Primera vía.
1.- Primera vía - argumento del "Primer Motor Inmóvil".
1.1.- Enunciación.
La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Ejemplo: el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios. (cita)
1.2.- Simplificación.
Todo lo que se mueve es movido por otro.
Para cada cosa movida es necesario un motor de esa cosa.
No se puede seguir indefinidamente.
Es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie.
Éste es el que todos conocen por Dios.
2.- Refutaciones.
2.1.- La premisa 1 es falsa.
La física moderna reconoce la espontaneidad en el movimiento en los sistemas materiales, es decir la no causalidad y rechaza la máxima escolástica que dice: "Todo lo que se mueve es movido por otro".
Algunas cosas son movidas, pero otras se mueven sin que otra cosa las haya movido. En la época de Santo Tomás no se conocían las leyes de la gravitación ni apenas nada de cinemática, por eso él suponía que todo lo que se mueve ha sido movido por otro. Hoy sabemos que eso no es cierto.
Si se colocan dos objetos masivos de igual masa en un espacio vacío completamente inmoviles uno respecto del otro suficientemente cercanos para que la gravedad producida por ellos ejerzan influencia vemos que uno tiende a moverse en dirección del otro sin necesidad de nada que los mueva.
2.2.- La premisa 2 es falsa.
Como ya hemos mencionado antes, algunas cosas se mueven al ser afectadas por una fuerza, y esa fuerza puede ser gravitatoria, electromagnética, nuclear débil o nuclear fuerte, que son las cuatro fuerzas elementales conocidas.
Nada hay inmóvil en el universo. El universo está en constante movimiento, ésta es su naturaleza desde el inicio del tiempo, también lo es su propio dinamismo.
2.3.- El paso 3 es gratuito.
Tomás de Aquino se niega a aceptar una regresión infinita sin dar motivo de ello.
2.4.- El paso 4 es arbitrario.
Se le otorga sin justificación la necesidad de ser motor de todo a una sola entidad. El argumento no sugiere que tenga que ser uno, podrían ser muchos.
2.5.- La conclusión 5 es gratuita.
Aún si permitimos el dudoso lujo de conjurar arbitrariamente a un terminador de la regresión infinita, y le damos un nombre; simplemente porque necesitamos uno, no existe en lo absoluto ninguna razón para decir que es Dios. Se comete una petición de principios al suponer que ese supuesto primer motor tendría que ser obligatoriamente Dios, pero ¿porqué habría de ser Dios y no el frío y único Motor Inmóvil aristotélico? ¿porqué no el “Uno” de Plotino o el demiurgo platónico?. Aquino no demuestra que su motor primero sea el Dios "que todos entendemos", eso no pasa de afirmación gratuita.
3.1.- En general.
El ejemplo dado por Aquino del bastón movido por la mano como “prueba” del motor inmóvil es defectuoso, ya que en primer lugar, es una analogía y, como toda analogía, no es demostrativa y en segundo lugar, esa mano es un motor contingente o intermedio, movido por otro, no un motor inmóvil.
Tomás de Aquino no contaba con los conocimientos en física que tenemos ahora. Esta vía es válida para la visión aristotélica del mundo que se tenía entonces, adecuada pero falsa. Aristóteles fue el primero (registrado) que postuló la idea de "todo lo que se mueve es movido por otro" por simple observación pero olvidó poner a prueba con experimentos esa afirmación. Fue Galileo quien descubrió que esto no es así y Newton descubrió la fuerza que mueve los objetos; mucho después de la muerte de Tomás de Aquino.
Esta vía es un caso particular de la segunda vía tomista puesto que el movimiento de una cosa es efecto y la causa es el movimiento de otro objeto.
3.2.- Falsa maravilla.
Tomás de Aquino parte del movimiento, es decir, de un fenómeno. En el fondo Tomás de Aquino pretende dar explicación a ese fenómeno. Pero consideremos lo siguiente ¿por qué el movimiento necesita una explicación en primer lugar?. Para entender la motiviación del aquinate hay que situarse en su época, el siglo XII, el cual estaba muy influenciada por los escritos de Aritóteles en cuando a ciencias físicas. Se creía en aquél entonces que había cosas que eran absolútamente estáticas, digamos, un vaso sobre una mesa ciertamente estaba estático completamente y solo se movería si álguien externo al vaso lo movía, Tomás de Aquino no tenía noción del movimiento de la Tierra, ni del sistema solar ni de la galaxia ni del universo entero tal como lo tenemos hoy en día a la luz de los descubrimientos científicos. Entonces postula una falsa maravilla: el movimiento es extraordinario, por lo tanto requiere una explicación. Hoy sabemos que lo opuesto es lo maravilloso: no conocemos ningún objeto que sea absolútamente estático.(esto es dialectica pura)
Por lo tanto esta vía se basa en un problema que no existe.
Segunda vía.
1.- Segunda vía - argumento de "Las Causas Eficientes".
1.1.- Enunciación
Pues nos encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios. (cita)
1.2.- Simplificación.
A toda causa le sigue un efecto.
Una causa es efecto de una causa anterior.
No se puede seguir indefinidamente en la cadena causal.
Es necesario llegar a una Primera Causa que no es efecto de nada.
Éste es el que todos conocen por Dios.
2.- Refutaciones.
2.1.- La premisa 1 y 2 son falsas.
Se basa en la afirmación de que las causas son cosas objetivas y que la relación causa-efecto es concreta y parte de la realidad. Considero que lo que nosotros, como observadores del Universo, vemos es regularidad, lo que llamamos relación causal es una abstracción mental para ordenar en nuestra mente esa regularidad, no creo que sea posible demostrar que la relación causa-efecto es real y objetiva para todos los fenómenos del Universo.
Antes bien, ahora entendemos la relación causal como A es causa necesaria y suficiente de B, si y sólo si cada vez que ocurre A ocurre luego B, y cada vez que ocurre B ha ocurrido antes A. Y llegamos a eso por simple relación estadística, la cual no asegura que ocurre de esa manera para todos los fenómenos del universo.
2.2.- Paso 3 es gratuito.
Al igual que en la primera vía, Tomás de Aquino se niega arbitrariamente a aceptar una cadena causal infinita sin dar motivo para ello.
2.3.- Paso 4 es falaz.
Supone gratuitamente que porque las cosas tienen causas, luego la serie de las cosas también la tiene, cuando el conjunto total no tiene por qué tener las mismas propiedades que las partes (falacia de la composición). Puede tener propiedades emergentes ausentes en las partes, como la vida en el caso de las células, propiedad que no tienen sus partes como los ribosomas, y carecer de las propiedades de sus partes como la dualidad onda-corpúsculo que poseen los electrones, pero no la molécula proteica que componen.
2.4.- Paso 4 contradice 1.
Pero aún aceptando la existencia de las relaciones causales, el argumento de la segunda vía incurre en una contradicción interna insalvable. Se nos dice que todo efecto tiene una causa que a su vez es efecto de una causa anterior. Entonces luego se nos dice que hay algo que no tiene causa, si esto es así entonces la premisa primera es falsa, no todo tiene una causa.
