y que los participantes de la delegación recibían sobornos de la fábrica de ascensores. Pero Pjatakov confesó después en el juicio de 1937 su ligazón con la oposición trotskista y Littlepage fue obligado a constatar que lo que él había observado en Berlín era mucho más que una corrupción a nivel personal. El dinero era destinado al pago de las actividades de la oposición secreta en la URSS, actividades que comprendían el sabotage, el terrorismo, los sobornos y la propaganda.
    Zinoviev, Kamanev, Pjatakov, Radek, Smirnof, Tomski, Bujarin y otros tan queridos en la prensa occidental burguesa, utilizaban los puestos que el pueblo soviético y el partido les había otorgado para robar dinero al Estado y para ser utilizado por los enemigos del socialismo en el extranjero para sabotear y el combatir la sociedad socialista en la URSS.


    Planes para un golpe de Estado.

    El tipo de delito como el robo, el sabotage y la corrupción es un delito grave, pero las actividades de la oposición irían mucho mas lejos.
    La conspiración contrarevolucionaria se preparaba para tomar el poder con un golpe de Estado en que toda la dirección soviética sería eliminada comenzando por el asesinato de las personas más importantes del Comité Central del partido comunista.
    La parte militar del golpe de Estado sería realizada por un grupo de generales encabezados por el Mariscal Toukhatchevski.
    Según Isaak Deutsher, el trotskista que escribió muchos libros contra Stalin y la URSS, el golpe de Estado iba a ser iniciado con una operación militar contra el Kremlin y contra las tropas más importantes en las grandes ciudades como Moscú y Leningrado. La conspiración era dirigida por Toukhatchevski en conjunto con Gamarnik, Jefe de los Comisarios Políticos del Ejército; el general Iakir, Comandante de la Plaza de Leningrado; el general Ouborevitch, Comandante de la Academia Militar de Moscú y el general Primakov, uno de los jefes de la caballería.
    El Mariscal Toukhatchevski era un antiguo oficial del Ejército zarista que después de la revolución se había pasado al Ejército Rojo.
    En 1930, cerca del 10% de los oficiales, osea, 4500 eran antiguos oficiales del ejército zarista. Muchos de aquellos oficiales nunca habían dejados sus posiciones burguesas y esperaban en silencio una oportunidad para pelear por ellas. La oportunidad se presentó cuando la oposición se preparaba para dar el golpe de Estado.
    Los bolcheviques eran fuertes, pero los conspiradores civiles y militares trataron de captar poderosos amigos. Según la confesión de Bujarín en el juicio público en 1938, existía un acuerdo hecho entre la oposición trotskista y la Alemania nazi en la cual grandes regiones -entre ellas Ucraina- serían entregadas a Alemania nazi después del golpe de Estado contrarevolucionario en la Unión Soviética.
    Este era el pago exigido por Alemania nazi por el apoyo prometido a los contrarevolucionarios. Bujarín había sido informado de este acuerdo por Radek que sobre la cuestión había recibido una directiva de Trotsky.
    Todos esos conspiradores que habían sido elegidos para puestos altos para dirigir, administrar y defender la sociedad socialista, trataban en realidad de destruir el socialismo.
    Es preciso esclarecer que todo esto pasó en el decenio de los años 30 cuando el peligro nazi crecía sin parar y los ejércitos nazistas ponían a Europa en la hoguera y preparaban la invasión de la URSS.
    Los conspiradores fueron condenados a muerte como traidores en un juicio público. Los acusados de sabotage, terrorismo, corrupción, intento de asesinato y los que querían entregar una parte del país, no podían esperar otro fin. Llamarlos víctimas es un error total.


    Mas cifras falsas.

    Es interesante saber como la propaganda occidental através de Robert Conquest ha mentido sobre las depuraciones en el Ejército Rojo. En su libro ”El gran terror” dice Conquest que en 1937 habían 70.000 oficiales y comisarios políticos en el Ejército Rojo y que 50% de esos, osea, 15.000 oficiales y 20.000 comisarios habían sido arrestados por la policía política y que habían sido ejecutados o hechos prisioneros perpetuos en los campos de trabajo.
    En esta afirmación de Conquest -como en todo el libro- no existe nada de verdad. El historiador Roger Reese en su trabajo ”The Red Army and the Great Purgues”, nos da hechos y nos muestra el verdadero significado que las depuraciones de 1937 y 38 tuvieron para el ejército.
    El número de personas en posiciones de dirigentes en el Ejército Rojo y en la aviacion, osea, oficiales y comisarios políticos era de 144.300 en 1937 cresciendo a 282.300 hasta 1939.
    Durante las depuraciones de 1937 y 38 fueron despedidos 34.000 oficiales y comisarios por motivos políticos, pero antes de mayo de 1940 ya habían sido reabilitados y reintegrados a sus puestos 11.596 de ellos. Esto significa que durante las depuraciones de 1937 y 38 fueron despedidos 22.705 oficiales y comisarios políticos (alrededor de 13.000 oficiales del ejército, 4700 de la aviación y 5.000 comisarios políticos), lo que es el 7,7% de todos los oficiales y comisarios y no el 50% como Conquest decía. De esos 7,7% fue una parte condenada como traidores, pero para la gran mayoría el material histórico a disposición indica que pasaron a la vida civil.


    Una última pregunta.

    ¿Fueron justos los juicios de 1937 y 1938 para con los acusados?
    Veamos por ejemplo el juicio contra Bujarin, el funcionario mas alto del partido que trabajaba para la oposición secreta. Según el embajador norteamericano en Moscú por aquellos años, un conocido abogado de nombre Joseph Davies que estuvo en el tribunal durante todo el juicio, se le permitió a Bujarín hablar y exponer su caso sin el menor impedimento. Joseph Davies escribió a Washingtone que durante el juicio se demostró que los acusados eran ”culpables de los crímenes que les imputaban” y que ” la opinión general entre los diplomáticos que asistieron al proceso es de que se comprobó la existencia de una conspiración muy grave”.

    ¡Aprendámos de la historia!
    La discusión sobre el sistema correccional soviético durante el tiempo de Stalin, sobre lo cual se ha escrito millares de artículos y libros con mentiras y se han filmado centenas de
    películas falsas, nos entrega algunas enseñanzas.
    De hecho nos muestra una vez más que la historia sobre el socialismo que se divulga en la prensa burguesa en gran medida es falsa. La derecha tiene posibilidades através de la prensa, radio y televisión de confundir y distorsionar los hechos haciendo que las grandes masas comprendan las mentiras como si fuesen verdades. Esto es válido, especialmente, tratándose de cuestiones históricas. Es por ello que las nuevas historias de la derecha deben ser consideradas como falsas mientras no se haya comprobado lo contrario.
    Esta actitud cautelosa es necesaria. El hecho es que a pesar de que la derecha conoce los informes de los investigadores rusos, continúan publicando las mentiras que han sido enseñadas en los últimos 50 años y que ahora han sido totalmente puestas al descubierto. La derecha continúa con su herencia histórica: una mentira repetida muchas veces termina siendo verdad.
    Después que los informes de los investigadores rusos fueron publicados en Occidente, han aparecido libros en muchos países con el único propósito de combatir los informes rusos y hacer nuevamente que todas las viejas mentiras parescan verdades. Son libros caros, hojas tras hojas con mentiras sobre el comunismo y el socialismo.
    ¡Las mentiras de la derecha son repetidas para combatir a los comunistas de hoy! Las mentiras son para que los trabajadores no encuentren alternativa alguna al capitalismo y al neoliberalismo. Esto es parte de la guerra sucia contra los comunistas y la sociedad socialista que son la alternativa para el futuro. ¡Es por ello que se publican libros con viejas mentiras!
    Todo esto exige a los que tenemos una visión socialista de la historia tomar la
    responsabilidad de hacer de los periódicos comunistas ¡los periódicos de la clase obrera! Y así resistir a las mentiras de la burguesía.
    Esta es una de las tareas más importantes en los combates de clase que en un futuro inmediato se desarrollará con renovadas fuerzas.

    MARIO SOUSA
    15 de marzo de 1998
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    Mensaje por camaradavorodin Vie Feb 11, 2011 11:36 pm

    Yo leí el libro hace muchísimos años y, por supuesto, no se lo recomiendo a nadie, es pura propaganda anticomunsta, de la peor.
    Solzhenitsyn era un auténtico fascista: racista, antisemita, violento, provocador, lo peor de lo peor. Hasta otros "disidentes" como Sajarov no querían saber nada del tipo éste Y como escritor, pésimo escritor, como reconocen todos los críticos literararios independientes. Una auténtica basura humana, una hiena, un despojo carente de escrúpulos y conciencia. Y no sigo porque me sulfuro.
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    Mensaje por Tovaritx Sáb Feb 12, 2011 12:53 am

    Bueno, Sakharov, seguidor del mercado libre y fanático del estado de Israel y de Occidente (era un seguidor de la supremacía occidentalista), tampoco era ningún angelito.
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    Mensaje por Iniciado Sáb Feb 12, 2011 1:30 am

    Muchas gracias por la información, ya lo tengo más claro.
    Sí que leí en la wikipedia que fue operado en el gulag y se le salvó la vida, eso no me encajó, se anteponía a la imágen que daba...¿para qué iban a querer salvarle la vida si según él torturaban y asesinaban?
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    Mensaje por NG Lun Mar 14, 2011 8:22 pm

    SS-18 escribió:

    !Nazistas, policías y fascistas!

    Así son aquellos, los más dignos representantes de los mitos burgueses de los ”millones de muertos y presos en la Unión Soviética”. El nazista Hearst, el agente de la policía Conquest y el fascista Alexander Solzhenitsyn.
    Conquest ha tenido el papel principal, siendo sus informaciones utilizadas por los medios de comunicación capitalistas en todo el mundo y formando incluso una escuela dentro de ciertas Universidades. El trabajo de Conquest es sin duda un trabajo de desinformación policial de primera clase.
    En la década de 1970, Conquest otorga una gran ayuda a Solzhenitsyn y a una serie de figuras de segunda categoría como por ejemplo: Andrei Sakharov y Roy Medvedev. Todos ellos aparecen esporádicamente por todo el mundo como especuladores en muertos y presos a quienes la prensa burguesa siempre pagó el precio en oro.
    Pero, la realidad de los hechos fue por fin presentada y muestra la verdadera cara de todos estos falsificadores de la historia. La órden de Gorbatchov de abrir los archivos secretos del partido a las investigaciones históricas tuvo consecuencias que nadie pudo prever.


    Los archivos muestran las mentiras de la propaganda.

    Las especulaciones sobre los millones de muertos era una parte de la guerra sucia de propaganda en contra de la URSS y es por esto que los desmentidos y esclarecimientos oficiales de los soviéticos nunca fueron tomados en serio y jamás tuvieron espacio en la prensa capitalista. Los desmentidos soviéticos eran motivo de burla debido a que los ”especialistas” comprados por el capital tenían todo el espacio necesario para difundir sus fantasías puesto que ¡fantasías eran en realidad!
    Lo que todos los millones de muertos y prisioneros mencionados por Conquest y otros ”críticos” tenían en común, es que son productos de aproximaciones y métodos de tipo casero.


    Métodos falsos

    Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y otros utilizaban la estadística publicada por la URSS como por ejemplo: los censos nacionales de población a los que sumaban un supuesto aumento de la población sin tener en cuenta la situación real existente en el pais. Así llegaron a la conclusión de cuantas personas debían de haber en el pais al final de ciertos años. Las personas que faltaban eran presentadas como muertos y presos a cuenta del socialismo. Un método simple, pero totalmente falso.
    Este tipo de ”revelaciones” de acontecimientos políticos tan importantes nunca sería aceptada si las revelaciones fuesen sobre el mundo occidental. En ese caso, hubiese habido con toda certeza, profesores e historiadores que se alzarían en contra de tales engaños. Pero como la que estaba en cuestión era la Unión Soviética, entonces la falsificación podía dejarse pasar.
    Uno de los motivos es, ciertamente, que los profesores e historiadores anteponen las posibilidades de avanzar en sus carreras profesionales a su honradez profesional.
    En cifras: ¿cuáles fueron al final las conclusiones de los ”críticos”? Según Robert Conquest (en una evaluación hecha en 1961) murieron de hambre 6 millones de personas en la URSS a pricipios de la década de los años 30. Esta cifra fue aumentada por Conquest a 14 millones en 1986.
    Según Conquest, en lo que respecta a los campos de trabajo (Gulag), estaban allí detenidos 5 millones de prisioneros antes del comienzo de las depuraciones en el partido, en el ejército y en el Estado (en 1937). Después de comenzadas las depuraciones llegaron más de 7 millones de prisioneros durante 1937 y 38, haciendo un resultado total de ¡12 millones de presos en estos campos de trabajo en 1939!
    El lector debe tener en claro que los 12 millones de Conquest ¡son solamente presos políticos! Según Conquest, en los Gulag habían también delincuentes comunes los cuales eran una cantidad mayor que los presos políticos. Esto significa que habían de 25 a 30 millones de presos en los campos de trabajo de la URSS. También según Conquest, fueron ejecutados entre 1937 y 39 un millón de presos políticos mientras que 2 millones se morían de hambre. Según Conquest, el resultado final de las depuraciones de 1937 al 39: ¡9 millones de presos políticos y 3 millones de muertos!
    Estas cifras fueron inmediatamente sometidas a ”apreciaciones estadisticas” por Conquest para llegar a la conclusión de que los bolcheviques habían matado nada menos que 12 millones de presos políticos desde 1930 al 1953. Sumando estas cifras a los muertos por el hambre en los años 30, Conquest llega a la conclusión de que los bolcheviques habían matado 26 millones de personas. En una última apreciación estadística dice Conquest: ”¡En 1950 habían 12 millones de presos políticos en la URSS!
    Alexander Solzhenitsyn utilizó más o menos las mismas apreciaciones estadísticas de Conquest, pero esta vez usando los métodos pseudo-científicos con nuevas suposiciones. Con otras premisas llega a conclusiones aún más extremas.
    Solzhenitsyn acepta las cifras de Conquest de 6 millones de muertos de hambre en 1932 y 1933. Mientras tanto, con respecto a las depuraciones de 1936 al 39, Solzhenitsyn considera que murieron un mínimo de ¡un millón por año!
    Haciendo un resumen, nos dice que desde las colectivizaciones en la agricultura hasta la muerte de Stalin en 1953, los comunistas habían matado 66 millones de personas en la Unión Soviética. Además de esto, acusa como culpable al gobierno soviético por la muerte de 44 millones de rusos que según sus afirmaciones murieron en la Segunda Guerra mundial.
    La conclusión de Solzhenitsyn es que ”110 millones de rusos murieron víctimas del socialismo”. En lo que respecta a los presos, Solzhenitsyn nos dice que el número de personas en los campos de trabajo en 1953 era de ¡25 millones!

    Gorbatchov abre los archivos

    La colección de cifras fantásticas anteriormente presentadas (producto de fantasías muy bien pagadas), han salido en la prensa burguesa desde la década de los años 60, siendo siempre presentadas como hechos verídicos obtenidos en base a métodos científicos.
    Detrás de estas falsificaciones estan las policías políticas occidentales principalmente la CIA de los Estados Unidos y el MI 5 de Inglaterra.
    La influencia de los medios de comunicación es tan grande que hoy las cifras son consideradas como auténticas en grandes sectores de la población de los países occidentales.
    Esta situación lamentablemente ha empeorado. En la propia URSS, donde Solzhenitsyn y otros ”críticos” como por ejemplo, Andrei Sakharov y Roy Medvedev no encontraban un respaldo a esas cifras fantásticas, hubo un cambio significativo en 1990.
    En la nueva ”prensa libre” durante el período de Gorbatchov todo lo que se le imputaba al socialismo era presentado como positivo. Esto tuvo consecuencias desastrosas. Una inflación sin igual aumentó la cantidad de muertos y prisioneros durante el socialismo que ahora se mezclaban con un solo grupo de decenas de millones de ”víctimas” de los comunistas.
    La histeria en la nueva prensa libre de Gorbatchov realzó las mentiras de Conquest y Solzhenitsyn. Al mismo tiempo fueron abiertos por Gorbatchov los archivos del Comité Central a las investigaciones históricas lo cual era exigido por la prensa libre.
    La apertura de los archivos del Comité Central del partido comunista es en realidad la cuestión central de esta historia confusa. Esto por dos razones: por una parte, porque en los archivos se encontraban los datos que podían esclarecer la verdad y por otra parte, aún más importante, porque todos los especuladores en muertos y presos de la URSS han dicho durante años y años que el día que los archivos fuesen abiertos, las cifras por ellos presentadas serían confirmadas. Todos ellos afirmaron que así sería. Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y los demás, pero cuando los archivos fueron abiertos y los estudios de los documentos existentes comenzaron a ser publicados, aconteció algo muy extraño. ¡Ni la prensa libre de Gorbatchov ni los especuladores en presos y muertos estaban interesados en los achivos!
    Los resultados de las investigaciones hechas en los archivos del Comité Central por los historiadores rusos Zemskov, Dougin y Xlevnjuk y que comenzaron a publicarse en 1990 en revistas científicas, ¡pasaron totalmente desapercibidos!
    Los informes con los resultados de las investigaciones históricas iban en contra de la corriente inflacionaria de muertos y presos de la prensa libre. Estos resultados permanecen desconocidos. Los informes fueron publicados en revistas científicas de poco tiraje, prácticamente desconocidas para el gran público. Por lo tanto los informes científicos no podían concurrir con la histeria de la prensa, ganando las mentiras Conquest y Solzhenitsyn apoyo en muchos sectores de la población de la URSS, la actual Rusia.
    También en Occidente pasaron desapercibidos los informes de los investigadores rusos sobre el sistema correccional durante la época de Stalin, sin noticias en primera plana o reportajes en la televisión. ¿Porqué?


    ¿Qué dicen los informes de los investigadores rusos?

    Los informes de los investigadores del sistema correccional soviético son expuestos en un trabajo de alrededor de 9.000 páginas. Son varios los investigadores que escribieron estos informes, siendo los historiadores más conocidos los rusos V.M.Zemskov, A.M. Dougin y O.V.Xlevnjuk. Sus trabajos comenzaron a publicarse en 1990, estando practicamente acabados y publicados en Rusia en 1993.
    Los informes de los investigadores llegaron a conocimiento de Occidente. Los trabajos conocidos por el autor de este texto son: Un trabajo presentado en Francia en la revista L´Histoire (septiembre de 1993) por Nicolas Werth, jefe investigador del instituto francés de investigaciones científicas CNRS (Centre National de la Researche Scientifique) y el trabajo publicado en los EEUU en la revista The American Historial Review por J.Arch Getty, profesor de historia de la Universidad River Side de California en conjunto con G.T.Rettersporn, investigador del instituto francés CNRS y el investigador ruso V.N.Zemskov del Instituto de Historia Rusa de la Academia de las Ciencias de Rusia.
    También existen hoy en día libros sobre el tema, escritos por los investigadores arriba mencionados o bien, por otros investigadores de los mismos grupos de investigaciones.
    Antes de entrar en el tema quiero dejar en claro, para que no haya confusiones a futuro, que ninguno de los científicos que participaron en estos trabajos tienen una visión socialista del mundo. Muchas veces son bastante reaccionarios.
    Esto lo digo para que el lector no piense que todo esto es producto de una ”conspiración comunista”. Lo que sucede es que los investigadores anteriormente mencionados deshacen completamente las mentiras de Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y otros, poniendo de hecho, simplemente, la honradez profesional en primer lugar y no dejándose comprar para los efectos de la propaganda.
    Los informes de las investigaciones rusas dan respuesta a una gran cantidad de preguntas sobre el sistema correccional soviético.
    Para nosotros es la época de Stalin la más interesante para estudiar. Es allí donde está la razón de la discusión.
    Algunas preguntas concretas procuramos responder del material de las revistas L´Histoire (LH) y de The American Historical Review (AHR). Esta será la mejor manera de poner al debate alguna de las partes más importantes del sistema correccional soviético. Las preguntas son las siguientes:

    1.-¿Qué es lo que era el sistema correccional soviético?

    2.-¿Cuál era el número de presos ”políticos” y delincuentes comunes?

    3.-¿Cuántos muertos hubieron en los campos de trabajo?

    4.-¿Cuántos fueron los condenados a muerte hasta el año 1953 y en especial

    durante las depuraciones de 1937 y 38?

    5.-¿Cuál era generalmente el tiempo de reclusión?

    Después de haber respondido a estas 5 preguntas ponemos en discusión las penas impuestas a los dos grupos más debatidos cuando se trata de los presos y muertos en la URSS, siendo esos los Kulakos, condenados en 1930 y los contrarevolucionarios de 1936 al 38.


    Los campos de trabajo en el sistema correccional.

    Comenzamos con la primera pregunta sobre el sistema correccional soviético. Después de 1930, el sistema correccional soviético contaba con prisiones, campos y colonias de trabajo de los Gulag, zonas especiales abiertas y pago de multas.
    Las personas que eran arrestadas generalmente eran enviadas a las cárceles comunes en tanto se hacían las investigaciones que podían demostrar su inocensia recuperando la libertad, o bien, eran llevadas al tribunal de justicia. En caso de ser pasado al tribunal, el acusado podía ser declarado inocente y quedar en libertad o, en caso de que fuera declarado culpable podía ser condenado a una pena de multa, de prisión o, en casos más exepcionales, a la pena de muerte.
    Las multas podían ser un cierto porcentaje del salario durante un cierto tiempo. Los condenados a prisión podían ser enviados a diferentes tipos de cárceles dependiendo del tipo de delito cometido.
    A los campos de trabajo Gulag iban los criminales por delitos graves (homicidios, robos, violaciones, delitos economicos, etc) y una gran parte de los condenados por actividades contrarevolucionarias. Otros delincuentes con penas superiores a 3 años podían ser también recluidos en esos campos.
    Después de un tiempo en un campo de trabajo, el preso podía ser traladado a una colonia de trabajo, o bien, a una zona especial abierta.
    Los campos de trabajo eran zonas muy extensas donde los condenados vivían y trabajaban bajo gran control.
    Trabajar y no ser un peso para la sociedad era otra cosa evidente. Ninguna persona se lo pasaba sin trabajar. Puede ser que alguien hoy en día piense que esto es terrible, pero la realidad era así.
    Existían 53 campos de trabajo y 425 colonias de trabajo Gulag en 1940. Estas últimas eran unidades más pequeñas que los campos de trabajo, con un régimen más liberal y con menos control. Allí iban los presos con penas de prisión más cortas. Tanto delincuentes comunes como políticos trabajaban en libertad en las fábricas y en la agricultura que era una parte de la economía de la sociedad civil. En la mayoría de los casos el salario de esos trabajos transformaba por entero a los condenados igualándolos a los otros trabajadores.
    Las zonas especiales abiertas eran generalmente zonas agrícolas donde se exiliaba a los Kulakos que habían sido expropiados durante la colectivización de las tierras. Otros condenados por penas menores o actividades contrarevolucionarias podían también cumplir las penas en estas zonas.


    ¡450 mil y no 9 millones!

    Segunda pregunta. ¿Cuál era el número de presos políticos y por delitos comunes? Esta pregunta incluye a los presos en los campos y colonias de trabajo, Gulag y en las cárceles aunque teniendo en cuenta que la privación de libertad en las colonias de trabajo era en la mayoría de los casos de reducida duración.
    Veamos las cifras de AHR en el cuadro de abajo respecto al período de 20 años a partir de 1934 cuando el sistema correccional fue centralizado en una sola administración y hasta 1953 cuando Stalin falleció.


    Tabla de The American Historical Review




    De la tabla de estadisticas se puede sacar una serie de conclusiones. Para comenzar podemos comparar las cifras del gráfico con las cifras de Conquest.
    En 1939 -dice Conquest- habían 9 millones de presos políticos en los campos de trabajo y otros 3 millones habían muerto durante el período de 1937 al 39. No olvide el lector que estas cifras se refieren solamente a los presos políticos
    Además de esos -nos dice Conquest- que los presos por delitos comunes eran mucho mayor que las cifras de presos ”políticos”. En el año 1950 decía Conquest que habían ¡12 millones de presos políticos!
    Con los datos en la mano podemos ver ahora a Conquest como el falsificador que es en la realidad. No hay ninguna cifra que corresponda a la realidad.
    En 1939 habían en todos los campos, colonias y prisiones cerca de 2 millones de presos. De esos eran 454 mil condenados por delitos políticos y no 9 millones como Conquest afirma. Los muertos en los campos de trabajo desde 1937 a 1939 fueron cerca de 160.000 y no 3 millones como dice Conquest.
    En el año 1950 había en los campos de trabajo 578 mil presos por delitos políticos y no 12 millones. El lector no debe olvidar que Robert Conquest es aún una de las fuentes más importantes de la propaganda de derecha en contra del comunismo.
    Para los pseudo-intelectuales de derecha, Conquest es como un dios. En lo que respecta a las cifras de Alexander Solzhenitsyn (60 millones de muertos en los campos de trabajo), no hay necesidad de comentarios. Lo ridículo de esta afirmacion es evidente. Solo una mente enferma puede afirmar tales fantasías.
    Dejemos ahora a los falsificadores y hagamos un análisis concreto de las estadísticas de los Gulag.
    La primera cuestión que se puede hacer es pensar en la cantidad de personas en el sistema correccional. ¿Qué significado tiene una cifra tan elevada de 2,5 millones? Cada persona encarcelada es testimonio de que la sociedad aún no se ha desarrollado para dar a cada persona lo necesario para una vida positiva.Viendo las cosas de esta manera son los 2,5 millones una muestra negativa de la sociedad.


    La amenaza interna y externa.

    A las cifras de personas recluidas en el sistema correccional hay que darle una explicación más concreta.
    La Unión Soviética era un país que recientemente había dejado el feudalismo y la herencia social en lo que respecta a los valores humanos eran muchas veces un peso para la sociedad. En el sistema anterior con los Zares, los trabajadores eran obligados a vivir en una profunda miseria y la vida humana no tenía mucho valor. Robos y crímenes violentos eran penados con una violencia sin límites. Las insurrecciones en contra de la monarquía terminaban habitualmente en masacres, con condenados a muerte y penas largas de prisión.
    Estas relaciones sociales y la manera de pensar relacionadas con ellas, llevan mucho tiempo para combatirlas lo cual influenció en el desarrollo de la sociedad y también en la criminalidad del país.
    Otro factor a tener en cuenta es que la URSS, un país que en los años 30 tenía una población de 160/170 millones de habitantes, estaba fuertemente amenazada por potencias extranjeras.
    En base a los grandes cambios políticos en Europa en la década de 1930, la principal amenaza de guerra provenía de la Alemania nazi (amenaza contra la sobrevivencia de los pueblos eslavos), constituyendo también las democracias occidentales un bloque con inteciones intervencionistas.
    Esta situación muy seria fue resumida por Stalin en 1931 con las siguientes palabras: ”Estamos atrasados de 50 a 100 años en relación con los países avanzados. Tenemos que recorrer esta distancia en 10 años. O bien, lo hacemos o sino seremos arrasados”. Diez años después, el 22 de junio de 1941 la URSS fue invadida por la Alemania nazi y sus aliados. La sociedad soviética fue obligada a grandes esfuerzos durante el decenio de 1930 y 40, siendo la mayor parte de los recursos utilizados en los preparativos de defensa para la guerra contra los nazistas.
    Esto hace que las personas tuviesen una vida de trabajo sin grandes compensaciones a nivel personal. La reforma de 7 horas de trabajo diario tuvo que ser derogada en 1937 y, en 1939 eran casi todos los domingos día de trabajo.
    En un período difícil como este en que una gran guerra determinó el desarrollo social durante 2 decenios (1930 y 40), una guerra que costo a la URSS 25 millones de vidas perdidas y la mitad del país

    en ruinas, se originó delincuencia cuando las personas se tentaban con aquello que la vida no les
    podía dar.
    Durante este tiempo muy difícil en la URSS, había como máximo 2,5 millones de personas en el sistema correccional, osea, 2,4% de la población adulta. ¿Cómo avaluar estas cifras? ¿Son cifras elevadas? Hagamos una comparación.


    Mas presos en los EEUU

    Por ejemplo: en los Estados Unidos de Norteamerica -país con 252 millones de habitantes en 1996- el pais más rico del planeta y que consume el 60% de los recursos mundiales, ¿cuántas personas hay en el sistema correccional? ¿Cuál es la situación en este país que no está amenazado por ninguna guerra y donde no existen cambios sociales que pudieran amenazar la estabilidad económica?
    En una noticia muy pequeña en los periódicos (agosto de 1997), la agencia de noticias FLT-AP decía que en los EEUU ”nunca anteriormente habían existido tantas personas en el sistema correccional, 5,5 millones en 1996”. Esto representa un aumento de 200.000 personas desde 1995 y hace que el número de delincuentes en los EE UU ”sea el 2,8% de la población adulta”. Estos datos vienen del
    Departamento de Justicia norteamericano. El número de personas condenadas por delinquir en los EEUU es hoy superior a los 3 millones que fue el ¡máximo en la URSS! Ahí hubo un máximo de 2,4% de la población adulta condenada por crímenes. ¡En los EEUU hay 2,8% y esa cantidad continúa cresciendo!
    Según el comunicado del Departamento de Justicia de los EEUU aparecido en la prensa del 18 de enero de 1998, aumentó en 96.100 personas el número de presos en 1997.
    En lo que respecta a los campos de trabajo soviéticos, es verdad que era un régimen duro y difícil para los presos, pero debemos ver cómo es hoy la situación en las cárceles de los EEUU donde existe violencia, drogas, prostitución y esclavitud sexual (290.000 violacionesal año entre los presos). ¡Nadie se siente seguro en las prisiones de los EEUU! ¡Esto en la actualidad en la sociedad mas rica jamás vista!


    Un factor importante: la falta de medicinas.

    Respondamos ahora a la tercera pregunta. ¿Cuántos fueron los muertos en los campos de trabajo?
    Los casos de muerte en los campos varían mucho de año a año, de 5,2% en 1934 a 0,3% en 1953. Estas muertes en los campos eran causadas por la falta de recursos en la sociedad. En primer lugar, por la falta de medicinas para combatir las epidemias.
    Este problema no era específico de estos campos sino que existía igualmente en la sociedad en general como también en la mayoría de los países del mundo.
    Después que los antibióticos fueron descubiertos y comenzaron a utilizarse después de la Segunda Guerra mundial, la situación se modificó radicalmente. En realidad, los años más difíciles fueron los años de guerra cuando la barbarie del nazismo obligó a todos los ciudadanos soviéticos a vivir una vida muy difícil.
    Durante esos 4 años murieron en los campos de trabajo más de medio millón de presos lo que es más de la mitad de todos los muertos durante 20 años. No olvidemos que en el mismo período de la guerra murieron 25 millones de personas en la sociedad libre.
    Cuando las condiciones en la URSS mejoraron en el decenio de los años 50 y con el uso de los antibióticos disminuyó el número de muertos a un 0,3% entre los presos.
    Veamos ahora la cuarta pregunta. ¿Cuántos fueron los condenados a muerte hasta 1953 y en especial, durante las depuraciones de 1937 y 38?
    Ya hemos visto las cifras de Robert Conquest de 12 millones de presos políticos que los bolcheviques habrían matado en los campos de trabajo, desde 1930 a 1953, de los cuales un millón entre 1937 y 1938.
    Las cifras de Solzhenitsyn son de decenas de millones de muertos en estos campos y de los cuales 3 millones fueron muertos en 1937 y 1938. Pero, han habido cifras más elevadas citadas en la propaganda suya en contra de la URSS.
    La rusa Olga Shatunovskaja por ejemplo, nos da una cifra de ¡7 millones de muertos en las depuraciones de 1937 y 38! Pero los documentos que ahora son publicados sacados de los archivos soviéticos nos dan una información diferente.
    En primer lugar, es preciso decir que las cifras de los condenados a muerte se encontraron en varios archivos y los investigadores se vieron obligados a recoger datos con un cierto riesgo de contar doble y darnos una cifra mayor de lo que fue en la realidad.
    Según Dimitri Volkogonov, nombrado por Jeltsin como jefe de los antiguos archivos soviéticos, fueron condenados a muerte 30 514 personas por los tribunales militares desde el primero de octubre de 1936 al 30 de septiembre de 1938.
    Otra información que ahora existe viene de la KGB. Según una información en la prensa (en febrero de 1990), habían sido condenadas a muerte 786.000 personas por delitos contra la revolución durante los 23 años del período que comprende desde 1930 hasta 1953. De esos habían sido condenados 681.692 en 1937 y 38.
    No hay posibilidades de hacer un control de las informaciones que la KGB nos entrega, pero esta última afirmación es dudosa. Sería muy extraño tantos condenados en 2 años. ¿No será que la actual KGB pro-capitalista nos da una información correcta de la KGB pro-socialista? En todo caso viene a verificar que las estadísticas que son la base de las informaciones de la KGB nos muestran que las cifras mencionadas sobre los condenados a muerte durante esos 23 años se refieren a delincuentes comunes y contrarevolucionarios y no solamente a contrarevolucionarios como la KGB pro-capitalista se refirió en la informacion de febrero de 1990.
    De los archivos se saca también la conclusión de que las cifras de delincuentes condenados a muerte era apróximadamente igual al número de delincuentes comunes y contrarevolucionarios. La conclusión a que podemos llegar es que el número de condenados a muerte entre 1936 y 1938 fue alrededor de 100.000 y no de varios millones como han sido presentados en la propaganda occidental.
    Es preciso también tener en cuenta que no todos los condenados a muerte en la URSS eran ejecutados. Una gran parte de ellos pasaban a penas de prisión en los campos de trabajo. También es importante hacer una diferencia entre los delincuentes comunes y los contrarevolucionarios. Muchos de los condenados a muerte eran delincuentes condenados por delitos de violencia como son: asaltos y violaciones. Estos tipos de delitos hace 60 años atrás eran penados con sentencias de muerte en la mayoría de los países del mundo.
    La quinta pregunta. ¿Cuál fue en general el tiempo de reclusión? El tiempo de prisión de los condenados es una de las cuestiones en que los rumores de la propaganda occidental han sido
    peores. La descripción general es que estar preso en la Unión Soviética significaba que el que entraba en prisión ya no salía más. !Esto es completamente falso!
    En realidad, la gran mayoría de los presos en el tiempo de Stalin fueron condenados al máximo de ¡5 años de prisión!
    La estadística de AHR nos entrega datos concretos. Los delincuentes comunes en la Federación Rusa en 1936 recibieron las siguientes penas de prisión:

    Hasta 5 años: 82,4 porciento.
    De 5 a 10 años: 17,6% (10 años, pena máxima de prisión hasta 1937)

    Los delincuentes políticos condenados en los tribunales civiles en 1936 recibieron las siguientes penas de prisión:

    Hasta 5 años: 44,2 pociento
    De 5 a 10 años: 50,7 porciento

    En lo que respecta a los condenados en los Gulag donde las penas mayores eran cumplidas, la estadística de enero de 1940 era la siguiente:

    Hasta 5 años: 56,8 %.
    De 5 a 10 años: 42, 2 %
    Más de 10 años: 1,0 %

    Para el año 1939 tenemos estadísticas de los tribunales de la Unión Soviética. La distribución de las penas de prisión es la siguiente:

    Hasta 5 añös: 95,9 %
    De 5 a 10 años: 4,0 %
    Más de 10 años: 0,1 %

    Como vemos es la supuesta perpetuidad del tiempo de prisión en la URSS es un mito respaldado en Occidente para combatir el socialismo.


    Las mentiras sobre la URSS: Un breve debate sobre los informes de los investigadores.

    Las investigaciones de los historiadores rusos revelan una realidad totalmente diferente de la que ha sido enseñada en las escuelas y Universidades del mundo capitalista durante los últimos 50 años.
    Durante esos años de guerra fría fueron varias las generaciones que aprendieron mentiras sobre la Unión Soviética y esto ha dejado huellas profundas en muchas personas. Este hecho constatado también se verifica en los informes de los investigadores franceses y norteamericanos.
    Estos informes nos entregan cifras y tablas con estadísticas sobre presos y muertos, discutiéndose esas cifras en un trabajo de gran amplitud, pero lo principal y más importante, los crímenes cometidos por los presos ¡nunca es tema de discusión seria!
    La propaganda política de los capitalistas siempre se ha referido a los presos en la URSS como víctimas y los investigadores utilizan este término sin poner en cuestión su veracidad.
    Cuando los investigadores pasan de las estadísticas a los comentarios sobre los acontecimientos, salen a relucir las concepciones burguesas y el resultado es a veces macabro. Los condenados en el sistema correccional soviético son asesinos, violadores, etc. Delincuentes de este tipo nunca serían tratados como víctimas en la prensa si los crímenes hubiesen sido cometidos en Europa o en los EEUU, pero como los crímenes fueron cometidos en la URSS todo es posible.
    Llamar víctima a un asesino o violador reincidente en estos delitos es muy sucio. Tomar posición por la justicia soviética en lo que respecta a los delincuentes comunes condenados por crímenes violentos debería ser evidente, si no en el tipo de pena, por lo menos en lo referente a condenar el crímen.


    Los Kulakos y la contrarevolución.

    En lo que respecta a los contrarevolucionarios es también importante discutir acerca de los crímenes por los cuales fueron acusados. Tomemos dos ejemplos para mostrar el fondo de la cuestión.
    En primer lugar los Kulakos condenados a comienzos de la década de los años 30 y después los conjurados y contrarevolucionarios condenados en 1936 a 1938.
    Según los informes publicados sobre los Kulakos (campesinos ricos), fueron 381.000 familias, osea, cerca de 1,8 millones de personas condenadas al exilio. Una pequeña parte de estas fueron personas condenadas a penas en los campos y colonias de trabajo. Pero ¿Cuál fue la causa de las condenas de esos Kulakos?
    El campesino rico sometió a los campesinos pobres durante centenas de años a una opresión sin límites y a una explotación sin consideraciones. De los 120 millones de campesinos en 1927, vivían 10 millones de Kulakos en la abundancia y 110 millones en la pobreza, en la más completa miseria antes de la revolución.
    La riqueza de los Kulakos venía del trabajo mal pagado a los campesinos pobres. Cuando los campesinos pobres comenzaron a organizarse en colectivos agrícolas desapareció así la principal fuente de riqueza de los Kulakos. Pero los Kulakos no desistieron en sus intentos de retomar la explotación através del hambre. Grupos de Kulakos armados atacaban los colectivos agrícolas, mataban campesinos pobres y funcionarios del partido, prendían fuego a los sembrados mataban los animales de trabajo y provocando el hambre entre los campesinos pobres, intentaban asegurar la continuación de la pobreza y de sus posiciones de poder.
    Los acontecimientos que se sucedieron no fueron los que los asesinos habían pensado. Esta vez los campesinos pobres eran apoyados por la revolución y eran más fuertes que los Kulakos que fueron derrotados, presos y condenados al exilio o a penas en los campos de trabajo.
    De los 10 millones de Kulakos, 1,8 millones fueron condenados. Hubo talvés injusticias en esta enorme lucha de clases que incluyó a 120 millones de personas en el campo soviético. Pero ¿podemos acusar a los pobres y oprimidos en su lucha por una vida que valga la pena de vivir? ¿Podemos acusarlos de no ser civilizados o no tener clemencia en sus juicios durante su lucha para que sus hijos no fuesen analfabetos con hambre? ¿Acaso se puede acusar de ser no ser civilizados a los que durante centenas de años nunca tuvieron acceso a los avances de la civilización?
    Y digamos ¿Cuándo fue la clase explotadora de los Kulakos civilizada o clemente para con los campesinos pobres durante los años de la explotación?