2.5.- Conclusión 5 es gratuita.
También se nos dice que el efecto sin causa es uno solo, considero eso como gratuito, ya que del razonamiento dado no se infiere que deba ser uno y aún peor es que se considere a esa causa como Dios.
3.- En general.
3.1.- El problema de las causas objetivas.
Hoy entendemos que las relaciones causales son empíricas, es decir que cuando sucede el fenómeno A luego le sigue el fenómeno B nos lleva a pensar que A es la causa de B si y solo si primero hemos visto que A sucede y B sucede. Por ejemplo, supongamos que encierro a un sujeto en una habitación cerrada donde hay un botón y una lámpara y le pido al sujeto que accione el botón, el sujeto lo hace y ve que cada vez que acciona el botón (suceso A) la lampara se enciende (suceso B). Luego le pregunto ¿qué es lo que causa que la lámpara se encienda? (¿qué causa B?), el sujeto dirá que accionar el botón (suceso A causa suceso B). Pero luego le muestro que nosotros tenemos un botón igual fuera de la habitación el cual accionamos cada vez que vemos que el sujeto acciona el botón dentro de la habitación. Es decir hay un suceso C el cual el sujeto no ha experimentado y que es "la verdadera causa" de B. Se demuestra de esta forma que la relación causa-efecto es un ordenamiento mental de los sucesos empíricos.
Tomás de Aquino traslada este razonamiento escapándose de la condición empírica, suponiendo que hay causas en todos los fenómenos observados aunque no veamos el fenómeno que causa todos esos fenómenos. Lo que constituye una falacia por generalización precipitada. El universo podría tener una Primera Causa, pero hasta que no experimentemos ese fenómeno, no podemos establecer esa relación particular.
3.2.- El principio de Razón Suficiente.
En línea con lo anterior, Tomás de Aquino confunde la necesidad del Principio de Razón Suficiente (PRS) del devenir o causalidad ontológica, con la necesidad del Principio de Razón Suficiente del conocer epistemológico, ya que al ir enumerando las causas de la cadena (premisa 2) de improviso reemplazan el PRS ontológico (que no admite comienzo por su naturaleza inherente) por el PRS epistemológico que sí tiene como comienzo o término una verdad lógica, empírica, etc. pero que nada tiene que ver con causas o génesis de hechos reales que eran parte del argumento, cometiéndose una falacia distractiva al meter de contrabando un principio de conocimiento abstracto (fundamento de los juicios formales) cuando se pedía una causa real (cuyo PRS ontológico trata sólo con estados o proceso de cosas concretas, no con juicios abstractos).
Tercera vía.
1.- Tercera vía - a partir de lo contingente y de lo necesario, el "Argumento Cosmológico".
1.1.- Enunciación.
Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (núm. 2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios. (cita)
1.2.- Simplificación.
Las cosas pueden existir o bien no existir (seres contigentes).
Lo que puede no existir alguna vez no existió.
Las cosas en algún momento no existieron.
Pero si 3 es cierto, luego ahora no existiría nada.
4 es falso.
Las cosas que existen, existen por necesidad de otras cosas que ya existen (seres necesarios).
No se puede retroceder indefinidamente en la cadena de necesidades.
Por lo tanto existe un ser absolutamente necesario que es el origen de la existencia de todas las cosas.
Ese ser es Dios.
2.- Refutaciones.
2.1.- De la contingencia y necesidad.
"Ser necesario" y "ser contingente" son características metafísicas a priori. Estas características no señalan a ningún ente real, ya que la “contingencia” o posibilidad de no ser no es ningún atributo real de ninguna cosa (como el color, masa, etc.) es sólo un concepto creado ad-hoc para justificar la aparición en escena de lo necesario, causa y fundamento de los supuestos entes contingentes, que no puede dejar de ser y que, por eso mismo, es inconcebible y carece de todo correlato empírico.
La contingencia de un ente está supeditado a la observación de otro ente al que le otorgamos necesidad en virtud de la existencia del primero (sabemos que todo niño tiene madre porque hemos visto a las madres tener niños).
2.2.- Conclusión 4 es "non-sequitur".
Lógica equivocada. Aún en el caso de que todas las cosas pudiesen dejar de existir, eso no significa que todas puedan dejar de existir al mismo tiempo. Podría darse el caso de que la destrucción de unas cosas diera lugar a la creación de otras, como vemos que ocurre continuamente en la Naturaleza. De "alguna vez las cosas no existieron" no se sigue ("non-sequitur") "hubo un momento en que nada existió".
2.3.- 8 contradice 1.
Tomás de Aquino vuelve a contradecirse al decir por un lado que todas las cosas son contingentes para después afirmar que hay una cosa (Dios) que no lo es. Si 1 es cierto, 8 es falso, si 8 es verdadero, 1 no lo es.
2.4.- "Ser necesario" no aporta información.
La palabra “necesario” sólo se aplica a los enunciados analíticos vacíos o tautologías lógicas como decir que “el triángulo tiene 3 ángulos”, en donde el predicado (tiene 3 ángulos) esta contenido “necesariamente” en el concepto sujeto (tri-ángulo). o sea, lo único necesario son las proposiciones formales que siempre son verdaderas (y cuya negación supone contradicción), ya que sólo son consecuencias de los términos definidos y no dicen nada sobre la realidad. Cualquier otra connotación del término “necesario” es gratuita.
2.5.- Paso 7 es gratuito.
La negación de admitir una cadena infinita de seres necerarios-contigentes no tiene justificación. Pero en esta ocación Tomás de Aquino deja visible un fallo en su razonamiento para no admitir esta cadena infinita.
La propuesta es que situemos nuestra mente en el infinito anterior de la cadena y nos preguntemos, si hay infinitos eslabones en la cadena ¿cómo es posible que veamos algo hoy?, ya que tomaría infinito tiempo en llegar hasta hoy, luego es imposible que la cadena sea infinita. Esto es un error, puesto que sabemos con certeza que hay algo hoy y suponiendo que antes la cadena era infinita, evidentemente, infinita como es, ha llegado a ser lo que es hoy.
2.6.- Algunas regresiones no son infinitas.
Algunas regresiones sí alcanzan un terminador natural. Los científicos acostumbraban a preguntarse que sucedería si uno pudiese disectar; digamos, al oro en los pedazos más pequeños posibles. ¿Porqué no debería usted cortar unos de esos pequeños pedazos por la mitad para producir una aún más pequeña porción de oro?. La regresión en este caso, es decisivamente terminada por el átomo. La porción más pequeña de oro es un núcleo de exactamente setenta y nueve protones y una ligeramente mayor cantidad de neutrones, atendidos por un enjambre de setenta y nueve electrones. Si uno corta al oro más allá del nivel de un solo átomo, cualquier cosa que obtenga ya no es oro. El átomo proporciona un terminador natural para ciertos tipos de regresión. De ninguna manera está claro que Dios proporciona un terminador natural a las regresiones de Aquino.