    Las depuraciones de 1937.

    Nuestro segundo ejemplo, sobre los contrarevolucionarios condenados en los juicios de 1936 al 38 después de las depuraciones en el partido, en el ejército y en el aparato estatal, tiene raices en la historia del movimiento revolucionario en Rusia.
    Millones de personas participaron en la lucha victoriosa en contra del Zar y la burguesía rusa, ingresando muchos de ellos al partido comunista. Entre todas esas personas estaban desgraciadamente los que habían ingresado al partido por razones que no eran la lucha por el poder proletario y por el socialismo. Pero la lucha de clases era tal que muchas veces no había tiempo ni posibilidades para poner a prueba los militantes. Hasta los mismos militantes de otros partidos que se decían socialistas y que habían combatido al partido bolchevique fueron aceptados en el partido comunista.
    A una parte de esos nuevos militantes fueron otorgados puestos importantes en el partido bolchevique, en el Estado y en el Ejército, dependiendo todo de sus capacidades individuales para conducir la lucha de clases.
    Eran tiempos muy difíciles para el jóven Estado soviético y la gran falta de cuadros o simplemente de personas que supiesen leer, obligaba al partido a no poner grandes exigencias en lo que respecta a las cualidades de los nuevos militantes y cuadros.
    De todos estos problemas se creó con el tiempo una contradicción que dividió al partido en dos campos. Por un lado los que querían avanzar en la lucha por la sociedad socialista y por otro lado, los que consideraban que aún no habían condiciones para realizar el socialismo y que propugnaban una politica socialdemócrata.
    El orígen de estas últimas ideas venía de Trotsky que había entrado al partido comunista en julio de 1917. Trotsky fue con el tiempo obteniendo apoyo de algunos de los bolcheviques más conocidos.
    Esta Oposición Unida en contra de los ideales bolcheviques originales, era una de las oposiciones en las votaciones partidarias sobre la politica a seguir por el partido y realizada el 27 de diciembre de 1927.
    Antes de esta votación se había llevado a cabo durante varios años una gran discusión partidaria y no hay duda sobre el resultado. De los 725.000 votos, la oposición solo consiguió 6.000, osea, menos del 1% de los militantes del partido apoyaron a la Oposición Unida.
    A consecuencia de la votación y una vez que la oposición trabajaba por una política diferente en el partido, el Comité Central del partido comunista decidió expulsar del partido a los principales dirigentes de la oposición. La persona principal de esta oposición -Trotsky- fue expulsado de la URSS.
    Pero la historia de la oposición no terminó aquí. Sinoviev, Kamanjev y Edokinov hicieron poco después una autocrítica al igual que varios de los principales trotskistas como por ejemplo: Pjatakov, Radek, Preobrajenski y Smirnof. Todos ellos fueron nuevamente aceptados como militantes del partido y recuperaron sus trabajos en el partido y el el Estado.
    Con el tiempo se descubrió que la autocrítica de la oposición no era una expresión sincera, estando los principales miembros de la Oposición Unida al lado de la contrarevolución cada vez que la lucha de clases se agudizaba en la URSS.
    La mayoría de los opositores fueron expulsados y readmitidos más de una vez antes que la decisión final fue tomada en 1937 y 1938.


    Sabotaje industrial.

    El asesinato de Kirov, presidente del partido en Leningrado y una de las personas más importantes del Comité Central (en diciembre de 1934), dió orígen al descubrimiento de una organización secreta que preparaba una conspiración para tomar cargos de dirección en el partido y el gobierno del país através de acciones violentas.
    La lucha política que habían perdido en 1927 querían ahora ganar por medio de la violencia organizada en contra del Estado. La organización tenía una red de apoyo en el partido, en el ejército y en el aparato estatal en todo el país, siendo las actividades más importantes el sabotaje industrial, el terrorismo y la corrupción. Trotsky, el principal inspirador de la oposición dirigía las actividades desde el extranjero.
    El sabotaje industrial causaba una pérdida terrible para el Estado soviético con un costo económico enorme como por ejemplo, para las máquinas importadas que se estropeaban sin posibilidades de reparación y una enorme baja de la productividad de las minas y las fábricas.
    Una de las personas que en 1939 descubrieron el problema fue el ingeniero norteamericano John Littlepage, uno de los especialistas extranjeros contratados por la URSS.
    Littlepage trabajó 10 años (1927 a 1937) en la industria minera soviética, principalmente en las minas de oro. En su libro ”In search of soviet gold” (En la búsqueda del oro soviético) escribe: ”Yo nunca tuve interés por las subtilidades y las maniobras políticas en Rusia en cuanto podía evitarlas, pero yo tuve que estudiar lo que acontecía en la industria soviética para poder hacer un buen trabajo. Yo estoy completamente convencido de que a Stalin y sus colaboradores les llevó mucho tiempo descubrir que comunistas revolucionarios descontentos eran sus enemigos mas peligrosos”.
    Littlepage escribió también que su propia experiencia confirmaba las declaraciones oficiales de que una conspiración conducida desde el exterior usaba el sabotage industrial a gran escala como parte de un proceso para hacer caer al gobierno. Ya en 1931 Littlepage había sido obligado a constatar eso durante un trabajo en las minas de cobre y plomo en los Urales y en Kazakstán. Las minas eran una parte del gran complejo de Cobre-Plomo cuyo jefe máximo era Pjatakov, el Vice-Comisario del Pueblo para la industria pesada.
    El estado de las minas era catastrófico en lo que respecta a la producción y el bienestar de los trabajadores. La conclusión de Littlepage fue de que había un sabotage organizado proveniente de la dirección superior del complejo de Cobre-Plomo.
    El libro de John Littlepage nos da también la llave del conocimiento de dónde la oposición trotskista
    el recibía dinero necesario para pagar la actividad contrarevolucionaria. Varios miembros de la oposición secreta utilizaban sus puestos en la URSS para aprobar la compra de máquinas de ciertas fábricas en el extranjero. Los productos aprobados eran de baja calidad, pero eran pagdos por el gobierno soviético a precios más altos. La diferencia económica que estas transacciones dejaban eran enviadas por las fábricas extranjeras a las organizaciones trotskistas en el extranjero a cambio de que Trotsky y sus acólitos conjurados en la URSS continuaran haciendo más compras en esas mismas fábricas.


    Robo y corrupción.

    Este procedimiento constató Littlepage en Berlin en la primavera de 1931 cuando la compra de ascensores industriales para las minas. La delegación soviética era dirigida por Pjatakov, siendo
    Littlepage el especialista encargado de verificar y aprobar la compra. Littlepage descubrió el fraude con los ascensores de mala calidad, inútiles en la URSS, pero cuando comunicó el hecho a Pjatakov y a los otros miembros de la delegación soviética fue recibido de una manera fría y con exigencias de que aprobase la compra de los ascensores. Littlepage no la aprobó y pensó de que se trataba de una corrupción personal y que los participantes de la delegación recibían sobornos de la fábrica de ascensores. Pero Pjatakov confesó después en el juicio de 1937 su ligazón con la oposición trotskista y Littlepage fue obligado a constatar que lo que él había observado en Berlín era mucho más que una corrupción a nivel personal. El dinero era destinado al pago de las actividades de la oposición secreta en la URSS, actividades que comprendían el sabotage, el terrorismo, los sobornos y la propaganda.
    Zinoviev, Kamanev, Pjatakov, Radek, Smirnof, Tomski, Bujarin y otros tan queridos en la prensa occidental burguesa, utilizaban los puestos que el pueblo soviético y el partido les había otorgado para robar dinero al Estado y para ser utilizado por los enemigos del socialismo en el extranjero para sabotear y el combatir la sociedad socialista en la URSS.


    Planes para un golpe de Estado.

    El tipo de delito como el robo, el sabotage y la corrupción es un delito grave, pero las actividades de la oposición irían mucho mas lejos.
    La conspiración contrarevolucionaria se preparaba para tomar el poder con un golpe de Estado en que toda la dirección soviética sería eliminada comenzando por el asesinato de las personas más importantes del Comité Central del partido comunista.
    La parte militar del golpe de Estado sería realizada por un grupo de generales encabezados por el Mariscal Toukhatchevski.
    Según Isaak Deutsher, el trotskista que escribió muchos libros contra Stalin y la URSS, el golpe de Estado iba a ser iniciado con una operación militar contra el Kremlin y contra las tropas más importantes en las grandes ciudades como Moscú y Leningrado. La conspiración era dirigida por Toukhatchevski en conjunto con Gamarnik, Jefe de los Comisarios Políticos del Ejército; el general Iakir, Comandante de la Plaza de Leningrado; el general Ouborevitch, Comandante de la Academia Militar de Moscú y el general Primakov, uno de los jefes de la caballería.
    El Mariscal Toukhatchevski era un antiguo oficial del Ejército zarista que después de la revolución se había pasado al Ejército Rojo.
    En 1930, cerca del 10% de los oficiales, osea, 4500 eran antiguos oficiales del ejército zarista. Muchos de aquellos oficiales nunca habían dejados sus posiciones burguesas y esperaban en silencio una oportunidad para pelear por ellas. La oportunidad se presentó cuando la oposición se preparaba para dar el golpe de Estado.
    Los bolcheviques eran fuertes, pero los conspiradores civiles y militares trataron de captar poderosos amigos. Según la confesión de Bujarín en el juicio público en 1938, existía un acuerdo hecho entre la oposición trotskista y la Alemania nazi en la cual grandes regiones -entre ellas Ucraina- serían entregadas a Alemania nazi después del golpe de Estado contrarevolucionario en la Unión Soviética.
    Este era el pago exigido por Alemania nazi por el apoyo prometido a los contrarevolucionarios. Bujarín había sido informado de este acuerdo por Radek que sobre la cuestión había recibido una directiva de Trotsky.
    Todos esos conspiradores que habían sido elegidos para puestos altos para dirigir, administrar y defender la sociedad socialista, trataban en realidad de destruir el socialismo.
    Es preciso esclarecer que todo esto pasó en el decenio de los años 30 cuando el peligro nazi crecía sin parar y los ejércitos nazistas ponían a Europa en la hoguera y preparaban la invasión de la URSS.
    Los conspiradores fueron condenados a muerte como traidores en un juicio público. Los acusados de sabotage, terrorismo, corrupción, intento de asesinato y los que querían entregar una parte del país, no podían esperar otro fin. Llamarlos víctimas es un error total.


    Mas cifras falsas.

    Es interesante saber como la propaganda occidental através de Robert Conquest ha mentido sobre las depuraciones en el Ejército Rojo. En su libro ”El gran terror” dice Conquest que en 1937 habían 70.000 oficiales y comisarios políticos en el Ejército Rojo y que 50% de esos, osea, 15.000 oficiales y 20.000 comisarios habían sido arrestados por la policía política y que habían sido ejecutados o hechos prisioneros perpetuos en los campos de trabajo.
    En esta afirmación de Conquest -como en todo el libro- no existe nada de verdad. El historiador Roger Reese en su trabajo ”The Red Army and the Great Purgues”, nos da hechos y nos muestra el verdadero significado que las depuraciones de 1937 y 38 tuvieron para el ejército.
    El número de personas en posiciones de dirigentes en el Ejército Rojo y en la aviacion, osea, oficiales y comisarios políticos era de 144.300 en 1937 cresciendo a 282.300 hasta 1939.
    Durante las depuraciones de 1937 y 38 fueron despedidos 34.000 oficiales y comisarios por motivos políticos, pero antes de mayo de 1940 ya habían sido reabilitados y reintegrados a sus puestos 11.596 de ellos. Esto significa que durante las depuraciones de 1937 y 38 fueron despedidos 22.705 oficiales y comisarios políticos (alrededor de 13.000 oficiales del ejército, 4700 de la aviación y 5.000 comisarios políticos), lo que es el 7,7% de todos los oficiales y comisarios y no el 50% como Conquest decía. De esos 7,7% fue una parte condenada como traidores, pero para la gran mayoría el material histórico a disposición indica que pasaron a la vida civil.


    Una última pregunta.

    ¿Fueron justos los juicios de 1937 y 1938 para con los acusados?
    Veamos por ejemplo el juicio contra Bujarin, el funcionario mas alto del partido que trabajaba para la oposición secreta. Según el embajador norteamericano en Moscú por aquellos años, un conocido abogado de nombre Joseph Davies que estuvo en el tribunal durante todo el juicio, se le permitió a Bujarín hablar y exponer su caso sin el menor impedimento. Joseph Davies escribió a Washingtone que durante el juicio se demostró que los acusados eran ”culpables de los crímenes que les imputaban” y que ” la opinión general entre los diplomáticos que asistieron al proceso es de que se comprobó la existencia de una conspiración muy grave”.

    ¡Aprendámos de la historia!
    La discusión sobre el sistema correccional soviético durante el tiempo de Stalin, sobre lo cual se ha escrito millares de artículos y libros con mentiras y se han filmado centenas de
    películas falsas, nos entrega algunas enseñanzas.
    De hecho nos muestra una vez más que la historia sobre el socialismo que se divulga en la prensa burguesa en gran medida es falsa. La derecha tiene posibilidades através de la prensa, radio y televisión de confundir y distorsionar los hechos haciendo que las grandes masas comprendan las mentiras como si fuesen verdades. Esto es válido, especialmente, tratándose de cuestiones históricas. Es por ello que las nuevas historias de la derecha deben ser consideradas como falsas mientras no se haya comprobado lo contrario.
    Esta actitud cautelosa es necesaria. El hecho es que a pesar de que la derecha conoce los informes de los investigadores rusos, continúan publicando las mentiras que han sido enseñadas en los últimos 50 años y que ahora han sido totalmente puestas al descubierto. La derecha continúa con su herencia histórica: una mentira repetida muchas veces termina siendo verdad.
    Después que los informes de los investigadores rusos fueron publicados en Occidente, han aparecido libros en muchos países con el único propósito de combatir los informes rusos y hacer nuevamente que todas las viejas mentiras parescan verdades. Son libros caros, hojas tras hojas con mentiras sobre el comunismo y el socialismo.
    ¡Las mentiras de la derecha son repetidas para combatir a los comunistas de hoy! Las mentiras son para que los trabajadores no encuentren alternativa alguna al capitalismo y al neoliberalismo. Esto es parte de la guerra sucia contra los comunistas y la sociedad socialista que son la alternativa para el futuro. ¡Es por ello que se publican libros con viejas mentiras!
    Todo esto exige a los que tenemos una visión socialista de la historia tomar la
    responsabilidad de hacer de los periódicos comunistas ¡los periódicos de la clase obrera! Y así resistir a las mentiras de la burguesía.
    Esta es una de las tareas más importantes en los combates de clase que en un futuro inmediato se desarrollará con renovadas fuerzas.

    MARIO SOUSA
    15 de marzo de 1998
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    Justo estava buscando info sobre los gualgs, y me encontre con esto, y luego aqui en el foro,
    esa pagina de mariosousa, que es un libro? una simple opinion contrastada?
    Esque me encanto el texto pero querria saber si me podrias dar un poco de luz en cuanto a su verificalidad
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    Mensaje por DP9M Lun Mar 14, 2011 9:25 pm

    Hombre , las cifras son las de los archivos abiertos pero con puntos y comas, no como los del "libro negro del comunismo" que dicen que sus cifras son de los archivos y la única cifra como tal es la de los 800.000 acusados por el articulo 58 a la condena maxima. El resto meten de todo tipo de gilipolleces y mamonadas para liar al lector sin explicar de donde o como sacan las cuentas finales de 20 millones.

    Ya tenemos hilo en el foro sobre los gulags.

    Aqui tienes un tema que te puede interesar que habla algo de los Gulags

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    Este para explicar que es genocidio y que no lo es

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    Y el hilo del foro que habla sobre los Gulags en concreto.

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    Mensaje por Demofilo Mar Mar 15, 2011 1:55 pm

    Este párrafo de NSV Liit es incongruente:
    "No digo que no se dieran casos de tortura, seguramente se dieran, igual que se dan hoy en la policía de cualquier país del mundo, incluyendo los que se supone que son democráticos (mucho más democráticos que la URSS). Pero esas torturas no fueron sistemáticas ni fueron organizadas por el gobierno soviético (por cierto el mismo Solzhenitsin reconoce que no hay documentos oficiales que demuestren la tortura)"
    La policía soviética no podía ser "igual" a cualquier otra porque la URSS no era un país igual a "cualquier otro". En la URSS no se torturó a ningún detenido jamás, pero si hubiera habido un único caso de tortura, nosotros deberíamos ser los más duros críticos de la actuación de la policía soviética. El socialismo es incompatible con ninguna forma tortura a ningún detenido.

    Otro asunto que siempre me llama la atención: ¿por qué cuando se habla de gulag se piensa en Siberia y en el frío? En la URSS también había desiertos... Soljenitsin cumplió su condena en Moscú y luego en un instituto de investigación cerca de la capital, en Marfino, y finalmente fue transferido a un centro de Ekibastuz, en Kazajstán, donde no creo que hiciera mucho frío. Fue liberado poco antes de la muerte de Stalin y deportado inmediatamente en el mismo Kazajstán. Seguramente allá Soljenitsin lo que padeció fue bastante calor; lo del frío se lo inventó, como casi todo lo demás.

    Kruschev le rehabilitó inmediatamente después del XX Congreso para convertirle en uno de esos intelectuales mártires del stalinismo, un partidario del nuevo "socialismo de rostro humano". Le encumbró a la fama, le recibió personalmente en el Kremlin y le publicó en 1962 su novela "Un día en la vida de Iván Denisovitch" en la Editorial Novy Mir. Naturalmente Iván Denisovitch era otro mártir del stalinismo: Soljenitsin sólo sabía escribir acerca de cárceles y presos, es decir, tenía la fama asegurada de antemano. Estuvieron a punto de concederle en 1964 el Premio Lenin de Literatura, lo que el PCUS evitó a última hora gracias a la caída de Kruschev. La fama de Soljenitsin se debe, pues, a los revisionistas; incluso el famoso filósofo Lukacs participó en ese montaje. Las cosas se empezaron a torcer con Brezhnev.

    Soljenitsin era malo como escritor porque (lo mismo que Sajarov) era un científico, un físico matemático. Fue profesor de astrofísica y matemáticas cerca de Rostov. No obstante, estudió historia de la literatura por correspondencia.

    Fue movilizado durante la II Guerra Mundial como soldado raso, le condecoraron dos veces y llegó a ser capitán del ejército soviético en 1944 en una batería de artilleros. Era hijo de un oficial del ejército zarista que murió antes de nacer él en un accidente de caza. Su madre era ucraniana. Un día dijo en una entrevista a la prensa francesa «La Russie, c'est moi» (Rusia soy yo). Una vez expulsado de la URSS, en 1978 pronunció un famoso discurso en la Universidad de Harvard en el que criticó la excesiva libertad que había en occidente, la pornografía y la pérdida de la "virilidad" en el mundo. Se manifiestó partidario de que Estados Unidos continuara masacrando a Vietnam, de que invadiera Portugal para impedir la revolución de los claveles en 1974... Una joya, sobre todo su último libro "Dos siglos juntos" en el que analiza las relaciones entre rusos y judíos... un manual para antisemititas y neonazis. Solía decir que la revolución de 1917 no era obra del pueblo ruso sino de judíos y extranjeros: el pueblo ruso la había padecido.
    El año antes de morir, en 2007, Putin le condecoró y le rindió el debido homenaje.
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    Mensaje por NSV Liit Miér Mar 16, 2011 11:23 pm

    Demofilo escribió:Este párrafo de NSV Liit es incongruente:
    "No digo que no se dieran casos de tortura, seguramente se dieran, igual que se dan hoy en la policía de cualquier país del mundo, incluyendo los que se supone que son democráticos (mucho más democráticos que la URSS). Pero esas torturas no fueron sistemáticas ni fueron organizadas por el gobierno soviético (por cierto el mismo Solzhenitsin reconoce que no hay documentos oficiales que demuestren la tortura)"
    La policía soviética no podía ser "igual" a cualquier otra porque la URSS no era un país igual a "cualquier otro". En la URSS no se torturó a ningún detenido jamás, pero si hubiera habido un único caso de tortura, nosotros deberíamos ser los más duros críticos de la actuación de la policía soviética. El socialismo es incompatible con ninguna forma tortura a ningún detenido.

    pues, estimado camarada Demófilo, yo no veo por qué es incongruente. Para empezar, ni siquiera estoy afirmando nada concreto, más que nada porque estoy usando "seguramente" y "presente de subjuntivo", es decir estoy indicando "duda". Por otro lado lo que estaba intentando decir con esto es que en la URSS no había torturas a los presos (o en el caso de que las hubiera eran casos aislados no alentados por las autoridades). En fin, me parece que hay cosas más importantes sobre este asunto, como para ponerse a discutir sobre este detalle. En fin...

    Salud
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    Mensaje por Demofilo Jue Mar 17, 2011 8:19 am

    Yo he entendido perfectamente lo que querías decir, pero hay muchos que se agarran a cada frase para sacar punta por el otro costado del lapicero. Por eso he querido dejarlo bien clarito, ya que las famosas e inexistentes torturas en la URSS han sido una de las bases para sostener la leyenda negra del gulag, las confesiones, las persecuciones, etc.
    Una vez abiertos los archivos, si hubieran comprobado un solo caso de tortura, ya tendríamos varias películas de Hollywood en las carteleras. Pero no hay nada de eso y nadie ha rectificado las mentiras que dijeron durante décadas. Luego la policía soviética no es igual a cualquier otra policía porque el Estado soviético no es igual a cualquier otro Estado. No nos cansemos de repetirlo cuantas veces haga falta.
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    Mensaje por DP9M Dom Abr 03, 2011 10:38 pm

    Iniciado escribió:Quería preguntar si alguien había leído este libro ( y sí es así que de su opinión) o tiene información sobre él y demás.

    No sé si habría un hilo hablando sobre dicho libro, yo al menos no lo he encontrado con el buscador.


    Un texto muy interesante sobre el tema en cuestión. Traducido por nuestros camaradas de RKKA
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    Eres un sucio bastardo!

    Autor: Almazov V.K.

    Traducido por Nina Menshikh
    Revisado por Facoquer





    ESPECIALISTAS

    Esta historia tuvo lugar en 1978 ó 1979, en un establecimiento de baños de barro que se llamaba "Talaya". Este establecimiento se situaba a escasos 150 kilómetros de Magadán. Yo llegué allí desde una pequeña ciudad de Chukotka, en Pevek, donde vivía y trabajaba desde 1960. Para pasar el tiempo, los pacientes se conocían y se reunían en la cantina, donde cada persona tuvo su propio sitio reservado. A cuatro días antes del cumplimiento del plazo de mi tratamiento, en nuestra mesa se sentó un "principiante" — Mijail Romanov. Fue quién empezó esta discusión. Pero primero vamos a hablar sobre los participantes de la misma.

    El mayor se llamaba Semión Nikíforovich. Así le llamábamos nosotros, su apellido se borró de mi memoria. Él fue el coetáneo de la Gran Revolución de Octubre y ya estaba jubilado. Pero continuaba trabajando como mecánico nocturno en una gran empresa del sector automovilístico. En 1939 le habían enviado a Kolymá. Salió de la cárcel en 1948. El siguiente, por edad, fue Iván Nazarov, nacido en 1922. Le habían enviado a Kolymá en 1947, de donde salió en 1954. Trabajaba de operario de una sierra circular. El tercero fue Misha Romanov, mi coetáneo, del año 1927. Le habían enviado a Kolymá en 1948 y lo soltaron en 1956. Trabajaba como conductor de un buldócer en una administración de caminos. Yo fui el cuarto. Acabé en aquellos lugares voluntariamente, por una oferta de trabajo. Debido a que yo había vivido entre los ex-presos durante 20 años, ellos me tomaron por uno de los suyos, como participante de pleno derecho en la discusión arriba citada.

    Desconozco las causas por las cuales ellos habían sido condenados. No es costumbre de hablar sobre estas cosas. Pero era evidente que ellos no eran ni "enchufados" ni reincidentes. Según la jerarquía carcelaria, ellos fueron los "mujíks" (patanes). El destino les había predestinado a ser condenados por alguna causa y tras haber cumplido la condena, se quedaron voluntariamente en Kolymá. Ninguno de ellos tenía enseñanza superior, pero a pesar de eso, ellos fueron unas personas bastante instruidas y cultas, especialmente Romanov, quien siempre tenía en las manos un periódico, revista o libro. Dicho de otra forma, todos ellos eran simples ciudadanos soviéticos, incluso usaban poco el argot "carcelario".

    En vísperas de mi viaje de vuelta, durante la cena Romanov contó lo siguiente: "Yo acabo de volver de vacaciones, las había pasado en Moscú, con mis familiares. Mi sobrino, Kolya, el estudiante de un instituto pedagógico, me ha pasado para leer una edición ilegal del libro "Archipiélago GULAG" escrita por Solzhenitsyn. Yo lo he leído y, devolviendo el libro, dije a Kolya que este libro contiene una gran cantidad de mentiras y falsedades. Kolya se ha quedado pensativo y tras haber pensado un rato me ha preguntado si yo estaría de acuerdo en comentar este libro con los ex-presos, quienes habían estado presos junto con Solzhenitsyn. Le pregunté para qué quería eso. Kolya me respondió que en su grupo de amistades había muchos debates respecto a ese libro y en ocasiones debatían tan intensamente que llegaban a las manos. Si yo facilitaba los testimonios de los testigos que conozco a sus amigos, eso les ayudaría a llegar a un consenso. El libro no era de Kolya sino de otra persona, por eso él ha copiado en un cuaderno todo lo que yo había señalado en el libro."

    Aquí Romanov nos mostró el cuaderno y preguntó si estábamos de acuerdo en satisfacer el ruego de su amado sobrino. Todos dieron su visto bueno.

    LAS VÍCTIMAS DE LOS CAMPOS

    Después de la cena nos reunimos en la habitación de Romanov.

    —Voy a comenzar —dijo-, hablando sobre dos sucesos, los cuales son calificados por periodistas como "hechos sensacionalistas". Cito uno de estos "hechos": "Se dice que en diciembre de 1928, en Karelia (lugar Krasnaya Gorka) los presos fueron castigados por no cumplir sus tareas de manera siguiente: los presos fueron dejados por los guardias en el bosque durante toda la noche y a causa del frío 150 de ellos murieron por congelación. Eso es un método tradicional empleado normalmente en los campos de Solovkí, su veracidad es indudable. Mucho más difícil de creer sería otro relato, el cual nos cuenta que en febrero de 1929, en el camino de Kem-Ujta, cerca de la zona de Kut, una compañía de presos, 100 personas aproximadamente, por no cumplir sus tareas, fueron obligados a entrar en la hoguera, donde todos fueron quemados".

    Romanov acaba la frase y Semión Nikíforovich exclama:

    —¡Una mierda!... ¡No!... ¡Es una mentira cochina! —y miró arrogantemente a Nazarov, que confirmó:

    —¡Vaya! El folklore en su estado más puro.

    Todos se callaron. Romanov echó una mirada alrededor y dijo:

    —Amigos, tenéis razón. Pero quisiera preguntar a Semión Nikíforovich: si una persona corriente, la cual jamás había oído sobre la vida de los presos, pregunta: "¿Por qué es "pura mentira"? ¿Acaso eso no fue posible en los campos de Solovkí? ¿Qué le respondería usted a él?

    Semión Nikíforovich meditó un poco y respondió:

    —No importa si se trata de un campo de Solovkí o de algún otro, de Kolymá, por nombrar alguno. Lo que sucede es que no solamente los animales salvajes tienen miedo al fuego, sino que un hombre también lo tiene. Hubo innumerables casos cuando la gente saltaba por las ventanas de un alto edificio en llamas para no ser quemados vivos. Pero en el caso de este "cuento", ¿¡tengo que creerme que unos pocos guardias pudieron obligar a meterse en la hoguera a un centenar de presos?! Porque cualquier preso preferiría ser ejecutado a tiros antes de meterse en una hoguera. ¡Pero por qué decir estas idioteces! Si los guardias con sus pistolitas (en aquél entonces los guardias no disponían de armas automáticas) hubieran comenzado a jugar con los presos a ese juego de los saltos en el fuego, los mismos presos meterían a los guardas en la hoguera. O sea, este "hecho sensacionalista" no es más que otra mentira gorda de Solzhenitsyn.

    Ahora vamos hablar sobre el segundo "hecho". Aquí es incomprensible una cosa: ¿qué quiere decir "los presos fueron dejados en el bosque"? ¿Que los guardias se habían retirado a los cuarteles, dejando a los presos a solas? Pues, ¡eso mismo sería un sueño inimaginable para los presos! Especialmente para los "enchufados", los cuales inmediatamente se hubieran fugado a un poblado cercano, donde habrían comenzado a "morir por congelación" de modo que a los vecinos del poblado se les cayera el alma a los pies. De otro modo, si los guardias se hubieran quedado en el bosque, ellos, sin duda alguna, habrían encendido las hogueras para calentarse... En este caso todo sería mucho más interesante. Imagínense ustedes el espectáculo: en el bosque arden varias hogueras, formando un gran círculo. Cerca de cada circulo hay un centenar y medio de presos fuertes armados con hachas y sierras, muriéndose de frío sin decir ni pío... ¡congelándose vivos! Misha, una pregunta para rematar: ¿cuánto tiempo puede durar tal "espectáculo"?

    —Esta claro -dijo Romanov-, solamente un necio puede creerse tal idiotez, uno que nunca había visto a unos presos leñadores ni a un simple bosque. Aquí estamos todos de acuerdo, que los dos "hechos sensacionalistas" en realidad no son más que puro delirio.

    Todos asentimos.

    —En cuanto a mí - comenzó hablar Nazarov-, yo ya he puesto en duda la honestidad de Solzhenitsyn. Siendo un ex-preso, Solzhenitsyn debe comprender que la esencia de esos "cuentos" no coincide para nada con la vida real y el reglamento interior del GULAG. Teniendo experiencia de diez años de la vida en GULAG, Solzhenitsyn, sin duda, debe saber que a los condenados a muerte nadie les transporta a los campos de prisioneros. Se ejecuta la sentencia en otros lugares. Sin duda, él debe saber, que cada campo no es solamente un lugar donde los presos cumplen sus condenas, sino que además un campo de presos es una unidad industrial que tiene su propio plan de trabajos. O sea, un campo de presos es una unidad productiva, donde los presos son los trabajadores y la administración del campo, en realidad, son directivos de producción. Si en un campo se han retrasado en cumplir el plan de producción la administración puede alargar la jornada laboral. Tales violaciones del reglamento ocurrían a menudo. Pero eliminar a sus propios trabajadores en compañías enteras... es una idiotez, por la cual la propia administración hubiera sido castigada severamente. Incluso con el fusilamiento. Hay que tener en cuenta que en los tiempos de Stalin se exigía la disciplina no solamente a los ciudadanos de a pie... a los directivos se les exigía responsabilidades de una manera mucho más rigurosa. Y si sabiéndolo todo eso, Solzhenitsyn cuela en su libro tales fábulas, entonces está claro que su libro no fue escrito para contar la verdad sobre la vida del GULAG. Lo que él ha escrito, yo, de momento, no lo comprendo. Pero vamos a continuar.

    —Continuamos -dijo Romanov-, aquí hay otra 'historia macabra". "En el otoño de 1941, el Pecherlág (ferroviario) tuvo disponible, según la lista, a 50 mil personas y en primavera a 10 mil. Durante este tiempo nadie fue trasladado de allí, pues, ¿a dónde se metieron los otros 40 mil?" Es otro horrible enigma -terminó de citar Romanov y todos comenzaron a meditar...

    —No logro comprender la broma - rompió el silencio Semión Nikíforovich—, ¿para qué proponer una enigma a los lectores? El mismo autor podría haber contado todo lo que allí había pasado...

    Y miró interrogativamente a Romanov.

    —Por lo visto, aquí entra en escena un elemento artístico, como si insinuaran al lector: el asunto es tan simple, que cualquier persona más o menos ingenua puede comprender la situación. O sea, los comentarios sobran...

    —¡Paren! ¡Lo entiendo! —exclamó Semión Nikíforovich— aquí hay una "fina insinuación" sobre "hechos graves". O sea, ya que el campo es de ferrocarriles, de los 40 mil presos, quienes construían el camino debieron morir durante un solo invierno. Es decir, los huesos de 40.000 presos deben estar debajo de las traviesas del ferrocarril. ¿Eso es de lo que yo debo de darme cuenta y me lo tengo que creer?

    —Parece que sí —respondió Romanov.

    —¡Magnífico! Pues, ¿cuántas almas murieron por día? 40 mil durante 6 ó 7 meses, eso significa más de 6 mil por mes o más de 200 almas (dos compañías) todos los días... ¡Vaya, Alexandr Isaich [Solzhenitsyn]! ¡Menudo hijo de puta! En cuanto a nivel de falsificación va muy por delante de Hitler... qué digo... de Goebbels. ¿Recuerdan ustedes? En 1943 Goebbels declaró a todo el mundo que en 1941 los bolcheviques habían fusilado a 10 mil presos polacos, pero en realidad habían sido fusilados por los mismos alemanes. En cuanto a los fascistas todo está claro. Tratando de salvar su propio pellejo, con sus mentiras habían intentado poner en contra a la URSS con sus aliados. Pero en cuanto a Solzhenitsyn: ¿A dónde quiere llegar? En efecto, 200 almas asesinadas por día es todo un récord de mentiras...

    —¡Espérate! —le interrumpió Romanov—, los "récords" todavía están por llegar. ¿Será mejor que nos digas por qué no lo crees y qué pruebas tienes?

    —Pues, no tengo pruebas directas, pero si unas consideraciones serias. Son las siguientes: durante una época, la mortalidad elevada en los campos fue solamente a causa del hambre. ¡Pero no fue tan alta! Aquí se trata del invierno de 1941. Y yo te aseguro con toda seguridad que durante el primer invierno de la guerra la alimentación en los campos todavía era normal. Eso en primer lugar. En segundo lugar, Pecherlág, sin duda, construía las vías férreas hacia Vorkutá, ya que allí no hay más lugares donde se puede construir las vías. Durante la guerra esta obra fue de importancia crucial. Por eso, la responsabilidad de la dirección de la obra fue enorme. En tales circunstancias, la dirección trata de conseguir alimentación adicional para sus trabajadores. Y esto fue así, te lo digo de toda confianza. Por consiguiente, hablar del hambre entre los presos de esta obra es una mentira a priori. Y por último, es imposible ocultar un nivel de mortandad tal como de 200 almas por día. Ningún nivel de secretismo lo podría ocultar. Si nuestros medios de prensa no lo anunciaran, entonces, lo harían los medios extranjeros sin falta. Y te diré que en los campos estas noticias se propagan muy rápidamente. Eso también lo puedo testificar. Y yo jamás había oído hablar de tal mortalidad en Pecherlág en ningún lado. Las cosas son así.

    Romanov miró rogativamente a Nazarov.

    —Parece que yo sé la respuesta —dijo Nazarov—. Me trasladaron a Kolymá desde Vorkutlág, donde había estado durante dos años. Pues, ahora me acordé de lo siguiente: muchos de los antiguos habitantes de Vorkutlág decían que ellos habían resultado estar en Vorkutlág después de finalizar la construcción del ferrocarril y anteriormente habían figurado en las listas de Pecherlág. Por eso ellos no fueron trasladados a ninguna otra parte. Sin más.

    —Es lógico —dijo Romanov —, primero construyeron el camino todos juntos. Luego la mayor parte de la mano de obra fue trasladada para construir las minas. Una mina no es solamente un agujero en la tierra, hay que construir muchas cosas sobre la superficie de la tierra para extraer el carbón. Y el carbón resultaba ser muy necesario para el país, ya que por aquél tiempo Donbass había sido capturado por Hitler. Resumiendo, Solzhenitsyn ha hecho trapicheo con las cifras, eso está claro más que el agua, creando otra historia macabra. Bueno, vamos a continuar.

    VÍCTIMAS EN LAS CIUDADES

    Aquí hay otro enigma de cifras que da: "Se considera que una cuarta parte de Leningrado fue encarcelada en los años 1934 y 1935. Que esta apreciación sea desmentida por una persona que tenga la cifra exacta".

    ¿Qué dice usted, Semión Nikíforovich?

    —Pues, aquí se habla de los que fueron encarcelados en el "proceso de Kirov". En realidad, el número de los acusados en este proceso fue mucho mayor de los que hubieran sido realmente culpables. Simplemente aprovecharon el asunto para encarcelar a los trotskistas. Pero "una cuarta parte de Leningrado", sin duda, es una mentira descarada. Con más precisión lo puede testificar nuestro amigo, el "Proletario de Piter" (así me llamaba Semión Nikíforovich de vez en cuando chistosamente). Tú ya estabas allí por aquél entonces.

    Me vi obligado a hablar.

    Por aquel entonces tenía 7 años. Recuerdo perfectamente sólo las sirenas de luto. Por una parte se oían las sirenas de la fábrica "Bolchevique", por otro lado, los pitos de los trenes desde la estación ferroviaria de "Sortirovochnaya". Así, hablando en rigor, no puedo ser ni testigo de vista, ni deponente. Pero también coincido que la cantidad de presos dada por Solzhenitsyn es exagerada descaradamente. Pero no es un caso de "ciencia-ficción", sino de una ficción cutre. Que Solzhenitsyn está manipulando se ve a simple vista, por ejemplo, cuando dice una cosa y luego dice que alguien lo desmienta con la cifra exacta (sabiendo perfectamente que un lector no puede sacar esta cifra de ningún lado), pero el mismo Solzhenitsyn se saca de la manga "un cuarto de la población de Leningrado". Por aquel entonces en la ciudad vivían aproximadamente 2 millones de habitantes y "un cuarto" significa ¡500.000 personas! A mi juicio, esta cifra es una engañifa y no hay nada más que justificar.

    —¡Sí que hay que justificar! —dijo con convicción Romanov —. Tratamos con el mismísimo y laureado premio de Nobel, ¿recuerdas?

    —Bueno —lo consentí —, usted sabe mejor que yo, que la mayor parte de presos son varones, los cuales componen la mitad de población de una ciudad o incluso menos. En ese caso, la población masculina de Leningrado de aquél tiempo debía de ser de 1 millón de personas. Pero es imposible encarcelar a toda esta población: hay varones bebés, niños y ancianos. Y si yo digo que esos fueron 250 mil, entonces doy una gran ventaja a Solzhenitsyn, ya que en realidad esta parte de la población fue mucho mayor. Pero que sea así, 250 mil. Entonces, quedan 750 mil varones de mediana edad que teóricamente pueden ser encarcelados y de los cuales Solzhenitsyn "encarcela" ni más ni menos que a 500.000. ¿Sabes lo que esto puede significar para una ciudad? Por aquel entonces por todas partes trabajaban básicamente los hombres. Las mujeres se limitaban a ser amas de casa. ¿Crees que una empresa podría continuar su trabajo si de cada tres trabajadores "se encarcelan" a dos? ¡Toda la ciudad se hubiera paralizado! Pero esto jamás pasó.