2.7.- La conclusión 9 es gratuita.
Como en las vías anteriores Tomás de Aquino simplemente afirma que ese "Ser Absolutamente Necesario" es Dios sin más, lo cual no se infiere del razonamiento anterior. Aunque Aquino cambia al singular al final de su argumento, nada indica que tenga que haber solo un "Ser Absolutamente Necesario", podrían ser más de uno, el argumento no falsa esto.
2.8.- "De la nada, nada sale".
Tomás de Aquino nos viene a decir, en sus primeros 4 pasos es una premisa supuestamente universal: "de la nada, nada sale". Esa es la premisa subyacente sobre la cual se basa esta vía. Esta premisa está indemostrada, por cuanto la nada no es experimentable y solamente se utiliza como una abstracción (así como se usa el infinito en matemáticas) nada se puede decir de la nada, simplemente no sabemos cómo se comporta la nada y por lo tanto no podemos decir que de ella salga nada o salga algo alguna vez.
Si por el contrario aceptamos la premisa "de la nada, nada sale" no tenemos por qué suponer que en vez de "nada" hay Dios puesto que es a eso lo que se intenta demostrar. Nos consta la existencia del Universo, es evidente y comprobable por todos. La conclusión de la tercera vía no me consta antes de arribar a ella, por lo tanto digo que en vez de nada existe el Universo, decir que en vez de nada existe Dios es una petición de principios (falacia Petitio Principii). Si tenemos que dar por bueno este argumento, entre Dios y el Universo como reemplazo de la nada, aplicando el principio de parsimonia es más razonable decir que es el Universo el reemplazo de nada y no Dios.
3.- En general.
3.1.- Paralogismo.
El argumento se comete la falacia metafísica conocida por algunos como “el paralogismo de los metafísicos”, que consiste en plantear gratuitamente un pseudoproblema absurdo y sin sentido semántico como la distinción gratuita entre lo contingente, que puede dejar de existir y el ente necesario que no puede dejar de ser; asunto metafísico que tiene tan poco sentido como preguntarse si el espíritu es redondo o cuadrado o si es blanco o amarillo.
Entonces, una vez que el interlocutor acepta la cuestión absurda, el metafísico le demuestra lo absurdo que es una alternativa (por ejemplo, que el espíritu sea cuadrado o que haya sólo entes contingentes) para a continuación exclamar triunfante que la única alternativa válida es la suya (por ej, que el espíritu es redondo o que hay también un ente necesario). Pero el metafísico no da a conocer la posibilidad de que ambas alternativas sean igualmente absurdas, inadecuadas semánticamente o un completo misterio ininteligible.
Se pretende que el absurdo de una alternativa es prueba de la verdad de la otra, cuando ambas pueden ser igualmente absurdas y, por tanto, el argumento no tiene valor.
3.2.- Una dicotomía inexistente.
Se comete una falacia de bifurcación, ya que se dan sólo 2 alternativas: o la serie de entes contingentes tiene en sí su razón de ser necesaria o la tiene en un ser necesario distinto de ellos; pero pueden haber otras opciones: que no exista esa tal necesariedad ni en la serie de entes contingentes ni en un ser necesario, que el asunto sea un sin sentido, etc.
3.3.- Aquino no demuestra la conclusión.
Como se mencionó antes, Aquino afirma una conclusión gratuita puesto que a eso quiere arribar ya desde el principio apelando a una justificación psicológica: "Todos le dicen Dios". ¿Qué tal si decidimos llamarlo "Diego Armando Maradona"?, el argumento entero no tendría que modificarse una coma y serviría para demostrar que el futbolista es el Ser Absolutamente Necesario. Pero sucede que no es así. Lo que Tomás de Aquino pretende es colar lo que él cree que es Dios (es decir, el Dios del catolicismo) de allí su "Todos le dicen Dios". Sin embargo la conclusión solo tendría que tener las características que en virtud del argumento le otorgan, es decir ser absolutamente necesario. Sucede que sí tenemos ahora un ente que reune esa condición aunque careciera de ninguna otra: el Universo.
Cuarta vía.
1.- Cuarta vía - La jerarquía de las cosas, argumento "De los Grados".
1.1.- Enunciación.
Pues nos encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como quiera que en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro —, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios. (cita)
1.2.- Simplificación.
Las cosas tienen más o menos de una característica.
Ese "más o menos" indica que tienen grados.
Los grados de una cosa se miden en relación a un grado máximo.
Ese grado máximo es absoluto.
El grado máximo de una característica lo posee un ser que le otorga ese grado a toda cosa que tenga esa característica.
Hay un ser que posee el grado máximo de toda característica.
Ese ser es Dios.
2.- Refutaciones.
2.1.- Premisa 3 es arbitraria.
No es cierto que todos los grados se midan en relación a un máximo, hay grados que se miden a partir de un mínimo. Y ya que Aquino habla de calor ese es un buen ejemplo de lo contrario: la temperatura absoluta se mide a partir del cero absoluto (cero grados Kelvin).
2.2.- Premisa 4 es falsa.
Como vimos en el punto anterior, el cero absoluto no es el máximo absoluto, es justamente el mínimo. Por lo tanto la premisa 4 del argumento es falsa. Pero resulta que además hay grados que maximizados nunca alcanzan un máximo absoluto, el calor sigue siendo ejemplo de ello.
2.3.- Paso 5 es "non-sequitur".
Tomás de Aquino comete una falacia non-sequitur, ya que algo sea un máximo de una escala no se sigue que sea la causa de todas las cosas de esa escala u orden. Por ejemplo, que una montaña tenga la máxima altura no se sigue que sea la “causa” de todas las montañas o de las cosas con altitud. Que una estrella tenga la máxima temperatura en su interior no se sigue que sea la causa de todas las temperaturas o estrellas. El ejemplo del aquinate sobre el fuego es inprocedente, ya que éste no es causa del calor o calores, sino los movimientos de partículas subatómicas.
Con la misma argumentación, si existen elefantes de diversos tamaños debería existir un elefante más grande que ningún otro que sería el origen y la causa de la existencia de todos los elefantes más pequeños que él.
2.4.- Paso 6 no se infiere de 5.
Debido a que no todas las características de un objeto le son innatas en él sino más bien porque surgen en él como resultado de los componentes que forman tal objeto. Por ejemplo un reloj separado en todas sus partes no tiene movimiento de las agujas, solamente cuando se le une para formar el objeto reloj surge de él la característica de marcar las horas. Así también la acidez del ácido nítrico no está presente ni en el hidrógeno, ni en el nitrógeno ni en el oxígeno de los cuales está compuesto dicho ácido. Solamente cuando estos tres elementos se combinan surge la acidez, y esto es natural, y no dado por "el ser más ácido".
3.- En general.
3.1.- Pone en duda a Dios.
El argumento parece indicar que Dios es como una luz, como la única luz de un espacio cerrado donde todas las cosas estarán más iluminadas cuanto más cerca de Dios están, negando dos atributos fundamentales que la teología natural suele darle a Dios, los cuales son omnipotencia y omnipresencia, el primero se niega en tanto Dios no tiene suficiente poder para iluminarlo todo, y el segundo Dios parece no poder estar en todas partes al mismo tiempo. De otra forma ese espacio cerrado sería todo luz.
3.2.- La escala que usa Tomás de Aquino es arbitraria.
Tomás de Aquino usa una escala que es arbitraria puesto que pone "lo malo" o "lo ausente" abajo y "lo bueno" o "lo presente" arriba. Respecto a la bondad, pone lo absolutamente bueno como lo máximo en bondad, pero también podría darle la vuelta a la escala y decir que "lo bueno" es la ausencia total de maldad, poniendo "lo absolutamente malo" como "lo máximo". Si esto es así, Dios tendría que ser, por fuerza del argumento "el ser absolutamente malvado".
3.3.- Hace una petición de principio ("petitio principii").
Pide el principio al suponer que hay una máxima verdad (¿Dios?) y pide el principio al suponer que la máxima verdad (igual al máximo ente), ya que no sólo no lo demuestra, sino que esa es una confusión entre el plano semántico (verdad) y el plano ontológico (ente).
Quinta vía.
1.- Quinta vía - ordenamiento de las cosas, el argumento "Teleológico".
1.1.- Enunciación. (USADO MUY FRECUENTEMENTE)
Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios. (cita)
1.2.- Simplificación.
Las cosas tienden a obrar según un fin o propósito (un "para qué").
Estas cosas no obran al azar.
Las cosas que no obran por sí mismas, alguna otra cosa las dirige.
Hay alguien que dirige todas las cosas.
Ese alguien es Dios.
2.- Refutaciones.
2.1.- Premisa 1 está indemostrada.
Que todas las cosas tienen un propósito, un "para qué" o teleología no está demostrado. Peor aún, es falso.
La existencia de una estrella situada tan lejos de nosotros que está fuera de nuestro horizonte de eventos de forma tal que nada de ella nos afecta ni nosotros le afectamos en nada no tiene propósito alguno. En razón del argumento tal estrella no existe, al menos para la ciencia, pero suponiendo que sí existiera y no hay razón para pensar lo contrario excepto su no observabilidad nos estaría diciendo que tal estrella no tiene propósito alguno.
Somos nosotros, nuestra mente la que le da propósitos a la existencia de las cosas y que en realidad las cosas por sí mismas no tienen un propósito subyacente. Las cosas pueden existir sin necesidad de un "para qué", somos nosotros quienes le aplicamos tal cosa.
2.2.- Premisa 2 es falsa.
La premisa afirma que todo tiene un orden aunque no veamos en apariencia ese orden "nada sucede por azar". Mientras que el argumento completo quiere decirnos que el Universo entero está ajustado perfectamente para un propósito, el de Dios. Sin embargo esto no puede corroborarse empíricamente (ver "El Argumento del Ajuste Fino, revisitado (2000)").
2.3.- Paso 3 no es una conclusión general.
Viola el principio de razón, ya que de una consecuencia (que las cosas obran siguiendo leyes y de manera ordenada) no se puede derivar legítimamente el fundamento (un Dios con intenciones inteligentes) a menos que se probara empíricamente la hipótesis en cuestión, algo que el aquinate no hizo.
3.- En general.
3.1.- Implicación recíproca.
Tomás de Aquino comente una falacia por implicación recíproca: vemos propósito en las cosas luego las cosas tienen un propósito por lo tanto las cosas tienen un propósito luego vemos propósito en ellas. A implica B luego B implica A es inválido.
3.2.- Conclusión precipitada.
Que las cosas se adecuen a un fin es un concepto metódico del cuál no podemos inferir legítimamente algo que vaya más allá de los límites de la experiencia. Pretender que porque las cosas se adapten a leyes objetivas, luego un Dios más allá de este mundo las hizo es una falacia de conclusión desmesurada, ya que la conclusión de un sumo hacedor allende este mundo desborda los límites empíricos que permiten las inferencias científicas. No podemos inferir la existencia de un Dios más allá de este mundo con datos empíricos de este mundo, ya que no es posible que estos datos nos informen sobre un hipotético metamundo inalcanzable donde se encontraría Dios. También debemos tomar en cuenta que los enunciados informativos o sintéticos, basados en datos fácticos, por su naturaleza son particulares y de lo particular no podemos inferir a Dios.
En otras palabras, Tomás de Aquino comete la falacia de "el todo por las partes", al decir que como las cosas tienen propósito, el Universo entero tiene propósito y ese propósito de lo otorgó Dios.
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Los argumentos aquí presentados son el resultado de la recolección que hicierón de diferentes textos de distintos autores, puestos todos aquí de manera ordenada (al menos esa era la intención) en función de usarlo como referencia para cada persona que quiera debatir estas vías.
Los autores de estas refutaciones son:
Moredan.
Juan Polaino.
Jorge Méndez.
Ladislao Vadas.
Arthur Schopenhauer.
Imanuel Kant.
David Hume.
Theodore Drange.
Richard Dawkins.
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1.- Primera vía - argumento del "Primer Motor Inmóvil".
1.1.- Enunciación.
La primera y más clara es la que se deduce del movimiento. Pues es cierto, y lo perciben los sentidos, que en este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. De hecho nada se mueve a no ser que en cuanto potencia esté orientado a aquello para lo que se mueve. Por su parte, quien mueve está en acto. Pues mover no es más que pasar de la potencia al acto. La potencia no puede pasar a acto más que por quien está en acto. Ejemplo: el fuego, en acto caliente, hace que la madera, en potencia caliente, pase a caliente en acto. De este modo la mueve y cambia. Pero no es posible que una cosa sea lo mismo simultáneamente en potencia y en acto; sólo lo puede ser respecto a algo distinto. Ejemplo: Lo que es caliente en acto, no puede ser al mismo tiempo caliente en potencia, pero sí puede ser en potencia frío. Igualmente, es imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido por otro, y éste por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por ser movidos por el primer motor. Ejemplo: Un bastón no mueve nada si no es movido por la mano. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie mueve. En éste, todos reconocen a Dios. (cita)
1.2.- Simplificación.
Todo lo que se mueve es movido por otro.
Para cada cosa movida es necesario un motor de esa cosa.
No se puede seguir indefinidamente.
Es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nadie.
Éste es el que todos conocen por Dios.
2.- Refutaciones.
2.1.- La premisa 1 es falsa.
La física moderna reconoce la espontaneidad en el movimiento en los sistemas materiales, es decir la no causalidad y rechaza la máxima escolástica que dice: "Todo lo que se mueve es movido por otro".
Algunas cosas son movidas, pero otras se mueven sin que otra cosa las haya movido. En la época de Santo Tomás no se conocían las leyes de la gravitación ni apenas nada de cinemática, por eso él suponía que todo lo que se mueve ha sido movido por otro. Hoy sabemos que eso no es cierto.