    Y otra cosa, aunque tenía solamente 7 años, puedo atestiguar con firmeza que ni mi padre, ni ninguno de los padres de mis compañeros y conocidos fueron arrestados. Según Solzhenitsyn, en nuestro patio habría muchos arrestados, pero en realidad no hubo ni una sola persona que conozca. He terminado.

    —Tal vez, por mi parte añadiré lo siguiente —dijo Romanov—: Solzhenitsyn llama los casos de arrestos masivos como "flujos que fluyen hacia el GULAG". Y el flujo más grande, según él, es el que estaba formado por los arrestados en los años 1937 y 1938. Entonces, a lo que vamos. Si tenemos en cuenta que en los años 1934 y 1935 a los trotskistas les arrestaban por lo menos durante 10 años, está claro que para el año 1938 nadie de ellos habría vuelto. Con lo cual, en Leningrado simplemente no habría suficiente gente para arrestar y formar ese "gran flujo"...

    —Y en 1941 —interrumpió Nazarov—, no hubiera habido hombres para ser llamados a filas para el ejército. Y he leído que en aquel entonces Leningrado envió al frente solamente a 100 mil "opolchentsy" (voluntarios civiles). Eso sin contar con los soldados del ejército regular. O sea, está claro que "encarcelando a un cuarto de Leningrado" Solzhenitsyn de nuevo va muy por delante del señor Goebbels.

    Todos nos reímos.

    —¡Exactamente! —exclamó Semion Nikíforovich— A los amantes de las charlas sobre "las víctimas de las represiones de Stalin" les encanta aumentar el número de estas víctimas a millones. Aprovecho la posibilidad y cito una conversación reciente. En nuestro poblado hay un jubilado, un amante de la etnografía territorial. Una persona muy interesante. Se llama Vasíly Ivanych, por eso tiene el apodo de "Chapai", aunque su apellido es también "poco corriente", Petrov. Él llegó a Kolymá 3 años antes que yo. Y no cómo yo, sino por un mandato, en viaje de trabajo. En 1942 se fue al frente voluntariamente. Después de la guerra volvió aquí, con su familia. Toda su vida conducía el coche. Pasaba frecuentemente por nuestra sala de billar en el garaje, ya que le encantaba jugar el billar. Una vez llegó un chófer joven, se le acerca a él y le dice: "Vasliy Ivanovich, dígame sinceramente, ¿en los tiempos de Stalin fue horrible vivir aquí?". Vasíly Ivanovich le miró con asombro y le preguntó: "¿De qué horrores me hablas?"

    —¿Cómo que de qué horrores? —dijo el chofer — yo mismo lo oí en la cadena de radio "La voz de América". En esta zona por aquel entonces fueron asesinados varios millones de presos. La mayor parte de ellos murió durante la construcción de ruta de Kolymá...

    —Vaya, me lo has aclarado todo —dijo Vasly Ivanych—, ahora escúchame atentamente: para matar en alguna parte a millones de personas, es necesario que esos millones estén allí. Aunque sea durante un tiempo corto, de otro modo no habría nadie a quien matar. ¿Sí o no?

    —Es lógico —dijo el joven chofer.

    —Ahora, "lógico", escúchame más atentamente —dijo Vasíly Ivanych y, volviéndose hacia mí, comenzó a hablar—: Semión, sabemos exactamente, y nuestro "lucidez", seguramente también sospecha, que ahora en Kolymá vive mucho más gente que en los tiempos de Stalin. ¿Pero hasta qué punto?"

    —Pienso que 3 ó 4 veces más —respondí.

    Bueno —dijo Vasíly Ivanych y, volviéndose al "chofercito", continuó—: según los últimos informes estadísticos (los cuales cada día son editados por el diario "La verdad de Magadán"), ahora en Kolymá (incluyendo a Chukotka) viven eso de 500 mil personas. Pero en los tiempos de Stalin allí vivían como máximo 150 mil... ¿Qué piensas de eso?

    —¡No está mal! —dijo el "chofercito" —. Yo jamás podía imaginarme que una emisora de radio de un país tan serio (como EEUU) pudiera mentir de modo tal bellaco...

    —Entonces, ya lo sabes —dijo Vasíly Ivanych—, en esta emisora de radio trabajan personas que son capaces de convertir una pulga en un elefante. Y empezar a comerciar con huesos de mamut a precio moderado. Sólo hay que amusgar las orejas..."

    CUÁNTOS Y POR QUÉ

    —Un buen relato. Importante, muy a tiempo —dijo Romanov que seguidamente me preguntó— ¿Me parece que tú quisieras relatar algo de un "enemigo del pueblo" a quién tú conoces?

    —No es mi conocido, sino es el padre de uno de mis conocidos. En verano de 1938 él fue encarcelado por contar anécdotas antisoviéticas. Tuvo que estar en la cárcel durante 3 años, pero le liberaron anticipadamente tras haber pasado dos.

    —¿Estás seguro de que le dieron 3 años por contar anécdotas antisoviéticas? —preguntó Romanov—. Según Solzhenitsyn, por contar anécdotas antisoviéticas daban 10 o más años, por faltar en el trabajo o por llegar tarde de 5 a 10 años y por robar espigas de los campo de cultivo 10 años. ¿Qué dices de esto?

    —Por contar chistes antisoviéticos sí que daban 3 años, estoy seguro. Y en cuanto a los castigos a causa de retrasos o ausentismo laboral, aquí tu laureado de Nóbel miente descaradamente. Yo mismo tuve dos juicios a causa de ausentismo laboral según este decreto y ese hecho tiene reflejo documental en mi expediente laboral.

    —¡Menudo proletario! ¡No lo esperaba de ti! —exclamó Semión Nikíforovich.

    — ¡Bueno, bueno! —dijo Romanov —. Que confiese el hombre...

    Me vi obligado a confesar.

    —Después de la guerra la vida fue un poco más fácil. Y yo empecé a celebrar los sueldos con la bebida. Y donde hay la bebida, hay aventuras. A causa de mis dos tardanzas de 25 y 30 minutos tuve solamente dos amonestaciones. Cuando tardé una hora y media, como sanción tuve el "3-15", durante 3 meses se descontaron de mi sueldo 15%. Cuando acabé de ajustar las cuentas con los contables, de nuevo llegué tarde. Y esta vez fue ya el "4-20". Si hubiera ocurrido por tercera vez, me habrían aplicado el castigo de "6-25". Pero esta vez Dios me libró, ya que comprendí que el trabajo era deber sagrado. Sin duda, en aquel entonces me parecía que esos castigos eran demasiado severos ya que la guerra había terminado. Pero mis colegas superiores me consolaron diciendo que la disciplina en los países capitalistas era mucho más severa y los castigos mucho más crueles: si sucede algo semejante, simplemente te despiden del trabajo y te ves obligado a ponerte en la cola a bolsa de trabajo y nadie sabe cuándo tocaría el turno de obtener un trabajo nuevo. Pero en cuanto al encarcelamiento a causa de los ausentismos laborales, no conozco ningún caso. Oí que era posible ser encarcelado entre uno y un año y medio a causa de "ausencia no justificada en la fábrica sin obtener permiso". Pero no conozco ningún caso tampoco.

    Ahora hablamos de las "espigas". Oí que a causa de "robos de productos agroalimentarios" de los campos era posible ser encarcelado. La duración del plazo de cárcel dependía de la cantidad robada. Pero eso se aplicaba a los campos donde la cosecha aún no estaba recogida. En cuanto a recoger los restos de patatas en los campos ya recolectados, pues yo mismo lo hice varias veces. Y estoy seguro de que arrestar a la gente por coger restos en los campos ya recogidos es un puro delirio. Si alguien conoce a personas encarceladas a causa de recoger los restos en los campos de cultivo, que nos lo cuente.

    —Conozco dos casos parecidos —dijo Nazarov—, los dos tuvieron lugar en Vorkutá en 1947. Dos chavales de 17 años recibieron un plazo de cárcel de 3 años. Uno de ellos fue capturado con 15 kg de patatas robadas, además, en su casa se descubrieron otros 90 kg más de patatas. El segundo de esos chavales fue sorprendido con 8 kilogramos de espigas y en su casa se recubrieron otros 40 kg más. Los dos se ganaban la vida robando en los campos donde la cosecha aún no estaba recogida. Esos fueron auténticos robos. En cuanto a la recogida de la espiga en los campos ya recogidos, eso nunca jamás fue considerado "un robo" en ninguna parte del mundo. Solzhenitsyn miente aquí una vez más simplemente para desprestigiar a las autoridades soviéticas.

    —Puede ser que Solzhenitsyn tenía alguna otra intención —interrumpió Semión Nikíforovich—, como la de aquel periodista, el cual al haber oído decir que un perro había mordido a un hombre, escribió un reportaje diciendo que el perro fue mordido por el hombre...

    DESDE BELOMOR Y MÁS LEJOS

    —Basta, basta —interrumpió nuestras risas Romanov y añadió con refunfuño—: habéis hundido completamente al pobre laureado... —después, echó mirada a Semión Nikíforovich y dijo:

    —Recientemente calificaste la pérdida de 40 mil presos como un "récord". No es así. El récord indiscutible, según Solzhenitsyn, tuvo lugar durante la construcción de Belomorkanal. Escucha lo que dijo: "Se dice que durante el primer invierno entre 1931 y 1932, murieron 100 mil presos, la misma cantidad que estuvo presente de forma permanente en Belomorkanal. ¿Por qué no creerlo? Lo más probable es que esta cifra sea incluso reducida: en condiciones similares en los campos de presos durante la guerra tal nivel de mortalidad del 1% por día fue de costumbre y todo el mundo sabía de eso. Pues, en Belomorcanal estos 100 mil podían morir a lo largo de 3 meses y poco más. Después vino otro invierno, sin mencionar todo lo que fue entre estos dos inviernos... Podríamos incluso suponer que pudieran morir hasta 300 mil personas". Esta información nos causó tal furor que nos callamos confusamente...

    —Lo que me sorprende es lo siguiente —de nuevo comenzó a hablar Romanov—: todos nosotros sabemos que a los presos les llevaban a Kolymá sólo una vez al año, durante el periodo de navegación. Sabemos que allí "el invierno dura 9 meses y el resto es verano". Entonces, según Solzhenitsyn, cada invierno de guerra los presos de todos los campos locales deberían extinguirse tres veces. ¿Y qué tenemos en realidad? Mires por donde mires, encuentras a los ex-presos, los cuales cumplieron sus condenas en Kolymá estando allí durante toda la guerra. Semión Nikíforovich, ¿de dónde sale tanta capacidad de supervivencia? ¿Para hacer rabiar a Solzhenitsyn?

    —No seas irónico, no es el mejor caso —Semión Nikíforovich interrumpió a Romanov. Tras cabecear con la cabeza, comenzó a hablar— ¿¡300 mil muertos en Belomor?! Esto es una mentira tan estúpida que no se merece ningún comentario... La verdad es que yo en aquel preciso momento no estuve allí, ya que fui encarcelado en 1937. ¡Pero este infame embustero Solzhenitsyn tampoco estuvo allí! ¿De dónde había sacado esta patraña de mentira sobre 300 mil? Yo hablé bastante con los presos reincidentes que estuvieron en Belomor... Estos criminales por costumbre salen a la libertad sólo para divertirse un rato por allí y luego vuelven a ser encarcelados de nuevo. Para ellos cualquier autoridad es mala. Entonces, todos ellos nos contaban que en Belomor la vida había sido un verdadero placer. Y es que fue precisamente en Belomor donde las autoridades soviéticas pusieron a prueba un programa pionero de "reinserción", o sea, era un programa especial destinado a la reeducación de los presos premiándolos con remuneración especial por el buen y honesto trabajo. Precisamente en Belomor fue introducida una compensación en forma de una alimentación adicional y de mejor calidad para los presos que superaban los planes de producción. Y lo más importante es que fue introducido un sistema de "cuentas": un día de trabajo bien hecho se contaba como 2 ó 3 días, restándolos del plazo de encarcelación. Sin dudas, los criminales encarcelados inmediatamente aprendieron a conseguir los porcentajes de producción estipulados y quedaban en libertad anticipadamente. Pero del hambre, ¡ni hablar! ¿De qué otra forma podían morir los presos? ¿A causa de las enfermedades? Pues, a la obra de Belomor no se enviaban presos enfermos o con invalidez. Todo el mundo lo puede confirmar. O sea, Solzhenitsyn se sacó de la manga a esas 300.000 "almas muertas". Ésta es la única fuente de Solzhenitsyn, ya que nadie pudo contarle tales falacias. Esto es todo.

    En la conversación entró Nazarov:

    —Todo el mundo sabe que Belomor era visitado por varias comisiones de los escritores y periodistas, entre los cuales fueron también los extranjeros. Y nadie de ellos no dijo ni una sola palabra de tal elevada mortalidad. ¿Por qué razón Solzhenitsyn nos explica este hecho?

    —Muy fácil —respondió Romanov—, los bolcheviques les amenazaron o les sobornaron a todos...

    Todos se echaron a reír. Tras haber terminado de reír, Romanov me miró interrogativamente. Y yo narré lo siguiente:

    "Al haber oído por primera vez de tal mortalidad, es decir la de 1% al día, se me ocurrió un cosa: ¿y qué tal estaban las cosas en Leningrado durante el cerco? Resultó ser que fue 5 veces menos que un 1%. Pues miren ustedes, según diversas estimaciones, durante el cerco de Leningrado en la ciudad se encontraban de 2,5 hasta 2,8 millones personas. Y la ración más pequeña de comida recibida por los habitantes de Leningrado fue durante de unos 100 días, ¡menuda coincidencia! Si la mortalidad durante aquel periodo de tiempo hubiera sido 1% al día, todos los habitantes de Leningrado habrían muerto dentro de este periodo de 100 días. Pero se sabe que a causa del hambre murieron aproximadamente 900 mil personas. De ellos, sólo 450-500 mil murieron dentro de este periodo de 100 días. Si dividimos la cantidad total de las personas (las cuales estaban en la ciudad cercada) por la cantidad de los muertos dentro de esos 100 días, obtendremos la cifra de 5. Es decir, en estos 100 horribles días la mortalidad en Leningrado fue 5 veces menos que el dichoso "1%". La pregunta es, ¿de dónde pudo surgir en los campos de presos durante la guerra tal mortalidad del 1% por día, si (como todos vosotros sabéis de lleno) incluso la ración en esos campos de presos tenía 4 ó 5 veces más calorías que la ración en la asediada ciudad de Leningrado? Y eso sin tener en cuenta que la ración de penalización se asignaba al preso como medida de castigo solo durante un breve periodo de tiempo. Y además, la ración obrera regular de los presos durante la guerra no fue menor que la ración de un trabajador voluntario cualquiera. Durante la guerra en la URSS se echó en falta la mano de obra, por eso matar de hambre a los presos hubiera sido pura estupidez por parte de las autoridades."

    Aquí eché la mirada a Romanov y añadí: "Eso es información para contestar a tu pregunta burlona, el porqué sobrevivieron los presos en Kolymá...

    Semión Nikíforovich se levantó, dio una vuelta alrededor de la mesa, con las dos manos sacudió la mía, hizo una reverencia chistosa y dijo emocionado:

    —Estoy muy agradecido a usted, joven... —después, de haberse girado hacia nosotros, dijo— terminemos ya esta palabrería. Vayamos al cine, allí van a mostrar películas sobre Shtirlitz .

    —Tenemos suficiente tiempo para llegar allí a tiempo —dijo Romanov, al haber echado una mirada a su reloj—, para finalizar nuestra conversación, quisiera saber vuestra opinión respecto al desacuerdo relativo en los hospitales de los campos para presos. Este desacuerdo surgió entre Solzhenitsyn y Shalamov, quien también es un "escritor sobre los campos de presos". Solzhenitsyn piensa que los servicios de sanidad de los campos de presos fueron creados con el único objetivo de exterminar a los presos. Solzhenitsyn acusa mucho a Shalamov porque "...apoya, por no decir que crea leyendas sobre el bienestar y buen servicio de sanidad en los campos..."

    Le concedemos la palabra, Semión Nikíforovich.

    —Shalamov cumplía su condena aquí. Pero la verdad que yo no llegue a verle. Pero oí muchas personas decir que, a diferencia de Solzhenitsyn, le tocó trabajar muchísimo. Pasar unos días en el servicio de sanidad después de un duro trabajo es un verdadero placer. Además, dicen que él tuvo la suerte de hacer cursos para enfermeros y al acabar sus estudios, resultó ser un trabajador del hospital. Entonces, él conoce el tema a fondo, tanto desde el punto de vista de un preso como desde el punto de vista del trabajador del servicio de sanidad. Por eso comprendo Shalamov. Y no puedo comprender Solzhenitsyn. Dicen que durante la mayor parte de su condena Solzhenitsyn trabajó como bibliotecario. En esta situación es comprensible que él no tuviera ganas de acabar en la enfermería. Pero precisamente fue en el servicio de sanidad del campo de prisioneros, donde le encontraron a Solzhenitsyn el tumor canceroso y fue donde se lo extirparon a tiempo, o sea, que salvaron su vida. No sé, puede ser eso es una mentira (como se demuestra en realidad, sí fue verdad). Pero si yo tuviera oportunidad de verle cara a cara, le habría preguntado: ¿eso es una mentira o no? Y si eso se hubiera confirmado, entonces, mirándole en la cara le habría dicho: "¡Eres un depravado! A ti no te estaban exterminando en el hospital de campo, sino te estaban salvando la vida... ¡¡¡Eres un sucio bastardo!!! No tengo nada más que decirte."

    ¡HABRÍA QUE PARTIRLE LA CARA!

    En la conversación entró Nazarov:

    —Ahora comprendí definitivamente por qué Solzhenitsyn miente tanto y tan descaradamente: su "Archipiélago GULAG" fue escrito no para decir la verdad sobre la vida de los presos, sino para crear el sentimiento de repugnancia hacia el poder soviético. Pues aquí en concreto pasa lo mismo. Si te pones a escribir algo sobre las desventajas del servicio de sanidad en los campo de prisioneros, eso no sería tan interesante ya que las desventajas uno las puede encontrar en todos los hospitales, incluso en cualquier hospital civil. Pero si escribes que "el servicio de sanidad en los campos está hecho para exterminar a los presos" esto sería mucho más interesante y se vendería mejor. Sería tan interesante como el relato sobre el perro mordido por un hombre. Lo esencial es sacar otro "hecho" más sobre lo "inhumano" que fue el poder soviético". Entonces, Misha, terminemos con esto de una vez, estamos hartos de remover estas mentiras.

    —Bueno, vamos a terminar. Pero necesitamos una resolución —dijo Romanov y añadiendo a su tono un matiz de oficialidad, pronunció—: pido a todos los presentes expresar su propia opinión respecto a este libro y su autor. Pero que sea breve. Vayamos comenzando por los más mayores, así que demos la palabra a Semión Nikíforovich.

    —¡A mi juicio, por escribir este libro no había que darle un premio internacional, sino hincharle la cara de ostias a su autor y hacerlo públicamente!

    —Muy claro —estimó Romanov y miró Nazarov interrogativamente.

    —Está claro que este libro está pagado, es un panfleto propagandístico. Y el premio no más que un anzuelo para los lectores. El premio ayuda a lavar el cerebro a los lectores superficiales y a los lectores que se tragan cualquier cosa que se les eche —dijo Nazarov.

    —No ha sido tan breve, pero sí conciso —notó Romanov y me miró interrogativamente.

    —Puede que este libro no sea el mayor récord del mundo por su falsedad, pero si su autor seguramente es el campeón por la cantidad de "dinero recibido" recibidas.