Si se colocan dos objetos masivos de igual masa en un espacio vacío completamente inmoviles uno respecto del otro suficientemente cercanos para que la gravedad producida por ellos ejerzan influencia vemos que uno tiende a moverse en dirección del otro sin necesidad de nada que los mueva.
2.2.- La premisa 2 es falsa.
Como ya hemos mencionado antes, algunas cosas se mueven al ser afectadas por una fuerza, y esa fuerza puede ser gravitatoria, electromagnética, nuclear débil o nuclear fuerte, que son las cuatro fuerzas elementales conocidas.
Nada hay inmóvil en el universo. El universo está en constante movimiento, ésta es su naturaleza desde el inicio del tiempo, también lo es su propio dinamismo.
2.3.- El paso 3 es gratuito.
Tomás de Aquino se niega a aceptar una regresión infinita sin dar motivo de ello.
2.4.- El paso 4 es arbitrario.
Se le otorga sin justificación la necesidad de ser motor de todo a una sola entidad. El argumento no sugiere que tenga que ser uno, podrían ser muchos.
2.5.- La conclusión 5 es gratuita.
Aún si permitimos el dudoso lujo de conjurar arbitrariamente a un terminador de la regresión infinita, y le damos un nombre; simplemente porque necesitamos uno, no existe en lo absoluto ninguna razón para decir que es Dios. Se comete una petición de principios al suponer que ese supuesto primer motor tendría que ser obligatoriamente Dios, pero ¿porqué habría de ser Dios y no el frío y único Motor Inmóvil aristotélico? ¿porqué no el “Uno” de Plotino o el demiurgo platónico?. Aquino no demuestra que su motor primero sea el Dios "que todos entendemos", eso no pasa de afirmación gratuita.
3.1.- En general.
El ejemplo dado por Aquino del bastón movido por la mano como “prueba” del motor inmóvil es defectuoso, ya que en primer lugar, es una analogía y, como toda analogía, no es demostrativa y en segundo lugar, esa mano es un motor contingente o intermedio, movido por otro, no un motor inmóvil.
Tomás de Aquino no contaba con los conocimientos en física que tenemos ahora. Esta vía es válida para la visión aristotélica del mundo que se tenía entonces, adecuada pero falsa. Aristóteles fue el primero (registrado) que postuló la idea de "todo lo que se mueve es movido por otro" por simple observación pero olvidó poner a prueba con experimentos esa afirmación. Fue Galileo quien descubrió que esto no es así y Newton descubrió la fuerza que mueve los objetos; mucho después de la muerte de Tomás de Aquino.
Esta vía es un caso particular de la segunda vía tomista puesto que el movimiento de una cosa es efecto y la causa es el movimiento de otro objeto.
3.2.- Falsa maravilla.
Tomás de Aquino parte del movimiento, es decir, de un fenómeno. En el fondo Tomás de Aquino pretende dar explicación a ese fenómeno. Pero consideremos lo siguiente ¿por qué el movimiento necesita una explicación en primer lugar?. Para entender la motiviación del aquinate hay que situarse en su época, el siglo XII, el cual estaba muy influenciada por los escritos de Aritóteles en cuando a ciencias físicas. Se creía en aquél entonces que había cosas que eran absolútamente estáticas, digamos, un vaso sobre una mesa ciertamente estaba estático completamente y solo se movería si álguien externo al vaso lo movía, Tomás de Aquino no tenía noción del movimiento de la Tierra, ni del sistema solar ni de la galaxia ni del universo entero tal como lo tenemos hoy en día a la luz de los descubrimientos científicos. Entonces postula una falsa maravilla: el movimiento es extraordinario, por lo tanto requiere una explicación. Hoy sabemos que lo opuesto es lo maravilloso: no conocemos ningún objeto que sea absolútamente estático.(esto es dialectica pura)
Por lo tanto esta vía se basa en un problema que no existe.
Segunda vía.
1.- Segunda vía - argumento de "Las Causas Eficientes".
1.1.- Enunciación
Pues nos encontramos que en el mundo sensible hay un orden de causas eficientes. Sin embargo, no encontramos, ni es posible, que algo sea causa eficiente de sí mismo, pues sería anterior a sí mismo, cosa imposible. En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última. Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario admitir una causa eficiente primera. Todos la llaman Dios. (cita)
1.2.- Simplificación.
A toda causa le sigue un efecto.
Una causa es efecto de una causa anterior.
No se puede seguir indefinidamente en la cadena causal.
Es necesario llegar a una Primera Causa que no es efecto de nada.
Éste es el que todos conocen por Dios.
2.- Refutaciones.
2.1.- La premisa 1 y 2 son falsas.
Se basa en la afirmación de que las causas son cosas objetivas y que la relación causa-efecto es concreta y parte de la realidad. Considero que lo que nosotros, como observadores del Universo, vemos es regularidad, lo que llamamos relación causal es una abstracción mental para ordenar en nuestra mente esa regularidad, no creo que sea posible demostrar que la relación causa-efecto es real y objetiva para todos los fenómenos del Universo.
Antes bien, ahora entendemos la relación causal como A es causa necesaria y suficiente de B, si y sólo si cada vez que ocurre A ocurre luego B, y cada vez que ocurre B ha ocurrido antes A. Y llegamos a eso por simple relación estadística, la cual no asegura que ocurre de esa manera para todos los fenómenos del universo.
2.2.- Paso 3 es gratuito.
Al igual que en la primera vía, Tomás de Aquino se niega arbitrariamente a aceptar una cadena causal infinita sin dar motivo para ello.
2.3.- Paso 4 es falaz.
Supone gratuitamente que porque las cosas tienen causas, luego la serie de las cosas también la tiene, cuando el conjunto total no tiene por qué tener las mismas propiedades que las partes (falacia de la composición). Puede tener propiedades emergentes ausentes en las partes, como la vida en el caso de las células, propiedad que no tienen sus partes como los ribosomas, y carecer de las propiedades de sus partes como la dualidad onda-corpúsculo que poseen los electrones, pero no la molécula proteica que componen.
2.4.- Paso 4 contradice 1.
Pero aún aceptando la existencia de las relaciones causales, el argumento de la segunda vía incurre en una contradicción interna insalvable. Se nos dice que todo efecto tiene una causa que a su vez es efecto de una causa anterior. Entonces luego se nos dice que hay algo que no tiene causa, si esto es así entonces la premisa primera es falsa, no todo tiene una causa.
2.5.- Conclusión 5 es gratuita.
También se nos dice que el efecto sin causa es uno solo, considero eso como gratuito, ya que del razonamiento dado no se infiere que deba ser uno y aún peor es que se considere a esa causa como Dios.
3.- En general.
3.1.- El problema de las causas objetivas.