    —¡Exacto! —dijo Romanov— Probablemente este será el "antisoviético" más rico... Ahora sé lo que puedo escribir a mi sobrino. ¡Gracias a todos por vuestra ayuda! Y vámonos al cine de una vez a mirar la película sobre Shtirlitz.

    Al día siguiente, muy tempranamente, tuve prisa para tomar el primer autobús para llegar a tiempo hasta el avión con el vuelo desde Magadán a Pevek.

    Nota de traductor: en la lengua rusa, el apellido "Solzhenitsyn" (Солженицын) es consonante con el verbo "mentir" («солгать»). No hay más comentarios... /Nina Menshikh/
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    Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn Empty Re: Archipiélago Gulag de Aleksandr Solzhenitsyn

    Mensaje por Ereshkigal Jue Abr 07, 2011 9:32 am

    El libro es pésimo ya no sólo por las mentiras que cuenta sin sonrojo si no porque está pésimamente escrito: Solzhenitsyn es un escritor verdaderamente mediocre nacido en un pueblo, el ruso, que ha dado al mundo a algunos de los mejores escritores de la historia.

    Resulta casi increíble que a estas alturas todavía exista gente (la inmensa mayoría) que le de alguna veracidad, eso demuestra la capacidad de crítica que tenemos en esta sociedad y como a la mayoría le gusta quedarse sólo con lo primero que le cuentan y, cuánto más escabroso, mucho mejor.

    La CIA ha reunido en sus despachos a “bibliófilos” muy apa­sionados. La Agencia se complace editando libros, eso sí, no para satisfacer las demandas de quienes desean adquirir conocimientos, sino para envenenar la conciencia de la gente. Su actividad es una especie del programa de “Cultura Masiva” en la actividad librera. La comisión Church ha reunido algunos datos fragmentarios acerca de las causas que habían motivado en la CIA tan asiduo interés editorial. El informe de la Comisión cita palabras del jefe de la Dirección de Operaciones Especiales (subversivas) de la CIA, quien señaló en 1961:

    “Los libros se diferencian de los demás medios masivos de propaganda, ante todo, porque incluso uno solo de ellos puede modificar la actitud y el comportamiento del lector en grado tal que ni los diarios, ni la radio, ni la televisión o el cine pueden alcanzar... Desde luego, esto no es cierto en el caso de todos los libros, ni lo es siempre, ni en relación a todos los sectores, pero sucede así suficientemente a menudo. Por eso, los libros constituyen el arma más importante de la propaganda estratégica (a largo plazo)”.

    Según este personaje muy competente, aunque no identificado en la publicación estadounidense, la CIA utiliza los libros como instrumentos de actividad subversiva en las formas siguientes:

    a) organiza la publicación y la distribución de libros en el exterior, sin poner de manifiesto la influencia estadounidense, sub­sidiando bajo cuerda a editores y distribuidores extranjeros;

    b) publica libros “no contaminados” por cualquier vínculo manifiesto con el Gobierno de los EE.UU., especialmente si la situa­ción del autor es “delicada”;

    c) publica libros por razones operativas independientemente de su validez comercial;

    d) crea organizaciones nacionales o internacionales para la publicación y la distribución de libros;

    e) estimula a autores extranjeros no conocidos a que escri­ban libros de contenido político, bien subsidiando directamente al autor, si son factibles los contactos encubiertos, o bien indirec­tamente, a través de agentes o editoriales literarias.”

    Con anterioridad a 1967, más de un millar de títulos de libros del más variado contenido fueron publicados bajo la égida de la CIA.

    ¿Qué libros eran? La Comisión Church citó contados ejem­plos, proporcionando algunos títulos. Entre ellos estaba El diario de Penkovski, editado en 1965 en los EE.UU. Cuando ese deleznable libelo antisoviético salió a la luz, en los EE.UU. se armó un repug­nante jaleo: su autor, se decía, era un espía de la CIA y el Intelligence Service, fusilado por sentencia de un tribunal sovié­tico. La Comisión Church concluyó, sin embargo, en su informe que ese “libro fue preparado y escrito por ingeniosos empleados de la CIA” e impreso “con fines operativos”. Ahora intentan olvidar incluso las indecisas conclusiones de la Comi­sión Church.

    Al informar, a mediados de 1982, sobre una nueva tirada en masa, The Washington Post terminaba su noticia con las siguientes líneas: “El redactor de El diario de Penkovski, un discutido best seller de la ‘guerra fría’, reconoce ahora que había recibido de la CIA los materiales principales para el libro. Sin embargo, Frank Gibney, el redactor, afirma que los papeles atribuidos a Penkovski eran completamente auténticos, y niega que su publi­cación fuera parte de ningún plan secreto o conjura de la CIA en la actividad editorial.” Los desmentidos o puntualizaciones de esta clase no valen nada.
    La cuestión principal es: ¿qué libros se editan bajo la invisible égida de la CIA? A fines de octubre de 1982, V. Navasky, redactor de la revista estadounidense Nation, relató en The New York Times cómo había intentado obtener de la CIA la respuesta a esa pregunta:

    “El 4 de octubre de 1982, la Corte Suprema de los EE.UU. se negó a examinar la demanda contra la CIA que yo había pre­sentado en virtud de la Ley sobre la Libertad de Información, para obtener la lista de los títulos, que ascendía a una cantidad ‘considerablemente superior a los 1 000 libros’, los cuales, según el informe del Comité Senatorial sobre operaciones encubiertas de abril de 1976, ‘fueron editados, subsi­diados o aprobados por la CIA antes de finales de 1967’. ¿Por qué mi caso entraña interés? Porque ilustra con qué facilidad la CIA y la Justicia subvierten la Ley sobre la Libertad de Información, prohibiendo el acceso a documentos del Estado que deberían ser asequibles en virtud de la misma.

    Como escritor y como ciudadano, tenía muchas razones para querer conocer la lista de libros editados por la CIA. Primero, algunos de ellos salieron en los EE.UU. Por consiguiente, la CIA, que se supone actúa solamente en el exterior, habría violado sus Estatutos. Segundo, independientemente de que hubiera violado o no sus Estatutos, el tema ‘CIA-editor’ me interesaba para un artículo. Me intrigaba averiguar qué libros subsidiaba, en fin, la CIA. ¿Cómo se ve esta lista? ¿Cuántos títulos correspondían a las bellas letras y cuántos a la literatura política? ¿Cuántos se vendieron, y cómo se los reseña? ¿Qué autores de la CIA producen los best sellers? ¿Qué línea exige la CIA que se siga en estos libros? Nada de cuanto se hace en los EE.UU. refuta, a mi parecer, la teo­ría —tan infamemente en uso en nuestro país—, de que la verdad acaba por reafirmarse, en fin de cuentas, en la feria de ideas”.

    De octubre de 1976 a marzo de 1977, Navasky estuvo asedian­do con sus solicitudes a funcionarios de la CIA. Pero, sin ningún efecto. Luego recurrió a los tribunales.

    “Resistiré la tentación —prosigue Navasky— de exponer deta­lladamente las sutiles trabas técnicas y jurídicas que me puso la CIA. Baste decir que he pasado por los juzgados de tres instancias, y en dos ocasiones presenté recursos de apelación. Esto me llevó 6 años. Gasté unos 1 000 dólares en pagar a las mecanógrafas que copiaban los documentos, sin contar el tiempo invertido por el abogado. Este actuó gratuitamente. ¿Valía aquello la pena o no?

    Creo que sí, por lo que averiguamos en el transcurso de todo ello. Me sorprendí al ver que mi definición de la CIA como editor y no como el organismo que subsidia resultó certera del todo. La CIA debió entregarme 85 documentos. Aunque en ellos apare­cían manchados los títulos de los libros y sus autores. Los de la CIA no hicieron mucho caso a la forma. De ahí se supo que, como una editora real, la CIA registra constantemente las ventas de libros, con informes de contabilidad tri­mestrales que especifican el autor, el título, la fecha de edición y la cantidad de ejemplares vendidos. A estos datos habi­tuales, la CIA agregó sus puntos propios: “Editor” (a nombre del cual sale el libro), “Condiciones” (qué departamento de la CIA costeó el libro), “El idioma” (en qué lengua fue editado el libro originalmente) y uno más, denominado “Clave del proyecto” (por lo visto, esto se refiere a la clave de la edición del libro).

    También me enteré de que — cualesquiera que fueran las otras ocupaciones de la CIA—, no se trataba de una empresa editorial pequeña. Al negarme la entrega de los materiales, la CIA explicó que, aun existiendo el deseo de hacerlo, “la demanda implicará abarcar lo inabarcable”, ya que “los expedientes y los materiales referentes al financiamiento o la aprobación de los libros... ocupan de 2 a 200 pies lineales en los anaqueles. Y en cada pie caben unas 2 600 páginas.
    Del memorando de la CIA, entregado a mí en el transcurso de la vista de la demanda, se supo que la CIA y yo estamos de acuerdo en una cosa: los libros son importantes. . .

    En definitiva, la CIA me ganó al declarar que la divulgación de la lista de libros publicados significaría el reconocimiento oficial de su participación en la edición secreta de libros en otros países. Y esto causaría serias complicaciones en materia de política exte­rior, las cuales perjudicarían nuestra seguridad nacional.

    Los juzgados de todas las instancias estuvieron de acuerdo con la CIA en que no era necesario avalar la aseveración con pruebas, ni siquiera en una sesión a puerta cerrada. Por lo tanto nada hay que discutir.
    Hasta ahora, en los EE.UU. no se da a la publicidad ni una sola frase si la CIA la objeta, alegando la necesidad de garantizar la seguridad nacional.”

    Magnífica ilustración de la “democracia” estadouniden­se. Uno puede recurrir a los tribunales, basándose en las leyes vigentes, pero los resultados de muchos años de pleitear son nulos. Navasky no es un pelagatos en los EE.UU. Este redactor de una gran revista liberal, pero leal, según los criterios en vigor en los EE.UU., supo llegar a las páginas de The New York Times y exteriori­zar desde ellas su decepción. Una cosa muy justa, según esos mismos criterios: “la libertad de expresión en plena acción”. Sí, se expresó, pero ¿ha cambiado algo? La CIA sigue en lo suyo. De seguro que no se detuvo después de 1967, y que los libros siguen saliendo, uno tras otro, con “fines operativos”.

    Entre los miles de autores al servicio de la CIA, junto a Penkovski, traidor a la patria soviética y espía inglés y yanqui, está Solzhenitsyn, hombre de las mismas características morales.

    Entre 1957 y 1958, deambulaba por las calles de Moscú un indi­viduo poco notable y poseído por la febril pasión de medrar. Según sus propias palabras, estaba tratando de establecer contactos con quienes pudieran remitir a Occidente y publicar allí sus libelos contra su propio país. La mercancía que ofrecía era de ínfima calidad.

    El embajador de los EE.UU. en Moscú, a finales de los años 60 y primeros de los 70, Jacob Beam, recordaba poniendo de mani­fiesto estar tan bien informado de asuntos que no suelen ser de la incumbencia de los diplomáticos: “Solzhenitsyn creaba dificultades a cuantos tenían que ver con él... Las primeras ver­siones de sus manuscritos eran una voluminosa, locuaz y cruda masa, a la que había que organizar en un todo coherente..., abun­daban los vulgarismos y los pasajes incomprensibles. Había que re­dactarlos.”

    Redactores e inspiradores no faltaron, porque, en todos sus parámetros, Solzhenitsyn cumplía los requisitos de la estratagema de inventar un “escritor” en el marco de la actividad subversiva contra la URSS. Tenía las convicciones adecuadas y un buen montón de mercancía: manuscritos originales que, con cierta labor de redacción, podían transformarse en “libros”. Como suele suceder en tales casos, el futuro “escritor” recibió su maná espiritual de la UPT, sucursal de la CIA. La calidad de ese maná era tal que imprimió un olor y un sabor específicos a las obras de Solzhenitsyn, cosa que motivó consecuencias de otra índole cómica, y que en su mayor parte frustraban, desde el inicio mismo, las posibilidades de influir en las mentes de los soviéticos. Es que la “Operación Solzhenitsyn” montada por la CIA se asentaba en una total ne­gación del régimen soviético, negación de lo más querido para todos los soviéticos.

    Veamos, primero, el credo político de la UPT-Solzhenitsyn, tal como aparece en sus diversas creaciones.

    Todo el libro Agosto de 1914 de Solzhenitsyn está impregnado de la angustia de que “una nación inteligente” (la alemana) no pudo someter a una “bastante necia”. Precisamente con este enfoque se describen las operaciones de las tropas rusas y las ale­manas en Prusia Oriental en agosto de 1914.

    E. Romanovski, crítico polaco, recalcó en su detallado análisis del libro, precisamente ese servilismo lacayuno de Solzhenitsyn al militarismo alemán. Sumamente indignado por los elogios a la siempre victoriosa, según el autor, maquinaria militar ale­mana, Romanovski escribió: “No siempre, por cierto, todo fue tan ordenadamente como lo refiere el autor que, petrificado por el júbilo, se arrodilla ante los militaristas alemanes. Esta pose no es nada cómoda para escribir; además, el ángulo de toma es distin­to. En todo caso se distorsiona agrandando el objeto contemplado... (por el autor) deslumbrado ante el brillo de las botas de los generales alemanes”.

    El crítico polaco, eslavo, exclama indignado: “Olvidándose de la historia, el autor lo trastorna todo, poniéndolo de pies a ca­beza, y lo que escribió corresponde exactamente a las interven­ciones chovinistas que glorifican la batalla de Tannenberg en los tiempos de la Alemania fascista... Horrendas y sacrílegas suenan las palabras de Solzhenitsyn. Ojalá las hubieran escuchado los soldados polacos y los soviéticos, sepultados en esta tierra donde ofrendaron sus vidas para que nunca más resurgiera “La marcha hacia el Este”. Desde su libro, Solzhenitsyn intenta librar a su manera las guerras ya libradas”.

    Lo que Solzhenitsyn expone como novísimo descubrimiento, como fruto de sus “hondas” meditaciones, no son más que estribi­llos escuchados desde hace mucho. Resucita las ideas de fuerzas reaccionarias de la Rusia prerrevolucionaria que durante muchos años pretendieron supeditarla a Alemania.

    Se comprende, por eso, que N. Pávlov pusiera un énfasis especial —en su extenso artículo Oscurantista Beligerante, publicado en el diario búlgaro Otechestvenen Front, referente a Agosto de 1914— en resaltar que Solzhenitsyn se comporta como un apologista del militarismo alemán. “Es de público conocimiento —escribió el articulista—, la triste tendencia del autor a ensalzar y cantar cuanto tenga que ver con la Alemania del káiser... Resucitando el cadáver del “Partido Ruso-Alemán”, odiado por los eslavos, y empeñado en poner a ese gran país a los pies del imperialismo ale­mán, Solzhenitsyn relata extasiado los argumentos esgrimidos por aquél.”

    Solzhenitsyn no está solo en sus elucubraciones. Véase lo que dice uno de sus cofrades: “He llegado a la firme convic­ción de que en colaboración y alianza con el pueblo alemán, se pueden cumplir las tareas que el pueblo ruso enfrenta. Los in­tereses del pueblo ruso siempre se habían compaginado con los del pueblo alemán. Los supremos logros del pueblo ruso se vincu­lan indisolublemente a aquellos períodos de su historia en que relacionó sus destinos con Alemania”. Así peroraba Vlásov en 1943 en su “Carta Abierta” tocada con un pretencioso título: ¿Por qué he emprendido la lucha contra el bolchevismo? La alianza espiritual con Vlásov es lógica y natural para la UPT y para Solzhenitsyn. En la esperanza de que una nación “inte­ligente” pusiera orden en Rusia, ese lacayo deseaba el extermi­nio de cuantos soldados había en ésta. Para que nadie osara —armas en mano— estorbar el aleccionamiento de una na­ción “necia”. Este es el sueño inveterado de Solzhenitsyn. El pasado es desconsolador: los rusos siempre hicieron trizas de los forasteros que invadieron el país. Este es un rasgo distintivo de la historia de Rusia. “Mirad al pasado —se desgañita Solzhe­nitsyn—, ¿por qué vosotros, los rusos, no habéis dejado poneros el yugo extranjero? Vosotros habéis pecado, no habéis comprendi­do lo que es la auténtica libertad; y la libertad es la AUTORRESTRICCION, la autorrestricción en aras de otros. La autorrestricción tiene un montón de aspectos: internacionales, po­líticos, culturales, nacionales, sociales, partidistas. Ojalá noso­tros, los rusos, pongamos en orden nuestros asuntos, y demos un ejem­plo de esplendidez”.

    A renglón seguido se pone en claro “la esplendidez” del alma de Solzhenitsyn: dejar de ser por voluntad propia una gran potencia. ¿Una torpeza? Naturalmente. Pero Solzheni­tsyn sigue en sus trece y con aire de sabihondo explica: “tenemos diez veces menos necesi­dades de índole militar”, hace falta “reducir grandemente durante muchos años los gastos mi­litares”. Pero es que el desarme puede prosperar únicamente cuando lo emprenden ambos bandos, y esto es precisamente a lo que exhorta sin cesar la Unión Soviética. En nuestros días está públicamente reconocido que existe una paridad estratégica en­tre la URSS y los EE.UU., lo cual —entre otras cosas— determina la correlación mundial de fuerzas. Solzhenitsyn propone, en cam­bio, que el poderío militar soviético alcance sólo un 10 por cien­to del estadounidense, y esto es lo que llama “mostrar es­plendidez de alma”.

    En cuanto a los Estados Unidos, Solzhenitsyn les confiere un pa­pel especial. En un discurso el 30 de junio de 1975 ante unas tres mil personas reunidas en Washington gracias a los esfuerzos de los ejecutivos de la AFL-CIA dijo: “Una pesada carga llevan los Estados Unidos sobre sus hombros. La marcha de la historia os ha impuesto —lo queráis o no—, la dirección del mundo”. Al parecer, la costumbre de plagiar ha calado muy hondo en Sol­zhenitsyn. Nada menos que el propio presidente Truman, cuan­do desencadenó la guerra fría, con su alocada carrera de ar­mamentos en diciembre de 1945, adoctrinó a los estadouniden­ses: “Querámoslo o no, tenemos que reconocer que el triun­fo logrado por nosotros ha impuesto sobre el pueblo norteameri­cano la carga de la responsabilidad por la subsiguiente direc­ción del mundo.”

    En otro discurso suyo, el 9 de julio de 1975, en Nueva York insistió: “Hubo tiempos en que la Unión Soviética no podía igualarse a vosotros, en modo alguno, en lo referente a los ar­mamentos atómicos. Luego os ha igualado. Después, ya lo recono­cen todos, ha empezado a aventajaros. Tal vez el coeficiente de superioridad sea ahora algo más de la unidad. Luego será de dos a uno... Se avecinan nubarrones, se acerca el huracán”. Por consiguiente, ¡armaos, armaos hasta los dientes!

    Así es el provocador Solzhenitsyn, el de dos caras: una diri­gida hacia Occidente; la otra, hacia la URSS. Según él, a los Es­tados Unidos les toca “dirigir” el mundo, asegurándolo por una absoluta superioridad militar e imponiendo sus condiciones a todos los pueblos. En cuanto a la Unión Soviética, que ha inau­gurado la auténtica historia de la humanidad y está construyendo una sociedad nueva, debe “autorrestringirse”, bajar la cabeza y arrodillarse ante el imperialismo; y para que esto sea más fácil, convendría empezar por desmantelar su poderío militar. Con Solzhenitsyn, la CIA ha adquirido un fiel servidor. La escasa capacidad ideológica de Solzhenitsyn es similar hasta lo sorprendente a los más gastados clichés de la propa­ganda antisoviética en Occidente. Pese a sus infinitas pretensio­nes, no es más que un divulgador de doctrinas anticomunis­tas; y en su empeño ni siquiera se toma el trabajo de modifi­carlas algo, sino que las plagia llana y simplemente. La obra “fundamental” de Solzhenitsyn es el consabido Archipiélago Gu­lag.