Hoy entendemos que las relaciones causales son empíricas, es decir que cuando sucede el fenómeno A luego le sigue el fenómeno B nos lleva a pensar que A es la causa de B si y solo si primero hemos visto que A sucede y B sucede. Por ejemplo, supongamos que encierro a un sujeto en una habitación cerrada donde hay un botón y una lámpara y le pido al sujeto que accione el botón, el sujeto lo hace y ve que cada vez que acciona el botón (suceso A) la lampara se enciende (suceso B). Luego le pregunto ¿qué es lo que causa que la lámpara se encienda? (¿qué causa B?), el sujeto dirá que accionar el botón (suceso A causa suceso B). Pero luego le muestro que nosotros tenemos un botón igual fuera de la habitación el cual accionamos cada vez que vemos que el sujeto acciona el botón dentro de la habitación. Es decir hay un suceso C el cual el sujeto no ha experimentado y que es "la verdadera causa" de B. Se demuestra de esta forma que la relación causa-efecto es un ordenamiento mental de los sucesos empíricos.
Tomás de Aquino traslada este razonamiento escapándose de la condición empírica, suponiendo que hay causas en todos los fenómenos observados aunque no veamos el fenómeno que causa todos esos fenómenos. Lo que constituye una falacia por generalización precipitada. El universo podría tener una Primera Causa, pero hasta que no experimentemos ese fenómeno, no podemos establecer esa relación particular.
3.2.- El principio de Razón Suficiente.
En línea con lo anterior, Tomás de Aquino confunde la necesidad del Principio de Razón Suficiente (PRS) del devenir o causalidad ontológica, con la necesidad del Principio de Razón Suficiente del conocer epistemológico, ya que al ir enumerando las causas de la cadena (premisa 2) de improviso reemplazan el PRS ontológico (que no admite comienzo por su naturaleza inherente) por el PRS epistemológico que sí tiene como comienzo o término una verdad lógica, empírica, etc. pero que nada tiene que ver con causas o génesis de hechos reales que eran parte del argumento, cometiéndose una falacia distractiva al meter de contrabando un principio de conocimiento abstracto (fundamento de los juicios formales) cuando se pedía una causa real (cuyo PRS ontológico trata sólo con estados o proceso de cosas concretas, no con juicios abstractos).
Tercera vía.
1.- Tercera vía - a partir de lo contingente y de lo necesario, el "Argumento Cosmológico".
1.1.- Enunciación.
Encontramos que las cosas pueden existir o no existir, pues pueden ser producidas o destruidas, y consecuentemente es posible que existan o que no existan. Es imposible que las cosas sometidas a tal posibilidad existan siempre, pues lo que lleva en sí mismo la posibilidad de no existir, en un tiempo no existió. Si, pues, todas las cosas llevan en sí mismas la posibilidad de no existir, hubo un tiempo en que nada existió. Pero si esto es verdad, tampoco ahora existiría nada, puesto que lo que no existe no empieza a existir más que por algo que ya existe. Si, pues, nada existía, es imposible que algo empezara a existir; en consecuencia, nada existiría; y esto es absolutamente falso. Luego no todos los seres son sólo posibilidad; sino que es preciso algún ser necesario. Todo ser necesario encuentra su necesidad en otro, o no la tiene. Por otra parte, no es posible que en los seres necesarios se busque la causa de su necesidad llevando este proceder indefinidamente, como quedó probado al tratar las causas eficientes (núm. 2). Por lo tanto, es preciso admitir algo que sea absolutamente necesario, cuya causa de su necesidad no esté en otro, sino que él sea causa de la necesidad de los demás. Todos le dicen Dios. (cita)
1.2.- Simplificación.
Las cosas pueden existir o bien no existir (seres contigentes).
Lo que puede no existir alguna vez no existió.
Las cosas en algún momento no existieron.
Pero si 3 es cierto, luego ahora no existiría nada.
4 es falso.
Las cosas que existen, existen por necesidad de otras cosas que ya existen (seres necesarios).
No se puede retroceder indefinidamente en la cadena de necesidades.
Por lo tanto existe un ser absolutamente necesario que es el origen de la existencia de todas las cosas.
Ese ser es Dios.
2.- Refutaciones.
2.1.- De la contingencia y necesidad.
"Ser necesario" y "ser contingente" son características metafísicas a priori. Estas características no señalan a ningún ente real, ya que la “contingencia” o posibilidad de no ser no es ningún atributo real de ninguna cosa (como el color, masa, etc.) es sólo un concepto creado ad-hoc para justificar la aparición en escena de lo necesario, causa y fundamento de los supuestos entes contingentes, que no puede dejar de ser y que, por eso mismo, es inconcebible y carece de todo correlato empírico.
La contingencia de un ente está supeditado a la observación de otro ente al que le otorgamos necesidad en virtud de la existencia del primero (sabemos que todo niño tiene madre porque hemos visto a las madres tener niños).
2.2.- Conclusión 4 es "non-sequitur".
Lógica equivocada. Aún en el caso de que todas las cosas pudiesen dejar de existir, eso no significa que todas puedan dejar de existir al mismo tiempo. Podría darse el caso de que la destrucción de unas cosas diera lugar a la creación de otras, como vemos que ocurre continuamente en la Naturaleza. De "alguna vez las cosas no existieron" no se sigue ("non-sequitur") "hubo un momento en que nada existió".
2.3.- 8 contradice 1.
Tomás de Aquino vuelve a contradecirse al decir por un lado que todas las cosas son contingentes para después afirmar que hay una cosa (Dios) que no lo es. Si 1 es cierto, 8 es falso, si 8 es verdadero, 1 no lo es.
2.4.- "Ser necesario" no aporta información.
La palabra “necesario” sólo se aplica a los enunciados analíticos vacíos o tautologías lógicas como decir que “el triángulo tiene 3 ángulos”, en donde el predicado (tiene 3 ángulos) esta contenido “necesariamente” en el concepto sujeto (tri-ángulo). o sea, lo único necesario son las proposiciones formales que siempre son verdaderas (y cuya negación supone contradicción), ya que sólo son consecuencias de los términos definidos y no dicen nada sobre la realidad. Cualquier otra connotación del término “necesario” es gratuita.
2.5.- Paso 7 es gratuito.
La negación de admitir una cadena infinita de seres necerarios-contigentes no tiene justificación. Pero en esta ocación Tomás de Aquino deja visible un fallo en su razonamiento para no admitir esta cadena infinita.
La propuesta es que situemos nuestra mente en el infinito anterior de la cadena y nos preguntemos, si hay infinitos eslabones en la cadena ¿cómo es posible que veamos algo hoy?, ya que tomaría infinito tiempo en llegar hasta hoy, luego es imposible que la cadena sea infinita. Esto es un error, puesto que sabemos con certeza que hay algo hoy y suponiendo que antes la cadena era infinita, evidentemente, infinita como es, ha llegado a ser lo que es hoy.
2.6.- Algunas regresiones no son infinitas.