    Este libro figura en el surtido obligatorio de la propaganda antisoviética; desde luego, haciendo las debidas reverencias al “pensador” y a otros. Se lo anuncia como fruto de “meditacio­nes” propias, etc. Naturalmente, esto es así cuando está dirigido al amplio pú­blico de Occidente. Una interpretación bien distinta se da al tema en la literatura científica, en ese mismo Occidente, donde se especifica con suficiente precisión cuál ha sido la fuente de inspiración del autor. “Aunque Solzhenitsyn introdujo en el vo­cabulario internacional el término “gulag” —señala el historia­dor estadounidense D. Yergin—, en el inglés ese vocablo apare­ció mucho antes. La revista Plain Talk publicó en su número de mayo de 1947 un artículo titulado: Gulag, slavery incorprated, con un mapa de importantísimos campamentos. Solzheni­tsyn tal vez haya visto incluso en Rusia ese mapa.”8
    Cabe pensar que los cabecillas de la UPT experimentaron un le­gítimo orgullo autoral cuando aparecieron los voluminosos tomos grafomaníacos de Solzhenitsyn, y se alegraban de que se hubieran cum­plido con tanta exactitud las instrucciones de la CIA—UPT. En vez de aparecer en la miserable revista Posev, la bazofia antiso­viética ya era divulgada por el mundo por la propaganda oc­cidental, con referencias a las obras del “escritor”.

    La muy preconizada consigna “¡No vivir con la mentira!”, lan­zada por Solzhenitsyn, resultó ser un mero parafraseo del lema de la UPT “¡Oponer la verdad a la mentira!” Del mismo modo que fuera proclama­do ya en el programa de la NTSNP de 1938, se lo está re­pitiendo fastidiosamente, cualesquiera que sean los patrones de la UPT. Es más, según los mandamases de ésta, la frase encierra un determinado mensaje semántico; es la seña con la que identifican a “los suyos”. Peremski, cuando vendía a sus dueños una nueva mentira, divagó a fines de 1975: “Los millo­nes de éstos que 'no viven con la mentira', adquieren los vi­sos de una organización: una orientada comunidad ideológica que cobra cuerpo en un sistema de ciertas —si no acciones—, al menos reacciones”. Machacando en esa seña de la UPT, Solzhenitsyn se incorporó a los empleados en la labor subversiva de la CIA—UPT.

    El 16 de noviembre de 1974, Solzhenitsyn tuvo en Zurich una conferencia de prensa acerca del “Porvenir de Rusia”. Ante un abigarrado público se puso a demostrar que estaba desarrollando su propio programa: “El que ofrezco para mi país, yo lo llamo un programa revolucionario en el plano moral. Lo he expuesto en el documento No vivir con la mentira. Echemos un vistazo a Problemas estratégicos de la lucha de liberación, un material re­dactado por la Comisión Estratégica del Consejo de la UPT en 1971-1972. Allí está escrito: “La UPT dirige la dificilísima la­bor de sus participantes por el perfeccionamiento moral de ellos mismos y de su pueblo. Rusia necesita no solo una restructura­ción política, sino también un reordenamiento espiritual. Sola­mente la revolución del espíritu puede garantizar el éxito de la revolución cívica”.
    Como se ve, Solzhenitsyn ha copiado de ese material, casi al pie de la letra, las vías iniciales de “la revolución ética”. Siga­mos comparando:

    UPT
    Hace falta “un sabotaje espontáneo”
    No asistir a las reuniones, pero si uno asiste, no debe intervenir ni aplaudir…
    No participar en los desfiles ni en las marchas oficiales.
    No participar en ninguna elección.

    Solzhenitsyn
    Hace falta una campaña de “desobediencia cívica”.
    No dejarse llevar a las reuniones…
    No dejar que lo obliguen a uno a ir a un desfile o a un mitin.
    No alzar el brazo para votar…


    Bueno ¿qué decir de todo esto? Para la UPT no es nada nuevo estar impartiendo continuamente recomendacio­nes de cómo hemos de portarnos todos. Los cabecillas de esa Unión llevan muchos decenios dedicados a esa labor. Sus exhor­taciones sólo pueden provocar a los soviéticos repugnan­cia. No obstante, la imprenta de la UPT sigue funcionando. La UPT necesita esas instrucciones para rendir informes a la CIA; y estos dan la impresión a los dirigentes de la actividad subversiva con­tra la URSS de que la UPT está realizando algo serio. A renglón seguido se solicitan nuevas dádivas pecunia­rias.

    La CIA contra la URSS, de Nikolái Yákovlev


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    Mensaje por anitaz Dom Oct 02, 2011 6:51 pm

    me gustaría saber más sobre este libro, la cronología, a quien iba dirigido...
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    Mensaje por danyhc95 Dom Oct 02, 2011 8:43 pm

    es propaganda... solo con el autor... en la guerra fría... iba dirigido a todos para lavar cerebros.
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    Mensaje por anitaz Dom Oct 02, 2011 9:40 pm

    y no me puedes contar nada más? jejjej
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    Mensaje por DP9M Dom Oct 02, 2011 10:09 pm

    En linea recta através de la historia: ¡De Hitler y Hearst a Conquest y Solzjenitsyn!

    En 1933, la situación política en Alemania sufrió transformaciones las cuales han dejado huellas en la historia mundial. El 30 de enero de aquel año, Hitler fue nombrado canciller y una nueva forma de gobernar comienza a delinearse con violencia y sin respeto por las leyes.
    Para consolidar el poder, los nazis convocaron a nuevas elecciones para el dia 5 de marzo, utilizando toda la propaganda a su alcance para asegurar un resultado victorioso.
    El 27 de febrero -una semana antes de las elecciones- los nazis incendiaron el parlamento acusando a los comunistas de ser los autores del delito. El partido comunista fue prohibido y muchos militantes comunistas fueron arrestados.
    En las elecciones, los nazis obtubieron 17,3 millones de votos y 288 diputados con un 48% del electorado. En Noviembre de 1932 habían obtenido 11,7 millones de votos y 196 diputados.
    Después de ilegalizar a los comunistas, los nazis comenzaron ha perseguir a los socialdemócratas y al movimiento sindical. Los primeros campos de concentración fueron abiertos llenándose con hombres y mujeres de izquierda.
    Mientras tanto, continuaba aumentando el poder de Hitler en el parlamento con el apoyo de la derecha. El día 24 de marzo, Hitler logra la promulgación de una ley en el parlamento que le confirió poderes absolutos para gobernar Alemania durante 4 años sin necesidad de consulta parlamentaria.
    A partir de ese momento comenzaron las persecusiones abiertas a los judios enviándolos a los campos de concentración en donde ya se encontraban comunistas y socialdemócratas de izquierda.
    Hitler continuó la carrera por el poder total rompiendo con todos los acuerdos internacionales de 1918 que imponían restricciones armamentistas e impedían la militarización de Alemania. El rearmamento de Alemania se acceleró.
    Esta era la situación política internacional cuando el mito de los millones de muertos en la Unión Soviética comenzó a crearse.


    Ucrania: ¡Espacio vital de Alemania!

    Junto a Hitler en el gobierno alemán se encontraba Jossef Goebbels, Ministro de Propaganda y máximo responsable de inculcar en el pueblo alemán el sueño del nazismo: un pueblo de raza pura viviendo en la Gran Alemania y un país con un gran espacio vital. Una parte de este espacio -un territorio mucho mayor que Alemanía- sería conquistado en el Este e incorporados a la nación alemana.
    En 1925, en el libro”Mein Kampf”, Hitler había señalado ya que Ucrania era parte del territorio alemán. Ucrania y otras regiones del Este de Europa pertenecerían a la nación alemana para ser utilizadas en forma ”correcta”.
    Según la propaganda nazi, la espada alemana ”liberaría” esas tierras para luego ¡undir el arado alemán!
    Con las técnicas y las empresas alemanas, Ucrania se transformaría en una tierra productora de cereales para Alemania. Pero primero los alemanes tenían que liberar a Ucraina de los ”seres humanos inferiores” que allí habitaban, los cuales -según la propaganda nazi- serían utilizados como fuerza de trabajo esclava en los hogares, en las fábricas, en la agricultura y en todos los lugares donde la economía alemana lo necesitase.
    La conquista de Ucrania y otras regiones de la Unión Soviética implicaba necesariamente la guerra en contra de la URSS y era necesario prepararla a largo plazo. Para estos efectos el Ministerio de Propaganda nazi diriguido por Goebbels inició en 1934 una campaña de supuesto genocidio hecho por los bolcheviques en Ucrania. Esta se trataba de una terrible catástrofe de hambre que habría sido provocada por Stalin para someter y obligar a los campesinos a aceptar una política socialista. El objetivo de la campaña nazi era la de preparar a la opinión pública mundial para la ”liberación” de Ucrania por las tropas alemanas.
    A pesar de grandes esfuerzos y que los textos de la propaganda alemana fueron publicados en la prensa inglesa, la campaña nazi sobre el ”genocidio” en Ucrania no fue un gran susceso a nivel mundial. Era evidente que Hitler y Goebbels necesitaban ayuda para respaldar las calumnias sobre la Unión Soviética. !La ayuda la encontraron en los EEUU de Norteamérica!

    William Hearst, un amigo de Hitler.

    William Randholph Hearst era un multi-millonario norteamericano que ayudó a los nazis en la guerra psicológica contra la URSS. Hearst era un redactor norteamericano conocido como ”el padre” de la prensa amarilla y sensacionalista.
    William Hearst comenzó la carrera de redactor en 1885 cuando su padre, George Hearst (millonario de la industria minera, senador y redactor), le regaló la dirección del periódico San Francisco Daily Examiner. Así comenzó también el imperio periodístico de Hearst que de una manera definitiva dejaría huellas profundas en la vida diaria y en los conceptos de los norteamericanos.
    Después de la muerte de su padre, William Hearst vendió todas las acciones de la industria minera que heredó y comenzó a invertir el capital en los medios de comunicación. La primera compra que hizo fue el New York Morning Journal, un periódico de tipo tradicional que Hearst transformó totalmente en un diario sensacionalista.
    Las noticias eran compradas a cualquier precio y cuando no había crueldades o crímenes violentos para contar, los periodistas y fotógrafos debían de ”arreglar” el asunto y justamente esta es una de las carecterística de la ”prensa amarilla” escribir mentiras y crueldades arregladas como verdades.
    Las mentiras de Hearst lo hicieron millonario y una de las personas más importantes del mundo del periodismo, siendo en 1935 uno de los hombres más ricos del mundo con una fortuna avaluada en 200 millones de dólares.
    Después de la compra del Morning Journal, Hearst continuó comprando y fundando periódicos y semanarios por todos los EE UU. En la década de los años cuarenta, William Hearst era propietario de 25 periódicos, 24 semanarios, 12 emisoras de radio, 2 agencias de noticias, un servicio informativo para el cine, la empresa cinematográfica Cosmopolitan y mucho más. En 1948 compró una de las primeras estaciones de televisión de los EEUU, la WBAL-TV en Baltimore. La prensa de Hearst vendía ¡13 millones de ejemplares! y tenía cerca de ¡40 millones de lectores al día! ¡Casi un tercio de la población adulta de USA leía diariamente la prensa de Hearst! Y aún más, millones de personas en el mundo recibían la información de la prensa de Hearst através de las agencias de noticias, películas y una serie de revistas que eran traducidas y editadas en grandes cantidades en todo el mundo.
    Las cifras anteriormente mencionadas muestran muy bien de que manera el imperio de Hearst influenció la vida política norteamericana y la vida política del mundo en general durante muchos años. Entre otras cosas por ejemplo: en contra de la participación de EE UU al lado de la URSS en la Segunda Guerra mundial y las campañas anti-comunistas de McCarty en la década de los años cincuenta.
    Las ideas de William Hearst eran extremadamente conservativas, nacionalistas y anti-comunistas. Su política era una política de extrema derecha. En 1934 hizo un viaje a Alemania donde fue recibido por Hitler como invitado y amigo.
    Después de este viaje, los periódicos de Hearst se volvieron aún más reaccionarios y siempre con artículos en contra del socialismo, en contra de la Unión Soviética y en especial en contra de Stalin.
    Hearst intentó tambien utilizar abiertamente sus periódicos para hacer propaganda nazi através de una serie de artículos de Herman Göring, la mano derecha de Hitler. Pero producto de las protestas de muchos lectores fue obligado a suspender la publicación y retiró los artículos de Göring.
    Después de visitar a Hitler, los periódicos sensacionalistas de Hearst salían llenos de ”revelaciones” sobre acontecimientos terribles en la Unión Soviética. Asesinatos, genocidios, trabajo esclavo, lujo de los gobernantes y muerte para el pueblo eran a diario las grandes ”noticias”. El material era entregado a Hearst por la Gestapo, la policía política de la Alemania nazi.
    En las primeras páginas de los periódicos había muchas veces caricaturas con imágenes falsas de la Unión Soviética donde Stalin era retratado como un asesino cuchillo en mano. No debemos olvidar que estos artículos eran leidos por ¡40 millones de personas en los EE UU y millones en otras partes del mundo!


    El mito del hambre en Ucrania.

    Una de las primeras campañas de la prensa de Hearst en contra de la URSS fue los supuestos
    millones de muertos, víctimas del hambre en Ucrania. La campaña se inició el 18 de febrero de 1935 en el periódico Chicago American con un titular en la primera página: ”Seis millones de muertos por el hambre en la Unión Soviética”.
    Utilizando material llegado desde Alemania nazi, el magnate de la prensa y simpatizante del nazismo William Hearst, comenzó a publicar historias fantásticas sobre un genocidio provocado por los bolcheviques con el resultado de millones de muertos por el hambre en Ucrania.
    La realidad era bien diferente. Lo que había sucedido en la Unión Soviética al comienzo de la década de los años treinta era una gran lucha de clases en que los campesinos pobres y sin tierras se levantaron en contra de los grandes terratenientes ricos -los Kulakos- e iniciaron la lucha por los colectivos agrícolas, Koljozes. Esta gran lucha de clases que envolvió directa o indirectamente a 120 millones de campesinos, causó inestabilidad en la producción agrícola y en algunas regiones la falta de productos alimenticios.
    La falta de comida debilitaba a las personas y contribuía a aumentar las víctimas de epidemias infecciosas. Este tipo de epidemias era un acontecimiento tristemente común en el mundo por aquella época.
    Entre 1918 y 1920 una epidemia conocida como la gripe española produjo millones de muertos en los EE UU y 20 millones murieron en Europa, pero nadie acusó a esos gobiernos de matar a sus ciudadanos. El hecho es que los gobiernos nada podían hacer en contra de epidemias de esa índole.
    Durante la Segunda Guerra mundial apareció la penicilina y las infecciones pudieron ser combatidas con éxito a fines de la década de los años cuarenta.
    Los artículos de la prensa de Hearst sobre los millones de muertos por el hambre en Ucrania que había sido ”provocada por los comunistas” eran detallados y terribles. La prensa de Hearst utilizó todo a su alcance para hacer de las mentiras una realidad haciendo que la opinión pública en los países capitalistas se volviese fuertemente en contra de la Unión Soviética. Así se originó el primer mito de los millones de muertos en la URSS.
    Una ola de protestas contra el hambre ”provocada por los comunistas” continuó en la prensa Occidental y nadie quizo escuchar los desmentidos de la Unión Soviética. ¡Las mentiras de la prensa de Hearst en 1934 tuvieron que esperar hasta 1987 para ser completamente desenmascaradas!
    Durante más de 50 años y basados en estas calumnias varias generaciones en todo el mundo fueron influenciadas para tener una visión negativa del socialismo y de la URSS.

    El imperio de Hearst en 1998.

    William Hearst murió en 1951 en su casa de Beverly Hills, en California. Hearst dejó un imperio de las comunicaciones de masa que aún hoy continúa repartiendo por el mundo sus mensajes reaccionarios.
    La empresa The Hearst Corporation es una de las más grandes del mundo y cuenta con más de 100 compañias donde trabajan 15.000 personas. El imperio hoy día cuenta con periódicos, revistas, libros, radio, televisión, TV-Cable, agencias noticiosas y multimedia.


    !52 años para desemascarar una mentira!

    La campaña de desinformación de los nazis referente a Ucrania no terminó con la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra mundial. Las mentiras nazis fueron retomadas por la CIA y el MI 5 británico y tuvieron siempre garantizado un lugar en la guerra de propaganda en contra de la Unión Soviética.
    Las campañas anti-comunistas de Mc Carthy en los EEUU después de la Segunda Guerra mundial,
    también sobrevivieron a costa de ”los millones de muertos por el hambre en Ucrania”.
    En 1953, fue publicado en los EEUU un libro sobre este tema bajo el título:”Black deeds of the Kremlin” (Los Sucesos Negros del Kremlin). La publicación fue pagada por refugiados ucranianos en los Estados Unidos. Gente que había colaborado con los nazis durante la Segunda Guerra mundial y que el gobierno de los Estados Unidos había otorgado asilo político presentándolos al mundo como demócratas.
    Cuando Reagan fue elegido presidente de los EEUU e inició su campaña anti-comunista en la década de los años 80, se reanudó la propaganda de los ”millones de muertos en Ucrania”.
    En 1984, un profesor de la Universidad de Harvard editó un libro con el título: ”The Human life in Russia” (”La vida humana en Rusia”) en el cual estaba incluido el material falso de la prensa nazi de Hearst de 1934. Así fueron reeditadas en 1984 las mentiras y falsificaciones nazistas de los años 30, pero ahora con la fachada respetable de una Universidad norteamericana.
    La historia no termina aquí. En 1986 se publicó otro libro sobre el tema con el título: ”Haverst of sorrow”, escrito por el ex agente de la policía británica Robert Conquest que es hoy día profesor de la Universidad de Stanford en California. Por el ”trabajo” con este libro recibió 80.000 dólares de la Asociación Nacional Ucraniana. Esta misma asociación pagó también una película cinematocráfica en 1986 con el nombre: ”The Harvest of Despair” que entre otras cosas utilizó el material de Conquest. A estas alturas, las cifras presentadas en los EEUU acerca de los ”muertos por el hambre en Ucrania” eran ¡ya 15 millones! No obstante, el material presentado en la prensa, libros y películas norteamericanas era completamente falso.
    El periodista canadiense Douglas Tottle, demostró con rigor esa falsificación en su libro ”Fraud, Famine and Fascism; The Ucrainian Genocide Myth From Hitler to Harvard ”, editado en Toronto en 1987. Entre otras cosas, Tottle demostró que el material fotográfico presentado (fotografías horribles de niños desnutridos), fue sacado de publicaciones del año 1922 cuando millones de personas murieron en la guerra y por el hambre cuando 14 ejércitos extranjeros invadieron la URSS durante la guerra civil de 1918 a 1921.
    Douglas Tottle nos lleva también a las fuentes periodísticas de 1934. Los reportajes sobre el hambre y las reseñas de viajes de los periodistas nos muestran la mezcla de mentiras publicadas en la prensa de Hearst. El periodista que durante mucho tiempo había enviado reportajes y fotografías de las llamadas zonas de hambre, un cierto Thomas Walker, nunca había estado en Ucrania. El había visitado Moscú durante cinco días.
    Este hecho fue revelado por el periodista Louis Fisher por aquel tiempo corresponsal en Moscú del periódico norteamericano The Nation. Fisher reveló también que el periodista M. Parrott, un verdadero corresponsal en Moscú de la prensa de Hearst, había enviado reportajes que nunca fueron publicados sobre las cosechas con muy buenos resultados en 1933 en la URSS y sobre una Ucrania soviética en desarrollo.
    Tottle nos muestra también que el periodista que hacía los reportajes sobre el hambre para Hearst, el tal Thomas Walker, en realidad se llamaba Robert Greeen y era un condenado, ¡fugado de una prisión estatal de Colorado!
    Este Walker alias Green, fue recapturado cuando regresó a los EEUU y confesó ante un tribunal que él jamás había estado en Ucrania. Todas esas mentiras sobre los millones de muertos de hambre en Ucrania en los años treinta ”provocada por Stalin” ¡solo vinieron a ser conocidas y comprobadas en 1987!
    El nazista Hearst, el agente de la policia Conquest y otros, han engañado a millones de personas con sus mentiras y falsos reportajes. Aún hoy día aparecen las historias del nazista Hearst en libros recién editados por escritores pagados por la derecha.
    La prensa de Hearst con una posición monopolista en muchas ciudades de los EEUU y con agencias de noticias en todo el mundo fue un gran megáfono de la Gestapo en el mundo. En un mundo dominado por el capital monopolista fue posible a la prensa de Hearst transformar las mentiras de la Gestapo en verdades en muchos periódicos, estaciones de radio y, más tarde, en la televisión de todo el mundo.
    Cuando la Gestapo desapareció, continuó la guerra sucia de propaganda contra del socialismo en la Unión Soviética, ahora patrocinado por la CIA.
    Las campañas anti-comunistas en la prensa norteamericana continuaron al mismo nivel. Negocios como siempre; primero la Gestapo, después la CIA.