Algunas regresiones sí alcanzan un terminador natural. Los científicos acostumbraban a preguntarse que sucedería si uno pudiese disectar; digamos, al oro en los pedazos más pequeños posibles. ¿Porqué no debería usted cortar unos de esos pequeños pedazos por la mitad para producir una aún más pequeña porción de oro?. La regresión en este caso, es decisivamente terminada por el átomo. La porción más pequeña de oro es un núcleo de exactamente setenta y nueve protones y una ligeramente mayor cantidad de neutrones, atendidos por un enjambre de setenta y nueve electrones. Si uno corta al oro más allá del nivel de un solo átomo, cualquier cosa que obtenga ya no es oro. El átomo proporciona un terminador natural para ciertos tipos de regresión. De ninguna manera está claro que Dios proporciona un terminador natural a las regresiones de Aquino.
2.7.- La conclusión 9 es gratuita.
Como en las vías anteriores Tomás de Aquino simplemente afirma que ese "Ser Absolutamente Necesario" es Dios sin más, lo cual no se infiere del razonamiento anterior. Aunque Aquino cambia al singular al final de su argumento, nada indica que tenga que haber solo un "Ser Absolutamente Necesario", podrían ser más de uno, el argumento no falsa esto.
2.8.- "De la nada, nada sale".
Tomás de Aquino nos viene a decir, en sus primeros 4 pasos es una premisa supuestamente universal: "de la nada, nada sale". Esa es la premisa subyacente sobre la cual se basa esta vía. Esta premisa está indemostrada, por cuanto la nada no es experimentable y solamente se utiliza como una abstracción (así como se usa el infinito en matemáticas) nada se puede decir de la nada, simplemente no sabemos cómo se comporta la nada y por lo tanto no podemos decir que de ella salga nada o salga algo alguna vez.
Si por el contrario aceptamos la premisa "de la nada, nada sale" no tenemos por qué suponer que en vez de "nada" hay Dios puesto que es a eso lo que se intenta demostrar. Nos consta la existencia del Universo, es evidente y comprobable por todos. La conclusión de la tercera vía no me consta antes de arribar a ella, por lo tanto digo que en vez de nada existe el Universo, decir que en vez de nada existe Dios es una petición de principios (falacia Petitio Principii). Si tenemos que dar por bueno este argumento, entre Dios y el Universo como reemplazo de la nada, aplicando el principio de parsimonia es más razonable decir que es el Universo el reemplazo de nada y no Dios.
3.- En general.
3.1.- Paralogismo.
El argumento se comete la falacia metafísica conocida por algunos como “el paralogismo de los metafísicos”, que consiste en plantear gratuitamente un pseudoproblema absurdo y sin sentido semántico como la distinción gratuita entre lo contingente, que puede dejar de existir y el ente necesario que no puede dejar de ser; asunto metafísico que tiene tan poco sentido como preguntarse si el espíritu es redondo o cuadrado o si es blanco o amarillo.
Entonces, una vez que el interlocutor acepta la cuestión absurda, el metafísico le demuestra lo absurdo que es una alternativa (por ejemplo, que el espíritu sea cuadrado o que haya sólo entes contingentes) para a continuación exclamar triunfante que la única alternativa válida es la suya (por ej, que el espíritu es redondo o que hay también un ente necesario). Pero el metafísico no da a conocer la posibilidad de que ambas alternativas sean igualmente absurdas, inadecuadas semánticamente o un completo misterio ininteligible.
Se pretende que el absurdo de una alternativa es prueba de la verdad de la otra, cuando ambas pueden ser igualmente absurdas y, por tanto, el argumento no tiene valor.
3.2.- Una dicotomía inexistente.
Se comete una falacia de bifurcación, ya que se dan sólo 2 alternativas: o la serie de entes contingentes tiene en sí su razón de ser necesaria o la tiene en un ser necesario distinto de ellos; pero pueden haber otras opciones: que no exista esa tal necesariedad ni en la serie de entes contingentes ni en un ser necesario, que el asunto sea un sin sentido, etc.
3.3.- Aquino no demuestra la conclusión.
Como se mencionó antes, Aquino afirma una conclusión gratuita puesto que a eso quiere arribar ya desde el principio apelando a una justificación psicológica: "Todos le dicen Dios". ¿Qué tal si decidimos llamarlo "Diego Armando Maradona"?, el argumento entero no tendría que modificarse una coma y serviría para demostrar que el futbolista es el Ser Absolutamente Necesario. Pero sucede que no es así. Lo que Tomás de Aquino pretende es colar lo que él cree que es Dios (es decir, el Dios del catolicismo) de allí su "Todos le dicen Dios". Sin embargo la conclusión solo tendría que tener las características que en virtud del argumento le otorgan, es decir ser absolutamente necesario. Sucede que sí tenemos ahora un ente que reune esa condición aunque careciera de ninguna otra: el Universo.
Cuarta vía.
1.- Cuarta vía - La jerarquía de las cosas, argumento "De los Grados".
1.1.- Enunciación.
Pues nos encontramos que la bondad, la veracidad, la nobleza y otros valores se dan en las cosas. En unas más y en otras menos. Pero este más y este menos se dice de las cosas en cuanto que se aproximan más o menos a lo máximo. Así, caliente se dice de aquello que se aproxima más al máximo calor. Hay algo, por tanto, que es muy veraz, muy bueno, muy noble; y, en consecuencia, es el máximo ser; pues las cosas que son sumamente verdaderas, son seres máximos, como se dice en II Metaphys. Como quiera que en cualquier género, lo máximo se convierte en causa de lo que pertenece a tal género -así el fuego, que es el máximo calor, es causa de todos los calores, como se explica en el mismo libro —, del mismo modo hay algo que en todos los seres es causa de su existir, de su bondad, de cualquier otra perfección. Le llamamos Dios. (cita)
1.2.- Simplificación.
Las cosas tienen más o menos de una característica.
Ese "más o menos" indica que tienen grados.
Los grados de una cosa se miden en relación a un grado máximo.
Ese grado máximo es absoluto.
El grado máximo de una característica lo posee un ser que le otorga ese grado a toda cosa que tenga esa característica.
Hay un ser que posee el grado máximo de toda característica.
Ese ser es Dios.
2.- Refutaciones.
2.1.- Premisa 3 es arbitraria.
No es cierto que todos los grados se midan en relación a un máximo, hay grados que se miden a partir de un mínimo. Y ya que Aquino habla de calor ese es un buen ejemplo de lo contrario: la temperatura absoluta se mide a partir del cero absoluto (cero grados Kelvin).
2.2.- Premisa 4 es falsa.
Como vimos en el punto anterior, el cero absoluto no es el máximo absoluto, es justamente el mínimo. Por lo tanto la premisa 4 del argumento es falsa. Pero resulta que además hay grados que maximizados nunca alcanzan un máximo absoluto, el calor sigue siendo ejemplo de ello.
2.3.- Paso 5 es "non-sequitur".