    Robert Conquest: La fuente de los mitos

    Este hombre ampliamente citado en la prensa burguesa -un verdadero oráculo para la burguesía- merece aquí una presentación muy concreta.
    Robert Conquest es uno de los autores que más han escrito sobre los ”millones de muertos” en la Unión Soviética. En realidad, el verdadero ”padre” de casi todos los mitos y mentiras sobre la URSS difundidas después de la Segunda Guerra mundial. Conquest es conocido principalmente por sus libros: ”El gran terror” de 1969 y ”Harvest of sorrow” (Colección de amarguras) de 1986.
    Conquest escribe sobre millones de muertos por el hambre en Ucrania y en los campos de trabajo (Gulag) y durante los procesos de 1937 a 1938, utilizando como fuentes de información a los exiliados ucranianos en los EEUU pertenecientes a los partidos de derecha que colaboraban con los nazis en la Segunda Guerra mundial.
    Muchos de los héroes de Conquest son conocidos como criminales de guerra que dirigieron y participaron en los genocidios de los judios en Ucrania. Uno de estos es Mykola Lebed, condenado como criminal de guerra después de la Segunda Guerra mundial. Lebed era jefe de seguridad en Lvov durante la ocupación nazi y cuando se realizaron las terribles persecusiones a los judíos en 1942. La CIA llevó a Lebed a los EEUU en 1949 donde a trabajado como desinformador.
    El estilo en los libros de Conquest es de un anti-comunismo violento y fanático. En el libro de 1969 nos dice Conquest que el número de muertos por el hambre en la URSS entre los años 1932 y 33 fue de 5 a 6 millones de personas, la mitad de estas en Ucrania. Pero durante la campaña anti-comunista de Reagan en 1983, Conquest extendió los años del hambre hasta 1937 y los muertos a ¡14 millones! Tales declaraciones le valieron un trabajo bien pagado cuando en 1986 fue escogido por Reagan para escribir el material del libro de la campaña que preparaba al pueblo norteamericano en caso de una invasión soviética. El libro se llama: ”¿Qué hacer cuando los rusos vengan? !Un manual de sobrevivencia!” Un trabajo extraño para un profesor de historia.
    En realidad, esto no es extraño para un hombre que toda su vida a vivdo a costa de las mentiras e historias inventadas sobre la Unión soviética y Stalin. Primero como agente de la policía y después como escritor y profesor de la Universidad de Stanford en California.
    El pasado de Conquest fue expuesto en el periódico The Guardian, el 27 de enero de 1978, en un artículo que lo señalaba como un ex agente del Departamento de desinformación IRD (Information Research Departament) de la policía secreta Inglesa.
    El IRD fue una sección creada en 1947 teniendo inicialmente el nombre de Comunist Information Departament. La tarea principal era combatir la influencia de los comunistas en todo el mundo através de ”plantar” adecuadas historias en los políticos, periodistas y todos los que influenciaban a la opinión pública.
    Las actividades del IRD eran muy amplias, tanto en Inglaterra como en el exterior. Cuando el IRD tuvo que ser formalmente disuelto en 1977 a causa de los contactos con la extrema derecha, se comprobó que en Inglaterra más de 100 de los periodistas más conocidos tenían contacto personal con un agente del IRD que regularmente proporcionaba a ”sus periodistas” material para los artículos a escribir. Esto era rutina en los grandes periódicos ingleses tales como el Financial Times, Times, Observer, Sunday Times, Telegraph, Economist, Daily Mail, Mirror, Express, Guardian y otros.
    Los hechos aquí presentados del periódico The Guardian de enero de 1978 nos da una indicación de como la policía política dirige las noticias que llegan al gran público.
    Robert Conquest fue agente del IRD desde los comienzos de esta sección de la policía secreta y hasta 1956. El ”trabajo” de Conquest era escribir las así llamadas ”historias negras” de la URSS, historias falsas consideradas como hechos verídicos para ser distribuidas a los periodistas y a otras personas con influencia en la opinión pública.
    Después que él formalmente dejó el IRD, continuó escribiendo textos propuestos por el IRD y con el respaldo de esa policía.
    En su libro ”El gran terror” -libro básico de la derecha y que trata sobre los ”millones de muertos” durante la lucha partidaria en la Unión Soviética en 1937- es en realidad una recopilación de textos que él escribió durante su vida como agente de la IRD. El libro fue acabado y publicado con el apoyo de la IRD. Un tercio de los libros impresos fueron comprados por la Editorial Praeger que normalmente es conocida por publicar literatura de orígen en la policía política norteamericana, la CIA.
    El libro de Conquest ha sido utilizado como obsequios a los llamados ”tontos útiles”, para profesores universitarios y gente que trabaja en la prensa, la radio y la televisión para así garantizar que las

    mentiras de Conquest y de la extrema derecha sean apoyadas en bastos sectores de la población.
    Conquest es aún una de las fuentes más importantes donde los historiadores de la derecha van a buscar material sobre la URSS.


    Alexander Solzhenitsyn.

    Otra persona que siempre es asociada a los libros y artículos en los periódicos sobre los supuestos millones de muertos y prisioneros en la URSS, es el ruso Alexander Solzhenitsyn.
    Solzhenitsyn es conocido en el mundo capitalista desde fines de los años 60 por su libro titulado: ”El Archipiélago de Gulag” y que trata sobre la situación de los presos en los campos de trabajo en la Unión Soviética. El mismo estuvo preso 8 años, condenado por actividades contrarevolucionarias en 1946 al haber distribuido propaganda en contra del pueblo de la Unión Soviética.
    Según Solzhenitsyn, la lucha contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra mundial había sido una lucha innecesaria y todos los sufrimientos impuestos al pueblo soviético por los nazis pudieron haber sido evitados si el gobierno soviético hubiese hecho un compromiso con Hitler.
    Solzhenitsyn acusaba también al gobierno soviético y a Stalin por los terribles resultados de la guerra para el pueblo de la URSS, diciendo que éstos eran peores que Hitler. Solzhenitsyn no escondía sus simpatías por los nazis y fue condenado como traidor.
    Solzhenitsyn comenzó en 1962 a publicar libros en la URSS con el consentimiento y la ayuda de Nikita Kruchef, siendo el primer libro publicado: ”Un dia en la vida de Ivan Devisovtjs” y que se trataba sobre la vida de un preso.
    Kruchef utilizaba los textos de Solzhenitsyn para combatir la herencia socialista de Stalin. Solzhenitsyn ganó en 1970 el Premio Nobel de literatura por su libro ”El archipiélago de Gulag” y sus libros comenzaron a ser publicados en los países capitalistas en grandes cantidades convirtiéndose el autor, en uno de los instrumentos más importantes del imperialismo en el combate al socialismo y a la Unión Soviética. Los textos suyos sobre los campos de trabajo junto a la otra propaganda sobre los supuestos millones de muertos en la URSS, fueron utilizados como verdades en los medios de comunicación capitalistas.
    En 1974, Solzhenitsyn renunció a su ciudadanía soviética y emigró primero a Suiza y más tarde viajó a los EEUU. A estas alturas, era considerado en la prensa capitalista como el más grande luchador por la libertad y la democracia. Sus simpatías nazistas fueron enterradas para no perturbar la guerra de propaganda contra del socialismo.
    En los EEUU, Solzhenitsyn fue invitado muchas veces para intervenir en reuniones importantes. Por ejemplo: como orador principal en el congreso de los sindicatos AFL-CIO en 1975 y el 15 de julio del mismo año fue invitado para hacer un discurso sobre la situación mundial ¡en el Senado de los Estados Unidos!
    Los discursos de solzhenitsyn eran de una agitación violenta y provocativa, argumentando y haciendo propaganda a las ideas más reaccionarias. Entre otras cosas, se manifestó por nuevos ataques a Vietnam después de la victoria éste sobre los EE UU. Además, después de 40 años de fascismo en Portugal cuando los oficiales de izquierda del ejército tomaron el poder en la revolución popular de 1974, Solzhenitsyn comenzó a hacer propaganda por una intervención militar de los EE UU en Portugal deciéndo que ¡éste pasaría a ser miembro del Pacto de Varsovia si los EEUU no intervenían!
    En sus discursos, Solzhenitsyn lamentaba siempre la liberación de las colonias portuguesas en Africa, pero está claro que lo principal en los discursos de Solzhenitsyn era siempre la guerra sucia contra el socialismo. Desde supuestas ejecuciones de millones y millones de personas en la URSS hasta las supuestas decenas de millares de norteamericanos presos y esclavizados que existían en Vietnam del Norte.
    Esta idea de Solzhenitsyn acerca de los norteamericanos utilizados como esclavos en Vietnam del Norte dió origen a las películas de Rambo sobre la guerra del Vietnam.
    Los periodistas norteamericanos que se habían atrevido a escribir sobre la paz entre los EEUU y la Unión Sovética, eran señalados por Solzhenitsyn como traidores potenciales. Este hacía también propaganda por un aumento de la capacidad militar de Estados Unidos, deciéndo que la URSS era más poderosa en ”tanques y aviones de 5 a 7 veces y en armas atómicas que en ”breve serían 2, 3 y 5 veces más potentes que las de EEUU”.
    Los discursos de Solzhenitsyn en los EEUU eran la voz de la extrema derecha, pero él iba aún más lejos, en apoyo abierto al fascismo.


    Respaldo al Fascismo de Franco

    Después de la muerte de Franco en 1975, el régimen fascista español comenzó a perder el control de la situación política y al comienzo de 1976, los acontecimientos en España tomaron un carácter tal que cautivaron la atención de la opinión pública mundial.
    Huelgas y manifestaciones exigían democracia y libertad. El heredero de Franco -el rey Juan Carlos- fue obligado a iniciar una liberalización muy cautelosa para calmar la agitación social.
    En ese momento importante para la vida política española aparece Alexander Solzhenitsyn en Madrid
    y es entrevistado en el programa ”Directísimo”, el sábado 20 de marzo por la noche en el mejor horario
    televisivo (periódicos ABC y YA del 21 de marzo de 1976).
    Solzhenitsyn, que previamente había recibido las preguntas, aprovechó la oportunidad para hacer todo tipo de declaraciones reaccionarias. La intención suya no fue de dar un amplio apoyo a la llamada liberalización del Rey. Al contrario, Solzhenitsyn prevenía a las personas contra las reformas democráticas!
    En su intervención en la TV declaró que: ”110 millones de rusos murieron víctimas del socialismo” y comparó ”la esclavitud a que estaban sometidos los soviéticos con las libertades que se disfrutaban en España”.
    Solzhenitsyn acusó también de utópicos a los ”círculos progresistas” porque consideraban a España como una dictadura. Los progresistas eran toda la oposión democrática desde liberales hasta socialdemócratas y comunistas. Solzhenitsyn decía: ”En el otoño pasado la opinión pública mundial estaba preocupada por la suerte que corrían los terroristas españoles (los cinco anti-fascistas condenados a muerte y ejecutados por el régimen de Franco. Nota del autor MS). Cada vez más la opinión pública progresista exige reformas políticas inmediatas; al mismo tiempo apoya los actos terroristas”… ” Los que quieren reformas democráticas rápidas: ¿sáben lo que sucederá mañana y pasado mañana? España podrá tener democracia mañana, pero pasado mañana: ¿se puede evitar caer en un totalitarismo después de la democracia?”
    Ante las cautelosas preguntas de los periodistas si acaso estas declaraciones no podían ser vistas como un apoyo a los regímenes en donde no existía la libertad, Solzhenitsyn respondió: ”Conosco solamente un lugar en donde no hay libertad, ese lugar es Rusia”.
    Las declaraciones de Solzhenitsyn en la TV española fueron un apoyo directo al fascismo español (una ideología que él aún mantiene). Esta es una de las causas por las cuales Solzhenitsyn desapareció cada vez más de los discursos públicos durante sus 18 años de exilio en los EEUU y uno de los motivos por los cuales los gobiernos capitalistas no le dieron total apoyo político. Los capitalistas están muy agradecidos por haber podido utilizar a un hombre como Solzhenitsyn en su guerra contra el socialismo. Pero todo tiene sus límites.
    En la nueva Rusia capitalista, el apoyo del mundo occidental a los grupos políticos es determinado pura y simplemente por las posibilidades de hacer negocios con buenas ganancias. El fascismo como alternativa política para Rusia no es considerado como una política que estimule los negocios. Por eso es que el proyecto político de Solzhenitsyn para Rusia no tiene vigencia en lo que respecta al apoyo del mundo occidental. Lo que Solzhenitsyn quiere como futuro político para Rusia es: ¡la vuelta al sistema autoritario de los Zares, ligado a la Iglesia ortodoxa rusa!
    Ni siquiera los imperialistas más arrogantes están interesados en respaldar una estupidez semejante. Para respaldar a Solzhenitsyn en el mundo occidental existe solo la idiotez intelectual de la extrema derecha.


    !Nazistas, policías y fascistas!

    Así son aquellos, los más dignos representantes de los mitos burgueses de los ”millones de muertos y presos en la Unión Soviética”. El nazista Hearst, el agente de la policía Conquest y el fascista Alexander Solzhenitsyn.
    Conquest ha tenido el papel principal, siendo sus informaciones utilizadas por los medios de comunicación capitalistas en todo el mundo y formando incluso una escuela dentro de ciertas Universidades. El trabajo de Conquest es sin duda un trabajo de desinformación policial de primera clase.
    En la década de 1970, Conquest otorga una gran ayuda a Solzhenitsyn y a una serie de figuras de segunda categoría como por ejemplo: Andrei Sakharov y Roy Medvedev. Todos ellos aparecen esporádicamente por todo el mundo como especuladores en muertos y presos a quienes la prensa burguesa siempre pagó el precio en oro.
    Pero, la realidad de los hechos fue por fin presentada y muestra la verdadera cara de todos estos falsificadores de la historia. La órden de Gorbatchov de abrir los archivos secretos del partido a las investigaciones históricas tuvo consecuencias que nadie pudo prever.


    Los archivos muestran las mentiras de la propaganda.

    Las especulaciones sobre los millones de muertos era una parte de la guerra sucia de propaganda en contra de la URSS y es por esto que los desmentidos y esclarecimientos oficiales de los soviéticos nunca fueron tomados en serio y jamás tuvieron espacio en la prensa capitalista. Los desmentidos soviéticos eran motivo de burla debido a que los ”especialistas” comprados por el capital tenían todo el espacio necesario para difundir sus fantasías puesto que ¡fantasías eran en realidad!
    Lo que todos los millones de muertos y prisioneros mencionados por Conquest y otros ”críticos” tenían en común, es que son productos de aproximaciones y métodos de tipo casero.


    Métodos falsos

    Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y otros utilizaban la estadística publicada por la URSS como por ejemplo: los censos nacionales de población a los que sumaban un supuesto aumento de la población sin tener en cuenta la situación real existente en el pais. Así llegaron a la conclusión de cuantas personas debían de haber en el pais al final de ciertos años. Las personas que faltaban eran presentadas como muertos y presos a cuenta del socialismo. Un método simple, pero totalmente falso.
    Este tipo de ”revelaciones” de acontecimientos políticos tan importantes nunca sería aceptada si las revelaciones fuesen sobre el mundo occidental. En ese caso, hubiese habido con toda certeza, profesores e historiadores que se alzarían en contra de tales engaños. Pero como la que estaba en cuestión era la Unión Soviética, entonces la falsificación podía dejarse pasar.
    Uno de los motivos es, ciertamente, que los profesores e historiadores anteponen las posibilidades de avanzar en sus carreras profesionales a su honradez profesional.
    En cifras: ¿cuáles fueron al final las conclusiones de los ”críticos”? Según Robert Conquest (en una evaluación hecha en 1961) murieron de hambre 6 millones de personas en la URSS a pricipios de la década de los años 30. Esta cifra fue aumentada por Conquest a 14 millones en 1986.
    Según Conquest, en lo que respecta a los campos de trabajo (Gulag), estaban allí detenidos 5 millones de prisioneros antes del comienzo de las depuraciones en el partido, en el ejército y en el Estado (en 1937). Después de comenzadas las depuraciones llegaron más de 7 millones de prisioneros durante 1937 y 38, haciendo un resultado total de ¡12 millones de presos en estos campos de trabajo en 1939!
    El lector debe tener en claro que los 12 millones de Conquest ¡son solamente presos políticos! Según Conquest, en los Gulag habían también delincuentes comunes los cuales eran una cantidad mayor que los presos políticos. Esto significa que habían de 25 a 30 millones de presos en los campos de trabajo de la URSS. También según Conquest, fueron ejecutados entre 1937 y 39 un millón de presos políticos mientras que 2 millones se morían de hambre. Según Conquest, el resultado final de las depuraciones de 1937 al 39: ¡9 millones de presos políticos y 3 millones de muertos!
    Estas cifras fueron inmediatamente sometidas a ”apreciaciones estadisticas” por Conquest para llegar a la conclusión de que los bolcheviques habían matado nada menos que 12 millones de presos políticos desde 1930 al 1953. Sumando estas cifras a los muertos por el hambre en los años 30, Conquest llega a la conclusión de que los bolcheviques habían matado 26 millones de personas. En una última apreciación estadística dice Conquest: ”¡En 1950 habían 12 millones de presos políticos en la URSS!
    Alexander Solzhenitsyn utilizó más o menos las mismas apreciaciones estadísticas de Conquest, pero esta vez usando los métodos pseudo-científicos con nuevas suposiciones. Con otras premisas llega a conclusiones aún más extremas.
    Solzhenitsyn acepta las cifras de Conquest de 6 millones de muertos de hambre en 1932 y 1933. Mientras tanto, con respecto a las depuraciones de 1936 al 39, Solzhenitsyn considera que murieron un mínimo de ¡un millón por año!
    Haciendo un resumen, nos dice que desde las colectivizaciones en la agricultura hasta la muerte de Stalin en 1953, los comunistas habían matado 66 millones de personas en la Unión Soviética. Además de esto, acusa como culpable al gobierno soviético por la muerte de 44 millones de rusos que según sus afirmaciones murieron en la Segunda Guerra mundial.
    La conclusión de Solzhenitsyn es que ”110 millones de rusos murieron víctimas del socialismo”. En lo que respecta a los presos, Solzhenitsyn nos dice que el número de personas en los campos de trabajo en 1953 era de ¡25 millones!

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