Tomás de Aquino comete una falacia non-sequitur, ya que algo sea un máximo de una escala no se sigue que sea la causa de todas las cosas de esa escala u orden. Por ejemplo, que una montaña tenga la máxima altura no se sigue que sea la “causa” de todas las montañas o de las cosas con altitud. Que una estrella tenga la máxima temperatura en su interior no se sigue que sea la causa de todas las temperaturas o estrellas. El ejemplo del aquinate sobre el fuego es inprocedente, ya que éste no es causa del calor o calores, sino los movimientos de partículas subatómicas.
Con la misma argumentación, si existen elefantes de diversos tamaños debería existir un elefante más grande que ningún otro que sería el origen y la causa de la existencia de todos los elefantes más pequeños que él.
2.4.- Paso 6 no se infiere de 5.
Debido a que no todas las características de un objeto le son innatas en él sino más bien porque surgen en él como resultado de los componentes que forman tal objeto. Por ejemplo un reloj separado en todas sus partes no tiene movimiento de las agujas, solamente cuando se le une para formar el objeto reloj surge de él la característica de marcar las horas. Así también la acidez del ácido nítrico no está presente ni en el hidrógeno, ni en el nitrógeno ni en el oxígeno de los cuales está compuesto dicho ácido. Solamente cuando estos tres elementos se combinan surge la acidez, y esto es natural, y no dado por "el ser más ácido".
3.- En general.
3.1.- Pone en duda a Dios.
El argumento parece indicar que Dios es como una luz, como la única luz de un espacio cerrado donde todas las cosas estarán más iluminadas cuanto más cerca de Dios están, negando dos atributos fundamentales que la teología natural suele darle a Dios, los cuales son omnipotencia y omnipresencia, el primero se niega en tanto Dios no tiene suficiente poder para iluminarlo todo, y el segundo Dios parece no poder estar en todas partes al mismo tiempo. De otra forma ese espacio cerrado sería todo luz.
3.2.- La escala que usa Tomás de Aquino es arbitraria.
Tomás de Aquino usa una escala que es arbitraria puesto que pone "lo malo" o "lo ausente" abajo y "lo bueno" o "lo presente" arriba. Respecto a la bondad, pone lo absolutamente bueno como lo máximo en bondad, pero también podría darle la vuelta a la escala y decir que "lo bueno" es la ausencia total de maldad, poniendo "lo absolutamente malo" como "lo máximo". Si esto es así, Dios tendría que ser, por fuerza del argumento "el ser absolutamente malvado".
3.3.- Hace una petición de principio ("petitio principii").
Pide el principio al suponer que hay una máxima verdad (¿Dios?) y pide el principio al suponer que la máxima verdad (igual al máximo ente), ya que no sólo no lo demuestra, sino que esa es una confusión entre el plano semántico (verdad) y el plano ontológico (ente).
Quinta vía.
1.- Quinta vía - ordenamiento de las cosas, el argumento "Teleológico".
1.1.- Enunciación. (USADO MUY FRECUENTEMENTE)
Pues vemos que hay cosas que no tienen conocimiento, como son los cuerpos naturales, y que obran por un fin. Esto se puede comprobar observando cómo siempre o a menudo obran igual para conseguir lo mejor. De donde se deduce que, para alcanzar su objetivo, no obran al azar, sino intencionadamente. Las cosas que no tienen conocimiento no tienden al fin sin ser dirigidas por alguien con conocimiento e inteligencia, como la flecha por el arquero. Por lo tanto, hay alguien inteligente por el que todas las cosas son dirigidas al fin. Le llamamos Dios. (cita)
1.2.- Simplificación.
Las cosas tienden a obrar según un fin o propósito (un "para qué").
Estas cosas no obran al azar.
Las cosas que no obran por sí mismas, alguna otra cosa las dirige.
Hay alguien que dirige todas las cosas.
Ese alguien es Dios.
2.- Refutaciones.
2.1.- Premisa 1 está indemostrada.
Que todas las cosas tienen un propósito, un "para qué" o teleología no está demostrado. Peor aún, es falso.
La existencia de una estrella situada tan lejos de nosotros que está fuera de nuestro horizonte de eventos de forma tal que nada de ella nos afecta ni nosotros le afectamos en nada no tiene propósito alguno. En razón del argumento tal estrella no existe, al menos para la ciencia, pero suponiendo que sí existiera y no hay razón para pensar lo contrario excepto su no observabilidad nos estaría diciendo que tal estrella no tiene propósito alguno.
Somos nosotros, nuestra mente la que le da propósitos a la existencia de las cosas y que en realidad las cosas por sí mismas no tienen un propósito subyacente. Las cosas pueden existir sin necesidad de un "para qué", somos nosotros quienes le aplicamos tal cosa.
2.2.- Premisa 2 es falsa.
La premisa afirma que todo tiene un orden aunque no veamos en apariencia ese orden "nada sucede por azar". Mientras que el argumento completo quiere decirnos que el Universo entero está ajustado perfectamente para un propósito, el de Dios. Sin embargo esto no puede corroborarse empíricamente (ver "El Argumento del Ajuste Fino, revisitado (2000)").
2.3.- Paso 3 no es una conclusión general.
Viola el principio de razón, ya que de una consecuencia (que las cosas obran siguiendo leyes y de manera ordenada) no se puede derivar legítimamente el fundamento (un Dios con intenciones inteligentes) a menos que se probara empíricamente la hipótesis en cuestión, algo que el aquinate no hizo.
3.- En general.
3.1.- Implicación recíproca.
Tomás de Aquino comente una falacia por implicación recíproca: vemos propósito en las cosas luego las cosas tienen un propósito por lo tanto las cosas tienen un propósito luego vemos propósito en ellas. A implica B luego B implica A es inválido.
3.2.- Conclusión precipitada.
Que las cosas se adecuen a un fin es un concepto metódico del cuál no podemos inferir legítimamente algo que vaya más allá de los límites de la experiencia. Pretender que porque las cosas se adapten a leyes objetivas, luego un Dios más allá de este mundo las hizo es una falacia de conclusión desmesurada, ya que la conclusión de un sumo hacedor allende este mundo desborda los límites empíricos que permiten las inferencias científicas. No podemos inferir la existencia de un Dios más allá de este mundo con datos empíricos de este mundo, ya que no es posible que estos datos nos informen sobre un hipotético metamundo inalcanzable donde se encontraría Dios. También debemos tomar en cuenta que los enunciados informativos o sintéticos, basados en datos fácticos, por su naturaleza son particulares y de lo particular no podemos inferir a Dios.
En otras palabras, Tomás de Aquino comete la falacia de "el todo por las partes", al decir que como las cosas tienen propósito, el Universo entero tiene propósito y ese propósito de lo otorgó Dios.
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Los argumentos aquí presentados son el resultado de la recolección que hicierón de diferentes textos de distintos autores, puestos todos aquí de manera ordenada (al menos esa era la intención) en función de usarlo como referencia para cada persona que quiera debatir estas vías.
Los autores de estas refutaciones son:
Moredan.
Juan Polaino.
Jorge Méndez.
Ladislao Vadas.
Arthur Schopenhauer.
Imanuel Kant.
David Hume.
Theodore Drange.
Richard Dawkins.
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